ANGEL GUERRA

DE BENITO PEREZ GALDOS

ANTE LA CRITICA DE SU TIEMPO

M.! Luisa Sote lo Vázquez

11

1. El proyecto narrativo de Angel Guerra. Primeras noticias

Promediaba el 1891 cuando yo escribía las últimas páginas de Angel Guerral

Con estas escuetas palabras evocaba Galdós en Memon'as de un desmemoriado el final

de un largo y complejo proyecto narrativo que le había tenido ocupado desde los primeros

meses de 1890 hasta mayo de 1891 en que se publica el tercer y último tomo de la novela.

También son esas palabras del novelista punto de partida de este análisis, pues desde

mayo de 1891 los ecos y noticias sobre Angel Guerra se suceden en la prensa periódica. Ya

el 12 de Enero, cuando aún no estaba publicada toda la obra, había aparecido el primer

artículo en la prensa madrileña de la pluma de Federico Urrecha2, y una vez terminada, desde

el mes de julio en que Ortega Munilla3 le dedica un artículo en sus habituales columnas de

El Imparcial hasta el2 de Enero de 1893 en que localizamos la última referencia, un tanto

imprecisa, también en El Imparcial en. un artículo misceláneo de Federico Urrecha4, van a

ocuparse de la novela los críticos literarios más prestigiosos de la época: Leopoldo Alas,

Clarírz5, Emilia Pardo Bazán6, José Yxare, Ramón D. Perés8 un crítico más ocasional y, por

entonces, autor novel, Ramón del Valle Inclán9, así como otros de menor relevancia, aunque

habituales en la prensa diaria, Rodrigo Soriano 10 en La Epoca, Sansón Carrasco I I en Blanco

y Negro y más de una gacetilla anónima en las habituales secciones bibliográficas de las más

prestigiosas publicaciones y revistas. A todas estas valoraciones hay que añadir los

comentarios emitidos de forma privada en Epistolarios. Y, por último, una referencia que,

aunque algo distanciada cronológicamente, reviste una singular importancia dado el

prestigio intelectual de quien la emite, Don Marcelino Menéndez Pelayo, quien en el

discurso l2 de recepción de Galdós en la Real Academia de la Lengua Española, tras una

valoración global de la hasta entonces ya extensísima producción galdosiana, dedica un

comentario específicamente a Angel Guerra. Y aunque el autor de La historia de los

heterodoxos españoles señale al comienzo del discurso que:

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

Es grave error creer que los contemporáneos puedan ser los mejores jueces de un autor.

Por lo mismo que sienten más la impresión inmediata, son los menos abonados para

formar un juicio definitivol3•

Apelando, en consecuencia, a la necesidad de dejar que sea en último término el tiempo" gran

maestro de todos, sabios e ignorantes" 14, quien corrija y ponga en su justo lugar a las obras

literarias, sin embargo, no es menos cierto, también, que, desde la perspectiva actual, todas

estas críticas posibilitan la reconstrucción de la impronta que la por entonces última novela

galdosiana produjo en los círculos literarios y entre el público lector. Máxime teniendo en

cuenta que hablar de las novelas de Galdós es reconstruir casi treinta años de novela en

España.

Es 1891 un año fértil para la novela española, pues, cuando todavía el ambiente literario

vive agitado por la polémica desencadenada por Pequeñeces15, el8 de mayo aparece en la

prestigiosa colección dirigida por Yxart de la editorial Cortezo de Barcelona Al primer vuelo

de Pereda; Leopoldo Alas publica también en ese mismo año Su único hijo; Jacinto Octavio

Picón, Dulce y sabrosa y Emilia Pardo Bazán dos novelas que deben ser consideradas como

primera y segunda parte de un mismo proyecto narrativo: Una Cristiana y La Prueba,

traduce Los hermanos Zegnanno de Edmond Goncourt y en un intento de crítica ecléctica

empieza a editar El Nuevo Teatro Critico, revista unipersonal, de periodicidad mensual,

dedicada a la creación y a la crítica literaria, donde aparecerán las primeras noticias sobre

la novela galdosiana, tal como atestigua la "Crónica Literaria" correspondiente al mes de

marzo, donde la escritora gallega da noticia puntual del estado de la novela:

Nuestro gran novelista Galdós, publicado el primer tomo deA1Wel Guerra se encuentra

encenagado (textuales palabrasl6) en las cuartillas del segundo y tercer volumen de la

obra, que por lo importante del asunto le obligará a concentrar todas sus facultades.

Para estudiar el medio ambiente, se ha trasladado de Santander ( ... ) a Toledo, donde

se desarrollarán las páginas de continuación de A1Wel Guerra. La sugestión de Toledo

puede obrar maravillas en la fantasía del creador de Orbajosa 17.

De estas palabras se desprende con toda claridad que la publicación de Angel Guerra fue en

varias entregasl8 a medida que su autor iba dando fin a los tres extensos tomos de la novela.

"Cada tomo de 400 páginas que en total hace ¡mil doscientas!, en letra metidita y sin que se

escape hueco o agujero en blanco" 19, en palabras de Rodrigo Soriano. También señala Dña.

Emilia como Galdós, acorde con el método de trabajo, basado en la observación directa de

la realidad, propuesto por la escuela naturalista, había tenido que trasladarse a Toled020,

escenario del segundo y tercer tomo de la novela.

A partir de esta breve referencia bibliográfica las noticias sobre Angel Guerra se suceden

en la prensa diaria y en los números siguientes de el Nuevo Critico con un marcado interés

por parte de Dña. Emilia en mantener la espectación del lector ante el nuevo proyecto

galdosiano.

Otro testimonio, esta vez procedente del Archivo de Galdós, viene a confirmar los datos

anteriores, se trata de una carta de José Ortega Munilla fechada en Córdoba el S de Abril de

1891, en la que dice:

N CONGRESO GALDOSIANO _

He leído -(no, no es leer devorar páginas y páginas, cuando se invente el verbo le

aplicaré )-Angel Guerra que me encanta. Adivino una larga estancia de usted en Toledo

y hubiese querido pasar con usted unos días en aquel emporio perdido para gozar en

común impresiones y efectos de lo antiguo. El libro es hasta ahora maravillos021

Por estas mismas fechas José Yxart, en carta a Galdós, acusa recibo, a través de Sánchez

Ortiz22, de los dos primeros tomos de la novela, y, a la vez, le comunica la petición de Lázaro

Galdeano, Director de La España Modema23 , para que colabore en su revista:

El Sr. Lázaro me arrancó la promesa de escribir algo en La España Moderna acerca de

las últimas novelas españolas publicadas en el corriente año y tendré especialísimo

gusto en encabezar el artículo o artículos con lo que me sugiera la de Vd., expuesto llana,

sincera, ingenuamente como podría en esta carta si fuese aquí oportuno. Pocas cosas

me han causado, del algún tiempo acá, tan excelente rato, fruición de belleza tan

grandes, como los primeros capítulos del segundo tomo, la estancia en Toledo de Angel

Guerra24

La respuesta de Galdós no se hace esperar y, escasamente un mes después, contesta a

Yxart indicándole que si le urge "escribir esos artículos para La España Modema" pronto le

enviará el tercer tomo que juzga indispensable

para formar juicio de esta endiablada, compleja y laberíntica obra25

Parece que la última parte de la novela, calificada sintomáticamente por su autor como

endiablada, compltday laberíntica, aún se demoraría algún tiempo a juzgar por las palabras

de Dña. Emilia en el número de Juni026 de su revista.

Mediado el mes de Junio, Leopoldo Alas escribe a Galdós acusando recibo del último tomo

de Angel Guerra y prometiéndole hablar de ella muy pronto en El Imparcial:

pues Ortega27 me ha escrito haciéndo las paces y pidiéndome un artículo al mes sobre

libros españoles importantes. Mi primer artículo, si llegamos a convenir en el precio,

será para Angel Guerra y el segundo para Al pn'mer vuelo que tampoco he leído todavía28

y ya en el número correspondiente al mes de Julio de el Nuevo Teatro Crítico, en un artículo

de corte costumbrista y con notas de crónica de viajes, Dña. Emilia vuelve, como de pasada,

a recordar al lector la inminente publicación del tercer tomo de la novela de Galdós, cuando

evoca la primera impresión de su visita a Toled029, para en la "Crónica Literaria" de ese mismo

número añadir otro dato más sobre la entonces ya reciente publicación del último tomo, que,

sin embargo, dice no podrá reseñar debidamente hasta el mes de Agost030, a la vez que añade

dos datos más con claros fines publicitarios:

Por hoy, sólo diré que La Vanguardia de Barcelona y El Correo de Madrid han publicado

un capitulo de Angel Guerra con buenas ilustraciones de Pellicer3¡,

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

Lo prometido llegó finalmente en el número correspondiente al mes de Agosto y, en cierta

medida, por partida doble, ya que la autora de La cuestión palpitante dedica un artículo al

novelista titulado "El estudio de Galdós en Madrid", donde traza una semblanza32 de la

personalidad, gustos y aficiones del autor de Fortunatay Jacinta a modo de despedida, pues

éste había anunciado su deseo de trasladarse a vivir habitualmente a Santander. Y a

continuación una larga reseña -probablemente el mejor artículo sobre la novela, tal como

reconocería el propio Clarín33, y del que en una gacetilla anónima del Boletín Bibliográfico

de La Revista Contemporánea, correspondiente al mes de Agosto, se afirma que Emilia Pardo

Bazán en su último número de el Nuevo Teatro Crítico había publicado:

un detenido estudio excesivamente laudatorio de Angel Gue"a, pero muy bien escrito

y con atinadas consideraciones preliminares34•

El mismo mes de Agosto, Clarín, de veraneo en Avilés y ya leída la novela, escribe de

nuevo a Galdós y le avanza en síntesis su juicio, aludiendo a como en Angel Guerra convivían

espiritualismo y positivismo sin acabar de entenderse

Es claro que la novela resulta lo que yo esperaba, todo un monumento nuevo de la

imaginación de Vd. Tiene mucha más miga de la que parece penetrar el buen Urrecha,

y hasta me temo que yo mismo (modestia aparte) he de dejar algo sin comprender del

todo. Me asusta Vd. metido en honduras cristianas con ese positivismo singular del

talante de Vd. No sé, en definitiva, que piensa Vd. del cristianismo y aún del

espiritualismo ... Pero en fin, ya hablaremos. El final, que era dificilísimo es magnífico;

de un naturalismo de primera. Cosí va il mondo efectivamente35

Sin duda, Clarín se refería aquí a la técnica naturalista dominante en la novela, sobre

todo, en la construcción de los personajes ya la influencia determinista del medio, pero, a

la vez, se percataba de que el autor intentaba hacer compatible dicha técnica con sus

aspiraciones espiritualistas de esta época. Lógicamente el interés de Clarín por la novela

tenía que ver con su particular visión del naturalismo, ya que desde su formación idealista

había intentado siempre conciliar los aspectos fisiológicos de la escuela francesa con un

profundo sondaje de las motivaciones morales y espirituales de los personajes.

2. Angel Guerra: extensióny densidad

Cuando en mayo de 1891 aparece en las libe rías madrileñas el tercer y último tomo de

Angel Guerra la acogida que la crítica más solvente le dispensa es en general muy positiva,

aunque a menudo matizada por la reprobación a la extensión excesiva de la obra. Así, de

manera especialmente acre, Rodrigo Soriano desde La Epoca escribía:

La novela de Galdós es larguísima y, no obstante sus méritos, la verdad es que se hace

pesadita, muy pesadita. En tres tomos, Galdós no ha llegado a sacar la punta que Tolstoi

a su epítome36

N CONGRESO GALDOSIANO _

Ramón Orts Ramos, que firmaba con el cervantino seudónimo de Sansón Carrasco, desde

Blanco y Negro, sin duda, más mal intencionado que el crítico de La Epoca, únicamente verá

afanes crematísticos en la extensión de las últimas publicaciones de Galdós:

Desde que sus amigos (los amigos de don Benito) ~scribe-le dieron aquel banquet&7

famoso. se hizo algo comerciante, vendió más caros sus libros, y estiró demasiado

algunos asuntos al objeto de extender en dos o tres tomos lo que cabía perfectamente

en un038

Muy distinto fue, sin embargo, el criterio de Emilia Pardo Bazán y Lepoldo Alas, quienes

al juzgar la novela pusieron especial énfasis más que en la extensión en la prolijidad y

densidad de la misma, que en frase muy gráfica de la ilustre escritora gallega se resumía así:

"lo que ocurre con Angel Guerra es que sobra novela "39, para a continuación, no sin cierta

ironía, añadir que el público español de novelas

contituye una minoría social insignificante, y por la misma razón descontentizada,

suspicaz y con elevadísimas aspiraciones. Digo elevadísimas. porque el español que se

determina a sacar tres pesetas del bolsillo, quiere ser divertido, enseñado, respetado en

el pudor de sus "hijas y esposas", no lastimado cuando le entra soñarrera, y a más a

más dueño, siempre por virtud de las tres pesetas, de un capolavoro que enriquezca su

biblioteca ... futura 40

y no sólo el público tenía prevenciones sino también ciertos sectores de la crítica ya que

para Dña. Emilia desde que el autor publicó

la admirable epopeya de Maximiliano Rubín. los juicios sobre Galdós no son apreciaciones

literarias, son medidas y cálculos de 10ngitud"41

y aunque la novela de Galdós a juicio de Dña. Emilia no se ajustaba al menos en el sentido

externo al nuevo canon de Prevost42, es decir a la llamada novela novelesca, la autora se ve

obligada a precisar que '

Angel Gue"a, por dentro, es de lo más novelesco que cabe imaginar: adolece tal vez de

exceso de novela, como veremos a su hora. Lo malo es que el público este, el de las

precauciones, no se ha convencido aún de que si el elemento novelesco burdo está en

la epidermis de la novela, el fino puede estar en los tejidos profundos, en las túnicas del

corazón en las sinuosidades del meoll043

Con razón apela Dña. Emilia un doble nivel de lectura en Angel Guerra, y apunta a la

necesidad de un verdadero análisis que vaya más allá de las descripciones epidérmicas para

profundizar en los entresijos del alma de los personajes. Opinión en buena medida

compartida por Leopoldo Alas, Clarín, quien tras una larga reflexión sobre la función de la

novela ("debería haber menos novelas" -dice Clarín con criterio selectivo-) y la naturaleza

y cualidades del novelista, escribe:

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

Acaso nuestra literatura, y la novela particularmente, ganaran hoy algo con una huelga

de fabricantes de papel44

Con toda seguridad estas irónicas palabras de Clarín estaban todavía influenciadas por las

críticas45 recibidas a La Regenta, que el autor tuvo muy en cuenta al escribir Su único hijo

(novela entonces recientemente publicada) no obstante, la opinión del crítico más prestigioso

de su tiempo es, como casi siempre que se refiere a novelas de Galdós, matizada y ecuánime:

El mayor defecto de Angel Guerra es la prolijidad -escribe-46•

Resaltando a continuación el valor de la novela como documento autobiográfico para el

análisis y la comprensión de la personalidad47 de su autor y llamar la atención sobre la

dificultad de que la gran masa del público penetrase en las honduras espirituales de obra tan

densa. No obstante, Clarín salvaba la coherencia de la novela en función de la trayectoria

del protagonista.

Clarín subraya la diferencia entre la extensión que se justificaría por el desarrollo más

ampio del conflicto que la novela plantea y el conseguirlo a expensas de entrar a saco en la

descripción indiscriminada de personajes y ambientes de la ciudad de Toledo, sumándose así

a las objeciones que dos meses antes formulara Dña. Emilia en el mencionado artículo del

Nuevo Teatro Crítico. Decía allí la autora de Insolación, refiriéndose a la exuberancia de

personajes secundarios, que, aunque divierten, alargan en exceso la novela y distraen del

conflicto principal y, en consecuencia, recomendaba una poda de figuras secundarias para

remediar esa plétora de humanidad que es la novela galdosiana en contraposición por

ejemplo a otras novelas de Pereda48

• Para concluir con un inteligente juicio que preludia y,

en líneas generales, coincide con la afirmación de Clarín sobre la prolijidad galdosiana, yen

el que late una enorme admiración hacia lo que considera, a pesar de la densidad o de otros

defectos menores, un derroche de talento y una enorme capacidad de observación de la

realidad acompañados del poder de creación en plenitud:

El inconveniente (escribe con verdadero entusiamo Dña. Emilia) procede de la misma

riqueza de las excepcionales facultades de Galdós; lozanean demasiado, y puede decirse

de ellas lo que de la planta frondosa: "que tiene vicio". Ve Galdós tan bien el significado

de los objetos, de los lugares, de las personas; siente con tal viveza y frescura las

impresiones de lo real (tornando la palabra real en el amplio sentido que le daban los

viejos escolásticos, los cerrados adversarios del nominalismo), que no resiste al deseo

de trasladar esa impresión, bella si se considera aislada, pero que, dentro del conjunto

de la obra de arte, unas veces es oportuna y otras no tanto. Galdós es el hombre que

al pasar por la calle (su gran campo de observación) súbitamente se para, encantado

del aspecto de un tienducho, de una cacharrería, de los juegos de los chiquillos en el

arroyo. El objeto más ínfimo, más vulgar no sólo le atrae, sino que se reviste a sus ojos

de misteriosa poesía49

Espléndida definición del arte novelesco de Galdós en su momento de plenitud, cuando

superadas ya la ortodoxia naturalista y bajo la influencia de los novelistas rusos y de

IV CONGRESO GALDOSIANO _

Cervantes, el autor da comienzo a una etapa espiritualista que si se había iniciado

tenuemente en Fortunatay Jacinta se manifiesta ya de manera plena en Angel Gue"a.

3. El coTJ!licto existencial de Angel Gue"a: Del radicalismo revolucionario

al misticismo religioso

De las consideraciones sobre la extensión y densidad de la novela que en los mejores

críticos se convierten en un análisis en profundidad de la esencia del arte de Galdós, toda la

crítica fijó su atención en el conflicto que la obra planteaba, lo que necesariamente iba

emparejado al análisis de la psicología de los personajes protagonistas: Angel Guerra y Leré/

Sor Lorenza ...

Para Ortega Munilla, director de Los Lunes de El Imparcial, Angel Gue"a era el análisis

de un "caso moral,

de un temperamento que por su vivacidad estuvo sujeto a todas las exageraciones,

desde las del radicalismo revolucionario a las del misticismo teresian050•

La óptica ideológica-estética del director de El Imparcial tan próxima al naturalismo, desde

1883/4 en que se significara en la polémica sobre La Cuestión palpitante, se patentiza aquí

en el fondo y en la terminología del pasaje transcrito.

En cuanto al conflicto que la novela plantea, Ortega Munilla fue el primer crítico en

mencionar que se trataba de una "novela en clave" adivinando detrás de las crisis del

protagonista las crisis y evoluciones de su autor; pero más allá del comentario sobre la trama

argumental y la apoyatura de sucesos históricos como encubridores de la realidad subjetiva,

al director de Los Lunes de El Imparcial le interesa resaltar:

La lucha entre dos personajes de distinta condición social, animado el uno por el amor

a los antiguos principios, religioso hasta el misticismo, creyente hasta rayar en

fanático; impulsado el otro por el ansia de reforma de los nuevos espíritus, impío hasta

la blasfemia y anticatólico hasta ser iconoclasta, vienen a chocar, y el choque es

admirablemente estudiado por Pérez Galdós51

Lucha entre dos caracteres paradigmáticos; Leré y Angel Guerra, cuya trayectoria psicológica

el crítico va a ir estudiando al hilo del argumento para terminar señalando la importancia

decisiva de Leré en la evolución ideológica y religiosa de Angel Guerra. Porque para el Director

de El Imparcial:

Pérez Galdós presenta enAngel Guerra la obra absorbente y trascendental operada por

un espíritu místico sobre un espíritu radical en materias filosóficas y políticas52

La atención del crítico a partir de este momento se centra en la responsable de aquella obra

absorbente y trascendental, en el carácter de Leré/Sor Lorenza, a la que define como:

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

una mujer que ha nacido para el claustro; prescinde de su familia, de sus intereses, de

sus aficiones; siéntese tocada de aquella pasión a lo divino que inflamó el corazón de

Santa Teresa, y fuera de las prácticas molestas y penosísimas del convento no concibe

la perfección humana5;.1

Del carácter de la protagonista que es el personaje de la novela que más se acerca al

misticismo, aunque sea a un misticismo pragmático, y desde el determinismo patológico que

conforma su temperamento de un fanatismo religioso exacerbado, pues parece ajena por

completo al amor humano, Ortega fue el único en señalar un componente neurótico en la

psicología de Leré, cuando advierte que

ya parece un ser superior de grandeza moral admirable, ya una gran histérica de esas

que el doctor Charcot54 cura en su instituto de Salpetriore y que hoy dan tanto que pensar

a los filósofos, psicólogos y penalistas55

Desde esta inteligente y novedosa observación en la conducta de la protagonista que ponía

la novela en contacto con las modernas teorías de Lombroso56 sobre la patología del genio,

Ortega pasa al análisis de las peculiares relaciones de Leré con el Angel Guerra, comentando

como la conversión de éste, desde su radicalismo político a fundador de la orden religiosa del

"Domus domini", es un cambio aparente y falso, no motivado por verdaderas ansias de

perfeccionamiento moral y espiritual sino por el amor que siente hacia Leré y el deseo, no

confesado del todo hasta el final de la novela, de no separarse de ella:

El amor a Leré, su deseo de agradarla, toman en el alma de Angel Guerra el aspecto de

devaneo místico. Sin la presencia de Leré ( ... ) sin sus consejos, sin el recuerdo de su

rostro, no concebiría Angel Guerra la vida espiritual ni se le importaría un comino el parais057

Juicio que será compartido absolutamente por Dña. Emilia Pardo Bazán y Clarín, quienes

dedican en gran parte sus artículos respectivos al análisis del conflicto entre Angel y Leré

y a demostrar la influencia crucial y decisiva de ésta sobre aquél. Ambos críticos insisten,

en que la novela plantea lo que Pérez Gutiérrez ha venido a llamar la inautenticidad de la

vocación religiosa58 del protagonista, que se desvela gradualmente a medida que avanza la

trama y contemplamos a Angel sometido a la presión determinista de los diferentes medios

familiar, social, político y religioso en que vive y evoluciona psicológicamente.

Es justo reconocer una vez más que cronológicamente fue también Dña. Emilia la primera

en realizar un seguimiento minucioso de la evolución psicológica de Angel Guerra,

analizando sus motivaciones y causas más profundas59

• Pues a su juicio:

El novelista no 10 dice expresamente. El héroe mismo no se da cuenta del sordo estímulo

de conciencia que le trabaja. Angel es hombre de vehemente condición, de honda

sensibilidad, de prontos arrebatados, 10 que pudieramos llamar un impulsivo; la

excitación, de cualquier lado que venga, encuentra en él pólvora seca, materia dispuesta

a inflamarse. Puede afirmarse de él que no conoce la indiferencia. Sus impresiones. al

par que súbitas y ardientes, son duraderas y tenaces60

IV CONGRESO GALDOSIANO _

Es esta, sin duda, la mejor y más completa definición de la psicología del protagonista desde

una terminología ya clásica en los naturalistas. Guerra es un impulsivo, es un temperamento,

tal como ha observado Dña. Emilia, y por tanto, su conducta obedecerá a las leyes ciegas

del instinto y a los estímulos del medio, nunca a la reflexión ni a la razón. Además, Dña.

Emilia fijará su atención en los dos sucesos sangrientos que marcan la vida del protagonista

y que son trasunto de dos sucesos autobiográficos61

• Sucesos que actúan como estímulo en

la conciencia del protagonista, pero que en último término, salvando las fabulaciones

argumentales imprescindibles, están referidos abiertamente al autor, puesto que Dña.

Emilia considera a Angel Guerra paradigma de muchos españoles de la generación que oscila

entre 40 y 50 años, que era precisamente la edad de Galdós62•

y acorde con la mejor praxis naturalista Dña. Emila analiza la infancia del protagonista,

la influencia de sus antecedentes familiares, el peso aplastante del autoritarismo de su

madre, Dña. Sales, exponente del más rancio "n'tualismo católico" que tanto detestaba

Galdós63; la relación de Angel con Dulcenombre -amante escuálida y escasamente atractiva

pero dócil y sumisa- para detenerse en la influencia ejercida por Leré, a quien responsabiliza

del cambio que se opera en la psicología de Angel desde el radicalismo revolucionario,

iconoclasta, impío hasta el fanatismo religioso y pseudomístico:

La gradual influencia que va adquiriendo la santa sobre el demagogo, está muy bien

estudiada, por matices, por pinceladas finas de artista flamenco, que no pierde detalle.

No todo es místico en tal influencia, pues Angel nota que las formas del cuerpo de Leré

contrastan por su atractivo desarrollo, con las de Dulce64

Pues, en efecto, Dña. Emilia, como después también Clarín y como antes Ortega Munilla, vió

con gran agudeza la falsedad de la conversión religiosa de Angel, quien en el fondo sentía

hacia Leré una inclinación erótico-amorosa con apariencia religioso-mística, tal como

demuestra la escritora gallega desde un rastreo minucioso de los principales lances

argumentales para acabar sentenciando:

Lo que impulsa a Guerra es un amor humano disfrazado de platónico idealism065,

juicio, que sin duda Clarín66 tuvo en cuenta cuando, algunos meses después, desde las

páginas de El Imparcial sostenía que:

Angel Guerra es un espiritualista que vive fuera de si, su ideal no está en él sino en Leré67

Para señalar que Galdós "más observador que psicológo"68 había estudiado la conducta del

protagonista, su psicología, no en sí mismo, sino a través del medio ambiente y de los

personajes que le rodeaban, coincidiendo con la autora de Los Pazos en que las digresiones

eran importantes pero excesivas, pues:

El núcleo de la novela es el amor de Guerra por Leré y lo que Leré siente por Guerra; y

de esto se habla poco, relativamente, y a saltos, interrumpiendo lo pn'ncipal con

lástimas y arquitectura. Se comprende que el lector se fatigue, o mejor dicho se

l1li BIBLIOTECA GALDOSIANA

impaciente; pero no podía ser de Jtra manera si había que respetar la verdad,

particularmente la lógica69•

Lógica que, para Clarín, respondía a la constatación de que Galdós no había estudiado la

psicología de Guerra intrínsecamente, como un proceso gradual que se construye desde

dentro del propio personaje, desde su conciencia -algo que el Clarín novelista había hecho

muy bien en La Regenta-, sino en las consecuencias que se derivan de los actos que ejecuta.

y esto, además, precisa Clarín, se convierte en una exigencia de la trama argumental porque:

Angel Guerra es un hombre de acción, casi casi mecánica; sí, mecánica, en cuanto, lo

mas de su virtud, y acaso toda su fe, son obra de la herencia70

La agudeza con que Clarín señala como caracterh,tica fundamental de Angel Guerra, el ser

hombre de acción, va más allá de la mera definic:ón de la conducta del protagonista de la

novela y, en coherencia con su tesis de que Angel Guerra era un documento valiosísimo para

conocer a su autor, apunta eliptícamente a Galdós, de quien dos años antes, en 1889, había

dicho:

Acaso, acaso, ante la Revolución y la indiferencia del público por las cosas del arte,

Galdós soñó en ser hombre de acción ( ... ) Hay que también un modo de ser hombre de

acción en el arte, y las novelas de Galdós revl~lan el artista de este género; Galdós

generalmente no profundiza en el sueño, en la vaga idealidad, sino en la vida social y

en la moral, pareciéndose en esto último a muchos escritores ingleses, que por cierto

él estima grandemente71

Abundando en la misma idea, Clarín observa que en el perfil de Angel Guerra -que no

es hombre de muchas psicologías- abundan los elementos autobiográficos:

Galdós pertenece con toda su alma a la tendencia realista moderna, que parece

enseñoreada del mundo, hasta el de las más latas inteligencias; cuando es pensador lo

es a la inglesa; no le gusta la especulación por la especulación, y así lo ha declarado en

sus libros varias veces. Pues Guerra es lo mismo: sin dejar de ser soñador, amigo de la

abstracción melancólica, como lo es también Galdós, el revolucionario arrepentido

necesita para alimento de sus ensueños lo relativo, casi diría lo tangible 72 •

En absoluta y total coherencia con una de sus advertencias críticas en Mezclilla cuando

escribía: "la vanidad menos antipática es la del hombre que cree haber sido en este mundo

un poco poeta por dentro"73, afirma Clarín:

Angel Guerra, sin ser vulgar, siendo en cierto modo hasta hombre superior (lo es en la

relación moral, en idea y en parte en conducta), no es hombre de muchas psicologías

tampoco. Tiene algo de poeta, de filosófo, de sociológo, pero en nada de esto es lírico;

tiene el carácter y las tendencias que también predominan en Galdós, que es lo menos

lfrico que puede ser un gran artista74

IV CONGRESO GALDOSIANO _

Para, en total sintonía con las ideas expuestas por Dña. Emilia, desenmascarar la falsa

conversión de Guerra:

Así su conversión a la fe, hasta donde se puede llamar conversión, se debe a una ocasión

accidental, y tiene su apoyo en un amor humano y en rigor nada místic075

Porque Galdós no es Renán76 -prosigue Clarín-y por tanto su personaje no ha llegado

a la fe tras duras luchas consigo mismo, con su conciencia y con su razón, sino a través, en

primer término, de la sugestión que sobre él ejerce una mujer fanática y hermosa y, en

segundo lugar -<:omo también observaría Dña. Emilia-, por la sugestión de la arquitectura

y la liturgia toledana. De aquí que todos sus proyectos tengan el sello de lo práctico y

utilitario, pero les falte profundidad y verdadera trascendencia y haciendo de nuevo

significativamente hincapié en la lógica implacable que rige desde el principio la conducta

del personaje escribe:

El revolucionario del19 de septiembre, el que quiere ante todo actos, aun en el momento

menos propicio, tiene que ser el converso también activo y práctico, y hasta pudiera

decirse político. Es de la madera de los reformadores, todo lo contrario de los dilettanti;

ve lo que ve, y no ve más; pero quiere que los demás lo vean, y sobre todo, que lo hagan;

la sociedad es para ellos en vez de un terrible misterio que por lo complejo asusta, lo

que el infeliz conejo para el fisiológo: experi"mentan en sí mismos y experimentan en

el prójimo. Angel Guerra, al devolverse al catolicismo, quiere llegar a la más práctica

consecuencia y se dispone para entrar en el sacerdocio. Esto por lo que toca a su propia

riforma; en lo que mira a sus relaciones nuevas con el prój imo, también va a lo práctico,

a la caridad, y más que a ella misma, a sus obras, a sus resultados. Todos aquellos

capítulos, tan hermosos por cierto, de los Cigarrales, de los interiores humildes de

Toledo, tienen por unidad y explicación esta nota del carácter de Guerra77

Resulta evidente el rechazo de la ortodoxia naturalista, basada en loJisiología, el determinismo,

elutilitansmo, el mecaniCismo, que destilan las palabras de Clarín a la altura de 1891 78•

Mientras que la psicología de Leré, "aquella señorita" que Dña. Emilia definió como de

"pobre cuna yen quien desdichas de la infancia y anomalías hereditarias han creado una

singular exaltación mística "79, el eminente crítico y fino psicológo del alma femenina piensa

que su santidad

que es oro de ley, tiene esa prosa, esa frialdad, esa falta de sentimentalismo que un

pedagogo italiano advierte en los catecismos de las escuelas. A Leré la psicología se la

da hecha la Iglesia. Las ternuras recónditas, que son tal vez compatibles con esta

bondad mecánica, de temperamento, de herencia, el autor no nos las muestra, tal vez

porque su observación no tiene datos para escudriñar tales regiones80

Al fino psicológo y experto buceador del alma femenina --que en este mismo artículo había

sostenido que "no está mal sentirse en el alma un poco hembra"81- no se le escapa esa especie

de acartonamiento, ese ritualismo fria y aséptico que impregna toda la conducta de Leré y

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

que impide que la veamos como una mujer de carne y hueso, exceptuando dos momentos

cruciales del desarrollo argumental, que fueron igualmente señalados por Pardo Bazán,

aunque con una interpretación algo distinta, la despedida de Madrid para ingresar en Toledo,

en una orden religiosa dedicada a la vida activa: la práctica de la caridad, y la muerte de Angel

Guerra. A juicio de Clarín, en ambos pasajes, el personaje deja entrever algo más que su rígido

esquematismo religioso para intuir sus sentimientos:

En esta especie de pudoroso misterio del alma de Leré, Galdós ha encontrado un toque

sublime ... pero dado el tipo y dado el propósito del novelista, no cabían honduras ni

indiscrecciones psicológicas por lo que se refiere a Lorenza82.

Uno de los críticos más apreciados y respetados por Galdós, José Yxart, desde La

Vanguardia de Barcelona ( 15 de Agosto de 1891) dedicaba un elogioso artículo a la novela,

publicado con posterioridad en el número correspondiente al mes de septiembre del mismo

año de la revista de Lázaro Galdeano, EspañaModema. Desde las primeras líneas del artículo

Yxart, en una crítica mucho más sintética sin dejar de ser intuitiva, va directamente a lo

esencial y escribe:

Angel Guerra es la historia íntima de un racionalista empacatado que para en creyente

y místico por obra y gracia de un amor "de la más fina idealidad"83

En coincidencia con lo ya apuntado por Emilia Pardo Bazán y Clarín, Yxart señala desde el

principio el verdadero motivo de la conversión de Angel para comentar en párrafos sucesivos

yen base al argumento de la novela las líneas maestras del proceso existencial de Guerra

que, en palabras del crítico catalán, va desde "la utopía de remediar el mal ajeno por medio

de la revolución" a "la práctica de la más encendida caridad; malogrado ensayo de una nueva

y también utópica, congregación religiosa"84

El mejor crítico de la Renaixen~a resalta más que cualquier otro el carácter utópico e

incluso alucinante de las empresas de Angel Guerra, a quien considera víctima de sucesivas

crisis que moldean su personalidad y afectan directamente a su conversión y humanitarismo.

En consecuencia, ese Angel Guerra de naturaleza bifronte, tal como su emblemático nombre

indica85, es para Yxart:

antes que un carácer, antes que un pensamiento, un estado de imaginación86

Lo que equivalía a decir que el personaje como tal era inverosímil, pues

Guerra es un racionalista -el racionalista de siempre en la novela de Galdós-,

convertido. Pero basta observarle desde las primeras páginas para advertir que ni el

pensamiento, ni el carácter, predominan en su conducta, en el fin a que se dirige, en los

medios de que se vale, y que su conversión y su misticismo son obra de su imaginación

acalorada, antes que de su inteligencia: son el resultado de una crisis de la fantasía

soñadora, y del atribulado corazón, pero no una crisis intelectual87

IV CONGRESO GALDOSIANO mm

Hay también en el fondo de las palabras de Yxart coincidencia con los juicios de Oña. Emilia

y Clarín, pero sobre todo con el último, cuando señalaba que no había habido en la conversión

del personaje de Galdós ni lucha de la razón ni verdadera fe sino mera sugestión. Pero

mientras Clarín responsabilizaba de ello al talante y al método e incluso a los fines del autor

en la novela, Yxart, que cree igualmente que todas las empresas de Guerra son fruto del

apasionamiento y que sus sucesivas crisis son siempre emocionales, sentimentales, nunca

del intelecto ni de la conciencia, pone, sin embargo, el énfasis en que Guerra es el resultado

del clima moral, estético y espiritual de fin de siglo.

Yxart insiste a 10 largo de su artículo .repetidas veces en que el personaje no se plantea

nunca en serio sus propias convicciones sean éstas filosóficas, políticas o religiosas y de aquí

que su vocación religiosa, su misticismo resulten falsos88• Y, abundando aún más en esta

impresión, señala que Galdós ha tenido un singular empeño en

describirnos a su héroe, como un gran visionario, como un admirable iluso, que no

acierta a ser ortodoxo, por más que quiera89,

y aunque el intuitivo crítico catalán no menciona explícitamente a Cervantes en su artículo,

todas estas ideas más allá de lo acordes que puedan estar, que evidentemente lo están, con

la estética finisecular, eliptícamente, en profundidad, apuntan y potencian la raíz esencialmente

quijotesca del protagonista de la novela galdosiana, que es como el héroe cervantino

un visionario utópico.

En ese predominio de la imaginación por encima del pensamiento organizado y

organicista en la conducta de Angel Guerra ve Yxart una característica constante de los

personajes galdosianos que le permite ~omo a Oña. Emilia- establecer correspondencias

con otras figuras, como León Roch o Monsalud, pero simultáneamente insiste en que en esta

novela se trata además de una problemática de actualidad, porque a Angel Guerra no se le

debe considerar sólo un individuo, sino una síntesis

que refunda y aúne las verdades fragmentarias de las opuestas escuelas que con su

fragorosa batalla han llenado c:l siglo90

Señala también Yxart que Guerra es el resultado de un realismo ideal-terminología muy

en boga desde 1887 con la difusión en España de los novelistas rusos-, y, a la vez, plantea

un doble simbolismo del personaje que, por un lado, continuaba y amplía la nómina de

personajes tipícamente galdosianos y por otro, sintonizaba perfectamente con la atmósfera

cultural de su tiempo, cuando escribe:

Se alienta y nutre su imaginación -siempre su imaginación antes que su pensamiento,

no precisado y determinado con todo relieve y seguridad- con aquellas aspiraciones

nacientes a un realismo ideal en arte y filosofía, con el anhelo de hallar la solución a

los conflictos sociales en la caridad evangélica, aunque ignora en qué forma; con la

sentida necesidad de Guerra se ofrece como un tipo doblemente interesante y nuevo.

Es el racionalista de siempre, pero influído y transformado por las últimas ideas de la

generación actual, alentado por todas las aspiraciones coetáneas, empezando por la

8] BIBLIOTECA GALDOSIANA

espiritualista que vuelve los ojos suplicantes a un dogma. a una creencia positiva. Es

Monsalud. es León Roch ... pero de la década del 9091

Para considerar, finalmente, a Angel Guerra como personaje paradigmático de esa naciente

sensibilidad neorromántica y simbolista finisecular que corre pareja al resurgimiento

religioso:

En lo estético: Guerra es un artista a quien se revela con nueva intensidad la belleza y

los explendores de un arte simbólico y espiritualista, real e ideal a un tiempo"~.

Pues Yxart observa con sagacidad e inteligencia que en lasJruiciones artísticas del

personaje en Toledo, tan bien descritas por Galdós, hay una vuelta a la sensibilidad romántica

muy del gusto de la estética finisecular y que podría sintetizarse en las dos últimas partes

de la obra en la frase de Amiel "el paisaje despierta en mi un estado de alma", que cuajó en

múltiples manifestaciones de la novela española del último tercio de siglo XIX, dando siempre

como resultado una interacción entre el hombre y el paisaje, una especie de identificación,

de simbiosis emocional entre el personaje y el ambiente:

Guerra siente el encanto de las viejas costumbres, próximas a fenecer. y de aquéllas

humildes gentes en que sobrevive una raza, como si en ellas percibiera ( ... ) lo que tenía

de mejor, de más sólido y magnífico, de más conforme a la vida, y sobre todo a la vida

nacional. toda aquella cultura fenecida e insepulta en una ciudad de tercer orden93

Desde esa sensibilidad neorromántica y en consonancia con el carácter utópico y visionario

de la conducta de Angel, concluye Yxart señalando otro aspecto novedoso, el sello anárquico

que tiene el cristianismo de Angel Guerra, puesto que si bien "es un apóstol de la caridad,

del Evangelio puro94

Por un lado, desconfía a estas fechas. del laicismo, de la filantropía puramente

filosófica: lo hemos repetido. quiere poner su amor al prójimo al abrigo de un dogma;

por otro, no halla para él molde que no le parezca estrecho. Su compasión ardorosa y

viva, se extiende al mismo vicio: tiene sus raices en una comprensión más clara y honda

de las humanas imperfecciones: su indulgencia es laxa y nihilista: la institución

benéfica soñada, sin orden interior, sin disciplina, es en el fondo anárquica95 .

Llegados aquí cabe preguntarse como el crítico de La Epoca: ¿Quién es en realidad Angel

Guerra?:

Es un soñador, un fanático, que al principio se bate con las armas por la República, y

luego se bate espiritualmente por la religión: es un Leo Taxil, masón primero, ascético

y místico más tarde; es un temperamento incomprensible, ardoroso y exaltado,

aventurero, Quijote de todas las causas buenas y malas,que, a no gozar de fortuna y

posición, le hubieran enjaulado; sobre su tumba podría ponerse el título de un drama

de Echegaray: jO locura o santidadf96

IV CONGRESO GALDOSIANO al

Probablemente no sea fácil trazar con línea continua y nítida un perfil tan complejo, tan

sintomático de la situación cultural de 1891y a la vez tan esencialmente quijotesco, tan

influenciado por la atmósfera cultural de finales de siglo y a la vez tan entrañablemente

galdosiano. Simbiosis del mejor naturalismo, simbolismo y misticismo, y ahí, en esa

simbiosis radica la máxima originalidad de la novela que el propio autor había llamado

"laberíntica" y la originalidad del personaje que tan apasionadamente definió el joven Valle

Inclán con estas palabras:

Angel Guerra no es solamente un revolucionario arrepentido, es la encarnación del más

puro amor humano, el fanático de las virtudes sociales, el Amadís de Gaula de la caridad,

en una palabra: la santidad librepensadora y francmasónica. Angel Guerra, con Tomás

Orozco son los primeros apóstoles de una religión nihilista -porque ha de nacer de la

ruina de las existentes-basada en el evangelio. Son dos bienaventurados heterodoxos,

dos iluminados que creen conocer el verdadero sentido de la predicación del hijo de

Dios97

Conclusión

Hasta aquí la recepción crítica de Angel Guerra, novela de la que se cumplen cien años

de su edición, y que, tal como pronosticara en su tiempo Clarín, es hoy un documento

imprescindible para el conocimiento de su autor y para entender las peculiares características

morales y estéticas que confluyen a finales del siglo XIX sembrando incertidumbres,

resucitando emociones y sentimientos viejos pero no caducos, que ante la imposibilidad, ya

entonces, de definirlos se expresaron con la consabida fórmula del mal du siecle.

111 BIBLIOTECA GALDOSIANA

Notas

1 PEREZ GALDOS, Benito. Ibídem, pág. 1.458.

2 Escritor y periodista (San Martín, Navarra-1855). En 1885 El Imparcial premió su novela El

corazón y la cabeza, editada en la Biblioteca "La familia cristiana" de Pérez Dubrull, ya partir de

entonces lo llamó a su redacción, colaborando en ella durante dieciocho años. Trabajó también en El

Heraldo de Madrid y posteriormente fue redactor de El Diluvio de Barcelona. Es autor de gran cantidad

de novelas muy mediocres.

3 Novelista naturalista, publicó El tren directo y Don luan Solo (1880), Cleopatra Pérez (1884),

antes había escrito novela sentimental: La Cigarra, Lucio Tréllez (1879), aunque destaca, sobre todo,

por su labor periodística al frente de las páginas literarias de Los Lunes de El Imparcial. Yerno de

Eduardo Gassset Artime, se hizo cargo de dicha sección literaria en 1879, sustituyendo a Isidoro

Fernández Flórez, "Fernanflor". Con su dirección la publicación alcanza un prestigio creciente, al

incorporar a sus columnas las firmas de Clarín, Pardo Bazán, Federico Balart, Juan Valera entre otros.

4 En 1893, en un artículo misceláneo, Urrecha lamenta el escaso interés del público español y de

algunos escritores jóvenes por los autores consagrados, y de forma explícita refiriéndose a Galdós dice

que sus últimas producciones entre las que hay que contar Angel Guerra son juzgadas de forma

demoledora "casi siempre como una lata insoportable". (URRECHA, Federico, "Madrid". Los Lunes de

El Imparcial (2-1-1893).

5 "Revista Literaria". El Imparcial (5-X-1891). Es preciso notar que Clarín venía siguiendo

atentamente las novelas de Galdós y reseñando algunas de ellas en periódicos y revistas. Entre dichos

artículos cabe destacar el dedicado aLa Desheredada, "verdadero manifiesto de principios de la escuela"

-en palabras del profesor Sergio BESER (Leopoldo Alas: Teoría y crítica de la novela española,

Barcelona. Laia, 1972; Págs. 219-246). Un buen número de estos artículos fueron recogidos en 1913

por la Biblioteca Renacimiento en un tomo titulado Galdós.

6 "Angel Guerra". Nuevo Teatro Crítico N.8 (Agosto-1891). Aunque el interés de Dña. Emilia por

la obra de Galdós arranca de bastantes años antes, "Estudios de Literatura contemporánea. Pérez

Galdós" publicados en La Revista Europea (V y VI-1880). En 1882/3 se refirió también a Galdós en el

artículo dedicado a la novela española contemporánea de La Cuestión palpitante y con posterioridad

al que aquí reseñamos, escribió: "Realidad" (16-IV-1892); "Gerona "y "La loca de la casa" (17-v-1892);

"Tristana" (25-1-1893) publicados algunos inicialmente en prensa y recogidos después en el Nuevo Teatro Crítico.

IV CONGRESO GALDOSIANO _

7 "Angel Gue"a. Novela Contemporánea por Benito Pérez Galdós". La Vanguardia de Barcelona

(15-VIII-1891), recogido de forma idéntica en La España Moderna (Septiembre, 1891). Además Yxart

dedicó un largo capítulo de El Arte Escénico (págs 309-350) a Realidad; La loca de la casay La de San

Quintín.

8 Crítico y escritor catalán (Matanzas, 1863-Barcelona, 1956). En 1882 funda la revista bilingüe

La Gaviota y un libro de poemas titulado Adolescencia. Fue director del L'Aven~ entre 1883/1884, y

en 1882 recoge en un libro de crítica A dos vientos, algunos de sus artículos sobre literatura española

y catalana que habían aparecido con anterioridad en la prensa de su tiempo, libro que tuvo una favorable

acogida crítica en Madrid y Barcelona. Otras obras: Cantos modernos (1884), Nortey Sur (1893) ,Musgo

( 1903) Y La madre a'e"a (1908). Los trabajos dedicados a Galdós, y concretamente el artículo sobre

Angel Gue"a fue recogido enA dos vientos (1892). Cf. Ramón PLA artículo sobre la vida y obra de Perés

en la Gran Enciclopedia Catalana, S.V., T. XI; págs. 475-476, y Ramón PLA "L'Aven~ (1891-1915):

la modernitzacio de la Renaixen~" El Marges (Barcelona), nA mayo-1975.

9 "Angel Gue"a. Novela original de D. Benito Pérez Galdós". El Globo (13-VIII-1891), periódico

de corte republicano y órgano del Castelarismo. Se trata del primer artículo de crítica literaria que publicó

Valle Inclán y, según Javier SERRANO ALONSO:

"Acaso sólo (los artículos) Angel Guerray Tnstana de Galdós, son los que se acercan a una crítica literaria

normativa" Oavier SERRANO ALONSO en Ramón DEL VALLE INCLAN. Artículos completos y otras

páginas olvidadas. Madrid, Istmo "Bella Beatriz", 1987; págs. 113/116).

Antes que apareciera el mencionado libro de Serrano Alonso el artículo de valle figuraba ya en el

espléndido volumen dedicado a Galdós por DOUGLASS M. ROGERS. Benito Pérez Galdós. Madrid,

Taurus, 1973, págs. 317/319.

10 Político y periodista, de familia aristocrática de San Sebastián. Se inició en el periodismo como

crítico de Arte en La Epoca. Después de la pérdida de las colonias se pasó al bando republicano y fundó

el periódico Vida Nueva. Posteriormente trabajó junto con Blasco Ibáñez en el diario Pueblo de Valencia.

Entre sus artículos destaca "Una conferencia con E. Zola" Revista de España. 1891. T.137, págs.350-

357, así como múltiples reseñas de las novelas de Zola en la prensa madrileña entre 1890-1896.

El artículo sobre "Angel Gue"a" se publicó en la sección" Autores y libros", enLa Epoca (16-VIl-

1891).

11 Seudónimo del escritor y periodista Ramón ORTS RAMOS. Dirigió El pueblo de Barcelona, diario

radical de efímera existencia, para colabotar después en La Semana Cómica y Don luan Palomo,

semanarios ilustrados. Perteneció al equipo de redacción de la Enciclopedia Espasa, donde figura que

había publicado más de ciento cincuenta artículos, poemas y libros, muchos de ellos firmados con el

mencionado seudónimo.

12 Discurso que se retrasó varios años desde que fue elegido Galdós miembro de la Real Academia,

debido al trabajo de Don Marcelino Menéndez Pelayo, encargado del discurso de recepción.

13 MENENDEZ PELA YO, Marcelino. Don Benito Pérez Galdós (7 -Il-1897), en Benito Pérez Galdós.

Ed. de Douglass M. Rogers. Madrid, Taurus, 1973; pág. 54.

14 MENENDEZ PELA YO, Marcelino. Don Benito Pérez Galdós (7 -Il-1897), en Benito Pérez Galdós.

Ed. de Douglass M. Rogers. Madrid, Taurus, 1973; pág. 54.

15 Pues sólo durante el mes de abril de 1891 se ocuparon de la obra del Padre Coloma:

Emilia PARDO BAZAN en el número correspondiente de El Nuevo Teatro Cria"co.

Federico BALART en Los Lunes de El Imparcial (13 y 20-IV)

Mientras que El Heraldo de Madrid abría una sección de opinión sobre la novela entre los días 2

al18 del mismo mes. Y Comado MUIÑOS polemizaba con Dña. Emilia desde La Ciudad de Dios.

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

16 Téngase en cuenta que por aquellas fechas Dña. Emilia mantenía una estrecha relación literaria

y humana con el autor de Fortunatay Jacinta, tal como se desprende de Emitia Pardo Bazán. Cartas

a Galdós.(J889-1890) ed. de C. Bravo Villasante, Madrid, Turner, 1978.

17 PARDO BAZAN, Emilia. "Crónica Literaria". Nuevo Teatro Crítico. Año 1, n.3 (marzo, 1891).

Madrid, La España Editorial; págs. 90/91.

18 Según Casalduero la novela se publicó en abril y diciembre de 1890 y mayo de 1891. datos que

no parecen coincidir exactamente en lo respectivo a los dos primeros tomos, con los de Dña. Emilia,

quien en el número correspondiente al mes de marzo de 1891 de su Nuevo Teatro Crítico dice que Galdós

está ultimando la 2 y 3 parte.

19 "Angel Gue"a". "Autores y Libros". La Epoca (16-VIl-1891).

20 Hasta la publicación de Angel Gue"a Madrid había sido prácticamente el único escenario real

de las anteriores novelas de Galdós desde La Fontana de Oro (1867). En cuanto a Toledo, Galdós evocará

su estancia en la mítica ciudad en el fragmento "Toledo y Angel Gue"a" y "Visita a una catedral" de

las citadas Memorias.

21 ORTEGAMUNILLA, José. (Carta a Galdós) (Córdoba, 5-IV -1891) en, Cartas del archivo de Galdós,

ed. de Sebastián de la NUEZ y José SCHRAIBMAN, Madrid, Taurus, 1967; pág. 213.

22 Director de La Vanguardia de Barcelona desde 1888 a 1902. cf. Rosa CABRE. "Epistolari Pérez

GaldÓs-Yxart". Miscel.lania Pere Bohigas/l. Publicacions de l'Abadia de Montserrat, 1981, pág. 209.

23 Donde poco después de un mes, en el número correspondiente al mes de septiembre, Yxart volvió

a publicar el artículo sobre Angel Gue"a que había escrito inicialmente para La Vanguardia. Téngase

en cuenta que hacía escasamente un año que Clarín había roto definitivamente con Lázaro Galdeano

al negarse a reseñar para la España Moderna las novelas de Emilia Pardo Bazán Insolacióny Morriña.

cf. (RODRIGUEZ MOÑINO. "Clarín y Lázaro. Un pleito entre escritor y editor (1889-1896)" Bibliofilia.

Valencia, Castalia, 1951). Por tanto, no resulta extraño que el director de la publicación más prestigiosa

del siglo XIX intentara hacerse con el compromiso del crítico catalán de escribir para su revista.

24 CABRE, Rosa. "Epistolari Pérez GaldÓs-Yxart". Miscel.lania Pere Bohigasjl. Publicacions de

l' Abadia de Montserrat, 1981; pág. 209.

2S CABRE, Rosa. "Epistolari Pérez GaldÓs-Yxart". Miscel.ldnia Pere Bohigasjl. Publicacions de

l' Abadia de Montserrat, 1981; pág. 210. Que se sepa este fue el único juicio que Galdós emitió sobre

su obra.

26 "La novela, si no nos ha dado aun el tercer tomo de Angel Gue"a, que con toda urgencia

esperábamos, y cuyo estudio habiamos ofrecido al público, nos brindó Al primer vuelo de Pereda y Dulce

y sabrosa de Jacinto Octavio Picón. (PARDO BAZAN, Emilia. "Crónica Literaria". Nuevo Teatro Crítico,

ed. cit. n.6 (junio, 1891); pág. 86).

27 Se refiere obviamente a José Ortega Munilla, novelista y periodista, director de Los Lunes de El

Imparcial.

28 Leopoldo ALAS, carta fechada en Oviedo el 17 de Junio de 1891, en Cartas a Galdós, ed. de

Soledad ORTEGA. Madrid, Revista de Occidente, 1964; pág. 259.

29 "Cuando llegamos a Toledo no presentaba la ciudad el aspecto melancólico que ofrecía la noche

de invierno en que acogió en sus muros al ínclito D. Pito, aquel gran nauta minuciosamente retratado

en Angel Gue"a, y que, buscando bálsamo aguardentero tropezó con la Catedral". (PARDO BAZAN,

Emilia. "Dias toledanos". Nuevo Teatro Crítico, ed. cit. n.7 (julio, 1891); pág. 25).

30 "El tercer tomo de Angel Gue"a no ha salido a la luz hasta dos o tres días de escribir yo esta

crónica. Por eso -con mucho sentimiento mío- el estudio sobre el último libro del maestro no puede

figurar en este tomo, que mi viaje a Galicia me obliga a cerrar antes que de costumbre. En el número

de Agosto indemnizaré al público de esta involuntaria omisión". (PARDO BAZAN, Emilia "Crónica

Literaria". Nuevo Teatro Crítico ed. cit. n.7 (julio, 1891); pág. 87).

IV CONGRESO GALDOSIANO _

31 PARDO BAZAN, Emilia "Crónica Literaria". Nuevo Teatro Crítico, ed. cit. n.7 (julio, 1891); pág.

88. PELLICER, discípulo de Ramón Martí Alsina, fue junto a Apeles Mestres uno de los más importantes

ilustradores catalanes del siglo XIX. Amigo personal de Narcís Oller y de Valentí Almirall diseñó la

cabecera del Diario Catald, fue director artístico de la editorial Montaner y Simó, ilustró El Qufjotey

los Episodios nacionales y a menudo colaboró en La Ilustración Artística, La Reinaxenfa, La

Vanguardia. Yen 1872-3 ilustró el semanario anarquista El Condenado de Madrid.

32 Así describe Dña. Emilia el estudio de Galdós:

"Tal cual se encuentra el estudio de nuestro gran novelista, deja adivinar bien las condiciones de su carácter

y de su ingenio. Cultura sin pedantería, más bien con empeño de aparecer sencilla, burguesa y llana; amor

entrañable a la vida real, con un lugar retirado en que se cobijan, sin alardear ni meter bulla, el ensueño

y la poesía; la decoración y el mobiliario, no como artículo de lujo, sino como elemento de honesto regalo

interior, de pacífica ventura familiar; lectura ligera, nutritiva y sana, paladeada a sus horas, no indigestada

nunca; y sobre todo, recio trabajo, copiosa producción, asiduidad regularizada, inspiración sujeta a la

voluntad, por decirlo así"

(PARDO BAZAN, Emilia. "El estudio de Galdós". Nuevo Teatro Crítico, n.8 (Agosto, 1891). En

efecto, en todos los intentos de biografía de Galdós se subraya su sobriedad, su enorme capacidad de

trabajo y una vida cuando menos en apariencia tranquila y sin grandes sobresaltos.

33 Reconocimiento que tiene un valor extraordinario no sólo por venir de quien era el más temido

pero también el más considerado crítico de su tiempo, sino porque, desde que Dña. Emilia publicara en

1889 Insolacióny Morn'ña, las hasta entonces cordiales relaciones entre ellos se habían ido enfriando

progresivamente hasta desembocar en una abierta hostilidad, no exenta de la consabida agresividad

verbal de Clarín, quien sin embargo no tuvo empacho en reconocer en la prensa que el artículo "recuerda

los mejores momentos de esta escritora". (CLARIN "Revista Literatura". El Imparcial (5-X-1891)

34 El comentario es anónimo y aparece al final de una reseña del libro de A. VITU, París, por entonces

recientemente traducido por E. Pardo Bazán. "Boletín Bibliográfico". Revista Contemporánea (15-VIlI-

1891). Las consideraciones preliminares se refieren a los comentarios sobre los gustos literarios del

público español.

35 ALAS, Leopoldo. Carta fechada en Salinas (Avilés) el 16 de Agosto de 1891. (Cartas a Galdós,

ed. cit pág. 261). El criterio de Clarín expresado en la citada carta puede tomarse como antecedente

del de Feo. Pérez Gutiérrez cuando afirma que la situación de Galdós podría resumirse diciendo:

"que si su inquietud espiritualista le acercaba al misticismo, su talante y formación positivista le alejaba

de él"

(PEREZ GUTIERREZ, Feo. El problema religioso en la generación de 1868, Ed. cit. pág. 247).

36 SORIANO, Rodrigo. "Angel Guerra" Autores y Libros. La Epoca (16-VIl-1891). Se refiere a La

Sonata a Kreutzer (1889), pero la comparación parece a todas luces desmesurada, pues si bien es cierto

que son rastreables en Galdós influencias ideológicas y religiosas del conde Tolstoi, no es menos cierto

que poco o nada tiene que ver el arte novelesco exuberante del autor español con la condensación

extrema de las últimas producciones del novelista ruso.

37 Se refiere al banquete de homenaje a Galdós celebrado en 1883 en el "Bilis Club". En cuanto a

la idea de que el autor estiraba los asuntos probablemente tenga que ver que desde los cuatro tomos

de Fortunatay Jacinta, la crítica venía llamando la atención sobre la extensión de sus novelas, lo que

parece que el novelista no siempre tuvo en cuenta salvo al escribir Realidady Tristana.

38 ORTS RAMOS, Ramón (SANSON CARRASCO). "Pérez Galdós". "Nuestros Novelistas". Blanco

y Negro (29-XI-1891).

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

39 PARDO BAZAN, Emilia. "Angel Guerra". Nuevo Teatro Crítico, ed cit, n.8 (Agosto, 1891) .

• 40 PARDO BAZAN, Emilia. "Angel Guerra". Nuevo Teatro Crítico, ed cit, n.8 (Agosto, 1891).

41 PARDO BAZAN, Emilia. "Angel Guerra". Nuevo Teatro Crítico,' ed cit, n.8 (Agosto, 1891).

42 El término procede de un artículo del novelista marcel PREVOST, "Le roman romanesque" que

se publicó los primeros meses de 1891 en Le Figaro en respuesta a una encuesta, dirigida por el

periodista Jules Huret desde L 'Echo de Paris, sobre la situación de la literatura francesa. El mencionado

artículo de Prevost fue traducido y publicado casi de forma inmediata en España por El Heraldo de

Madrid (18-V-1891) junto con una carta literaria de adhesión a sus principios del también novelista

Alejandro Dumas, hijo, e inmediatamente se publicaron en el mismo periódico varios artículos de Pardo

Bazán (24/V), Carracido (2-VI), Clarín (4-VI), Valera (S-VI) y Picón (ll-V) comentando las conclusiones

a que llegaba el mediocre escritor francés, declarado adversario del naturalismo. En síntesis Prevost,

proponía una nueva orientación romántica, que en profundidad poco tenía que ver con las nuevas

corrientes espiritualistas y psicologistas, mientras que suponía una vuelta a una especie de novela de

aventuras, novela imaginativa, que en palabras de Dña. Emilia aplicado a la novela española equivalía

a volver al folletín.

Por su parte Leopoldo Alas matizó un poco más el significado del canón de Prevost y, en franco

desacuerdo con algunas de las observaciones de Pardo Bazán, escribía:

"Mas si la novela novelesca significa una protesta nueva de esa juventud literaria, que busca idealidad y

poesía, entonces, lejos de haber abandonado en los párrafos anteriores la cuestión, he penetrado en su

núcleo. Porque mostrado que existe el nuevo anhelo, la nueva aspiración religiosa y filosófica, ¿hace falta

demostrar la legitimidad de una nueva literatura que sea su expresión artística?- Sí, mil veces sí; el

naturalismo en los grandes maestros ni cansa todavía, ni debe cansar jamás, ni decae en nada el uso; tiene

por delante mucho camino; pero la novela psicológica también pretende con derecho una restauración, y

no falta en Francia ni en otros países quien lo procure, ni público que lo acoja con cariño. Y es

particularmente legitima la forma de novela que atiende al alma, no por el análisis, sino por su hermosura,

por la belleza de sus expresiones nobles, no menos que por la formidable lucha de sus pasiones; es legítima

y oportuna la novela de sentimiento. "

(CLARIN. "La novela novelesca". El Heraldo de Madrid (4-VI-1891).

En evidente concordancia con otras formulaciones suyas de esta misma época. Ahora bien, el

término como tal y la polémica, al menos, en lo que respecta a la literatura español fue efímera.

43 PARDO BAZAN, Emilia. "Angel Guerra~ Nuevo Teatro Crítico, n.8 (Agosto, 1891).

44 CLARIN. "Revista Literaria". El Imparcial (S-X-1891).

45 cf. Ma. José TINTaRE. "La Regenta" de Claríny la crítica de su tiempo. Barcelona, Lumen, 1987.

46 CLARIN. "Revista Literaria". Los Lunes de El Imparcial (S-X-1891).

47 Personalidad enigmática para los críticos del XIX y en ciertos aspectos también para los de hoy,

pues tal como había escrito Clarín:

"Uno de los datos biográficos de más sustancia que he podido sonsacarle a Pérez Galdós es ... que él, tan

amigo de contar historias, no quiere contar la suya"

Y añadía:

"No tiene inconveniente en suponer que su Araceli, y su Salvador Monsalud y su Amigo Manso, por

ejemplo, son tan poco recatados que nos relatan en tomos y más tomos su propia vida .. y la ajena"

(CLARIN. Benito Pérez Galdós. Madrid, 1889. Ed. cit. pág. 21)

IV CONGRESO GALDOSIANO mm

A esta nómina de personajes autobiográficos propuesta por Clarín en 1889 habrá que añadir sin

duda Angel Guerra.

48 En 1889, Clarín había escrito que en Galdós, novelista urbano, el paisaje se subordina al

personaje, todo lo contrario de lo que ocurre en las novelas de Pereda. (CLARIN. Benito Pérez Galdós.

Madrid, 1889, ed. cit., pág. 29)

49 PARDO BAZAN, Emilia. "Angel Guerra". Nuevo Teatro Critico, ed. cit., n.8 (Agosto, 1891).

50 ORTEGA MUNILLA, José. "Angel Guerra". Los Lunes de El Imparcial (6-VIl-1891)

51 ORTEGA MUNILLA, José. "Angel Guerra". Los Lunes de El Imparcial (6-VIl-1891)

52 ORTEGA MUNILLA, José. "Angel Guerra ". Los Lunes de El Imparcial (6-VIl-1891). De nuevo es

también Gustavo CORREA quien en el citado trabajo sobre "Tradición mística y cervantismo en las

novelas de Galdós 1890-1897" (págs. 143-160), comenta el enorme poder de seducción que tuvieron

personalidades como la de Teresa de Jesús.

53 ORTEGA MUNILLA, José. "Angel Guerra". Los Lunes de El Imparcial (6-VIl-1891)

54 Neurólogo y psiquiatra francés (1825-1893). Fundador de la moderna neuropsiquiatría, dedicó

gran parte de su vida al estudio de los fenómenos histéricos en Salpetriere (hospital psiquiátrico de

París). Profesor de Freud y en cierta medida precursor de sus teorías psicoanalíticas.

55 ORTEGA MUNILLA, José. "Angel Guerra ". Los Lunes de El Imparcial (6-VIl-1891 )

56 Cesar Lombroso, autor de El hombre de genio (Turín, 1889), consideraba el genio como una

anomalía psíquica análoga a la locura y, más allá de los círculos estrictamente profesionales de juristas

y criminólogos ejerció una notable influencia en la literatura. Sus teorías serán llevadas a la crítica por

su discípulo Max Nordau con Degeneración (1893), quien, en síntesis, sostenía en concordancia con

su maestro que el genio era una patología más que podía revestir múltiples manifestaciones: desde el

loco o el criminal al artista.

57 ORTEGA MUNILLA, José. "Angel Guerra". Los Lunes de El Imparcial (6-VIl-1891)

58 PEREZ GUTIERREZ, Feo. El problema religioso en lageneración de 1868. Ed. cit. pág. 247.

59 Motivaciones -sucesos de la niñez del protagonista, así como sus sueños y pesadillas- que han

sido consideradas por la crítica moderna como verdaderos anticipos de las técnicas psicoanalíticas. efa.

RUIZ RAMON, Tres personqjes galdosianos. Madrid, ed. Revista de Occidente, 1964.

60 PARDO BAZAN, Emilia. "Angel Guerra". Nuevo Teatro Critico, ed. cit., n.8 (Agosto, 1891).

61 Hay en la novela dos hechos comprobados: ellO de Abril de 1865, Galdós, estudiante de Derecho

en Madrid, presenció la agitación revolucionaria de la noche de San Daniel, cuando los estudiantes

fueron sometidos por la fuerza pública, y el22 de julio del año siguiente, la sublevación de los sargentos

en el cuartel de San Gil y su posterior fusilamiento. (Cf. PEREZ GALDOS, Benito. Memorias de un

desmemoriado, ed. cit. págs. 1.430/1.431).

62 Galdós tenía 48 años en 1891 y había publicado más de 40 volúmenes.

63 PEREZ GUTIERREZ, afirma que Galdós presenta una personalidad hondamente religosa, es un

cn'stiano, "con un cristianismo anterior a las delimitaciones de confesionalidad y ajeno a ellas", para

matizar asimismo el archimanido anticlericalismo del autor de Tormento señalando que la verdadera

bestia negra de Galdós, sobre todo en su juventud, fue siempre el neocatolicismo, rechazado

frontalmente por ser una absurda teologia hecha de convencionalismos y vacía de verdadera

espiritualidad. (Feo. PEREZ GUTIERREZ. El problema religioso en la generación de 1868. Madrid,

Tauros, 1975; págs. 191/2).

Vid. también las cartas de Galdós a Pereda, en las que a la vez que se defendía de las acusaciones

del escritor montañés sobre los propósitos que éste había querido ver en Gloria, revelan con toda nitidez

lo que pensaba sobre el catolicismo como puro ritual y la religiosidad puramente epidérmica de los

españoles. ("Veintiocho cartas de Galdós a Pereda" publicada por C. BRAVO VILLASANTE. Cuadernos

Hispanoamericanos, núms. 250/252 (octubre, 1970-enero, 1971), págs. 18/19).

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

b4 PARDO BAZAN, Emilia. "Angel Gue"a". Nuevo Teatro Critico, ed cit, n.8 (Agosto, 1891)

6S PARDO BAZAN, Emilia. "Angel Gue"a". Nuevo Teatro Critico, ed cit., n.8 (Agosto, 1891).

66 Que escribiría en su artículo:

"La señóra Pardo Bazán en una crítica que recuerda los mejores momentos de esta escritora, se queja, con

razón, de que la multitud de episodios en que Angel y Leré no están directamente o inmediatamente

interesados impiden seguir la acción principal, las relaciones de los personajes en primer término con la

constancia que quisiéramos. Es verdad".

(CLARIN. "Revista Literaria". Los Lunes de El Imparcial (S-X-1891).

67 CLARIN. "Revista Literaria". Los Lunes de El Imparcial (S-X-1891).

68 CLARIN. "Revista Literaria". Los Lunes de El Imparcial (S-X-1891).

69 CLARIN. "Revista Literaria". Los Lunes de El Imparcial (S-X-1891).

70 CLARIN. "Revista Literaria". Los Lunes de El Imparcial (S-X-1891).

71 CLARIN. Benito Pérez Galdós. Madrid, 1889, ed cit pág. 33.

72 CLARIN. "Revita Literaria". Los Lunes de El Imparcial (S-X-1891).

73 CLARIN. "Advertencia". Mezclilla. Prólogo de A. Vilanova. Barcelona, Lumen, "Palabra Crítica,

4", 1 987; pág. 41.

74 CLARIN. "Revista Literaria". Los Lunes de Ellmparcial (S-X-1891). La misma opinión expresaba

ya en 1889, al sostener que la característica fundamental del arte de Galdós era el "eminente

antilinsmo" (Galdós, ed. cit. pág. 29). Y parecida acusación había formulado Clarín ya en 1887 al

reseñar Los pazos de ulloa de Dña. Emilia Pardo Bazán en La Ilustración Ibérica (S-Il-1887), donde

dice:

"se puede ser realista y continuar siendo poeta a condición de ver la realidad como una artista. Emilia Pardo,

en algunas de sus obras de imaginación, no siempre ha estado viendo como artista la realidad que imitaba,

sino como observadora prosaica, y de ahí la inferíoridad de ciertos cuadros a pesar de la exactítud" (S.

BE SER, Leopoldo Alas. Teoríay crítica de la novela española Ed. cit., págs. 284/285).

75 CLARIN .• "Revista Literaria". Los Lunes de E/Imparcial (S-X-1891).

76 La escasa influencia de Renan en Galdós ha sido estudiada recientemente por Francisco PEREZ

GUTIERREZ, quien afirma que Renan "dejó huellas detectables" aunque no muy profundas en Galdós

y Pardo Bazán y, contrariamente a los que otros críticos han sostenido, asegura que:

"Pérez Galdós no prestó demasiada atención a Renan. Tal vez tuvo la sensación de que las ideas de Renan

las conocia con anterioridad y, en efecto, le habían llegado por conductos indirectos del ambiente de una

época que había absorbido a Renan tanto como Renan la había expresado a ella. En definitiva, Galdós

pertenecía a ese tipo de hombres sumamente permeables a cvuanto les rodea y que las más de las veces

se enteran de lo que se piensa a su alrededor y en su tiempo sin necesidad de leer los libros donde se supone

que están esas ideas. Tal vez le ocurrió con Renan como con Marx, cuyas obras figuraban en su biblioteca ... ,

pero sin abrir".

Por el contrario, el mismo Pérez Gutiérrez dedica un buen número de páginas a analizar la influencia

de Renan en el autor de La Regenta, al que califica como "nuestro Renan ovetense", para escribir a

continuación:

"Leopoldo Alas fue el espíritu que en el fin de siglo español se sintió más afín a Renan, el más familiarizado

con él, aquel en quien Renan rezuma"

IV CONGRESO GALDOSIANO _

(PEREZ GUTIERREZ. Feo. Renan en España. Madrid, Taurus, 1989; págs. 155-161).

Téngase, además en cuenta que por estas fechas Clarín estaba preparando su folleto titulado Mi

Renan, tal como afirma en carta a Menéndez Pelayo en 1892. Cf. Epistolario. Madrid, Escorial, 1943.

Vol. n, pág. 66.

77 CLARIN. "Revista Literaria". Los Lunes de El Imparcial (5-X-1891).

78 Es evidente que Clarín rechazó siempre el positivismo y en consecuencia ciertas premisas del

dogmatismo zolesco:

"L'homme métaphysique est mort, tout notre terrain se transforme avec l'homme physiologiqueW (Emile

ZOLA, Le Roman experimental)

Pero al filo del fin de siglo esse rechazo se acentúa como consecuencia de la evolución lógica del

autor de La Regenta, que ve como las corrientes espiritualistas y el psicologismo, impulsado por

Bourget, tan afín a su propia sensibilidad inundan el ambiente cultural español. Y esta idealidad se

plasma en una "necesidad de vivir desde la reforma íntima que se proyecta, en ocasiones, como paso

primero de cualquier reforma y que, en otras, dibuja su papel hacia la vida del alma, la vida para la muerte

o el monólogo fragmentario". (Adolfo SOTELO, Leopoldo Alasy elJin de siglo. Barcelona, P.P.U.

"Literatura y Pensamiento en España (siglos XVIII-XIX-XX), 1988; pág. 17).

79 PARDO BAZAN Emilia. "Angel Gue"a". Nuevo Teatro Critico, ed. cit, n.8 (Agosto, 1891).

80 CLARIN. "Revista Literaria". Los Lunes de El Imparcial (5-X-1891). Juicio muy certero el del

autor de La Regenta, pues no todos los novelistas, ni siquiera a veces el magistral Galdós, poseían las

aptitudes necesarias para llevar a cabo ese buceo introspectivo, ese análisis de la conciencia de los

personajes.

8\ Clarín al hablar de las cualidades del novelista insistía en que no hay que "renegar de lo mucho

que tiene el arte de femenino". ("Revista Literaria". Los Lunes de El Imparcial (5-X-1891).

82 CLARIN, "Revista Literaria", Los Lunes de El Imparcial (5-X-1891).

83 YXART, José. "Angel Gue"a. Novela contemporánea por Benito Pérez Galdós". La Vanguardia.

Barcelona (15-VIII-1891), y La España Moderna. T. 33 (Septiembre, 1891) págs. 45-51. De aquí en

adelante se cita siempre por esta segunda referencia.

84 YXART, José. "Angel Guerra. Novela contemporánea por Benito Pérez Galdós". La España

Moderna. T. 33 (Septiembre, 1891) págs. 45-51.

85 Fue también Yxart quien habló de forma específica del simbolismo dual del nombre de Angel Guerra:

"Angel es de la soberana estirpe de aquellos hombres que sienten hondo y piensan alto, enemigos de toda

bajeza y vulgaridad, Guerra, extremoso, colérico, de imaginación volcánica, se pasa la vida riñendo batalla

con su iracundia y con la realidad de las cosas"

(YXART, José. "Angel Gue"a. Novela contemporánea por Benito Pérez Galdós". La España

Moderna. T. 33 (Septiembre, 1891) págs. 45-51.

86 YXART, José. "Angel Guerra. Novela contemporánea por Benito Pérez Galdós". La España

Moderna. T. 33 (Septiembre, 1891) págs. 45-51.

87 YXART, José. "Angel Guerra. Novela contemporánea por Benito Pérez Galdós". La España

Moderna. T. 33 (Septiembre, 1891) págs. 45-51.

88 "En fin, para que no quede lugar a la duda ~scribe- él mismo próximo a morir, creyente si pero

ni místico ni mucho menos, confiesa haber sido víctima de sus propias alucinaciones que revistieron

su pasión por Leré con las apariencias de una vocación espiritual" (YXART, José. "Angel Guerra. Novela

contemporánea por Benito Pérez Galdós". La España Moderna. T. 33 (Septiembre, 1891) págs. 45-51.

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

89 YXART, José. "Angel Guerra. Novela contemporánea por Benito Pérez Galdós". La España

Moderna. T. 33 (Septiembre, 1891) págs. 45-51.

90 YXART, José. "Angel Guerra. Novela contemporánea por Benito Pérez Galdós". La España

Moderna. T. 33 (Septiembre, 1891) pág. 49.

9\ YXART, José. "Angel Guerra. Novela contemporánea por Benito Pérez Galdós". La España

Moderna. T. 33 (Septiembre,1891) págs. 45-51.

92 YXART, José. "Angel Guerra. Novela contemporánea por Benito Pérez Galdós". La España

Moderna. T. 33 (Septiembre, 1891) págs. 45-51.

93 YXART, José. "Angel Guerra. Novela contemporánea por Benito Pérez Galdós". La España

Moderna. T. 33 (Septiembre, 1891) págs. 45-51.

94 YXART, José. "Angel Guerra. Novela contemporánea por Benito Pérez Galdós". La España

Moderna. T. 33 (septiembre, 1891) págs. 45-51.

9S YXART, José. "Angel Guerra. Novela contemporánea por Benito Pérez Galdós". La España

Moderna. T. 33 (Septiembre, 1891) págs. 45-51.

96 SORIANO, Rodrigo. "Angel Guerra". "Autores y Libros". La Epoca (16-VII- 1891).

97 VALLE INCLAN, Ramón. "Angel Guerra. Novela original de D. Benito Pérez Galdós" El Globo

(13-VIII-1891).