V ALORACION DEL SIGLO XIX EN GENERAL Y DE PEREZ GALDOS EN

PARTICULAR, EN LA REVISTA CRUZ Y RAYA (1933-1936)

INTRODUCCIÓN

Manuel José Alonso García

E. U. Magisterio de Melilla

El primer número de la revista Cruz y Raya apareció en abril de 1933 y el

último número, que fue el número 39, se publicó en junio de 1936, a razón de

un número cada mes, a excepción del número dedicado a Lope que fue un

número doble, el 23 y 24. Pérez Galdós había muerto trece años antes del

inicio de la revista, es decir, en 1920.

La revista no tuvo nunca una línea conjunta ni dirigida de forma homogénea

sino que cada colaborador opinaba de forma diferente y libre. No obstante

para compensar ciertas ideas y buscar el equilibrio de fuerzas, el Director, bien

en el mismo número, bien en números consecutivos, yuxtaponía artículos y

autores con opiniones contradictorias. Aunque no había editorial, el Director

daba su punto de vista en cada número mediante los autores ejemplarizados,

de forma indirecta. A partir de aquí no se podrá afirmar que la revista dijo esto

o negó aquello sino que tal autor en concreto se expresó de esta forma o de

esta otra. Otra forma indirecta de influir el Director, José Bergamín, en la

revista era aceptando o rechazando a tal o cual colaborador, a talo cual artículo.

Pero un influjo directo del Director era la colocación de los colaboradores,

el reparto de secciones de la revista que tenían mayor o menor prestigio y la

selección de autores antologizados que, en su mayor parte, eran místicos o

cuasimísticos, es decir poetas. De aquí que no sólo las antologías poéticas sino

los artículos y reseñas sobre poesía cuatripliquen el espacio que la revista dedicó

a la novela y al teatro.

Sólo en nueve ocasiones se habla de la novela en la revista Cruz y Raya: en

los números 6 y 7, con artículos de Bergamín y Fernández Almagro, respectivamente,

sobre Unamuno. En el número 31, un artículo de Landsberg sobre

99

Unamuno. En el número 12, Cossío transcribe las cartas de Pereda y de Galdós

sobre las novelas «Gloria» y «De tal palo tal astilla». En el número 38, Menéndez

hace una recensión sobre «El último puritano» de J. Santayana. En el

número 22, un artículo de Pérez Ferrero. En los números 23/24 los artículos de

Bergamín y de Montesinos sobre Lope e indirectamente sobre lo que se puede

llamar el inicio de nuestra novela. En el número 33 y en el número 34, los

artículos de Bergamín sobre crítica literaria de la novela.

Sobre el teatro en general hay alusiones dentro de los artículos que se refieren

a la novela. En concreto, hay cuatro obras teatrales que se publican en

Cruz y Raya: El «Auto Sacramental» de Miguel Hernández (obra inédita) en

los números 16, 17 Y 18; El «Auto de la Maya», de Lope, en el número doble

23/24; el Drama en tres actos, «Escaleras», de R. Gómez de la Serna, en el

número 26; y «El Pozo Amarillo» de Camón Aznar, en el número 34. En el

número 17 hay una recensión hecha por Salas Viu sobre «El Héroe» de Camón

Aznar.

Al ser Cruz y Raya una revista predominantemente poética con menoscabo,

aunque no olvido ni desprecio, de la novela y del teatro, es lógico que Pérez

Galdós, con una producción sobre todo novelística y teatral, estuviese un poco

preterido en la revista Cruz y Raya.

Pero ya en esto se va distinguiendo la revista Cruz y Raya de la Generación

del 27, en la que la mayoría de los autores la han encasillado. Es cierto que

nuestra revista está cronológicamente cerca de 1927, pero su espíritu es distinto.

Sólo una cuarta parte de sus colaboradores siguen las normas de la generación

del 27 y de la Poesía Pura (poesía que excluía a la novela y al teatro)

como es el caso de los formalistas gongorinos y juanramonianos y de los puros

y vanguardistas como Abril y Alfaro, entre otros. El resto de los colaboradores

de Cruz y Raya siguen la poesía existencial de Unamuno o el neo-romanticismo

de Bécquer, o practican un moralismo orteguiano de compromiso ético en la

producción literaria, o prefieren un compromiso político que arranca de la

poesía popular de Lope y de la crudeza de Quevedo, o bien instauran el neorealismo

de 1935 con un acercamiento a las cosas (Zubiri y Rosales) o propician

un compromiso religioso como era el caso de los Místicos, de L. E. Palacios,

de Maritain y de Mounier. No digamos nada del abismo conceptual y estratégico

que separaba, aunque con 34 colaboradores comunes, a nuestra revista de

La Revista de Occidente.

La revista Cruz y Raya se compone de 254 artículos sin incluir en ellos 57

textos de autores ejemplarizados que transcribe Bergamín, que equivalen a 53

páginas de la revista. De los 81 artículos que pertenecen a 1933, la mayoría son

artículos políticos tanto según el título como según los temas puros. Hay 82

artículos en 1934, 60 artículos en 1935 y 31 artículos en 1936 y la mayoría de

ellos, tanto según el título como desde el punto de vista de temas puros, son

temas poéticos. Sin embargo, desde el punto de vista de temas mixtos, la mayoría

de los 254 artículos de que se compone Cruz y Raya está ocupado por «lo

religioso», con lo que, al hablar de mixto nos referimos tanto al tema del

compromiso como al del dualismo y antagonismo.

100

Son 113 los fundadores y colaboradores de la revista Cruz y Raya y, desde

el punto de vista político, no hubo tampoco uniformidad de criterio en nuestra

revista ni por el credo político de sus colaboradores ni por sus teorías políticas

tal cual quedaron expresadas en sus artículos. Hubo colaboradores de derechas

como García Valdecasas, Manuel Torres, Maravall, Leopoldo E. Palacios y

Sánchez Mazas, junto a colaboradores de izquierdas como Serrano Plaja y Menéndez.

Hubo colaboradores republicanos como Morón y Bergamín, junto a monárquicos

como Fernández Almagro y Lissarrague. No obstante, en los artículos

políticos, hay preferencias por el republicanismo y por el liberalismo democrático

frente a la monarquía borbónica y al nazismo-fascismo teniendo en cuenta

que, en el fondo, las derechas incluso las derechas religiosas, identificándose

entonces la religión y las derechas, se oponían al republicanismo y alliberalismo

democrático como si fuesen las herejías modernistas condenadas por Pío X.

Tampoco hubo uniformidad desde el punto de vista religioso en la revista

Cruz y Raya ni por el credo religioso de los colaboradores ni por las ideas

religiosas expresadas en los diferentes artículos sobre el tema religioso.

Junto a colaboradores que eran sacerdotes de diversas órdenes religiosas

(agustinos, dominicos, jesuitas, etc.) hay colaboradores que eran protestantes;

junto a creyentes había también ateos. Sin embargo, nunca, nadie, ninguno de

los colaboradores de Cruz y Raya, aunque fuesen ateos o no creyentes, hablaron

o escribieron nada en contra de la religión. Las discrepancias de los artículos

sobre temas religiosos son intra-religiosas, es decir, sin salirse de lo religioso

se ofrecen diversos matices y puntos de vista sobre lo religioso. Por ejemplo:

en favor o en contra de la filosofía personalista francesa; a favor de la forma

francesa de llevar el catolicismo; en contra del silencio de la jerarquía española

y a favor de la jerarquía francesa, belga y alemana; criticando la ignorancia del

clero y su intromisión en la política; criticando el confesionalismo del Estado.

Asimismo hay libertad para escribir del modernismo de Loisy, para escribir

del sentido de la muerte y de la supervivencia en Unamuno, para tratar temas

tabús o algo heterodoxos para algunos ambientes, como era Romano Guardini,

Eckehart, Fray Luis de León y para situar entre los místicos a algunos laicos

como Thomson.

Para algunos, la revista Cruz y Raya fue una revista atrevida e incisiva,

pero más bien fue una revista que reflejaba lo que eni entocnes, estrenada la

Segunda República, la vida de España, cosa que no podía reflejar La Revista

de Occidente porque estaba como «encorsetada» por la línea férrea que le

marcaba Ortega. Sin embargo nuestra revista fue una verdadera plataforma

participativa y democrática donde todas las opiniones tenían cabida, un campo

de batalla ideológico, con antagonismos y dualismos en libertad, un «espejo de

verdad de España». Por eso, muchas ideas de Pérez Galdós sobre elliberalismo,

el republicanismo y el anticlericalismo coinciden con las de muchos colaboradores

de Cruz y Raya.

De todas formas es evidente que en el campo de las ideas políticas, religiosas

y poéticas, el siglo XIX no acabó el año 1899 sino que continuó, según

101

Falla, hasta 1914 y, según Bergamín, hasta 1931 con la vuelta de la República

de las libertades democráticas. No es raro, por tanto, que nuestra Revista comparta

las ideas del siglo XIX, en gran parte, como lo hizo España, más que el

resto de Europa, durante los treinta primeros años del siglo xx. Al aperturismo

social y religioso que supuso Balmes, el Cardenal Mercier y León XIII,

siguió el cerrojazo anti-modernista de Pio X y del Cardenal Merry del Val y el

terror al comunismo y a la bancarrota que obligó a Pio XI a pactar con Mussolini

y con Hitler. A las ideas democráticas y liberales de la Primera República

siguió una monarquía conservadora, en España. A las ideas idealistas y románticas

siguieron las ideas positivistas y realistas; a las ideas modernistas las ideas

de los «ismos»; a las ideas sociales las ideas psicológicas. El regeneracionismo

de Costa y de Ganivet y la generación del 98 queda un poco aparte. De esta

forma, lo filosófico condiciona a lo poético durante todo el siglo XIX, de la

misma manera que lo religioso condiciona lo político.

PRIMERA PARTE: EL SIGLO XIX EN GENERAL

ARTÍCULOS y COLABORADORES DE CRUZ y RAYA QUE ESTÁN A FAVOR DEL

SIGLO XIX

1.1. En el campo literario

Para Abril!, el Abate Bremond, epígono de la poesía pura, defiende el

romanticismo literario llamando herejía al clasicismo.

Para Fernández Almagr02 es plausible el psicologismo de Leopoldo Alas y

de Unamuno.

Para Morón3, Azaña conoce al dedillo el siglo XIX español y sufre malamente

el típico romo que le apellida de inane y baldío; no quiere que se le

encasille con los del 98.

Para Pérez Ferrero\ el siglo XIX es el siglo de la novela con obras no

abundantes pero de gran calidad... Conocemos mal y hemos desfigurado el

siglo XIX con incomprensiones y desdenes, aunque es menos importante en

España que en otras naciones ... En el siglo XIX la novela quiere independizarse

de la historia, de la psicología y de otras amalgamas y quiere limitarse a su

campo.

Para Muñoz Rojas5, los románticos piden una poesía sin más ni más (es decir,

una poesía pura); al poeta se lo han de llevar continuamente los románticos.

Para el mismo autor6, no se puede prescindir de lo que el romanticismo

tiene de valores perennes, de lo pasado como eterno, de lo cósmico y de lo

panteísta en la obra de Aleixandre.

Cernuda 7 escribe que hace dos generaciones todo el mundo era romántico

pero que actualmente la gente está aficionada a lo clásico ... La poesía moderna

nace en la época llamada romántica ... El romanticismo es un hecho eterno ...

Toda etapa es, por tanto, clásica y romántica al mismo tiempo.

En otro lugar escribe8 que la vena andaluza es aristócrata y nada popular,

con contenido ardor y con sobria elegancia como Medrana, Arquijo y Rioja,

102

antecesores de Bécquer. .. A Bécquer hay que entroncarlo con la poesía popular

tradicional de Andalucía más que con Herrera.

Para el mismo autor9, sólo en el romanticismo se hallaría la fórmula mágina

para definir Andalucía. El romanticismo es algo vivo e inmortaL .. el romanticismo

es Andalucía y Andalucía es el romanticismo ... Los viajeros románticos

buscaban en Andalucía algo más que los monumentos, buscaban una salvaje

libertad sin las tenazas de la civilización burguesa.

Para MenéndezlO

, Santayana regresa a mediados del XIX con Tolstoi, Dickens

y Melville, entre otros ... Santayana es una figura romántica.

Para Dámaso Alonso 11 , de Bécquer nace la nueva poesía española que empalma

con nuestra poesía contemporánea ... En 1853 llegan con las traducciones

de Sanz grandes novedades a la literatura española.

Tal vez con cierta ironía escribe Bergamín 12 que el «estupendo» siglo XIX

tiene en M.B. Cossío la resonancia de un apasionado afán espiritual de libertad

y de justicia.

Para Vossler13

, Gracián y Quevedo, imitadores también de Luciano, pasan

por precursores del pesimismo metafísico de la época romántica y postromántica

hasta el nihilismo moderno ... Calderón, antecesor de la edad romántica,

garante de la grandeza futura, perpetuó la tradición uniendo a España con la

humanidad.

Casalduero escribe 14 que Bécquer quiso salir de la antítesis y llegar a la

unidad ... El impresionista no convierte el presente en pasado, pero el hombre

barroco sí... El hombre del primer romanticismo tiene intención diabólica y

desesperación, quiere detener con impulso el presente ... El hombre del segundo

romanticismo vive el presente como pasado y tiene paciencia e intención

angélica ... El romanticismo no es sino el punto de madurez del mundo barroco;

es el agotamiento de todos los recursos del alma española, en vez de cúmulo

de influencias extranjeras.

Souvirón y su esposa15 traducen al romántico Keats.

Muñoz Rojas16 traduce a Thompson.

El mismo autor17 traduce al romántico G. M. Hopkins.

Neruda 18 traduce al romántico Blake.

Hans Gebser y Luis Cernuda 19 traducen a HOlderlin ..

Hans Gebser20 traduce a Novalis.

Marichalar21 traduce a Patmore.

Además del interés mostrado por el Director de Cruz y Raya en presentar

traducciones antologizadas de poetas románticos, existen otros autores del XIX

traducidos en Cruz y Raya, como es el caso del Cardenal Newman traducido

por Antonio Marichalar22. Hay artículos sobre otros autores románticos, como

el de Gerhart Niemeyer23 sobre Stefan George. Los artículos sobre Bécquer ya

han quedado referidos con anterioridad.

Por último, el director de Cruz y Raya usa a varios autores románticos

como autores ejemplarizados: así hace con Larra24 , 25, con Maistre26, con ManzonF7,

con Mañara28, con Maragall29, con Nietzsche30 y con Goethe31.

103

Finalmente, existe una lista de autores citados que pertenecen a la época

romántica y que aparecen en la revista de forma elogiosa. Hay varios autores

como Bergamín que aceptan del romanticismo sólo lo que tiene de misterio,

visión e imaginación. Esto es lo que Vivanco ve en Bécquer: visión32

ARTícULOS y AUTORES EN CONTRA DEL SIGLO XIX

2.1. En el campo literario

2.1.1. Para Félix García33

, la ignorancia de la España del XVIII era superior

a la de la España liberal del XIX, pero no era mayor que en otros países

europeos. Para Dámaso Alons034, la crítica del XIX quiere reducir España a

Lope, al realismo, al localismo y a lo popular. Para Niemeyer35 Stefan George

opuso los valores irracionales contra el positivismo, ocasionalismo, naturalismo

y racionalismo de la burguesía del XIX... George aceptó la ley y la forma e

hizo un gran esfuerzo creador contra las blanduras informales, arbitrariedad y

tibieza del romanticismo y del liberalismo del XIX.

2.1.2. Respecto a la generación del 98 hay las siguientes opiniones:

La generación del 98 repite, según Dámaso Alonso 36 la posición docente y

aristócrata de los neoclásicos que fue un siglo de negación de los valores españoles.

Según Salas Viu37

, a partir de 1898, Costa y Ortega eran europeizantes

mientras Ganivet y Unamuno eran españolizantes.

Para Marava1l38

, el 98 era mirar hacia dentro después de tantos años mirando

hacia afuera. Para Pérez Ferrer039 la generación del 98 es una generación

de turistas que trae un fotógrafo ramplón: Zuloaga. Contemplan España con

los ojos atónitos, como si hubieran venido de Inglaterra; su doctrina es andar

y ver (Azorín, Maeztu, Baroja).

2.1.3. En el barroco, en el impresionismo y en el romanticismo ve Rosales40

el defecto de demasiada figuración, creación e invención; Montesinos41 ve

el defecto de unir la vida y el arte; Bergamín 42 ve a los tres enemigos de la

novela (historicismo, psicologismo y moralismo). Para Camón43

, no es el romanticismo

(como quiere Casalduero) sino el barroco la culminación del arte

nacional español.

Escribe Bergamín44 que el reino del demonio está popularizado ... teatralizado

... en el romanticismo. Para Díaz Plaja45 , el romanticismo está falto de

sinceridad ... la soledad actual de los liberales se debe a que son románticos,

comunistas o surrealistas como Alberti, Altolaguirre, J. R. Jiménez y Machado.

Para Ramón Gómez de la Sema46

, el romanticismo es carnaval dramático

mientras el barroco es antítesis, intimismo trágico.

Según Montesinos47 «La Dorotea» es anti-romántica porque adecúa el grito

al dolor ... hubo un cierto prerromanticismo, un embotamiento y oquedad

como en Cadalso entre los años 1580 y 1590 que dejó cierto resabio y deformación

en el Lope juvenil. Para Bergamín48

, la novela no es un milagro del Diablo,

aunque pensasen en ellos los románticos ... Cervantes teatraliza la novela

y Lope ha novelado el teatro. Para COSSí049

, la gloria de Espinosa consiste no

104

en el valor descriptivo sino en el valor poético de lo descrito, es decir, en

inventar una naturaleza nueva. Para Bergamín50 , en la novela romántica el

monstruo está fuera del laberinto, en libertad, corrompiendo la novela que,

desde el siglo XVIII, tiene tres enemigos: la historia, la psicología y la moral. ..

en novelistas, como Varela, la psicología sustituye al alma; «Pepita Jiménez»

es una hoja de rábano.

Según Weidlé51

, todos los poetas del siglo pasado y del actual son románticos,

herederos de Holderlin y Keats, entre otros ... Pero el romanticismo es la

muerte del estilo. Para Rosales52 , España carece de un poesía puramente romántica

que es huida insistente de la realidad e imprecisión del claroscuro. En

su lugar, la poesía española es lucha espiritual y agonía entre la realidad y el

misterio. San Juan de la Cruz, Garcilaso y Fray Luis no crearon un estilo;

Lope y Quevedo, sí.

2.1.4. La valoración de los personajes del XIX es negativa.

Para Fernández Almagro 53 , sólo ciertas páginas de «La Regenta» y otras

obras de Leopoldo Alas que pueden compararse, por su psicologismo, con las

de Unamuno, están en la línea de una novelística mayor, a la europea, y a la

más profunda usanza española. Para Bergamín54, Azaña, literal o literario, excelente

escritor a la Varela, se gramatizó en lo político. Según Díaz Plaja55 ,

para Eugenio Montes, el romanticismo es conciencia de soledad. Para Montesinos56

Cadalso identifica vida y arte ... Cadalso, como Feijoó, se aleja del XVIII

para volver a la falsa poesía del XVII... Cadalso, desde su punto de vista

falseado, deshace toda posibilidad artística porque su vida se impuso al arte. Y

el mismo autor 57 , ve un error en aquellos que van a las obras de Lope buscando

datos para reconstruir la vida del poeta.

Sin embargo, para Amado Alonso 58 , el conocer la vida de Lope nos ayuda

a entender mejor su arte. Para Quiroga Pla59 , en Salinas hay sobrerrealidad

luminosa y no melancolía romántica. Para Montesinos60 Lope no es en la Dorotea,

como Cadalso, notario de sí mismo. No se trata de una biografía de Lope

sino una trasmutación poética de su vida, algo opuesto «ex diametro» a la

cabotina del romántico. Para Sánchez Mazas61 Algarotti fue un pre-romántico

y Fogazzaro un post-romántico.

Según Rosales62 , para San Juan de la Cruz, Garcilaso y Fray Luis hay que

atender a las cosas, a la realidad, dentro de la naturaleza, con cosas, contemplándolas

y representándolas, con una visión tan intensa que se da en palabras

llenas de contenido. Por el contrario, para Lope y Quevedo hay que crear,

transfigurar, imaginar, recordar y recrear las cosas, dentro de la fantasía y del

juego, con muchos adjetivos y con palabras llenas de significación. Para el

mismo autor63

, esta misma línea de figuración es la que emplea García Lorca

en su «Romancero Gitano».

2.1.5. También es negativa la valoración que se hace por algunos autores de

ciertas ideas filosóficas y religiosas del siglo XIX que influyeron en la vida literaria,

por ejemplo, el positivismo, el idealismo, el liberalismo, el modernismo, etc.

Para Fernández Almagro 64 , «San Manuel Bueno Mártir» es una novela-drama

psicológico de conciencia-propio del modernismo. De la misma manera,

105

Bergamín65 se opone a que los problemas de conciencia del modernismo sean

tratados en la novela. En el último lugar, Bergamín se opone igualmente al

historicismo, psicologismo y moralismo de la novela del XIX. Sin embargo,

Pérez Ferrero66 opina al contrario, es decir, que la novela del siglo XIX quiere

independizarse de la historia, de la psicología y de otras amalgamas y quiere

limitarse a su campo. Sobre el pesimismo metafísico habla Vossler67 • Sobre el

determinismo histórico se expresa Don Sturzo68

Sobre el positivismo opina Bergamín lo siguiente69

:

El positivismo se equivocó al negar la unidad a la obra de Lope. Han hecho

una autopsia al cuerpo muerto de la comedia lopista y no han encontrado su

alma porque han olvidado la personalidad católica, humana y cristiana de

Lope. Y en otro lugar70

, añade: Es una superstición positivista el afirmar que

la poesía estaba llamada a desaparecer.

Contra el impresionismo, simbolismo y suprarrealismo se expresa Bergamín

71. El mismo autor 72 y también María Zambrano 73 se manifiestan contra el

héroe romántico. Por su parte, Werner Matz74 escribe que la investigación literaria,

la reflexión sobre la obra de arte no se agota con el método histórico ...

ya que lo que interesa es la creación y la tensión dramática y no la prehistoria

(origen de las leyendas) ni la posthistoria ... En las épocas de tipo intelectualista

e individualista, como fue el siglo V antes de Cristo, desaparece la actitud

humilde ante los dioses, como se ve en Prometeo; cosa que critican tanto Esquilo

como Sófocles.

2.2. En el campo artístico

Para Falla 75, Wagner fue un personaje de aquel enorme carnaval que fue el

siglo XIX. Para Salas Viu 76, Strawinsky se identifica con Tchaikowsky en sus principios

anti-nacionalistas y en su mirar hacia Europa, hacia Schuman y hacia el

romanticismo alemán. Strawinsky quiere para su música un orden arquitectónico,

mayor sobriedad en el color y sequedad en el ritmo, contra los post-románticos y

los impresionistas. Salas Viu ve un error de bulto en Strawinsky al querer quedarse

con la sustancia sonora de Beethoven rechazando la naturaleza de sus ideas.

Según Benjamín Palencia 77, el barroco causó estragos en la pintura... la

pintura desde Rafael hasta el impresionismo se había degenerado. Parecida es

la opinión de Maritain78

• Sin embargo, el barroco es defendido como el culmen

del arte nacional español por Camón 79.

La producción espontánea, sin trabas ni fijación de límites es surrealista y

los impresionistas confundieron la vida con el arte, desplazanao al arte y a la

naturaleza y sometiendo la vida al cuadro, en opinión de SabartésSO que era

amigo y admirador de la obra de Picas so y que quiere unir de nuevo al artista

y al artesano. Para Weidlé81 el romanticismo causó un desquiciamiento esencial

de las bases de la creación artística y se opone a todos los estilos simultáneamente

... El romanticismo es la muerte del estilo y al desaparecer el estilo

,desaparece la homogeneidad de la cultura, los fundamentos irracionales del

arte, los arraigos religiosos y nacionales ... Y todo esto mata a la poesía ... Por

eso no puede llegar a ser arte.

106

Para Weidlé82

, el siglo XIX fue un siglo desolado, sin fe y sin esperanza ...

En pleno siglo XX tenemos que seguir siendo hombres del XIX, querámoslo o

no ... El mal gusto del siglo XIX puede hoy parecernos lleno de encantos ... A

pesar de ser horribles, los muebles del XIX tenían algo de alma ... Si no se

establecen sus fundamentos espirituales es imposible renovar un arte, volver a

crear un estilo, cosa que perjudica más a las artes que al escritor porque lo que

carece de estilo no puede llegar a ser arte, sobre todo en arquitectura. Para

Lützeler83 , el siglo XIX no ha aportado ningún estilo propio en la construcción

de iglesias.

2.3. En el campo científico

Para Julio Palacios 84 , el siglo XIX no creía en los átomos.

2.4. En el campo filosófico y jurídico

2.4.1. Para Julián Marías85 , el siglo XIX no ha sido una época de plenitud

como entonces se pensó ya que en vez de sembrar de nuevo se limitó a recoger

los frutos maduros, ocultando así una radical insuficiencia, un absoluto vacío,

una oprimente negación que dio origen al nihilismo teológico de Kierkegaard

y al nihilismo filosófico de Nietzsche ... La causa de la corrupción intelectual es

el especialismo, el parcelamiento que se ha producido en el siglo XIX por

haberse quedado las ciencias desarraigadas, por el olvido que unas ciencias

tienen de otras y por el olvido de la totalidad. Para Romer086 , la filosofía está

desprestigiada debido al auge positivista y cientifista y al idealismo pos kantiano

del XIX con su afán constructivo y con la creación de los grandes sistemas de

pensamiento completos y cerrados.

Para Zubiri 87, la primera mitad del XIX fue el frenesí de los sistemas especulativos:

es la obra genial del idealismo alemán, de Fichte y HegeL .. En la

segunda mitad del XIX el hombre persigue cosas sin ideas; se trata de palpar

realidades sin tener idea de lo que son ... El positivismo es la culminación de

este modo de saber.

2.4.2. En ciertos autores hay una valoración negativa de ciertas filosofías

que surgieron durante el siglo XIX, v. g. el idealismo, el positivismo, el determinismo,

etc.

Para Maravall88 , la filosofía egregia es enemiga del positivismo, del empirismo,

del relativismo, del ateísmo, subversión y demagogia irresponsable, propia

de los bajos fondos del determinismo. Para Julián Marías89 , la actualidad y

fecundidad de la filosofía de Comte se encuentra mayormente en su historicismo,

a pesar de su naturalismo científico ... Para el positivismo, la teología y la

metafísica son cosas pretéritas y son causa de confusión y de desorden. Para

Maravall90 , el racionalismo y el intelectualismo, al no lograr la unidad vital, del

cuerpo y del alma, hunden el cuchillo del separatismo dentro del hombre. Para

el mismo autor91 , el idealismo y el racionalismo ponen las ideas innatas como

un poner de manifiesto lo que antes no conocía. Para Julián Marías92 , con la

muerte de Hegel en 1831 acaba el idealismo alemán y comienza el siglo XIX.

Para Morón93 , el capitán Araña abandonó su idea nietzscheana, romántica por

107

lo tanto e inservible. Para Zubiri 94 , todo empirismo (Locke y Hume) es necesariamente

escepticismo.

2.4.3. Desde el año 1933 a 1936 se ve una evolución en el pensamiento de

los más jóvenes colaboradores de Cruz y Raya. Julián Marías pasa de un antipositivismo

y pro-tomismo a todo lo contrario. Maravall pasa de una creencia

católica a una indiferencia. L.E. Palacios pasa de un fervor pro-Maritain a una

postura crítica. Todos ellos y algún otro más, discípulos de Ortega, pasan a

una postura de «disidencia» que culminaría en «ruptura» a partir de los años

cincuenta.

2.5. En el campo político-social

2.5.1. Para Salas Viu95, los frecuentes cambios de ideas y de gobiernos

desde el siglo XIX producen un denominador común: nación en ruinas y un

Estado en descomposición. Para el mismo autor96 , desde el Renacimiento, en

el campo cultural, se inició un divorcio suicida entre la masa y la élite. Para el

mismo autor97 en el siglo XIX florece en España gran cantidad de órganos de

Prensa debido a la debilitación de la censura del Estado y de la Inquisición.

Para Bergamín98 la culpa de todo lo tiene el anarquismo nacional con sus raíces

en el XIX y en Bakunin. Para Maravall99 , hay una mezcla de racionalismo,

capitalismo e individualismo que luchan todo el siglo XIX, y todavía hoy, con

una postura de defensa, de suspicacia y de recelo contra el Estado sino hacer

un compromiso de Estado (individualismo frente a socialismo, constitucionalización

frente a socialización).

2.5.2. Para Heller1OO, debido al positivismo y al historicismo, ha habido el

error de confundir el sentido y el valor. Abril101 no acepta la bondad natural

del hombre. Para Imaz102 el romanticismo es todo lo contrario a la fuerte disciplina

militar del nazismo. Según L. E. Palacios103, para los románticos el héroe

de la Revolución Francesa era bueno y grandioso. Para Semprún 104, la revista

«Esprit» se coloca a medio camino entre el marxismo y el capitalismo.

2.5.3. Frente a los que defienden la poesía pura, es decir, una poesía sólo

con fines estéticos y sin ningún compromiso político ni religioso ni social, como

ve Bergamín en la obra de Lope 105 y como pide para toda literatura 106, hay

autores que piensan lo contrario.

Para Serrano Plaja 107, Gide quiere que la literatura sea espejo social y refleje

la lucha de clases. Para Vossler108 en Lope se ve la historia de España reflejada

como en un espejo. También María Zambrano109 defiende la función de

espejo de la literatura. Para Semprún 110, la literatura, por ejemplo, Quevedo,

tiene que tener una función moralizante.

2.6. En el campo religioso y moral

2.6.1. Para Sánchez Mazas111

, la ciencia que niega los milagros es la ciencia

fragmentaria y biológica del siglo XIX. Para Don Sturzo112 en el siglo XIX

hubo dos tendencias: el sistema liberal y el sistema autoritario-nacionalista;

contra ambos luchó la Iglesia. Para López Ortiz113 los liberales del XIX acogieron

con agrado la leyenda que narra el diálogo entre el diablo y Mahoma. Para

108

Bergamín 114, la corrupción religiosa, por las costumbres, de los cristianos católicos

de España es recaída en el pasado siglo XIX y recaída en el presente.

Para el mismo autor115 las desdichas que viene sufriendo España desde hace un

siglo se debe a la confesionalidad: el Estado quiere adjetivarse católico y la

Iglesia quiere «meterse» en psicología, sociología y política.

2.6.2. La mayoría de los aspectos que se valoran negativamente en el siglo

XIX, tales como el modernismo, el positivismo, etc., se valoran negativamente

en los diversos campos, tales como el literario, el filosófico, el político y el

religioso, aunque con diversos apelativos. Al modernismo, en el campo religioso,

se le llama herejía.

Para Sánchez Mazas 116, Maurras ha sido condenado, por positivista y modernista.

Para Fernández Almagro 117 , la herejía modernista de principios de siglo

pareció favorecer los dramas de conciencia. Para María Zambrano118, Romano

Guardini se opone al pietismo, al pragmatismo y al positivismo. Para Marava-

11119 , el positivismo comtiano, queriendo independizar al hombre de absolutos

religiosos, lo hace esclavo de otro absoluto más deshumanizado, la Humanidad.

Según Cossí0120

, la obra de Pereda «De tal palo tal astilla» insiste en que

los liberales son los causantes de la pérdida de la fe y de las colonias en España.

También contra el liberalismo se manifiestan Semprún 121 y López Ortiz122 • Según

Bergamín 123, para Araquistain, Menéndez y Pelayo era demasiado liberal

para algunos católicos y demasiado católico para algunos liberales. Según

Imaz124 para Donoso el racionalismo es el pecado más parecido al pecado original

ya que todos los locos son racionalistas y ya que la expresión más absoluta

del racionalismo es el socialismo que es la encarnación del mal. Para L. E.

Palacios 125 tanto el naturalismo como el racionalismo han caído en la herejía ...

El racionalismo y la filosofía cartesiana son anticristianas y anticatólicas al no

explicar la totalidad del hombre con cuerpo y alma. También es anticristiano

el naturalismo. También se opone al naturalismo, Bergamín126

• Según Imaz127 ,

para Nietzsche los alemanes son el primer pueblo no cristiano de Europa y la

Iglesia es una especie de Estado; para Fichte la eternidad está en el pueblo;

para Hegel el Estado es el paso de Dios por el mundo. Según Imaz, Hegel es

el mismísimo demonio. Según Landsberg128

, para Unamuno el escepticismo es

la actitud de incertidumbre que es la circunstancia de la fe en libertad. Unamuno

tiene tendencia a rebuscar lo peligroso, contradictorio y paradójico; se trata

de un trozo de herencia romántica. Para Cossí0129 cada reseña que aparecía

sobre «Gloria» era más bien munición de guerra religiosa, en la que literatura

y el arte tenían poco que ver.

2.6.3. También es cierto que el siglo XIX es heredero, en los campos

filosóficos, políticos, religiosos, etc., de varios aspectos del XVIII que no acabó

tampoco el año 1799 sino que, según Marías, llegó hasta 1831, en contra de los

que opinan que el siglo XIX comenzó con la Revolución Francesa. En nuestra

revista, mientras Félix García130 defiende a Feijóo y Artigasl3l defiende al siglo

XVIII de la acusación que se le hace de afrancesamiento, Gómez de la Serna132

afirma que la luz de la razón es una luz negra; Pérez Ferrer0133 dice que el

género novelesco decayó ante la ciencia enciclopédica del XVIII que disciplinó

la imaginación; Ros134 distingue el Narciso, el loco y el héroe en la teoría

109

ochocentista sin anhelos religiosos. Bergamín 135 prorrumpe en vituperios contra

el racionalismo, el Enciclopedismo y la Ilustración.

SEGUNDA PARTE: PEREZ GALDOS EN CONCRETO

1) REFERENCIAS NOMINALES FAVORABLES A GALDOS EN LA REVISTA CRUZ y

RAYA

Hay tres referencias nominales favorables a Galdós en la revista Cruz y

Raya: una es directa, la de Pérez Ferrero; tres son indirectas: dos de Pereda y

una de Menéndez Pelayo.

1.1. Referencia directa de Pérez Ferrero

Escribe este autor136 que entre los grandes escritores de la Enciclopedia

novelesca se encuentra PÉREZ GALDOS, el gran novelista español del siglo XIX

que, sobre todo en «Miau», ha asumido, como Cervantes, las tres modalidades.

1.2. Referencia indirecta de Pereda (Carta a Galdós del 9 febo 1877)

« ... subió de punto mi admiración hacia esas facultades asombrosas con que Dios

le ha dotado a usted para cultivar el buen género de la novela. Años ha que

viene conociéndosele a usted (y dicho se lo tengo) el lado a que se inclina, y

como por amigo le quiero tanto como por escritor le admiro, temía la caída, que

era lógica vista la inclinación ... , pero usted, con la riqueza inagotable de su

ingenio, con la infinitva variedad de colores que tiene en su paleta; usted, que

con sólo los recursos legítimos del arte tiene asegurado el triunfo de sus obras ...

Usted ha nacido para conquistar los aplausos y las coronas de tirios y troyanos

en el campo de la literatura, como viene haciéndolo hasta aquí, principalmente

con sus 'Episodios' y con 'Doña Perfecta'. Siga ese derrotero y abandone el que

acaba de emprender... sus libros de usted no deben aspirar a la mezquina y

sospechosa recompensa de ocupar un puesto en los Indices expurgatorios de

Roma; tienen misión más alta que cumplir en su patria, resucitando y popularizando

la buena novela, enterrada mucho ha por el peso abrumador de la literatura

por entregas ... »137, 138.

1.3. Nueva referencia indirecta de Pereda (Carta a Galdós del 13 de marzo 1877)

« ... Esta novela como obra literaria me parecía admirable en cuanto a la forma.

Del fondo de ella nunca pudo esperar usted que me fuera simpático conociendo

como conoce mi modo de pensar en este punto ... En cuanto a que en los Indices

esté todo lo bueno que se ha escrito en el siglo XIX, le desafío a usted que me

lo pruebe ... Cree usted, mi señor Don Benito, que el mundo ha perdido muy

poco, y mucho menos el buen gusto, con casi todo lo que en los Indices está

apuntado ... Si por liberales renegara yo de los hombres y pusiera en duda su

talento. ¿Cuál sería la razón de mi cordialísimo cariño hacia usted y de mi admiración

hacia su ingenio preclaro?

110

¿ Cuál la de los sinceros elogios que me ha oído usted hacer de tantos escritores

o artistas que militan en el campo liberal? Sr. D. Benito, aliquando bonus ... En

resumen, mi Sr. D. Benito, su ratificación me ha demostrado que se propuso

usted en 'Gloria' arraigar las creencias, sin ánimo deliberado de hacerlo a expensas

del catolicismo ... Los que más han aplaudido a 'Gloria' no me ganan en

entusiasmo para descubrirme delante de su autor, 'Gloria' legítima de las letras

patrias ... »139, 140.

1.4. Referencia indirecta de Menéndez Pelayo (Discurso de respuesta al del

ingreso de Galdós en la Academia Española)

« ... el verdadero pensamiento teológico del autor queda envuelto en nieblas, porque

es imposible que un alma de su temple ... Galdós no participa de las ideas ni

simpatiza con ninguna de (las dos familias) de los protagonistas ... a unos y a

otros ha atribuido condiciones nobilísimas ... en unos y otros ha puesto también

el germen de lo que él llama intolerancia» 141 , 142.

11) REFERENCIAS NOMINALES DESFAVORABLES A GALDÓS

Hay tres referencias desfavorables a Galdós en la revista Cruz y Raya: una

es directa, la de Fernández Almagro; dos son indirectas: las de Pereda (ter) y

la de Menéndez Pelayo.

2.1. Referencia directa de Fernández Almagro

Escribe este autor143 que, a pesar de GALDÓS y de todos los pesares, ninguna

novela española después del romanticismo puede emparejarse con la novelística

universal de la época.

2.2. Referencia indirecta de Pereda (Carta a Galdós del 9 fehr. 1877)

« ... Ya está usted metido de patitas en el charco de la novela volteriana ... ¿Quiere

usted crear una especie de 'Unión Liberal' en el terreno religioso, como se

creó en el político, avanzando los de atrás y retrocediendo los de adelante? Si

este procedimiento ha sido el origen de todos los grandes contubernios políticos,

convertidos ya en política al uso, la causa de la muerte de la fe en los principios

y, por tanto, la de todas esas desvergonzadas apostasías y veleidades, ¿qué sucedería

llevándole a lo religioso? ... Usted, que acaba de hacer del dogma católico

una verdadera caricatura, no se ofenderá si le digo que, llevando los ardores de

la pasión religiosa a la literatura, no será ésta espejo fiel de las ideas y del sentir

de una nación, sino, por el contrario, instrumento de las pasiones de una secta

o de un partido, como la prensa periódica ... »144.

2.3. Nueva referencia indirecta de Pereda (Carta a Galdós del 13 de marzo 1877)

« ... Siguen siendo volterianos los que sin meter mucho ruido socaban los mismos

cimientos, aunque con la protesta de levantar mejores edificios para dar culto a

otras ideas al gusto de cada uno ... por eso no he dicho que sea usted volteriano,

sino que 'Gloria' está dentro del género volteriano ... lo que duele son las burlas

o el escarnio. Y si tal sucede en lo político, ¿qué no sucederá en lo religioso? ...

y si de un retrato de todos los congresos y de todas las elecciones, hecho a la

buena de Dios (como aparece en mis 'Hombres de Pro') pueden tomar motivo

los parlamentarios para atufarse con razón, ¿qué no podrán decir los católicos

sinceros de una caricatura del catolicismo (tal como aparece en 'Gloria')? ... Yo

no sé si son los liberales la causa de la corrupción de costumbres que hay en

111

España desde el año 1812 ... no me atrevo a asegurar que sean las modernas

libertades la 'causa' del actual relajamiento de aquellas grandes virtudes; antes

las tengo por efecto de nuestra idiosincrasia nacionaL.. Pensar que estos males

que forman parte de nuestro carácter se han de curar con la libertad de conciencia

ni con otras libertades parecidas, es por lo menos tan inocente como el propósito

de hacernos felices resucitando la 'ronda de pan y huevo'. Nuestra decadencia,

pues, es otro destino que se cumple, hasta que años o siglos andando

suene de nuevo la trompeta de las conquistas ... cuando ustedes hayan definido

su 'santa' libertad y llegado a 'entenderse'. Avíseme y hablaremos ... ».

2.4. Nueva referencia de Pereda (Carta a Menéndez Pelayo del 15 febr. 1877)

« ... El amigo Galdós cayó al fin del lado a que se inclinaba. Su última (y por

cierto preciosa) novela, titulada «Gloria», le mete de patitas en el lodazal de la

novela volteriana. Así se lo he dicho a él, que me lo niega en redondo, asegurándome

que, lejos de eso, se propone arraigar las creencias religiosas, tan al aire

en la católica España ... Doctrinarismo puro en apariencia, pero en el fondo

volterianismo seco. Es una verdadera lástima ... »l46.

2.5. Referencia de Menéndez Pelayo

« ... GLORIA ha sido traducida al alemán y al inglés, y no dudo que antes de

mucho han de tomarla por su cuenta las Sociedades bíblicas y repartirla en hojitas

por los pueblos juntamente con el 'Andrés Dunn' (novela del género de

'Gloria'), la 'Anatomía de la Misa' y la 'Salvación del pecador .. .'147 148.

TERCERA PARTE: ALGUNOS COLABORADORES DE CRUZ Y RAYA Y

GALDOS

1) CORRESPONDENCIA CON GALDÓS DE ALGUNOS COLABORADORES DE CRUZ y

RAYA

En una magnífica obra sobre la correspondencia epistolar de Galdós, el

profesor De la Nuez Caballero149 incluye tres escritores que, a partir de 1933,

serían colaboradores de «Cruz y Raya». Son los siguientes: José María Alfaro,

Ramón Menéndez Pidal y José Ortega y Gasset. Sin embargo, no incluye a

Manuel Abril entre los escritores que, en vida de Galdós, sostuvieron correspondencia

epistolar con él. Los datos referentes a Manuel Abril se lo debemos

a la obra y a la amabilidad de la profesora Corina L. Alons015o 151.

11) CAMBIO DE ACTITUD RESPECfO A GALDÓS DE PARTE DE ALGUNOS

COLABORADORES DE CRUZ Y RAYA, A PARTIR DEL EXILIO DE 1939

A partir del exilio español de 1939 se produjo, en algunos colaboradores de

Cruz y Raya, una verdadera crisis de valores y un replanteamiento de las actitudes.

Quedaron sorprendidos por la derrota de los valores democráticos y

éticos y desengañados por el apoyo de la Iglesia Española a la causa del franquismo,

de la misma manera como Pío XI había hecho los concordatos con

Hitler y con Mussolini 152.

112

No es raro que, a partir del exilio y de la «hora» de España, abriesen los

ojos a la realidad española e hiciesen una nueva lectura del liberalismo y del

anticlericalismo de Don Benito algunos colaboradores de nuestra revista que

años antes, desde las páginas de la misma, habían mostrado ciertas reservas

hacia Pérez Galdós al condenar indirectamente el realismo en la novela 153. Tal

es el caso, entre otros, de José Bergamín154 y de José Femández Montesinos155

que abren la lista de esa larga serie de críticos literarios y escritores que, desde

el exilio de 1939 hasta el presente, comienzan un progresivo acercamiento y

«conversión» hacia Pérez Galdós y hacia los valores que éste encierra en el

campo de las libertades políticas y religiosas.

NOTAS

1 M. ABRIL, Las sílabas de Dios o la poesía pura, Cruz y Raya, 7, 133-153.

2 M. FERNÁNDEZ ALMAGRO, A propósito de Unamuno, en sus novelas o historias, Cruz y

Raya, 7, 157-161.

3 A. MORÓN, La hora de todos (Azaña ilustre escritor), Cruz y Raya, 21, 109-121.

4 M. PÉREZ FERRERO, Derrotero de la novela, Cruz y Raya, 22, 44-67.

5 J. A. MUÑoz ROJAS, Al poeta, que lo parta un rayo, Cruz y Raya, 22, 107-112.

6 J. A. MuÑoz ROJAS, A cielo raso (V. Aleixandre: «La destrucción o el amor», Cruz y Raya,

25, 135-147.

7 L. CERNUDA, Bécquer y el romanticismo español, Cruz y Raya, 26, 45-73.

8 L. CERNUDA, Selección de sonetos de Arguijo, Medrano y Rioja, Cruz y Raya, 36,103-136.

9 L. CERNUDA, Divagación sobre la Andalucía romántica, Cruz y Raya, 37, 7-44.

10 J. MENÉNDEZ, Santayana, filósofo y novelista, Cruz y Raya, 38, 121-142.

11 D. ALONSO, Aquella arpa de Bécquer, Cruz y Raya, 27, 59-104.

12 J. BERGAMíN, El rescoldo (Manuel B. Cossío), Cruz y Raya, 30, 89-92.

13 K. VOSSLER, Los motivos satíricos en la Literatura del Siglo de Oro, Cruz y Raya, 8, 7-32.

14 J. CASALDUERO, Las «Rimas» de Bécquer, Cruz y Raya, 32, 91-112.

15 J. M. SOUVIRÓN yO. PRICE, Traducción de «Sueño y Poesía» de John Keats, Cruz y Raya,

31, 83-102.

16 J. A. MUÑoz ROJAS, Traducción de «El Lebrel del Cielo» de Francis Thompson, Cruz y

Raya, 15, 79-96.

17 J. A. MuÑoz ROJAS, Traducción de dos sonetos de Gerald Manley Hopkins, Cruz y Raya,

31, 107-118.

18 P. NERUDA, Traducción de dos poemas de William Blake, Cruz y Raya, 20, 85-109.

19 H. GEBSER Y L. CERNUDA, Traducción de varios poemas de F. Hoederlin, Cruz y Raya, 32,

113-134.

20 H. GEBSER, Traducción de varios poemas de F. von H. Novalis, Cruz y Raya, 39, 65-92.

21 A. MARICHALAR, Traducción de varios fragmentos de Conventry Patmore, Cruz y Raya, 17,

107-114.

22 A. MARICHALAR, Traducción de varios fragmentos de lohn Henry Cardinal Newman, Cruz

y Raya, 1, 101-110.

23 G. NIEMEYER, Stefan George, Cruz y Raya, 9, 121-125.

24 EDITORIAL, Reproducción de un texto de Larra, Cruz y Raya, 7, 156.

25 EDITORIAL, Reproducción de otro texto de Larra, Cruz y Raya, 37, 102.

26 EDITORIAL, Reproducción de un texto de l. Maistre, Cruz y Raya, 4, 102.

27 EDITORIAL, Reproducción de un texto de A. Manzoni, Cruz y Raya, 31, 116.

28 EDITORIAL, Reproducción de un texto de Miguel Mañara, Cruz y Raya, 20, 112.

29 EDITORIAL, Reproducción de un texto de loan Maragall, Cruz y Raya, 30, 88.

113

30 EDITORIAL, Reproducción de un texto de F. Nietzsche, Cruz y Raya, 6, 138.

31 EDITORIAL, Reproducción de un texto de J. W. Goethe, Cruz y Raya, 7, 132.

32 L. F. VIVANCO, Selección de varios fragmentos de G. A. Bécquer, Cruz y Raya, 19, supl.

3-58

33 P. FÉLIX GARCíA, Reivindicación de Feijóo (G. Marañón: «Las ideas biológicas del Padre

Feijóo)>>, Cruz y Raya, 15, 131-141.

34 D. ALONSO, Escila y Caribdis de la Literatura española, Cruz y Raya, 7, 77-102.

3S G. NIEMEYER, Stefan George, Cruz y Raya, 9, 121-125.

36 D. ALONSO, Escilea y Caribdis de la Literatura española, Cruz y Raya, 7, 77-102.

37 V. SALAS VIU, España virtual (N. Cuneo: «Spagna Cattolica e Rivoluzionaria»), Cruz y

Raya, 16, 101-104.

38 J. A. MARAVALL, La incitación al destino, Cruz y Raya, 17, 7-57.

39 M. PÉREZ PERRERO, Derrotero de la novela, Cruz y Raya, 22, 44-67.

40 L. ROSALES, La Andalucía del llanto (F. García Lorca: «El Romancero Gitano»), Cruz y

Raya, 14,39-70.

41 J. F. MONlESINOS, Cadalso o la noche cerrada, Cruz y Raya, 13,43-67.

42 J. BERGAMíN, Laberinto de la novela y monstruo de la novelería, Cruz y Raya, 33, 7-42 Y

34, 7-61.

43 J. CAMÓN AzNAR, La arquitectura española en tiempo de Lope de Vega, Cruz y Raya, 25,

53-90.

44 J. BERGAMíN, La importancia del demonio, Cruz y Raya, 5, 7-51.

4S G. DíAZ PLAJA, El arte de quedarse solo, Cruz y Raya, 10,95-111.

46 R. GÓMEZ DE LA SERNA, Ensayo sobre lo cursi, Cruz y Raya, 16, 7-38.

47 J. F. MONlESINOS, Lope, figura del donaire, Cruz y Raya, 23 y 24,53-85.

48 J. BERGAMíN, Laberinto de la novela y monstruo de la novelería, lb. lb.

49 J. M.a de Cossío, Un ejemplo de vitalidad poética (Pedro de Espinosa: «La fábula del

Genil»), Cruz y Raya, 33, 43-66.

so J. BERGAMíN, Laberinto de la novela y monstruo de la novelería, lb. lb.

S1 W. WEIDLÉ, La muerte del estilo, Cruz y Raya, 37, 45-72.

52 L. ROSALES, La figuración y la voluntad de morir en la poesía española, Cruz y Raya, 38,

65-101.

S3 M. FERNÁNDEZ ALMAGRO, A propósito de Unamuno, en sus novelas e historias (Unamuno:

«San Manuel Bueno Mártir y tres historias más»), Cruz y Raya, 7, 157-161.

54 J. BERGAMíN, Llamémosle hache, Cruz y Raya, 8, 141-145.

55 G. DíAZ PLAJA, El Arte de quedarse solo, Cruz y Raya, 10,95-111.

56 J. F. MONlESINOS, Cadalso o la noche cerrada, Cruz y Raya, 13,43-67.

57 J. F. MONlESINOS, Lope, figura del donaire, Cruz y Raya, 23 y 24,53-85.

58 A. ALONSO, Vida y creación en la lírica de Lope, Cruz y Raya, 34, 63-106.

59 J. M.a QUIROGA PLA, El espejo ardiendo (Pedro Salinas: «La voz a ti debida»), Cruz y

Raya, 11,99-116.

60 J. F. MONlESINOS, Lope, figura del donaire, Cruz y Raya, 23 y 24,53-85.

61 R. SÁNCHEZ MAzAS, Algarotti, pero no todo (1712-1764), Cruz y Raya, 35, supl. 3-101.

62 L. ROSALES, La figuración y la voluntad de morir en la poesía española, Cruz y Raya, 38,

65-101.

63 L. ROSALES, La Andalucía del llanto (F. García Lorca: «El Romancero Gitano»), Cruz y

Raya, 14, 39-70.

64 M. PERNÁNDEZ ALMAGRO, lb. lb.

65 J. BERGAMíN, La callada de Dios, Cruz y Raya, 77-84. Id. Laberinto de la novela y monstruo

de la novelería, lb. lb.

66 M. PÉREZ FERRERO, Derrotero de la Novela, Cruz y Raya, 22, 44-67.

67 K. VOSSLER, Los motivos satíricos en la Literatura del Siglo de Oro, lb.

68 L. STURZO, Fascio /ictorio y cruz gammada, Cruz y Raya, 10, supl. 1-20.

69 J. BERGAMíN, Lope, siguiendo el dictamen del aire que lo dibuja, Cruz y Raya, 23 y 24, 7-52.

70 Id. Laberinto de la novela y monstruo de la novelística, lb.

71 Id. El pensamiento hermético de las Artes, Cruz y Raya, 1,41-66.

114

72 J. BERGAMÍN, La decadencia del Analfabetismo, Cruz y Raya, 3, 61-94.

73 M. ZAMBRANO, Obras de José Ortega y Gasset, 1914-1932, Cruz y Raya, 2, 145-154.

74 W. MATZ, Prometeo Encadenado (Ensayo sobre la estructura dramática y el ideario religioso

de una tragedia griega), Cruz y Raya, 36, 65-102.

75 M. de FALLA, Notas sobre Wagner en su Cincuentenario, Cruz y Raya, 6, 65-8l.

76 V. SALAS VIU, La materia sonora, Beethoven y Strawinsky, Cruz y Raya, 39, 41-64.

77 B. PALENCIA, Giotto, rafz viva de la pintura, Cruz y Raya, 19, 7-24.

78 J. MARITAIN, ¿Quién pone puertas al canto?, Cruz y Raya, 25, 7-5l.

79 J. CAMÓN AZNAR, La arquitectura española en tiempo de Lope de Vega, lb. Id. La arquitectura

del Renacimiento en España, Cruz y Raya, 38, 7-63.

80 J. SEBARTÉS, Picasso en su obra, Cruz y Raya, 30, 61-86.

81 W. WEIDLÉ, La muerte del estilo, Cruz y Raya, 37, 45-72.

82 Ibid.

83 H. LÜTZELER, La renovación de la arquitectura religiosa, Cruz y Raya, 15, 7-29.

84 J. PALACIOS, Atamos y Electrones, Cruz y Raya, 3, 7-30.

85 J. MARÍAS, Un tomismo vivo (J. Maritain: «Sept Let;ons sur l'etre et les premiers principes

de la raison speculative»), Cruz y Raya, 18, 91-96.

Id. Lo que está pasando (K. Lowith: «Kierkegaad und Nietzche oder theologische und philosophische

Uberwindung des Nihilismus»), Cruz y Raya, 18, 96-100.

86 F. ROMERO, Un filósofo de la problematicidad, Cruz y Raya, 21, 7-35.

87 X. ZUBIRI, Filosofta y Metaftsica, Cruz y Raya, 30, 7-60.

88 J. A. MARAVALL, Heroísmo y C/(nica, Cruz y Raya, 8, 135-14l.

89 J. MARiAS, Sobre el espíritu positivo, Cruz y Raya, 36, 139-146.

90 J. A. MARAVALL, La revolución para el hombre, Cruz y Raya, 15,99-127.

91 Id., La incitación al destino, Cruz y Raya, 17, 7-57.

92 J. MARÍAS, Lo que está pasando, Cruz y Raya, 18,96-100.

93 A. MORÓN, Sobre la verdadera muerte del capitán Araña, Cruz y Raya, 13, supl. 3-29.

94 X. ZUBIRI, Filosofta y Metaftsica, Cruz y Raya, 30, 7-60.

95 V. SALAS VIU, España Virtual, Cruz y Raya, 16, 101-104.

96 Id., Perspectivas del trasfondo de lo po/(tico (Angel Sánchez Rivero: «Meditaciones políticas

»), Cruz y Raya, 19,95-99.

97 Id., El periodismo, servicio público, y la libertad de Prensa, al margen de su historia, Cruz

y Raya, 22, 113-118.

98 J. BERGAMÍN, El Estado fantasma y ¿en qué país vivimos?, Cruz y Raya, 20, 127-133.

99 J. A. MARAVALL, La crisis del concepto del Estado, Cruz y Raya, 22, 101-106.

100 H. HELLER, La justificación del Estado, Cruz y Raya, 9, 7-35.

101 M. ABRIL, Los malos pastores, Cruz y Raya, 4, 112-127.

102 E. IMAZ, La unión de los jóvenes, Cruz y Raya, 5, 163-167.

103 L. E. PALACIOS, Las dos herejfas de la modernidad, Cruz y Raya, 35, 55-91.

104 J. M. SEMPRÚN, Espíritu (<<Esprit», revue internationale), Cruz y Raya, 1, 150, 153.

105 J. BERGAMÍN, Lope, siguiendo el dictamen del aire que lo dibuja, op cit.

106 J. BERGAMÍN, Carta-respuesta a Arturo Serrano Plaja, Cruz y Raya, 32, supl. 20-33.

Id., Hablar en cristiano, Cruz y Raya, 28, 73-83.

107 A. SERRANO PLAlA, Carta a José Bergamín, Cruz y Raya, 32, supl. 3-19.

108 K. VOSSLER, Los motivos satíricos en la Literatura del Siglo de Oro, op. cit.

109 M. ZAMBRANO, Por el estilo de España (K. Vossler: «Lope de Vega y su tiempo»), Cruz y

Raya, 12, 111-115.

110 J. M. SEMPRÚN, Selección de varios fragmentos de Quevedo, Cruz y Raya, 5, 113-139.

111 R. SÁNCHEZ MAZAS, Crítica y Milagro, Cruz y Raya, 21, 97-102.

112 L. STURZO, El estado totalitario, Cruz y Raya, 28, 7-39.

113 J. LÓPEZ ORTIZ, San Isidoro de Sevilla y el Islam (Comentarios a cuatro pasajes de don

Lucas de Túy y del Si/ense), Cruz y Raya, 36, 7-63.

,114 J. BERGAMÍN, Cuatro paredes chamuscadas, Cruz y Raya, 39, 95-99.

115 Id., Un gran vuelo de cuervos mancha el azul celeste, Cruz y Raya, 12, 114-147.

116 R. SÁNCHEZ MAZAS, Siete escolios a la Pastoral, Cruz y Raya, 5, 143-160.

115

117 M. FERNÁNDEZ ALMAGRO, A propósito de Unamuno, en sus novelas o historias, o. c.

118 M. ZAMBRANO, Renacimiento litúrgico, Cruz y Raya, 3, 161-164.

119 J. A. MARAVALL, La revolución para el hombre, Cruz y Raya, 15,99-127.

120 J. M.a Cossío, De tal palo tal astilla (Origen y polémica de la novela de Pereda), Cruz y

Raya, 12, 7-31.

121 J. M.a SEMPRÚN, Espíritu (<<Esprit», revue internationale), Cruz y Raya, 1, 150-153.

122 J. LÓPEZ ORTlZ, El tribunal de fe de los Omeyas cordobeses, Cruz y Raya, 2, 35-59.

123 J. BERGAMíN, Por ejemplo, Cruz y Raya, 4, 149-150.

124 E. IMAz, La decisión de Donoso (Edmund Schramm: «Donoso Cortés. Leben und Werk

eines spanischen antiliberalen»), Cruz y Raya, 35, 119-129.

125 L. E. PALACIOS, Las dos herejías de la modernidad, Cruz y Raya, 35, 55-91.

126 J. BERGAMÍN, El pensamiento hermético de las Artes, Cruz y Raya, 1,41-66.

127 E. IMAz, A Dios por razón de Estado, Cruz y Raya, 9, 103-118.

128 P. L. LANDSBERG, Reflexiones sobre Unamuno, Cruz y Raya, 31, 7-45.

129 J. M.a Cossío, De tal palo tal astilla (Origen y polémica de la novela de Pereda) Cruz y

Raya, 12, 7-3l.

130 F. GARCÍA, Reivindicación de Feijóo, Cruz y Raya, 15, 131-141.

131 M. ARTlGAs, Introducción y Transcripción de la obra: «Reflexiones sobre el uso de las

palabras nuevas en la lengua castellana (Leídas a la A. de Letras Humanas, de Sevilla, en 24 de

junio de 1798, por D. Félix José Reynoso, su secretario), Cruz y Raya, 21, supl. 3-66.

132 R. GÓMEZ DE LA SERNA, Siluetas y Sombras, Cruz y Raya, 20, supl. 3-37.

133 M. PÉREZ FERRERO, Derrotero de la novela, Cruz y Raya, 22, 44-67.

134 F. Ros, Elogio de Narciso, Cruz y Raya, 11,49-79.

135 J. BERGAMÍN, La decadencia del analfabetismo, Cruz y Raya, 3, 61-94.

136 M. PÉREZ FERRERO, Derrotero de la novela, Cruz y Raya, 22, 44-67.

137 J. M.a CossÍo, De tal palo tal astilla (Origen y polémica de la novela de Pereda), Cruz y

Raya, 12, 10-14.

Shoemaker (o. c.) hace referencia a las pp. 150-157 de una obra de Cossío que no conocemos.

138 w. H. SHOEMAKER, Cartas de Pereda a Galdós y ocho borradores, Boletín de la Biblioteca

de Menénez Pelayo. Año XLII, 1966, n.OS 1, 2, 3 y 4 (Anales 13-15), pp. 138-142. Nos dice que

Cossío ha olvidado en su transcripción el comienzo y el final de la carta de Pereda. En la p. 151,

nota 130, Shoemaker transcribe el siguiente párrafo de Pereda:

«Toda novela en la que no entra como motivo la religión ni la política puede aspirar al

aprecio de tirios y troyanos. Esta novela es el terreno de Vd. y algo parecido creo haberle

dicho en la época en que a Vd. le daba por la política como ahora le da por la religión,

cuando escribía «La Fontana de Oro» y «El Audaz».

Traemos a colación este párrafo porque, en esos momentos de la revista Cruz y Raya, anteriores

a la Guerra Civil Española, la línea editorial de la revista, especialmente Bergamín y Montesinos,

coinciden exactamente con Pereda.

139 J. M. a COSSÍo, o. c. pp. 14-21.

Shoemaker (o. c.) hace referencia a las pp. 138-151 de una obra de Cossío que no conocemos.

140 W. H. SHOEMAKER, o. c., pp. 146-159. Nos dice que Cossío ha transcrito bien el final de

la carta que llega hasta la firma de Pereda pero que ha olvidado el comienzo, donde Pereda le

habla a Galdós de asuntos de plantas y de flores.

141 J. M.a COSSÍO, o. C., p. 22.

142 M. MENÉNDEZ PELAYO, Discurso (Prólogo de J. M.a Cossío) , Editorial Espasa-Calpe, Madrid,

1964, pp. 93-94.

143 M. FERNÁNDEZ ALMAGRO, A propósito de Unamuno en sus novelas o historias (Unamuno:

«San Manuel Bueno Mártir y tres historias más», Cruz y Raya, 7, 157-16l.

144 Vide supra, notas 137 y 138.

145 Vide supra, notas 139 y 140.

146 J. M.a Cossío, o. C., pp. 23-24.

147 J. M.a COSSÍO, O. C., p. 22.

148 M. MENÉNDEZ PELAYO, Heterodoxos Españoles, tomo Tercero.

116

149 S. de la NUEZ CABALLERO, Indice del Archivo Particular de Galdós, El Museo Canario,

Las Palmas, 1961-1962.

150 C. L. ALONSO GARCÍA, Catalogación de las cartas de Don Benito Pérez Galdós existentes

en la Casa Museo Pérez Galdós de Las Palmas, Primera parte, Cabildo Insular, Las Palmas de

Gran Canaria, 1982 (Inédito).

Id. Relación epistolar de Galdós y los novelistas de principios de siglo: José López Pinillos, Tomás

Borrás y Antón del Olmet, Memoria de Licenciatura. Universidad de La Laguna, 1984 (Inédita).

151 En la Caja 1, Carpeta 1, Legajo 2, del Archivo Galdosiano de la Casa Museo Pérez Galdós

de Las Palmas se encuentran dos cartas de Manuel Abril a Pérez Galdós, que no tienen referencias

de día ni de mes ni de año.

Transcripción de la primera carta:

«Sr. D. Benito Pérez Galdós

Muy Sr. mio,

En la Revista que le envió he dicho, como puede Vd. ver, parte de lo mucho que pienso

de «Amor y Ciencia». Como las opiniones de la crítica no están muy acordes con la mía

tengo gran interés en que Vd. me diga si acerté o acertaron.

Pienso que no tendrá Vd. el tiempo para perderle conmigo. Por lo tanto le ruego que me

conteste, simplemente, diciéndome si Vd. me dedicaría con gusto mi ejemplar de Amor y

Ciencia en caso de que mi trabajo revele una percepción clara y justa de la obra. De este

modo tendré su apreciación, que tanto me interesa, sin que Vd. se moleste; yen caso de

serme favorable su juicio, habré ganado el premio.

Mil gracias por su bondad en haber llegado hasta aquí.

Suyo afmo. s.s.

Q.B.S.M.

Manuel Abril

SIC Jorge Juan, 21.

Madrid-28».

Transcripción de la segunda carta:

«Sr. D. Benito Pérez Galdós

Muy Sr. mio,

le agradezco en el alma sus palabras atentas y benévolas y sobre todo la dedicatoria de una

obra tan de mi agrado.

Queda agradecísimo su afmo. amigo y s.s.

Q.B.S.M.

Manuel Abril».

152 L. STURGO, Fascio /ictorio y cruz gammada, Cruz y Raya, 10, supl. 1-20.

Id. El Estado Totalitario, Cruz y Raya, 28, 7-39.

153 Vide supra. Notas 42, 48, 50, 56, 60, 65, 69, 70, 71, 72, 105, 106, 126, 135, 138.

154 Comparte esta opinión VICENTE GAOS, Claves de la literatura española, Guadarrama, Madrid,

1971, pp. 461 al escribir: «el desprecio por Galdós llega hasta los años treinta y tantos de este

siglo y culmina en los juicios tan desfavorables que Antonio Espina y José Bergamín vierten en

«Galdós, redimuerto», El Heraldo, Madrid, 5 enero 1933.

Sin embargo, durante su exilio se opera un cambio de actitud en Bergamín respecto a Galdós,

al que dedicó varios libros.

En La Corteza de la Letra, Losada, Buenos Aires, 1957, Bergamín relaciona a Galdós con

Dostoiewski y con Tolstoi. Parte de esta obra ha sido refundida por Bergamín en otra más reciente,

Calderón y Cierra España, Planeta, Madrid-Barcelona, 1979, en la que, por una parte (pp. 156-

166) pone a «la conciencia nacional trágica» como punto de contacto entre Galdós y Tolstoi, y por

otra (pp. 167-172) pone «el pintar con nuestra propia sangre» como punto de contacto entre Galdós

y Goya.

En «Mundo y Trasmundo de Galdós, Bergamín relaciona a éste con la Gener~ión del 98

(Apud Theodore A. SACKEIT, Pérez Galdós, An Annotated Bibliography, The University of New

Mexico Press, 1968.

Por último, con ocasión de su homenaje y de la representación de su obra Medea, la Encantadora,

Bergamín ha afirmado que los Arniches y los Quintero son el mejor teatro de España porque

117

son herederos de Galdós mientras que Linares Rivas y Martínez Sierra siguen a Benavente con un

teatro lleno de influencias extranjeras (Apud Carlos Gurméndez, «Entrevista a José Bergamín»,

El País, domingo 22 de junio de 1980, p. 31).

155 Durante su. etapa anterior al exilio y al ejercer su extraordinario magisterio de crítico

literario, José Fernández Montesinos se había opuesto sistemáticamente a todo lo que sonase a

«realismo» en la novela española. Sin embargo, durante su exilio en California, cambia sus puntos

de vista y dedica al «Costumbrismo y Novela» el Volumen 11, a «Pedro Antonio de Alarcón» el

Volumen 111, a «Varela o la ficción libre» el volumen IV, a «Pereda» el Volumen V, y a «Galdós»

los volúmenes VI, VII Y VIII de su magna obra, Estudio sobre la Novela Española del siglo XIX.

Los volúmenes dedicados a Galdós han sido editados por Editorial Castalia, en su segunda edición,

en 1980.

El Volumen primero titulado, Introducción a una historia de la novela en España en el siglo

XIX, seguida de una bibliografía española de traducciones de novelas desde 1800 a 1850, está

publicado igualmente en la Editorial Castalia, con una tercera edición en Valencia el año 1972 y

con una cuarta edición en Madrid el año 1980.

BIBLIOGRAFIA COMPLEMENTARIA

ALONSO GARCÍA, M. J.: Estudio sobre la revista Cruz y Raya (6 volúmenes), Tesis Doctoral,

Universidad de Granada, 1977 (Inédita). .

- Estudio sobre la revista Cruz y Raya, Tesis Doctorales de la Universidad de Granada, n.O 168,

Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Granada, 1977.

- José Bergamín, director de «Cruz y Raya» (1933-1936), Cuadernos para Investigación de la

Literatura Hispánica, Fundación Universitaria Española, Seminario «Menéndez Pelayo», n.O

4, Madrid, 1982, pp. 93-107.

Aspectos culturales de la Segunda República Española: Aproximación a los Años Treinta, Conferencia

en el Aula Cultural de la Caja Insular de Ahorros, Las Palmas, septiembre, 1982.

- José Bergamín: vida, pasión y muerte, Conferencia en la Universidad de La Laguna, Departamento

de Literatura Española, diciembre, 1983.

118

Miguel Hernández: Cincuentenario de su Auto Sacramental, Casa de Tomás Morales de Moya,

Las Palmas, abril, 1984.

Cincuentenario de la Generación de 1935: el neo-realismo de Zubiri y de Rosales, Conferencia

en la Sala de Conferencias de la Consejería de Cultura del Gobierno de Canarias, Las Palmas,

abril, 1985.

La Aportación a la cultura y a la ciencia de los exilados españoles en los Estados Unidos,

Estudio subvencionado con una beca N. M. A. de la Comisión Fullbright, en la City University

of New York, año 1977 (Inédito).