VIRIDIANA: •

UNA RECREACIÓN

CINEMATOGRÁFICA DE «LERÉ»

Ramón Navarrete-Galiano

"V;slumbrar a Viridiana repartiendo

la comida entre sus pobres o creando una institución de misericordia,

nos lleva a aquellos que hayamos leído con anterioridad Angel Guerra, a

una situación similar a la del protagonista de "En busca del tiempo perdido"

cuando moja la proustiana magdalena. En esta ocasión unas imágenes

cinematográficas permiten recordar lo que ya habíamos visto antes,

o por lo menos imaginado, gracias a la genial pluma de Don Benito,

cuando nos describe las andanzas de Lorenza, nuestra "Leré", por Madrid

y la inmortal Toledo.

Esa sería la primera señal, sin fundamento teórico, que hace pensar

en la semejanza de ambos personajes. Después hay otras, como es el

testimonio de actores que intervienen en Viridiana. Valga el ejemplo de

Paco Rabal, quien en alguna ocasión ha afirmado públicamente que su

"tío Luis" se había "recreado" en la "Leré" para su protagonista femenina.

Tras estos primeros indicios, si se profundiza en las relaciones de

Buñuel con Galdós encontramos que los estudios sobre el realizador aragonés

y sus propias declaraciones ponen de manifiesto el interés de éste

en adaptar Angel Guerra. Un proyecto que quedó en borrador, aparentemente,

pero sobre el que tenía claras ideas, lo que le llevó a encargar el

guión-adaptación de dicha obra a Julio Alejandro, creador también del

argumento de Viridiana y de los guiones de NazarÍn y Tristana.

Por lo tanto, si en la práctica la propia película y testimonios como el

de Rabal suponen un apoyo para sustentar la hipótesis de la semejanza

entre Viridiana y "Leré", el recurrir a los estudiosos de Buñuel es corroborar

la misma.

Así Agustín Sánchez Vidal en su libro sobre la obra cinematográfica

del realizador aragonés asegura que "Buñuel no es tan ajeno al mundo

galdosiano como pudiera pensarse a primera vista. Ciertos temas resuenan

como armónicos en estos dos universos tan aparentemente alejados,

y las relaciones más profundas, probablemente derivan de su

común inserción en alguna variedad del krausismo. Eso es muy claro en

la adaptación de NazarÍn y hubiera salido reforzado de haberse rodado

ID BIBLIOTECA GALDOSIANA

Angel Guerral proyecto que llegó a estar muy avanzado. Vuelve a quedar

de relieve en Viridianal la otra película rodada en España.

Es másl para VidaL Viridiana podría considerarse como "una réplica de

Nazarín ...

Por lo tanto, hay bastiones teóricos donde apoyar el hecho de que

Viridiana es una recreación, en parte, de "Leré .. , amén de las pinceladas

que Julio Alejandro incorporara del mundo galdosiano, ya que fue un

gran conocedor del mismo, como se puede comprobar en Tristana y Nazarin.

Buñuel nunca llegó a rodar íntegramente Angel Guerral pero sí que nos

adelantó en la pantalla algunos esbozos de aquella obra, como es el

mundo en que se movía su coprotagonista.

Algo similar le ocurrió a Luchino Visconti, quien falleció sin haber rodado

su ansiada adaptación de En busca del tiempo perdidol pero sin embargo

¿no son un gran fresco de la obra de Proust películas como Muerte

en Venecia o Sen so?

Si hasta ahora nos hemos ceñido y apoyado en aspectos teóricos cinematográficos,

en lo que aformaron los estudiosos de BuñueL vamos a

entrar en la creación literaria para sustentar nuestra tesis. Recorramos de

la mano de "Leré .. las calles de Madrid y Toledo, para ver cómo actúa o

cómo hablan de ella sus compañeros de relato. Ello nos permitirá hallar

las semejanzas y parecidos, e incluso una similar evolución con Viridiana.

En las Obras Completas de Galdós, editadas por Aguilar, nos dice su

introductor, Sainz de Robles, que "Leré .. "es una santa de acción .. a quien

"le encanta la santidad de las cosas insignificantes de cada día)), pero sin

olvidar que "es otra espiritualista fuera de sí .. , a quien le gusta "la santidad

de las cosas pequeñas)).

En este primer esbozo comprendemos que nuestra protagonista, pese

a ser una mujer apasionadamente creyente, en contacto continuo con

Dios, rechaza un misticismo abstraído y de retiro, para deambular por la

vida, teniendo relación con las miserias de ella, y procurando, a través

de sus acciones, combatir las mismas.

Es decir, su labor es un apostolado diario, pero cerca de los hombres.

Aquí encontramos ya una similitud con Viridiana, una mujer que, pese a

que sus remordimientos la alejan de la vida monacaL no olvida por ello

sus convicciones, procurando además combatir la miseria y la pobreza

con los medios que tiene a su alcance: dinero y propiedades.

Físicamente diferentes, aunque "Leré .. poco a poco se reviste de atractivos,

pero anímicamente semejantes al llevar a los pobres el consuelo

de espíritu y, no lo olvidemos, el materiaL que es necesario para vivir.

Además, ambas evolucionan en las dos obras cobrando importancia

en aspectos que al principio le eran ajenos. De "Leré)) nos habla por vez

primera "Guerra .. , quien afirma de ella: ,,¡Pobre Leré! Es una infeliz y sabe

muy bien su obligación)). Pese a ello será la que cambie por completo al

protagonista de la novela, convirtiéndose en su centro de atención. En

el principio es una infeliz, alguien que cumple con su trabajo, para ir

V CONGRESO GALDOSIANO _

evolucionando, paso a paso, en aquella por quien Guerra renuncia a todas

sus ideas.

Viridiana es un mística, en un principio, para pasar a ser, en la mitad

de la obra, la «primita», y concluir como pieza esperada de un «menage a

trois», al que ella accede voluntariamente, pero que Jorge, el personaje

de Rabal, ansía desde que la nombra como su «primita)). También se señala

en una ocasión a Viridiana como alguien sin gran carácter y alejada

de la realidad, como es el caso de los pobres que dicen de ella que es

«muy buena, pero un poco chalá)). El lector no llega jamás a pensar en la

simpleza de «Leré», ya que, pese a que su primera aparición es como nos

la describe Guerra, pronto entendemos, por sus actos y réplicas, que el

protagonista de la novela está equivocado.

Así cuando hace su primera incursión en escena nos dice el narrador:

«En esto apareció la que llamaban 'Lere'», quien «ordenó silencio absoluto

» e incluso llega a reñir «suavemente» a los criados por no haber levantado

los manteles».

Es decir, vemos en esta su primera actuación que es la que manda en

la casa, la que hace y deshace, aunque, como matiza Galdós, «su autoridad

no fue nunca molesta, por el tacto singularísimo que siempre tuvo

para imponerla dulcemente y sin humillación de nadie». Guía la casa,

pero sin presunción, de acuerdo con su ideario.

Santa de acción y equilibrada, a quien le disgustaban los extremos

personales que muestra en ocasiones por su hija Guerra, quien si tras las

primeras actuaciones de «Leré» puede comprobar que no es tan simple

como pensaba, cuando discute con ella lo puede certificar. El mismo

Galdós nos dice que «lo hacia de modo tan razonable, que el otro no

sabía que responder)).

Tras explicarnos qué papel juega nuestra heroína en la casa y cómo

se le respeta, se nos la describe físicamente, haciendo mención a la espiral

de sus ojos.

La espiral. ¿Querría hacernos un guiño cómplice Buñuel en Viridiana,

cuando su protagonista monda en perfecta espiral la naranja a su tío?

Algo que el mismo Don Lope reconoce que no sabe hacer. En fin, podría

ser, pero lo cierto es que la forma de espiral aparece en los ojos de

«Leré)) y en manos de Viridiana.

Tras su descripción física y de carácter entramos en lo que son sus

entrañas espirituales y cómo la valoran sus compañeros de relato. Así,

«Ción» le pregunta a su padre cómo es que se ha muerto su abuela estando

«Leré» de intercesora. «¿Si Dios le concede a Leré todo lo que pide,

cómo es que no conseguimos que no se muriera la abuelita?))

Para «Ción)) el poder de Leré era tal, que podría más que la muerte,

hecho que nos pondrá de manifiesto su fe inquebrantable, que no se

romperá ni siquiera tras la desaparición de la niña, algo que la conmueve

profundamente, dejándola abatida físicamente.

Pese a ello se nos dice que «sus creencias eran firmes, ninguna sugestión

podría quebrantarlas)).

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

Su fuerza espiritual es similar a su carácter, nada estridente, pero

arraigado.

Viridiana, ante la presunta violación por parte de su tío y el posterior

suicidio de éste, no renuncia a sus creencias y vida de ascetismo, rechazando

la vida en un convento, pero llevando su celda hasta su propia

casa. Este hecho se debe a que, como ella misma afirma a la superiora

de la orden donde pensaba profesar se siente culpable de la muerte de

su tío, aunque «No voy a volver al convento. No debo más obediencia

que a Dios. No tengo nada que reprocharme. He cambiado».

A lo largo de la novela «Leré» evolucionará más y más en sus creencias

llegando a estar por encima de algunos planteamientos mundanos.

Así, en mitad de la narración, ella misma afirma que no teme nada, apuntando

a continuación el narrador que «Leré se había emancipado en

absoluto de las leyes físicas, no pensando nunca en ellas o mirándolas

como accidentes pasajeros y sin importancia».

Esa emancipación de las leyes físicas lleva a Viridiana a renunciar a

su estado ascético, simbolizada en la quema de la corona de espinas por

la niña, para llegar a mantener relaciones carnales con su primo, por

encima de cualquier barrera social. Aunque esta evolución se ve apoyada

en el hecho del intento de violación que sufre por parte de uno de

sus pobres.

Pese a esta evolución de ambas mujeres, con finales tan diferentes,

pero sustentados en sus propios valores, hay otros puntos en la narración

y la película que vuelven a incidir en estas semejanzas.

Por un lado encontramos un carácter disciplinado y prudente que a

«Leré» le hace actuar con una «severidad dulce» con la que gobernar la

casa, y mantener sus convicciones frente a todos, además de darle gran

fuerza como ella misma explica a Guerra, cuando éste le pide consejo

sobre cómo adoptar las creencias cristianas.

Viridiana aparece durante la película firme en sus valores y comportamientos,

rechazando las lisonjas, como les dice a los pobres: «vámonos

ya y ahorre las alabanzas que no me gustan», además de mostrar un equilibrio

espiritual y rechazar los juegos de su tío porque no le «gustan las

mascaradas» .

Ese carácter fuerte se apoya, sobre todo, en sus creencias religiosas,

en Dios, a quien ella tiene que dar cuenta. Así, después de la muerte de

Don Lope, Viridiana le asegura a la superiora de la orden dónde pensaba

profesar que se siente culpable de la misma y que no va a volver al convento,

ya que «no debo más obediencia que a Dios. No tengo nada que

reprocharme, he cambiado».

Esa fe inquebrantable es el báculo de «Leré», quien asegura que «Dios

vela por ella» y se somete a los designios del Altísimo para enviar enfermedades

ya «que son pruebas que no deben rechazarse» o la muerte,

como es el caso de «Ción». No hay resquicio para la duda en lo que a

creencias religiosas atañe a «Leré», ya que «bromear con la religión es

feísimo pecado».

V CONGRESO GALDOSIANO 111

Los dos poseen una inalterable fe, orando en la intimidad pero rehuyendo

el rezo sin fundamento, procurando ser cristianas de acción. Por

ello ayudar a los más necesitados, pobres y mendigos, ya sea como Viridiana

constituyendo una especie de hospicio o como «Leré» le plantea a

Guerra que hay que «repartir entre los necesitados todo lo que no nos es

absolutamente preciso», descartando que esto tenga que ver algo con el

socialismo, pero argumentando que si se disminuye la necesidad disminuyen

los delitos. Por ello Lorenza asegura que de entrar en una orden

religiosa lo haría en aquellas que recogen a los pobres. Su generosidad

con los más necesitados no sólo pertenece al plano teórico, sino que

queda patente cuando pide que el dinero que ha heredado de la madre

de Guerra se guarde para entregarse a la orden del Padre Mancebo.

Al final de la novela «Leré» planea crear una orden religiosa en la que

los hombres y mujeres estarán separados, la unión será espiritual, vestidos

con decencia, procurando que se traten entre ellos como hermanos

y tratando que realicen algún trabajo.

Además no se para en mientes y asegura que no teme a miserias ni

enfermedades de los pobres: «écheme usted viejos, imposibilitados -le

dice a Guerra-. Nos repartiremos los trabajos según los gustos y aptitudes

de cada cual para atender a todo. Que los asilados tengan libertad

para salir cuando les plazca, a mí no me asusta. Que se prohiba el defenderse

de los ultrajes no es nuevo para mí. Que sea ley no temer a las

enfermedades pegadizas paréceme muy bien».

Recuerda, sin lugar a dudas, todo lo anterior a las directrices que Viridiana

fija a sus pobres, cuando reparte entre ellos los trabajos de la cocina,

atención a la casa o decoración de la capilla. No es la heroína de

Buñuel reacia a dejar de un lado al supuesto leproso, curándolo ella

misma y conminando a los otros pobres a que lo traten como un «hermano

enfermo».

Frente a estas acciones y labores, reflejo externo de su fe, ambas

dedican momentos durante el día para su retiro y oración con Dios. Las

dos rezan como si de dos religiosas se tratara, de rodillas y tiradas en el

suelo, con sacrificio, como se nos describe a «Leré» mientras es observada

por Guerra o como aparece Viridiana en su habitación.

Dormitorios sobrios en los dos casos, como si fueran celdas, un poco

menos el de «Leré», ya que duerme con «Ción», pero lo cierto es que adopta

las mismas posturas que Viridiana a la hora de rezar «de rodillas en

medio del cuarto, frente a una pintura del Redentor crucificado, la maestra

tan pronto rezaba con las manos juntas sobre el seno, tan pronto leía

en su libro de oraciones». Al igual que la heroína de BuñueL a excepción

del cuadro que suple por un crucifijo y una corona de espinas.

Las dos lo hacen con total privacidad, que se ve rota por la intervención

de los hombres, ya que Jorge penetra en el dormitorio de su prima

sin avisar, algo que ella le recrimina cuando se marcha, mientras que

Guerra profana la celda de «Leré", como «voyeur)) a través de un agujero

en la pared.

mi BIBLIOTECA GALDOSIANA

Aunque el hábito no hace al monje, como afirma «Lerél>, ambas visten

trajes similares, tocas y velos negros, «vestidito de hábito de la soledad

y mantilla negral>, según Guerra, que ocultan sus encantos, como

hace Lorenza tratando de disimular sus abultados senos.

A pesar de esta apariencia austera, en ambas se vislumbra, de forma

sutil, su comunicación espiritual continua, ya que a las dos se les identifica

con figuras celestiales. «Lerél> en los sueños místicos de Guerra y

Viridiana cuando posa para la Virgen.

Pese a ello, las dos rechazan tales semejanzas, Viridiana cuando la

comparan los pobres con un ángel y «Lerél> cuando pregunta a sus interlocutores

que en qué se le nota a ella que es santa.

Su inquebrantable fe y su unión mística les lleva a ambas a dotarse

de valor para enfrentarse en solitario al mundo y no temer del mismo la

opinión de los demás o la injuria. Viridiana, conviviendo en la misma

casa con su primo y la amante de éste, para posteriormente mantener

relaciones con el mismo. O «Lerél>, que asegura no «temer el fisgoneo de

la gente, sino la mira de Dios en nuestras almasl>, llega a valorar la maledicencia

y la injuria como algo positivo, ya que así se le proporcionaba

«ocasión de martirial>.

Junto a lo señalado hasta el momento, que ha permitido corroborar

las semejanzas y parecidos entre ambos personajes, hay tres hechos y

acciones puntuales, como son el rechazo a un compromiso matrimonial,

la violencia de que son objeto y su íntima coquetería, que inciden en la

similitud de ambas.

Comencemos por su coquetería. Las dos son mujeres, pese a que

oculten sus encantos con tocas y estameñas negras.

Viridiana, tras ser acosada violenta y sexualmente, se recrea contemplándose

en el espejo, dándose cuenta de que es bella y de que posee

un hermoso rostro y undoso cabello, al que le lleva a comprender la

atracción que su primo siente por ella, lo que le conduce a la habitación

de éste, y al final de la película.

«Lerél>, que guarda una discreción en esos aspectos durante toda la

novela, tiene un momento de flaqueza cuando, tras recibir proposiciones

matrimoniales de Guerra, se recluye en su dormitorio para mantener un

soliloquio, en el que, además de hacer mención sobre lo abultado de sus

senos, llega a vislumbrarse un asomo de orgullo cuando afirma que «algo

tiene el agua cuando la bendicen, algo habrá en mi persona que le habrá

gustadol>.

También Leré sufrirá una acción violenta en sus carnes cuando sea

amenazada de muerte por Zacarías, en la casa de éste, donde trabaja

cuidando a su mujer y familia. Además, en la novela es un hecho violento

las heridas que da a Guerra los ladrones, lo que llevan a su muerte y

al final de la obra.

Por último, señalar también la negativa que ambas profesan a contraer

matrimonio. Viridiana, desde un principio, rechaza ese sacramento, aun

incluso después de que su tío le hace creer que ha sido forzada, finaliV

CONGRESO GALDOSIANO ID

zando la película con una relación sentimental sin legalizar. «Leré .. actuará

igual cuando Guerra le propone el matrimonio afirmando que «yo no

sirvo para eso ... Es más, según matiza el narrador, «habló con repugnancia

del matrimonio ...

Pese a las semejanzas que ambas presentan a lo largo de la narración,

su final es bien distinto, tal vez incluso si Buñuel hubiera llegado a adaptar

Angel Guerra, la conclusión de la película habría sido diferente de

como lo planteó Galdós, ya que el contexto social e histórico de ambos

creadores no tiene nada en común, un siglo de diferencia lo asevera.

Viridiana evoluciona a lo largo de la película desde un contacto directo

con la religión oficial, va a profesar en una orden, para llegar al abandono,

al menos superficial de sus creencias, simbolizado en la quema de

la corona de espinas. El suicidio de su tío le aleja de entrar en el convento,

mientras que el intento de violación de que es objeto por el

pobre le hace renunciar a una vida espiritual y casta, de ayuda a los

necesitados, para dejarse arrastrar por la atracción que siente hacia su

primo.

Por su parte, «Leré .. mantiene una evolución plana, siendo ella el motor

de cambio para el protagonista de la novela, Angel Guerra, quien

dejará de ser un ateo convencido para morir acogido a la iglesia oficial.

Todo lo visto hasta este punto pone de manifiesto las semejanzas de

Viridiana y Lorenza, sustentando el hecho de que la primera es una recreación

de la segunda, un siglo después y en la gran pantalla. Hay aspectos

en los que ambas difieren, pero cierto es que la mayoría de sus

actuaciones y acciones, más destacadas, se asemejan.

Buñuel no llegó del todo a reconocer la recreación que había realizado,

tal vez para evitar que se le negara la originalidad de su Viridiana,

aunque ella misma, a lo largo de la acción fílmica, descubre sus orígenes.

Por último, señalar que pese a finales tan diferentes habría que preguntarse

qué es lo que hubiera ocurrido en la narración si Guerra no

hubiera muerto.

Además, si nos apoyamos en la propia novela vemos cómo el autor,

sutilmente, establece al final unos lazos muy directos entre su pareja

protagonista, ya que señala que «Leré .. tenía «pena y estoicismo .. mudos,

por «la muerte de su amigo ...

¿Habrá algún doble sentido detrás de esa connotación?, ya que es la

primera vez que se apunta que son amigos. Además, precisa que la heroína

«recobró por merced divina la serenidad augusta, sin la cual no

fuera posible su trabajosa misión entre las miserias y dolores de este

mundo ...

¿Hay tal vez una segunda intención en el seno de Galdós? Podría ser;

no olvidemos que en su tiempo los novelistas explicaban entre líneas, o

cerrando la puerta de un dormitorio como hacia el narrador canario, lo

que no podrían decir claramente.

Se podía leer entre líneas o también a través de todo un libro. Valga

_ BIBLIOTECA GALDOSIANA

como ejemplo la intención de la Pardo Bazán cuando escribió Insolación,

tratando de justificar con la misma, ante su amante, Galdós, la infidelidad

a que lo había sometido.

Cierto es que esta última apreciación de la relación entre Guerra y

«Leré» resulta difícil de corroborar, pero de lo que sí que no hay duda es

que el espíritu e ideario que sustentó Galdós a través de su heroína puebla,

en diversos aspectos, fotogramas y planos de la obra del realizador

aragonés.