LA ESPAÑA FINISECULAR •
VISTA POR BENITO PÉREZ GALDÓS
y EMILIA PARDO BAZÁN
Pilar Faus Sevilla
Como parece ser una norma al finalizar
una centuria, los últimos años del siglo XIX van a ser años de crisis.
Una crisis que empieza a ser perceptible para los ojos más perspicaces
a mediados de los años de 1880, hasta mostrarse plenamente en la
última década.
Para analizar este hecho nos vamos a valer, no del testimonio de los
historiadores de este período, sino del testimonio proporcionado por
dos importantes figuras literarias: Galdós y E. Pardo Bazán. Ambos van a
ser testigos y agudos observadores de la vida española del período histórico
que les ha tocado vivir a la par que actores, importantes actores,
de su escenario cultural.
D. Benito y D. a Emilia, junto a los restantes novelistas de su generación
(Pereda, Clarín, Palacio Valdés, etc.), van a adentrarse en la descripción
del medio y la realidad circundante de la que, conscientemente,
quieren ser intérpretes y difusores l. Y lo van a hacer a través de una
importante labor de creación literaria, que hallará en la novela naturalista
su mejor forma de expresión. Nueva corriente literaria cuya aparición
en España casi coincide con la de un nuevo periodo histórico: el de la
Restauración (1875-1931) al que pertenecen nuestros escritores en cuerpo
y alma.
Pero se trata de un período excesivamente largo para que su estructura
y principios permanezcan inmutables. Por ello, y aun aceptando la
existencia de unas especificas características, a lo largo de su existencia
van a ir apareciendo peculiaridades que permiten la distinción de varias
etapas. Estas a «groso modo» van a coincidir con las que corresponden a
sus sucesivos monarcas.
I A esta actitud consciente alude D. a Emilia en su Autobiografía cuando escribe: «el
medio ambiente se impone, y a su imposición debemos el conocer la montaña santanderina
en Pereda, las costumbres madrileñas en Galdós y la región asturiana en Armando
Palacio y en Leopoldo Alas, los pueblecillos catalanes y la segunda capital de España
en Oller ... A mí me ha tocado en suerte el país gallego, digno de mejor pincel por su
romántica hermosura ....... Op. cit. en o. c. ed. Aguilar, vol. 111, pág. 727.
lB BIBLIOTECA GALDOSIANA
De acuerdo con el enunciado de este trabajo, el objeto de nuestra
atención se va a ceñir a la etapa correspondiente a la Regencia de la reina
viuda D. a María Cristina, especialmente analizada a través de la especifica
aportación de nuestros dos escritores. Dos hechos van a resaltar
como peculiares de su labor. En primer lugar, se produce cierta identificación
y similitudes sobre la forma de ver y enjuiciar la situación y los
problemas que afectan a España; en segundo término, las diferencias y
divergencias de ambos escritores ante la misma situación. Las diferencias
apenas serán perceptibles en los primeros años de esta etapa, pero
gradualmente, van a hacerse más ostensibles a finales de la misma.
Un somero análisis de las similitudes nos van a permitir destacar,
como causa fundamental de las mismas, la pertenencia de los dos escritores
a la misma generación: la generación de 1868. Hecho al que cabe
atribuir la existencia de unas notas comunes que la tipifican por encima
de las lógicas diferencias personales de sus miembros 2.
En el caso que nos ocupa, y aun teniendo en cuenta que Galdós es
ocho años mayor que la Pardo Bazán, hay que resaltar que los dos, pese
a proceder de lugares bien distantes de Madrid, allí han vivido, directa e
intensamente, los años revolucionarios. Años decisivos en la gestación y
configuración de la vida española del período siguiente :3.
También en los dos se ha producido la toma de conciencia de la inferioridad
de España, en todos los órdenes, con respecto a los países más
adelantados de Europa. Actitud comparativa que servirá como acicate de
su innato sentimiento patriótico -aparentemente más agudizado en
D. a Emilia- hasta embarcarles en la gran empresa de revitalización cultural
de su país. Labor que ambos llevarán a cabo con excepcional laboriosidad.
En el terreno estrictamente personal, también se producen analogías
evidentes entre los dos escritores. A este terreno pertenece su insobornable
sinceridad y honradez ideológica, aunque esta ideología no sea
siempre la misma para ambos. Incluso a la hora de transgredir unas normas
morales de conducta, estas serán las mismas: las referidas a la
moral sexual. Aunque este hecho va a ser socialmente juzgado de forma
muy diferente, según se trate de D. Benito o de D. a Emilia, para los pro-
2 A diferencia de la unanimidad con que ha sido acogida la denominación de "Generación
de 1898 .. , la que corresponde a los escritores que reseñamos no lo es tanto por
parte de los historiadores de este período. Si bien, se percibe una tendencia creciente
hacia la denominación de "Generación de 1868 .. , que yo he adoptado desde 1958. Este
criterio se basa en el convencimiento de que los hechos que sucedieron a la revolución
de 1868 no son de menor transcendencia política, social y cultural que los acaecidos
treinta años después .
.3 Pese a sus años de filiación carlista, Emilia va a hacer una valoración positiva del
periodo revolucionario. En 1886 escribía: "No puede dudarse que la Revolución de Septiembre
señala un período nuevo para nuestra literatura ... acaso convenía el rudo sacudimiento
para que despertasen los que dormitaban, luchasen los despiertos y una generación
joven brotase del suelo sembrado de escombros .....
Autobiografía, o C., III, pág. 707.
V CONGRESO GALDOSIANO mB
tagonistas revestirá la misma consideración. Supone la aceptación íntima
de cierta libertad en el terreno amoroso, al margen de consideraciones
sociales y religiosas 4.
En nuestros escritores existe, por raciocinio y por principios, una amplia
libertad de conciencia centrada en una jerarquía de valores éticos,
morales y aun religiosos, poco convencionales. Dicha libertad quedará
patente personal y literariamente, tanto en el campo amoroso como en el
rechazo de plano de cualquier manifestación de fanatismo político o religioso.
En contraposición, su conducta y escritos proclamaran la tolerancia
y respeto mutuos como la mejor forma de convivencia entre las gentes.
Pasando al terreno literario, las coincidencias son más claras al inscribirse
ambos, a lo largo de los años comprendidos entre 1880 y 1889,
en las filas del nuevo arte naturalista, coincidiendo también en el peculiar
concepto del naturalismo español definido por D. a Emilia en La cuestión
palpitante 5.
A través de una extensa y valiosa producción novelística, los dos escritores
van a dejar al descubierto dos importantes realidades bien distintas
de la vida española: la que corresponde al mundo capitaleño de la
gran urbe que es Madrid, y la que corresponde al mundo provinciano y
rural de otras regiones, de Galicia en este caso. Habiendo aplicado para
sus respectivos estudios el mismo implacable escalpelo naturalista.
El resultados que se nos va a ofrecer, ya no será la brillante estampa
de Barcelona durante la Exposición Internacional de 1888, ni los lucidos
paseos de coches por la Castellana, ni las deslumbradoras veladas de
Opera del Teatro Real de Madrid o del Liceo de Barcelona. Será una visión
más amplia y profunda de la total realidad española. Corresponde a
otros ámbitos y gentes , que como los integran a las clases media y baja,
constituyen la mayoría de la población española.
Aunque existan entre los dos las afinidades apuntadas, y aunque en más
de una ocasión Emilia va a calificar a Galdós ,de «maestro», no han sido estas
circunstancias las que han determinado la adhesión a la corriente naturalista.
Por distintos caminos han sido empujados por la propia inercia histórica,
que también preside los fenómenos culturales. No olvidemos que es
4 A este respecto la escritora se expresa con toda claridad en carta dirigida a Galdós.
Aludiendo a los dos tipos de moral establecidos por la sociedad de su época, una
para los hombres y otra para las mujeres, escribe: "De los dos órdenes de virtudes que
se exige al género humano, elijo la del varón ... y en paz)).
Cartas a Benito Pérez Galdós (1889-1890). Prólogo, ed. y notas de Carmen Bravo
Villasante. Madrid, 1978, pág. 90.
5 Al citar el naturalismo español, no nos referimos al de servil imitación del francés
preconizado por Zola, sino al definido y defendido por la Pardo Bazán en su Cuestión
palpitante, que fue aceptado, consciente o inconscientemente, por la mayoria de los
novelistas españoles. Se trata de un naturalismo que, despojado en gran medida, del
factor determinista y el crudo materialismo zolesco, entronca con el genuino realismo
de abolengo hispano.
La cuestión palpitante apareció publicada, primero en La Epoca (1882-188.3). Inmediatamente,
en forma de libro con prólogo de Clarín (188.3).
II:t:J BIBLIOTECA GALDOSIANA
el triunfo de la mentalidad positivista, de la que el naturalismo es una de
sus consecuencias, la que se ha enseñoreado en Europa por estos años.
Lo que hará este hecho es estrechar más los lazos de admiración y
simpatía mutuos hasta derivar en una sincera amistad. Iniciada hacia
1883 -al menos desde esa fecha poseemos pruebas documentalesdurará
toda la vida. Sólo se verá interrumpida, temporalmente, por la
derivación a finales de 1887, en apasionada relación amorosa, cuya corta
duración hay que atribuir, en parte, a la infidelidad de la escritora 6.
Vemos, pues, como hasta llegar a los umbrales de la última década
del siglo, se ha producido entre los dos escritores una especie de identificación
personal y literaria, fecunda y valiosa, que les ha conducido a
alcanzar la fama.
A este respecto, sin embargo, conviene una puntualización. Si analizamos
la trayectoria literaria de los dos escritores, observaremos cómo
la carrera de Galdós ha sido larga y laboriosa, escalando, uno a uno, los
peldaños que conducen al triunfo. La de Emilia, por el contrario, ha sido
vertiginosa.
Aunque parezca una perogrullada, lo primero que hay que resaltar en
Galdós es su condición de varón como lo son la práctica totalidad de los
escritores, y como ellos pertenece a la amplia clase media. Personalmente
es de aspecto corriente, casi vulgar. Aunque no lo parezca no es de
naturaleza robusta y su salud es precaria. Modesto, introvertido y con
una timidez casi patológica. A excepción de sus discretos viajes, su vida
está consagrada a la tarea de creación literaria; se ha replegado en la
cómoda y cálida seguridad que le brinda el afecto de varias de sus hermanas
mayores con las que va a vivir siempre. Probablemente a su timidez
se deberá la exclusiva consagración a la profesión literaria, y quizá
también su celibato. Aunque esta afirmación, vista a la ligera, pueda
parecer una contradicción con sus frecuentes aventuras amorosas. Poco
sociable, su circulo amistoso estará siempre reducido a un pequeño número
de amigos entrañables. Nada le va a producir mayor desazón que
las grandes manifestaciones públicas referidas a su persona. A lo largo
de su vida serán varios los homenajes que le van a ofrecer sus admiradores.
A ellos acudirá como un forzado. En estas ocasiones su voz, de
tonos bajos y suave ceceo canario, aún se apagará más a la hora
de contestar, agradecido, a los elocuentes discursos encomiásticos que
se le han dirigido. Apenas será capaz de mal leer unas cuartillas o balbucear
un lacónico, igracias! 7. No existe, en suma, en el autor de los Epi-
6 Para conocimiento de la relación amorosa habida entre los dos escritores debe
consultarse la citada publicación de C. Bravo Villasante. Para conocer la relación amistosa
debe consultarse el archivo de Galdós existente en la Casa-Museo de Las Palmas.
7 Son constantes las alusiones acerca de la extraordinaria timidez del escritor canario,
especialmente puesta de manifiesto a la hora de recibir el homenaje público de sus
admiradores. Entre las últimas, cronológicamente, y quizá más completa, figura la de
w. H. Shoemaker en su trabajo titulado ,,¿Cómo era Galdós?)). Anales Galdosianos, 1973,
págs. 5-21.
V CONGRESO GALDOSIANO _
sodios Nacionales, ningún rasgo llamativo que, a nivel personal, pueda
atraer la atención del público.
Muy distinta, por el contrario, es la personalidad y circunstancias que
afectan a la escritora. En primer lugar, y todavía con mayor énfasis, hay
que resaltar su condición de mujer. Es hija única de padres jóvenes e
inteligentes de la mejor sociedad gallega. Por ambas ramas pertenece a
la histórica nobleza provinciana y, en fecha reciente, a su padre le ha
sido concedido el título pontificio de conde de Pardo Bazán. También es
esposa de otro distinguido y acomodado hidalgo, don José Quiroga, madre
de tres niños de corta edad y, al parecer ferviente católica como lo
demuestran sus colaboraciones en La Ciencia Cristiana y su biografía de
San Francisco de Asis.
Hasta aquí -primeros años de la década de 1880- la imagen ofrecida
por la Pardo Bazán no puede ser más tópica, al menos en apariencia,
y adecuada a la estampa clásica que ofrece la mujer española de elevada
posición social del medio provinciano. Nada más lejos de la realidad.
Es otra la imagen que, en solitario, está gestando la propia escritora y de
la que ella es la pionera. Nueva imagen que va a irrumpir enérgica rompiendo
el marco de la vida convencional en lo que a la mujer se refiere.
Contra la tónica general de la mujer apenas instruida y mayoritariamente
analfabeta, Emilia posee una amplísima cultura, superior a la de la mayoría
de los varones ilustrados. Es fruto de una gran inteligencia y una
fuerte voluntad, que la ha llevado a realizar un estudio serio y sistemático
bajo el magisterio de sus amigos krausistas. Cualidades que la mayoría,
y como máximo elogio, van a considerar varoniles. Tampoco su
aspecto físico responde a la estereotipada imagen, con resabios románticos,
en el que la vanidad masculina ha cifrado su ideal de mujer: débil,
enfermiza, sumisa, callada, ignorante, abnegada y muy devota. Tipo femenino
que, indefectiblemente hará resaltar la superioridad del hombre.
La escritora gallega es, por el contrario, robusta y de una salud y fortaleza
física envidiables que le permiten desarrollar una actividad intelectual
incomprensible y aún inalcanzable para muchos hombres. Para colmo
de males, Emilia posee un temperamento dinámico, vital y batallador
que la van a convertir en uno de los más hábiles polemistas de su
época. Pero al mismo tiempo es cordial, afectuosa, simpática y de una
sociabilidad expansiva y alegre. Suma de cualidades que, en el terreno
amoroso, va a aderezar con una zalamería y mimo arrullador, muy gallegas
a la par que muy femeninas.
En suma, existen en D.a Emilia una mezcla de cualidades y defectos
que la sociedad contemporánea atribuye, en cerrada dicotomía exclusivista,
al hombre o a la mujer. Concepción ilógica que la escritora, tanto
a nivel personal como literario, tratará de combatir con el consiguiente
escándalo general. Precisamente, su deseo de romper los romos e injustos
esquemas mentales de la sociedad española con respecto a la mujer,
es el que le llevará a iniciar en estos años finiseculares una actividad
feminista sin precedentes.
ID BIBLIOTECA GALDOSIANA
Por último, y de acuerdo con la insaciable curiosidad que domina a la
escritora, esta se va a sentir atraída, a diferencia de Galdós, por múltiples
actividades dentro y fuera del campo literario. Así, ciñendonos a su
labor dentro del estricto campo literario, sus preferencias alternarán entre
el cultivo de la pura creación novelística y la dedicación a trabajos
de estudio y crítica literarias. Siendo en este último aspecto donde va a
conseguir sus triunfos más ruidosos. No tanto por la extraordinaria valía
de sus escritos -aunque no hay por qué regatearle sus justos méritossino
por la novedad, oportunismo y polémicas que van a suscitar algunos
de ellos.
Precisamente en estos años, y alternando con la publicación de sus
mejores novelas, va a publicar una serie de estudios como son La cuestión
palpitante, La revolución y la novela en Rusia, Feijóo y su siglo y la
colección titulada De mi tierra. A ellos, hay que añadir sus famosas crónicas
periodísticas encargadas por varios periódicos para reseñar importantes
efemérides internacionales, como eran el jubileo del Papa León
XIII, en 1888, y la Exposición Internacional de París de 1889.
Aunque en conjunto, se trate de publicaciones no desdeñables, su
éxito, repito, hay que atribuirlo al carácter de divulgación novedosa, a la
que hay que sumar su aparición en publicaciones periódicas muy conocidas.
Emilia amante del escrito breve, de fuerte impacto social o literario,
va a sentir una especial vocación periodística, que va a cultivar toda
su vida. Para ella la prensa, que inicia por estos años su época dorada,
va a constituir el medio ideal para conseguir la máxima difusión de sus
escritos y con ellos la fama que tan ansiosamente desea 8.
Por unas razones u otras, la realidad es que a finales de la década de
1880, Emilia se ha convertido en un personaje de moda, hasta el extremo
de que el verla, escucharla o aplaudirla se convierte en todo un acontecimiento.
Buen ejemplo de ello nos lo van a ofrecer las tres lecturas
sobre la novelística rusa, que van a tener como escenario el Ateneo
madrileño. En el mes de abril, y durante tres semanas consecutivas, la
escritora será la atracción de la sociedad culta y distinguida de la Villa y
Corte. Emilia que nada tiene de tímida, leerá su estudio con el aplomo
y buena entonación que su contenido merece. Hecho que va a contribuir
8 Emilia desde el comienzo de su carrera literaria, colaboró asiduamente en las más
importantes publicaciones periódicas gallegas, nacionales y varias extranjeras. Entre las
primeras cabe citar: El Progreso de Pontevedra, La Revista Compostelana, El Heraldo Gallego,
La Revista de Galicia, que fue dirigida por la escritora durante un año. Entre las
españolas cabe citar Ciencia Cristiana, la Revista de España, La Revista Contemporánea,
La Revista Europea, La Epoca, El Imparcial, Arte y Letras, El Correo, La Ilustración Española
y Americana, La Ilustración Artística, Blanco y Negro, La Lectura, La Esfera, etc.
Entre las publicaciones extranjeras habria que citar La Nación de Buenos Aires en donde
colaboró asiduamente. De forma esporádica lo hizo en Fortniglly Review, la NouveIle
Revue Internationale, la Revue des Revues, etc. Mención aparte merece su colaboración
en La España Moderna de la que fue además inspiradora y principal propagandista. Pero,
sobre todo, hay que citar el Nuevo Teatro Critico del que fue fundadora, propietaria y
redactora exclusiva.
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al éxito de las conferencias y que según nos relatan sus cronistas, se
convirtieron en un verdadero acontecimiento intelectual y social. Dentro
del mismo contexto, pero con dimensión más amplia y popular, hay que
situar el recibimiento dispensado a la escritora en su Coruña natal. En
carta fechada en La Coruña, el Día de Corpus de 1887 escribe a Galdós:
"El recibimiento fue aquí de novelista ruso, y por espacio de 48 horas he
podido creerme a la altura de la popularidad de Dostoyewsky. Anegada y
bombardeada por las rosas, los ramos, las palomas y los versos; aclamada
a gritos, seguido el coche por cerca de 20.000 personas ... » 9.
Tres meses después, Emilia también va a recibir el homenaje entusiasta
de la ciudad de Orense, con la que le ligan fuertes vínculos familiares
y amistosos. El motivo lo brinda la erección de una estatua a Jerónimo
Feijóo, el orensano más ilustre, y los festejos que en torno al acontecimiento
se organizaron. Para presidirlos se ha pensado en la gallega más
exitosa. D. a Emilia acepta gustosa la invitación, no tanto por lo que pueda
tener de satisfacción personal, como por la posibilidad que se le brinda
de mejorar el discutido estudio, hecho sobre el mismo personaje en
1876 10.
Vemos, pues, cómo en los umbrales de la última década los dos escritores
han alcanzado la fama. Y en el caso concreto de Galdós, ésta se
ha visto coronada por su ingreso en la Real Academia de la Lengua 11.
También hemos visto cómo, a pesar de las diferencias personales y circunstancias
que afectan a ambos, su marcha en la labor de creación
novelesca ha discurrido por cauces muy similares.
Sin embargo, al iniciarse los años noventa, aquel paralelismo se va a
quebrar no sólo por causas personales. Confluye la crisis que en
múltiples aspectos: económico, político, social etc., afecta a la vida española.
Ante ella, los dos escritores van a reaccionar con variantes de intensidad,
tiempo, forma y contenido.
Reseñados sintéticamente los componentes de las diferentes crisis,
hay que destacar, en primer término, la económica. La raíz es simple. Es
la consecuencia de la desidia gubernamental en lo que al fomento de las
fuentes de riqueza del país se refiere, a la que hay que añadir las ciclicas
recesiones económicas y la mala administración. Como parece ser
un defecto muy español de todos los tiempos, no se han sabido ajustar
los gastos con los precarios ingresos.
9 Carta dirigida a Galdós el día de Corpus (1887).
lO Su trabajo Examen critico de las obras del padre Feijóo, premiado en el certamen
de Orense, aunque fue dirimido en última instancia en Oviedo, fue muy discutido incluso
por sus amigos Linares y Giner. Ella reconoció siempre que era un trabajo flojo de
principiante, preparado con muy poco tiempo. En cambio, el escrito ahora, Feijóo y su
siglo, será conceptuado como el mejor de los realizados sobre la figura del sabio benedictino,
incluido el de Menéndez Pelayo.
Véase: G. Marañón, Las ideas biológicas del padre Feijóo.
11 Su ingreso en la Real Academia de la Lengua tuvo lugar en 1889, pocos meses
después de haber sido rechazada su primera candidatura.
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La actitud de Galdós, en lo que al problema económico se refiere es
poco ostensible. Es indirecta y su manifestación va a estar muy diluida a
lo largo de la producción literaria de esta década. Habrá que esperar
a los primeros años del nuevo siglo para hallar manifestaciones más claras
y directas 12.
Muy diferente, en cambio, es la actitud de la Pardo Bazán. Acorde con
su temperamento, será precoz, directa y más agresiva. Cuenta para ello
con la poderosa alianza de la prensa convertida, como deciamos, y durante
estos años, en el principal vehículo de sus ideas. Con notable agudeza
y sentido práctico, ya a finales de la década anterior, en 1887, se
ha preocupado del problema agrícola en carta dirigida al presidente de
la Liga Agraria. Las ideas aquí expuestas las va a ampliar en 1892 en su
artículo «La subida de los liberales». En éL y a propósito del alborozo
popular con que ha sido acogido el cambio ministeriaL Emilia no puede
ocultar su perplejidad. A su juicio, la vida española está sumida en una
aguda crisis económica de la que son responsables ambos partidos turnantes
en el poder, crisis que no es posible resolver con la simple subida
de uno de ellos.
Con gran visión del momento histórico, recuerda que ya han pasado
los tiempos heroicos propiciados por los hechos de armas. El momento
((bello" ha sido sustituido por el momento ((útil", por el prosaismo de realidades
en apariencia tan humildes, pero de tanta transcendencia como
son las cuestiones de despensa y caja. "Lo primero y principal -estima
D. a Emilia- en una nación, como en una casa, es desentramparse, ponerse
a flote, economizar y aliviar la angustiosa situación presente, y lo
secundario toda la bambolla de la comedia política, que ha pasado a ser
mero pugilato de personales intereses, vanidades y desquites» 13.
En el campo político también por estos años, van a eclosionar, incluso
de forma violenta, una serie de problemas que como el sociaL regionaL
coloniaL etc., habían sido marginados al producirse la Restauración.
Problemas, que ya en los años ochenta, habían comenzado a ser candentes.
Pero es ahora cuando van a adquirir más sombríos tonos de violencia.
Huelga de mineros bilbaínos en 1890, insurrección anarquista de
Jerez en 1892, bombas terroristas en Barcelona en 1893, asesinato
de Cánovas en 1897 ... Grave situación social que también va a ser tratada
por los dos escritores, pero con ideas y matices distintos.
12 A este respecto véanse sus artículos "Rura» y ,,¿Más paciencia?» publicados ambos
en El Progreso Agricola y Pecuario, en 1901 el primero y en 1904 el segundo. En
los dos glosa la lamentable situación a que va quedando reducido el hombre del campo,
sumido ahora en la pobreza. Si bien, en el segundo marca el acento en la desatención
gubernamental hacia el campo y sus habitantes a los que no llegan los beneficios
del bienestar y la cultura de que gozan ya la mayoría de los habitantes de las ciudades.
Siendo el final del artículo un encendido alegato socialista.
13 "La subida de los liberales», Nuevo Teatro Critico, núm. 24, dic. de 1892, págs,
88-89.
V CONGRESO GALDOSIANO lB
Para Galdós, como para la mayor parte de la sociedad española, la
cuestión social se refiere, prioritariamente, a la situación de las clases
bajas de nuestra sociedad: campesinos, obreros, modestos artesanos,
etc. En este aspecto la actitud del escritor canario es más idealista, más
amplia y comprometida que la de su compañera gallega. A su servicio va
a ponerlo prácticamente todo. Literariamente, lo hara primero, a través
de su novela; después, tratando de conseguir un impacto mayor y más
directo sobre el público, va a recurrir al teatro. En último lugar, por medio
de una decidida actitud personal. Actitud que, teniendo en cuenta su
carácter introvertido y su invencible timidez, puede calificarse de heroica.
Mucho debe haber pesado en el ánimo del escritor la justicia de
su empeño, para decidirle a traspasar los límites de su cómodo liberalismo
teórico hasta hacerle militar en el campo socialista junto a Pablo
Iglesias.
Algún otro componente hay que añadir en el tratamiento del problema
social por parte de Galdós. El principal que salta a nuestra vista, es
el componente historicista que preside toda su actividad literaria. A lo
largo de la misma se percibe un indiscutible movimiento de inercia social
impuesta por la concurrencia de una serie de factores. El principal
es la dinámica de clases que, a su vez, encaja con el sentido de la justicia
y perfectibilidad humana propios del progresismo liberal decimonónico.
A ese progresismo hay que atribuir el traspaso, a mediados de siglo,
del cetro hegemónico de la aristocracia a la burguesía. Sin embargo,
hoy, esa situación hegemónica empieza a ser rechazada. Su falta de
valores morales sustituidos por un descarnado materialismo, ha propiciado
una política y forma de vida cuyas consecuencias negativas ya han
sido denunciadas en la novela naturalista. Ante este fenómeno Galdós
volverá a fijar sus ojos, con evidente simpatía, en los escasos representantes
de la antigua aristocracia. En ella, pese a haber sido arrollada por
la vital y agresiva burguesía, aún perviven valores morales y de clase, que
para el escritor, bien merecen un testimonio de admiración y simpatía.
Pero nada más. Sus valores, como el del honor, asentado en una superioridad
de casta, ya no tienen vigencia en el dinámico y democrático
mundo moderno. Se trata de un mito que el propio Galdós va a liquidar
en su magnifica novela El abuelo (1897).
Tampoco la clase media está en condiciones de asumir el poder. Su
valor reside en la inteligencia y cultura de una escasa minoría. En el resto
predomina la mediocridad, la falta de empuje vital y la cursilería de
una pobreza mal disfrazada que trata de imitar a las clases superiores.
¿Que es lo que queda?, se pregunta ahora Galdós. En su incesante
búsqueda sólo puede dirigirse ya al amplísimo mundo de las clases populares.
En ellas cree percibir la fuerza física y espiritual necesarias para
erigirse en elementos rectores de la, sociedad futura. Guiado por su invencible
idealismo verá en el pueblo la gran cantera en donde residen
las mejores virtudes del español:el valor, que puede alcanzar cimas de
heroismo, la bondad, la abnegación, la fraternidad ... Bellas cualidades
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que afloran bajo la dura corteza de su incultura y mala educación, propias
de pobreza. Hecho que va a patentizar, a nivel individual, en el personaje
de Fortunata, y a nivel colectivo, en el comportamiento de la plebe
en la revolución de 1854.
Se trata de una nueva visión social. Perfilada en sus novelas naturalistas,
va a cobrar nuevo impulso al calor de la corriente neorromántica
de los años finiseculares. Idealismo, misticismo y una revalorización de
las virtudes religiosas de directa fuente evangélica, serán los principales
ingredientes que tipifican las novelas más representativas de este período:
Angel Guerra (1890-91), Nazarín y lfalma (1895) y Misericordia
(1897).
Pero ... Galdós también es realista. Por mucho que quiera idealizar al
representante del pueblo -recordemos su mitificación en el famoso
herrero de La primera república-- no puede ignorar que, en el momento
actual, está incapacitado para ascender al poder. Se lo vedan su miseria
material y su ignorancia. Para remediarlo hasta que consiga su mejora
económica y social, D. Benito va a propugnar la fusión de clases. Cosa
que hará especialmente a través de su teatro. De forma análoga a como
se ha llevado a cabo la fusión de la alta burguesía con la nobleza histórica,
produciendo la nueva clase de la aristocracia del dinero, ahora se
impone la fusión del sano y vigoroso representante del pueblo con las
clases superiores.
La primera fusión a realizar será con la clase media. No tanto por
medio de enlaces matrimoniales como por el efectivo descenso de esta
clase. Su pobreza real, esa «miseria mal charolada .. en frase de Galdós,
acabará por llevarle a engrosar, de alguna forma, las filas del pueblo.
Descenso, que alimentado unas veces por grandes dosis de idealismo, y
otras por invencible resentimiento, va a convertir a no pocos de sus representantes
en líderes populares bajo las banderas del socialismo o
anarquismo.
Pero en ese proyecto de fusión social, el autor de Misericordia no
quiere prescindir de los mejores valores de las otras dos clases superiores.
El pacifico y bondadoso Galdós pretende la sustitución, por el
amor, del odio y la violencia, que por estos años ha empezado a hacer
acto de presencia. Tesis a la que va a dedicar bastantes de sus obras
teatrales como La loca de la casa (1893), La de San Quintín (1894) Y
Voluntad (1895). Se trata de un loable deseo, para cuya mejor comprensión
del público, el autor se va a valer de símiles vulgares. Este es,
sin duda, el que preside la escena de la confección de las rosquillas en
La de San Quintín ... Alegóricamente califica los distintos ingredientes que
componen el dulce casero. La yema de los huevos reprenta a la aristocracia,
en tanto que el azúcar representa a la burguesía. A ambos ingredientes,
previamente mezclados con brioso batido, debe añadirse la
consistente harina, símbolo del pueblo que, a su vez, ha sido suavizada
y enriquecida con la manteca en la que quiere representar la clase
media. Con todos estos componentes bien amasados (símbolo del traV
CONGRESO GALDOSIANO lB
bajo) se consigue algo tan bueno como pueden ser las rosquillas o la
justicia y concordia nacionales 14.
Distinta a este respecto va a ser la actitud de D. a Emilia. Dentro de su
liberalismo temperamental que ella califica de eclecticismo, la escritora
muestra una actitud más escéptica, fruto de la desapasionada contemplación
de la farsa política de un régimen que ha degenerado en
oligarquía y caciquismo. Su apoliticismo le va a permitir una libertad de
expresión muy acorde con su sinceridad e independencia de juicio. Buen
ejemplo de ese eclecticismo nos lo va a ofrecer con su amistad admirativa
hacia dos políticos de bandos tan contrarios como lo son el republicano
Castelar y el conservador Cánovas 15. Si bien, y a medida que se
afianza en su cómoda y prestigiosa posición social y literaria, su postura
política, sin dejar de ser independiente, se hará más conservadora.
También la escritora es más realista y pragmática que Galdós. No cree
en la viabilidad de las ideas políticas que bajo consignas internacionales,
proclaman como meta última de su acción la igualdad de los hombres.
Para ella, estas ideas además de utópicas son injustas. Teniendo en cuenta
la diversidad humana, no es la igualdad sino la equidad, la que debe
definir la justicia social. Emilia en sus novelas naturalistas ha denunciado
la miseria y la injusticia de que son victimas las clases populares y
desea su justa mejora. Pero, ahora, preferirá centrar su lucha en otro
estamento que como el constituido por la mujer, se halla todavía en peor
situación social. Labor que va a llevar a cabo con gran denuedo durante
estos años, hasta convertirse en campeona del feminismo español.
La lucha feminista tiene para la escritora un mayor atractivo en tanto
que, como representante de su género, defiende sus propios derechos;
unos derechos que como persona cree merecer igual que el hombre y le
son negados -como el ingreso en la Academia- por su sola condición
de mujer. Aparte de esto, Emilia percibe con claridad, que la batalla feminista
es cuantitativa y cualitativamente, la más rentable. Además de
justa, afecta, no sólo a un sector social -burgués o proletario- sino a
todas las mujeres sin distinción de clases. Amplísimo colectivo que suma
más de la mitad de la población humana. Debiendo añadir que, a diferencia
de las otras, la burguesa primero y la proletaria ahora, es una lucha
incruenta.
Consecuente con la razón que la asiste, Emilia va a dar la batalla feminista
en todas las direcciones y medios a su alcance: el ensayo, el
articulo periodístico más ligero, la conferencia pedagógica, la novela,
14 La de San Quintín, acto 111, escena VIII, o. c., 111, pág. 701.
15 En su conferencia de lA Salle Charras de París, en 1899, cita elogiosamente a los
dos políticos. Bastantes Años después volverá a recordarlos con gran caríño. A la pregunta
de su entrevstador sobre ,,¿Quiénes han sido y son sus grandes amigos? .. , la escrítora
respondió: "Por lo pronto, Castelar, que me quería como a una hermana ... Otro
grande amigo tuve que fue D. Antonio Cánovas y su mujer; el duque de Rivas lo es en
la actual dad y Galdós ... , Galdós y yo nos queremos mucho ...
La Esfera, núm. 7, 14 de febrero de 1914.
lB BIBLIOTECA GALDOSIANA
el cuento ... , llegando a la polémica en los tonos más duros. Así veremos
sucederse una serie de trabajos como "La mujer española .. , "Con una alemana
.. , "La cuestión académica .. , "Del amor y la amistad (a pretexto de
un libro reciente) .. , "Carta a la duquesa de Alba con motivo de su libro .. ,
"Una opinión sobre la mujer: el discurso del marqués del Busto en la
Academia de Medicina)), "Stuart MilI)), Prólogo a La esclavitud femenina,
"Tristana, novela de Benito Pérez Galdós .. , "La educación del hombre y la
de la mujer .. , Concepción Arenal y sus ideas acerca de la mujer .. , "La exposición
del trabajo de la mujer)), etc. 16.
En la misma línea hay que situar la producción novelesca correspondiente
a estos años. Aunque se ha pretendido ver como móvil exclusivo
que ha guiado a la escritora para la redacción de sus novelas Una cristiana
y La prueba (1890) la crisis del naturalismo y la adhesión a la nueva
corriente espiritualista de fin de siglo, la verdad es que, en su autora han
pesado también consideraciones de distinta índole. En carta dirigida a
Galdós en la que le comunica la concepción de la novela, que luego titulará
Una cristiana, escribe "Es la historia de una señora virtuosa e
intachable; hay que variar de nota, no se canse el público de tanta cascabelera))
17. La otra consideración que ha pesado en la elaboración de
esta novela y su continuación, es netamente feminista. En ellas nos va a
hacer la presentación de varios tipos de de mujer. Dos son genuinamente
españoles; uno -la cristiana- representa la mujer tradicional. El otro,
representa al mayoritario y negativo tipo de la mujer actual. Un tercero,
de procedencia extranjera, es considerado con ciertas reservas, como un
primer paso hacia la que debe ser la auténtica "mujer nueva ...
D. a Emilia a lo largo de las novelas que van a suceder a éstas, va a ir
analizando la situación de la mujer desde distintos puntos de vista: ante
la ley en La piedra angular (1891) Y en los restantes aspectos: económico,
social y humano en Doña Milagros (1894) y en Memorias de un solterón
(1896). En estas novelas hace un pormenorizado estudio de la
mujer española actual, dejando al descubierto sus grandes fallos o su
anacronismo. Se trata de la búsqueda de la mujer acorde con las exigencias
de la vida moderna. Una mujer en la que se encarnen los valores
individuales en alza, que como la sinceridad, el amor al trabajo y mejora
intelectual, empiezan a ser cotizados en estos años finiseculares por una
selecta minoría.
Ahora, de forma abierta y rotunda, D. a Emilia va a exponer sus ideas
sobre la emancipación de la mujer. Como es lógico, la cifra en la consecución
de una instrucción superior, similar a la del hombre, que le permita
ejercer una profesión y con ella el anhelado deseo de emancipación
económica base de todas las demás. se trata de un verdadero golpe de
estado social asestado en el mismo corazón de una sociedad convencional,
hipócrita, egoísta e injusta. Sublime decisión será la adoptada por la
16 Todos los trabajos aparecieron en su Nuevo Teatro Crítico (1891-1893).
17 Cartas a Benito Pérez Oaldós, ed. C.B.V., pág. 57.
V CONGRESO GALDOSIANO _
protagonista de Memorias de un solterón, cuando decide vivir de su trabajo
en lugar de gastar sus energías en la humillante caza de un marido
que resuelva su problema vital. Este mismo término, convertido en título,
será adoptado casi cincuenta años después por el gran comediógrafo,
Miguel Miura, para tratar, en clave de humor, el mismo tema. Con gran
acierto va a situar la acción de sus comedias en 1895, justo entre los
años de la publicación de las dos novelas pardobazianas 18.
Por último, tratando de completar su actuación feminista, la escritora
va a fundar y dirigir La Biblioteca de la Mujer. Aunque en principio va
dirigida a la mujer, al repasar algunos de los títulos no podemos dejar
de observar que algunas de las obras que figuran en la colección como
La esclavitud femenina de Stuart Mill o La mujer ante el socialismo de
Babel, más parecen dirigidas a educar la retrógrada mentalidad masculina
en la que a la mujer se refiere, que para ser comprendidos por la
mayoritaria e inculta mujer española.
Como vemos, por estos años, la atención social de D. a Emilia se halla,
casi exclusivamente, centrada en el problema de la mujer. Lo que no
quiere decir que haya renunciado a terciar en la cuestión social que afecta
a las clases bajas. Pero lo hará más tarde. Sólo después de haber agotado
el de la cuestión feminista en sus múltiples facetas. Por ello, habrá
que esperar a los primeros años del nuevo siglo para que la escritora fije
su atención en el problema general. Como es lógico, se va a mostrar
partidaria de la nueva doctrina social de la Iglesia preconizada por León
XIII. A diferencia de lo que ocurre en España, en donde los escasos intentos
socializantes dentro de la Iglesia, como el del padre Vicent, van a
fracasar, la nueva orientación pontificia va a hallar notable eco en algunos
países europeos como Bélgica y Francia. Con el exclusivo propósito
de conocer la labor que allí realiza la Iglesia, Emilia los va a visitar. El
resultado será su libro Por la Europa Católica (1902) en donde también
aflora su afán divulgativo 19.
Volviendo al tema feminista veremos cómo la actitud de Galdós va a
ser diferente, al menos en lo que a la manifestación externa, literaria, se
refiere. Con anterioridad, y a lo largo de su producción novelesca, incluidos
los Episodios Nacionales, el autor ha denunciado reiteradamente la
penosa situación de la mujer, victima de prejuicios sociales y una lamentable
falta de instrucción. Pero de ahí no va a pasar, al menos durante
estos años. Inmerso en la consideración social que afecta a las clases
bajas, sólo una novela, Tristana (1892), tendrá como eje central el estudio
de la problemática femenina. Esto es al menos lo que promete el
comienzo de la novela. Pero no va a ser así. Muy decepcionada Emilia va
a considerar la obra como una novela fallida, tanto desde el punto de
vista feminista como literario. Tras el esperanzador planteamiento del
problema que afecta a la protagonista, síntesis del que afecta a todas las
18 Miguel MlURA, Sublime decisión, (1943).
19 Por la Europa Católica, Madrid, Tip. de I. Moreno, S. A. (1902).
lIml BIBLIOTECA GALDOSIANA
mujeres, Galdós no ha sabido o no ha querido dar solución al mismo. El
final de la obra, por tanto, va a ser convencional e inconsecuente con
respecto al planteamiento feminista inicial, pero también con respecto a
la propia mentalidad y capacidad creadora del escritor 20.
En cuanto al problema regionalista, también va a ser muy dispar la
atención que hacia el mismo van a prestar los dos escritores. En Galdós
esta preocupación apenas existe. Hecho lógico, si tenemos en cuenta
que su labor se ha ceñido al análisis de la realidad de la capital de España,
en donde se halla afincado desde muy temprana edad. Sólo privadamente,
en alguna de las cartas dirigidas a su amigo el novelista catalán
Narciso Oller va a dejar al descubierto su postura personal sobre el tema.
En carta fechada en febrero de 1886 escribe: «En fin, amigo mío, no transijo;
yo estaré equivocado, pero no paso porque V. escriba en catalán .....
más adelante añade: «Me da dolor verle a V. con ideas separatistas. Cuestión
grave es esta .... Pero, hijo de mi alma, si los separatistas debemos
ser nosotros. Son Vds. los hijos mimados de la nación. Vds. son el hereu
y nosotros los segundones. Si para Vds. es todo. Si los fabricantes
son los que regulan el comercio general y son árbitros de todo. Separatistas
nosotros que vivimos sacrificados a las exigencias de una industria
que no acaba de perfeccionarse. «Para qué trabajan Vds. más que para
abastecer nuestros mercados ... '" Y en estos términos exaltados continúa
Galdós mostrando sus ideas poco proclives a los nacionalismos regionalistas
21.
En o.a Emilia, por el contrario, y como también es lógico, va a conceder
gran atención a la cuestión regionalista. Ya desde el comienzo de su
actividad literaria se ha erigido en consciente y entrañable pintora de la
realidad regional gallega. A través de sus páginas, que constituyen más
de las tres cuartas partes de su producción total, no sólo vamos a sentir
el entrañable calor telúrico de sus agrestes y bellos parajes. También su
paleta de artista vigorosa y colorista nos va a ofrecer la visión de sus
ciudades, pueblos y aldeas; de sus habitantes, desde el rancio y arruinado
hidalgo rural y el cacique falto de escrúpulos, hasta el más desgraciado
lugareño; las costumbres de sus gentes, sus vestidos y enseres, sus
virtudes, sus defectos, sus pasiones, supersticiones y sus dramas personales.
Así veremos desfilar al hombre joven obligado a emigrar para no
morir de hambre; a la sufrida mujer que queda sola, trabajando dentro y
fuera del hogar para criar malamente a sus hijos; el hijo mozo que debe
servir al Rey en inhóspitas e insalubres tierras de las insurrectas colonias,
20 Con el siguiente juicio cierra D. a Emilia la crítica negativa que le ha merecido Tristana:
"Lo único que significan mis censuras (pues no niego que lo sean) es que Tristana
prometía otra cosa; que Galdós nos dejó entrever un horizonte nuevo y amplio, y después
corrió la cortina ...
Nuevo Teatro Crítico, núm. 17, mayo de 1892.
21 Véase el Apéndice documental incluido en mi libro La sociedad española del siglo
XIX en la obra de Pérez Oaldós, carta número 4 del Epistolario a Narciso OHer, págs. 291-
292.
V CONGRESO GALDOSIANO lrmJ
porque la pobreza les impide librarle del servicio militar como hacen los
hijos de las familias acomodadas ...
En la escritora coruñesa aparece la preocupación, el justo enojo y la
denuncia por la mala política de un Gobierno central que sólo recuerda
a sus lejanos súbditos a la hora de cobrar los agobiantes impuestos o
exigir el voto. Tampoco es insensible la autora de Los pazos de Ulloa al
rendimiento cultural de su región al que va a dedicar varios trabajos críticos
recopilados con el título De mi tierra (1888) 22.
Pero en Emilia, a diferencia de los forjadores del movimiento regionalista
gallego con derivaciones políticas más radicales, no late el resentimiento
contra otras regiones más ricas o contra España en general. Tampoco
en sus escritos, va a utilizar la lengua gallega reservada hasta hace
pocos años como forma de expresión exclusiva del pueblo.
De acuerdo con su elevada posición social, su cultura y talento de
amplios horizontes, el regionalismo pardobaziano es afectivo y progresista.
Tomando como modelo la próspera y culta Cataluña, desea para su
tierra natal el progreso material y cultural que aquella posee. Pero nada
más. Su patriotismo nacional le veda cualquier posicionamiento nacionalista
radical. Tampoco le es grato el pequeño, mezquino y asfixiante
mundo provinciano, ni las luchas partidistas locales, que ella califica de
«tempestades en charca». Emiliaes ambiciosa, pero su talento es de más
altos vuelos. Por eso rechaza la cómoda y vanidosa postura de cabeza
de ratón tan grata a su marido. Desea traspasar los limitados horizontes
de su región. Aspira a ocupar un puesto digno en al ámbito nacional y, a
ser posible, en el internacional. En ella se percibe, más que en cualquier
otro escritor de su generación, el deseo de formar parte de un mundo
culto sin fronteras, regido por el noble sentimiento de la comprensión
universal.
De los problemas pendientes o mal resueltos por la política de la Restauración,
nos encontramos, por último, con el colonial. A diferencia de
otros países del entorno europeo, que continúan creándose un imperio
colonial en Asia y Africa, España apenas atiende el resto del suyo. A diferencia
de aquellos, no ha creado un ejército y una escuadra capaces de
defender sus dominios de ultramar, todavía peor administrados que las
regiones peninsulares. El resultado será el desigual y suicida enfrentamiento
con la joven y poderosa nación norteamericana, la pérdida de
todas las colonias y el hundimiento de nuestra escuadra en aguas cubanas.
El impacto de tal derrota en el inconsciente pueblo español, que pedía
a gritos el enfrentamiento para salvar su legendario honor, será grande,
pero momentáneo. Como momentánea es la terrible estampa de los
22 En esta colección se hallan incluidos los siguientes trabajos: La poesía regional
gallega, discurso pronunciado el 2 de septiembre de 1885 en memoria de Rosalía de
Castro; Feijóo y su siglo; El olor de la tierra, Valentín Lamas Carvajal; Luz de luna, Eduardo
Pondal; Vides y rosas, Benito Losada; El cancionero popular gallego; Marineda; ¿Idioma
o dialecto?
mm BIBLIOTECA GALDOSIANA
soldados que regresan heridos y enfermos, más diezmados por la disentería
y la mala organización sanitaria que por las balas enemigas. Así lo
va a denunciar la ilustre pluma de Ramón y Cajal en sus Memorias.
Para la mayoría de la población española, sin distinción de clases, el
efecto de la derrota será pasajero. Sólo para una minoría, el acontecimiento
con que se cierra el siglo XIX, es algo más que un hecho de
armas desgraciado. Es la culminación de una larga trayectoria de incapacidad
y desaciertos de los que todos, gobiernos y súbditos, son responsables.
Un sentimiento de culpabilidad y pesimismo, agrandado por la
aguda sensibilidad de una joven generación -la del 98- va a convertirse
en la impronta de la historia española al inciarse la nueva centuria.
Sus notas más características serán la revisión crítica y negativa de la
propia España y de los españoles. Pero pronto, para los ojos menos pesimistas,
esta etapa inicial va a dar paso a un acentuado afán de regeneracionismo,
que ya habían iniciado en los años anteriores al desastre, los
espíritus más lúcidos.
Entre estas minorías, como era de esperar, se hallan nuestros dos
escritores. En esta ocasión la actitud de ambos no va a ser tan diferente.
Variará el momento y la forma de expresarlo, pero la esencia de sus
sentimientos será similar. Aunque creemos que la visión pesimista, mas
desbordada al principio en la condesa de Pardo Bazán, va a acentuarse
en el escritor canario en sus últimos años, cuando su obra como su vida
están próximos al fin.
La reacción de la temperamental Emilia será inmediata y apasionada.
Pese a haber previsto muchas de las causas del fracaso, no esperaba que
este fuera tan terrible. De ahí, su reacción fuertemente impulsada por su
gran patriotismo. Sus primeras manifestaciones van a oscilar entre las
muestras de antipatía hacia la "pérfida .. nación enemiga y el dolor por el
escaso eco que el desastre ha tenido entre el pueblo español. El paso
siguiente será la consideración pesimista de España y su historia. Para
ella es un país caduco, irresponsable, soñador de viejas glorias que pertenecen,
como la mentalidad que las sustenta, a épocas ya pasadas.
Un nuevo concepto de su patria va a ser expresado ahora en su labor
literaria. Buena muestra del mismo serán la serie de cuentos recogidos
bajo el expresivo título de Cuentos de la patria 2.3. En ellos, su autora va
a dar rienda suelta a los encontrados sentimientos que el desastre colonial
ha propiciado.
De forma más directa y meditada se va a mostrar la escritora en la
famosa conferencia pronunciada en la Salle Charras de París, el 18 de
abril de 1899. Bajo el título de La España de ayer y la de hoy. La muerte
de una leyenda su autora hace un certero y pormenorizado estudio de la
23 Forman parte de esta colección los títulos siguientes: Vengadora, El torreón de la
esperanza, El palacio frío, El milagro de la diosa Durga, Entre razas, todos ellos aparecidos
en 1898. En 1899 aparecieron, entre otros, La exangüe y El caballo blanco; en 1901
apareció El Templo.
V CONGRESO GALDOSIANO DI
realidad española, despojándola de tópicos tanto positivos como negativos,
que han poblado nuestra historia. Ni leyenda negra ni leyenda dorada.
Con un rápido recorrido por las páginas de la historia patria, va a
poner de manifiesto nuestras virtudes, pero también nuestros defectos,
pasados y presentes, en los que hay que buscar la explicación del lamentable
estado actual. Ahora se pregunta ¿quedan esperanzas para un futuro?
Ella, como otro puñado de insignes patriotas, quiere creer que sí la
hay. "Una exigua minoría -escribe- arrostrando la general indiferencia,
aspira a despertar las energías españolas, exponiendo sin temor la extensión
del daño y (la necesidad) de reemplazar el ideal legendista por el
ideal de la renovación, del trabajo y del esfuerzo. No sé si algo conseguirá
esta minoría; sé que cumple su deber y que por medio de esta conferencia
me sumo a su tarea patriótica 24.
La reacción de Galdós va a tener, dentro de un contexto ideológico
semejante, manifestaciones diferentes y algo más tardías. En la producción
literaria que precede y sigue inmediatamente a la fecha de 1898, no
existen alusiones tan directas como las ofrecidas por la Pardo Bazán. Más
lento de reflejos, pero más profundo de pensamiento, va a tratar el problema
de España en su honda dimensión. Don Benito, impulsado por las
circunstancias siente renacer su vocación historicista. A su perspicacia
no puede haber escapado la coincidencia de que el comienzo y el final
del agitado siglo XIX tengan como hecho más significativo dos derrotas
navales: la de Trafalgar y la de Santiago de Cuba. Ve llegado el momento
de proseguir sus Episodios Nacionales, interrumpidos en 1879. En ellos
podrá hallar la explicación más certera, con el largo discurrir de la vida
nacionaL de las causas que han conducido al desastre final.
En el gran escritor anida el ingente proyecto de reanudar y concluir la
historia española decimonónica, adentrándose, incluso, en los primeros
años del siglo xx. Cuando ya había dado a luz su último Episodio Cánovas,
y se halla prácticamente ciego, aún persiste la ilusión de dar cima a
su obra. En una entrevista concedida a El Caballero Audaz, en 1914, y
a propósito de ser preguntado por sus proyectos políticos y literarios, responde:
"Políticos, ninguno... Literarios, por el momento tengo idea de
hacer dos obras de teatro para el año próximo ... Novelas, no ... Me faltan
tres episodios, que serán Sagasta, Cuba y Alfonso XIII. Tengo el propósito
para hacer el segundo, de irme a la isla de Cuba a pasar allí dos meses
para documentarme bien» 25. Al referírse a la elaboración de Alfonso
XIII como cierre de sus Episodios, cuando este monarca ha iniciado
su reinado en el siglo xx, no podemos dejar de preguntarnos si el escritor
intuía que con este rey concluía el período histórico de la Restauración.
24 La España de ayer y la de hoy ... , pág. 89. La conferencia fue leída en francés,
pero inmediatamente traducida y publicada en español por la propia autora.
25 El caballero audaz, «Nuestras visitas, Pérez Galdós», La Esfera, núm. 3, 14 de enero
de 1914.
mm BIBLIOTECA GALDOSIANA
A diferencia de lo que ha ocurrido en sus primeras series de Episodios,
en las que la mentalidad del joven escritor era apenas perceptible,
en las últimas, las ideas de su autor cobran inusitado protagonismo. Sólo
teniendo en cuenta esa directa intervención podemos comprender el
escepticismo y pesimismo muy noventayochista que invade las páginas
destinadas a narrar los acontecimientos de la revolución de 1854, o la
supervaloración de las clases bajas hecha en este y en los Episodios siguientes.
En ellos aflora el estado de ánimo y las ideas del socialista
actual que es Galdós, pero que no corresponden con las propias del
momento histórico narrado.
Para testimonios más directos habrá que esperar a los primeros años
de la nueva centuria. Entre ellos cabe destacar el drama Alma y Vida,
estrenada en 1902, y el articulo titulado "Soñemos, alma , soñemos ..
aparecido en el primer número de la revista Alma española (1903).
En Alma y Vida, simbólicamente, Galdós representa a España encarnada
en la endeble y enfermiza protagonista, soberana de un extenso
señorío, allá por los años finales del siglo XVIII. Desea ésta unirse en matrimonio
con Juan Pablo, el valiente, vigoroso y noble representante del
pueblo, de cuyo enlace ella espera recobrar la vida que le falta y la salvación
moral y material de sus súbditos. Pero, antes de celebrarse el
matrimonio la joven duquesa muere.
La obra no tuvo éxito. La mayor parte del público y críticos no comprendieron
la alegoría del drama, lo que obligó a su autor a desvelarla
en un prólogo introducido al publicar la obra. En él revela la intención
que ha presidido su última aportación teatral. : "Nació Alma y Vida -nos
dice- del pensamiento melancólico de nuestro ocaso nacional» ... "Imposible
-añade- terminar el acto en boda, pues ¿cómo habíamos de casar
a Juan Pablo con una muerta? Harto simbolismo es dejarle vivo, con
la particularidad, muy clara en toda la obra, de que representa la porción
del país que no padece parálisis ni caquexia.. 26.
Todavía más escéptico y pesimista se va a mostrar Galdós en su
articulo "Soñemos, alma, soñemos ... En él desea y espera la regeneración
española. Pero no puede evitar las dudas que le asaltan como consecuencia
de su larga experiencia. AsÍ, como paciente observador de la
vida nacional, verá la regeneración española, más que como una esperanzadora
posibilidad, como un sueño. Un hermoso sueño al que también
tienen derecho los pueblos desdichados. "¡Desgraciado el pueblose
lamenta- que no tiene algún sueño constitutivo y crónico, norma
para la realidad, jalón plantado en las lejanías de su camino.. 27.
Una visión más pesimista que la que anima a D. a Emilia es la que con
gran claridad se percibe en el escritor al final de su vida. Ella es, sin
duda, la que le inspirará las amargas palabras dirigidas a un impertinente
periodista cuando éste le preguntó para qué había asistido al Parla-
26 Alma y vida. Prólogo, o. c., Aguilar, vol. VI, pág. 941.
27 O. C., VI, pág. 1551.
V CONGRESO GALDOSIANO _
mento durante tantos años. Galdós se volvió lentamente y clavando sus
ojos, casi ciegos, en su interlocutor, respondió en tono triste y dolorido:
"Para darme cuenta de que España no tiene arreglo».
Hemos visto como tanto en Galdós como en la Pardo Bazán, sobresalientes
figuras de su generación y de las letras españolas de todos los
tiempos, existen notables puntos de coincidencia por encima de diferencias
temperamentales, circunstanciales o ideológicas. Son afinidades
atribuibles, como deciamos, a su talento, capacidad de observación, sinceridad
y espíritu liberal. Cualidades a las que hay que añadir su gran
amor al trabajo, en el que prioritariamente cifran la posible regeneración
española y, por último, su patriotismo. Conjunto coincidente al que en
definitiva se deberá la justa descripción e interpretación de la vida española
durante el período que les ha tocado vivir.
Son vidas cronológicamente paralelas. Vidas que unas veces se separan
y otras, las más, convergen. Les une por encima de todo, su
consagración apasionada al mundo de las letras dentro de las mismas corrientes
y su amistad. Una amistad imperecedera aureolada, en alguna
ocasión, por el amor.