SOBRE EL ORIGEN 11

Y LA ELABORACION

DE TORQUEMADA EN LA HOGUERA

Beatriz Entenza de Solare

CuandO los organizadores de este nuestro

cuarto congreso nos comunicaron que verían con agrado que se dedicara especial atención

a las novelas cuyo centenario se celebra en estos años, decidí modificar mis planes iniciales

y traer unas notas sobre Torquemada en la hoguera. Son solamente unos pocos datos, (de

ésos cuyo destino es, en el mejor de los casos, una nota a pie de página), espero que puedan

ser de alguna utilidad para quienes estudien la novela.

Es reconfortante ver que se está prestando más atención a los autógrafos galdosianos.

Parece que, felizmente, ya se ha terminado la época en que sólo se consideraba interesante

el manuscrito que contuviera un texto inédito. Ya va siendo frecuente que se procure acudir

al manuscrito siempre que se quiera ahondar en el estudio de una obra.

Dada la magnitud de la tarea, es mucho lo que queda por hacer, pero ya se están viendo

resultados. Esos manuscritos, con sus cambios, agregados y supresiones, han destruido la

vieja imagen de un Galdós que escribía al correr de la pluma, sin preocupaciones formales!.

Además, la costumbre galdosiana de escribir en el reverso de cuartillas ya utilizadas ha

permitido conservar materiales que de otro modo se hubieran perdido sin remedio. En algún

caso, los hallazgos fueron espectaculares: nada menos que una novela desconocida2• Los que

presento aquí son mucho más modestos, pero creo que no carecen por completo de interés.

No sé qué fue de los originales de Torquemada en la hoguera3

• Los únicos elementos

relacionados con su elaboración de que tengo noticia son unos fragmentos de borradores que

encontré al estudiar el manuscrito de La incógnitrr.

Los manuscritos de Galdós estudiados hasta ahora muestran métodos de trabajo

semejantes. Suele haber por lo menos tres redacciones de cada obra (a veces más, totales

o parciales).

La primera está escrita a vuelapluma -suele presentar dificultades de lectura-, yen ella

se mezclan con simples enunciados partes más o menos desarrolladas; tiene muy pocas

correcciones. Puede ser muy aventurado relacionar partes determinadas de esta redacción

primera Y de la versión final.

En las cinco páginas de borradores a que me estoy refiriendo, hay dos que pertenecen

á esta primera etapa. Una de ellas (sección 2 del apéndice) llevaba el número 48 en la

l1li BIBLIOTECA GALDOSIANA

foliación original. Carece de equivalente exacto en la versión final: sólo de una manera muy

general puede relacionarse con la secuencia del capítulo IV en que Torquemada va a cobrar

los alquileres a la casa de que es propietario y asombra a los inquilinos con su benevolencia;

o con aquella otra ~ividida entre los capítulos VII y VIII- en que va a socorrer a Isidora

Rufete y a su amante casi moribundo.

El fragmento comienza en la mitad de una frase ~e una palabra- de don Francisc05:

ca dar... pero para que sea eficaz había de ser sin que ellos mismos se enterasen ... A

quien encargare yo. A vosotros no, estais muy necesitados, y ...

- D. Francisco si V. nos comisionara ... [ ... ] dile a la niña que entre ... Verá V. que

miseria.

Entra la niña. Torquemada le da unos cuartos, y luego le dice lleva me a tu casa

La niña le lleva. El avaro deja algunas limosnas, dice que volverá, recorre las

bohardillas, y ve espectáculos lastimosos. Da limosna, y poseído ya de un verdadero

delirio, desempeña colchones en el monte. Dice: si les doy el dinero se lo gastan en

bebida, y les trae pan y carne ... Parece loco, sube y baja va y viene: a veces parece que

quiere llorar, a ve-6

Como ya he dicho, no hay equivalente exacto de estos hechos en la novela. Quizás una

semejanza lejana y parcial-puede ser una coincidencia-con unas palabras de Torquemada

en el capítulo VIII: ... "eso de dar a los pobres viene a ser una tontería, porque cuanto les das

se lo gastan en aguardiente" (p. 96 y.

El otro fragmento que creo que la primera redacción (sección 3 del apéndice) llevaba el

número 80. Abunda en lecturas dudosas:

y como carnero que embiste, dio varios topetazos contra los tabiques ... [ .......... ] le

detenía, con [ .......... ]

- Dejame, sin verguenza, o te muerdo ... Dios mio, dicen que rece ... Bueno, pues rezaré

todo lo que quieran ... por eso no ha de quedar. [ ..... ] le consolaba con [ .... . lfilosq/fas

y [ ............... ] resignación ... Debemos acatar las disposiciones del gran conjunto.

- Vete tu y tu conjunto a los quintos infiernos, bandido, badulaque, Si mi hijo se muere

es que no hay justicia, es que no hay Dios T [ ......... ], todo [ .......... ] De que me sirve

tener mas oro que las estrellas y darles todo sin quedarme ni para comer. Pues no me

serviría de nada.

Tampoco hay equivalente de esta página en la edición. La primera parte puede

relacionarse lejanamente con el ataque convulsivo que sufre Torquemada mientras agoniza

su hijo. Lo que sigue, con los consuelos filosóficos que intenta darle Bailón, y el rechazo del

usureroS:

Ante los designios de la Naturaleza, de la Humanidad, del gran Todo, ¿qué puede el

hombre? (p. 105).

- [ ... ] ¿Quiere usted marcharse de aquí, so chinche? ... Vaya que es de lo más pelmazo

y cargante y apestoso que he visto [ ... ] Si no se calla le rompo la cara ... Lo mismo me

IV CONGRESO GALDOSIANO _

da a mí el grandísimo todo que la grandísima nada y el muy piojoso que la inventó.

Déjeme, suélteme, por la condenada alma de su madre, o ... (ibid).

Algo parecido al trozo final de la página manuscrita a que me estoy refiriendo aparece

en unas palabras de Torquemada después de la muerte de Valentín:

Vean de qué le vale a uno ser más bueno que el pan, y sacrificarse por los desgraciados,

y hacer bien a los que no nos pueden ver ni en pintura ... (p. 109)

Las otras tres páginas de estos borradores corresponden a etapas mucho más avanzadas.

Ya estamos ante un texto desarrollado, y podemos señalar correspondencias con otros de

la redacción publicada. Ahora sí hay muchas correcciones: palabras sutituidas, cambios sintácticos, etc.

Una de estas páginas, cerca ya del final, llevaba el número 171 bis (sección 4 del apéndice):

tivo de satisfaccion y orgullo, único balsamo de su hondísima pena. Apenas salido el

cadaver de la casa, Torquemada fuera de sí y mas descolorido que el pobre Valentín,

descolgó del comedor el encerado en que estaban aun trazados los problemas matemáticos,

y tomandolo por retrato que le reproducía fielmente las facciones del adorado

niño, estuvo largo rato dándole besos sobre la fría tela negra y estrujandose la cara

contra ella, con lo que el bigote mojado de llanto se le llenó de tiza y no parecía sino que

en instante se le había vuelto enteramente cano. Llevóse el encerado a su cuarto, y

encargó a un dorador un marco de todo lujo para ponérselo y colgarlo en el sitio mejor

de la estancia.

Hay muchas diferencias con el texto publicado. La más significativa: que la impresión

de súbito encanecimiento que produce el bigote sucio de tiza, en el manuscrito es un

comentario del narrador, yen la edición se atribuye a la hija del protagonista y -en segundo

lugar- a los demás personajes presentes.

Las dos páginas que quedan por comentar contienen sendas versiones del comienzo de

la novela. La señalada en el apéndic~ como 1.1 es anterior a la otra; no resulta difícil

establecerlo porque algunos trozos que en ella figuran como resultado final de tachaduras

y agregados, en 1.2 son el punto de partida, a su vez tachado y sustituido. También aquí hay

muchas diferencias con la versión que finalmente apareció editada. Comparemos solamente,

como muestra, la primera frase:

Voy a contar cómo fue al patíbulo el inhumano que pegó fuego a las esperanzas de·

tantos de nuestros semejantes, que a unos les tostó a fuego lento en unas parrillas de

papel, a otros les frio con un hierro caliente las las entrañas con la tenaza dura de sus manos.

En 1.2 esto se ha modificado así:

Voy a contar cómo fue al patíbulo el inhumano que tantas vidas infelices consumió en

el fuego, que a unos les coció en baño-maría, a otros les traspasó las entrañas con un

hierro candente, ya los demás les achicharró por partes con estudiada y metódica saña.

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

Un único ejemplo de lo que se esconde bajo las tachaduras: la palabra quemadero, que

aparece en la edición en el lugar donde el borrador que denomino 1.2 da patíbulo, estaba ya

en esa cuartilla, pero Galdós la tachó, para volver a patíbulo, que había escrito anteriormente

(fragmento 1.1).

Estas cinco páginas de borradores apenas si nos permiten asomarnos al proceso de

elaboración de Torquemada en la hoguera. Representan una porción muy escasa de la obra.

Además, faltan los manuscritos definitivos.

Por otra parte, según lo que se sabe sobre el modo de trabajar de Galdós, no se puede

afirmar que las diferencias existentes entre estos borradores y la edición se hayan producido

en el manuscrito final; y esto, no solamente porque no sabemos si hubo otras etapas

intermedias, sino porque Galdós, además de pulir a conciencia los manuscritos, corregía

mucho en las galeradas9•

Dejamos por ahora el campo de los manuscritos, hasta que alguien nos dé la buena noticia

de que han aparecido más hojas. Detengámonos en un dato que arroja alguna luz sobre la

génesis de esta novela.

Al responder a una carta en que Narciso OlIer se refería al éxito de Torquemada en la

hoguera, comentó Galdós: "Para escrito a la carrera y casi por compromiso, no salió del todo

mal". William Shoemaker hizo notar que éste era "un dato completamente nuevo y sin haber

sido hasta ahora ni siquiera sospechado por la crítica"; y agregó: "¿Pero qué compromiso

sería ése? ¡Otra incógnita!"lo.

Alguna vez he dicho que leer la correspondencia ajena no estará de acuerdo con las

normas de la buena crianza, pero suele dar excelentes frutos en materia de investigación.

Otra carta permite responder a la pregunta del ilustre galdosista.

El6 de febrero de 1889 escribió Galdós a Pereda: "En esa revista deLa España Moderna

[ ... ] pienso dar una novelita o cuento de costumbres de un solo número, o a lo sumo de dos.

El propietario, que es un D. Lázaro, me ha regalado un dibujo original de Goya, para vencer

mi repugnancia a escribir y no he podido menos de colaborar algo" 11.

Este era, pues, el compromiso a que se refería Galdós en la carta a OlIer. Don José Lázaro

Galdiano había encontrado la tentación que don Benito no pudo resistir.

El hecho de que Torquemada en la hoguera se haya publicado en una revista antes de

aparecer en libro interesa por razones bibliográficas, no tanto para la historia del texto (hay

sólo algunas variantes muy leves, que hasta podrían atribuirse a descuido en la composición).

En cuanto al motivo de esa colaboración, es sólo una anécdota, pero interesa para

mostrar, una vez más, cuánto de aleatorio puede haber en el origen de una obra maestra.

Se funda una revista y el propietario -deseoso de obtener una colaboración importantelogra

comprometer a Galdós. Este escribe algo, tanto "para cumplir". Recurre para ello a un

personaje que sin duda le interesa mucho: el usurero que, apenas mencionado en El doctor

Centeno y Lo prohibido, va adquiriendo importancia cada vez mayor a través de La de

Bn'ngas y Fortunatay Jacinta, hasta convertirse en protagonistaI2.'y ante el resultado, no

podemos sino opinar como Pereda, quien después de leída la primera parte exclama -como

cualquiera de sus montañeses-: "¡Recongrio, cómo salen esos personajes al aquel de toda

su casta!" 13; y al terminar la lectura: "Es [",] de lo más donoso, original y fresco que ha hecho

V, en su vida"14,

IV CONGRESO GALDOSIANO 11&

Notas

t Para un panorama un poco más amplio, puede verse mi comunicación sobre "Manuscritos

galdosianos", en Actas del Tercer Congreso Internacional de Estudios Galdosianos, 1, pp. 149-161; Las

Palmas de Gran Canaria, 1989.

2 Benito Pérez Galdós, [Rosalfa]. Edición de Alan Smith. Madrid, Cátedra, 1983 (Letras Hispánicas,

190). Véase también Walter T. Pattison, Benito Pérez Galdós. Etapas preliminares de "Glorian;

Barcelona, Puvill, s.a. [¿1979?].

3 Nunca los he visto mencionados, ni están en los catálogos de bibliotecas que yo conozca.

Teniendo en cuenta que esta novela se publicó por primera vez en La España Moderna (números 2 y

3; Madrid, febrero y marzo de 1889), recurrí a la biblioteca y el archivo de la Fundación Lázaro Galdiano,

donde se me atendió con toda gentileza, pero no pude encontrar ni siquiera una pista.

4 Biblioteca Nacional de Madrid, ms. 21784, ff. 421 v. a1425v. (/. mi nota "Sobre los manuscritos

de La incógnita y Realidad n (Romanische Forschungen, 96, 4, pp. 430-435; 1984).

s Sobre los criterios de transcripción que he seguido en este trabajo, véase la nota correspondiente

en el apéndice.

6 Con esto se llega al final de la página. De los textos que se transcriben en este trabajo, solamente

el reproducido en el apéndice como 1.2 no completa la página.

7 Las citas del texto publicado están tomadas de la primera edición en volumen: Benito Pérez

Galdós, Torquemada en la hoguera. El articulo deJondo. La mulay el buey. La pluma en el viento. La

coTJiuración de las palabras. Un (n'bunal literario. La princesa y el granqja. Junio. Madrid,

Administración de La Guirnalda y Episodios Nacionales, 1989.

8 Observemos que la idea general es la misma, no las palabras; esto se observa en Galdós con

muchísima frecuencia cuando se comparan diversas etapas de redacción.

9 Nos lo dice la confrontación de los manuscritos estudiados hasta ahora con las versiones

impresas, y lo confirman las investigaciones ya realizadas sobre las galeradas de algunas novelas. c;¡.

James Whiston, "Las pruebas corregidas de Fortunata y Jacinta" (en Actas del Segundo Congreso

Internacional de Estudios Galdosianos, 1, pp. 258-265; Las Palmas, Cabildo Insular de Gran Canaria,

1978 [1979]); Y la comunicación sobre las pruebas de Realidad presentada por Ela María Martínez

Umpiérrez en el Décimo Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas (Barcelona, 1989).

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

10 William Shoemaker. "Una amistad literaria" (en su: Estudios sobre Galdós, p. 219; Madrid,

Castalia, 1970).

11 Carmen Bravo Villasante, "Veintiocho cartas de Galdós a Pereda" (en Cuadernos Hispanoamericanos,

nl! 250-252, p. 43; Madrid, 1970-1971).

12 c;¡: Robert Ricard, "L'usurier Torquemada: historie et vicissitudes d'un personnage" (en su

Aspects de Galdós, pp. 61-85; Paris, Presses Universitaires de France, 1963).

13 Carta del21 de marzo de 1889. En: Soledad Ortega, Cartas a Galdós, p. 142; Madrid, Revista de

Occidente, 1964.

14 Carta del 15 de abril de 1889; id., p. 144.

Apéndice

El apartado a) de cada sección reproduce el manuscrito en su estado final, es decir, sin indicar

dónde hay enmiendas, qué puede leerse debajo de las tachaduras, etc.; respeto la puntuación y la

ortografia. Las palabras en cursiva son de lectura dudosa; los puntos entre corchetes reemplazan

palabras para mí ilegibles.

El apartado b) ~uando lo hay-recoge la parte correspondiente en la edición de 1889; en este caso,

sí regularizo la ortografia. Para mayor claridad, reproduzco el párrafo completo.

1. a)

1.1 (ms. 21784, f. 422 v.)

Torquemada en la hoguera·

1

Voy a contar como fué al patíbulo el inhumano que pegó fuego a las esperanzas de tantos de

nuestros semejantes, que a unos les tostó a fuego lento en unas parrillas de papel, a otros les frio con

un hierro caliente las las entrañas con la tenaza dura de sus manos. Voy a contar como vino el verdugo

a ser víctima, y como el que todos aquellos odios que sembró los recogió en lástima y piedad; caso

patético, caso muy ejemplar, señores, digno de que se cuente para enseñanza de la juventud y aun de

la vejez, caso del cual me ha tocado ser historiador, (ya mucha honra)

1.2 (id., 1. 421 v.)

Torquemada en la hoguera *

1

Voy a contar cómo fué al patíbulo el inhumano que tantas vidas infelices consumió en el fuego,

que a unos les coció en baño-maría, a otros les traspasó las entrañas con un hierro candente, y a los

demás les achicharró por partes con estudiada y metódica saña. Voy a contar como vino el fiero

inquisidor a ser víctima, como los odios que sembró su fiereza se le volvieron lastimas y y las

maldiciones acentos de piedad; caso patetico, caso muy ejemplar. señores, digno de que se cuente para

enseñanza y precaucion de

IV CONGRESO GALDOSIANO _

b) (ed. 1889)

Voy a contar cómo fue al quemadero el inhumano que tantas vidas infelices consumió en llamas;

que a unos les traspasó los hígados con un hierro candente, a otros les puso en cazuela, bien mechados,

ya los demás les achicharró por partes, a fuego lento, con rebuscada y metódica saña. Voy a contar

cómo vino el fiero sayón a ser víctima, cómo los odios que provocó se le volvieron lástima, y las nubes

de maldiciones arrojaron sobre él lluvia de piedad; caso patético, caso muy ejemplar, señores, digno

de contarse para enseñanza de todos, aviso de condenados y escarmiento de inquisidores.

2. a) if. 423 v.)

ca dar ... pero para que sea eficaz había de ser sin que ellos mismos se enterasen ... A quien

encargare yo. A vosotros no, estais muy necesitados, y ...

- D. Francisco si v. nos comisionara ... [ ... ] dile a la niña que entre ... Vera V. que miseria.

Entra la niña. Torquemada le da unos cuartos, y luego le dice lleva me a tu casa.

La niña le lleva. El avaro deja algunas limosnas, dice que volverá, recorre las bohardillas, y ve

espectáculos lastimosos. Da limosna, y poseído ya de un verdadero delirio, desempeña colchones en

el monte. Dice: si les doy el dinero se lo gastan en bebida, y les trae pan y carne ... parece loco, sube

y baja va y viene: a veces parece que quiere llorar, a ve-

3. a) (f. 424. v.)

y como carnero que embiste, dio varios topetazos contra los tabiques ... [ ........... ] le detenía, con

[ ............ ]

- Dejame, sin verguenza, o te muerdo ... Dios mio, dicen que rece ... Bueno, pues rezaré todo lo que

quieran ... Por eso no ha de quedar. [ ....... ]le consolaba con [ .... lftlosqfías y [ ........... ] resignación .. .

Debemos acatar las disposiciones del gran conjunto.

- Vete tu y tu conjunto a los quintos infiernos, bandido, badulaque. Si mi hijo se muere es que

no hay justicia, es que no hay Dios T [ ........... ], todo [ ......... ] De que me sirve tener mas oro que las

estrellas y darles todo sin quedarme ni para comer. Pues no me servirla de nada.

4. a) (f. 425 v.)

tivo de satisfaccion y orgullo, único balsamo de su hondisima pena,. Apenas salido el cadaver de

la casa, Torquemada fuera de sí y mas descolorido que el pobre Valentín, descolgó del comedor el

encerado en que estaban aun trazados los problemas matemáticos, y tomandolo por retrato que le

reproducía fielmente las facciones del adorado niño, estuvo largo rato dándole besos sobre la fría tela

negra y estrujandose la cara contra ella, con lo que el bigote mojado de llanto se le llenó de tiza y no

parecía sino que en instante se le había vuelto enteramente cano. Llevóse el encerado a su cuarto, y

encargó a un dorador un marco de todo lujo para ponérselo y colgarlo en el sitio mejor de la estancia.

b) (ed. 1889)

y se hizo el lujoso entierro, y acudió a él mucha y lucida gente, lo que fue para Torquemada motivo

de satisfacción y orgullo, único bálsamo de su hondísima pena. Aquella lúgubre tarde. después que

se llevaron el cadáver del admirable niño, ocurrieron en la casa escenas lastimosas. Rufina, que iba

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

y venía sin consuelo, vio a su padre salir del comedor con todo el bigote blanco, y se espantó creyendo

que en un instante se había llenado de canas. Lo ocurrido fue lo siguiente: fuera de sí, y acometido

de un espasmo de tribulación, el inconsolable padre fue al comedor y descolgó el encerado en que

estaban aún escritos los problemas matemáticos; y tomándolo por retrato que fielmente le reproducía

las facciones del adorado hijo, estuvo, larguísimo rato dando besos sobre la fría tela negra, y

estrujándose la cara contra ella, con lo que la tiza se le pegó al bigote mojado de lágrimas, y el infeliz

usurero parecía haber envejecido súbitamente. Todos los presentes se maravillaron de esto, y hasta

se echaron a llorar. Llevóse D. Francisco a su cuarto el encerado, y encargó a un dorador un marco

de todo lujo para ponérselo, y colgarlo en el mejor sitio de aquella estancia.

• Subrayado en el manuscrito