LAS ASOCIACIONES POLITICAS 11
DE GALDOS
Verónica Dean-Thacker
Los aspectos no novelescos de la vida y
producción literaria galdosianas han recibido hasta ahora poca atención de los especialistas.
Los numerosos artículos periodísticos y la abundante correspondencia personal de Galdós
son temas relativamente nuevos en términos de estudios galdosianos. Hasta la fecha se
han publicado pocos estudios sustanciales biográficos sobre Galdósl
. Menos numerosos
aún son los estudios sobre la actividad política de Galdós, a pesar de que ésta inspiró una
gran porción de su creación literaria, por ejemplo, su apasionadamente anticlerical drama
Electra (1901). Varios motines acompañaron las representaciones de este drama que más
tarde llegó a ser un símbolo de las mitologías tanto de los católicos como de los liberales; estos
últimos, durante el gobierno de Sagasta, fomentaron una política enérgicamente anticlerical
para desviar la atención de su propia responsabilidad en la derrota frente a los Estados
Unidos. Así, con Electra, Galdós se establece como una importante figura política desde
1901. El ambiente político, social e histórico en que Galdós escribía desde 1898 se aclara en
el libro de Brian Dendle, Galdós: The Mature Thought, en el capítulo sobre el fondo histórico
desde la tercera hasta la quinta serie de espisodios nacionales. Tres artículos de Dendle y el
libro de Víctor Fuentes2 se concentran en la política galdosiana posterior, y rechazan las
hipótesis de Berkowitz y de Hinterhauser3 sobre la supuesta senectud de Galdós que lo
convirtió en un mero instrumento de las figuras políticas del día. Ultimamente los
especialistas han insistido en que las obras de Galdós se coloquen en un contexto históric04•
Para 1906 el partido liberal del cual Galdós era miembro por entonces, estaba dividido
entre dos políticos rivales, Canalejas y Moret, quienes competían por el poder. Brian Dendle,
en su artículo inédito "Galdós in Context: The Republican Years, 1907-1913" indica que por
su constante rivalidad y su falta de habilidad para promulgar una legislación anticlerical,
Galdós abandonó el partido liberal. El 6 de abril de 1907, en una carta a Alfredo Vicenti,
director del periódico republicano El Liberal, Galdós declaró su adhesión al partido
Republicano. Antes de la redacción y envío de esta carta, Galdós y Vicenti cambiaron una
serie de obras desde principios de febrero o marzo de aquel año en que Vicenti le proporcionó
información explícita sobre las propuestas candidaturas de Galdós, Roberto Castrovido y
_ BIBLIOTECA GALDOSIANA
suya para diputados republicanos en las elecciones de mayo. Castrovido, por su parte, le
envió a Galdós sus impresiones y preocupaciones por dichas candidaturas. Un ejemplo de
la sustancia de esta relación epistolar entre Galdós y sus correligionarios es la carta de
Vicenti, fechada el 5 de marzo de 1907:
Mi querido e insigne amigo: bien apurado el caso, por Castrovido y por mí, resulta:
que es segura, cuando no la victoria, una votación considerable. De diez a doce mil. Y
que, si no se mete algún perro en el juego de bolos, hay muchísimas probabilidades de
que U triunfe, con algún otro en los puestos de las minorías.
peligros: la disputa enconada que librarán Cas., Morote, Catalina, Santillán y Dorado
para obtener los dos huecos de la candidatura;
el que, en frente de ésta, se presente otra, también republicana incluyendo a Nakens
y con sello lerrouxista;
el que Salmerón quiera que U, Castrovido, yo y tal vez Calzada seamos factores
conjuntos y no factores concurrentes.
opinión de Castrovido y mía: Debe U, o puede, dar su nombre, pero con una condición
indeclinable, la de que los republicanos de Madrid presenten una candidatura sola.
Castrovido y yo diremos lo mismo, si se nos consulta. Y lo haremos si nos pone en lista.
He ahí el resultado de una doble información, dictada por un afecto en que el interés
partidario no ha tenido peso alguno.
Su muy amigo,
Alfredo Vicenti.
Galdós siguió como republicano independiente hasta 1913 cuando se adhirió a los
Reformistas. Sus actividades políticas de mayor trascendencia comenzaron en 1908. El28
de mayo de aquel año en la reunión para discutir la formación del bloque de izquierdas contra
la ley maurista de reformas municipales, se leyó una carta de Galdós, yel 7 de junio se leyó
otra en un mitin en Santander en el cual se protestaba en contra de la misma ley. El 15 de
junio en Barcelona, volvió a atacar esta ley así como la tradición clerical en la educación y
moralidad españolas. Al concluir la reunión los participantes asistieron a un banquete y una
representación de E/ectra. El 21 de junio Galdós asistió a otra reunión en San Sebastián en
la cual le echó la culpa al clero por el pesimismo español. A finales de noviembre concedió
su participación en el propuesto bloque de izquierdas que componían ciertas facciones de
liberales y republicanos.
En el verano de 1909 el gobierno maurista accedió a la exigencia de hacer un llamado
a los reservistas para defender a los mineros españoles al suroeste de Melilla quienes sufrían
los ataques de los Rif. Estas tropas reservistas eran, en su mayoría, padres de familias que
padecerían tremendas dificultades económicas al irse a la guerra en Marruecos. La prensa
exacerbó esta crisis puesto que algunos españoles creían que se sacrificaba a los soldados
para proteger los intereses financieros de unos pocos políticos e industriales. En la primera
semana de octubre, Galdós publicó su manifiesto dirigido "Al pueblo Español", un a taque en
contra de la política maurista de la guerra con Marruecos. En la segunda mitad de 1909
algunos de los Republicanos de derecha abandonaron el Bloque y se adhirieron a una
coalición de republicanos y socialistas que querían propiciar la caída de Maura a cuyo
IV CONGRESO GALDOSIANO _
gobierno le acusaron de excesivas represiones después de la Semana Trágica. La Conjunción
republicano-socialista se formó oficialmente el 7 de noviembre de 1909, solamente dos
semanas después de participar Pablo Iglesias con Galdós y otros republicanos en una
manifestación para celebrar la caída de Maura. No obstante, la Conjunción siguió como un
grupo político activo por varios años principalmente para impedir la vuelta de Maura al
poder.
Galdós y otros importantes republicanos (Melquíades Alvarez, Gumersindo de Azcárate,
Tomás Romero y Rodrigo Soriano) y socialistas (Pablo Iglesias) figuraron en el comité
ejecutivo de la Conjunción. En abril de 1910 Galdós consiguió que Alejandro Lerroux (líder
de los Republicanos Radicales) se adhiriera a la Conjunción. Galdós también fue elegido
diputado por Madrid en estas elecciones, lo mismo que en 1907.
El28 de junio de 1910 Galdós firmó el texto de la política anticlerical conjuncionista, y
a la semana siguiente participó en una manifestación para apoyar la política anticlerical de
Canalejas. Sin embargo, la Conjunción salió en contra de Canalejas en 1910 Y 1911 por su
política con respecto a Marruecos, su dura represión de huelgas, y su negativa a abrir las
Cortes.
La estructura de la Conjunción empezó a debilitarse al ser abandonada por los Radicales
en diciembre de 1910. Estos, en febrero de 1911 se adhirieron a la Unión Republicana de Sol
y Ortega, después de sufrir ataques verbales de dos facciones de la Conjunción -los
Socialistas y los Radicales de ésta-o Luego el nuevo grupo de republicanos catalanes de José
y Luis Zulueta, la Unión Federal Nacional Republicana, se adhirió a la Conjunción pero la
abandonó un año más tarde. El11 de febrero de 19111a Unión Republicana nombró a Galdós,
Azcárate, José Fernando González, y uno más como sus presidentes honorarios. Galdós,
Azcárate y González no quisieron aceptar este honor.
Las campañas conjuncionistas de reformas administrativas y en contra de la guerra con
Marruecos continuaron durante todo el año de 1911 con reuniones, manifestaciones y
manifiestos. En casi todos ellos participó Galdós. Junto con la Conjunción y otros grupos
izquierdistas, Galdós se opuso a la pena de muerte a que fueron sentenciados los participantes
del incidente Cullera en diciembre de 1911. El19 de ese mes Galdós le pidió con insistencia
a Canalejas que conmutara las sentencias, y efectivamente Alfonso lo hizo con todas las
condenas de muerte a mediados de enero de 1912, obteniendo así la admiración de los
antidinásticos republicanos.
Al morir José María Esquerdo (el líder de los Progresistas) el 30 de enero de 1912, sus
partidarios le ofrecieron su lealtad a Melquíades Alvarez quien, el 7 de abril, anunció la
creación del partido Reformista, un grupo de republicanos de derecha no revolucionario que
quería fomentar el progreso social. Se adhirieron a este nuevo partido tales entusiastas
republicanos como Galdós, Azcárate, los Zulueta y Tomás Romero. Mientras Avarez seguía
elogiando las acciones de Alfonso, se iban disminuyendo los sentimientos antimonárquicos
de algunos republicanos. En 1913 Alfonso recibió cordialmente a varios republicanos, entre
ellos Azcárate quien, según los periodistas, dijo que se habían desaparecido los obstáculos
tradicionales. En junio de 1913, cuan"do los liberales se dividieron por la propuesta Ley de
Mancomunidades, Alfonso encargó a Romanones de pedir el apoyo de Melquíades Alvarez
y Azcárate para el gobierno, sin duda por su influencia política. Al acceder los dos
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reformistas, la Conjunción en seguida expulsó a los miembros que pertenecían a este partido.
Los cuatro reformistas del comité ejecutivo (Galdós entre ellos), sin embargo, ya habían
renunciado a sus cargos el día anterior.
El 7 de enero de 1914 en una representación de Celia en los iTJfiemos, Gadós conoció a
Alfonso. El monarca había contribuido con 10.000 pesetas a un homenaje nacional a Galdós.
Otras figuras políticas que asistieron a esta representación fueron Azcárate, Romanones,
Dato y Sánchez Guerra. Como ilustra Dendle, esta reunión fue políticamente significativa
porque selló temporalmente el acercamiento de los reformistas con la monarquía.
En las elecciones de mayo de 1914 Galdós fue elegido diputado reformista por Las
Palmas. En octubre de ese año la Junta Nacional del partido Reformista salió en favor de la
neutralidad española en la primera guerra mundial, pero expresó su inclinación hacia los
Aliados. De acuerdo con esto, el5 de julio de 1915 Galdós y otros intelectuales españoles
firmaron un manifiesto en pro de los Aliados.
El último honor político que Galdós recibió fue la presidencia honoraria de la Liga
Antigermanófila en febrero de 1917. Para esta fecha, sin embargo, la salud de Galdós se había
deteriorado de tal forma que quedó incapacitado para participar activamente en la política.
Sebastián de la Nuez y José Schraibman, en su libro Cartas del archivo de Pérez GaldósS,
proveen una lista alfabética de los corresponsales de Galdós cuyas cartas se conservan en
la Casa-museo. De acuerdo con la historia del período entre 1901 Y 1914, la correspondencia
que Galdós recibió de los políticos españoles durante esta época refleja la activa participación
e influencia de éste en una variedad de acontecimientos. El anticlericalismo de Galdós, tan
aparente en sus obras de ficción como en sus ensayos y discursos, y un sentimiento que
comparte con otros muchos políticos de principios del siglo xx, se discute en términos
apasionados en algunas de estas cartas. Unos meses después del estreno de Electra, José
Estrañi le escribió a Galdós, desde Santander, comunicándole sus impresiones de la sociedad
santanderina: ..... a pesar de los trabajos del jesuitismo y de su incesante propaganda con
las mujeres se ha demostrado ya en varias ocasiones, que en este pueblo hay verdadero
espíritu liberal. Tengo la convicción de que los reaccionarios están en una exigua minoría" .
Las cartas anticlericales de Estrañi son frecuentes. En el otoño de 1909 le avisa a Galdós que
ha sido prendido por haber publicado en El Cantábn'co parte de una carta anticlerical escrita
por Julio Cervera. Galdós, Romero y otros intervienen y Estrañi es libertado. Quizás la carta
anticlerical más aguda es la de Rafael Pérez del Alamo de diciembre de 1908. En ésta le
describe a una comisión de curas y otros conservadores que acababan de presentarse al
alcalde de su pueblo de Arcos de la Frontera para protestar en contra de la representación
de dramas anticlericales, entre ellos los de Galdós. Luego hubo una manifestación de 150
hombres del pueblo que se encaminaron al Ayuntamiento y "consiguieron que pudieran
representarse cuantas obras quisieran". Pérez del Alamo le pide a Galdós que publique algo
sobre el incidente, y agrega, "A propósito de nobleza, saliendo los manifestantes del
Ayuntamiento encontraron en su paso a un cura y ni aun siquiera a pesar del odio que a todos
inspiran no hubo una sola voz que ofendiera a tan ridículo y egoísta ser. "
Algunas cartas revelan una clara imagen de la posición influyente desde la cual Galdós
obraba en la política. Mientras que algunos de los políticos le avisan de sus planes para
mítines, reuniones y manifestaciones, o le piden su asistencia a estas funciones, hay otros,
IV CONGRESO GALDOSIANO _
periodistas en su mayoría, que le piden su palabra escrita para ser leída en ellas. Miguel
Moya, una figura preeminente en el Bloque de Izquierdas, le suplicó el 12 de diciembre de
1905 que escribiera "un par de cuartillas en favor de los pobres, de los oprimidos, de los
hambrientos" que se pudiera leer en una reunión de oposición al impuesto de consumos.
Melquíades Alvarez, Canalejas y Soriano pensaban hablar en esa misma reunión. Unas de
las cartas más interesantes le comunican a Galdós el desarrollo político según ocurre. Tomás
Romero, republicano, diputado a Cortes por Alcázar de San Juan, y periodista con El Liberal,
le mantiene al corriente de los acontecimientos que conducen a la Semana Trágica. Una breve
nota de estilo telegráfico y fechada el 26 de julio de 1909 le avisa a Galdós sobre el declarado
estado de sitio en Barcelona. El2 de agosto asevera que la Prensa está totalmente censurada
por el gobierno y que se han suspendido las garantías constitucionales. Dice que quiere
reunirse con Galdós y Aniceto LIorente (diputado por Vitoria) en San sebastián "para que
hablemos extensamente y tracemos un plan que a mi juicio se hace indispensable y
urgentísimo". Las cartas de Roberto Castrovido de esta misma época tienden a ser algo
criptográficas. Sin embargo, el24 de julio de 1909 le avisa a Galdós sobre la gravedad de la
situación en Melilla, diciendo que "la Prensa no ha reflejado ni la cuarta parte de la verdad"
y que "los socialistas están muy bien y preparan la huelga general contra la guerra". En
febrero de 1910, por ejemplo, Joaquín Novoa, director del periódico republicano La Lucha
(Vigo), le escribe a Galdós insistiendo en que los republicanos adulen menos al ejército,
"principal sostén de la monarquía y nuestro más grande enemigo". Luego dice que cuando
se quiso celebrar una manifestación en Vigo "la prohibió el gobernador, hechura de Montero,
fundándose en fútiles y cínicos pretextos". Al final Novoa confirma que ha telegrafiado su
protesta de "esta arbitrariedad" al presidente del Consejo de Ministros, a cuatro de los
periódicos más importantes del país, ya Galdós mismo, indicando así la preeminencia de este
último.
Como ya se ha visto, varios políticos le avisan a Galdós de sus planes para reuniones.
mítines y manifestaciones (Melquíades Alvarez, Pablo Iglesias, Félix de La Torre, Luis de
Zulueta); otros le piden su asistencia a estas funciones, o en caso de ser imposible su
presencia personal, su voto en favor de sus respectivas causas (Romero, Moya); y otros le
piden su palabra escrita para ser leída en estas celebraciones. Algunos políticos aplauden la
actividad política de Galdós (Santiago de Alba, Fernández Juncos, Pérez del Alamo,
Fernández Villegas). Otros le expresan su preocupación por circunstancias políticas (Gil y
Morte, Rodríguez Valdés); algunos le piden información o ayuda con un problema o dilema
específico (Romero, Cervera, Villanueva). Otros quieren persuadirle a Galdós a cambiar sus
intenciones políticas (Romanones) finalmente, las cartas que avisan a Galdós de acontecimientos
políticos y detalles de éstos, así como las que discuten las varias elecciones y
candidaturas, componen la categoría más amplia de su correspondencia política.
Antes de las elecciones deIS de mayo de 1910, el abogado republicano de Lorca Miguel
Rodríguez Valdés le avisa a Galdós de los obstáculos que encuentran los votantes en los
distritos rurales, así como la fragmentación del partido Republicano. Le escribe:
Nuestro Censo está falseado, hasta el punto de contener un número de electores que
acaso duplique al de los que existen en realidad. El término municipal de Lorca es
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extensísimo, y las secciones rurales suelen estar combinadas arbitrariamente, siendo
preciso a una multitud de electores emplear cuatro o cinco horas de camino para ir desde
sus casas hasta el lugar de su Mesa respectiva ...
Tiempo hace que perdí las esperanzas de que nuestro republicanismo nacional sea
curado del mal de la discordia que le invade recientemente, al quererse reorganizar los
elementos de esta provincia para darles vigor y levantarlas de la triste pasividad en que
yacen, asomó el mismo virus personalista, con los que hubo de abandonarse el
propóstio, para no añadir los sonrojos del escándalo a las ignominias de la impotencia.
Quedábame como íntimo albergue de mis ilusiones, el anhelo de liberar este querido
pueblo mío del caciquismo que le humilla. Fracasadas por completo mis tentativas, se
ha extinguido el último de los ideales que fueran guía de mi vida política.
Para Usted, maestro gloriosísimo, guardo una veneración inextinguible. En sus libros
inmortales he aprendido a gustar el deleite del habla castellano, y con el encanto de su
lectura, que repetiré mil veces, se han engrandecido mis amores a la Libertad y a la
Patria, elevándose sobre todas las desconsoladoras realidades.
Esta carta que Rodríguez Valdés escribió el 20 de abril de 1910 coincide con los días en
que Galdós habría compuesto sus cuartillas sobre la candidatura unitaria de la Conjunción
para las elecciones próximas ( ). Las siguientes frases de Galdós, sacadas de estas cuartillas,
reflejan los sentimientos de Rodríguez Valdés y otros muchos correligionarios:
... los republicanos, cualesquiera que sea nuestro nombre y abolengo, debemos sofocar
toda discordia entre nosotros, y juramentarnos hoy para expulsar de nuestros
corazones hasta la menor chispa de recelo y los más tenues movimientos de nuestro
amor propio.
La importancia política de Galdós a principios del siglo xx en España ha sido ofuscada
por su preeminencia literaria. Sin embargo, él contribuyó a la represión de las leyes del
terrorismo y de jurisdicciones, la guerra en Marruecos, y la opresión por el clero español. Las
cartas en los archivos de Galdós que discuten estos temas y otros asuntos políticos son
testimonio al papel activo que desempeñó con frecuencia Galdós en la esfera política de
aquellos años.
IV CONGRESO GALDOSIANO &1
Notas
I Entre las pocas excepciones se encuentra el estudio reciente de Alfonso Armas Ayala, Benito
Pérez Galdós: Lectura de una vida (Santa Cruz de Tenerife: Caja General de Ahorros de Canarias, 1989).
2 Brian J. Dendle, "Galdós in El Año Político" (Anales Galdosianos XIX [1984], páginas 87-107;
"Galdós and Sol y Ortega" (Hispanic Review, vol. 53 [1985], páginas 437-447); y "Galdós in Context:
The Republican Years, 1907-1914" (Anales Galdosianos XXI [1986], páginas 33-44. Víctor Fuentes,
Galdós demócratay republicano (Santa Cruz de Tenerife: Algol, S.A., 1982).
3 H. C. Berkowitz, Benito Pérez Galdós, Spanish Liberal Crusader (Madison: The University of
Wisconsin Press, 1948).
4 Véase, por ejemplo, el artículo de Peter B. Goldman, "Galdós and the Nineteenth Century Novel:
The Need for an Interdisciplinary Approach", en Anales Galdosianos X (1975), páginas 5-18.
s Sebastián de la Nuez y José Schraibman, Cartas del archivo de Pérez Galdós (Madrid: Taurus,
1967).