LA VIDA CONVERTIDA EN NARRACION: 11
LA CHISMOGRAFIA EN LA INCOGNITA
y REALIDAD
Phoebe Ann Porter
E n Crónica de Madna (1865-·66). Benito
Pérez Galdós describe la chismografia como "un monstruo insaciable" que necesita víctimas
para el sustento cotidiano. Este fenómeno es una especie de gusano de seda que vive hilando
una hebra interminable que "a manera de tela de araña se extiende y circunda las grandes
sociedades". En ella se enredan como moscas los más distraídos, y el monstruo de la
chismografia no les abandona hasta que ha saciado su apetitol . En sus novelas, Galdós
examina el papel de la chismografla en la sociedad de la época y subraya el poder de la palabra
hablada en la construcción de la identidad social del individuo. En este estudio, analizo la
dimensión social e individual de la chismografia en dos novelas galdosianas, La incógnita
y Realidad.
Empleo el término chismografia para denotar el chisme, la murmuración yel rumor,
conceptos afines con leves cambios connotativos. Uso la palabra chisme para expresar la
cháchara o el intercambio de opiniones sobre personas o acontecimientos actuales; la
murmuración para significar la conversación en perjuicio de un ausente; y el rumor como
la voz que corre de boca en boca entre el vulgo o historia sin verificación oficiaP. En estas
dos obras, Galdós recurre a una gran variedad de vocablos para expresar el concepto del
chisme; entre éstas: el chismorreo, las infamias, el susurro, el qué dirán, las habladurías, la
bola que corre, la comidilla, la opinión, las hablillas, las calumnias, la cháchara y el arte de
la maledicencia. Se refiere a las personas que chismean con nombres despectivos: malas
lenguas, maldicientes, corrilleros, chismosos, calumniadores y devorantes. Además de los
yerba dicendi comunes, aprovecha verbos gastronómicos para sugerir lo sabroso del
chismear y la voracidad de los chismosos quienes "roen el crimen", "mastican el enigma",
"se ceban en los asuntos privados", "devoran", a sus enemigos e "hincan el diente en las
reputaciones" .
En La Incógnita y Realidad, apreciamos las funciones sociales e individuales del chisme.
Primeramente, sirve de pasatiempo principal de los personajes. En los corrillos chismográficos,
se divulgan noticias, se intercambian opiniones, se estrechan amistades y se destruyen
reputaciones. Al mismo tiempo, la chismografla contribuye a reafirmar normas morales y
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valores colectivos. Funciona como fuerza conservadora al mantener el statu quo cuando
peligra el orden social. También, facilita la estabilización de cambios sociales al redefinir
normas comunes y al cristalizar la opinión pública ante el nuevo orden. Cuando el grupo
afronta un problema o alguna situación ambigua, sus miembros reúnen sus recursos
intelectuales para hallar una solución, un consenso o interpretación significativa. Por otra
parte, la murmuración representa la agresividad pasiva de los inferiores hacia los superiores.
Es un "mecanismo de defensa", pues permite desahogar sentimientos de ansiedad y de
hostilidad3• En las dos novelas, la chismografía puede considerarse como una metáfora tanto
para el intercambio social entre los personajes como para la relación literaria entre el lector
y el narrador.
Como sugiere su título, toda la acción de La incógnita gira alrededor de lo desconocido,
del misterio de una muerte inexplicable y de un caso enigmático de adulterio. Sobre todo,
la verdadera acción de la obra se centra en la reacción de los amigos y conocidos del muerto
y de la adúltera ante los eventos misteriosos. Y esta reacción domina la chismografía del
mundo novelístico. En esta novela epistolar, el narrador, Manolo Infante, dirige cartas desde
Madrid a su viejo amigo, Equis, que en ese momento se encuentra en Orbajosa, otro mundo
galdosiano en el cual la chismografía precipita el fin trágico del protagonista, Pepe Rey. Sin
embargo, La incógnita no se desarrolla en el mundo asfixiante del pueblo provinciano, sino
en los círculos políticos y sociales de la gran capital. La forma epistolar propicia el ambiente
para la divulgación de noticias cotidianas, el intercambio de impresiones y la revelación de
secretos personales.
Debido al punto de vista limitado del narrador que sólo ve el exterior de los demás
personajes, La incógnita plantea lo superficial de la vida, y enfatiza la importancia de las
apariencias sociales que Manolo anhela penetrar para saber la verdad. En sus cartas, describe
los aspectos físicos de los otros personajes, redacta trozos de sus conversaciones y cuenta
detalles concretos y personales en un esfuerzo de enterarse de los secretos ajenos. Las
fuentes de información son sus propias observaciones minuciosas en las reuniones sociales,
su estudio cuidadoso de los gestos, y, desde luego, la chismografía de los lugares que él
frecuenta: el Congreso, el Casino, la Peña de los Ingenieros, la comida en casa de su tío y la
tertulia de su prima. Aunque el escrutinio visual de Manolo le impide descubrir los secretos
ocultos bajo las superficies tranquilas, la chismografia le permite auscultar las apariencias sociales.
El tono íntimo y el lenguaje familiar de las cartas de Manolo a Equis sugieren una larga
historia de intercamio verbal entre estos dos personajes. La confianza existente en su
relación posibilita un libre intercambio de confidencias, consejos, juicios y opiniones sobre
sus amigos mutuos. Sus cartas cariñosas y llenas de noticias se asemejan mucho al chisme
verbal. Manolo se comunica con su amigo cada dos o tres días, lo cual no le permite la
distancia temporal necesaria para juzgar los eventos que él relata. Su narración está plagada
de repetidas recitificaciones de suposiciones falsas. Aunque la novela sólo incluye una carta
de Equis, la presencia y conciencia crítica de este personaje se perciben en las cartas de
Manolo. Esta situación provoca una tensión dialéctica en la novela entre el chismoso Manolo
que acepta todo con poco criterio y Equis que parece tener más sensibilidad crítica.
Manolo anticipa el contenido de sus cartas al advertir: "En ellas verás personas, sucesos,
chismes y trapisondas de esta pícara Corte, cuya confusión y bullicio tanto te agradan, como
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buen gato madrileño"4. Le aclara a su amigo que le escribirá para entretenerle durante su
"destierro" aburrido en Orbajosa. En La incógnita, el chisme constituye la diversión sine qua
non de toda reunión social. Manolo resume la afición al hablar de los madrileños: "Hablan,
como aquí es costumbre, por lujo y sibaritismo de conversación, por el placer de producir
asombro en los oyentes, por arrojar en las bocas de la curiosidad estragada una golosina
picante, sin creer en lo que se refiere y con el propósito de retirarlo y desmentirlo si fuese
menester". (1.147).
En su primera carta, Manolo menciona la murmuración y el vilipendio entre los políticos
de la época. El mismo había sido víctima de las infamias de cierto periódico, que le acusaba
de deberle al Tesoro una suma cuantiosa de dinero. Para defenderse, Manolo publicó una
carta en la Prensa en la que incluyó insinuaciones maliciosas. En el mundo de la política, la
chismografía se transforma en arma, y el que persigue ascenso o éxito en la política tiene
que adiestrarse en su uso. En otro momento, la frustración de Manolo al fracasar en su
intento de seducir a su prima, Augusta, le incita a vengarse como anarquista en la política
valiéndose del chisme como arma de combate. Señala: "La famosa piqueta y la tea
incendiaria son los chismes que he de usar". (1.161) En la política, el chisme manipula
reputaciones para adelantar ambiciones. Con frecuencia, la Prensa es el medio de difusión
de estos chismes dañinos, si no mortíferos. En La incógnita, se critica implícitamente la falta
de objetividad y el carácter chismoso de la Prensa del día.
El tema de la Prensa como divulgadora de chismes y rumores políticos se manifiesta en
la caracterización del tío y padrino de Manolo, Carlos de Cisneros, un viejo excéntrico y
malicioso que nunca dice bien de nadie. A pesar de que Cisneros "detesta la Prensa, que, en
su sentir, es la vocinglería, el embuste, el instrumento de corrupción con que la edad envilece
los caracteres y falsea todas las cuestiones", lee todos los días nueve o diez periódicos.
Manolo explica: "Busca en ellos la comidilla, la información malintencionada, el palpitar
convulsivo de la sociedad que considera enferma" (1.125). Este viejo maldiciente, cuando
se publica algún escándalo en la Prensa, siempre adopta las versiones más desfavorables que
repite con un placer perverso en las reuniones sociales. En las tertulias de su hija Augusta,
Cisneros es cabecilla del temible "bando de los maldicientes", conocido asimismo como la
"partida devoran te". En el desenlace, la situación se invierte irónicamente cuando la
reputación de su hijay la honra de la familia Cisneros son blancos de la murmuración pública.
Al ver a su hija víctima de la calumnia, Cisneros se siente moralmente ultrajado. Concluye
un discurso sobre la "malicia humana" y "la gangrena de la opinión" con palabras que
muestran su indignación: "mala es la Sociedad; pero la opinión, [ ... ] esa gran charlatana,
merece ser tratada como la última de las mujerzuelas" (1.196). A través de Cisneros, Galdós
ilustra que el chisme es espada de doble filo: si bien entretiene y excita la imaginación del
chismoso, igualmente hiere o destruye a sus víctimas.
Aunque Manolo distingue la influencia de la Prensa en la opinión pública, reconoce el
imperio absoluto del chisme oral en su medio social, puesto que la Prensa resulta más fácil
de manipular que la chismografía sin imprenta. Observa que" el barullo anónimo de la Prensa
se une al reporterismo oral, que es más difusivo, más penetrante, y tiene entre nosotros
increíble fuerza. La cháchara verbal destruye las reputaciones privadas y públicas más
pronto y más eficazmente que la cháchara escrita ... " (1.203). En efecto, Manolo insinúa que
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los españoles (que él llama "la raza más chismográfica del mundo") son sumamente
originales para la invención narrativa. Elogia con ironía la imaginación de esta "raza dotada
de fecundidad prodigiosa para poner variantes a los hechos y adornarlos hasta que no los
conoce la madre que los parió; raza esencialmente artista y plasmadora, que crea casos y
caracteres, formando una realidad verosímil dentro y encima de la realidad auténtica. Ante
un suceso de gran resonancia, todo español se cree humillado si no da sobre él su opinión
firme, tanto mejor cuanto más distinto de los demás" (1.193-94).
En La incógnita, ciertos temas, eventos y figuras distinguidas dominan la atención
pública: éstos son los casos de inmoralidad, los negocios coloniales, los problemas matrimoniales,
los crímenes y la vida privada de ciertos personajes; entre éstos, la bella Augusta
Cisneros, su amante, Federico Viera, y su esposo Tomás Orozco, hombre enigmático con alto
sentido de ética personal. Es de notar que Orozco es el único personaje que evita los chismes.
Su actitud irrita a Manolo quien lo critica en su descripción de la tertulia: "Hablamos por los
codos y criticamos todo cuanto existe. Sólo al amo de la casa no he oído jamás· concepto
alguno desfavorable a nadie. Su prudencia es allí una disonancia" (1. 147).
Estas acusaciones recalcan uno de los rasgos esenciales de la chismografía: su sabor a
lo prohibido. Aunque ofenda el decoro, el chisme fascina, seduce y excita. El interés salaz
de los chismosos en los secretos ajenos es parecido al voyeurismo. La soltura de la lengua
implica la disolución moral. El enredo amoroso de Augusta y la muerte enigmática de
Federico desencadenan un verdadero frenesí de actividad chismográfica. Manolo la califica
como una "fiebre narrativa", en la que cada uno concibe su propia novela sobre el asunto.
Dice: "vivimos en plena atmósfera novelesca, porque cada quisque, con motivo de este
suceso, inventa, surce y enjareta argumentos más o menos aceptables" (1.194). Algunos
opinan que la muerte de Federico fue un suicidio por insolvencia; otros, que fue cuestión de
amores clandestinos. Hay mil interpretaciones de los sucesos que se imaginan y que circulan.
Los chismosos, al contar las vidas ajenas, se apropian de su experiencia, y así, convierten
su vida en narración.
Las novelas que cada quien compone a su gusto son manifestaciones de su afán de
conocer la verdad de los demás. En su excelente estudio sobre el chisme, Patricia Meyer
Spacks, sugiere que nuestro deseo de participar en el chisme proviene del conocimiento de
la imposibilidad de conocer a las otras personas. Chismeamos sobre las otras personas
precisamente porque nunca podremos comprenderlas5• Sin embargo, como sugiere la
novela, la identidad social del individuo no es permanente, sino que se establece y se
restablece constantemente en el trato social. La identidad social se construye mediante el
discurso narrativo; es decir, por lo que contamos sobre nosotros mismos y sobre las otras
personas y, también, por lo que cuentan los otros sobre nosotros. En fin, la identidad es
determinada por la interacción social en la cual el chisme desempeña un papel principal.
Ciertamente, en la chismografía, es importante la influencia que logra ejercer cada
narrador con su versión de la verdad. En La incógnita, Carlos de Cisneros que goza la fama
de ser "la peor lengua de España" intenta imponer su interpretación de los hechos. En un
discurso a Manolo, clarifica su filosofía: "la santa verdad, hijo de mi alma, no la encontrarás
nunca, si no bajas tras ella al infierno de las conciencias, y esto es imposible. Conténtante
con la verdad relativa y aparente, una verdad fundada en el honor, y que sacaremos, con
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auxilio de la Ley, de entre las malicias del vulgo. El honor y las formas sociales nos imponen
esa verdad, y a ella nos atenemos" (1.197).
La chismografía es una fuerza ambivalente. A la vez que enfatiza sanciones morales,
engendra un clima de relativismo moral. Para salvar la reputación de su hija Augusta,
Cisneros utiliza su influencia fundada en parte en su conocimiento de los secretos de otros
personajes. Este conocimiento que proviene indudablemente de la chismografia, se transforma
en la mercancía con la que puede regatear con la Prensa y con el juez que instruye el
caso de la muerte por la versión oficial de la historia. (Sin embargo, para lograr el silencio
de la Peri, la gitana de vida alegre, tiene que regalarle un tapiz muy valioso, ¡ya que
seguramente ésta no se preocupa demasiado por su buena fama de mujer intachable!)
Cisneros intenta ahogar el escándalo del enredo de su hija con Federico Viera intrigando
clandestinamente para formular la explicación oficial que van a adoptar la Ley y la Prensa:
que Federico se mató por pérdidas en el juego. No obstante, esto no pudo aplastar todos los
rumores. Jean Noel Kapferer esclarece la razón de ser de los rumores: "El rumor no es por
fuerzaJalso. Pero es por fuerza no oficial. Al margen de, ya veces en oposición a, el rumor
impugna la realidad oficial mediante la propuesta de otras realidades"6.
La incógnita aborda la cuestión fundamental de cómo podemos conocer la realidad. En
la novela, cada persona tiene su interpretación de la historia. ¿Por qué cree cada uno lo que
cree? Aparentemente, el público no cree cierta versión porque es la verdadera, sino que es
la verdadera porque la tiene por cierta o porque es una verdad con la cual se puede vivir. La
novela constata la fragilidad del saber y lo irracional de la creencia. Se defiende la idea de
que la identidad social del individuo se fundamenta en el discurso narrativo de la
chismografía. En este mundo de cháchara constante e implacable, el lenguaje no refleja la
realidad, sino que la constituye. En otras ocasiones, el lenguaje funciona para ocultar la
verdad como en la historia oficial de Cisneros.
La novela dialogada, Realidad, narra la misma historia de La incógnita desde otros
ángulos narrativos. Aquí, Galdós deja a los personajes principales del triángulo amoroso
hablar por sí mismos en diálogos y en monólogos interiores. Si La incógnita se centra en la
observación de los otros personajes, Realidad se enfoca en la introspección del individuo.
La gran telaraña de la chismografia no desaparece en esta novela, sino que se observa desde
la perspectiva del individuo que sufre la desgracia de enredarse en ella.
El procedimiento dialogado de Realidad alienta un ritmo más vivo en la novela. La
narración se reduce a breves acotaciones que definen los gestos y las acciones de los
personajes. Los continuos apartes y monólogos interiores recalcan la desconfianza, hipocresía
e incomprensión que existen entre los esposos, Augusta y Orozco, y entre los amantes,
Augusta y Federico. El título de la novela insinúa que se puede conocer la realidad humana
o la verdad espiritual por el diálogo directo. Con todo, en esta novela, la realidad resulta ser
problemática y contradictoria para el individuo que busca entenderse y realizarse dentro de
una cultura que le impone un papel muy rígido.
La mujer que se aparta de las normas sociales, como Agusta que se enamora de un
hombre que no es su esposo, se convierte en carnada del monstruo de la chismografía. Ella
reflexiona sobre su amor ilícito que desafía a una sociedad que sofoca su alma: "Tener un
secreto, burlar a la sociedad, que en todo quiere entrometerse, es un recreo esencial de
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nuestras almas con corsé, oprimidas, fajadas ... " (1.241). Desafortunadamente, la belleza de
su alma libre no la puede salvar del monstruo temible que la devora al final.
Igual a la mujer, el hombre que se impone la norma anacrónica del código la honra vive
a la merced de la chismografía. Federico Viera, al enterarse que su nombre anda en las malas
lenguas, padece una crisis aguda de identidad. En el desenlace, su realzado sentido del honor
basado en la opinión pública transforma su vida en un infierno y precipita su suicidio. De
acuerdo con la filosofía de laPeri: "El honor y el deshonor dependen de que las cosas se sepan
o no se sepan. De forma y manera que si lo que se debe quedar secreto quedara siempre, esas
palabritas, honor y deshonor, habría que suprimirlas de la conversación" (1.254).
Son pocos los individuos excepcionales que triunfan sobre la chismografía. Vale de
ejemplo la sabia Viuda de Calvo, personaje secundario que no hace caso a la opinión a la que
llama "asombros que no vienen a ser más que un movimiento de curiosidad, detrás del cual
está la indiferencia" (1.297). También Orozco lucha por sobreponerse a las hablillas del
vulgo. En la última escena, se queda solo y, en un esfuerzo casi sobrehumano, intenta
convencerse de vivir por encima de la opinión pública. Se dice: ..... no hagas a la sociedad y
a la opinión el inmerecido honor de darles a entender que te inquietas por ellas. Que nadie
advierta en ti el menor cuidado, la menor pena por lo que ha ocurrido en tu casa. Para tus
amigos serás el mismo de siempre" (1.331). Pese a la nobleza de sus ideas, la necesidad de
ocultar su dolor profundo a sus amigos y conocidos demuestra que es imposible escaparse
de las garras de la chismografía. En la figura de Orozco, Galdós ilustra como el medio
ambiente dificulta el cultivo de una moralidad superior. La burguesía española no quiere
admitir la posibilidad de que haya hombres de rango intelectual y moral superior entre ellos.
Los murmuradores gratifican su envidia al rebajar a Orozco a su mismo nivel.
En resumen, en La incógnita y Realidad, Galdós demuestra el papel significativo que
desempeña la chismografía en la sociedad de su época. Como actividad socializadora por
excelencia, explora y define relaciones sociales. En La incógnita, la chismografía enfatiza
la ambigüedad inherente en la tarea de interpretar la realidad. El chisme, como la novela,
convierte la vida en narración. La vida privada del individuo se transforma en objeto de la
especulación pública. En la novela, Realidad, la chismografía es una fuerza poderosa pero
ambivalente: representa una tentación y un peligro. Es capaz de unificar a las personas y
crear un sentido de comunidad; a la vez, es decisivo y propaga facciones. A veces, articula
reglas y normas sociales; otras veces, se enfrenta con ellas y las cuestiona. Representa el
desencadenamiento de la imaginación colectiva. y como Galdós demuestra repetidamente
en estas dos novelas, la chismografía como la voz del mundo no será suprimida.
N CONGRESO GALDOSIANO 1m
Notas
I Benito Pérez Galdós, Crónica de Madrid en Novelas y Miscelánea en Obras completas, Tomo 1Il.
Madrid: Aguilar, 1973, pág. 1.302.
2 Véase Jean Noel Kapferer, Rumores: El medio de difusión más antiguo del mundo. Traducción
de Alberto Magnet. Buenos Aires: Emeché, 1987.
3 Véase Ralph s. Rosnow y Gary Alan Fine, Rumor and Gossip: The social Psychology if Hearsay,
New York: EIsevier, 1976. .
4 Benito Pérez Galdós, La incógnita y Realidad en Obras completas, Tomo lI. Madrid: Aguilar,
1973, pág. 1.119. En adelante, citaré de esta edición incluyendo la(s) página(s) entre paréntesis en el
texto.
s Patricia Meyer Spacks, Gossip, Chicago: The University of Chicago Press. 1985, pág. 90.
6 Kapferer. pág. 326.