EL TEATRO DE GALDÓS •
REPRESENTADO EN LAS PALMAS
DE GRAN CANARIA, DURANTE
LOS ÚLTIMOS AÑOS DEL SIGLO XIX
María del Mar López Cabrera
l. GALDÓS, AUTOR DRAMÁTICO
Benito Pérez Galdós siempre se sintió atraído por el teatro. De hecho,
antes de iniciar su carrera de novelista había escrito algunas comedias
que no se representaron nunca profesionalmente. En relación a esta circunstancia,
Martínez Olmedilla recuerda cómo quiso estrenar un drama
histórico en verso, La expulsión de los moriscos, recién llegado a Madrid:
Eusebio Blasco le presentó a Manuel Catalina, que dirigía entonces el
Español, y logró que leyera la obra. Este dijo que le agradaba y prometió
estrenarla cuando fuera oportuno. Como señala el propio Martínez Olmedilla,
«Estas oportunidades no llegan nunca y Galdós perdió las esperanzas
y también el ejemplar de la obra •• 1, dedicándose a escribir sus
novelas y ~pisodios y a expresar sus opiniones sobre el teatro que se
hacía en aquellos momentos. Su obra dramática comenzó en 1892 con
una adaptación de Realidad, novela dialogada de igual título, y abarca un
total de veinticuatro piezas elaboradas en tres períodos: 1892-1896,
1901-1910 Y 1913-1918. Destacamos entre ellas Realidad, La de San
Quintín, La loca de la casa y Doña Perfecta (1. er período), ~lectra, ~l
abuelo y Casandra (2.0 período), Celia en los infiernos y Santa Juana de
Castilla (3. er período). El teatro de Galdós lleva a la escena un «universo
de realidades vivas .. , según apunta con acierto Pérez de Ayala 2. Este hecho
contrasta con la limitada y convencional problemática y con la pobreza
de pensamiento del teatro decimonónico de fin de siglo, que se encontraba
presidido por la figura de Echegaray, cuyos dramas son la continuación
y la réplica del teatro burgués de Ayala y Tamayo. Galdós intentó
introducir una conciencia moderna en el teatro y remover la inercia
de los espectadores, mediante la presentación de personajes y situaciones
problemáticas. En palabras de Ruth E. Lugo: "se propone establecer
una comunicación con los espectadores y presentarles en las tablas
1 MARTINEZ OLMEDILLA, Arriba el telón, Madrid, Aguilar, 1961, pág. 187.
2 Ramón PtREZ DE AYALA, Las Máscaras 1, Obras Completas 111, Madrid, Aguilar, 1966,
pág. 133.
mil BIBLIOTECA GALDOSIANA
una situación real que los conmueva y los obligue a pensar» 3. La crítica
le ha acusado de torpeza dramática, de hallarse condicionado como dramaturgo
por su naturaleza de novelista: .. su teatro es más amplio de lo
que exige el impaciente espectador español, y su acción más lenta», en
palabras de Torrente Ballester 4.
Como hemos centrado este trabajo en la dramática finisecular de
Galdós, comentaremos brevemente las obras más relevantes del primer
período.
Realidad, drama en 5 actos, fue estrenada el día 15 de marzo de 1892,
en el Teatro de la Comedia, representándose durante veintidós noches.
En esta obra, el autor plantea y soluciona de una manera nueva y original
el tema del adulterio. Según José Yxart, .. la crítica española se alzó con
raras excepciones contra la obra por muy distintos conceptos. Generalizada
la discusión ( ... ) convirtióse en polémica sobre las dificultades técnicas
del drama novelesco y de toda tendencia contemporánea» 5. En su
opinión esta reacción equivocada era propia de aquellos que se oponían
a introducir cualquier innovación en el teatro. El éxito de público que
Galdós obtuvo con Realidad lo impulsó a continuar su labor como dramaturgo.
El 16 de enero de 1893, la compañía de Emilio Mario estrenó La
loca de la casa en el Teatro de la Comedia. La reacción de la crítica fue,
esta vez, más favorable. Contribuyeron a ello las correcciones que Galdós
hizo, a instancia de Mario, durante la preparación de la obra, dando como
resultado una versión más resumida y teatral. Su argumento es el siguiente:
Victoria, una novicia, se casa con José María Cruz o Pepet para salvar
a su padre de la ruina financiera. Entre ambos, respectivas personificaciones
del bien y del mal, se establece una lucha constante y se separan,
reconciliándose al final cuando Cruz se entera de que Victoria espera un
hijo suyo. Tanto Yxart como Ruiz Ramón coinciden en calificar la obra de
insuficiente: .. En ningún momento asistimos al nacimiento de un auténtico
y verdadero conflicto, sino a simples choques de poca trascendencia
» 6. La de San Quintín se estrenó en el Teatro de la Comedia el 27 de
enero de 1894 y levantó un gran entusiasmo, llegando a alcanzar más
de cincuenta representaciones en la capital. En ella demostró Galdós un
mayor dominio de la técnica teatral y, en consecuencia, la crítica se mostró
muy favorable. Otra pareja como Victoria y Cruz, representa dos
clases sociales antagónicas: la duquesa Rosario de Trastamara, de antiquísimo
e histórico abolengo, y Victor, obrero y socialista. Como señala
.3 Ruth E. LUGO, "Lo parabólico en dos obras galdosianas: La loca de la casa y La de
San Quintín .. , Actas del Tercer Congreso de Estudios Galdosianos 11, Las Palmas de Gran
Canaria, Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria, 1990, pág. 417.
4 Gonzalo TORRENTE BALLESTER, Panorama de la Literatura Española Contemporánea 1,
Madrid, Guadarrama, 1961, pág. 33.
5 José YXART, El arte escénico en España, Barcelona, Alta Fulla, 1987, vol. 1,
pág. 319.
6 Francisco RUIZ RAMÓN, Historia del Teatro Español. (Desde sus orígenes hast 1900),
Madrid, Cátedra, 1988, pág. 368.
V CONGRESO GALDOSIANO 1m
Finkenthal: "La de San Quintín simbolizaba la unión de la moribunda aristocracia
con la vigorosa clase trabajadora para formar una nueva y más
fuerte estirpe» 7. El último éxito de Benito Pérez Galdós dentro de sus
obras dramáticas del primer período lo constituye la adaptación al medio
escénico de su novela homónima Doña Perfecta, que se estrenó el 28 de
enero de 1896 en el Teatro de la Comedia. La ausencia del afán moralizante
que se percibía en la novela escrita veinte años antes, hace que en
el drama la tragedia sea más fuerte y completa.
2. EL TEATRO EN LAS PALMAS DE GRAN CANARIA DURANTE LOS ÚLTIMOS AÑos
DEL SIGLO XIX
La actividad teatral en España fue intensa durante el siglo XIX. Contrariamente
a lo que se podía pensar, conociendo las limitaciones que presentaba
Las Palmas de Gran Canaria como capital de una isla alejada de
la Península y mal comunicada con ella, en dicha ciudad también
se cultivó el teatro activamente. Las mentes más privilegiadas que habitan
la capital grancanaria propiciaron la representación de obras, la creación
de compañías de aficionados, la habilitación de locales, la construcción
de dos teatros, la contratación de compañías profesionales
procedentes de la España peninsular y, lo que es más importante si cabe,
la formación de un público que, con el paso del tiempo, se fue haciendo
cada vez más exigente y crítico.
Desde que en 1833 llegó a Las Palmas de Gran Canaria la primera
compañía de actores profesionales procedente de la Península, fue constante
en la ciudad la presencia de compañías dramáticas, de zarzuela y
de ópera a lo largo del siglo, especialmente en la última década del mismo.
Este hecho es explicable por varios motivos: la afición de los grancanarios
al espectáculo teatral propiciaba su continua contratación; la
inauguración del Teatro Tirso de Molina en 1870, que supuso una mejora
muy importante en cuanto a la comodidad de actores y espectadores,
a la calidad de las puestas en escena y al aumento del aforo de las representaciones,
que conllevaba una mayor ganancia para las empresas;
y la estratégica posición geográfica de la isla de Gran Canaria, que favorecía
la escala en ella de las principales compañías que realizaban sus
viajes a América con el objeto de actuar en los principales países del
continente. En este último caso se encontraban compañías de la talla de
la Edwin Cleary's London Opera Company (1891), la Compañía de Opera
de Andrés Antón (1896), la Compañía Dramática de Ermete Novelli
(1897) o la Compañía Dramática de María Guerrero y Fernando Díaz de
Mendoza (1899).
Todo ello facilitó el que se llevaran a las tablas un número muy elevado
de obras de todos los géneros y autores, desde los más famosos a
7 Stanley FINKENTHAL, Bl teatro de Oaldós, Madrid, Fundamentos, 1980, pág. 41.
_ BIBLIOTECA GALDOSIANA
los menos conocidos, ya fueran nacionales o extranjeros. Si bien las preferencias
del público se inclinaban sin discusión por la ópera, fueron
muchas las zarzuelas y las obras «de versou las que se pusieron en escena
en nuestra ciudad: dramas románticos, teatro clásico del Siglo de Oro,
alta comedia, dramas sociales, melodramas, comedias y dramas en verso
y prosa, piezas en 1 acto, sainetes, revistas, etc. Entre los autores
nacionales con más obras representadas destacan: Francisco Camprodón,
José Echegaray e Izaguirre, Luis de Eguilaz, Luis Mariano de Larra y
Wetoret, Luis de Olona, Miguel Ramos Carrión, Tomás Rodríguez Rubí,
Manuel Tamayo y Baus, Ventura de la Vega y José Zorrilla. De los autores
nacidos en Canarias cuyas obras llegaron al escenario del Tirso de Molina,
destacan nombres tan importantes como Benito Pérez Galdós y
Angel Guimerá, que desarrollaron sus respectivas carreras fuera de las
Islas, o Luis y Agustín Millares Cubas, que lograron llevar lo canario al público
peninsular a través de sus dramas.
Entre los actores más prestigiosos que pisaron la escena del Teatro
Tirso de Molina durante los diez últimos años del siglo, podemos mencionar
a Victorino Tamayo, Concepción Constán, Antonio Perrin, Francisco
Fuentes, Ermete Novelli, Wenceslao Bueno, Enrique Sánchez de León,
Carlota Lamadrid, María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza.
3. CRONOLOGÍA DE LAS OBRAS REPRESENTADAS
Las obras de Galdós que se llevaron al escenario del Teatro Tirso de
Molina durante el siglo XIX fueron La de San Quintín, La loca de la casa y
Doña Perfecta.
La de San Quintín, comedia en prosa y 3 actos, fue la primera en
ponerse en escena y la más veces repetida: un total de cinco. La Compañía
Dramática de Manuel Espejo se encargó de hacerlo en tres ocasiones
a lo largo de 1894: el martes 29 de mayo, el miércoles 30 de
mayo y el domingo 3 de junio. Participaron en su ejecución Concepción
Constán, Emilia Llorente, Enriqueta Val, Manuel Espejo, Eduardo Martínez,
Gabriel Alarcón, Luis Echaide y Julián Carrasco. Para volver a ver
esta comedia sobre las tablas del Tirso de Molina, el público tuvo que
esperar casi tres años, hasta que la Compañía Dramática de Wenceslao
Bueno la representó el jueves 18 de febrero de 1897, en una funciónhomenaje
a Benito Pérez Galdós con motivo de su ingreso en la Real
Academia de la Lengua Española. Fueron sus intérpretes más destacados
Wenceslao Bueno y Carmen Argüelles. La última repetición de
esta obra durante la pasada centuria corrió a cargo de la Compañía Dramática
de María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza, y tuvo lugar
el sábado 18 de noviembre de 1899 en una función de gala en honor
del insigne grancanario. El elenco lo formaron en esta ocasión María
Guerrero, Fernando Díaz de Mendoza, Luis Medrano, María Cancio y la
actriz Ruiz.
V CONGRESO GALDOSIANO _
La loca de la casa, comedia en prosa y 4 actos, fue llevada a escena
dos veces en Las Palmas de Gran Canaria durante la época que comentamos.
Su estreno en la ciudad aconteció el domingo 10 de junio de
1894, estando previsto el inicio de la función a las 8 y media de la noche,
y lo efectuó la Compañía Dramática de Manuel Espejo. La segunda
y última ocasión en que se representó esta obra fue el sábado 2 de enero
de 1897, encargándose de ello la Compañía Dramática de Wenceslao
Bueno. Sus principales papeles fueron desempeñados por Carmen Argüelles,
Wenceslao Bueno, Maria Ríos, Elisa Garrigós, Concepción Ezquerra,
Pilar Cebrián, Francisco Peluzzo, José Vallarino, Pedro Rubio y Rafael
Ramírez.
El drama en 4 actos, Doña Perfecta fue llevado a las tablas del Tirso
de Molina también en dos ocasiones, durante el siglo pasado. Ambas
representaciones corrieron a cargo de la Compañía Dramática de Wenceslao
Bueno y tuvieron lugar en 1897, concretamente el miércoles 13 de
enero y el jueves 21 del mismo mes. Formaron el reparto los actores
Carmen Argüelles, Elisa Garrigós, María Ríos, Wenceslao Bueno, Francisco
Peluzzo, Rafael Ramírez, Pedro Rubio y José Vallarino.
Como hemos podido comprobar, la compañía que llevó a Galdós a
escena en mayor número de ocasiones en Las Palmas de Gran Canaria,
fue la de Wenceslao Bueno. Esta circunstancia se explica por la relación
que el autor mantuvo con ella, habiéndola escogido para que representara
sus obras por provincias, IIcausa suficiente para demostrar la
bondad de la compañía" 8.
4. RECEPCIÓN CRÍTICA
En este apartado nos vamos a limitar a recoger brevemente las opiniones
expresadas por la prensa local, fuente utilizada para elaborar este
trabajo, sobre la calidad de las obras de Galdós y la ejecución de las
mismas por parte de los actores que se encargaron de representarlas en
Las Palmas de Gran Canaria.
En cuanto a La de San Quintín, los periódicos coinciden en calificarla
de IIgrandiosa producción", destacando en ella su lIamor espiritual por el
obrero, pasión elocuente que prueba más, mucho más que un curso
práctico de socialismo" y llamando la atención sobre la escena del amasijo,
como símbolo de lila refundación social" 9. Por lo que se refiere a su
puesta en escena, tanto La Patria como Diario de Las Palmas reconocen
la labor de los artistas que participaron en su desempeño, destacando la
actuación de Concepción Constán en las tres representaciones realizadas
en 1894 por la compañía de la que formaba parte; la de Carmen Argüelles
y Wenceslao Bueno, que sobresalieron en sus respectivos papeles en
8 La Patria, n. 1581, jueves 14-1-1897.
9 Diario de Las Palmas, n. 891, sábado 20-11-1897.
_ BIBLIOTECA GALDOSIANA
1897; Y la de María Guerrero, que interpretó el suyo de forma magistral
cuando su compañía llevó a las tablas la citada obra en 1899.
La calidad de La loca de la casa resulta indiscutible para los revisteros
o autores de las crónicas de las representaciones de esta obra, llevadas
a cabo por las compañías de Manuel Espejo y Wenceslao Bueno,
respectivamente. Francisco González Díaz, en el análisis que de la comedia
realiza en Diario de Las Palmas, observa una serie de incongruencias
en los dos caracteres principales, Pepet y Victoria. Le parecen excesivos
los rasgos definitorios de cada uno de estos personajes, sobre todo los
del primero al que califica de personificación más que de carácter: «como
tipo humano, sólo podría aceptársele considerándole un curioso ejemplar
de neurosis" 10. González Díaz concluye que, a pesar de estos defectos,
La loca de la casa es una obra magnífica que logra captar la
atención del espectador de principio a fin y que se hace patente en ella
el genio de su autor. De las dos compañías que la llevaron a escena en
Las Palmas de Gran Canaria, los elogios son mayores para la creación
que de ella hizo la de Wenceslao Bueno, especialmente Carmen Argüelles
en su papel de Victoria, que fue interpretado con maestría por la
actriz y el propio Wenceslao Bueno, que desempeñó el suyo con gran
mesura y talento, lo cual es muy loable si se tiene en cuenta que el dibujo
del carácter de José María Cruz o Pepet es proclive a la exageración.
Ambos actores conquistaron merecidos aplausos, al igual que años
antes lo habían hecho Concepción Constán y Eduardo Martínez en sus
respectivas creaciones de estos personajes.
Doña Perfecta supone para la crítica local el triunfo de Galdós como
dramaturgo. La adaptación a la escena de la novela homónima reúne todas
las condiciones necesarias para que la acción resulte teataL viva y
amena. Tanto la perfección de las figuras de Pepe Rey y Doña Perfecta, que
concentran el interés de la obra, como el estilo, ponderado y equilibrado,
convierten a este drama en el punto culminante del teatro de Pérez Galdós:
«Saludemos al vencedor. Galdós ha vencido en el teatro, como en la
novela, llegando con paso seguro adonde se propuso llegar. Su adaptación
al medio escénico se ha realizado con algún esfuerzo, esfuerzo opuesto
por su naturaleza de novelista, pero se ha realizado completamente" 11. De
su ejecución, los periódicos destacan la labor de todos los actores de la
Compañía Dramática de Wenceslao Bueno que participaron en ella, sobresaliendo
Carmen Argüelles como Doña Perfecta y Wenceslao Bueno como
Pepe Rey, quienes imprimieron gran relieve a sus respectivos papeles. La
opinión fue unánime: todos los elementos de la representación dieron
como resultado «una Doña Perfecta inmejorable, como quizá no tengamos
ocasión de volverla a ver en escena" 12 y, por ello, la compañía se ganó legítimamente
el reconocimiento del público grancanario.
\O Diario de Las Palmas, n. 857, sábado 9-1-1897.
II Diario de Las Palmas, n. 863, sábado 16-1-1897.
12 La Patria, n. 1581, arto cit.
V CONGRESO GALDOSIANO mi
5. REACCIÓN DEL PÚBLICO GRANCANARIO: EXPECTACIÓN y ACOGIDA
La primera vez que se representó una obra de Benito Pérez Galdós en
Las Palmas de Gran Canaria que, como hemos visto anteriormente fue
La de San Quintín, se agotaron las localidades del Teatro Tirso de Malina.
Este hecho es explicable por varias razones, entre las que destacamos
tres: el éxito cosechado por la obra en su estreno madrileño, el
calor con que aquel público la había acogido y la oportunidad que se
presentaba a los canarios de poder contemplar en directo una de las
producciones del genio de su ilustre paisano. Todo ello, unido a la posibilidad
que se les brindaba de homenajear al insigne novelista y dramaturgo
ofrecia como consecuencia lógica la gran expectación despertada.
Por el número de localidades vendidas se calculaba en 1.300 las
personas que asistieron a la primera puesta en escena de La de San
Quintín. Debido al éxito de público, esta obra hubo de repetirse dos
veces más durante la temporada de 1894, logrando llenar el local en
cada una de ellas. La reacción de los asistentes a las representaciones
puede calificarse de verdaderamente entusiasta: "Al terminar la obra, el
público, lleno de entusiasmo, tributó una verdadera ovación al retrato
del ilustre canario, que fue colocado en la escena rodeado de coronas
de laurel y rosas, obsequio del Excmo. Ayuntamiento, Sociedades y varios
colegas locales, como tributo de admiración .. 1.3. En las otras dos
ocasiones en que la obra fue llevada a las tablas ocurrió lo mislno: tanto
en 1897 como en 1899 se agotaron las entradas; se dio un carácter extraordinario,
de gala, a las funciones, adornando palcos y plateas con
tarjetones en los que figuraban los nombres de las principales obras de
Galdós y amenizando los entreactos la Banda Municipal; los actores que
ejecutaron la comedia fueron llamados varias veces a la escena; y las autoridades
y sociedades cultuales y recreativas de la ciudad (Sociedad
Económica de Amigos del País, Gabinete Literario, Colegio de San Agustín,
Asociación Patriótica, etc.) homenajearon cumplidamente a su autor.
También se llenó el Teatro cuando se representó La loca de la casa, y
en las dos puestas en escena de esta obra las compañías que se encargaron
de hacerlo (la de Manuel Espejo, en 1894 y la de Wenceslao Bueno,
en 1897) alcanzaron un gran éxito en cuanto a calidad de ejecución
y acogida por parte del público, a quien arrancaron arrebatados aplausos
y espontáneas ovaciones.
No se pone de acuerdo la prensa local sobre la mayor o menor asistencia
de espectadores al estreno y repetición en Las Palmas de Doña
Perfecta. Mientras La Patria obvia el tema de la concurrencia, Francisco
González Díaz en Diario de Las Palmas la califica de escasa y se pregunta
el motivo de esta circunstancia. Su razonamiento le lleva a concluir
que el público no acudió en masa al Tirso de Malina porque la crítica
erudita había calificado de "pesado .. este tipo de teatro y los espectado-
13 El Telégrafo, n. 2776, miércoles 30-V-1894.
_ BIBLIOTECA GALDOSIANA
res estaban acostumbrados al drama romántico y efectista, que carecia
de la profundidad psicológica empleada por Galdós en su dramática: «¡Pesadol
Sí; pesa demasiado en los cerebros ligeros, en los espíritus vacios
( ... ) Sólo nos gusta la chafalonia literaria; nos entusiasmamos ante Don
Juan Tenorio y nos dormiríamos oyendo El matrimonio de Fígaro .. 14. En
cualquier caso, el público que acudió al Teatro en esas dos noches demostró
su admiración y complacencia con nutrídos aplausos y ruidosas
aclamaciones.
Para finalizar este apartado, reproduciremos un fragmento de una carta
enviada por Galdós a Fernando Díaz de Mendoza, con motivo de la
llegada a Las Palmas de Gran Canaria de su compañía, fechada elIde
noviembre de 1899, en la cual demuestra su confianza en el público
canarío al que califica de noble y entusiasta: «Tengo por seguro que mis
paisanos se volverán locos con María y que todos saldrán de aquí muy
complacidos y con ganas de volver. Ya verán, cuán extremados son los
canarios en la expresión del entusiasmo artístico y con qué ardor aplauden
y agasajan a los que como Uds. han llegado a la cumbre .. 15.
En este trabajo hemos pretendido demostrar que Benito Pérez Galdós
logró ganarse un puesto en la historia del teatro español, tanto en sus
obras escrítas directamente para la escena como en las adaptaciones que
hizo de sus novelas al medio escénico. Este hecho merece ser destacado,
si se tiene en cuenta que no lo llegaron a conseguir otros novelistas
de su época: ni Alarcón con su /fijo pródigo, ni Valera con sus Tentativas
dramáticas. Así lo demostró el público grancanario cuando se le dio
la oportunidad de hacerlo, cuando pudo asistir a la representación de
algunas de sus obras en el Teatro Tirso de Malina. Este edificio habría
de cambiar su nombre por el del ilustre escritor, a raíz del estreno de
Electra en 1901, como homenaje de la ciudad que le vio nacer.
14 Diario de Las Palmas, n. 863, arto cit.
15 España, n. 735, lunes 13-XI-1899.