HACIA UNA INTEGRACION 11

DE LOS PERIODOS NATURALISTA

Y ESPIRITUALISTA EN LA PRODUCCION

NOVELISTICA DE GALDOS

Matilde Moreno Martínez

La división en cuatro etapas de la producción

novelística de Benito Pérez Galdós es, en general, aceptada de forma implícita o

explícitamente por la crítica actual!. Esta clasificación -como es bien sabido- implica: 1) un

primer periodo (1867-1878), entre La Fontana de Oro y Lafamilia de León Roch,

subdividido, a su vez, en sub periodo histórico (hasta El Audaz (1871) y sub periodo

abstracto; 2) la etapa naturalista (1881-1889), desde La Desheredada hasta Realidad, con

dos subetapas: a) de Naturalismo pleno (dentro de lo que se ha considerado el Naturalismo

español), hasta Miau (1888); b) de transcición a la etapa siguiente; 3) periodo de

espiritualización, que abarca cronológicamente desde 1890-1891 a 1897 (Angel Guerra y

Misericordia, respectivamente), y 4) la fase final, denominada de simbolización, desde

Casandra (1905) hasta La razón de la sinrazón (1915). (Se excluyen, en este momento, los

Episodios Nacionales).

Esta clasificación se fundamenta, a mi juicio, en criterios no demasiado homogéneos:

temáticos (para la subetapa histórica de la primera etapa); de objetivos personales

(didactismo, para las novelas del sub periodo abstracto o novelas "de tesis"); técnicotemáticos

(para las llamadas novelas naturalistas), etc., etc., primando siempre los criterios

de orden sociológico, que han dado pie incluso para actualísimos intentos clasificatorios de

la totalidad de la producción galdosiana2•

Sin negar la validez de estas clasificaciones, ni minimizar la importancia de lo social en

Galdós -por un lado, su objetivo de reflejar la sociedad madrileña de su tiempo es uno de sus

escasísimos testimonios literarios explícitos y, por otro, tal reflejo es precisamente la

característica que, a juicio de la crítica, separa este periodo sintético que yo propongo, del

inicial (el histórico) y el final (el simbólico)- propugno una clasificación alternativa que,

según mi criterio, corregiría las inadecuaciones observables en la adscripción de determinadas

novelas a los periodos ya establecidos3, permitiría la integración de las etapas llamadas

naturalista y espiritualista -al menos-y fundamentaría una clasificación más coherente y

sistematizable, utilizando como criterio inicial -al que denomino constante temática

generalizada-un rasgo psicológico que afecta a la mayoría de los protagonistas galdosianos

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

y que se convirtió en obsesivo para el propio Galdós. Se trata de la oposición, el

enfrentamiento, entre realidad (construcción del narrador e incluso en ocasiones de

personajes secundarios, que pretende de manera intencional adecuarse al medio exterior)

y fantasía, imaginación, mundo ideal o artificial (construcción del/de la protagonista en la

mayoría de los casos, que no intenta adecuarse al mundo exterior, sino a sus propios deseos).

Esta oposición, frecuentemente encarnada en personajes femeninos (primarios o no), es

extensiva a otras grandes novelas y personajes del Realismo español (Ana Ozores en La

Regenta, v.g.) y del Realismo francés (Emma Bovary, en G, Flaubert, a título de ejemplo)

y tiene raigambre cervantina.

El influjo de Cervantes, reconocido por el propio autor francés, es un hech04 y se ejerce

precisamente sobre este aspecto fundamental de 'su obra en particular y del Realismo en

general: la yuxtaposición entre una realidad concebida como prosaica y un mundo idealizado

de ficción.

Es muy curioso, por tanto, encontrar en ocasiones la afirmación sorprendente de que la

inadecuación entre la aspiración (mundo idealizado) y la realidad (mundo mezquino y

vulgar) en Emma Bovary o de que la equivocada autovaloración de esta misma heroínaS son

rasgos de E. Bovary que se extenderán al Realismo español. En efecto, G. Flaubert ejerció

un gran influjo en el llamado Realismo español, en general, y en Galdós en particular,

aportando entre otras cosas su carácter crítico y su minuciosa disección de la realidad6, pero

precisamente este factor de contraste, lo que he llamado la constante temática generalizada,

sería, más bien, una importación desde Francia de productos cervantinos que, en el caso

concreto de Galdós, continuarán siendo utilizados por él hasta que, abandonada definitivamente

la etapa de análisis de la realidad, pase a la etapa mítica o simbólica.

Esta oposición, este desajuste entre lo concebido por la conciencia individual (mundo

interior) y 10 narrado como realidad social (mundo exterior) e individual (el personaje tal y

como es concebido por el narrador), viene a constituir en Galdós el soporte esencial de su

creación estética.

Quisiera ahora analizar 10 apuntado, profundizando y sistematizando hasta el punto en

que la obra literaria, creación artítica, 10 permite. La constante temática generalizada,

oposición mundo real-mundo ficticio, toma forma -ya lo dije antes- en personajes

frecuentemente -pero no únicamente- femeninos, de características psicológica muy

particulares: personajes sensibles, impresionables, apasionados (un caso atípico sería el de

Torquemada), concebidos como constructores arbitrarios de un mundo artificial al que

adecuan o pretenden adecuar su vida y actuación. A estos personajes se opone una realidad

concebida como necesaria y ante la que, por tanto, incuestionablemente deben claudicar (si

no ha existido previamente una reflexión que les lleve a corregir su errada línea de conducta,

como en Catalina de Artal (Halma) v.g., viéndose abocados a una autodestrucción que

presenta diferentes variantes, desde la resignación -una autodestrucción incruenta- como

negación del mundo fantástico imaginado, a la degradación moral, el suicidio o la muerte,

ya sea como acontecimiento natural (con lo que la naturaleza ha coadyuvado con la

imperiosa realidad), ya sea a manos de otros.

y son siempre problemas que se plantean como individuales, que toman carne literaria

en un único personaje y no en una colectividad. Ahora bien, estos conflictos, planteados

IV CONGRESO GALDOSIANO IBI

como individuales, podrían agruparse en dos grandes conjuntos: o a) ser un conflicto

inmanente, que se agota en el propio individuo que o protagoniza, suponiendo una

autovaloración equivocada, un engaño personal, y esto por la misma naturaleza del

problema, singular en la novelística de la etapa galdosiana que estamos estudiando;

singular, particular, completamente personal en sí mismo y cuya generalización sólo sería

posible como enseñanza ante la posible repetición de tal hecho insólito. Veo de este género

los acontecimientos básicos -posteriormente analizados por mí-que, como trama argumental,

personifican Isidora Rufete (La Desheredada), Máximo Manso (El amigo Manso), Alejandro

Miquis (El Doctor Centeno), Angel Guerra y Catalina de Artal (Halma); o b) ser un conflicto

con repercusión, con trascendencia social, que supone una violación de lo socialmente

establecido y que podría ser interpretado como una muestra de los múltiples hechos

semejantes ocurridos -{) con posibilidad de ocurrir- en la España de fin del siglo XIX y

recogidos en abundantes ejemplos en las novelas de Galdós. De esta naturaleza, Pedro Polo

(Tormento), Rosalía Pipaón (La de Bringas) , José María Bueno de Guzmán (Lo prohibido),

Fortunata, Ramón de Villaamil (Miau), Augusta Cisneros (La Incógnita, Realidad), don

Francisco de Torquemada, en el ciclo de este personaje, Tristana Reluz, Nazarín y Benina

(Misericordia) .

Con esta primera aproximación a un intento de sistematización de las etapas llamadas

naturalista y espiritualista en Galdós, nos quedaría un esquema de este tipo:

CONSTANTE TEMATICA GENERALIZADA

(Oposición Realidad/Ideal)

I

PRIMERA ACTUALIZACION

~

* PROBLEMAS DEL YO

(Inmanencia)

• PROBLEMAS DE LA COLECTIVIDAD

ENCARNADOS EN PERSONAJES PARTICULARES

(Transcendencia)

LA DESHEREDA ISIDORA RUFETE

EL AMIGO MANSO MAXIMO MANSO TORMENTO PEDRO POLO

EL DR. CENTENO ALEJANDOR MIQUIS LA DE BRINGAS RO SALIA PIPAON

ANGEL GUERRA ANGEL GUERRA LO PROHIBIDO JOS E M.l BUENO

HALMA CATALINA DE ARTAL FORTUNATA y JACINTA FORTUNATA

MIAU RAMON DE VILLCAMIL

LA INCOGNITA/REALlDAD AUGUSTA CISNEROS

CICLO DE TORQUEMADA FRANCISCO DE TORQUEMADA

TRISTANA TRISTANA RELUZ

NAZARIN NAZARIN

MISERICORDIA BENINA

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

Pero es sistematizable un segundo paso a partir de los dos nudos existentes. En cada uno

de ellos, la constante temática generalizada se concreta en conflictos de uno de estos cuatro

órdenes: social, amoroso, religioso o intelectual.

De orden social son los problemas que acucian a Isidora Rufete. Convencida de ser la

heredera de los marqueses de Aransis, hipoteca su vida en el empeño de conseguir el título

que, en su fantasía, le ha sido usurpado y ascender a una escala social que, según su desviada

razón, le es propia. Termina totalmente degradada. Ramón de Villaamil representa este

mismo tipo de problema: aspirante perpetuo a su reposición como funcionario $le Hacienda

en situación de cesante, progresivamente desilusionado ante la realidad de su eterna

cesantía, infeliz, medio loco, cercado también familiarmente por otros contratiempos

familiares de orden también social, decide poner fin a su vida y ejecuta la decisión. Otro tanto

diríamos de Rosalía Pipaón de Bringas. Su anhelo por aparentar lujos, por parecer

externamente una más de las aristócratas con las que, por proximidad de vivienda, se codea,

la sumerge en el infierno del crédito, la usura y el préstamo cada vez más deshonrosos y,

como últimos eslabones de esta cadena, su caída en manos de uno más de los aristócratas

tronados y mezquinos que pueblan la obra de Galdós. Finalmente, Francisco de Torquemada

cargado de incultura, zafiedad y carencia de formas sociales, pero dueño de un amplio capital,

fruto de su continuado y atento oficio de prestamista despiadado, decide emparentar por

matrimonio con la linajuda, aunque arruinada, familia del Aguila, pero en este pretendido

trasvase social, en esta forzada y do b lemen te in te resada nivelación de clases de la que ambos

componentes (los poseedores de escudos heráldicos, pero faltos de los medios imprescindibles

para subsistir,y aquél que nada en una abundancia ganada y diifrutada de forma

insana) creen salir beneficiados, está el germen de sus desdichas económicas y humanas,

abocando a una desgraciada situación que, de manera simbólica, puede estar representada

por el hijo idiota de don Francisco de Torquemada y la dulce Fidela del Aguila. El usurero

también había confundido la realidad con el deseo.

De orden amoroso es el conflicto que se le plantea al racionalista Máximo Manso

(catedrático de Filosofía, centrado únicamente en sus libros y ordenados proyectos, se

enamora locamente de Irene, a la que considera la mqjer-razón, y la adora in mente,

adornándola con toda suerte de perfecciones, pero, desconocedor total de las realidades de

la vida, debe claudicar resignadamente ante ellas, cuando, haciéndole bajar de su mundo

artificial e ilusorio, tales realidades se le imponen: el amor de Irene no hacia él, sino hacia

su discípulo Manolo Peña; Máximo Manso se ve obligado a desechar sus quimeras de amor,

a convertirse en decidido auxiliar de los novios y, finalmente, a volver a la redomita de la

que el autor-creador le había hecho salir convertido en hombre); a Angel Guerra, que

confunde la atracción fisica que sobre él ejerce la institutriz de su hija muerta, con un

sentimiento místico-mimético y, sublimando este ímpetu amoroso, se convierte a la fe

católica y proyecta una fundación religiosa a la que se dedicaría apasionadamente. El

proyecto le cuesta la vida, muriendo de una puñalada a manos de un pariente de su ex

amante; a Pedro Polo (Tormento), el violento sacerdote que, locamente enamorado de

Amparo Sánchez Emperador, imagina poder reanudar una relación amorosa de la que sólo

existió un mal paso, perdiendo todo su bienestar material y espiritual por los disparates a

los que le conduce su pasión. Finalmente renuncia, aceptando un curato en Filipinas; a José

N CONGRESO GALDOSIANO _

María Bueno de Gumán, impulsado por una forma patológica y desviada de amor, que le

inclina, con ímpetu arrollador, hacia mujeres casadas -sus tres primas, en Lo Prohibidopero,

una vez que el vínculo matrimonial desaparece, la mujer deja de ser el fruto prohibido

y, simultáneamente, se agota la pasión e ilusión de José María Bueno por ellas; a Augusta

Cisneros, inteligente y atractiva aristócrata que, hastiada de la regularidad y monotonía de

su vida matrimonial, cree salir de este tedio buscando la emoción, el encanto de "lo

prohibido", que cristaliza en sus relaciones adúlteras con Federico Viera, de noble estirpe

pero completamente arruinado; la mala conciencia de éste último le precipita al suicidio,

quedando Augusta desolada, humillada y nuevamente en la prisión de los convencionalismos;

a Fortunata, incondicionalmente enamorada de Juanito Santa Cruz, con el que mantiene

reincidentes relaciones adúlteras. Fortunata ha creado un mundo artificial, ella tamibén

tiene su "ideíta": una moral peculiar hecha a su medida, la convicción de que la verdadera

esposa de un hombre es aquélla que le da hijos, aun cuando la unión de ambos no está

ratificada por Iglesia y Sociedad. Muere por propia imprudencia y como consecuencia

indirecta del nacimiento del segundo hijo tenido de Santa Cruz.

De Orden religioso es el conflicto del asceta Nazarín que, decidido a hacer el bien y a

ayudar al prójimo bajo cualquier forma que éste se presente, infravalora una interminable

serie de injustos sinsabores y, finalmente, termina herido de gravedad por los malos tratos

sufridos. El de Catalina de Artal (Halma), historia de otra sublimación que guarda cierta

semejanza con Angel Guerra en la confusión sublimadora entre religión y amor humano. Un

acertado y lúcido consejo de Nazarín, una reflexión a tiempo, le convencen de que la vida

ascética, solitaria, consagrada a la meditación y a la abstinencia, no es para ella, de que nada

conseguirá por lo espiritual puro y sí alcanzará la felicidad por lo humano. Catalina de Artal

vuelve a rehacer su vida por medio de un nuevo matrimonio.

Por último, de orden intelectual son los problemas planteados por Alejandro Miquis (El

Dr. Centeno), el magnánimo y noble Miquis. Su mundo de ensoñación tiene como base sin

base sus aptitudes como dramaturgo y los valores más allá de lo conocido y aplaudido de su

obra teatral El Grande Osuna; exaltado por esta defectuosa autoevaluación sin sentido,

alucinando por la convicción de la calidad de su obra y alejado de toda atención física hacia

su persona, cae víctima de la tuberculosis, renegando de su obra en los últimos momentos

de su vida, para traspasar su exaltación a una nueva obra "in mente" que el pobre moribundo

considera -y son casi las últimas palabras de su vida- como excelsa hermosura artística.

De este mismo orden intelectual es el conflicto planteado por Tristana Reluz, cuyo

temperamento exaltado y desequilibrado, cuya imaginación calenturienta, Jabrica un

mundo a su medida en el que, pareciendo olvidar la propia irregularidad de su carácter (lo

que implica un autodesconocimiento) y la fuerza de lo establecido socialmente (que supone

una infantil consideración de su realidad circundante), ya se imagina libre de toda opresión

personal y social y autónoma económicamente. Tristana presenta un modelo de vida que la

sociedad decimonónica no asimila y, tras poner en ilusiones sucesivas todo su exaltado

temperamento, cae -al menos aparentemente- en la más callada y resignada claudicación,

que supone -y se supone- una desalentadora renuncia.

y así hemos llegado a la consecución de un diseño de la obra novelística de Benito Pérez Galdós

desde 1881 a 1897 (etapas denominadas naturalista y espiritualista) cuyo esquema sería el siguiente:

CONSTANTE TEMATICA GENERALIZADA

(Oposición realidad/ideal)

PRIMERA ACTUALIZACION

Problemas del yo I ------p-ro-b-le-m-a-s -de-la colectividad

(Inmanencia) encarnados en personajes

SEGUNDA ACTUALIZACION

(temas generalizados)

particulares

(transcendencia)

lo social lo amoroso lo religioso lo intelectual lo social lo amoroso lo religioso lo intelectual

La Desheredada El Amigo Manso Dr. Centeno La de Bringas Tormento Nazarín Tristana

Angel Guerra Halma

t t

M~u LoprohwMo

Ciclo de Torquemada La incógnita

Realidad

Misericordia Fortunata t r

TERCERA ACTUALIZACION

(variable temática pertinente)

11

e:!

~

~

~

~

IV CONGRESO GALDOSIANO _

Este intento clasificatorio es obvio que rompería parcialmente la pretendida coincidencia

entre progresión cronológica en la vida del novelista y la progresión en su línea evolutiva

literaria, anulando los cortes tajantes que dividen en compartimentos estancos su producción,

pero tal ruptura sería a mi juicio positiva, ya que las líneas divisorias tienen más que

ver con lo metodológico que con la realidad literaria de un novelista en incesante evolución,

a la que frecuentemente suelen acompañar ciertos retrocesos, ciertas vueltas atrás,

difícilmente justificables en una clasificación de tipo lineal diacrónico.

Finalmente indicar que este primer esbozo debe quedar intencionalmente inserto dentro

de un diseño mayor que abarque la totalidad de la novelística de Galdós, objetivo para el que

creo tener un suficiente número de datos a mi favor y que planteo como labor de mi futuro

más inmediato.

Notas

I Han sido meticulosamente examinados, a este respecto, una serie de tratados considerados como

verdaderos clásicos en la bibliografía galdosiana: J. Casalduero (1970, 3i1 ed.), Viday obra de Galdós,

Madrid; R. Gullón (1966), Galdós novelista moderno, Madrid; G. Correa (1977), Realidad,ficcióny

símbolo en las novelas de Pérez Galdós, Madrid, sin descuidar la propia y leve clasifícación de su

novelística llevada a cabo por el mismo autor (Cfr. R. Ricard (1960). "La classification des romans de

Galdós" . Les Lettres Romanes, Lovaine XVI, pp. 141-153), la presentada por M. Menéndez y Pelayo en

el discurso de recepción en la Real Academia de la Lengua de Galdós (M. Menéndez y Pelayo) (1908).

"Don Benito Pérez Galdós considerado como novelista". Estudios de critica literaria Vol. V. Madrid. pp.

117-118 y, especialmente. Discursos leídos ante la Real Academia Española en la recepción pública

del Sr. Don Benito Pérez Galdós el domingo 7 defebrerode 1897 (1897). Madrid y la muy reciente e

interesantísima clasificación presentada por G. Correa (1984), "Hacia una tipología de la novela

galdosiana". Anales Galdosianos XIX. pp. 7-26.

2 Me refiero precisamente al artículo de G. Correa (1984) citado renglones arriba.

3 A pesar de la homogeneidad y evolución continua y casi imperceptible en la novelística de

Galdós. el aceptar esta división cuatripártita implicaría -a mi juicio-las siguientes inadecuaciones que

realmente he de reconocer que constituyen casos de excepción. La Sombra (1870). novela no demasiado

atendida por la crítica y creo que tanto por lo temprano de su edición como por constituir un escollo

que carece de continuidad o que, mejor dicho, podríamos poner en relación de nada más y nada menos

que con obras del final de la vida literaria de Galdós. es decir, con el periodo fantástico, simbólico o

mítico. según el término usado por los distintos críticos. Es bastante frecuente que en las clasificaciones

se soslaye esta novela debido -{;reo-a su carácter singular y a lo extemporáneo de su orientación en

la producción galdosiana. Otro caso curioso lo constituye el Ciclo de Torquemada. con un lapso de casi

cuatro años entre la primera novela y las tres restantes. caso excepcional en la novelística galdosiana

cuando las obras están. por una u otra razón. estrechamente relacionadas (recuérdese. a título de

ejemplo. La Incógnita y Realidad o Nazarin y Halma), pero no es solamente eso. sino otro hecho de

mayor calibre: la primera de las novelas del ciclo se produce aún dentro de lo que se ha denominado

el periodo naturalista. mientras que las tres restantes constituyen el centro cronológico del periodo de

espiritualización. con cuyas características evidentemente no se adecuan en absoluto. Un caso

semejante. aunque no tan llamativo. se da en Tristana. Escrita en 1892 (fecha que quedaría ya incluida

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

dentro del periodo de espiritualización -y, más aún cuando un año antes se ha publicado una novela

que se muestra como ejemplo de esta época, Angel Guerra, y que en realidad abre tal periodo de

espiritualización) no se adapta, en absoluto a las particularidades temáticas de tal etapa y cronología,

aunque contrariamente a lo que ocurre con el ciclo de Torquemada, tampoco sería enteramente

adscribible a ningún otro periodo de la novelística galdosiana, es más, Tristana está ausente de las

clasificaciones estudiadas más a fondo, salvo en la ya citada de J. Casalduero.

4 "J e retrouve mes origines dans le livre que je savais par coeur avant de savoir lire: Don Quichotte" .

Testimonio citado por G. Correa en su magnífico libro sobre Flaubert (1982), "El Bovarysmo y la novela

realista española", Anales Galdosianos XVII, pp. 25-32, p. 25.

5 G. Correa (op. ci t.) denomina a esta equivocada autoconsideración o autovaloración bovarysmo,

citando, a su vez, a Jules de Gaultier (1902).

6 "Je tourne beaucoup él la critique, le roman que j' écris m' aiguise cette faculté, car c' est une oeuvre

surtout de critique ou plutót d'anatomie". Citado por G. Correa (op. cit.).