MANUEL BUENO, CRITICO DE GALDOS 11

Leda Schiavo

Con su libro El dramaturgo y los actores.

Epistolario de Benito Pérez Galdós, María Gueffero y Fernando Díaz de Mendoza (M.,

C.S.I.C., 1984), Carmen Menéndez Onrubia nos ha dado un instrumento de trabajo

inapreciable a la hora de estudiar tanto todo lo que hace al mundo teatral español de fines

del s. XIX y principios del xx como a la vida y obra de Galdós; consideración que extiendo a

sus otros dos libros.

El elogio más importante que se puede hacer a un trabajo de investigación es que el

camino a otra investigaciones; en lo que a mí respecta los libros de Carmen Menéndez

Onrubia me pusieron en conocimiento de cartas inéditas de Emilia Pardo Bazán, interesantes

por lo que aportan al controvertido tema del fracaso de la gran escritora en la escena

española, y también de cartas inéditas de Manuel Bueno, tema que hoy me ocupa. Las cartas

forman parte del archivo María Guerrero-Fernando Díaz de Mendoza, adquirido por la

Biblioteca Nacional. Los documentos de Manuel Bueno son veintiocho y están constituidos

por 23 cartas dirigidas a Fernando Díaz de Mendoza, de las cuales dos son recomendaciones,

tres telegramas, una tarjeta postal y una nota breve dirigida a Rodrigo Soriano, al enviarle

el final de la adaptación de Fuenteovejuna. La mayoría de los documentos corresponden a

los años 1903-1904, aunque llegan a 1910.

Las cartas de Manuel Bueno son interesantes en lo que se refiere a tres temas: 1) en las

referencias a Galdós, lo que parece ser una especie de obsesión 2) en que revelan intimidades

de la relación crítico-empresario a fin de siglo y 3) en que se refieren a la refundición de

Fuenteovejuna, que Bueno hizo con Valle-Inclán. Estas, incidentalmente, revelan un aspecto

de la conflictiva relación Valle-Inclán/Galdós.

Quizá el más importante sea el segundo tema, porque nos permite curiosear en las

relaciones privadas entre crítico teatral y un empresario. Manuel Bueno fue uno de los

críticos teatrales más importantes del momento, para comprobarlo basta leer las crónicas de

Heraldo de Madrid, en las que demuestra su puntual conocimiento de la escena española y

extranjera. Sus crónicas sobre Teatro español contemporáneo fueron reunidas en volumen

en 1910, publicadas por ed. Renacimiento, en cambio las que escribe sobre teatro europeo

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

sólo se pueden leer en los periódicos, un hecho que hay que remediar publicándolas en forma

de libro, ya que son imprescindibles para conocer el contexto del teatro que estudiamos. Los

contemporáneos de Bueno fueron conscientes de su superioridad intelectual. Bernardo G. de

Candamo, al reseñar en el primer tomo de la Revista Ateneo (1906) su novela Corazón

adentro. afirma "Caramanchel y Manuel Bueno son los únicos que por su talento y por su

cultura tienen derecho a opinar enfrente de una obra dramática" (p. 320).

Veamos el primer tema, o sea el de las referencias a Galdós. Ya Carmen Menéndez

Onrubia señaló, en el libro citado en primer lugar, que el tono de la correspondencia

mantenida entre Galdós y Fernando Diaz de Mendoza es "frío, cortés y casi de transacción

comercial" (p. 22) a partir de 1898. Bueno se hace eco de esta contienda, tomando partido

a favor de Diaz de Mendoza, su Mecenas y protector. Llama la atención el tono despectivo

con que Bueno se refiere a Galdós, sobre todo en las cartas de 1904.

La carta que parece ser cronológicamente la primera en la documentación que nos ocupa,

está dirigida a Sevilla y fue contestada por Díaz de Mendoza, según consta en la misma hoja,

el 8 de junio de 1903. La primera parte fue reproducida por Carmen Menéndez Onrubia (p.

164). El resto de la carta dice en la parte que nos interesa: "Necesito que me comunique

frecuentes noticias de sus planes, si ello no le fuera molesto, para secundarlos con el escaso

valer de mi pluma. Don Benito me habló de Mariucha. Me propongo ir a Barcelona.

Convendría que hicieran uds. ahí una serie de estrenos para copar el público de Madrid el

invierno próximo. ¿Piensan venir a Madrid en su tránsito para Barcelona? ( ... ) Cuénteme

sus proyectos y sobre todo disponga Ud. de mí como de un amigo sincero que le admira sin

reservas".

Por las cartas siguientes nos enteramos de que Valle-Inclán y Bueno tienen que modificar

su arreglo de Fuenteovejuna, es decir, agregar una escena para mejor lucimiento de María

Guerrero. Esta carta, que lleva el n. 19 en la Biblioteca Nacional dice: "Creo que como queda

ahora les gustará más a María y a ud. He cuidado de que ella se mantuviera casi siempre en

escena y en el tono resuelto y bravío que conviene a una mujer de los redaños de Laurencia".

Ahora bien, en esta misma carta Bueno se refiera a la polémica sobre Mariucha y lanza un

dardo contra don Benito. Dice" ¿Ha visto ud. la polémica sobre Mariucha? Yo no preciso

volver sobre ello. Me disgusta la actitud de Don Benito y le veo al través de los intelectuales

catalanes. Maeztu se ha atribuido modestamente funciones de tribunal supremo. Yo soy una

humilde audiencia de Cuenca" . Está claro que Bueno se refiere a la primera crónica de Maeztu

en Diario Universal, publicada el2 7 de julio de 1903, como sabemos por el estudio que Inman

Fox dedicó a Mariucha.

Bueno se refiere a Galdós en otras dos cartas que mencionan una colaboración en Le

Temps. La que lleva el n. 27 dice: "Otra cosa, Fernando, creo que esto es de cuantía; Le Temps

de París nos ha pedido a Galdós y a mí dos artículos sobre teatro español. Don Benito se ha

reservado hablar del teatro clásico. Yo haré un folletón de 600 líneas sobre teatro

contemporáneo. Pienso partir de Echegaray y Galdós, continuar con Guimerá, Benavente,

Iglesias, un poco de Rusiñol -muy poco-, algo de Linares, algo de los Quintero y un corto

estudio del género chico. De actrices hablaré de María que es la que hace el repertorio español

nada más. De actores, usted y un poco de Borrás dándole lo suyo esto es, competencia para

traducir el teatro del pueblo". La segunda carta, que lleva en la colección el n. 5, dice: "Hecho

IV CONGRESO GALDOSIANO DI

lo de Le Temps pero, don Benito se duerme y por no dejarlo en evidencia he convenido con

él en no mandar a París mi folletón hasta que Galdós mande el suyo".

La carta que lleva el número 6 en la denominación asignada por la Biblioteca Nacional

se refiere al estreno de El abuelo en la Comedia. Sabido es que El abuelo fue estrenada en

el Español el 14 de febrero de 1904. María Guerrero no quiso hacer el papel de Lucrecia (la

pecadora arrepentida) y Galdós debió de quedar disgustado, dice M. Onrubia, p. 166.

"Testimonios del momento valoran como mediocre la actuación de Fernando", agrega,

citando como fuente a Alfaro López. El6 de febrero de 1904 dice Manuel Bueno en el Heraldo

que Galdós excluyó a María Guerrero de El abuelo, contando con ella, porque no hay papel

adecuado a ella y necesita descansar. Fernando, en su carta del 11 de junio de 1904, invita

a Galdós para el estreno en Barcelona, pero Galdós, no va. En su carta del 5 de julio el

empresario reconoce el fracaso de la puesta en escena: "La mayoría de los periódicos, casi

todos con el respeto que usted merece, algunos con la falta de aprensión que caracteriza a

los niños de la nueva generación, ha pegado a la obra" (cito por Menéndez Onrubia, p. 168).

Creo que el testimonio más interesante sobre el conflicto entre Galdós y el matrimonio

Guerrero-Mendoza con respecto a El abuelo lo ha dejado María Martínez Sierra en Gregorio

y yo. Medio siglo de colaboración (México, 1953), salvando algunos errores atribuibles a la

memoria flaca:

"Estrenóse la obra (y dice erróneamente que en la temporada 1900-1901) por la

compañía María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza. Dadas la importancia del éxito y la

categoría del au tor, exigía la etiqueta teatral que con ella se hubiese inaugurado la temporada

siguiente. Mas los empresarios que se juzgan infalibles en la sagrada defensa de sus intereses

cometen a veces errores lamentables. Parecióle a Fernando Díaz de Mendoza que le convenía

más, comercialmente, comenzar con una obra nueva, no recuerdo cuál. Don Benito no

pareció darse por sentido, más, callando, supo devolver golpe por golpe y, faltando también

a la etiqueta tradicional entre autores y empresarios, entregó El abuelo a Enrique Borrás,

quien, inmediatamente puso la obra en escena, e interpretando el personaje del señor de

Albrit logró uno de sus más resonantes y merecidos triunfos personales. La consternación

de los ilustres empresarios fue inenarrable. Cónstame que María Guerrero, aunque no tenía

en la obra papel importante, lloró de rabia (no tenía ningún papel, según hemos visto).

Galdós, socarrón como buen canario, completó su venganza con su bien conocido comentario:

«Borrás -dijo sonriendo- es el León de Albrit; Fernando Mendoza es el Gato de Albrit».

Fernando Mendoza, ni que decir tiene, no perdonó jamás la puñalada" pp. 39-40.

En Madrid, el fracaso de Díaz de Mendoza quedó disimulado por los aplausos que el

público tributó a Galdós, pero en Barcelona este fracaso se hizo evidente, como reconoce el

mismo Díaz de Mendoza en la citada carta a Galdós del 5 de julio de 1904. Conocido este

episodio, no extraña que Díaz de Mendoza no quisiera estrenar El abuelo en la temporada

siguiente. Pero la entrega de la obra a Borrás debió permanecer en secreto durante bastante

tiempo, ya que Heraldo de Madrid, el 18 de agosto de 1904 anuncia, bajo el título

"Conversaciones teatrales": "En la Comedia, Borrás "traducido" debutará con El adversario.

La mala intención de la palabra "traducido" es evidente, ya que Borrás había actuado hasta

entonces en catalán y lo haría ahora en castellano, pero un castellano pronunciado con

acento catalán. El 15 de setiembre aparece un suelto en Heraldo titulado "Por los teatros.

liD! BIBLIOTECA GALDOSIANA

Comedia. En vísperas de la inauguración", donde se lee: "Borrás siente ya vivos deseos de

entendérselas con obras en castellano, para afianzar el puesto señaladísimo que alcanzó en

Madrid interpretando el repertorio catalán" .

El2 de octubre, en su columna de Heraldo, titulada "La vida escénica", Manuel Bueno

afirma: "Díaz de Mendoza acapara casi toda la producción escénica de Galdós, Echegaray,

Benavente, Linares Rivas, los Quintero y Guimerá". En la misma columna, pocos días

después, e19 de octubre anuncia El abuelo y dice que acude a los ensayos "a ver si Borrás

el castellano y Borrás el catalán se equivalen" y agrega: "En el transcurso del ensayo general,

que para ciertos efectos de la crítica supera en mérito a la representación, porque nos aisla

más, me he levantado muchas veces para felicitar a Borrás. ( ... ) Se expresa en correctísimo

castellano, no enteramente limpio del ritmo que daIllos catalanes a su idioma; pero ya no

considero eso un defecto, ni mucho menos. Todo lo que hay de genial y de admirable en el

actor se sobrepone a esa levísima imperfección y triunfa de ella. Contamos pues, con un

ilustre actor más, llamado a obtener muchas victorias, y que compartirá con Fernando Díaz

de Mendoza y E. Thuillier los aplausos y las pesetas del público".

Ahora bien, en una carta que es, parece evidente, un poco anterior a esta crónica, Bueno

le escribe a Díaz de Mendoza (doc. nQ

• 6): "Tengo grandes deseos de que hablemos, Fernando,

pues, me conviene cambiar impresiones con ud. antes de la campaña teatral. Me ha

disgustado mucho lo de El abuelo en la Comedia y así se lo he dicho a Galdós y como Valle

y yo tenemos un plan siniestro que ya conocerá ud. oportunamente yo, con toda

astucia profesional he aventurado un par de adjetivos de alabanza al Borrás

castellano que no conozco. Creo que Don Benito no ha procedido con la Comedia

con el debido rigor. Valle y yo andamos en esto. A los pies de María" ... etc. Sobre

el margen de esta carta Bueno agregó: "tengo motivos para creer que Galdós no

dará obra nueva en la Comedia".

Es interesante saber que Valle-Inclán se sumaba, en 1904, a planes" siniestros" en contra

de Galdós, ya que no creo que tuviera las mismas motivaciones que Manuel Bueno, a quien

principalmente lo movía el deseo de quedar bien con su Mecenas. De este mecenazgo

hablaremos enseguida. Quiero referirme antes a la crónica de Bueno del día 20 de octubre

de 1904, siempre en Heraldo de Madrid, en la que ataca cuanto puede, dentro del consabido

elogio, la representación de El abuelo en la Comedia. Afirma, lo más sutilmente que puede,

que los que aplauden a Borrás agreden a Díaz de Mendoza:

.. , "me guardaré de censurar a los que han hecho de Borrás, sin que éste lo advirtiera,

el portaestandarte de sus rencores. Con hacer constar el hecho me basta. Lo más

frecuente, cuanto tomamos una actitud hostil de deliberada malevolencia, es que la

consideramos legítima. Quédense, pues, allá con su responsabilidad los que, aplaudiendo

al notable artista catalán suponen candorosamente que apedrean la casa del

vecino.

Al escribir procuro emanciparme de la presión que, naturalmente, pudieran ejercer

sobre mí los aplausos que el público dispensó al señor Borrás, y me sustraigo desde

luego al enojoso recuerdo de los que le alaban sin medida, creyendo menoscabar el

prestigio ganado en muchos años de prueba por otro insigne actor, que me abstendré

de nombrar porque todo el mundo que lo lea sabe quien es ... "

IV CONGRESO GALDOSIANO lB

Como vemos, Bueno da por sentado que se elogia a Borrás para insultar de alguna manera

a Díaz de Mendoza. Habla de venganza, de rencor, y es probable, conociendo su carta

privada, que con este rencor y esta venganza aluda a Pérez Galdós.

Al leer esta correspondencia que hoy nos ocupa, vemos que Manuel Bueno tenía motivos

económicos para halagar a Díaz de Mendoza. Carmen Menéndez Onrubia publicó la carta más

larga de este conjunto, una en la que Bueno hace una lista de todo lo que necesita para

casarse, lista que llega a la suma de 1.255 pesetas. Manuel Bueno se casó el 30 de mayo de

1904, o sea el mismo año en que prodiga sus elogios en la prensa a su protector y Mecenas.

En el apartado "Fernando Díaz de Mendoza y la prensa", Carmen ha señalado la general

benevolencia con que el actor-empresario era tratado en los periódicos y "con la intención

de proporcionar un elemento de juicio que permita al lector hacerse una idea de hasta qué

punto estaba la prensa mediatizada económicamente por el matrimonio" transcribe la carta

citada (p. 312; lleva el nº. 11 en la B.N.). Pero los sablazos son continuos, como demuestran

otras cartas.

La que lleva el nº. 15, que tiene membrete de El Gr4fico y muestra la nueva dirección a

la que Bueno se ha mudado al casarse, dice: "Tengo apremiantes y angustiosos apuros de

casa. Esperaba que haciéndose Fuenteovtjuna pronto, podría salir del atranco; pero veo -y no

es queja- que la obra no se hace por ahora. Necesito con verdadera necesidad mil pesetas

para absolverme del alfombrista y otros proveedores que me atosigan. No se las pido a ud.

porque ya le debo muy señalados favores y me parece abusar. Realmente no sé en qué actitud

colocarme con ustedes que son tan buenos conmigo para hacerle a ud. esta confidencia.

Piense ud. de mí lo que quiera menos que le tengo mucho afecto y mucha gratitud (sic). Suyo,

Manuel Bueno, y agrega en P. S.: Querido Fernando: yo no voy por ahí en unos días porque

me es violento después de decirle a ud. estas cosas". Sabemos que Bueno obtuvo con esta

carta 500 pesetas, porque así está consignado en la misma carta.

Hay otro pedido en la carta que lleva el nº. 5: "Le ruego, si ello no le parece un abuso,

me remita den duros que me urgen para el veraneo familiar". Hay, en esta colección, dos

cartas más pidiendo dinero, pero lo que me parece más significativa es una, escrita con gran

tensión y con una letra que revela quizás, un poco de alcohol. En ésta, que lleva el nº. 23,

Manuel Bueno cambia el tratamiento y empieza diciendo "Distinguido Sr. y de todo mi

respeto, y firma con su nombre y apellido completo. La parte más interesante dice: "le ruego

me diga concretamente si ud. ha enseñado documentos o los tiene en su poder por los cuales

se prueba que yo no procedí con desinteresada independencia juzgando a los artistas del

teatro Español".

De la correspondencia se deduce que el buen Bueno no podía actuar con desinteresada

independencia y que quizás su malevolencia hacia Galdós no era más que una forma de su

dependencia con respecto a Díaz de Mendoza.

Sobre el tercer punto, la refundición de Fuenteovtjuna, hay algunas referencias

interesantes, pero quedan para otra ocasión. Adelanté un resumen de las mismas en el n2•

4 del Boletín de la Asociadón de Valleinclanistas.