ACERCA DE LA MUJER

(TRISTANA): EL GALDÓS

DE MARÍA ZAMBRANO

Juana Sánchez-Gey Venegas

Rcardo Gullón sostiene que: "En

Tristana no se vislumbra una tesis, ni voluntad de probar, ni manipulación

autorial del personcije .. 1; sin embargo, María Zambrano afirma que

"Está en ella, en Tristana, la paradoja intelectual casi de la obra de Galdós

.. 2 y aún más: "Es, entre todas las novelas de Galdós -me permito

decirlo- una de las más originales, preciosa casi. mimada por su

creador .. 3.

El motivo de este mimo se debe a que Tristana muestra con claridad

uno de los temas más queridos por Galdós y María Zambrano: los

sueños y el tiempo. El porqué de esta querencia tiene un nombre: la revelación.

Esta es la más peculiar de las formas humanas de ver y de conocer:

"El resto es, puede ser, conocimiento; más de otra especie .. 4.

Para María Zambrano esta novela muestra un Galdós que, además de

gran conocedor del alma femenina -como se repite insistentemente- y

del alma, da razón de la lucha de una mujer; o mejor, de una criatura,

por su liberación.

El modo no es iluso, como se ha dicho, ni pueril o fantasioso. Es la

convicción de que la verdad existe y todo el ser es su caja de resonancia.

Los sueños son su anuncio y, como Lázaro, sólo esperan la voz del

Amor para echar a andar. Y si alguien creyera que las muletas de Tristana

no eran el instrumento más conveniente para emprender camino alguno,

será más bien que no habrá caído en la cuenta de que el Amor,

como la paloma kantiana, no camina, vuela. Sus alas son para Tristana

el despertar al pensamiento, como la vía propiciadora de espacios sin

fronteras; y el arte, sede de la creatividad, de la voluntad, que lleva a

poner en acto los más hondos deseos, a realizarlos, según su profundo

sentido, es decir, a izar la realidad donde cada uno la crea.

1 PÉREZ GALDÓS, B., Tristana. Alianza, Madrid, 1992. Prólogo.

2 ZAMBRANO, M., La España de Galdós. Endymión, Madrid, 1989, pág. 176.

:3 Ibídem.

4 Ibídem, pág. 24.

H:I:1 BIBLIOTECA GALDOSIANA

En la revelación se conoce el objeto y su horizonte, lugar privilegiado,

que llena de vida aquello mismo que se aprende. La crítica de Galdós

y de María Zambrano al conocimiento formalista es debida a que

ambos han saboreado el saber que se adquiere por revelación. Y la peculiaridad

de éste no es el tema, sino el modo de acercamiento.

En dicho conocer no está vivo sólo el objeto, también el sujeto se

vivifica y queda transformado. Por el contrario, el saber que no transforma,

la cultura que no ilumina, la experiencia que no enriquece, no es

más que pseudoinformación que de nada sirve. Aún más, la revelación

entrega un don moral: el compromiso, la decisión. En efecto, las cosas

dejan de ser sólo objetos para ser realidades vivas, que obligan a una

aventura y llenan de plenitud los instantes.

Así Maria Zambrano dice que Galdós está del lado de la razón poética.

y ésta cae junto a la pasión. Ella acompaña el vivir de la realidad, el

misterio que está dentro de la materia y que hace sentir y revivir lo que

tienes y a lo que aspiras. Porque vivir no es un sumar sucesos; en la vida

hay siempre algo inverosímiL una atmósfera que parece no real y que, al

serlo, trae a la memoria sueños presentidos, hilo explicativo de lo que

está acaeciendo.

y hay secretos que un día serán revelados. Misterios más allá de la verdad

de ahora, que si por alguien son declarados pasan por mentiras. Y así,

nuestros sueños, nuestras esperanzas, pueden transformar la mentira en

verdad, pueden creer verdades, "hay verdades que han sido primero mentiras

» 5.

Tristana se descubre real en sus sueños y vislumbra tenue, pero con

firmeza, el camino que debe emprender y que lleva en su interior, meta

de las aspiraciones que están en su corazón desde siempre, que reconoce

como suyas, como lo más propio de sí misma. Ahora lo percibe porque

la realidad se impone siempre, tarde o temprano; se presenta y se

revela.

y es que la realidad necesita ser descubierta cada día. «Vivir es buscar

la realidad, perseguirla, hasta pordiosearia» 6. La realidad vive gracias

a los sueños. Vivimos, en primer lugar, ensañándonos y luego tocamos

lo real que habíamos presentido; por esta razón dirá María Zambrano que

la realidad vive de algo. Lo real se nos aproxima gracias al amor, amorpasión,

emoción que llena de contenido lo que es porque hay un alguien

que así lo percibe. Después se da el reconocimiento.

Galdós expone dicho reconocimiento en la novela y María Zambrano,

desde la filosofía, medita acerca de este género literario. La novela, como

ningún otro, conforma la interpretación teórica a las vivencias y se ciñe

a dicha explicación, que resulta tan cotidiana como lírica. Esta es la hondura

de la vida: sueño-revelación en el tiempo.

5 Ibídem, pág. 1.37.

6 Ibídem, pág. 75.

V CONGRESO GALDOSIANO _

La Filosofía, personalismo, razón vital, existencialismo, intenta ensanchar

el horizonte de la conciencia y del pensamiento para dar cabida a la integridad

del hombre, es decir, al hombre que se sueña e inventa a sí mismo.

Si logra el intento, la novela no comportará una condenación, será el

punto en que coinciden Filosofía y Poesía 7.

EL AMOR: CREADOR DE CONCIENCIA

Tristana descubre la peculiaridad del amor: Horacio "la miraba enteramente

» y ella se sentía confortada, dispuesta a su realización. Tristana

vivió sin realidad hasta que vio a Horacio. La realidad estaba allí, pero

no había sido descubierta, porque si el amor requiere conocimiento, es

ante todo generador de sabiduría .

... el amor es el elemento, por así decir, de trascendencia humana; primeramente

fecundo, seguidamente, si persiste, creador. Creador de vida, de

luz, de conciencia 8.

El contenido deslumbrador que se produce en el despertar de Tristana

es, pues, el amor. Hasta entonces había estado dormida, en una adolescencia

inmadura, en la que no tenía acceso ni tan siquiera al tiempo

y la rutina era el único huésped de su alma deshabitada.

Tristana no tiene ni tan siquiera acceso a su pasado, pues lo que le pasó

le ha cerrado el porvenir y sigue estando ya ahí sin pasar 9.

Al despertar descubre el tiempo y entonces vendrán las razones, los

porqués que explican dónde estamos y se cae en la cuenta de hacia

dónde vamos. El amor realiza, y entonces se concibe la vida como un

proyecto que hay que acometer y que se entraña con la vida: "Quien no

tiene pasión no puede ni quiere tener razón» l0. Por esto, el amor nos

reconcilia con el pasado y con nosotros mismos. Nos unifica. Y esta concordia

será la fuerza que impulsa el proyecto de vida, porque el amor es

explicación que da sentido al presente y enlaza el futuro con el pasado

... pues que todo amor, aunque no sea de casarse, se inicia como ritualmente

con una invocación a los antepasados y a la tierra natal y al alba

de la vida ll.

Tristana y Horacio se vieron y al verse en el amor, reviven. Revivir es

exponerse su origen. Por esto Horacio le dice que al verla ha encontrado

su patria. Esto es, tratan de exponerse su origen y hablan de sus vidas

7 ZAMBRANO, M., España, Sueñoy Verdad. Edhasa, Barcelona, 1965, pág . .32.

8 ZAMBRANO, M., La Tumba de Antígona. Mondadori, Madrid, 1989, pág. 20.

9 ZAMBRANO, M., La España de QaIdós, op. cit., pág. 152.

10 Ibídem, pág. 99.

11 Ibídem, pág. 162.

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

hasta la saciedad, para decirse quiénes son, puesto que ahora, gracias

al amor, descubren la explicación de sus vidas. «Sólo el amor tiene acceso

a ese oscuro centro de la luz vivienteH 12. Galdós describe así el encuentro

entre Tristana y Horacio.

Fue Tristana en su busca; ... y al cruzarse su mirada con la de aquel sujeto,

pues en ambos el verse y el mirarse fueron una acción sola, sintió una

sacudida interna, ... 1.3.

La mirada en el amor no sólo es ver sino verse; en los ojos del amado

se descubre un saber que contiene un horizonte y en él se encuentra

la realidad presentida, nunca perfectamente acabada, que tiene por fin

alguien que la acoge y en quien recogerse.

Pues que decisivo en el amor es el ver, el verse, verse a sí mismo en otro,

el ver a ese otro en sí mismo, si a ello se llega, el verlo en otro medio que

en el común, el verlo más allá y más alto y más hondo, en otra luz nítida

y viviente. El ver del amor es el ver de la revelación 14.

En efecto, se vieron, y como el amor es fuente de conciencia, crearon

proyectos de vida. Pero tal vez en ambos surgieron proyectos distintos.

EL DESPERTAR DEL PENSAMIENTO

Galdós traza con indudable acierto la línea divisoria entre los corazones

de Tristana y Horacio. Aunque, como relata Ricardo Gullón, Emilia

Pardo Bazán se considere frustrada al creer que Galdós no trata acertadamente

«la esclavitud moral de la mujerH 15; sin embargo, creemos que

Galdós expone con fina sensibilidad el despertar del pensamiento en

Tristana y su cruda lucha por autentificar su realidad personal.

En primer lugar, habría que decir que, a pesar de las ataduras de Tristan

a desde su mocedad, Galdós toca su alma que siente y que piensa en

libertad. María Zambrano dice que «en Tristana resuena la paradoja de

don Benito Pérez Galdós. ¿Quién era Galdós?H 16. En efecto, Tristana, tal

vez también don Benito, hubo de padecer su afán de independencia, su

ansia de libertad, su escepticismo ante el matrimonio, que le hacía sentirse

obligada y no libre. María Zambrano lo reitera: «Se dio a querer ser

alguien, y a querer hacer algo para elloH 17. AsÍ, el sentimiento por ser libre

se aviva en Tristana, claro y contundente.

12 Ibídem, pág. 163.

1.3 PÉREZ GALDÓS, B., Tristana, op. cit., pág. 40.

14 ZAMBRANO, M., La España de Galdós, op. cit., pág. 160.

15 PÉREZ GALDÓS, B., Tristana, op. cit. Prólogo.

16 ZAMBRANO, M., La España de Galdós, op. cít., pág. 176.

17 Ibídem, pág. 158.

V CONGRESO GALDOSIANO _

El despertar de Tristana a la independencia es fruto sazonado del

amor que siente por Horacio. Este, sin embargo, no concibe más proyectos

que el dejarse arrebatar por la vida: casarse. Tanto Galdós como

María Zambrano describen con detenimiento el doble y hasta antinómico

proyecto de ambos, porque si es importante que el amor despierte

conciencia, lo productivo será la asunción de tales proyectos. Por una

parte, Tristana se ha puesto manos a la obra y estudia inglés, y lee a

Shakespeare: .. y lo mismo le hinco el diente a un tomo de Historia que

a un tratado de Filosofía» 18. Y no sólo son planes intelectuales, los de

Tristana serán también certidumbres acerca de su destino personal.

El problema de mi vida me anonada más cuanto más pienso en él. Quiero

ser algo en el mundo, cultivar un arte, vivir de mí misma. El desaliento

me abruma. ¿Será verdad, Dios mío, que pretendo un imposible? Quiero

tener una profesión, y no sirvo para nada, ni sé nada de cosa alguna. Esto

es horrendo 19.

Galdós propone esta lucha social desde Tristana y desde Horacio, sólo

que éste tiene un papel meramente pasivo; sucede, por tanto, que ambos

la perciben de modo diferente. María Zambrano apuesta decididamente

por el novelista.

Galdós es el primer escritor español que introduce a todo riesgo la mujeres

en su mundo. Las mujeres, múltiples y diversas; las mujeres reales y

distintas, «ontológicamente .. iguales al varón 20.

Tristana, qué duda cabe, es trasunto de un hondo sentimiento social

de su época: una mujer atada que ni la Revolución de 1868 logró liberar

de sus cadenas. Y aunque, al fin, Tristana ha de optar por el matrimonio

con don Lope, Galdós se encarga de hacernos ver que está más allá de

esta componenda. La libertad de Tristana, pues, no reside en las circunstancias

que rodean su destino, sino en la conciencia clara y cierta de que

tiene una misión que cumplir, aunque ésta se le desbarate.

Pues que la realidad verdadera se encuentra en una ascensión, no en una

brega 21.

Aunque brega fue, claro está, la lucha de Tristana por su libertad. En

este sentido, como hemos dicho, no estamos de acuerdo con las críticas

de la Pardo Bazán, ni tampoco con las manifestadas por Carmen Bravo

Villas ante puesto que en ningún momento nos parece Tristana «una

parodia del feminismo y el mayor alegato novelesco en contra de las teorías

de la emancipación femenina» 22. Nos parece más lúcida e incisiva la

18 PÉREZ GALDÓS, B., Tristana, op. cit., pág. 112.

19 Ibídem, pág. 104.

20 ZAMBRANO, M., La España de Oaldós, op. cii., pág. 188.

21 Ibídem, pág. 168.

22 BRAVO VILLASANTE, c., Oaldós. Mondadori, Madrid, 1988, págs. 87 y ss.

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

interpretación de María Zambrano que encuentra en Tristana un Galdós

ceinfinito, inacabable, hermético y dador .. 2.3, como también era su personaje:

la Srta. de Reluz. Que no pudiera cumplir su destino es otra cosa,

pero no era ilusa, aunque sí era improbable el proyecto liberador en su

época porque, en efecto, la libertad sentida por Tristana es inabarcable.

Así se descubre en eterno estado de dádiva, que quiere entregarse, sin

ataduras ni compromisos que le obliguen. Libertad que no tiene que ver

con las cadenas que le atan a don Lope, ni con las que ella misma se

ató a Horacio, o, por fin, con las que le atan a unas muletas que no son

más que circunstancias de este mundo y de las que ella en su corazón

se siente liberada.

Pues que solamente la libertad, cuando se acerca, hace visible la esclavitud

24.

Este es el Galdós de María Zambrano. Por esta razón, resulta tan difícil

admitir que Tristana no sea un canto a la liberación de la mujer. En

efecto, Galdós manifiesta su preocupación social por este condicionamiento

y Tristana responde con resolución. Que el destino discurra por

otros derroteros es otro asunto, pero el dolor sereno de Tristana, como

una nueva Antígona, deja claro por dónde deberían ir las soluciones.

LA TRAGEDIA VIVENCIAL: EL ARTE.

Este mundo de la novela galdosiana más que de novela es de tragedia;

de la tragedia de la individualidad 25.

Tragedia que se hace más intensa si el canto a la individualidad es

exaltado por una mujer. Contradicción que se percibe con dolor, y así

sucede que cuanto más individuaL más se nota la carga de las dependencias.

Por esto, Tristana, sin querer, queriendo, mastica su tragedia y

le pesa su individualidad, se siente distinta.

Lo que he pensado de mí, estudiándome mucho, porque yo me estudio,

¿sabes?, es que sirvo, que podré servir para las cosas grandes; pero que

decididamente no sirvo para las pequeñas 26.

Si Tristana despierta al pensamiento podría decirse que el aldabonazo

se lo da el arte. La vida le viene de la mano del arte que le descubre

espacios vitales: cey comprendí que el alma de la forma era el sueño)) 27.

Tristana asciende a la realidad verdadera y plenifica el sentido de su

2.3 ZAMBRANO, M., La España de Oaldós, op . cit., pág. 177.

24 ZAMBRANO, M., La Tumba de Anágona, op. cit., pág. 37.

25 ZAMBRANO, M., La España de Oaldós, op. cit., pág. 192.

26 PÉREZ GALDÓS, B., Tristana, op. cit., pág. 94.

27 ANDRÉS RUIZ, E., "La pintura según Maria Zambranou • CYAN, núm. 19, febrero-marzo,

1991.

V CONGRESO GALDOSIANO Ea

vida ... Vivir es un equilibrio entre el anhelo oscuro y la imagen que se

vislumbra solamente ... Así Tristana va decidiendo. Observa que el arte le

humaniza: acude a la pintura, a la poesía y, por fin, a la música. Estas

artes producen en ella una visión clarificadora, le conceden humanidad

y el estar ávidamente inquieta.

La conjunción de los dos sentimientos es su humanarse, lo cual no

está exento de un ensimismarse y un enajenarse. La realidad que percibe

en plenitud le obliga a abandonar su origen, que fue pobre y alicorto.

Ahora Horacio le estorba, pero en su ansia de comunicación le necesita

y entonces Tristana lo recrea. Así le dice en una de sus cartas a Horacio,

cuando la cojera empieza ya a apuntar.

Yo te engrandezco con mi imaginación cuanto quieres achicarte, y te vuelvo

bonito cuando te empeñas en ponerte feo, abandonando tu arte sublime

para cultivar rábanos y calabazas. No te opongas a mi deseo, no desvanezcas

mi ilusión; te quiero grande hombre y me saldré con la mía 28.

Sin embargo, Horacio, que no ha sufrido transformación alguna, reconoce

su propia cortedad de miras y la asume. Por el contrario, Tristana

tras esta vivencia de auténtica catarsis, está dispuesta para la más

íntima reconciliación consigo misma. De aquí que llegue al silencio, donde

transformación y plenitud se funden. La reivindicación galdosiana

queda clara, también la insatisfacción posterior de Tristana, y su apocamiento

ante esta realidad cansina que esquiva y falsea.

Tal vez Tristana padezca el dolor de su invalidez como la convicción

de que el sueño no produce seguridades y sea, en fin, ese carácter provisorio

el único que ofrece paz, porque le permite profundizar en lo que

es y lo que quiere ser. Por esto, el final es oración, como en la obra zambraniana

de Los sueños y el tiempo. Tristana se rinde ante la evidencia y

atesora la realidad en su regazo. Ya no le interesa ser entendida ni aceptada;

ha traspasado ese lindero y, allí donde no hay más que una casa y

un jardín con gallinas -en que algunos verían, como dice María Zambrano,

la vulgaridad galdosiana- Tristana recupera su ser: tiene una concepción

mucho más equilibrada del lugar que debe ocupar cada cual en el

orden natural.

28 PÉREZ GALDÓS, B., Tristana, op. dt., pág. 1.30.