UNA VISION PANORAMICA -

DE LA EDUCACION

EN LA ESPAÑA GALDOSIANA (1845-1923)

Introducción

M. Lourdes C. González Luis

Manuel Ledesma Reyes

Enrique Belenguer Calpe

Aunque muchas y muy autorizadas plumas han estudiado la figura insigne del novelista

canario Pérez Galdós, nos atrevemos a plantear de entrada que, desde una visión históricoeducativa,

lo que más nos llama la atención de su figura es el fuerte componente didáctico

de su novela destinado a influir en la vida social y política española, su talante ético que le

lleva a ocupar un escaño en el Congreso de los Diputados con Sagasta y su comprometida

militancia política en 1909 como defensa de la alianza republicano-socialista, junto a Pablo

Iglesias.

Como expresa Domingo Induráin, "Galdós no es persona que se encasille en unas

opiniones recibidas, por el contrario, su esfuerzo por comprender y analizar la realidad social

española lo lleva paulatinamente a defender posturas cada vez más a la izquierda y, al mismo

tiempo, a ver la realidad de manera más compleja, menos maniquea"!. En efecto, ante todo

destaca en D. Benito su dioliecticidad, su capacidad para evolucionar debido a su gran

apertura intelectual.

Según Díez Echarri y Roca Franquesa, Galdós pretende la "reproducción más o menos

detallista de los más complejos estados del alma"2 con una ideología socializan te y

anticlerical con una tesis docente o moralizadora.

Es, pues, nuestro novelista un progresista en un contexto dominante mente conservador

pero, frente a la intransigencia clerical, no opone otros tipos de intransigencia como la

krausista ~n el caso de la familia de León Roch (1878 )-en el que el racionalismo apriorístico

trata de imponerse sobre la realidad.

En suma, Galdós se nos muestra como un ser inetiquetable, complejo, muItifacético,

difícilmente encasillable.

Pues bien, a lo largo de estas páginas vamos a ofrecer una amplia visión panorámica de la

educación en la España galdosiana. Se trata, pues, de una contribución histórico-educativa,

colateral si se quiere pero necesaria para enriquecer el estudio pluridisciplinar de un Galdós

que, lógicamente, se va ubicando en lugares concretos dentro del entramado de las clases

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

sociales; de ahí que comencemos exponiendo la formación de la oligarquía española durante

este período histórico.

Posteriormente estudiamos el desenvolvimiento de la legislación educativa oficial,

comenzando por el proceso de secularización de la enseñanza emprendido por el Plan Pidal

de 1845 hasta arribar al comienzo de la dictadura riverista (1923) Y procurando, por

consiguiente, abarcar la casi totalidad de la vida galdosiana (1843-1920).

Prosigue nuestro estudio con un detenimiento especial en la revolución septembrina -que

tanto tuvo que influir en Galdós-yen el pensamiento krausista emergente con su corolario

educativo institucionista. Esbozamos también otros planteamientos educativos antes de

adentramos en el krausopositivismo y positivismo, para recalar finalmente en D. Benito Y su novela.

Se trata, pues, de un esbozo educativo de cárácter global que, si bien pierde en

profundidad lo que gana en extensión acotada, trata de ofrecer los más significativos

sectores -oficialistas o no- de la Pedagogía en la que vivió inmerso Galdós.

1.- La Formación de la oligarquía española durante la Segunda mitad del siglo XIX

y el primer cuarto del siglo XX

Según Eduardo FioravantP, desde 1833 se realiza la unión entre un sector de la aristocracia

latifundista y la burguesía liberal, conformándose así la aristocracia financiera que es la

verdadera oligarquía española en la fase del capitalismo liberal que durará hasta 1875

fundamentalmente.

El fin de la primera guerra carlista (1840) supone la oposición entre dos sectores

burguesa: los moderados (banqueros alidados a la aristocracia latifundista, comerciantes al

por mayor) y los progresistas (pequeña y media burguesía, comerciantes modestos,

artesanos y profesiones liberales).

Pues bien, hasta 1854 gobiernan los moderados y la burguesía establece las bases para

la formación de un Estado moderno. El partido progresista se divide en dos formaciones

políticas: la Unión Liberal de O'Donnell y el Partido Democrático, representantes respectivamente

de las altas capas de la media burguesía ya sectores de la gran burguesía industrial

y comercial periférica, y de la pequeña burguesía y las profesiones liberales.

El Partido Democrático -al que, sin duda, se sentiría cercano Galdós-, lucha por el

establecimiento del sufragio universal y va a ser una de las fuerzas impulsoras de la

Revolución septembrina.

En 1856 la gran burguesía que se agrupa en la Unión Liberal y el Partido Moderado

elimina a Espartero del poder y O'Donnell aplasta a los grupos democráticos; hasta 1868

alternan en el poder el Partido Moderado de Narváez y la Unión Liberal, realizándose la fusión

definitiva de los intereses de la aristocracia financiera con la gran burguesía industrial. De

esta manera, la oligarquía consolidada pasa a dominar 4:on escasos cambios estructuraleshasta

nuestros días y sólo perderá ocasionalmente el poder político en favor de la pequeña

y media burguesía apoyadas por la clase obrera.

La Revolución del 68 es el final de la primera fase del capitalismo español y marca el giro

entre el capitalismo liberal y el monopolista. De 1868 a 1875 se suceden luchas de clases y

IV CONGRESO GALDOSIANO lB

el poder pasa a manos de la burguesía progresista y a la pequeña y media burguesías

democráticas aliadas al proletariado y campesinado.

Tras el golpe de Pavía (1874) Y el gobierno provisional de Serrano que prepara la

Restauración, la oligarquía se reestructura y retoma el poder para iniciar la segunda fase del

capitalismo español: la monopolista, que tendrá su expresión política en la Constitución de

1876.

La burguesía comparte el poder político y económico con los latifundistas (se produce una

simbiosis retrógrada entre la nobleza latifundista y la burguesía financiera e industrial). La

Monarquía Parlamentaria no era sino la expresión jurídico-política del Estado que precisaba

la clase dominante para proseguir con la acumulación de capital y, en ese contexto, Cánovas

va a introducir el derecho de voto censitario -que aleja a las clases pobres del poder-y un

fraudulento sistema electoral que perdurará hasta 1931 que establecía el sistema de turnos

entre el partido conservador (Cánovas, Maura ... ) y el liberal (Sagasta, Canalejas ... )

En 1898 se da una gran crisis en el seno de la Restauración con la pérdida de las últimas

colonias y el estallido de la Primera Guerra Mundial favorece la expansión del capitalismo

español gracias a la política de neutralidad seguida por el gobierno.

En suma, el desarrollo económico de este período (1875-1923) de! capital monopolista

está estrechamente ligado a la especulación, al favoritismo y a las inversiones del capital

extranjero. El capital financiero se expande gracias al gran desarrollo de la banca privada,

en tanto que el capital público no fue un soporte eficaz del desarrollo industrial del país.

De esta manera, se consolida el capital financiero, se produce un cierto desarrollo

tecnológico que permitió crear industrias siderúrgicas y metalúrgicas modernas y el Banco

de España se adapta a las necesidades financieras del Estado; la vieja nobleza (terrateniente)

y la nueva nobleza (burguesía financiero-industrial) se fusionan a nivel de capital financiero

e industrial, aun cuando no se logra superar la debilidad estructural de la economía española

que no disponía ni de un Estado moderno adaptado a las necesidades de la producción, ni

de una ideología capaz de silenciar al empuje de las clases populares.

Las únicas alternativas qu .• estaban eran los socialistas y los anarquistas que intensificaban

desde la segunda década del presente siglo la organización del movimiento obrero

y campesino y, desde otro ángulo ideológico y de clase, los republicanos.

Pues bien, la figura de Galdós se ubicó en esta España caciquil y encerrada en sí misma

en los sectores progresistas, democráticos, cuando menos liberales y finalmente republicanos

con vetas socializantes. Su corrimiento a posturas de izquierda era coherente con el

propio acontecer histórico, aunque nunca sobrepasara los límites del ethos de la pequeña

burguesía laica, liberal y anticlerical; hasta ahí podía llegar su propia estructura psíquica.

2. - Desenvolvimiento de la legislación educativa: hacia el encuentro

con el consenso durkheimiano

De entrada y antes de pormenorizar algunos de los hitos legislativos de la educación

española decimonónica, planteamos en un gráfic04 -que pretende ser clarificador- la

evolución de los principales Planes de Estudio desde 1808 hasta el momento presente. Para

l1li BIBLIOTECA GALDOSIANA

su mejor comprensión hemos de convenir que la línea central separa la directriz liberal con

nuevas perspectivas y sentido de avance -sería la zona por encima de dicha línea-, de la

tradicional, absolutista a veces, conservadora otras, pero siempre con claras tendencias a la

perpetuación y hermetización social.

Cabe destacar que esta línea quebrada de legislación educativa que refleja el juego

bamboleante -tan característico de nuestro siglo pasado- entre Antiguo y Nuevo Régimen,

entre absolutismo y liberalismo, se va estabilizando progresivamente hasta rondar esa

supuesta línea central desde el momento en que el sistema capitalista de producción se ha

asentado plenamente .

. ~sa estabilización, que supone la imbricación de intereses de la aristocracia financiera

con la gran burguesía industrial, tiene su elemento educativo nodal en la Ley Moyano de

1857. A partir de esos instantes y salvo coyunturas progresistas o profundamente

reaccionarias -la revolución del 68 y la 1 República, y el Decreto de Orovio respectivamenteprima

el consenso durkheiminao entre las clases hegemónicas; este acuerdo se extiende a

lo ancho de la Restauración y prevalece durante la vida de Galdós.

Por consiguiente, no sería aventurado expresar que la línea de desenvolvimiento

educativo oficial, inmersa en un consenso" contra natura" aunque lógico desde un punto de

vista de intereses de clase, no estaría acorde con el pensamiento progresista de D. Benito.

Sin más dilaciones, damos a conocer el gráfico mencionado que tiende al encuentro de

una falaz armonía perdida.

¡l ••• 1""0.'"

IV CONGRESO GALDOSIANO lB

2.1. El Plan Pidal de 1845 o la secularización de la educaciórr5

La burguesía, radical a principios del siglo XIX, prosigue su andadura hacia la moderación

y la doctrina de la soberanía de la inteligencia prevalece sobre el viejo sueño de la institución

pública universal, tan cerca al liberalismo democrático. Esta doctrina del moderantismo

aboca en un "elitismo educacional" que considera a la educación no como elemento básico

de la democracia sino como instrumento de poder.

Así las cosas, el nuevo gobierno moderado, bajo la presidencia de González Bravo encarga

la elaboración de un proyecto general que fuera capaz de regular la enseñanza secundaria

y la superior (la enseñanza primaria ya estaba encarrilada por la Ley de 1888). Aun con

Narváez como nuevo presidente de gobierno, Pedro José Pidal encargó a Gil de Zárate la

revisión de los estudios y de ese trabajo sale a la luz el Plan Pidal.

Dicho Plan pretende poner remedio al caos educativo vigente y define la segunda

enseñanza como "continuación de la instrucción primaria" (art. 2) y como "propia

especialmente de las clases medias". Se armoniza lo tradicional con lo moderno y se plantea

la existencia de institutos de segunda enseñanza, costeados por el presupuesto provincial.

La regulación de la enseñanza universitaria se realiza bajo los principios de uniformidad

y de centralización, "dando fin a la autonomía de las viejas universidades"6 (el rector es

nombrado directamente por el rey).

El Plan Pidal restringe la libertad de enseñanza a los estudios intermedios, aunque se

solicitan requisitos más restrictivos que en el Plan Duque de Rivas ( 1836). La secularización

era total, pues la enseñanza quedaba en "manos civiles" ya que las órdenes religiosas no

podían cumplimentar las exigencias de profesorado y titulaciones.

En suma, este Plan --cuyos antecedentes son el reglamento de 1821 y el Duque de Rivas

de 1836-, conciliaba la innovación con la conservación, tenía carácter mimético respecto de

los planes franceses y no negaba la libertad de enseñanza si bien le ponía trabas, insinuando

ya lo que iba a ser una batalla entre el Estado y la Iglesia por el dominio de la

educación.

2.2. Progresistas, moderados y unionistas: La Ley Moyano de 1857

Tras el Bienio Progresista (1854-1856), se busca a través de la presión de la Iglesia y del

miedo a las agitaciones obreras y campesinas retornar a una situación de "paz y orden".

Surge la Unión Liberal, encabezada por O'Donnell, que aspiraba a aunar la libertad con el

orden y que se erigía como centro político y parlamentario, entre el progresismo y al

moderantismo; pero el unionismo no pasó de ser un neomoderantismo.

El ejército sigue siendo la fuerza más poderosa del Estado y la Iglesia va a aumentar su

influencia política y social. Entre tanto, el viejo partido moderado se turna con el poder con

los seguidores de O'Donnell, aunque comienza su disgregación.

Pues bien, en este contexto aparece "una ley de bases que incorpora los principios básicos

que deben inspirar el sistema educativo, autorizándose al gobierno para la promulgación del

correspondiente decreto legislativo que desarrollase las expresadas bases"7.

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

De esta manera, se evitó un interminable debate sobre materia, máxime cuando todos los partidos

poseían la convicción de que era preciso acabar con la continua reforma educativa. Además, existía

entre las fuerzas liberales un consenso sobre las líneas fundamentales del sistema educativo a partir

de los reglamentos y planes precedentes (remitimos al gráfico anterior).

La Ley Moyano se iba a limitar "a recoger las experiencias existentes, constituyéndose

en una ley que buscaba la estabilidad y la consagración de un sistema ya existente"8. Y, de

hecho, lo consiguió, pues en la práctica llegó hasta 1970, fecha de la L.G.E.

2.3. La Revolución de 1868. Los decretos de Ruiz Zom·lla

Durante los últimos años del reinado de Isabel 11 se produce una gran crisis moral y se suceden

órdenes y decretos encaminados a asegurar la mayor ortodoxia religiosa y política. Los moderados

estrechan los lazos con la Iglesia y se produce la primera "cuestión universitaria".

La preocupación existente por parte de la clase hegemónica no solo radica en la

Universidad sino también en la enseñanza elemental. La religión se convierte en estandarte

para salvaguardar el orden establecido, intensificándose las concesiones que ya en su

momento hiciera Moyano a la Iglesia.

El marqués de Oróvio manda a las Cortes un proyecto de ley sobre la enseñanza primaria,

que será firmado por Severo Catalina (1868); más esta ley, fuertemente clerical y religiosa,

va a ser efímera, pues será derogada por la Revolución de Septiembre.

Surgen los decretos de Ruiz Zorrilla "en los que se proclama la más absoluta libertad de

enseñanza y que son expresión del ideario progresista en lo que a libertad de enseñanza

concierne"9: libertad de enseñanza para los centros y para los profesores, que son

considerados trabajadores. Por consiguiente, la función docente corresponde a la sociedad,

debiendo el Estado asumir una función subsidiaria.

Sobre todo quizás destaca la preocupación por la segunda enseñanza propia del

programa progresista en educación que concibe "una mesocracia como soporte delliberalismo

político y educativo" 10. La enseñanza secundaria es vista no como preparatoria de otra

superior, sino como nivel propio y autónomo.

Por último, dentro de este recorrido a vuela pluma, el triunfo de la libertad de cátedra en

el seno universitario fue total.

De esta etapa, sin duda D. Benito, en plena juventud, quedaría embebido de por vida en

cuanto a modo de sentir se refiere y sus presupuestos ideológicos progresistas. Más este

período histórico se convirtió en importante, trascendente pero, al fin de cuentas, en mera

coyuntura; lo estructural iba por otros senderos.

2.4. El sistema canovistay la Constitución de 1876: entre la moderación conservadora

y los liberales

El régimen alfonsino traía como bandera la paz y el orden, por lo que la Restauración sería

prácticamente aceptada por casi todo el país. Cánovas va a ser el gran protagonista de un

IV CONGRESO GALDOSIANO _

régimen duradero que estaba ligado a la alta clase territorial; se constituye en el autor de la

Restauración y es poseedor de "una innegable clarividencia política que le hace comprender

que la estabilidad sólo sería posible si todos participaban en el nuevo régimen" 11 .

También es obra de Cánovas la Constitución de 1876 que consagra una monarquía

parlamentaria. Es un texto doctrinario "en cuanto que trata de reconciliar viejas doctrinas

enfrentadas, buscando la vía media entre la Constitución moderada de 1845 y la progresista

de 1869"12.

La construcción canovista plantea tanto un gobierno parlamentario como una monarquía

que no es solo un poder arbitral o moderador, sino, sobre todo, un poder director. Un

principio no escrito en la Constitución es el del turno pacífico de los partidos como elemento

de estabilidad política y de cauce legal a la oposición.

Cánovas agrupó en torno del partido liberal-conservador a unionistas y moderados,

dejando a su derecha a los carlistas y a los moderados históricos y a su izquierda a los

progresistas "templados de Sagasta. Más a la izquierda se encontraban el partido radical de

Ruiz Zorrilla y los partidos republicanos clásicos.

En suma, la Restauración Canovista se configuró "en una de las realizaciones más

inteligentes del conservadurismo español"13, aunque fue escasamente sensible hacia la

"cuestión social". Pero la intelligentsia española caminaba por rumbos muy distintos a esa

clase de inteligencia favorecedora de un status quo caciquil.

2.5. De 1898 a la Dictadura n"vensta: riformasy reacción conservadora

Los sucesos de 1898 marcan el inicio de la crisis del sistema canovista al que responden

los regeneracionistas y la generación del 98. La regeneración solicitada va a ser asumida por

conservadores y liberales que defienden "la revolución desde arriba", en contraposición al

republicanismo.

Hasta 1909 -caída del gobierno de Maura- se va deshilachando el sistema tu mista de

partidos y resurgen con gran fuerza el problema religioso, el catalán y el militar.

De 1909 a 1917 el partido liberal encuentra en Canalejas su exponente fundamental que

dicra la famosa ley del Candado, reductora del poder político de las congregaciones religiosas.

Su muerte descompuso el partido liberal que se dividió entre los partidarios de García Prieto

y los seguidores de Santiago Alba, en tanto que el partido conservador también se escindía

entre mauristas y datistas. Así pues, el sistema canovista se debilita (en él no entran los

sindicatos y los partidos obreros) y prácticamente finaliza en 1917, año de la triple crisis

militar, política y social. A partir de esos momentos comienzan los gobiernos de coalición

y concentración y hasta 1923 todo hace vaticinar la intervención militar: guerra social en

Cataluña y guerra de Marruecos.

Por consiguiente, la ficticia paz del sistema canovista se desvanece y los años precedentes

al desastre son calificados de "bobos" por el propio Galdós. Los regeneracionistas

plantearán la educación como uno de los grandes problemas a solucionar y como panacea

de todos los quebrantos nacionales y la renovación pedagógica será una preocupación

constante.

8] BIBLIOTECA GALDOSIANA

Todas las preocupaciones regeneracionistas enlazan con las reformas en el ámbito

pedagógico emprendidas tanto por conservadores como por liberales. Es obligado mencionar

la creación en 1900 del nuevo Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes con García Alex

a la cabeza y Romanones como flamante sucesor, quien consigue a través del real decreto

de 26 de octubre de 1901 que, a partir de 1902, se incluyeran en los presupuestos del Estado

el pago de los maestros; dicho real decreto se elevó posteriormente a proyecto de ley.

La obra reformista de Romanones fue extensa y profunda, afectando a la reglamentación

de los exámenes, a la enseñanza de la religión y la titulación del profesorado de los colegios

religiosos, a la ordenación de las enseñanzas técnicas, al bachillerato ya la Universidad. Del

mismo modo, se recrudece la polémica sobre la libertad de enseñanza: surge un profundo

debate en torno a si el derecho a enseñar corresponde a la Iglesia, a la familia -como

defienden los neocatólicos-, al Estado -como propugnan los conservadores-, o es deber del

Estado, planteado por los liberales.

Tras el período que abarca desde el Ministerio Romanones hasta la Dictadura los

conservadores se imponen y se da una gran inestabilidad política dentro de la cual se ubica

el bienio conservador de 1913-15 que representa un retroceso del ideario liberal (se elimina

la exigencia de titulación a los miembros de las congregaciones religiosas) . A partir de la gran

crisis de 1917 no existe política educativa alguna y el edificio restauracionista ,se muestra

totalmente en ruinas.

3.- Pensamiento krausista. Su aparición en una RevoluciónJracasada

En su condición de catedrático de la Universidad Central, J. Sanz del Río introdujo en 1854

el krausismo14 en España. Con esta filosofía -la única posible de cuantas se conocían en

Europa según Elías Terrón 15_ se inicia una corriente racionalista y liberal que renovará la

vida cultural y universitaria hasta 1939.

Sanz del Río, al igual que Krause, autodefine su filosofía como un "Racionalismo"

armónico. Sin embargo casi siempre se ha puesto de manifiesto que dicho racionalismo

"quedaba en gran parte limitado, frustrado o corregido por la subsistencia en él, de

numerosos rasgos no racionales, elementos «místicos», también explícitamente religiosos,

que, a su vez, explicaran su propia aceptación, amplia y difusa, en una España, también

«tradicionalmente mística y religiosa»" 16. De ese misticismo y de su orígen y relación con la

mística española del siglo XVI se deriva la explicación que sostiene que esa fue la causa que

hizo posible su aceptación en Españal7

Al misticismo, eticismo, humanitarismo de la filosofía krausista debemos añadir otro

elemento fundamental: su exaltación de lo individual. Rasgo habitualmente definitorio del

carácter español -su individualismo histórico- y que explica su oposición a un decisivo

intervencionismo estatal con el que no están de acuerdo. Los krausistas españoles reafirman

los derechos de las personas y de los individuos de acuerdo con los intereses de la burguesía

liberal progresista .. De ningún modo se podría situar su pensamiento -el de Sanz del Ríodentro

de las corrientes de carácter individualista. Al contrario, la filosofía social del

krausismo español defenderá explícitamente una concepción de carácter organicista, liberalIV

CONGRESO GALDOSIANO _

organicista, que se pretende equidiste tanto del individualismo como del estatalismo l8• Lo

que por otra parte parece cierto es que las aspiraciones de la burguesía liberal se veían

esencialmente satisfechas por una filosofía como la krausista que defiende la libertad y la

hace compatible con la defensa del orden socioeconómico basado en la propiedad privada.

Krausismo y pensamiento liberal se identifican en la medida en que la práctica totalidad

de los krausistas se encuadran dentro del pensamiento liberal decimonónico; en este sentido

los krausistas son liberales en la práctica polítical9• Yqué duda cabe que en la práctica social

también y si no, hagamos repaso de sus reivindicaciones liberales: la libertad de prensa, de

enseñanza, de religión, de asociación. Los Krausistas transforman la sociedad en una

sociedad de derecho donde luchan por la abolición de la pena de muerte, por la educación

popular, la separación de los poderes judiciales y ejecutivos ...

El krausismo no es una filosofía unitaria y estricta, más bien habría que verla como un

espíritu, un modo de ser ético e intelectual, como una verdadera pedagogía encaminada a

fortalecer un sistema de vida.

Para el desarrollo y difusión del krausismo en España se han hecho numerosas

clasificaciones. De ellas elegimos la que establece dos grandes etapas: una primera que iría

desde 1854 (fecha de la incorporación de Sanz del Río a la Universidad) hata 1875 (inicios

de la Restauración); y una segunda etapa desde 1875 a 1917 (muerte de Gumersindo de

Azcarate). También puede verse como prolongación de la segunda, una etapa que llegaría

hasta 1939.

En esa primera etapa los krausistas van a desempeñar una función filosófico-política

muy importante. La defensa de la propiedad privada y la protección que hacen de lo que

consideran la estructura natural de la sociedad, no impedía la participación de los krausistas

en favor de un sentido democráticQ de la conciencia política, que lleva a propugnar una

implantación radical de la soberanía nacional mediante la práctica del sufragio universa12o.

Una filosofia eminentemente práctica como el krausismo no podía permanecer inerte

ante los acontecimientos socio políticos que se daban en España en la segunda mitad del siglo

XIX. Parece incluso que fue traída con cierta intencionalidad por el propio Sanz del Río. Por

todo ello no es extraño que los krausistas participen en la gestación de la "gloriosa".

J. L. Abellán considera a la revolución del 68 como "revolución krausista "21. V. Cacho Viu

también manifiesta que los "krausistas podrán considerarse como el grupo ideológico

triunfador, cuyos productos iban a influir en la fu tura estructuración del país" 22. Sin embargo

coinciden la mayoría de las opiniones en resaltar la especial preocupación educativa de los

krausistas y su negativa a la "militancia" política. Hecho lógico si partimos de que los

seguidores de Sanz del río tienen un especial "mandamiento": la creencia antropológica de

la perfectibilidad moral del hombre.

En efecto, la Revolución venía impregnada de ilusiones democráticas, de forma que los

derechos políticos no pertenecieran restrictivamente a una minoría definida por su riqueza

o su profesión sino que pasaran a ser patrimonio de cada hombre, de cada ciudadano. Desde

una perspectiva histórica nos vemos obligados a resaltar su generosa utopía: creencia en la

igualdad esencial de todos los hombres y en el valor de cada vida humana, pacifismo,

creencia en la validez universal del principio federal, abolición de la esclavitud, extender la

enseñanza a las mujeres ...

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

Esta generosidad de la burguesía liberal democrática incluía una utopía educativa. En el

deseoso afán de apuntalar la libertad de conciencia y de renovar el espíritu, los krausistas

dedican a la educación la mayor parte de sus esfuerzos. Los principios en que se inspiran la

nueva legislación sobre enseñanza en 1869 están tomados de Sanz del Río y de Ahrens. Así

en el famoso Manifiesto revolucionario de125 de octubre se incluye la Libertad de Enseñanza:

"La libertad de enseñanza es otra de las reformas cardinales que la revolución ha reclamado

y que el Gobierno provisional se ha apremiado a satisfacer sin pérdida de tiempo"23.

Otro momento importante derivado de la "septembrina" y relacionado con la educación

vendrá dado con la fecunda labor de Fernando de Castro. En su deseo de revitalizar la

actividad universitaria y en el Discurso de la apertura del curso 1868-1869 proclamó en la

Universidad de Madrid, tres principios inviolables: libertad de la ciencia, inviolabilidad del

magisterio y descentralización administrativa.

El programa educativo krausista era sin duda alguna muy ambicioso en la primera época

de esta filosofía. Veamos el esbozo del programa universitario:

"1) promover conferencias públicas que difundan fuera de este recinto los conocimientos

humanos, y en la forma más popular y accesible que se pueda;

2) fomentar la creación de asociaciones que difundan la enseñanza en las clases

obreras, y la propaguen hasta en las más retiradas aldeas;

3) abrir cursos especiales destinados a completar la educación de la mujer;

4) procurar que la juventud se agrupe en academias científicas; y

5) hacer de modo que nuestras bibliotecas y museos puedan utilizarse libremente y por

el mayor número"24.

Pero la "gloriosa" fracasó, porque las estructuras socioeconómicas del país -que la

revolución mantuvo intactas entre otras cosas porque el krausismo no contempló la

modificación de las mismas- no consentían otra forma de Estado que el moderado isabelino

o el que se implanta con la Restauración. La utopía política educativa de los krausistas tropezó

ante una realidad que requería algo más que modificaciones en la superestructura de la sociedad.

La Institución Libre de Enseñanza

El fracaso de la Revolución de Septiembre acabó con los proyectos educativos -oficialesque

el krausismo había planeado. Restaurada la monarquía de Alfonso XII y confirmado

Manuel Orovio como ministro de Fomento, se dictan unas medidas de control de la

enseñanza superior. Ese fue el origen que desencadenó la 1 Cuestión Universitaria en 1868

yen 1875 será el motivo también de la segunda. Con esas restricciones del pensamiento se

estaba poniendo en tela de juicio la libertad de cátedra y la inviolabilidad de la conciencia

científica. Al no aceptar sus exigencias Giner, Azcárate, Salmerón, Augusto González de

Linares y Laureano Calderón fueron expedientados, desterrados y suspendidos de sus cátedras.

:'La libertad es para los krausistas un don irrenunciable, algo que tiene su más íntimo

fundamento en la conciencia interior del hombre y que está en estrechísima relación con

N CONGRESO GALDOSIANO __

el sentido moral del deber. No es de extrañar, por tanto, que desde esta concepción

defendieran la libertad de cátedra y de enseñanza, así como también la libertad del alumno. "25

Pronto se solidarizan otros profesores krausistas que ya el gobierno no se atrevió a

sancionar. Mientras tanto en su confinamiento en Cádiz, Giner va perfilando la idea de la

fundación de un centro de enseñanza privada, amparándose en el resquicio que dejaba la

Constitución de 1876 en párrafo de su arto 12 que decía: "Todo español podía fundar y

sostener establecimientos de instrucción o de educación con arreglo a las leyes".

La idea de Giner era tomar de modelo la Universidad Libre de Bruselas, donde la libertad

no sufre acoso y la ciencia puede ser reseñada de acuerdo con el nivel de su propia evolución

interna y sistemática.

La Institución Libre de Enseñanza tendría su sede en Madrid y daban así el primer paso

hacia la independencia de la investigación científica y de la función del profesor. Eran pasos

en defensa del más puro y coherente de los liberalismos. De esta manera nunca pidieron, ni

aceptaron subvención oficial alguna y jamás solicitaron ni desearon homologación o

convalidación de sus estudios.

Las distintas actividades del centro quedan delimitadas en el arto 16 de los Estatutos:

"La Institución establecerá, según lo permitan las circunstancias y los medios de que

pueda disponer:

1) Estudios de cultura general (o de segunda enseñanza) y profesionales, con los

efectos académicos que les conceden las leyes del Estado.

2) Estudios superiores científicos.

3) Conferencias y cursos breves de carácter ya científico, ya popular.

4) Una bibliteca y los gabinetes dotados del material correspondiente.

5) Un boletín para publicar sus documentos oficiales y trabajos científicos.

6) Concursos y premios y cuanto contribuya a promover la cultura general y sus propios

fines26• "

En el apartado 11 referido a De la Institución y en su artículo 15 se deja claro cuál es el

ideario del centro:

"La Institución Libre de Enseñanza es completamente ajena a todo espíritu e interés de

comunión religiosa, escuela filosófica o partido político; proclamando tan sólo el

principio de la libertad e inviolabilidad de la ciencia, y de la consiguiente independencia

de su indagación y exposición respecto de cualquiera otra autoridad que la de la propia

conciencia del profesor, único responsable de sus doctrinas. "27

De los aspectos más sobresalientes de la Institución hacemos especial hincapié en los

principios de la pedagogía institucionista. Muy prontamente se dieron cuenta de la

importancia que tenía la enseñanza básica. Pensaban que un adulto sería lo que de niño

hubiese aprendido. Por ello en 1878 introducen la enseñanza primaria en la Institución y lo .

que es también muy importante; se rigen por los principios teóricos de la pedagogía de

Pestalozzi y Froebel.

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

De los principios educativos de la Institución destacamos algunos de sus elementos más

notorios. Por ejemplo la mayor insistencia en la educación antes que en la instrucción. Había

que contribuir a una formación como persona libre por medio de una educación conveniente

y adecuada. Frente a la pasividad concebida como propia de la enseñanza tradicional oponen

una enseñanza motivante a través de la intuición. La intuición, según los krausistas,

desarrolla la espontaneidad y la creatividad del alumno, convirtiéndole de sujeto pasivo en

sujeto investigador. Se trata de formar un hombre armónico que desarrolle en plenitud el

espíritu y el cuerpo, la razón, el sentimiento, la voluntad, el carácter, el sentido estético y

moral de la vida, el adiestramiento manuaL ..

Educación en libertad de donde desaparezcan las imposiciones y los métodos coercitivos.

Una educación neutra entendida como aconfesionaI, tolerante, en definitiva escuela laica.

Escuela gradual donde las enseñanzas tengan una continuidad ininterrumpida. Enseñanza

mixta porque creen necesaria una mejor preparación de la mujer para el bien público ...

Metodológicamente rechazan los exámenes, que favorecen el sistema memorístico y

crean una falsa competitividad. Supresión de los libros de texto por considerar que limitan

el conocimiento y la reducción el número de alumnos por aula en favor de la calidad de la

enseñanza son algunas de las medidas renovadoras que se incluyeron en el programa

educativo de la Institución.

El éxito de la I.L.E. es sin lugar a dudas muy importante y de resultados espectaculares

para los alumnos de la Institución. Sin embargo fue un centro, como ya dijimos en otros

renglones, de carácter privado. Por tanto, de esa brillantez educativa sólo se aprovecharon

los hijos de los grupos sociales acomodados.

4. - Otros planteamientos educativos

Nos hallamos en la España de la encrucijada restauradora; una España que desde la

penetración del krausismo, aparece sacudida en la segunda mitad del siglo por esa especie

de actitud militante y transformadora moral de la nación. Era, en definitiva, el reflejo local

de ese enfrentamiento europeo entre viejas estructuras y mundo moderno; y, en el centro

de esas batallas se encontraba precisamente la educación.

Siguiendo a Gómez MoHeda, la educación va a definir dos posiciones claras, la de

"innovadores y la de «tradicionales» portadores de concepciones opuestas28•

Innovadores, los que conocemos agrupados en tomo a Sanz del Río y a Giner; los

institucionistas que aspiraban a las transformación radical de España desde la renovación

pedagógica; los políticamente demócratas y liberales, profundamente religiosos pero

tropezando con el catolicismo rígido; los moralmente intachables en sus conductas; los que,

pedagógicamente, aspiraron al surgimiento de nuevos hombres modernos para una nueva

y moderna España.

Tradicionales, por el contrario, los acólitos de una Iglesia dogmática; los de la postura

de la defensa y el anatema; los antiliberales, apologistas del tomismo medieval, enemigos

de la secularización de la vida pública y, como no, de la educación ... "Frente a la España de

la unidad católica de los tradicionales, los innovadores sueñan con la España laica; frente

IV CONGRESO GALDOSIANO lB

a una España intransigente y coactiva, se alza una España tolerante y partidaria de la

concordia; frente a una España aislada y cerrada en sí misma, una España abierta a Europa

yal mundo moderno"29.

Frente a esa Institución Libre de Enseñanza, fuente de krausismo y cuna de liberalismo

político; centro de adalides del progreso moral y de la laicidad, edificación pedagógica

regeneracionista que sueña con ese tipo de hombre nuevo -que Galdós tan bien describió en

"la familia de León Roch" - nos encontramos con los tradicionales defendiendo a toda costa

la enseñanza confesional.

y como el mismo Galdós reconociera, esos ambiciosos anhelos representados por León

Roch -su prototipo de joven krausista- estarán destinados irremisiblemente al fracaso. y

añade Galdós ... "los hombres que sueñan con esa victoria grandiosa no cuentan con la fuerza

de lo que podríamos llamar el hado social, un poder enorme y avasallador, compuesto de las

creencias propias y ajenas, de las durísimas terquedades colectivas o personales, de los

errores y de la virtud misma, de mil cosas que al propio tiempo exigen vituperio y respeto

y, finalmente, de las leyes y costumbres, con cuya arrogante estabilidad no es lícito ni posible

las más de las veces emprender una lucha a brazo partido"30.

y pareciera, pues, que la historia de España ha estado llena de brazos rotos ... , la ancestral

división entre lo trasnochado y lo alumbrador ha dado a este país muchas víctimas o, en el

mejor de los casos, ha convertido en anécdota las luminosas -que no "iluminadasiniciativas.

Ha prevalecido la sombra ... , en palabras de J. López Morillas: "He aquí la tragedia

del hombre que quiere vivir conforme a los principios de la razón. León Roch profesa ideas

que están en patente discordancia con el ambiente de fraude, hipocresía y fanatismo en que

vive ( ... ) Acosado sin tregua por la ignorancia agresiva y el fanatismo exaltado, va perdiendo

gradualmente la calma y la moderación de espíritu ( ... ) y, acaba desvirtuando, muy a pesar

suyo, el noble criterio con que había pensado gobernar su vida "31.

4.1. - Realizaciones colJ!esionales

Si toda la primera mitad del XIX se caracteriza por el proceso emprendido hacia la

consecución de un sistema educativo, a partir de 1857 Y con la consagración legal del sistema

-Ley Moyano- pareciera el triunfo liberal en el control estatal de la educación, pero el

monopolio eclesiástico sobre la enseñanza primaria y la segunda enseñanza, ya que la

Universidad se le había escapado de las manos. Y sus medios fueron las congregaciones

religiosas dedicadas a la docencia; durante este periodo los hijos de la alta burguesía y de la

clase media españolas fueron educados en centros religiosos.

Aún así, hay que distinguir dos posiciones diferentes en la influencia que la Iglesia

ejercerá en la época: una, de clara oposición a la secularización, otra, de acciones concretas,

algunas con aires renovadores. La primera de las posiciones colocó en primer plano de su

atención el contenido ideológico de la educación. Esta actitud daría paso, en la última década

del siglo, a una postura ofensiva, siguiendo a Puelles Benítez " ... en el campo de las

realizaciones concretas debe anotarse la revitalización de los seminarios españoles, la

creación de las universidades pontificias, la fundación del Colegio Español de Roma y los

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

congresos católicos que se celebraron de 1889 a 1902 "32. Estos últimos eran la cara opuesta

y defensiva de los congresos pedagógicos de claro signo institucionista.

Pero todo el esfuerzo ofensivo institucional de la Iglesia no abría rutas nuevas al ámbito

educativo que era lo que se reclamaba. Fue un humilde y anónimo sacerdote -el padre

Manjón- quien se erigirá en protagonista de la renovación pedagógica religiosa, será.él,

pues, quien represente la segunda posición, novedosa y refrescante que antes mencionábamos.

Es el padre Manjón la excepción de la norma del catolicismo docente. Inauguró una nueva

enseñanza dirigida a las claves desposeidas de la sociedad, esa fue su primera gran

originalidad.

La Fundación de los cármenes no es otra cosa que su preocupación pedagógica centrada

en los barrios marginados, su interés por atender la pobreza y la ignorancia de los más

desfavorecidos. Sus métodos y procedimientos educativos serán la segunda novedad a

destacar: gratuidad total de la enseñanza, escuela al aire libre y en contacto con la naturaleza,

enseñanza cívica, etc. "Por encima de todo ello hay una preocupación que una al P. Manjón

ya Giner en un mismo objetivo, aunque de distinto signo: ambos consideran que la finalidad

de la educación no es instruir, sino formar hombres completos"33.

4.2. - Escuela Moderna

El anarquismo aparece en España en la década de los setenta conjugando las luchas por

la emancipación material y la intelectual de las masas proletarias.

Hemos ido observando cómo en este agitado y controvertido periodo histórico español,

la fe en la educación se hace bandera de todas las fuerzas sociales, políticas o religiosas que

entran en el juego del poder y del cambio; pero el entusiasmo anarquista por la educación

es, tal vez, el más significativo.

Así, se concibe la realización de la revolución libertaria sólo pasando por el tamiz de una

nueva educación. El optimismo pedagógico de los líderes del movimiento les lleva a recorrer

incansablemente pueblos y ciudades predicando el ideal anarquista y el de la indispensable

ilustración.

Quien encarnará el ideal de una instrucción anarquista será la señera figura de Francisco

Ferrer i Guardia, fundador en 1901 de la Escuela Moderna. Hombre de muchas afinidades

con las corrientes pedagógicas avanzadas del momento, tanto del interior como del exterior

del país; influenciado claramente del positivismo comtiano y de la doctrina de J. J. Rousseau.

Ferrer centra su objeto, precisamente en el sujeto; el niño se convierte así en el propio

protagonista de la educación; respecto a la espontaneidad, vuelta a la naturaleza pero sin

perder de vista la realidad envolvente, coeducación (en cuanto a sexos y clases sociales) ... ,

son, entre otras, las características definitorias de su moderna escuela. Como vemos, hay

grandes puntos de encuentro con el institucionismo y con el movimiento europeo de la

Escuela Nueva. Es destacable, asimismo y como rasgos absolutamente propios, su

antimilitarismo y anticlericalismo; pero, quizás, lo más importante entre las aportaciones de

D. Francisco Ferrer, radicaría en el carácter ideológico asignado a la educación, llegando a

IV CONGRESO GALDOSIANO 61

una especie de contraeducación o educación negativa (negadora de los valores establecidos

y afirmadora de los valores libertarios de la futura sociedad). Las Escuelas ferreristas se

extienden por Cataluña y Andalucía; pero, una vez más, y como comentábamos al principio

de este capítulo, no pasará de ser una experiencia más en este país de péndulos y amnesias,

y con la muerte de su creador se desvanece también su obra.

4.3.- La Escuela Nueva de Núñez de Arenas

Con el nacimiento en 1879 del P.S.O.E., surge una nueva concepción educativa, cuyo

primer rasgo inédito radica en la exposición de la enseñanza como dntegral y para todos»,

una educación erradicadora desde su seno de toda clase de desigualdad. Este proyecto

educativo socialista aparece como heredero del liberalismo radical de los comienzos

decimonónicos, pero su aspiración a hacer desaparecer los «efectos destructivos» de la

división del trabajo es ya patrimonio del marxismo europeo del que emerge el socialismo

español.

Hay dos momentos en la trayectoria del proyecto educativo socialista que cabe destacar:

La Escuela Nueva fundada por Núñez de Arenas en 1910 y la constitución del grupo de

maestros socialistas de Madrid en 1920.

La Escuela Nueva aparece, en primer término, como una escuela más que imparte

cursos elementales de diversas materias y cuya única novedad consiste en proveer,

además, de un consultorio jurídico a obreros, empleados y funcionarios. El propio Tuñón

de Lara, gran conocedor de esta materia, se pregunta si puede considerarse la Escuela de

Núñez de Arenas de los comienzos, como un centro socialista o como un centro cultural

a secas34

Es a partir de 1911 que la Escuela Nueva da un giro a sus contenidos, yen el transcurso

de los años siguientes introduce materias de formación que la van defendiendo como centro

de estudios socialistas.

Ya en 1915 y a la luz del X Congreso del P.S.O.E. es cuando se plantean las

señas de identidad de la Escuela: socialistas y de formación de trabajadores; así

pues no descuidará la representación objetiva de la cultura nacional, la contribución

al conocimiento de los problemas de la vida nacional, las cuestiones de

organización política y social y, muy particularmente, la dotación al obrero del

dominio de su técnica profesional.

Desde esta orientación la Escuela Nueva elaboró las "Bases para un programa de

Instrucción Pública" presentado al Congreso del P.S.O.E. de 1918 e incorporadas ya al

programa del Partido.

Las dos aportaciones, la de la Escuela Nueva así como la posterior -aunque en la misma

línea- del grupo de maestros socialistas, delimitan ya desde la década de los veinte el

proyecto socialista en materia de educación. Se descubren en él las influencias institucionistas

y del movimiento europeo que conducirán, en definitiva, a un programa de carácter laico, .

democrático y renovador, que tendrá su reflejo de realización práctica en el bienio azañista

de 1931-33.

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5.- Don Benito Pérez Galdós: la novela ¿género armónico o polémico?

Aún en 1862 cuando Francisco Giner hablaba de la novela pensaba en Werther, Nuestra

Señora de París, etc., y con razól} juzgaba tales producciones como poemas líricos en prosa

o narraciones «sentimentales o seudohistóricas». De esas ficciones estaba ausente lo que el

propio Clarín denominaba «altruismo artístico». En otras palabras, "aún no se había

efectuado la síntesis de la fantasía individual y la realidad exterior que era, según el parecer

krausista, indispensable a toda obra de arte destinada a pervivir en la admiración de los

hombres"35.

Sólo con Balzac y Flaubert, Gogol y Dickens, llegará la novela rigurosamente moderna.

Serán ellos quienes harán emerger de la ficción novelesca aparezca en una España plagada

de graves cuestiones políticas, religiosas y sociales, contribuirá en gran medida a dar al

género un acentuado sesgo polémico. "Durante el decenio 1870-1880, Y muy particularmente

en su segundo lustro, Galdós, Pereda y Alarcón no titubean en hacer de la ficción novelesca

un ariete con el que pretenden abrir brecha en la amurallada ideología de sus adversarios.

He aquí el «espíritu crítico» a que alude González Serrano al hablar de Doña Perfecta"36.

Diríase que contraviniendo el exag~rado lirismo anterior, los nuevos creadores absorben

la realidad circundante para afirmarla antagónicamente. Este moderno novelista aparece

como contrincante ideológico con quien la convivencia se convierte en abierto conflicto.

"El mundo de Galdós de Doña Perfecta es la intolerancia religiosa, como el de Pereda

de Don Gonzalo González de la Gonzalera es la demócrata, y el de Alarcón de El

Escándalo es el descreimiento. "37

El despotismo de las ideas es, pues, lo que da carácter polémico a la novela española del

período 1870-1880, como también se reflejará en religión, filosofía y política.

En este sentido, la dedicación fundamental de D. Benito fue su profesión de escritor;

ahora bien, Galdós no concibe este trabajo como algo puramente estético, desligado de su

condición de ciudadano, antes al contrario, la novela galdosiana tiene un fuerte componente

didáctico destinado a influir en la vida social y política y, lo hace desde su explicación de la

historia (episodios nacionales) o analizando el presente (novelas contemporáneas).

De todas formas, hay que reseñar que en el polémico decenio que nos ocupa la

Constitución de 1876 incorpora algunas aspiraciones del liberalismo. Se apreciará, por tanto,

un cambio de talante que constata en la obra galdosiana del momento; sus personajes se van

adaptando gradualmente a la convivencia tras la contienda. El diálogo se restablece aunque

salpicado de sarcasmo ... "Porque adviértase que la polémica no deja de ser, a pesar de su

dureza, una forma de diálogo"38.

5.1. - Krausismo y literatura

Será el clima espiritual que inspira el krausismo, más que las propias que pone en

circulación, lo que provoque una apreciable alteración en la manera de hacer literatura de

IV CONGRESO GALDOSIANO _

la época. Esta filosofía importada entra en el período de incubación de la España moderna,

en el preciso instante en que se da una hipertrofia literaria como compensación a otras

carencias y debilidades. Lo curioso es que se hace literatura trivial-<:on excepciones- justo

en el momento en que se está demarcando la diferencia con la España tradicional; y es que

hablamos de la literatura anecdótica e insustancial que se produce en el seno y al servicio

de una naciente burguesía, sólo interesada en tranquilizarse, distraerse y moderarse. "No

es una preceptivia artística a lo que se subordina la creación literaria, sino a una preceptiva

social. El arte se pone al servicio de una clase social y moraliza en nombre de los intereses de ella"39.

Es en este ambiente frívolo donde viene a proclamar el Krausismo el principio de que

"toda la vida es arte"40 y la necesidad, por tanto, de que los artistas se consagren a la

unificación de la propia experiencia vital. Si para la ciencia el instrumento será la razón, para

el arte será la fantasía, la «intuición estética», el "sentido poético de la vida». Ambos

instrumentos, razón y fantasía, serán los organizadores de lo real. En las bellas artes es

donde mejor se reflejará el auténtico sentir de una época; será la obra del artista la síntesis

en que armoniza la oposición con el mundo. Esta interpretación dialéctica se da en todos los

krausistas preocupados por lo estético; y la literatura, entre todas, ocupará un lugar

privilegiado. Los krausistas se lamentan de los resultados del análisis de las letras

contemporáneas, el artista literario vierte en sus creaciones la «ingrata desarmonía» de que

adolece su sociedad es el arte de la vulgaridad, pero es transitorio. ( ... ), "la filosofía de la

historia que profesan obliga a los krausistas a conceptuar de pasajero ese imperio excluyente

de lirismo, destinado a menguar cuando el poeta, en vez de soslayar las contrariedades del

mundo exterior, salga al encuentro de ellas e intuya la esencial unidad que a todas

encierra "41.

En el decenio anteriormente reseñado, nos tropezamos con los síntomas del ideocratismo

que el krausismo suscitó en su evolución hispana. Recordemos una vez más el caso de León

Roch, personaje galdosiano, krausista de ficción quien al enfrentarse con la cruel realidad

pasa de la tolerancia al fanatismo, de ser dueño de sus ideas a esclavizarse a ellas. Es la lucha

entre tradición y progreso, entre realidad y utopía, entre ideólogo e historiador, entre lo que

es y lo que debe ser ...

5.2.- La realidad reducida a esquema ideológico: idealismo versus realismo

Por todo lo expuesto, no parece muy acertado el calificativo de "realista» que de ordinario

se aplica a esa manera de entender la ficción novelesca. Si se mira bien, es todo lo contrario,

por su intención se trata de una novela "idealista», alimentada por el deseo de que las cosas

sean bien distintas a como son. Es la utopía del frenesí ideocrático. "Sólo después de 1880,

calmada un tanto la ebullición intelectual que produce el krausismo, puede hablarse con

propiedad de una novela "realista», esto es, anclada en una realidad no reducida previamente

a esquema ideológico. Pero aún esta fase es efímera. La llamada Generación del 98 volverá

a hacer de la novela una forma de la lírica"42.

En la obra galdosiana se aprecia claramente el contraste. Llena de implicaciones sociales

y políticas fruto de su talante ético -la producción de D. Benito acaba por objetivar el conflicto

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y humanizarlo. Es la eterna y compleja relación individuo-sociedad en la que él se adentra;

su realismo es, en gran parte el resultado de una voluntad de entendimiento y comprensión

de la realidad. ( ... ) .. "de manera que las frecuentes quiebras de sus principios deben ser

interpretadas como floraciones de impulsos profundos de la personalidad galdosiana que

rompen la costra realista como los volcanes rompen la corteza terrestre"43.

Tanto en los episodios como en las novelas llamadas contemporáneas, Galdós es realista,

aunque a lo largo del tiempo va evolucionando, lo que le lleva a la amplitud de reflejar no

sólo la realidad exterior, sino también los estados de ánimo, las situaciones anormales y

oníricas, incluso aparecen elementos de tipo fantástico.

Don Benito no renunció nunca a su gusto por el contraste, ni en sus obras supuestamente

«realistas», ni en las supuestamente «naturalistas», ni en las posteriores; entendiendo por

contraste, «esa ironía de puño cervantino que consiste en comprender y, por tanto, disculpar

a los personajes incluso cuando realizan las acciones más disparatadas"44.

Galdós criticó y denunció la estupidez del refugio en los sueños huyendo de la realidad,

pero no defiende tampoco el racionalismo estricto y seco. El equilibrio y la armonía es por

lo que apuesta D. Benito.

IV CONGRESO GALDOSIANO _

Notas

1 Las mfjores novelas de la literatura universal del siglo XIX, CUPSA EDITORIAL, TOMO XI, MADRID 1982.

INTRODUCCIÓN DE DoMINGO INDURAIN, P. XV.

2 Diez Echarri y Roca Franquesa: Historiageneral de la literatura españolal e hispanoamen·cana.

Ed. Aguilar, Madrid, 1968, p. 1.062.

3 Para este punto nos basamos en el interesantísimo artículo de Eduardo Fioravanti: "La formación

de la oligarquía española (1750-1975)", en RevistaMensual, diciembre 78/enero 79, vol. 2, núm. 576,

p. 10-19.

4 Vide las "consideraciones iniciales" -redactadas por Enrique Belenguer Calpe- al artículo de

Pedro Alvarez Pérez: "Los planes de estudio en la España decimonónica: la necesidad de un análisis de

contenidos", en Tempora, vol. 9, Enero-Junio 1987, p. 99-102.

5 Para la elaboración de este apartado y los subsiguientes nos basamos en Puelles Benítez:

Educación e ldeologfa en la España contemporánea. Ed. Labor, Segunda Edic., actualizada, Barcelona,

1986 y en MINISTERIO DE EDUCACION: Historia de la Educación en España. (3 tomos), Madrid 1979-1982.

6 Puellez Benítez: Op. cit., p. 121.

7 lbidem, p. 142.

8 Ibidem, op. cit., p. 143.

9 Ibidem, p. 174.

10 Ibidem, p. 178.

tt Ibidem, p. 189.

12 Ibidem, p. 190.

13 Ibidem, p. 193.

14 La doctrina de Krause (1781-1832) aspiraba, como otras corrientes filosóficas, a ser la auténtica

continuación del pensamiento de Kant contra lo que el filósofo consideraba erróneas interpretaciones

de Fichte, Schelling y Hegel. El pensamiento metafisico de Krause está aplicado fundamentalmente a

la ética y a la filosofia del Derecho. Sus características las sintetizan J. L. Abellán y L. Martínez Gómez:

El pensamiento español de Séneca a Zubiri, en los siguientes puntos: 1) Predominio de la razón y de

la capacidad le ésta para realizar al horlbre en unidad armónica (racionalismo armónico): 2) creencia

en la perfectibilidad del hombre y el progreso de la sociedad (humanitarismo progresista): y 3)

sinceridad y honradez en la conducta. compatible con la ecuanimidad y equilibrio del carácter

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

(moralismo), UNED, 1977, p. 310. Sobre el krausismo consulta obligada es el libro de López Morillas,

J.: El Krausismo español, F. C. E., Madrid, 1980.

15 Terrón, Eloy: Sodedad e ldeologfa en los orígenes de la España contemporánea. Edic. Península,

Madrid, 1969, pp. 183-247.

16 Díaz, Ellas: Lafilos((/ia sodal del krausismo español Fernando Torres editor, Valencia, 1983, p. 24.

17 Araquistain, Luis: Elpensamientoespañolcontemporáneo, Losada, Buenos Aires, 1968, pp. 26-27.

18 Díaz, E.: Op. dt., p. 24.

19 Jiménez García, A.: El Krausismo y la Institución Libre de Enseñanza. Ed. Cincel, Madrid, 1986, p. 32.

20 Abellán, J. L.: Historia critica del pensamiento español. Ed. Espasa Calpe, Madrid, 1984, p. 398.

21 Ibidem, p. 497.

22 Cacho Viu, Vicente: La Institución Libre de Enseñanza. Edic. Rialp. Madrid, 1962, p. 194.

23 Historia de la Educación. Tomo n, Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid, 1985, p. 513.

24 Abellán, J. L.: Op. dt., p. 50l.

25 Jiménez García, A.: Op. cit., p. 14l.

26 Jiménez Landi, A.: La Institución Libre de Enseñanza. Taurus, Madrid, 1973, p. 705.

27 Ibidem, op. dt., p. 705.

28 Gómez Molleda, M. Dolores: Los riformadores de la España contemporánea, Madrid, C. S. I. C.,

1966, pp. 17 Y ss.

29 Puelles Benítez, M.: Op. dt.,pág. 285.

30 Pérez Galdós, B: "La familia de León Roch", en Obras Completas, Madrid, 1941, IV, p. 898.

31 López Morillas, J.: El krausismo español, F.C.E., Madrid, 1980, p. 57.

32 Puelles Benítez, M.: Op. dt., p. 298.

33 Puelles Benítez, M.: Op. cit., p. 302.

34 Tuñón de Lara, M.: Medio $(glo de cultura española (J 885-1936 J. Tecnos, Madrid, 1970. pp. 161 Y ss.

35 López Morillas, J.: Op. cit., p. 134.

36 Ibidem, p. 135.

37 idem.

38 López Morillas, J.: Op. cit., p. 195.

39 Ibidem, pág. 123.

40 Sanz del Río.: Ideal de la Humanidad, pp. 65, 175. Giner, F.: "El arte y las artes", Estudios de

literaturayarte, p. 3.

41 López Morillas, J.: Op. cit., p. 133.

42 Ibidem, op. dt., p. 136.

43 Indurain, D.: Op. cit. p. XV.

44 Ibidem, p. XV.