EL ORADOR Y EL DISCURSO
EN EL AMIGO MANSO
Domingo J. Gallego y Catalina M. Alonso
•
"Cuando concluyó, dijérase que se desplomaba el teatro, y que todo su
maderamen crujía y se desarmaba con la vibración de las palmadas. Los
más cercanos se abalanzaban hacia el escenario, como si quisieran abrazar
al orador, y las señoras se llevaban el pañuelo a los ojos para secarse
alguna lágrima ... Manuel se retiraba, y los aplausos le hacia volver a salir
tres, cuatro, qué sé yo cuántas veces ... ,,¡Qué prodigio! Y yo gritaba a los
vecinos del palco próximo: Es mi discipulo, señores; es mi discipulo» (Bl
amigo Manso, 17.3) *.
Así describe Galdós el éxito, realmente "ruidoso .. , del discurso de
Manuel Peña en la velada caritativa de Bl amigo Manso en claro contrapunto
con el "resultado .. de la actuación de Máximo "Un aplauso mecánico,
oficiaL sin entusiasmo, pero con bastante simpatía y respeto, me
despidió. Había salido bien, discreción y verdad; por la del público, benevolencia
y cortesía.. (165).
Dos discursos, dos resultados bien distintos. "Este muchacho -afirmé
yo- será un gran orador. Ya lo es. Parece que en él ha querido la
Naturaleza hacer el hombre tipo de la época presente. Está cortado y
moldeado para su siglo, y encaja en éste como encaja en una máquina
su pieza principal» (173).
Se han estudiado, con profundidad, muchas de las peculiaridades temáticas
y estilísticas de Bl amigo Manso. Sin embargo, no se ha insistido
en que Galdós ha escrito un pequeño tratado teórico-práctico de oratoria,
o mejor dicho, dos: la oratoria «intelectual de Manso .. ("vi un par de
catedráticos en primera fila de butacas que me flechaban con el reflejo
de sus gafas, y con movimientos de cabeza apoyaban mis apreciaciones
.... (164) y la "oratoria popular .. de Peña ("eran aplausos, aplausos furibundos
que declaraban entusiasmo vivísimo... Los pasillos se habían
quedado vacíos. Todo el mundo acudía a su sitio para ver de qué provenía
tal locura .. ) (169).
• En este trabajo hemos preferido citar entre paréntesis, para mayor facilidad de
consulta y brevedad, las páginas correspondientes a la edición de 1990 de El amigo
Manso de Alianza Editorial, Madrid, y no la clásica edición de las Obras completas editada
por Federico Carlos SAINZ DE ROBLES en AguiJar, Madrid, 1966.
1m BIBLIOTECA GALDOSIANA
EL GRAN ASUNTO DE LA EDUCACIÓN
¿El amigo Manso es una novela "didáctica .. ? Nos preguntamos con
muchos estudiosos. Para Shoemaker (1966: 221) "es una novela idealista...
la encarnación de una idea... Galdós se dedica completamente al
tema de la educación y los maestros ... Davies (1962: 23) afirma que el
fracaso de Manso como maestro explicita la opinión de Galdós sobre el
excesivo optimismo de los educadores krausistas.
El tema de la novela es la educación: "estaba encariñado con la idea
de perpetrar un detenido crimen novelesco, sobre el gran asunto de la
educación .. (9). Aunque no estudia la temática en toda su profundidad
-"quería emprender un trabajillo de poco aliento .. - (9), porque le "faltan
datos .....
La enseñanza de la oratoria y el éxito como orador se va a convertir
en El amigo Manso en uno de los aspectos más fundamentales de la
evolución y "progreso .. del discipulo Manuel Peña.
La relación de Galdós con la Institución Libre de Enseñanza, sobre
todo con Giner de los Ríos, es bien conocida y ha sido estudiada por
Cacho (1962), Lida (1967), López Morillas (1967), Tuñón de Lara (1970),
Blanco-Aguinaga (1975), etc. La brevedad de este trabajo no nos permite
ampliar y estudiar este punto.
Para Rodríguez-Puértolas (1987:25) "el elitismo institucionista o, en
términos más generales, el de la inteligencia liberal española, no coincidía
exactamente con el pensamiento de Galdós, mucho más popular y
ajustado a la realidad social del país ...
y más adelante, refiriéndose precisamente a la novela eje de nuestro
estudio afirma: "recuérdese, en este sentido, El amigo Manso, novela en
que el idealismo aparece como "uno de esos engaños cardinales en que
vivimos mucho tiempo, o quizá toda la vida, sin darnos cuenta de ello .. ,
y los metafísicos como gentes que "no engañan a nadie más que a ellos
mismos ...
Para Gullón (1992:ii) "un cierto didactismo nunca dejó de traslucirse
en los textos galdosianos .. y es del todo evidente en El amigo Manso.
El tema "del maestro .. es frecuente en Galdós. La "galería de maestros ..
y "escuelas .. que aparece en las obras de Galdós es muy amplia y está
llena de interés. Describe el "estado de la educación en España .. que presenta
un cuadro lamentable. Para Galdós, dice Rodríguez-Puértolas (69)
"el tema de la educación es un instrumento no para regenerar el país,
sino para transformarlo... "Por medio de una auténtica campaña educativa,
unida de modo íntimo a un plan de transformación radical de la sociedad,
es como Galdós imagina ... la posibilidad de una nueva España,
superando así las limitaciones idealistas y burguesas de los reformadores
de la Institución Libre de Enseñanza y las veleidades populistas y
autoritarias de los regeneracionistas ...
La desheredada, por ejemplo, está dedicada Ha los maestros ••. La descripción
del método pedagógico de Pedro Polo en El Doctor Centeno (50)
V CONGRESO GALDOSIANO _
es un texto sangrante: "Polo no enseñaba nada: lo que hacia era introducir
en la mollera de sus alumnos, por una operación que podríamos llamar
inyectocerebraL cantidad de fórmulas, definiciones, reglas, generalidades
y recetas científicas, que luego se quedaban dentro digeridas y
fosilizadas, embarazando la inteligencia sin darla un átomo de sustancia
ni dejar fluir las ideas propias, bien así como las piedras que obstruyen
el conducto de una fuente. De aquí viene que generaciones enteras padezcan
enfermedad dolorosísima, que no es otra cosa que el mal de piedra
en el cerebro.»
Una escuela y un maestro así "merecen» el triste final que se narra
en Tormento (92) "Todo desapareció; llevóse lo la trampa en el breve
espacio de un año quedando sólo, de tantas grandezas, ruinas lastimosas.
»
y una descripción de la salida de la escuela como la de Galdós en
Miau (7) refleja una metodología de enseñanza que sólo puede llevar al
fracaso: "Ningún himno a la libertad, entre los muchos que se han compuesto
en las diferentes naciones, es tan hermoso como el que entonan
los oprimidos de la enseñanza elemental al soltar el grillete de la disciplina
escolar y echarse a la calle piando y saltando»
En El caballero encantado Cintia-Pascuala, la amante del protagonista,
es una maestra y el niño que habrá de nacer de ese amor. Héspero,
será "maestro de maestros». Don Quiboro, maestro de Boñices, "es agraciado
por la España oficial con el generoso estipendio de quinientas pesetas
al año; hombre que en largos días de magisterio había utilizado su
corta ciencia doctorándose a sí mismo en la gramática parda y en la filosofía
parduzca ... no enseñaba cosa alguna a los chicos, y les entretenía
contándoles cuentos para que adormecieran el hambre ... » (241-242) y
acabará muriendo trágicamente en una cuerda de presos llevada por la
Guardia Civil (308-310).
El concepto de "novela» que tiene Galdós autoriza nuestro enfoque del
análisis de la enseñanza de la oratoria en El amigo Manso. En una situación
tan importante como su incorporación a la Real Academia Española
su discurso, del 7 de febrero de 1897, se centra en "La sociedad presente
como materia novelable». Defiende su postura de "realismo» social.
que describe o pinta la vida.
"Imagen de la vida es la Novela, y el arte de componerla estriba en
reproducir los caracteres humanos, las pasiones, las debilidades, lo grande
y lo pequeño, las almas y las fisonomías, todo lo espiritual y lo físico
que nos constituye y nos rodea, y el lenguaje, que es la marca de raza, y
las viviendas, que son el signo de familia, y la vestidura, que diseña los
últimos trazos externos de la personalidad: todo esto sin olvidar que
debe existir perfecto fiel de balanza entre la exactitud y la belleza de la
reproducción» (Pérez Galdós,1897: 8).
y después de todas estas justificaciones centrémonos ya en lo que
hemos dado en llamar "pequeño tratado de oratoria» en El amigo Manso.
Cuatro aspectos vamos a destacar:
_ BIBLIOTECA GALDOSIANA
l. Preparación remota del orador
2. Preparación inmediata de un discurso
3. Pronunciar el discurso
4. Los resultados de dos discursos antagónicos
l. PREPARACiÓN REMOTA DEL ORADOR
Oratoria, dice (1977: 195), «es el arte de convencer o conmover por
medio de la palabra hablada ... El fin práctico de la oratoria deja en segundo
término al literario: lo importante en el discurso es que sea eficaz;
la belleza es añadidura ... ».
Actualmente concretamos aún más la definición de discurso indicando
que se trata de «decir algo a alguien, en una situación concreta, para
conseguir determinado objetivo». En este proceso hay un protagonista
activo, el orador, a quien Quintiliano definía como «vir bonus dicen di
peritus». Es decir, con capacidad de «elocuencia» (<<dicendi peritus, no
verbosidad») y con «autoridad moral» (vir bonus).
Los antiguos decian «el poeta nace, el orador se hace», insistiendo en
que las cualidades del primero son innatas, mientras que las del segundo
se pueden adquirir. Por eso hablamos en oratoria de «arte y técnica».
El arte se refiere a las cualidades innatas. La técnica a los aspectos adquiridos.
«Quod natura non dat, Salmantica non praestat .. dice el viejo adaggio
latino. Manuel Peña tenía cualidades innatas: «era de índole tan buena y
de inteligencia tan despejada .. , «un perfecto trozo del mármol más fino .....
(27).
Por otra parte, la relación educativa maestro, Máximo Manso, discipulo,
Manuel Peña, era muy satisfactoria. «inspiraba a mi discipulo no sólo
respeto, sino simpatía; feliz circunstancia, pues no es verdadero maestro
el que no se hace querer de sus alumnos, ni hay enseñanza posible
sin la bendita amistad, que es el mejor conductor de ideas entre hombre
y hombre .. (27).
La formación comienza con el aprendizaje de la comunicación: «obliguéle
a que se explicase con espontaneidad, mostrándome las facetas
todas de su pensamiento». Y, después, un diagnóstico de la capacidad
del estudiante y de sus preferencias, hoy diríamos que Manso diagnosticó
el «estilo de aprendizaje del alumno», y situación en que se encuentra:
cede las determinaciones de su espíritu me parecieron más débiles el
concepto y la volición. En cambio, noté que en la cooperación armónica
de sus variadas actividades fundamentales se determinaba con gran brío
su espíritu como sentimiento, y eché de ver las ventajas que yo podía
obtener cultivando aquella determinación en el terreno estético» (27 y
28). ceEra artista, sentía ardientemente la belleza ... » «Le seducian las cuestiones
palpitantes y positivas, manifestando hacia las especulativas repugnancia
notoria» (45).
V CONGRESO GALDOSIANO _
Una cualidad importante para el orador es la memoria. La de Manuel
«era felicisima ... le sorprendía recitando con admirable sentido trozos de
poemas modernos, de leyendas famosas y de composiciones ligeras o graves
.. (29).
En medio de estas cualidades, sobre todo las que favorecen la expresión
oral (<<en la conversación se producia bien y con soltura .. ), aparecen
también los defectos: «escribiendo era una calamidad ... sus cartas daban
risa. Usaba los giros más raros y la sintaxis más endiablada que puede imaginarse,
y la pobreza de vocablos corría parejas en él con la carencia de
criterio ortográfico .. (29).
Máximo le enseñará teoría gramatical. combinándola con la práctica
«copiar trozos escogidos no de los antiguos, cuya imitación es nociva, sino
de los modernos ...
El trabajo y el esfuerzo de aprendizaje dan buenos resultados: «algunas
de sus brillantes facultades se desarrollaban admirablemente con el estudio
(44). Con grandes dificultades para expresar su pensamiento en la escritura,
Manuel Peña es, lo que cierta tipología psicológica define como un
perfecto «verbomotor ... «Mandábale yo que aquello mismo tan bien pensado
en las Memorias y tan perversamente escrito, me lo expresase en forma
oral. y aquí era de ver a mi hombre transformado, dueño de sí, libre y a sus
anchas, como quien se despoja de las cadenas que le oprimían .. (45).
El catedrático Manso evalúa a su discipulo en este momento del
aprendizaje: «caí en la cuenta de que su verdadero estilo estaba en la
conversación, y de que su pensamiento no era susceptible de encarnarse
en otra forma que en la oratoria. Y le manifiesta su opinión: «vamos
-le dije, con entusiasmo, un día-o Está visto que eres orador, y si te
aplicas, llegarás a donde han llegado pocos. 11
«Me preguntaba yo: Este muchacho, ¿qué va a ser? ¿Será un hombre
ligero, o el más sólido de los hombres? ¿Tendremos en él una de tantas
eminencias sin principios, o la personificación del espíritu práctico y
positivo? (46).
Curiosas dicotomías de Manso (¿Galdós?) inspiradas, sin duda, en la
situación y «cualidades .. de los hombres que se habían convertido en los
«próceres.. del país descritos, también, detalladamente en otras obras
galdosianas.
Otras cualidades del orador resaltan también en Manuel Peña:
- simpatía: «sabía inspirar vivas simpatías a toda persona con quien
hablaba ..
- capacidad para llegar al auditorio: «su gracia, su fácil expresión, su
oportunidad daban a sus palabras una fuerza convincente y dominadora
que le abría las puertas de todos los corazones ...
- adaptación al oyente: «sabía ponerse al nivel intelectual de su interlocutor
hablando a cada uno el lenguaje que le correspondía ..
- excelente corazón: «nobles sentimientos y espíritu de caridad .....
- buena presencia: «hermosísima figura y agraciado rostro .. (27) «vestía
con elegancia y variedad, y jamás intenté moderarle mucho en esto,
IDJ BIBLIOTECA GALDOSIANA
porque la compostura de la persona es garantía de buenos modales y un
principio por sí de buena educación" (47).
2. PREPARACIÓN INMEDIATA DE UN DISCURSO
2.1. La invitación
La Junta Directiva de la "Sociedad general para Socorro de los Inválidos
de la Industria" por medio de su secretario Sainz de Bardal invita a
Manso a participar como orador en una velada benéfica. "Resistíme a
todo trance, me brindé con la razón de mi escaso poder oratorio" (140).
Todos insisten «atacaron de flanco, diciéndome que no hacían falta
discursos brillantes, sino sólidos y razonados, que con mi palabra tendría
la solemne fiesta una autoridad que no le darían los cantorrios y los discursos
floridos".
¿Habla Manso o habla Galdós? Dejamos para Russell (1963), Rodgers
(1970-71), Gullón (1970), Newton (1973) y Kronik (1977), entre muchos
otros autores, el importante debate sobre la ambigüedad y complejidad
implícita en la relación "personaje-autor" (Manso-Galdós) y de los elementos
míticos de la novela "Yo no existo ... Juro y perjuro que no existo" (7)
... "me pregunto si el no ser nadie equivale a ser todos, y si mi falta de
atributos personales equivale a la posesión de los atributos del ser" (8).
La caracterización de Manso como ente declaradamente ficticio afirma,
paradójicamente, la impresión de su realidad. La descripción física
y psíquica de Máximo (capítulo 2) concreta la vitalidad del personaje
pero al borde de un esquematismo conceptual y casi didáctico.
En nuestro análisis no incide directamente esta importante discusión.
¿Habla Manso o habla Galdós? Tal vez uno y otro. El continuo "dualismo"
de la novela facilita esta interpretación. El hecho es que Manso o Galdós
(¿será Galdós y Manso?) describen el arte y la técnica de la oratoria de la
época.
Estamos en 1882. Galdós aún no ha empezado su experiencia política
directa, pero con 39 años y ya suficientemente conocido, no cabe
duda que habría sido invitado a participar como orador en veladas benéficas
o políticas.
En 1886 será Diputado a Cortes para "representar .. a Guayama, Puerto
Rico, designado por Sagasta y su Partido Liberal Dinástico. Participa de
la farsa parlamentaria de la época justificándose así:
No se duela usted de verme diputado. Yo no soy, no seré nunca, político.
He ido al Congreso porque me llevaron, y no me resistí a ello porque deseaba
ha tiempo vivamente conocer de cerca la vida política. Ya dentro
del Congreso, cada día me alegro de haber ido, porque, sin mezclarme en
nada que sea política activa, voy comprendiendo que es imposible en
absoluto conocer la vida nacional sin haber pasado por aquella casa. ¡Lo
que allí se aprende! ¡Lo que allí se ve! ¡Qué escuela! (Olmet y Garcia Carraffa,
1912:99)
V CONGRESO GALDOSIANO 1m
Años más tarde, 1907, volverá a ser Diputado, esta vez por Madrid
como republicano y reelegido en 1910, con más de cuarenta mil votos.
Mientras para Berkowitz (1948) Y Hinterhaüser (1963: 145) la entrada
de Galdós a los 64 años en la política activa se debe a una claudicación
seniL para Fuentes (1982: 21) cees un acto de rejuvenecimiento y la consecuente
culminación de una obra, informada toda ella por una toma de
conciencia histórica.»
El debate parece marcado por la distinta concepción que subyace en
estos autores sobre un tema tan importante como la relación entre los
intelectuales y el poder. Distinguir entre el intelectual puro, incontaminado,
y el que se mezcla con el poder y en parte vive de éL al que se denomina
intelectual orgánico, puede ser un esquematismo inexacto. (Peces-
Barba, 1993).
Pero afirmar que el único modo de vivir esta relación es el
ce!, engagement», el compromiso sartriano del intelectual con el poder, ha
llevado al desprestigio de muchos intelectuales, modernos sofistas contratados
a base de dinero y prebendas para defender y justificar posturas
y decisiones del poder con ceaparato crítico» y cebibliografía erudita».
Dejemos para otra ocasión el análisis crítico de los cuatro modelos o
paradigmas posibles en la relación intelectual-poder, que señala PecesBarba,
indicando que Galdós participó, durante su vida, del paradigma de
comunicación y del paradigma de participación.
El cemodelo de comunicación» distingue las tareas -intelectuales y
poder- pero abre la colaboración reciproca. ceEl intelectual ofrece sus reflexiones
que son libres y que pueden interesar al poder y el poder garantiza
la libertad del intelectual. Es el modelo de la libertad de expresión
y del poder abierto. Es, en definitiva, el modelo de la ilustración.»
(Peces-Barba, 1993).
El modelo de la comunicación participación" es la defensa de la doble
militancia intelectual y política. Puede ser una cecolaboración institucional"
o una cecolaboración partidaria" desde la reflexión teórica o desde
la acción práctica.
Galdós se tuvo siempre por un hombre tímido que debía realizar un
gran esfuerzo para hablar en público. En 1912 afirmaba "nunca hice uso
de la palabra. Me concretaba en leer cuartillas, algunas veces me las
leían otros" (Olmet y García Carrafa, 1912: 102).
Revisando los discursos de Galdós de 1907 a 1913 con mucha frecuencia
aparece que sus cuartillas se las leían otras personas como
Adrián Navas (Fuentes, 1982:68), José Estrañi (Fuentes, 1982: 68, 70,
72, 92), Dicenta (Fuentes, 1982: 85), Aguilera y Arjona (Fuentes, 1982:
86), Nougués (Fuentes, 1982: 90, 91, 97,109,111) etc.
Sin embargo, García Lorca, al cabo de los años, recuerda cecon ternura
a aquel hombre maravilloso, a aquel gran maestro del pueblo, don
Benito Pérez Galdós, a quien yo vi de niño en los mítines sacar unas
cuartillas y leerlas, teniendo como tenía la voz más verdadera y profunda
de España. Y eran aquellas cuartillas lo más verdadero, lo más nítido,
lDl BIBLIOTECA GALDOSIANA
lo exacto al lado de las engoladuras y de las otras voces llenas de bigotes
y manos con sortijas que derramaban los oradores en la balumba
ruidosa del mitin".
Galdós se nos presenta como un orador tímido que lee sus cuartillas
breves, claras, de lo que él sabe, lejos de la oratoria, solemne, campanuda
y vacia de la época.
2.2. LA PREPARACIÓN DEL DISCURSO
«Tengo que hablar; no hay más remedio" (145), parece un lamento de
quien prefiere la tranquilidad del despacho a la «agitación» del público.
La primera decisión de un orador es elegir el tema «¿y sobre qué?».
Manso acude a su despacho y al ver sus libros «se encendió de súbito
mi mente y de ella brotó inspiración esplendorosa». «Ocurrióseme la exposición
del concepto cristiano de la caridad ... »
Manso traza, mentalmente, su primer borrador, que somete a crítica y
desecha por su erudición e inadecuación al auditorio «después de reflexionar
largo rato ... parecióme ridicula la fiebre de erudición que me
entró al ver mi biblioteca... La erudición es un vino que casi siempre
embriaga. Librémonos de ella, mayormente en ciertos actos, y aprendamos
el arte de llevar a cada sitio y a cada momento lo que sea propio de
uno y otro ... Si en esa famosa velada te descuelgas como un mosaico
de erudición tediosa o con un catafalco de filosofía trascendente, el público
se reirá de ti» (146).
Es notable que, años después, 1897, Galdós y no Manso continúe con
el mismo argumento en su discurso de entrada en la Real Academia Española
«La mayor prueba de respeto que puedo dar al ilustre Académico
que se digna contestarme en vuestro nombre, es no poner mis manos
profanas en el sagrado tesoro de la erudición y del saber crítico y bibliográfico
» (7) Y más adelante insiste en su «instintivo despego de toda erudición
... » (8). y termina su discurso: «Con paciencia y libros todo se prueba,
y yo intentaría demostrar lo que antes indiqué, si más fuerza que mis
deseos no tuviera mi incapacidad para compulsar textos antiguos y modernos
» (15 y 16.)
Descartada la erudición, Manso se centra en el análisis del auditorio
para preparar un discurso apropiado para sus oyentes. «Considera que
hablarás ante un senado de señoras, que éstas y los pollos y todas las
demás personas que a tales fiestas asisten, estarán deseando que acabes
pronto» (147).
¿Cómo debe ser el discurso para «este auditorio))? Me aquí sus características,
casi podríamos decir «sus recetas)) más sencillas para confeccionar
el «menú pedido»:
- «prepara una oración breve, discreta))
- «con su golpecito de sentimiento «
- "y su toque de galantería para las damas»
V CONGRESO GALDOSIANO _
- "dí cosas claras, si puede ser, bonitas y sonoras»
- "proporciónate un par de metáforas, para lo cual no tienes más que
hojear cualquier poeta de los buenos.»
- "sé muy breve»
- "ensalza mucho a las señoras que se desviven organizando funciones
para los pobres»
- "habla de generalidades fáciles de entender»
Manso (¿o Galdós?) dedica una "sabrosa» alusión final a los críticos de
la Prensa «si te apartas tanto así de la línea del vulgo bien vestido que ha
de oírte, harás un mal papel, y los periódicos no te llamarán inspirado ni
elocuente.» (147).
Enfoque muy distinto de la oratoria del respetable Manuel María Pez
en quien Galdós simboliza la peor forma oratoria de la época con una
certera descripción: "Era la oratoria de este señor acabado ejemplo del
género ampuloso, hueco y vacio, formado de pleonasmos y amplificaciones,
revestido de hojarasca y matizado de pedacitos de talco, oratoria
que sirve a las nulidades para hacer un breve papel parlamentario, fatigar
a los taquígrafos y macizar esa inmensa pirámide papirácea que se
llama el "Diario de las Sesiones» Para descubrir una idea del señor Pez
era preciso demoler a pico un paredón de palabras, y aun no había seguridad
de encontrar cosa de provecho» (157).
Dentro de esta etapa preparatoria, Manso experimenta el sentimiento
común de todos los que se encuentran preparando un discurso, el nerviosismo
y la preocupación: «La próxima velada y el compromiso que
contraje me tenían preocupado» .
Llega el día de la velada y Máximo no tiene aún preparado su discurso:
«No tenía plan ni ideas claras sobre lo que había de decir» (153).
Parece que no es capaz de aplicar la teoría del discurso que ha diseñado
en páginas anteriores y que como un buen número de personas deja "la
tarea» para el último momento.
Por otra parte «como improvisador, siempre he sido destestable» afirma
Máximo (¿también Galdós?). «No quedaba, pues, más recurso que enjaretar
de cualquier modo una oracioncilla en los términos de fácil claridad y
sencillez que me habían parecido más propios.» Hoy distinguimos entre
«improvisar y repentizar». Llamamos «repentizar» a la acción de dirigirse
a un auditorio sin la menor preparación. «Improvisar», en cambio, se reserva
para explicar la acción de dirigirse a un auditorio, después de preparar
el discurso bien con un esquema o redactando el texto entero, pero
sin repetir memorísticamente las palabras anteriormente redactadas, sino
«improvisando» en el momento de hablar las palabras concretas.
Escrito el discurso, Máximo se ajusta a uno de los consejos más clásicos
en oratoria: «lo había leído tres o cuatro veces en voz alta para fijar
en mi espíritu, si no las frases todas, las partes principales de él y de
su armónica estructura. Hecho esto, podría salir del paso, pues fijando
bien las ideas, estaba seguro de que no se me rebelaría el lenguaje."
Qué distinta la preparación del discurso de Manuel Peña. Así nos la
1m BIBLIOTECA GALDOSIANA
cuenta Galdós, situando el diálogo en el teatro momentos antes de la
actuación de Manso:
- ,,¿Sobre qué vas a hablar?
- Sobre lo primero que se me ocurra ...
- ¿No has preparado nada?
- Este es lo más célebre ... -indicó un amigo-o ¿Creerá usted, Manso,
que esta mañana no tenía ni idea siquiera del discurso que va a pronunciar?
- Ni la tengo ahora ... Veremos lo que sale. Yo me las arreglo de este
modo. Esta tarde me he leído unos versos de Víctor Hugo y he tomado
una docena de imágenes.
- De esas de patrón de mico ... , ¿eh?
- Cada imagen como la copa de un pino. Y con esto me basta ... hablaré
de las damas, de la influencia de la mujer en la Historia, del Cristianismo
..... (161)
3. PRONUNCIAR EL DISCURSO
Ha llegado el momento esperado. Manso describe con tal viveza la
situación, los sentimientos, el deseo de huir del orador tímido, que únicamente
puede narrar quien ha pasado por este «trance». Sólo el sentido
de responsabilidad, la dignidad personal y compromiso adquirido hacen
que Manso se dirija al teatro: "Cuando llegó la hora me vestí, iY al teatro
con mi persona! Dígolo así, porque me llevé como quien lleva a un criminal
que quiere escaparse. Yo era un polizonte de mí mismo, y necesité
toda la fuerza de mi dignidad para no evadirme en mitad del camino y
volverme a casa; pero el yo autoridad tenía tan fuertemente cogido al yo
timidez, que éste no podía moverse» (153).
Máximo ha llegado al teatro con tiempo. Contempla el público que se
agolpa, los coches que llegan -"sonaban las portezuelas como disparos
de armas de fuego»- las precauciones para evitar las reventas ... Con su
nerviosismo experimenta lo que muchos oradores sienten: "Cuando me
venía al pensamiento que yo formaba parte del espectáculo que atraía a
tanta gente, se me paseaba por la espina dorsal un cosquilleo... El discurso
se me borraba súbitamente del espíritu, y luego aparecía bien claro
para eclipsarse de nuevo, como los letreros de gas encendidos sobre
la puerta del teatro, y cuyas luces a intervalos barría el fuerte viento sin
apagarlas. »
Los momentos que preceden al discurso están llenos de pequeñas
anécdotas, narradas desde la subjetividad del orador tímido. El lugar que
le corresponde en el programa le permite un mal chiste, que trasluce su
estado anímico:
-"Señor De Manso, ¿cuándo va usted?
-Después del arpa. ¡Lástima que mi discurso sea tan pobre de arpegios!
V CONGRESO GALDOSIANO _
-Yo, a ser usted, hubiera pedido un lugar más adelantado.
-¿Qué más da? Antes o después, lo he de hacer bastante maln (159).
También llegan los reporteros Hbuscando material editable». H¿Le convendría
a usted darme su discurso para la Revista ... ? Lo pondremos en
el número 15 ... ».
Llega la hora del músico de arpa. HUsted, maestro, pronto entra.» Cada
detalle impacta al orador que espera su turno: HHubo un silencio expectante
que me impresionó, haciéndome pensar que pronto se abriría ante
mí la cavidad muda y temerosa de un silencio semejante» (161).
Ya me toca, piensa Manso. HCuando concluyó el solo y sonaron los
aplausos parecia que se me arrugaba el corazón y que se me desvanecia
la vista. Mi hora había llegado. Di unos pasos mecánicos.
-Todavía no. Va a repetir. Tocará otra pieza.
-¡Qué placer ... ! Cinco minutos de vida».
Todos los tratadistas de oratoria insisten en la importancia de los primeros
momentos frente al auditorio. Dan consejos sobre lo que se debe
y lo que no se debe hacer. Pero en muy pocos estudios sobre la oratoria
se describen de forma tan brillante los sentimientos del orador al situarse
ante su audiencia:
"Las piernas me temblaban. Y me vi delante del dragón, como quien
va a ser tragado, pues las candilejas eran como la dentadura de fuego;
las filas de butacas, surcos de una lengua replegada, y el cóncavo espacio
rojo, cálido y halitoso de la sala, la capacidad de una horrenda boca.»
(162)
Máximo, al fin y al cabo, intelectual consigue sobreponerse a sus emociones
y pone en marcha sus mecanismos mentales de defensa. Construye
a lo que en lenguaje actual llamaríamos Hmensajes positivos de
autoafirmación", muy aconsejados por los expertos contemporáneos de
expresión oral, que le permiten dar comienzo a su discurso: HPero la vista
misma del peligro parecia restituirme mi valor y fortalecerme. Verdaderamente
-pensé- es una tontería tener miedo a esa buena gente. Ni
lo he de hacer tan mal que me ponga en ridiculo.»
El comienzo del discurso es uno de los momentos más difíciles. Manso
comienza Hcon voz no muy segura ... » En la audiencia siempre existen
Helementos distractores» que dificultan la fluidez del orador y que éste
debe aprender a superar: HLa puntería de gemelos, así como el movimiento
de tanto abanico, me distraían ... En el momento de concluir una frase,
cuando yo la soltaba redonda y bien cortada, sonaba aquel 'Iras» que
me ponía los nervios como alambres... Pero no había más remedio que
tener paciencia y seguir adelante ... » (163)
Una vez que Manso pasa los primeros momentos y supera las distracciones
Hel discursito iba saliendo limpio, claro, correcto, con aquella facilidad
que me había costado tanto trabajo.» Sigue con sus Hmensajes
positivos de autoafirmación»: Hno voy mal, no, señor. Me estoy gustando;
adelante ... » (164)
1m BIBLIOTECA GALDOSIANA
4. Los RESULTADOS DE DOS DISCURSOS ANTAGÓNICOS
Galdós nos presenta dos discursos muy diferentes. Como diferentes
son los oradores que los pronuncian: Manso y su exdiscipulo Peña. Ambos
se dirigen al público "que es como si dijéramos una reunión de
muchos, de cuya suma resulta un nadie". En su discurso de ingreso en
la Real Academia Española nos ofrece esta definición: "el público, la grey
humana, a quien no vacilo en llamar vulgo, dando a esta palabra la acepción
de muchedumbre alineada en un nivel medio de ideas y sentimientos))
(9).
Manso analiza su discurso declarando "No ofrecia gran novedad, no
contenía ningún pensamiento de primer orden... no había en mi oración
ni chispa de brillantez oratoria. Era como si leyese un sesudo y docto
informe, o un dictamen fiscal... Fue severo, correcto, frío y exacto ... ))
La importancia de lo afectivo en la oratoria es grande. Sólo en una
parte de su discurso Manso logra poner "una nota de sentimiento que
levantó lisonjeros murmullos)).
Manso insiste siempre en la coherencia, en la lógica, en la solidez, en
la precisión, en los verdaderos conocimientos; "Cuanto dije era de lo que
yo sabía, y sabía bien. Nada de conocimientos pegados con saliva y adquiridos
la noche anterior ... )) En cambio, "las ampliaciones y los golpes
de efecto faltaban en absoluto)).
El resultado final: "un aplauso mecánico, oficial. sin entusiasmo, pero
con bastante simpatía y respeto)) (165) Y algunas observaciones rápidas
con enhorabuenas
-"Al pelo, Mansito, al pelo.
-Caballero Manso, bravísimo.))
y algunas críticas y sugerencias de mejora que tal vez oyera el propio
Galdós algunas veces después de leer sus cuartillas en público:
-,,¡Qué lástíma que no alzara usted un poco más la voz! Desde la fila
11 apenas se oía ...
-Un poquito más de calor no hubiera estado maL ..
-Ya podías haber esforzado un poco la voz, y dar nervio, nervio ...
-Mira, otra vez mueve los brazos con más garbo... Pero ha gustado
mucho tu discurso. Las señoras no lo han comprendido; pero les ha
gustado ... "
José, el hermano de Manso, critica el enfoque metafísico y la no utilización
de datos facilitados a última hora: "Has estado verdaderamente
filósofo... pero con muchas metafísicas que no entendemos los tristes
mortales ... Lástima que no hicieras uso de los datos de mortalidad que
te dio Pez a últíma hora ... ))
José aprovecha la ocasión para descalificar totalmente el enfoque vital
de Máximo, totalmente opuesto al suyo describiendo los tristes resultados
que origina esta manera de entender la vida: "Tú eres otra calamidad,
otra calamidad, entiéndelo bien. Nunca serás nada ... porque no
estás nunca en situación. ¿Ves tu discurso de esta noche, que es práctiV
CONGRESO GALDOSIANO _
co y filosófico y todo lo que quieras? Pues no ha gustado, ni entusiasmará
nunca al público nada de lo que escribas, ni harás carrera, ni pasarás
de triste catedrático, ni tendrás fama ... » (168)
El discurso de Peña es la otra cara de la moneda. "Verdad es que pocas
veces he visto mayor ni más brillante ejemplo de la elocuencia humana,
» (170), dice Máximo.
¿Qué quiere decir Galdós? ¿La elocuencia es una suma de factores
en la que el contenido tiene poca importancia, la lógica brilla por su
ausencia, y el sentimiento y el contacto con el público son los valores
más importantes? ¿A qué se debe el éxito de Peña, en claro contraste
con el mediocre resultado de Manso?
He aquí la lista de virtudes características de la actuación de Manuel:
-Se trata de un joven, atrayente para el público.
-"Con palabra arrebatadora, don semidivino en el que concurrían la
elegancia de los conceptos, la audacia de las imágenes y el encanto físico
de la voz robusta y flexible.
-Que sabe conectar con toda la audiencia, sabiendo llegar a todos
los oyentes por más variadas y diferentes que fuesen: "había cautivado y
como prendido en una red de simpatía la heterogénea masa de personas
diversas, y en una misma exclamación de gozo se confundían el
necio y el sabio, la mujer y el hombre, los frívolos y los graves.»
-Tocaba la fibra sensible de todos, llegaba al nivel afectivo con gran
destreza: "despertaba ... los sentimientos cardinales del alma humana, y
no había un solo espectador que no respondiese a invocación tan admirabie...
Lica e Irene no movían la cabeza; la emoción las había convertido
en estatuas». (171)
-¡Qué admirable estructura de frases, qué enumeraciones tan brillantes,
qué manera de exponer ...
- qué variedad de tonos y cadencias, qué secreto inimitable para
someter la voz al sentido ... qué matices tan variados ...
- qué accionar tan sobrio y elegante
- qué dicción enérgica y dulce, sin descomponerse nunca, sin incurrir
en la declamación, sin salmodiar la frase.
- las imágenes se sucedían a las imágenes (172).
Se trata de un auténtico compendio de las cualidades externas del
orador.
Manso describe, también, los defectos del discurso de Manuel, quizá
las carencias típicas que para él tenían los discursos de la época, comenzando
por el contenido.
-,,¿Y de qué hablaba? No lo sé fíjamente. Hablaba de todo y de nada.
-No concretaba, y sus elocuentes digresiones eran como una escapatoria
del espíritu y un paseo por regiones fantasmagóricas.
-Tantas contradicciones como párrafos.
-Y, sin embargo, notábase en él pujantes esfuerzos por encerrar su
fantasía dentro de un plan lógico... Hacia yo la disección del esqueleto
lógico, vestido con la carne de tan opulentas galas ... »
1& BIBLIOTECA GALDOSIANA
Pero tales fallos de estructura no tienen la menor importancia si el
discurso a donde debe dirigirse es al sentimiento y puede definirse como
"el arte de persuadir ... ,,¿Qué importaba esto si el principal objeto del
orador era conmover, y esto lo conseguía plenamente hasta el último
grado? ..
Manso cierra su análisis del discurso de su discipulo con una clara
síntesis de pretensiones simbólicas: "Este muchacho -afirmé yo- será
un gran orador. Ya lo es. Parece que en él ha querido la Naturaleza hacer
el hombre tipo de la época presente. Está cortado y moldeado para su
siglo, y encaja en éste como encaja en una máquina su pieza principal
.. (173)
Todo era una buena preparación para la carrera política "en la cual
entró Manuel con el pie derecho desde que recibió de sus electores el
acta de diputado .. (297). "Lo que yo le enseñé apenas se distingue bajo
el espeso fárrago de adquisiciones tan luminosas como prácticas obtenidas
en el Congreso y en los combates de la vida política, que es la vida
de la acción pura y de la gimnasia volitiva .. (301).
Hemos analizado este pequeño tratado de oratoria que Galdós incluye
en El amigo Manso. Máximo toma siempre la palabra. Pero en muchas
ocasiones creemos que está Galdós compartiendo sus ideas ...
Hay un punto en el que claramente Máximo se equivocó: "de cuanto
escribí y enseñé, apenas quedan huellas ... si se va a indagar dónde está
la memoria de nuestro saber, no se encuentra rastro ni sombra de ella ...
No es cierto. Han pasado 111 años y seguimos estudiando y analizando
al "inolvidable Manso ...
V CONGRESO GALDOSIANO (fE
EDICIONES DE LAS OBRAS DE GALDÓS CUYAS PÁGINAS CITAMOS EN EL TEXTO:
La desheredada (1881), Madrid: Alianza, 1985.
El amigo Manso (1882), Madrid: Alianza, 1990.
El Doctor Centeno (1883), Madrid: Alianza, 1985.
Tormento (1884), Madrid: Alianza, 1990.
Miau (1888), Madrid: Alianza, 1992.
Discurso en el ingreso en la Real Academia Española (1897), Madrid: Est. Tip. de la Viuda
e Hijos de Tello.
El caballero encantado (1909), Madrid: Cátedra, 1987.
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