ANGELA GRASSI FRENTE A GALDOS •
Iñigo Sánchez Llama
E n esta ponencia trataré de desarrollar un
estudio de literatura comparada en el que se contrastará la producción narrativa de Angela
Grassi (1826-1883) con la de Benito Pérez Galdós (1843-1920) con el fin de mostrar las
diferencias entre una corriente de la novelística isabelina y la novela realista que surge y se
consolida tras la revolución de 1868. El estudio se centrará tanto en aspectos sociológicos
como en recursos estilísticos, haciéndose referencia al contexto político, ideológico, económico
y literario de ambos autores.
l La España de Isabel 11 y la Restauración
La España de Isabel 11 (período en el que se podría enmarcar la producción narrativa de
Angela Grassi, a pesar de su prolongación en la década de los setenta) políticamente estuvo
condicionada por lo que Raymond Carr denomina "parlamentarismo pretoriano", hecho que
supuso una creciente influencia de los generales en los "negocios públicos", especialmente
Espartero -representante de los progresistas-y Narváez -líder de los moderados-, con un
claro influjo de estos últimos. Lo que se conoce como moderantismo -actitud política que
supone un inequívoco compromiso y entendimiento entre la incipiente burguesía y las clases
dirigentes del Antiguo Régimen 1 -fue la tónica que marcó este reinado, salvo algunos
"paréntesis" progresistas.
Con la Restauración -después del lapso republicano- se producirá una alternancia
pacífica entre liberales y conservadores, favorecida por un sistema electoral básicamente
caciquil y nada representativo, que, para Raymond Carr, tendría como apoyo" el pucherazo,
la resurrección de los muertos en las listas de votantes, el soborno y la intimidación "2. Todos
estos mecanismos tendrían como objetivo la estabilización del país, que no pasó de ser
superficial y aparente como se vió a partir de 1898.
Al mismo tiempo se observa en ambas épocas -en la etapa isabelina a partir de 1856-
un relativo desarrollo económico favorecido por la mejora de las comunicaciones (se produce
_ BIBLIOTECA GALDOSIANA
el boom de los ferrocarriles) y la presencia de capital extranjero, en gran parte francés, cuya
consecuencia más inmediata será el nacimiento de bancos y sociedades anónimas.
Sin embargo, este crecimiento económico estuvo viciado salvo en el caso excepcional de
Cataluña -desde el primer momento por el escaso espíritu capitalista de la clase dirigente
que, para Aranguren, prefirió obtener beneficios, más por la especulación que por la creación
de riqueza, sin necesidad de "arriesgarse" demasiad03•
El capitalismo existente, por tanto, será un capitalismo fundamentado en el tráfico de
influencias, la corrupción administrativa y el desarrollo de ciertos "negocios" logrados por
el favor del Gobierno de turno -moderados, progresistas o miembros de Unión Liberal,
en la época de Isabel n, o liberales y conservadores en los tiempos de la Restauración.
Evidentemente, este modelo poco tenía que ver con el capitalismo británico y holandés que
invertía los beneficios económicos en mejorar las estructuras industriales y en avances
tecnológicos. En nuestro país el flujo comercial será meramente simbólico por ceñirse
únicamente al ámbito especulativo.
En lo que se refiere a la religiosidad de la época, Aranguren señala la superficialidad de
una religión "vivida como gesto retón·co, como apologética, como defensa de los Estados
Pontificios ... mucho más como una actitud pública que como una auténtica disposición
espiritual"4.
El estilo isabelino, profundamente hipócrita, sentará las bases de lo que tradicionalmente
se conoce como "moral burguesa del XIX" cuyos rasgos fundamentales, para Aranguren,
serían "la previsión, el ahorro, la virtud del orden, la pulcritud y la limpieza, la seriedad, la
"honradez" en los tratos comerciales y el "buen nombre", es decir, la respetabilidad" s.
Esta mentalidad se consolidará a partir de 1889, fecha en la que se promulga el Código
Civil que, para Miguel Martínez Cuadrado, "aparte de ignorar o postergar a segundo rango
la condición femenina, contempla preferentemente a la familia burguesa y propietaria de
bienes muebles e inmuebles"6.
Sin embargo, estos planteamientos tenían sus detractores y algunos, como Concepción
Arenal, denunicarán la trampa, e incluso el fraude, favorecida por esta doble moral:
"Un hombre puede ser mil veces infame, y con tal que lo sea con mujeres, pasará por
caballero; puede ser vil, y gozar fama de digno; puede ser cruel, sin que le tengan por
malo"7.
Por el contrario, en el caso de que la mujer fuera la que tuviese una vida que se saliera
de los cauces de lo socialmente admitido, era descalificada en todos los niveles. En la Galería
Universal de Biogrqfíasy Retratos (1867) el autor -al referirse a George Sand- se vé en la
obligación de comentar las dudas existentes sobre su sexo así como sus pésimas costumbres
(fumar y j llevar bigote!), antes de analizar su obra literariaS.
También resulta significativa la misma condena que se hace sobre Gertrudis Gómez de
Avellaneda desde la Galería Universal a la que se niega el título de "poetisa" por su "elevado
tono y sus acentos valientes ... impropios de su sexo"cJ.
Además en esta sociedad se producen grandes contrastes sociales entre las clases más
desfavorecidas económicamente y lo que se suele designar como "oligarquía" cuyo exponenIV
CONGRESO GALDOSIANO _
te más significativo será el desarrollo de lo que Jordi Nadal denomina "enfermedades sociales
típicas" :
"La inexistencia, o la ineficacia, de la actuación pública que ayude a combatirlas,
contribuye a reforzar el caracter discriminador que las distingue. La infección hace
estragos entre las clases bajas y deja bastante incólumes a los núcleos privilegiados" 10.
La respuesta de las clases dirigentes a esta situación será una caridad bastante limitada
que se nutrirá sobre todo de las aportaciones particulares. En esta época se entiende por
ciertos sectores que el Estado no debe intervenir, siendo más aconsejable la aportación
individual de particulares. Debido a este planteamiento se favoreció una caridad que, a juicio
de Margarita Nelken, más que servir al pueblo, se serviría del pueblo, aprovechándose de sus
necesidades; sería una caridad, confundida con la religión, que excluiría a los que no
suscribieron la moral católica 11.
Finalmente, podría terminarse este cuadro haciendo referencia a la situación de la mujer
en España. Independientemente de la pobreza de los conocimientos que se consideraba que
podían ser asimilados por la mujer -bordado, ciertas nociones de piano y francés- todo ello
iba enfocado a lo que Alicia Andreu considera "modelo de mujer virtuosa" cuyos rasgos
fundamentales serían "fe, humildad, castidad ... capacidad de amar. .. abnegación y sacrificio"
12.
Sin embargo, también sobre este aspecto podría resaltarse la "voz discordante" de
Concepción Arenal que denunció un sistema educativo que sólo permitía a la mujer trabajar
como maestra de niñas, telegrafista, telefonista o estanqueral3
•
En última instancia nos encontraríamos con una sociedad que, según Aranguren, tendría
como aspiración "el bienestar creciente de unos pocos, obtenido mediante habilidades,
componendas o especulaciones y negocios; el mantenimiento a toda costa del orden
establecido ... un tremendo escepticismo y una indiferencia total por el pueblo" 14.
11. Contexto literario de Angela Grassiy Galdós
En lo que se refiere a A. Grassi, su obra narrativa podría considerarse tributaria de la
producción novelística de Fernán Caballero entendiendo sus novelas como una "admiración
contra el mal del siglo, contra la hidra de la anarquía, defendiendo a ultranza la superstición
... los privilegios señoriales ... y la fe ciega en la ortodoxia religiosa y social con un franco
rechazo a las fuerzas democráticas y progresistas" 15. Sería un tipo de novela claramente
influida por la moral tradicional católica.
Las novelas de A. Grassi encajan dentro de lo que ha sido denominado por Alicia Andreu
"literatura de consumo", manifestación literaria que se ini.cia en los años cuarenta, cuyo
objetivo sería el de "servir como manual moral a favor del status- qua imperante"Il'. Dentro
de esta corriente, se la podría relacionar con autores como Rafael del Castillo, Manuel
fernández y González, Luis del Val y Pérez Escnich; junto con autores como María del Pilar
Sinués y faustina Sáez de Melgarl~.
_ BIBLIOTECA GALDOSIANA
Además nuestra autora, generacionalmente, podría ser incluida dentro del grupo de
mujeres que empiezan a escribir desde la década de 1840; una de las características de estas
escritores, para Marina Mayoral, fue la necesidad de formar una hermandad espiritual al ser
"objeto unas veces de burla y otras de escándalo o desdén" 18.
En cualquiera de los casos, aunque este tipo de literatura tuviese aceptación
difundiendo una serie de valores y manifestando unos rasgos estilísticos propios,
ya en 1859 había escritores como Rosalía de Castro que ironizaban sobre este
"gran avance":
"se nos hace el regalo de creer que podemos escribir algunos libros, porque hoy ... hemos
recogido estas migajas de libertad al pie de la mesa del rico. que se llama siglo XIX ••• [sin
embargo] todavía no les es permitido a las mujeres escribir lo que sienten y lo que
saben"19.
Todos y cada uno de los recursos que utilizó nuestra autora están al servicio de una
"causa gloriosa": la difusión de una utopía conservadora que se acerca peligrosamente a los
postulados carlistas: "lograr que lo antiguo vuelva a ser moderno".
Angela Grassi representa un modelo narrativo trasnochado y anacrónico, incluso para
su época, que se acabó viendo superado por la novela que surge tras la "Gloriosa"; sería una
narmtiva que un crítico tan poco sospechoso de "izquierdismo" como Menéndez Pelayo no
duró en encuadrar dentro de las "ñoñeces y monstruosidades":
"Confundieron lo popular con lo vulgar y lo moral con lo casero, creándose así una
literatura neciamente candorosa, falsa en su fondo y en su forma y que sólo las criaturas
de corta edad podían gustar sin embargo"2o.
Para Ferreras, Galdós podría situarse dentro de la generación de 1868 formada por "un
grupo de novelistas españoles que publicaron sus obras entre la revolución de Septiembre
de 1868 y la promulgación del Código Civil de 1889"21 aunque es evidente que Don Benito
siguió publicando después de esta última fecha.
La característica fundamental de este tipo de novela es el realismo que entiende, según
Andrés Amorós, la novela como una "pintura de la vida y de las costumbres, tomada de la
realidad y de la época en que se escribe, limita lo fantástico; ambienta en época contemporánea
y con realismo; utiliza el lenguaje cotidiano; busca lo verosímil, lo posible y pretende
dar ilusión de realidad"22. De todas formas en Galdós, aunque nunca se apartó del
realismo, se observan ciertos rasgos "fantásticos y sorprendentes" a los que luego
me referiré.
La actitud de Galdós en el plano ideológico vendrá condicionada por su confianza en la
burguesía -a pesar de la decepción posterior- y su influencia por el krausismo entendido
como talante cuyos rasgos fundamentales serían la entrega moral, la magnanimidad y el
altruism023. Al mismo tiempo los krausistas pretendían una regeneración de la mujer,
aunque dentro de ciertos límites, por lo menos en el caso de Galdós, como se verá más
adelante.
IV CONGRESO GALDOSIANO lID
111. Aspectos sociológicos
A) Oposición Campo-Ciudad
El enfoque que hacen ambos autores es completamente distinto. En el caso de Galdós,
aunque satirizara en sus novelas los comportamientos de cierta clase social "residente" en
Madrid, hay una valoración positiva de la ciudad, encarnada en este caso por Madrid, frente
a las pequeñas ciudades provincianas -orbajosa, Ficóbriga-caracterizadas por su intolerancia,
fanatismo, mezquindad o hipocresía.
Sin embargo, en el caso de Angela Grassi el planteamiento difiere absolutamente. En
ninguna de sus novelas hay una valoración positiva de Madrid, caracterizándose siempre
como una especie de Babel corrompida, refugio de malechores:
"Circe engañosa que atrae a los incautos con la dulzura de su canto, para darles muerte
después en sus centros misteriosos"24.
Evidentemente, dentro de esta concepción la "provincia" aparecería a los ojos de nuestra
autora como un depósito espiritual donde se refugiarían todas las virtudes que el pueblo
español estaba perdiendo por el contagio extranjero.
B) Condena dellqjo
Este quizás fue el único tema en el que ambos autores coincidieron -aunque con algunas
matizaciones-o
Galdós será inmisericorde con todos aquellos que despilfarran su fortuna en "vivir de la
suposición" con el único objetivo de mantener un estilo de vida absolutamente impresentable;
en una de sus novelas, Lo prohibido (1884-1885), nos desvela los motivos ocultos de Eloísa
al referirnos su actitud:
"¡Se gastaba tontamente su caudal, aparentando un bienestar que no poseía, ostentando
un lujo prestado y mentiroso! ¡Y todo por no tener una corte de aduladores y
parásitos! ¡Comedia, o mejor, aristocrático sainete! "25.
Toda esta parafernalia puede degenerar en patetismo cuando sea desarrollada por
personas carentes de fortuna en cuyo caso esta actitud se convertirá en "un exquisito arte
de disimular la indigencia"26 que puede llegar a destruir física y espiritualmente a sus
personajes: los apaños y manejos de la viuda de García Grande en el Amigo Manso (1882)
Y La de Bn·ngas (1884), o la degeneración de Rosalía Pipaón Tormento (1884) y La de
Bringas" y los Marqueses de Tellería -sobre todo el caso del aristócrata Polito- hablan por
sí solos.
Este debió ser un tema que preocupó a todos los escritores de la época pues en una escena
costumbrista de Pereda también se ridiculiza los hábitos y comportamientos de los
advenedizos enriquecidos rápidamente que pretenden pasar por gente distinguida:
,. BIBLIOTECA GALDOSIANA
"categoría inventada en estos tiempos democráticos para colocar en ella todo lo que no
es vulgo, sin ser aristocracia, no por la sangre, sino por el aire"27.
En el caso de Angela Grassi también hay una clara condena. En una de sus novelas, El
hijo (1865), se hace una afirmación que podía haber sido suscrita por el propio Galdós:
"Casas hay, en donde amos y criados ayunan todas las semanas para comprar las velas
que alumbren la tertulia dominguera, y las hay en donde unos y otros duermen sobre
un jergón sin sábanas, mientras la sala está puesta con gran lujo"28.
También se condena la presencia de "calaveras y gorristas" que pululan por los
ambientes dominados por el "lujo asiático" y el mundo de cocineros parásitos y estafadores
-se observa tanto en El Lqjo como en Lo prohibido-o Incluso en ambos autores los
personajes más corrompidos, en un momento de lucidez, se dan cuenta de su trayectoria y
lamentan el extremo al que han llegado: Joaquín Pez -La desheredada (1881)- reconoce
que su degeneración es consecuencia de la mala educación recibida29; Gervasio y Teresa en
Ellqjo también son conscientes de que su delirio despilfarrador les ha conducido al "abismo
espantoso de la ruina y la deshonra"30.
En lo que difieren radicalmente es en la lectura que hacen de este fenómeno: para Galdós,
este comportamiento no es sano en la medida que impide el desarrollo de una burguesía que
invierta y genere riqueza, como podía hacer la burguesía holandesa con su "sentimiento vivo
de la localidad y de la familia, su vivir práctico y morigerado ... y su devoción por la familia
del trabajo"31. Así precisamente su deseo de que la clase media ocupe el lugar que le
corresponde, lo que le lleva a combatir esta corrupción favorecida por el lujo y el gusto a vivir
a costa del Estad032.
En el caso de Angela Grassi esta condena se enmarcaría dentro de los "males del siglo".
Probablemente a nuestra autora lo que más le molestaría sería el hecho de que determinados
sectores sociales tuviesen la osadia y el atrevimiento de reproducir comportamientos de
clases superiores, lo que uno de sus personajes llama el juego del ¿sabes tÚ?33. Para la autora
de Al camino de la dicha (1866), toda esta degeneración iría más con la implantación de la
democracia cuyas máximas consecuencias serían la corrupción generalizada, el resentimiento
social y el establecimiento de la caridad pública34.
Sin embargo, Angela Grassi no es tan severa si estas aficiones son llevadas a cabo por
ciertos grupos sociales: en el caso de que una dama se adorne en su tocador, para ir a un baile
o al teatro, no debemos dejar de dudar por un solo instante que está pensando en una familia
a la que ha socorrid035 •
C) Crítica social
En el caso de Galdós se puede observar una clara identificación con la clase media a la
que considerará en 1870 piedra angular de su modelo de sociedad:
"Esa clase es la que determina el movimiento político, la que administra, la que enseña,
la que discute. la que da al mundo los grandes innovadores y los grandes libertinos, los
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ambiciosos de genio y las ridículas vanidades ... posee la clave de los intereses ... dar
origen en las relaciones humanas a tantos dramas y tan raras peripecias"36.
Precisamente, lo que más crispará a nuestro autor es la degradación de una clase media
que aspira a "colocarse" en una oficina gubernamental, que medra mediante negocios ilícitos
o que desarrolla unos comportamientos que no puede mantener moral ni económicamente.
Sin embargo, esta relación, tan conflictiva y con tantos matices, no le impedirá
identificarse con las clases más desfavorecidas económicamente. De hecho, en La desheredada
(1881), cuando se relata la captura del hermano de Isidora, asistimos a una genial
ridiculización del sistema de caridad pública de su época: se pone de manifiesto la
incompetencia de una clase dirigente que sólo sabe escribir expedientes y hacer declaraciones
retóricas; Don Benito remata este ascenso aludiendo a las consecuencias de la detención:
"se formaron juntas, se nombraron comisiones, las cuales a su vez parieron diversas
especies de subcomisiones ... tanta actividad, tanta charla, tanto proyecto de escuela ...
fueron cayendo en el olvido ... El juguete nuevo de aquellos días fue un proyecto urbano
más práctico ... Ocupáronse de él juntas y comisiones las cuales trabajaron también y
con tanto espíritu de realidad, que al poco tiempo se alzó ... la nueva plaza de toros"37.
Esta misma actitud se observa en El amigo Manso (1882) cuando un puñado de políticos
sin escrúpulos, poetas mediocres y demás ralea fundan una fantasmagórica Sociedad
General para Socorro de los Inválidos de la Industria cuya única función consiste en elaborar
discursitos, de pésimo estilo, por ciert038•
Antes de que termine el siglo, en 1897, constatará con escepticismo la descomposición
de su sociedad:
"Las disgresiones de la vida política son el eco más próximo de este terrible rompanfilas
que suena de un extremo a otro del ejército social, como voz de pánico que clama a la
desbandada"39.
Sin embargo, en Angela Grassi se observa la actitud contraria: toda su obra no deja de
ser un recetario en el que aconsejan modelos de comportamiento presuntamente caritativos.
Sus novelas nos podrían indicar la imagen que una clase social, con un marcado optimismo,
quiere tener de sí misma. Nos pide comprensión para los ricos y llega a desarrollar peregrinas
afirmaciones sobre su comportamiento, poniendo como ejemplo el mismísimo Jesucristo:
.. [dió ejemplo a los ricos] bajando del cielo vestido de luz y coronado de estrelllas, para
consolar al triste y redimir al cautivo"40.
Por otra parte, para la directora del Correo de la moda, deben ser los particulares los que
asuman unas funciones que en realidad deberían ser desempeñadas por el Estado -precisamente,
uno de sus temóres es que se implante un sistema de caridad pública.
Observando su novelística se puede deducir que nuestra autora está aterrorizada por el
salvajismo del proletariado -al que considera proclive al vicio en lugar de preguntarse por
_ BIBLIOTECA GALDOSIANA
qué se comporta de esa forma-y propone como alternativa a las "vanas y ridículas utopías
de los modernos pensadores" una solución bastante pintoresca que consistiría en proporcionar
a los obreros formación espiritual (los premios mensuales a la virtud indudablemente
ayudarían a este propósito) y también pan material; quizás para descargar su conciencia
aconseja a las damas piadosas paciencia por si los "ingratos" no agradecieron sus mercedes
y recomienda que se les pague puntualmente el salario -en el caso de que no pudiera ser así,
aconseja resignación-; por supuesto, si el obrero es bueno, ahorrador y virtuoso podrá salir
del apuro. En cualquiera de los casos, nos remite al mundo celestial pues entiende que es allí
donde se deben solucionar estos problemas.
Aunque en sus novelas aparezcan personajes que se podrían encuadrar dentro de lo que
entendemos por "clase media" no se observa ciertamente una identificación con este grupo
social al que se limita a compadecer, halagar y aconsejar alternativamente; esto se observa
en El bálsamo de las penas (1863) cuando se refiere a un personaje de este grupo social:
"El hombre honrado y pundonoroso está suspendido entre el abismo que le puede tragar
y la cúspide inalcanzable"41.
Por todo lo dicho anteriormente se puede deducir que la preocupación social de Angela
Grassi es inexistente -en el caso de existir, su dimensión sería minúscula y simbólicalimitándose
a elaborar manuales sobre "cómo se debe ser" y "qué lugar se debe ocupar".
D) Denuncia de la corrupción política
En Galdós son continuas las referencias a los políticos trepadores que, aprovechándose
de sus influencias y amistades, consiguen la concesión de ciertos negocios. Entre muchos,
podrían mencionarse los componentes de la saga de los Pez cuya voracidad resulta
fascinante, todo este "tinglado" se apoya básicamente en las recomendaciones:
"La recomendación es entre nosotros una Segunda Providencia ... Por ella se puede
llegar a cumbres altísimas; por ella se abren los caminos que hallan cerrados el trabajo
y el talento ... debemos al favoritismo esa forma gubernamental que se nombra la
recomendación "42.
También podrían ponerse como ejempkJ la irresistible ascensión de Víctor en Miau
( 1889) -parafraseando a Flaubert, nos encontraríamos ante el triunfo de la estupidez-o la
buena posición de un elemento tan imprescindible como Sánchez Botín.
Lo que resulta bastante curioso es que algunos personajes de Galdós, enriquecidos por
procedimientos poco ortodoxos, sean utilizados como "portavoces" de esta denuncia. No
deja de ser en cierta forma un guiño del autor que alguien como el Marqués de Fúcar cuestione
la legalidad de ciertos procedimientos empleados en la elaboración del chocolate, cuando se
nos sugiere que él se ha enriquecido lO envenenando" a los consumidores con tabaco de
pésima calidad43 •
En este sentido Galdós enlazaría con Clarín que denunció la putrefacción de un sistema viciado
y favorecido por una corrupción endémica al referirse al candidato de un partido político:
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"personificación del genio de la raza en lo que tiene de más miserable y en la
holgazanería servil, pedigüeña y cazurra... [que] va de ministerio en ministerio
pidiendo pedazos de pan para cambiarlos en su aldea por influencias y por votoS"44.
Por el contrario, en Angela Grassi no encontramos referencias a todas estas situaciones
de injusticia social y de podredumbre política porque en sus novelas hay problemas
individuales, el hecho de que nos los creamos o no es otra historia, que deberían ser
enmarcados dentro de un contexto social que nuestra autora evita deliberadamente. Sólo
hay una mención a un político acomodado que "piensa" -debemos suponer que juiciosamentey
se entristece por los pobres45.
E) Educación de la mqjer
Me ha sorprendido observar en Galdós un esquema que se repite en varias de sus novelas:
siempre nos encontramos con un hombre que desea "regenerar" a la mujer de la que está
enamorado y siempre acaba fracasando -este planteamiento lo podemos observar en doña
Perfecta (1876), Gloria (1876-1877), LaJamilia de León Roch (1878), La desheredada
( 1889); la excepción se podría encontrar en la pieza teatral Electra ( 1901) donde la sabiduría
del enamorado acaba triunfando.
Resulta significativo que sea el hombre siempre el que tome la iniciativa y a la mujer en
todo momento le corresponda un papel de aceptación pasiva; parece que si no fuera por los
"hombres ilustrados" la mujer no sería capaz de pensar por sí misma.
Aunque sea indudable el progresismo de Galdós en muchos aspectos, creo que en este
caso se le podría enmarcar dentro de la categoría que describió Concepción Arenal para
referirse a los "presuntos progresistas":
"aun siendo ilustrados en ciertos asuntos ... tienen inclinaciones de sultán, reminiscencias
de salvaje y pretensiones de sacerdote, queriendo ser escuchados como oráculos,
obedecidos como señores y amados con una fidelidad a que no se creen en el caso de
corresponder"46.
Por otra parte es curioso observar en El amigo Manso (1882) su reticencia a la ilustración
de la mujer que, a su juicio, debe entenderse siempre dentro de ciertos límites: habla de una
"cultura apropiada a su sexo" para referirse a continuación a las feministas como
"propagandistas indigestas"47; todo este escepticismo es apreciable en los capítulos finales
cuando nos encontramos con una declaración sorprendente:
"Eso de la mujer-razón ... ¿no será un juego necio del pensamiento? Hay retruécanos
de ideas como los hay de palabras"48.
En 10 que se refiere a Angela Grassi sus postulados se identifican parcialmente con
Galdós: también defiende una educación para la mujer "dentro de unos límites adecuados"
pero, en su caso, se entiende por educación una especie de adoctrinamiento con el objetivo
de formar unas "(I1esnadas" que asuman la responsabilidad de regenerar al país. No es
_ BIBLIOTECA GALDOSIANA
gratuito que uno de sus libros se llame El primer año de matrimonio. Si repasamos el
contenido de este recetario, podremos comprender a qué se refería Galdós al criticar la
educación superficial, pues se limita a explicar, entre otras cosas, cómo se debe tratar a los
criados, cómo se debe preparar una mesa -permite escoger entre prepararla "a la rusa" o "a
la francesa"-, qué educación se debe dar a los niños (ésta es la clave de toda su doctrina,
a mi juicio) y cuáles deben ser las virtudes del ama de casa: ahorradora, ordenada y
madrugadora.
Angela Grassi parte de una ficción (sentimentalidad e imaginación como rasgos
específicos del género femenino): la mujer, por el simple hecho de serlo, debe desempeñar
una función específica, para lo cual elabora un arquetipo apoyado en unos tópicos que
contribuyen a considerarla como una menor de edad y un ser dotado de escasa capacidad
intelectual.
Si comparamos estos planteamientos con los de Galdós, veremos que, para D. Benito,
este "tópico romántico" carecía de sentido: de hecho nos previene desde el principio contra
este tipo de mujer, Rosario en Doña Perfecta (1876) Y María Egipcíaca en LaJamilia de León
Roch (1878):
"faltaba materia para que la persona fuera completa ... El vasto caudal de su espíritu se
desbordaba, amenazando desbordar las estrechas riberas"49
En la última instancia parece que Galdós pretende evitar el desarrollo de unos rasgos que
considera nocivos, rasgos favorecidos por un tipo de educación muy concreta, aunque en
determinadas situaciones se nos insinúe que son específicos del género femenino.
En lo que sí coincidía Angela Grassi con Galdós era en la ridiculización del feminismo -{)tro
de los males del siglo-que se podría observar en El copo de nieve (1876) cuando el sacerdote
D. Eustaquio reprende a la "casquivana" Clotilde, al intentar ésta responder, nuestra autora
la silencia y vuelve a conceder la palabra al ínclito religioso que no muestra ningún interés
en conocer el otro punto de vista.
Para Angela Grassi al hombre no le debe identificar con la Inteligencia y a la mujer con
"la exquisita sensibilidad, la imaginación ardiente y la gracia seductora"5o.
Dentro de esta mentalidad, cualquiera que afirmase lo contrario, pretendería rebajar la
dignidad de la mujer. Es por esto por lo que, probablemente, a Angela Grassi le hubiera
molestado las afirmaciones de una persona como Concepción Arenal que en 1884 -precisamente,
un año después de la muerte de Angela Grassi- no dudó en firmar:
"Es un error grave ... inculcar a la mujer que su misión única es la de esposa y madre;
equivale a decirle que por sí no puede ser nada, y aniquilar en ella su yo moral e
intelectual, preparándola con absurdos y deprimentes a la lucha de la vida"51.
F) Religiosidad
Tradicionalmente se ha insistido en el anticlericalismo de Pérez Galdós, un anticlericalismo
matizado. por supuesto. por un respeto hacia los valores espirituales, siempre y cuando no
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conduzcan al "delirio místico", y una admiración hacia la "parte más positiva" del
cristianism052 especialmente la caridad; de hecho, una obra como Misericordia (1897) donde
se satiriza ciertos comportamientos presuntamente caritativos, no creo que se pueda
considerar antirreligiosa.
Las críticas de Galdós a la Iglesia Católica se centrarán sobre todo en la proyección social
que tiene el estamento eclesiástico: hasta qué punto es sano y recomendable para un país
que el clero acumule tanta influencia en la dirección espiritual de sus feligreses. A Galdós le
irrita la "intromisión" de sacerdotes como Paleotti en LaJamilia de León Roch (1878), la
intransigencia de un Don Inocencia Doña Perfecta (1876) o del Padre Corchón El audaz:
historia de un radical de antaño ( 1871), la hi pocresía y brutalidad pedagógica de Pedro Polo
El doctor Centeno (1883) Y Tormento (1884) aunque también ridiculice la superficialidad
parasitaria, melosa y cortesana del abate Paniagua El audaz cuya única función consistía
en "traer y llevar recados, dirigir las modas, enseñar música y cantarla en las tertulias,
componer versos ridículos ... buscar amas de cria y bordar en cañamazo"53.
El anticlaricalismo de Galdós también incluye los comportamientos cerriles, intransigentes,
y dañinos que se observan en personajes que han recibido una educación presuntamente
cristiana. Como ejemplo podría citarse la autodestrucción de Paulita Porreño La Fontana de
Oro ( 1867-1868), Rosario Doña Perfecta ( 1876) Y María Egipcíaca LaJamilia de León Roch
(1878). El problema no está en que ciertos principios sean perjudiciales para la sociedad, sino
que el propio individuo se autodestruya y mortifique al aplicar estos planteamientos.
Como es lógico y natural en Angela Grassi no encontramos esta problemática pues su
obra se limita a desarrollar una apología de la religión cristiana; precisamente, esta religión,
entendida en su sentido más rígido, será la que "salve" a sus personajes. Como ejemplo se
podría mencionar la regeneración del libertino Julián, Los que no siembran no cogen ( 1868),
tras decidir llevar a cabo una "empresa militante" como misionero en China.
G) ifecto de cierta literatura
Ya desde 1868 Galdós fue beligerante contra la literatura folletinesca importada desde
Francia tanto por el mensaje como por la forma en que se presentaba:
"Desde la primera página hasta la última campea en todas las obras de esta clase una
estupidez suprema. la esencia más pura del absurdo. de lo necio. de lo grosero. de lo
indecente"s4.
En LaJamilia de León Roch (1878) arremete también contra la literatura religiosa
contemporánea que, a pesar de ser un pingüe negocio por los beneficios editoriales que
reportaba, estaba "llena de lugares comunes, oraciones enrevesadas y gongorinas... [con]
páginas donde no hay piedad, ni estilo, ni espiritualismo ... sino un repique general de
palabras" 55.
Esta literatura puede ser tan nociva como para destruir espiritual, psicológica e incluso
físicamente a los personajes que caigan en sus garras: todo este proceso es apreciable en el
caso de María Egipciaca -LaJamilia de León Rodl (1878)- trastornada. entre otras cosas
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por los breviarios, y de Isidora Rufete -La desheredada (1881)- que equipara su situación ("hija
secreta" de una aristócrata) con las circunstancias en que se ven envueltas las heroínas románticas.
Por otra parte, también en ridiculiza este" género literario" cuando asistimos a la composición de
folletines que lleva a cabo el entrañable José Ido del Sagrario en Tonnento (1884).
La crítica de Gadós hace hincapié sobre todo en la deformación de la realidad de estas
manifestaciones literarias56 y las consecuenicas que podrían tener. En este sentido, coincide
básicamente con el planteamiento que Concepción Arenal desarrollará en 1881:
"Que se lean novelas indecentes. folletines asquerosos; que se vean comedias y dramas
inmorales. y hasta obscenos. en esto parece que no hay mal para una mujer. o para una
joven; al menos no se trata de evitarlo"57.
En lo que se refiere a Angela Grassi, también se observa una crítica a la literatura
folletinesca de procedencia francesa; las diferencias vuelven a plantearse nuevamente en el
enfoque que se hace de la situación. Por otra parte, su literatura encaja perfectamente dentro
del "molde folletinesco", sólo que adaptado a sus intereses, puesto que ella pretende utilizar
esta estructura como medio para difundir sus ideas y modelo de sociedad.
Para la autora de El copo de nieve (1876) novelas como las de George Sand son
condenables porque difunden doctrinas disolventes que enseñan que "el amor todo lo
santifica" y comprometen la felicidad futura de millones de mujeres. Precisamente, en esta
novela la protagonista, Clotilde, está a punto de trastornarse -<:omo Isidora Rufete en La
desheredada (1881)- por estas lecturas, aunque finalmente Don Eustaquio y otras
"amistades piadosas" la acaben llevando al buen camino -"caminito derecho", diría uno de
sus personajes-o
La misma actitud, aunque debida a otras circunstancias, la podemos encontrar también
en la obra, tanto lírica como narrativa, de Rosalía de Castro que, en opinión de Marina
Mayoral, mostró una extrema desconfianza hacia el amor carnal:
"es una ilusión que el tiempo desvanece. Del amor prohibido se destaca sólo el
remordimiento. la angustia. la vergüenza; la mujer es, en él, siempre la víctima"58.
De todas formas, la actitud de Angela Grassi resulta contradictoria porque si bien es cierto
que criticó el exceso de imaginación, no por ello sus novelas dejan de tener una estructura
y un argumento netamente románticos. Párece que Angela Grassi sólo admite el folletín
siempre y cuando lo escriba ella o una persona con las debidas garantías morales.
IV. AspectosJonnales
A) Concepdón de la novela
En este aspecto se pueden observar algunas coincidencias y divergencias en ambos
autores. Los dos coinciden (Galdós, al menos, inicialmente) en considerar la novela como un
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medio para transmitir el gran público sus ideas. La definición que hace Aparicio Llanas
sobre la novela de tesis, haciendo hincapié sobre todo en la carga ideológica y la parcialidad
del autor59, acercaría a Don Benito a los planteamientos de la autora de El bálsamo de las
penas (1863) que utilizaba sus novelas para formar espiritualmente a un público "ávido"
de virtud.
Por supuesto, la diferencia se observa en lo que se quiere transmitir: mientras que Pérez
Galdós pretende una regeneración del país basada en la tolerancia. el espíritu trabajador y
la autenticidad, en el caso de Angela Grassi nos encontraríamos con un "discurso"
radicalmente distinto, un discurso que podría suscribir cualquier habitante de Ficóbriga o
cualquiera de los sacerdotes galdosianos.
B) Recursos estilísticos
Si prescindimos de la intención ideológica, podría observarse cierta coincidencia en la
utilización de algunos recursos estilísticos: la "textura deformante" que Varela Jácome
observa en La Fontana de Or(jO nos la podemos encontrar también en algunas novelas de
Angela Grassi, especialmente cuando "animaliza" lo que describe; como ejemplo podría
citarse la descripción de la tía Rufina en El capital de la virtud (1877) donde se la caracteriza
con "caballos como diademas de serpientes ... mirada torva ... voz metálica y discordante"61
llegando a comprarla posteriormente con una hiena. Es frecuente que los "malos" en las
novelas de Angela Grassi tengan un aspecto terrorífico, e incluso bestial, frente a la pureza,
bondad y hermosura de las heroínas.
Angela Grassi enlaza con una sensibilidad romántica que considera a la novela
como un "manantial incesante de fuertes y encontradas emociones donde se
producen agudos sufrimientos y volcánicas pasiones"62. Esta mentalidad condiciona
tanto la estructura -los argumentos son complicadísimos con encuentros y
separaciones continuas- como los recursos estilísticos, siendo el vocabulario
profundamente sentimental.
Evidentemente, las características anteriormente señaladas no se observan en Galdós,
aunque en algunas de sus novelas nos encontremos con recursos fantásticos que no
encajarían dentro de un molde realista: resulta muy significativo que tanto en Realidad
(1889) -Sombra de Orozco e Imagen de Viera- como en Electra (1901), aparezcan
"personajes" que carecen de entidad corpórea, presentándose como una especie de encarnación
fantasmagórica. Por otra parte, también observamos "fenómenos" curiosos tantos en
El amigo Manso (1882) --el protagonista, que es el narrador, surge de la imaginación de
"alguien" y desaparece cuando se reduce el desenlace y termina la novela- como en Miau
(1888) -diálogo de Luisito Cadalso con Dios- y Misericordia (1897) -aparición
"milagrosa· " de un personaje, Don Romualdo, inventado por Benilitt.
Galdós es muy equívoco en su valoración de la imaginación pues, aunque la considera
peligrosa, nociva y poco recomendable, no duda en afirmar, por uno de sus personajes, que
"[ el alma], saturada de verdades, apetece el ensueño, corre hacia él sin saber si va de lo cierto
a lo mentiroso, o del error a la realidad"64.
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C) Galdós y elJolletin
En lo que se refiere a los recursos del folletín, su posición es bastante ambigua. Es cierto
que Galdós condenó esta literatura tanto en artículos periodísticos como en alguna de sus
novelas: el desenlace de La desheredada (1881), el "antirromanticismo" de alguno de sus
personajes -Víctor en Miau (1883)- y las· "declaraciones amorosas" de José María Bueno
de Guzmán a su prima Camila Lo prohibido (1885) son muestra de esta ridiculización.
No obstante, esta actitud no le impidió caer en la tentación de utilizar algunos de estos
recursos: el "desmelenamiento" de María Egipcíaca tras comprobar que su matrimonio se ha
roto definitivamente y la "separación irreversible" de León y Pepa Fúcar en LaJamilia de
León Roch (1878)65 podrían servir de ejemplo.
Por otra parte, se puede destacar la semejanza en la construcción de los personajes que
hace el primer Galdós (novelas tendenciosas) y Angela Grassi, sobre todo en la oposición
maniquea del dualismo moral66.
Sin embargo, en la obra de Don Benito se acaba superando este planteamiento cuando
estudie la vida cotidiana de ciertos sectores madrileños y refleja, a juicio de Montesinos, la
ambigüedad de las relaciones humanas "en las que resulta tan difícil averiguar qué es qué
y quién en quién, confundido todo en la lengua de los hombres"67.
D) Presencia del narrador
Si se compara la presencia del narrador en ambos autores, se puede observar un narrador
totalmente subjetivo, en el caso de Angela Grassi, que no duda en intervenir en las novelas
e incluso subraya lo que más le interesa. Este talante también se puede observar en la poesía
de Rosalía de Castro en la que, para Marina Mayoral, es frecuente encontrar "ruptura de la
narración para intercalar comentarios personales, reflexiones; interpretación personal de
los hechos expuestos y finales tendenciosos"68.
Por el contrario, en el caso de Galdós nos encontramos con un narrador que, sin dejar de ser
omnisciente, es más respetuoso con sus personajes a los que en su etapa fmal acabará cediendo la palabra
por medio del diálogo con el que "vemos y oímos sin mediación extraña el suceso y sus actores"69.
V. Conclusión
Por lo desarrollado anteriormente, creo que se puede observar la coincidencia de las
novelas del primer Galdós, sobre todo en el maniqueísmo, con la producción narrativa de
Angela Grassi. Trataron temas semejantes -lujo, efectos de la literatura extranjera,
corrupción social, educación de la mujer- aunque con una intención radicalmente distinta:
si bien la autora de Palmas y Laureles subordinó su vida en la difusión de una utopía
conservadora, en el caso de Galdós -sin hacer referencia a su evolución posterior-se observa
que su literatura tuvo una lectura ideológica absolutamente distinta, pues pretendió difundir
la tolerancia, la libre circulación de ideas, la duda sistemática y el espíritu trabajador, talante
que no debía sintonizar con los postulados integristas de una seguidora de Cándido Nocedal.
IV CONGRESO GALDOSIANO _
Notas
1 Arostegui, Julio: "Un nuevo sistema político", Crisis del Antiguo Régimen: De Carlos IV a Isabel
II (Madrid, Historia 16, 1982), Año VI, Extra XXI, p. 60.
2 Carr, Raymond: España: 1808-1975 (Barcelona, Ariel, 1985) p. 354.
3 Aranguren, José Luis L.: Eticay política (Madrid, Guadarrama, ,1963) p. 217.
4 Aranguren, José Luis L.: Moraly sociedad· Introducción a una moral social española del siglo
XIX (Madrid, Cuadernos para el Diálogo, 1965) p. 115.
5 Aranguren, José Luis L.: Eroa'smoy liberación de la ml!fer (Barcelona, Ariel, 1972) p. 38.
6 Martínez Cuadrado, Miguel: La burguesía conservadora: 1374-1931 (Madrid, Alianza Editorial.
1936) p. 326.
7 Arenal. Concepción: La mujer del porvenir. La mqjer de su casa (Madrid, Librería de Victoriano
Suárez, 1895) p. 63.
8 Galería Universal de Biogrqfías y Retratos: Francia (Madrid, Elizalde y Compañía, 1867) p. 61.
9 Galería Universal de Biogrqfíasy Retratos: Ana'llas (Madrid, Elizalde y Compañía, 1867) p. 21.
\O Nadal. Jordi: La población española (Siglos XVI al xx) (Barcelona, Ariel. 1984) p. 159.
11 Nelken, Margarita: La condición social de la ml!ferenEspaña (Barcelona, Minerva, 1921) p. 166.
12 Andreu, Alicia G.: "La relación íntima de Galdós con la literatura popular", Actas del Segundo
Congreso Internacional de Estudios Galdosianos. Tomo I (Las Palmas de Gran Canaria, Cabildo Insular
de Gran Canaria, 1979) p. 19.
13 Arenal. Concepción: La emancipación de la ml!fer en España, Edición y prólogo de Mauro Armiño
(Madrid, Júcar, 1974) p. 37.
14 Aranguren, José Luis L.: Moraly Sociedad· Introducción a una moral social española del siglo
XIX (Madrid, Cuadernos para el Diálogo, 1965) p. 113.
15 Varios: Historia social de la literatura española (en lengua castellana). Tomo II (Madrid,
Castalia, 1981) p. 113.
16 Andreu, Alicia G.: Galdósy la literatura popular (Madrid, Sociedad General Española de Librería.
1982) p. 40.
17 Ferreras, Juan Ignacio: La novela por entregas: 1840-1900 (concentración obrerayecO!wmla
editorial) (Madrid, Taurus. 1972) p. 26.
18 Mayoral. Marina: "Amistades románticas; confusión de fórmulas y sentimientos" en La.s lúwulnn'cas:
Actas del Seminanó sobre las escn'tLJT(:lS romántica.., espal/da.." (Fundación BanCL1 Exterior. en prensa \,
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19 Castro, Rosalíade: Obras completas (Prólogo aLa hija del mar) (Madrid,Aguilar, 1944) p. 1.192.
20 Menéndez Pelayo, Marcelino: Discursos leídos ante la Real Academia Española en la recepción
pública del Sr. D. Benito Pérez Galdós el domingo 7 de Febrero de 1897 (Madrid, Establecimiento
Tipográfico de la Viuda e Hijos de Tello, 1897) p. 30.
21 Ferreras, Juan Ignacio: Introducción a una sociología de la novela española del siglo XIX (Madrid,
Edicusa, 1973) p. 155.
22 Amoros, Andrés: Introducción a la novela contemporánea (Madrid, Cátedra, 1985) p. 24-25.
23 Varios: Krausismo: Estéticay Literatura. Antología, Selección y edición de Juan López Morillas
(Barcelona, Labor, t 973) p. 27.
24 Grassi, Angela: El capital de la virtud (Valencia, Imprenta Católica, 1877) p. 108.
25 PérezGaldós, Benito: Lo prohibido. Edición de José F. Montesinos (Madrid, Castalia, 1980) p. 159.
26 Pérez Galdós, Benito:Miau. Edición, prólogo y notas de Roben J. Weber (Barcelona, Labor, 1981) p. 188.
27 Pereda, José María de: Tipos trashumantes (Santander, Ediciones de Librería ESTUDIO, 1983) p. 16.
28 Grassi, Angela: Ellqjo (Madrid, Imprenta de la Academia Tipográfica, dirigida por Javiera
Morales, 1865) p. 20l.
29 Pérez Galdós, Benito: La desheredada (Madrid, Alianza Editorial, 1980) p. 395.
30 Grassi, Angela: El lqjo (Madrid, Imprenta de la Academia Tipográfica, dirigida por Javiera
Morales, 1865) p. 209.
31 Las cartas desconocidas de Galdós en "La Prensa" de Buenos Aires (Madrid, Cultura Hispánica,
1972) p. 263.
32 Llorens, Vicente: Aspectos sociales de la literatura española (Madrid, Castalia, 1981) p. 121.
33 Grassi, Angela: El lqjo (Madrid, Imprenta de la Academia Tipográfica, dirigida por Javiera
Morales, 1865) p. 112.
34 Grassi, Angela: Las n'quezas del alma (Madrid, Imprenta de El Cascabel, 1866) p. 103 Y sigo
35 Grassi, Angela: El capital de la virtud (Valencia, Imprenta Católica, 1877) p. 235-236.
36 Pérez Galdós, Benito: Ensayos de crítica literaria (Barcelona, Península, 1972) p. 125.
37 Pérez Galdós, Benito: La desheredada (Madrid, Alianza Editorial, 1980) p. 114.
38 Pérez Galdós, Benito: El amigo Manso (Madrid, Alianza Editorial, 1981) p. 75 Y sigo
39 Pérez Galdós: Benito: Discursos leídos ante la Real Academia Española en la recepción pública
del Sr. D. Benito Pérez Galdós el domingo 7 de Febrero de 1897 (Madrid, Establecimiento Tipográfico
de la Vda. e Hijos de Tello 1897) p. 10.
40 Grassi, Angela: El capital de la virtud (Valencia, Imprenta Católica 1877) p. 237.
41 Grassi, Angela: El bálsamo de las penas (Valencia, Imprenta Católica de Piles, 1874) p. 10.
42 Pérez Galdós, Benito: La desheredada (Madrid, Alianza Editorial, 1980) p. 171.
43 Pérez Galdós, Benito: LaJamilia de León Roch (Madrid, Alianza Editorial, 1981) p. 22 Y sigo
44 Alas, Lepoldo ("Clarín"): Palique (Barcelona, Labor, 1973) p. 224.
45 Grassi, Angela: El capital de la virtud (Valencia. Imprenta Católica, 1877) p. 236.
46 Arenal, Concepción: La emancipación de la mqjeren España. Edición y prólogo de Mauro Armiño
(Madrid, Júcar, 1974) p. 4l.
47 Pérez Galdós, Benito: El amigo Manso (Madrid, Alianza Editorial. 1981) p. 31 Y sigo
48 Ibídem. p. 265.
49 Pérez Galdós, Benito: Doña Perfecta. Edición de Rodolfo Cardona (Madrid, Cátedra, 1984) p. 93.
S0 Grassi, Angela: El copo de nieve (Madrid, Tipografía de G. Estrada de C", 1876) p. 194 Y sigo
51 Arenal, Concepción: La emancipación de la mujer en España. Edición y prólogo de Mauro Armiño
(Madrid, Júcar 1974) p. 67.
52 Eoff, Sherman H.: The novels qf Galdós: The Concept qf Life as Dynamic Process (Saint Louis,
Washington University Studios, 1954) p. 98.
IV CONGRESO GALDOSIANO _
5-~ Pérez Galdós. Benito: El audaz: Historia de un radical de antaño (Madrid. Hemando. 1982) p. 36.
5-4 Pérez Galdós. Benito: Variedades 9-1I1-63 en Los artículos de Galdós en "La Nación" (J 865-
1866. 1868) recogidos, ordenados y dados nuevamente a luz por Willfam H. Shoemaker (Madrid.
Insula 1972) p. 450.
~~ Pérez Galdós. Benito: LaJamilia de León Roch (Madrid. Alianza Editorial. 1981) p. 87.
s" Pérez Galdós. Benito: La desheredada (Madrid. Alianza Editorial. 1980) p. 886.
57 Arenal. Concepción: La mujer del porvenir. La mqjer de su casa (Madrid. Librería de Victoriano
Suárez. 1895) p. 132.
58 Mayoral. Marina: La poesía de Rosalía de Castro (Madrid, Gredos, 1974) p. 155.
59 Aparicio Llanas. María del Pilar: Las novelas de tesís de Benito Pérez Galdós (Barcelona.
Institución "Milá y Fontanals" -Instituto de Filología- CSIC. 1982) p. 19.
60 Vare la Jacome. Benito: Estructuras novelístícas del XIX (Barcelona. Hijos de José Bosch. 1974)
p.114.
6\ Grassi, Angela: El capital de la virtud (Valencia. Imprenta Católica, 1877) p. 42, 367.
62 Grassi. Angela: El bálsamo de las penas (Valencia. Imprenta Católica de Piles, 1874) p. 75-76.
63 Gullón. Germán: El narrador en la novela del siglo XIX (Madrid, Taurus. 1976) p. 124.
64 Pérez Galdós. Benito: Electra (Madrid. Fernando. 1981) p. 128.
65 Pérez Galdós. Benito: LaJamilia de León Roch (Madrid. Alianza Editorial, 1981) p. 92.
66 Ferreras. Juan Ignacio: La novela en el siglo XIX (desde 1868) (Madrid. Taurus, 1988) p. 92.
67 Montesinos. José F.: Galdós. Tomo II (Madrid. Castalia 1980) p. 127.
68 Mayoral. Marina: La poesía de Rosalía de Castro (Madrid. Gredos. 1974) p. 379.
69 Pérez Galdós, Benito: El abuelo (Madrid. Hernando 1983) p. 8.