UNA VACANTE EN LA REAL
ACADEMIA DE LA LENGUA.
EN EL OTOÑO DE 1904
Juan Antonio Marrero Cabrera
•
El duelo nacional por la prematura
muerte, a los 24 años, de la Princesa de Asturias hace que pase desapercibida
la noticia de la inmediata puesta en circulación de los nuevos y
casi inalcanzables billetes de 100 pesetas.
También en estos primeros días del otoño de 1904, un artículo aparecido
en El Socialista cuesta un mes y veintiún días de arresto mayor y
125 pesetas de multa a Pablo Iglesias.
Sin embargo, nadie parece condenar al autor de la publicidad de (CLa
Parrilla Argentina., (asador moderno privilegiado, indispensable en
toda cocina) que aturde a los lectores de El Globo con unos ripios como
éstos:
(CEsta parrilla, jamás
echa a perder un asado;
pruébala y exclamarás
ante su efecto admirado:
¡No se puede pedir más!
¿Y hay quien compre otras parrillas
venidas del extranjero
para asar con poco esmero
y convertir en astillas
la carne del matadero?
Claro que, en el extranjero, están muy ocupados leyendo las últimas
traducciones de los libros de Palacio Valdés, Galdós y del propio Blasco
Ibáñez que acaba de recibir una edición esmeradísima y lujosa de su
novela Entre Naranjos en versión holandesa.
Pero los que están de enhorabuena son los amigos y admiradores de
Pérez Galdós por el éxito del Electra que está a punto de alcanzar las
doscientas representaciones en el teatro de la Porte Saint Martin.
y entre los principales seguidores de D. Benito destaca un joven lanzaroteño,
José Betancourt Cabrera que ha llevado su devoción por el
_ BIBLIOTECA GALDOSIANA
1. D. Benito Pérez Galdós, El Teatro, 1900-1901.
V CONGRESO GALDOSIANO _
maestro a utilizar como seudónimo literario el nombre de uno de sus
más famosos personajes: Angel Guerra.
Ferviente admirador y discípulo, amigo, paisano y protegido del genial
autor grancanario, José Betancourt-Angel Guerra, que acaba de cumplir
los treinta años, ha pasado de colaborar en la prensa insular a convertirse
en una fecundísima pluma de los grandes periódicos nacíonales.
Angel Guerra llega a Madrid con el nuevo siglo y trae, como éL un
bagaje de ilusiones. Y la suprema es llegar a tener un nombre como escritor.
Atrás deja su «isla seca»: Lanzarote, y un «viejo pueblo ruinoso y polvoriento
rendido al paso de los siglos)): la villa de Teguise. «Un olvidado
pueblo de esa bellísima tierra)).
Su gran trabajo en Gran Canaria en el Defensor de la Patria, en la Crónica
y en el Cronista le ha proporcíonado «oficío». Un «oficío)) de periodista
que, sin embargo, en los primeros tiempos de su llegada a Madrid
no le sirve para introducírse en el dificil y saturado mundillo político-periodístico
y literario de la «capital de las Españas».
Una lucha que se traduce en sus articulo s enviados al Diario de Las
Palmas: «Muchas de las tertulias literarias no son más que pagodas índi-
2. Interior de un café de la Puerta del Sol.
_ BIBLIOTECA GALDOSIANA
cas de conjuraciones y chismorreo, y mesas de disección en que anatómicamente
se analizan las obras y las personalidades con habilidades de
cirujano y con brutalidades de enterrador».
Es el choque
de lo que él explica
como: «su
alma virgen de
provinciano franco
y honradote,
todavía con la
ruda corteza de
mi nativa tierra»,
con la dura realidad
capitalina.
Pero muy pronto
su fecundísima
pluma, su ilusión
inagotable, su ingenio
y sencillez
de hombre de
bien y las orientaciones
de su
maestro Oaldós,
le abren las páginas
de los periódicos
madrileños
en los que empieza
a destacar con
luz propia.
Primero será
el Heraldo de Madt1
y luego El
Liberal, hasta formar
parte de la
redacción de La
Época. En 1903
figura en el equipo
que echa a andar
la revista España
y Ortega
Munilla, por recomendación
de
Oaldós, le incluye
entre los colaboradores
de El Imparcial.
3. José Ortega Munilla.
"Sus obras le han dado honores
y fama de novelista.
Mezcla sueños, dicha, amores,
pájaros, brisas y flores ...
y cátate la revista.»
V CONGRESO GALDOSIANO 1m
En 1904, poco antes de hacer las críticas del triunfo de los hermanos
Alvarez Quintero en el teatro Lara con El amor que pasa, del éxito de la
Zarzuela de Maximiliano Thous y José Serrano, La Casita Blanca, y el fracaso
de Fernández Shaw y Chapí en La Puñalada, Angel Guerra iba a iniciar,
en las páginas de El Globo, una memorable «campaña de prensa».
4. José Betancourt Cabrera (<<Ángel Guerra .. ). Hombre de amistad sincera
y maestro sencillo, llano y amable.
_ BIBLIOTECA GALDOSIANA
Pero dejemos que sea el propio Angel Guerra, desde la primera página
de El Olobo del 25 de octubre de 1904, quien lance la proclama de
la más justa candidatura a un puesto de la Real Academia, bajo el título:
UN CANDIDATO
ARMANDO PALACIO VALDÉS
Hay un sillón vacante en la Academia Española. Respondiendo á devociones
de admiración muy hondas, con toda clase de respetos y con humilde
voz, yo me adelanto á dar nombre para una candidatura, que tengo
la evidencia que apoyará toda la gente de letras: Palacio Valdés.
Novelista singular, cuya pluma ha sabido reflejar en admirables páginas
literarias, con delicado arte de creción, lo más pintoresco é íntimo de la
vida de nuestro pueblo, añadiendo á sus méritos de colorista en el paisaje,
un grato tcsprit.. de costumbrista magistraL Palacio Valdés representa,
en las letras españolas, una de las figuras más sobresalientes de la novela
contemporánea ...
... Ha tiempo que está pendiente esa deuda de honrar al ilustre escritor.
No tengo certidumbre de ello, pero quiero recordar que, hace años, el
insigne Cavia, maestro celebrado, habló de la necesidad de un agasajo
público que testimoniase la admiración silenciosa que se consagra á Palacio
Valdés en España. No falla mi memoria, porque la lectura ha sido más
reciente, al decir que Galdós, en un prólogo, aún con la tinta húmeda, que
pusiera á un libro del malogrado «Clarín .. , declaraba la urgencia de pagar
la deuda pendiente con el autor de La Hermana San Sulpicio, y, sinceramente,
como mandato de un deber literario, manifestaba su opinión de
que no era posible retardar por más tiempo el ingreso de Palacio Valdés
en la Academia Española, en homenaje a los talentos singulares del escritor
consagrado, con laboriosidad de benedictino, en soledad y sin buscar
aplausos, á engrandecer y magnificar la novela española contemporánea,
que, con su plenitud de arte, enaltece y honra.
Si á la Academia Española, por costumbre ya establecida, van los escritores
ilustres que merecen señalados honores; si los sillones académicos
deben ocuparlos los artistas literarios, que trabajan y pulen el habla
castellana haciéndola viva y ágil, flexible y gráfica, llevando a ella la sangre
nueva de las expresiones populares que recogen en el ambiente de la
calle, para que no se fosilice, ni se corrompa en manos de secos lingüistas,
como carne muerta en pudridero; si en el seno de la Academia Española
deben recibir consagración de inmortales los que á ella tienen
derecho, y para conseguirla basta solamente á la petición presentar una
brillante historia artística, abolengo de gloria, blasón de altos hechos,
«grandeza de España .. en la república de las letras que han ennoblecido,
allende los siglos, peregrinos ingenios y andantes caballeros del ideaL
vengamos todos á un común acuerdo, y abramos paso, descubriendo las
cabezas en señal de respeto, para que, con el aplauso de todos los cultivadores
del arte, haga su ingreso solemnemente en la Academia Española
don Armando Palacio Valdés.
Como maestros de la novela española, lo recibirán con abrazo de hermanos
en letras y en glorias, Valera, Galdós, Pereda, Ortega Munilla y Picón.
¿No entraron ellos en calidad de novelistas?
Justo es que ellos sean los que abran las puertas de la Academia al
compañero y amigo, cuya ausencia, desde ha tiempo, deben lamentar. Si
en espera de ocasión se impacientaban por la tardanza en ingresar PalaV
CONGRESO GALDOSIANO _
EL GLOBO
5. El Globo. 25 de octubre de 1904. La convocatoria, en primera página: "Un candidato".
_ BIBLIOTECA GALDOSIANA
cio Valdés, pueden en estos momentos llamarlo á su compañía. Y así
será.
Por mi parte, no es mi empeño otro que recordar la deuda pendiente,
y salir al encuentro de la preterición ó el olvido. Ni quito ni pongo rey. A la
fecha ignoro quiénes pretenden la investidura académica; pero añado, con
lealtad, que al repasar la lista de nombres que honran la literatura patria,
no encuentro uno siquiera que, con osada arrogancia, pueda disputar al
maestro de maestros, con mejores títulos, ese honor que por derecho y
en justicia, le corresponde.
A plumas de más brio y fama entrego la propuesta de candidato para
que, al poner al pie las firmas, pongan también la autoridad que á este
articulo le falta. Y queda en paz mi conciencia con este respiro de mis
simpatías y de mis devociones artísticas, muy hondas y efusivamente sinceras.
Angel GUERRA
La polémica está magistralmente servida, empieza el turno de «los
maestros ya consagrados y los jóvenes escritores que ahora batallan con
la pluma».
A pesar de que: «las galas retóricas ... me parecen adornos de cementerio,
cosas rancias que huelen a muerto», uno de los primeros en contestar
es Pío Baroja. Yeso que no es, precisamente, un admirador de
Palacio Valdés. De paso, con su racional indiferencia, deja caer la debatida
cuestión de D. a Bmilia Pardo Bazán:
Querido amigo: Yo todavía no he llegado a comprender bien la utilidad
de la Academia. Por ahora, me parece una de las muchas entidades, Corporaciones,
Asociaciones ó lo que sea que no sirve para nada.
El lengmije es una cosa viva que degenerándose y cambiando y descomponiéndose,
va marchando y enriqueciéndose, y el querer sujetarlo y
reducirlo, me parece una simpleza.
Ahora hay la costumbre de llevar a la Academia á los hombres ilustres
por las letras, y entre éstos, entre los de ahora, entre los que no han entrado
todavía en la docta Corporación, los de más méritos y prestigios me
parecen la Pardo Bazán y Palacio Valdés. Doña Emilia no puede entrar por
razón de su sexo; entre don Armando Palacio Valdés.-Pío Baraja.
Nicolás Bstévanez y Murphy, el viejo político, escritor y brigadier canario,
que a veces usaba el pseudónimo de «Bstevanillo», responde con
socarroneria isleña a la pregunta de su paisano:
«¿A mí me consulta usted sobre candidaturas de académicos? ¿A mí? ..
Vaya, pues evacuaremos la consulta.
¿Que qué pienso de la candidatura de Palacio Valdés?
Que me parece mal y voto en contra, si Palacio Valdés, al entrar en la
Academia, cuelga la pluma, como tantos otros.
Pero si no considera la Academia como cuartel de inválidos, y prosigue
la tarea que le ha valido su envidiable fama, entonces ¡ah!..., como
dicen algunos diputados, voto en pro.
De todos modos, no ha de faltar vacante para él, pues los académicos,
igual que los senadores vitalicios, van a tener un invierno desastroso.
Estévanez. »
V CONGRESO GALDOSIANO _
6. La tertulia de Pío Baroja (1924).
Un periodista, el «doctor Fausto» se «extraña» de que aún no sea académico
Palacio Valdés.
Otro periodista, Luis López Ballesteros, antiguo directo de El Imparcial
y gobernador de Málaga, se adhiere resaltando que allí «debiera estar
hace mucho tiempo, si en aquella casa se entrara siempre por las
puertas del mérito y de la justicia».
Un buen novelista, el director de la revista La Lectura, contesta, también,
inmediatamente:
«Si por sufragio popular se eligiesen académicos, es seguro que la vacante
de hoy no correspondería á Palacio Valdés, ni á la Pardo Bazán, ni á
Blasco Ibáñez, porque ya los tres estarían dentro, al lado de Valera, de
Galdós y de Picón.-Francisco Acebal. ..
Zeda, el crítico teatral de Epoca, apoya la propuesta de su compañero
firmando con su nombre completo, Francisco Fernández Villegas.
Antonio Palomero, también conocido como Gil Parrado, el viejo poeta
y escritor que, con sus bigotes a lo «kaiser» popularizara en El País la
sección en verso uLa Comedia Humana», apoyó la candidatura desde
la redacción de ABe.
El célebre crítico uAndrenio» contestó así a la convocatoria:
Sr. D. José Betancourt:
Estimado compañero: La iniciativa de usted á favor de la candidatura
de Palacio Valdés, para la plaza vacante en la Academia Española, me
parece muy bien y la deseo mejor fortuna de la que tuvieron las campañas
de «Clarín.. en el mismo sentido. El autor de Maximina debía ser
académico hace mucho tiempo. Esperemos que «quieran .. ahora los que
_ BIBLIOTECA GALDOSIANA
pueden hacerlo. Y como no se trata de hacer, con tal motivo, literatura,
sino de decir cada uno su parecer y yo ya lo he dicho, se despide de usted
su afectísimo seguro servidor, q. b. s. m., E. Gómez de Baquero.
Con toda justicia apoya la candidatura el sincero y sencillo poeta Vicente
Medina que escribe y defiende el .. murciano.. de su terruño como
.. un castellano claro, flexible y musical, matizado con algunos provincialismos
de carácter árabe, catalán y aragonés.
Otro periodista, José León, opina que la futura elección .. no será más
que el "visto bueno" puesto debajo de la opinión literarian.
Uno de los autores cuya biografía hubiera sido, sin duda, su mejor
novela, que él mismo reconocia diciendo: .. Soy un hombre que vive, y,
además cuando le queda tiempo para ello, escriben, encabezaba las columnas
de El Globo el 27 de octubre de 1904:
Sr. D. Angel Guerra.
Querido amigo y compañero: Apenas si tengo una vaga noción de lo
que pueda ser la Academia Española.
Sólo sé que los señores que en ella figuran (y de los cuales apenas si
el público conoce el nombre de una docena), rezan un Padrenuestro al
principio de sus reuniones.
Si el entrar en esta Corporación significa algo de homenaje público y
de una nueva gloria para el maestro Palacio Valdés, sea en buena hora.
Palacio Valdés fue el ídolo de los mayores entusiasmos de mi juventud,
y es hoy una de mis admiraciones más arraigadas. Sólo le conozco
por sus libros; pero los que le tratan personalmente, me dicen que vive
junto al Retiro, trabajando en su estudio ó paseando por las solitarias
avenidas del vecino parque, en ese altivo aislamiento del artista que, acostumbrado
al continuo contacto con la severa belleza de la vida universal,
no siente el hambre de las jerarquías y los honores oficiales.
No me interesa gran cosa que Palacio Valdés sea académico, desde que
veo que lo son los jefes de los grupos parlamentarios, y la Academia parece
un rabo del Congreso. El Palacio Valdés de mis adoraciones es el de
"Marta y María .. , el artista vigoroso, el enemigo de esa España decrépita y
fanática, que aún se mantiene en pie.-V. Blasco Ibáñez.
Antonio Garrido y ViIlazán, redactor-jefe de la Ilustración Española y
Americana, sostiene el .. derecho propion del candidato a sentarse entre
los inmortales.
Desde sus venerables barbas blancas, Antonio Sánchez Pérez, periodista
y catedrático de matemáticas, apoya al excelente novelador que es
el autor de El Señorito Octavio.
Aunque el perseguido republicano no es, desde luego, partidario de
las Reales Academias, .. en cuyos estatutos y en cuyos procederes veo
mucho de arcaico, incompatible con mi manera de sentir y de pensarn.
Más profético resultó el barbudo político y periodista Salvador Canals
y Vilaró, no en vano Secretario de Prensa de don Antonio Maura y fundador
de una de las mejores revistas en su género de España: el Diario del
Teatro, al afirmar: "Ya verá usted, sin embargo, como se atraviesa en su
V CONGRESO GALDOSIANO IBD
7. Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928). Retrato
camino algún fabricante de discursos que anda rondando la Academia, y
a quien apadrinan ¡precisamente! académicos literatosu.
Un historiador de la autoridad de Rafael Altamira alega que «digan lo
que quieran algunos Aristarcos, Palacio Valdés es un escritor consagrado
por numerosos éxitos y querido y admirado sin interrupción por un púmm
BIBLIOTECA GALDOSIANA
blico que representa todas las formas de aprobación que un literato puede
desear».
El Rector de la Universidad de Salamanca, que no puede ocultar su
aborrecimiento por la politiqueria y el parlamentarismo, muestra su eterno
espíritu de contradicción y su inconmovible espíritu de independencia
en este auténtico ensayo sobre la Academia que constituye su contestación:
Amigo Betancourt: Contesto á su carta apenas la recibo. Es que toca
usted un punto sobre el que he pensado escribir más de una vez, desde
que, con motivo de aquello de haber elegido á Commelerán, y no a D.
Benito, armó la Prensa una zapatiesta, embrollándolo todo y confundiendo
las cosas.
8. Don Miguel de Unamuno. Retrato
V CONGRESO GALDOSIANO 1&
Me pregunta usted si creo que deben elegir a Palacio Valdés para académico
de la Lengua. Y dejando de lado el que no doy importancia alguna
á lo de ser académico, y fuera de las dietas, maldito lo que la cosa
vale, he de decirle que eso depende de cómo queramos considerar a la
Academia Española de la Lengua. Distingo, pues.
Si la Academia ha de ser un panteón de escritores ilustres, una especie
de Legión de Honor de publicistas, novelistas, dramaturgos, poetas,
etc., residentes en Madrid, entonces santo y muy bueno; nadie con más
derechos que Palacio Valdés.
Pero en este caso no se le pidan á la Academia informes técnicos, ni
que haga gramáticas y diccionarios; y si los hace, no se ensañe nadie con
ella por las enormidades que pueda cometer, como las del último Diccionario,
cuya parte etimológica es un baldón de ignominia y un anatema de
la más supina ignorancia.
Pero si se quiere que la Academia haga trabétios científicos sobre la lengua
y hasta legisle sobre ella -lo cual es una barbaridad- entonces no
sé qué hacen en la Academia los más de los ilustres escritores que la
componen, que pueden escribir admirablemente bien y no saben una palabra
de cosas de lingüística.
Tanto valdria llevar á la Academia de Medicina á un acróbata que dé
saltos prodigiosos para que les ilustre sobre la fisiología de los músculos,
ó á uno que digiere filetes de patrona, para que informe sobre las funciones
de la digestión.
Cualquier latinista moderno de alguna ciencia, sabe muchísimo más
sobre la estructura y vida de la lengua latina, que sabía Cicerón.
Si la Academia ha de ser un Centro que regule y rija el proceso de la
lengua -y ello es absurdo- los más de los castizos hablistas (los supongo
tales) que la forman, pueden ser hasta nocivos. No hay espíritus más
estrechos ni más llenos de prejuicios respecto al idioma, que los que pasan
por grandes cultivadores de él.
Entre enhorabuena Palacio Valdés en la Academia -aunque esto no
añada un ápice a su gloria- pero si luego resulta que no sabe de achaques
de lingüística, y vuelve a salir un Epítome de gramática, v. gr., como
el que tengo aquí aliado, y que es la más ridícula mamarrachada, no se
culpe a la Academia.
También le diré, en honor a la verdad, que los más que han entrado
en ella en concepto de lingüistas o filólogos, no son menos dañinos que
los otros, porque creen saber y no saben. Allí está el de la "harmonía."
que carece de sentido científico en cosas de lengua, y se contrae á labor
de trapero, recogiendo modismos de librotes viejos, y escribiendo el castellano
como los humanistas del Renacimiento el latín, como lengua muerta
y en labor de taracea; y por allí cerca anda el desdíchadísimo autor de
la disparatadísima etimología del último Díccionario. No hay palabras con
que expresar lo vergonzosa que es esta parte de ese esperpento vergonzoso.
Si la Academia fuera lo que deberia ser, haria más en ella un Menéndez
Pidal -este sabe lo que trae entre manos- que veinte ilustres escritores,
por primorosamente que escriban éstos. Pero ... no; si la Academia
fuera lo que deberia ser, no seria nada, es decir, no existiria.
Si, pues, usted, al proponer á Palacio Valdés para académíco de la
Lengua, quiere rendir á este nuestro admirado novelista un tributo de admiración,
está bien, uno mi voto al de usted. Pero no lo uno en lo substancial
de la proposición, en pedir que entre en la Academia, porque ni
mm BIBLIOTECA GALDOSIANA
esto añade un ápice á su prestigio, ni creo que á D. Armando le importen
las dietas.
Es menester que no demos importancia alguna á las cosas de la Academia,
y que nadie se ocupe, fuera de los mismos académicos, de quién
ha de ocupar las vacantes que ocurran. La Lengua seguirá la marcha que
haya de seguir, lo mismo sin Academia que con ella; y el estudio científico
de la lengua se continuará también sin ella, tan bien o mejor que con
ella: Eso es cosa que no debe importarnos.
Pero, por desgracia, aún se la atiende -sobre todo, cuando manda
desatinos; y buena prueba da la Prensa, que ha adoptado servilmente la
disparatada ortografia impuesta por esa Corporación. Y no logra uno escaparse
de los regentes y correctores de pruebas, pues á mí mismo me
largan cada «septiembre» y cada «subscriptor», que tiembla el credo. y,
francamente, por oscuro que pueda algunas veces escribir, nunca escribo
con «obscuridad» académica. Eso queda para «escriptores» académicos.
Es cuanto se le ocurre al respecto á su amigo, Miguel de Unamuno.
Otro testimonio de admiración al talento de un gran literato es el del
periodista Carlos Solsona.
En el exaltado, demoledor e iconoclasta temperamento juvenil del
futuro fundador de Acción Española asoma ya la transformación regeneracionista,
en su apoyo decidido a Palacio Valdés:
Para Angel Guerra.
Su artículo y su carta me llenan de sorpresa. Pero ¡cómo! ¿No es académico
Palacio Valdés? No me lo explico, no lo entiendo. Sólo en fuerza
de pensar, llego a la hipótesis de que el gran novelista no pertenece á la
Academia por no haberlo pretendido. Pero esta suposición me pone melancólico.
Es bien triste que para ir a la Academia de la Lengua, necesite
llamar á sus puertas un Palacio Valdés, cual si fuera un político intruso,
cuando lo digno y lo correcto seria que la Academia le llamase. Ramiro
de Maeztu.
El escritor y militar valenciano José Ibáñez Marin, que pocos años después
moriria en Mrica, en el ataque del Atalayón, se manifiesta en una
forma muy adecuadamente castrense: "Creo yo que Palacio Valdés es
todo un general de nuestra literatura contemporánea, acreedor, ¿quién
puede dudarlo?, a ocupar un puesto en la Academia, especie de gran
Estado Mayor de los que dicen bien manejado el habla nuestra con bizarrías
artísticas".
El dramaturgo y futuro académico (a partir de 1921) Manuel Linares
Rivas une su voto a «la indiscutible candidatura del autor de La Hermana
San Sulpicio".
El 29 de octubre de 1904 la «campaña" es un auténtico éxito periodístico.
La primera página de Bl Globo está dominada por los testimonios
de las más importantes plumas del momento. Angel Guerra encabeza la
portada con una carta «abierta •• :
V CONGRESO GALDOSIANO _
---'~'~_ _E_____L______ ___GD _i_8_r¡~ inLdepen~d=i~Oen~~~._ ___B~ ==~O ______ _~ ___ . _-__-_. ___ ~__
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...
9. EIOlobo. 29 de octubre de 1904. "Carta sin sobre».
_ BIBLIOTECA GALDOSIANA
Carta sin sobre.
Sres. D. Juan Valera, D. José Maria de Pereda y D. Benito Pérez Galdós.
Maestros y amigos: Llevan estas letras encargo de testimoniar a ustedes,
en primer término, mis devociones de lector. Quiere á la vez que ellas
avisen á ustedes del vivo ímpetu de simpatía con que la gente de pluma
pide honores académicos para D. Armando Palacio Valdés, maestro, como
ustedes, de la novela española contemporánea, y como hermano de letras
en vuestra estima y cariño. La glorificación popular, que conocéis por
haberla merecido largamente, también él con vosotros la comparte á escote.
Justa es la merced de ese lector anónimo, cuyos favores muchos
buscan y pocos alcanzan, y es pago al arte recio en creación y bello en el
gentil hablar. Falta al compañero y amigo, con abolengo que acreditan sus
méritos literarios como .. Marta y Maria .. , la consagración oficial de aposentarlo
hidalgamente en la Academia Española, que para este linaje de varones
con peregrino ingenio, y no para los caballeros cruzados en la política,
la regia admiración mandará estatuir.
Fía y confía la gente de letras en que ustedes harán la presentación del
candidato, más atentos á la voz de la sangre artística que blandos en complacer
solicitaciones de extraños.
y explicada la visita de esta carta, reverentemente se despide de ustedes,
besándoles las manos, Angel Guerra.
y las cartas de contestación se acumulan en las columnas de El
Globo.
Uno de los mejores especialistas en los matices del idioma, justa y
dignamente recordado por el periódico ABC, el periodista Mariano de
Cavia se une también a la convocatoria.
Imperturbable bajo su monóculo, el novelista Antonio de Hoyos y Vineut
(marqués de Vineut) describe a la perfección con su brillante y sencilla
prosa la obra de Palacio Valdés:
Era yo casi un niño cuando por vez primera saboreé con deleite los libros
del maestro, y en mucho contribuyeron á mi amor por las bellas letras.
Más tarde, cuando volví a leerlos, sentí acrecentarse mi admiración
por el novelista insigne, por el cuentista ameno que, en su prosa fácil,
sincera, gráfica, limpia de falsos preciosismos y de vulgares chabacanerías,
prosa que tiene el frescor gentil de una conversación familiar, nos
contó bellas historias que unen á la amenidad y al interés una cualidad
inestimable: la de ser humanas.
El novelista gallego Francisco Rovira Pita, que hace unos meses ha
abandonado el periodismo activo para dedicarse plenamente al partido
conservador en la Secretaria Política de Don Antonio Maura, explica, de
modo práctico, los entresijos de la Academia:
Soy en literatura .. ministerial» ferviente de Palacio Valdés. Cualquier
honor que alcance este escritor excelso, tendrá mi aquiescencia, y con
ella mi aplauso y mi voto ... Es lástima, sin embargo, que no haya mejor
consagración del talento que la gloria académica. Una recepción aparatosa,
una medalla al pecho, un sillón con una letra en el respaldo y unas
prosaicas dietas, deben ser, para los que han llegado á las cimas luminoV
CONGRESO GALDOSIANO mB
sas de la fama, rutinarias parvedades. Pero, en fin, no será Palacio Valdés
el primero con quien se cometa la honrosa injusticia de hacerle académicO.-
Prudencio Rovira.
Claro que otros, como el catalán Ricardo J. Catarineu, que publica sus
críticas teatrales en la Correspondencia de España, bajo el pseudónimo
de ccCaramanchel», tratan a la Academia más ccenérgicamente .. :
Palacio Valdés anda divorciado de la Prensa. Los periodistas, que alabamos
frecuentemente á algunos m~aderos, no recordamos al gran novelista
todo lo debido. ¿Qué opino yo de él? Que, si fuera necesario matar
á algún académico para que él ingresara en la Academia, no podía
menos de absolver el jurado al matador.
Esto sería justo y plausible.-Caramanchel.
Menos cclapidario .. , el sencillo y bondadoso poeta malagueño Arturo
Reyes Aguilar se ccsuma gustosísimo .. al homenaje de quienes son ccgloria
y orgullo de la nación en que han nacido ...
Una de las escasas voces discrepante s es la del abogado y periodista
Baldomero Argente. Pero su disgresión es porque él mismo defiende la
candidatura de uno de los ccsuyos .. , Julio Burell, en las páginas del Diario
Universal, donde colabora desde 1903.
El burgalés Angel Maria Castell, subdirector de ABC desde su fundación
se une a la convocatoria con un lamento literario:
Zola murió sin ser académico en Francia. Pí y Margall murió sin serlo
en España. ¿Qué puede perjudicar á Armando Palacio Valdés, ni en qué
mermar su legítima reputación literaria, el ser victima de una injusticia
como la cometida con aquellos dos grandes pensadores?-Angel María
Castell.
El periodista y político donostiarra, colaborador de Bl Pueblo con BIasco
Ibáñez y diputado por Valencia, acomete con su vehemencia acostumbrada:
Honra mucho á usted proponer cuanto venga en honra y gloria de un
artista nacional; lo natural sería que pusiera usted su esfuerzo en rebajar
y empobrecer á los pocos héroes que aún trabajan en la redacción de este
casuco grietado por la envidia, que se llama España.
Ahora bien, el hosco ccleón de Albrit .. de la novela española, el Palacio
Valdés torvo y nebuloso, ¿aceptará el uniforme de académico? Yo creo
que no y me alegraría de ello.
¡Perderia su patina de intensa melancolía, su costra de fiereza, de admirable
desprecio por el mundo!
Para mí fue grande Daudet por no haber querido nunca ser académico.
Zola tuvo un lunar en su vida: el de querer serlo.
Palacio Valdés, trasplantado al Refectorio Académico, me recordaría al
león de Tartario, desdentado y ciego, que pide limosna á la puerta de una
mezquita argelina.
Organice usted otro agasajo que sea digno del gran artista, pero ... académico
¡nunca! ¡Antes moroL-Rodrigo Soriano.
H:!:1 BIBLIOTECA GALDOSIANA
El escritor y fino humorista Luis Taboada, que es de los primeros en
unirse a la iniciativa, le dedica uno de sus preciosos relatos en las pági~
nas de ABC (el .3 de noviembre de 1904):
LA VIDA EN BROMA. PELLEJIN, POETA Y CUASI ACADEMICO.
Puede decirse que Pellejín cuenta ya con el cariño entrañable de Maura.
Nuestro joven diputado es uno de los que más se distinguen como
jaleador del Presidente del Consejo. En cuanto éste se levanta para pronunciar
una de sus grandilocuentes oraciones, Pellejín se dispone a intercalar
"bravos» en el teatro, exclamando a toda voz para que le oiga el jefe:
,,¡Qué hombre! ¡Qué inteligencia! ¡Qué figura!».
Noches pasadas fue, como de costumbre, a visitar a su jefe, y el efecto
que causó entre todos los allí reunidos, no ha podido ser más grato.
-y ahola que ha salido la convelsación, ¿puedo contal con el voto de
usted, señol Plesidente?
-¿Mi voto? ¿Para qué?
-Pala la Academia Española. Quisiela plesental mi candidatula enflente
de la de Canalejas.
El Presidente guarda silencio; después, pretextando que se tenía que
acostar, porque le dolía una muela, saludó a sus súbditos y fuése, mientras
decia Pellejín con acento de profunda convicción:
-No cleo que sea un desatino lo que pletendo. ¡Cuantos hay en la Academia
que no tienen mis títulos!
La candidatura de Pellejín para la Española cuenta, hoy por hoy, con
gran número de probabilidades.
Luis Taboada."
El periodista albaceteño José Estrañí, director de La Voz del Cantábrico,
formaliza su voto en pro con una de sus habituales humoradas.
Al célebre médico, comediógrafo y poeta festivo asturiano Vital Aza,
la idea de reconocer los méritos de su amigo y paisano Palacio Valdés le
parece, naturalmente, oportunísima.
El "Sastre del Campillo)) está conforme con la candidatura aunque se
lamenta de que no hubiera, también, otro sillón vacante para el gran
sainetero Ricardo de la Vega.
Miss~Teriosa siente que la medalla académica sirva a los jefes de par~
tido para consolar a los candidatos derrotados en las elecciones y se ate~
rra ante la hipotética candidatura de Romero Robledo. (Político que,
como se sabe, se precia de no haber entrado jamás en el Museo de Pin~
turas y de no haber leído siquiera un tomo de la Biblioteca de Autores
Españoles).
El periodista Miguel Moya se pregunta a su vez si Armando Palacio
quiere ser académico.
V CONGRESO GALDOSIANO ij;Ji]
10. Vital Aza .
.. Escribiendo es el primero,
y es su fama colosal,
porque no hay un sainetero
con más gracia que Vital.)l
_ BIBLIOTECA GALDOSIANA
Los hermanos Serafín y Joaquín Alvarez Quintero, que llegaron a pertenecer
en su día a la Academia, se manifiestan dos apasionados y fervorosos
admiradores del autor de La alegria del capitán Ribot y aplauden,
naturalmente, la iniciativa.
El redactor político de La Esfera, ~l Imparcial, La Correspondencia de
España, etc., el toledano Fernando Solde villa Ruiz que, andando el tiempo,
sería gobernador de Segovia, opina que "no sólo debe ocuparle (el
sillón) en cuanto haya vacante, sino que debiera echarse de la docta casa
a algunos que no tienen títulos para pertenecer a ella».
En su adhesión, Alfredo Murga explica que "gracias a estos incansables
creadores, nos queda alguna identidad y, por consiguiente, algún
oro puro todavía».
Carmen de Burgos, que popularizó el pseudónimo literario "Colombine
», fue la única escritora que secundó el llamamiento:
Mi estimado compañero: Yo creo que no debe Armando Palacio Valdés
aspirar á ocupar un puesto en la Academia Española; es la Academia Española
la que debe aspirar á tener en su seno á Palacio Valdés.
De usted amiga y compañera, q.s.m.b., Carmen de Burgos Seguí.
El crítico Pedro Oonzález Blanco, que antes de que Azorin acuñara el
término de "generación del 98 .. en ABC englobaba a los mismos autores
en la "generación del desastre», no puede ser más claro y contundente
en su reacción contra la Academia en representación de los jóvenes:
Sr. D. Angel Guerra.
Estimadísimo compañero: En realidad yo no estoy muy al tanto de lo
que usted pretende. Creo haberle oído decir que se trata de arrastrar á
D. Armando Palacio Valdés -en nombrando á este novelista mi espíritu
se pone de rodillas- en el carromato de la sanción extraoficial hacia esa
casuca que hay yendo para Vallecas á la siniestra mano donde se alberga,
toda llagada y hecha una lástima, la lengua española.
Esto me parece una cosa absolutamente injustificada. ¿Para qué necesita
D. Armando la Academia? ¿Qué va á hacer él al lado de Catalina y de
Villaverde (no hay desolación comparable á eso), sino dormitar beatamente
en la calma de las tardes nubosas, bajo la monotonía de los informes y
de los actos y de los discursos?
Otra cosa sería si el alojamiento de nuestro Santo Padre el lenguaje
fuera, no un panteón, donde todos los ideales desfondados se recogen,
sino una Academia, en el verdadero, en el helénico sentido de la palabra.
Es más, creo que nosotros, los jóvenes, debemos abstenernos de exaltar
esa vana jerarquía, tan solo otorgada a unos cuantos señores innominados,
con quienes la fisiología está haciendo, á diario, prodigios de
equilibrio.
Ni la Academia significa nada, ni el estar atraillado con ciertos deleznabilísimos
personajes, vale gran cosa que digamos.
Hay ciertas reservas y ciertos silenciosos retiros, donde los espíritus
que admiran -y considere usted que la admiración es un gran poder intelectual-
saben levantar á los espíritus admirados, no edificios de ladrillo
y cascote, sino mágicos alcázares, que tienen por techumbre el cristal de
V CONGRESO GALDOSIANO EDD
los cielos y por columnas los pensamientos que se levantaron hacia Dios,
como el humo de una lámpara votiva.
Ahora bien, como D. Armando seguirá siendo, con ó sin Academia, tan
buen novelista como hasta ahora, que vaya y que se guarde de ciertos
peligrosos contactos, y que en el discurso de recepción demuestre, que
pruebas no le faltarán, la necesidad imperiosa de asesinar, artística y alevosamente,
á la mayoria de los actuales prebendados (prebendado académico),
por motivos de ornato y de saneamiento.
Es lo único que se me ocurre por ahora. Eso y desearle mucha salud y
pocos dramas de Echegaray en la temporada que nos amenaza.-Pedro
González Blanco.
Al excelente historiador del s. XIX, Alfonso Danvila, le parece acertadísima
la candidatura: «pues bueno es que vayan alternando en aquella
casa los literatos con los oradores y los políticos para que no se convierta
la Academia en tertulia de hombres de Estado».
El popular novelista Pedro Mata responde categóricamente que ningún
escritor debiera discutir la propuesta.
Marcos Rafael Blanco Belmonte, poeta y escritor cordobés, magnífico
«cuentista» y redactor de La Ilustración Española y Americana, se muestra
«conforme con toda conformidad».
Igualmente suma su voto el compañero Alejandro Larrubiera.
Un tanto desconcertante, pero llena de interés, es la contestación del
poeta colorista malagueño Salvador Rueda. Semianalfabeto hasta los
18 años su obra es un «caso notable de intuición poética», de hallazgos
rítmicos y de una estética basada en «adivinaciones fulgurantes». Por ello
no es de extrañar su curiosa crítica a Valdés y al propio Galdós de servirse
de la lengua castellana como de un instrumento exterior, de no estar
«amasados con el idioma)). He aquí su carta:
Mi admirado Angel Guerra:
Mi contestación á su amable consulta literaria es la siguiente: Merece
por su talento extraordinario Palacio Valdés que le elijan académico; pero
parece natural y lógico que, quienes como él, hace gala de despreciar la
forma literaria, no quiera ocupar el sillón vacante en la Academia. A Palacio
Valdés, no le sale el idioma de todo su ser como una esflorescencia
de su espíritu, y no está en él como la coloración en un mineral, ó como
la frescura en el agua, ó como el color en la luz: a Palacio Valdés no le
nace el idioma de su complexión y entrañas artísticas, como le nacia á
Zorrílla, á Castelar y como le nace á M. Pelayo, á Valera y á otros: Valdés,
"se sirve de la lengua castellana como de un instrumento exterior .. , lo contrario
de como ocurre en Bécquer que es una floración, y en Loti que es
una floración, y en Daudet, Goncourt, Maupasant, tIeredia, que es asimismo
una virtud y condición "ineludible .. de su alma de artistas. Tales Victor
tIugo, Shakespeare, Lamartine, Muset (incorrecto y todo) y todos los que
en el mundo han sido "artistas literarios ...
Galdós, así como Valdés, y otros hombres de gran talento, no tienen,
en cambio, su intelecto, ni su espíritu, ni sus átomos corporales "amasados
con el idioma .. ; su alma "va fuera á buscarlo .. para vaciar en él su
potencialidad anímica. Melindroso y descontentadizo es Valera, cuya plumm
BIBLIOTECA GALDOSIANA
11. Salvador Rueda.
"Con la pluma hace primores
y tiene su poesía
el aroma y los colores
de la hermosa Andalucía ...
V CONGRESO GALDOSIANO _
ma parece un bruñidor, pero en él, como en Anatole France, eso no es
reflexión, no es acto consciente, sino instinto, modo estético de ser. Creo
que Zorrilla, "por instinto, por ceguera divina», dió nuevos modos melódicos
al idioma, enriqueciéndolo hasta elevarlo á orquesta: era un hombre
que, sin saber averiguar una etimología filológica, llevó dentro de sí, una
Academia literaria. Estos hombres, que son literatos, como son morenos
de color, ó rubios, próceres de estatura, ó bé\,jos, tristes ó alegres, son los
que yo creo que deben ser elegidos académicos (cuando sólo se trata de
escritores, y no de investigadores y filólogos, hombres admirables también
en las Academias).
A los Balzac, á los Tolstoy, á los Galdós, á los Valdés, creo yo que debe
dejarles impávidos que los hagan sentar en sillones inmortales. No así á
los Bauville, á los Flaubert, á los Gautier, á los Mendés y á todos aquellos
cuyo cuerpo y cuya alma están batidos y amasados mil veces con su idioma
nativo, el cual es en ellos (también Pereda y Alarcón) lo que es el óxido
y la coloración en el mineral; un don y no un vehículo exterior.
Sabe usted cuanto le admira y quiere, Salvador Rueda.
Muchas fueron las cartas que se quedaron sin publicar no sólo
de Madrid sino de periodistas de provincias honra de la Prensa española.
Buena muestra es el testimonio de J. A. Oalvarriato, director del importantísimo
Diario de Valladolid, publicado en El Olobo, el 9 de noviembre
de 1904, con su curiosa proposición de las dos Academias:
Yo creo que debiera haber dos Academias: una en que se velara por la
pureza del idioma, con sujeción á las prescripciones de la Etimología; otra
en la que se encauzara el desenvolvimiento y la transformación de la lengua,
que al decir del gran Bardón, "se gasta como la suela de los zapatos
».
A una Academia llevarla yo a los devotos del clasicismo, de la tradición,
á los sabios en viejos idiomas. A la otra llevarla á los oradores, á los
novelistas, á los poetas ...
No habría oposición entre ambas Academias: la nueva admitiría las
palabras, las frases, los giros que autorizaran con su uso escritores de indiscutible
valer, y luego pasarían al sancta sanctorum de la lengua.
Esto evitaría, entre muchas, estas dos faltas de lógica que algunos
novelistas, cuando escriben, no respetan los cánones que, como académicos,
dictan para todos; y que la Academia nos imponga, por puras razones
etimológicas, palabras como "subscripción», con la que nadie quiere
estropearse la garganta, y la cual nadie usa al escribir.
Por su parte, desde el Diario de la Marina, José Félix Huerta cita unas
palabras de Nicolás Fernández de Moratín:
"El sólido mérito debe hallar abierto el paso á las sillas académicas; no
ha de facilitarlo el favor ni la súplica. La Academia, si ha de valer algo,
necesita de los sabios, y éstos para nada necesitan la Academia.»
Lo que viene a demostrar que no hay tanta diferencia entre la situación
académica de finales del s. XVIII y la de comienzos del s. xx, por lo
que concluye el periodista contemporáneo:
mm BIBLIOTECA GALDOSIANA
12. Juan Valera.
"Escritor fino y correcto,
buen novelista y buen critico
no tiene más que un defecto
el de ser hombre político.»
V CONGRESO GALDOSIANO mm
Para ello se necesitan hombres de voluntad firme, de talento probado
y que sean verdaderamente literatos, como Palacio Valdés. Quédense los
.políticos y aristócratas -que no poseen méritos bastantes en la literatura-
en las gradas del Trono ó en los escaños de las Cámaras y vayan los
varones excelsos á ocupar el sillón para que les designan la opinión de
los aficionados a las letras.
A su vez, los grandes maestros convocados no eludieron la cita con
las columnas de El Globo.
El cordobés don Juan Valera, ya en sus últimos meses de vida, universal
y cariñosamente respetado por los jóvenes que le rodean, explica
que como académico no puede acudir al público sino hacerse valer en
el seno de la Academia.
Sin embargo, el autor de Pepita Jiménez y de Juanita la Larga, deja
expuesta clara y terminantemente su posición al decir:
"Entiendo yo además, que al elegir académico á esta o aquella persona,
el voto que se le da no implica la presuntuosa afirmación de que sea
el más digno quien la obtiene. Aunque la Academia está subvencionada
por el Gobierno, y en cierto modo dependa del Estado, conserva no poca
independencia; elige sin condiciones ni restricciones á quien más conveniente
le parece elegir; y dista mucho de entender que sea el que elige el
mejor entre todos los elegibles y que al elegirle le otorga algo a modo de
un diploma oficial, de mayor excelencia y mérito entre los millones
de personas que en el día de hoy cultivan las letras en España.»
Por su parte, el genial autor de Peñas Arriba, el santanderino José M. a
de Pereda, acudió también a la convocatoria de sus amigos:
Sr. D. José Betancourt.
Mi distinguido amigo: Aunque se trate, como se trata, en su carta del
30 del próximo pasado, de ejecutar un acto no sólo de justicia, sino de
debida reparación, con el nombramiento de mi amigo muy querido y admirado,
D. Armando Palacio Valdés, para ocupar un sillón, vacante en la
Real Academia Española, por mi desgracia nada puedo hacer personalmente
en el asunto, porque me lo impide el cruel padecimiento que me
esclaviza desde el mes de Mayo último y me tiene forzosamente retraído
en el más apartado rincón de mi casa.
Mande usted otra cosa más hacedera a su muy afectísimo amigo y servidor,
q.b.s.m., J. M. de Pereda.
Por supuesto, don Benito no podía faltar al gentil compromiso en que
le colocaba su discipulo, paisano, amigo y protegido Angel Guerra:
Mi querido Betancourt: Mi opinión sobre el caso extraño, incomprensible,
de que Palacio Valdés no haya ingresado ya en la Academia Española,
la sabe usted, y cuantos me conocen: tiempo hace que he
manifestado, de diferentes modos, mi deseo de tener en aquella casa al
amigo querido y admirado compañero. Puedo asegurar que muchos aca_
BIBLIOTECA GALDOSIANA
13. José María de Pereda .
.. Montañés sencillo y franco
que no cesa de correr
de Santander a Polanco,
de Polanco a Santander.
Con lápiz inteligente
dibuja del natural
y ha adquirido justamente
un renombre universal. ..
V CONGRESO GALDOSIANO mB
démicos piensan lo mismo. Falta la acción común, concertada y eficaz, la
cual creo firmemente que será un hecho antes de poco tiempo.
Suyo afectísimo, B. Pérez Galdós.
14. D. Benito Pérez Galdós.
"Benito Pérez Galdós
no hay que perderle de vista
porque hoyes un novelista
que vale lo menos dos ...
_ BIBLIOTECA GALDOSIANA
Claro que ésta y otras interesadas maniobras de la Academia bien
podían haber significado una premonición para el más grande de los
novelistas españoles. Porque ¿cómo se iba a imaginar don Benito que su
propia corporación y una gran parte de la España que bullía en sus Episodios,
se iban a oponer a la concesión del Premio Nobel para el que
había sido designado?
Pero, en fin, volvamos a 1904 y las páginas de Bl Globo.
La encuesta, la campaña, la convocatoria han llegado al final. El éxito
ha sido clamoroso en lo tocante a la concurrencia y a la unanimidad en
el sentir de escritores y periodistas.
Sin embargo, el voto de la Academia se mueve por otros derroteros.
García Alix, aludido por José Betancourt en su carta "de cierre», fue periodista
en su juventud, pero en su madurez llegó a Ministro de Instrucción
Pública, de Gobernación y de Hacienda y ... a qué seguir. Mejor quedan
aquí las líneas del joven periodista de Bl Globo que ya ha aprendido
a moverse entre la ilusión y los desalientos:
Sr. D. Armando Palacio Valdés:
Mi querido maestro y amigo: Doy remate, con esta carta, al empeño en
que entré con tanto entusiasmo y salgo con alegrías y desalientos que he
ido recogiendo al correr de los días.
Si no hubiese sido el respeto y la admiración que inspiran su nombre
literario, menguadas fueran, á la hora presente, mis esperanzas, y fallidos
quedaran mis propósitos generosos. Gracias que los méritos de usted
escudaron mi modestia y que, en ayuda de mi opinión, vinieron las muchas
y valiosísimas de la gente de letras, que aún no han vendido la primogenitura
artística por el mísero plato de lentejas. De esta casta soy, y
no es mi oficio, á Dios gracias, calzar espuelas á caballeros en son de
adulaciones que buscan provechos, y tan estrecha me viene la casaca lacayuna,
para muchos tal holgada, que si intentara ponérmela, se romperia
por las costuras.
Habrá usted extrañado el silencio hecho en torno a su candidatura. Por
ahí ha ido sonando un ¡chist! imponiendo calma, que hasta el ruido de
las plumas túvose por desconsiderado y molesto. A fe mía, que tomo nota
de este signo elocuente de los tiempos, y no seré yo el último en comentario
á mi sabor y antojo en otro lugar y en más oportuna ocasión, que
los cielos, siempre justos, han de deparar á mis ansias.
Nada se ha perdido. Por descontado, que si no entra usted ahora en la
Academia Española, la tardanza no será larga, y para fecha próxima he de
festejar ese nombramiento, si es que Garcia Alix no tercia con su candidatura
en un nuevo litigio.
Tengo para mí que habrá sido más de su agrado el testimonio de afecto
y admiración hacia usted hecho por los mejores escritores españoles,
que los honores oficiales, la glorificación académica, que insistentemente
hemos venido pidiendo. El voto de la literatura nacional ha sido en favor
de usted, y es notorio que el público ha tomado nota de ello.
Honra más la merced afectuosamente dada que la limosna con ahínco
pedida. Y usted no ha solicitado la consagración académica. Yo he metido
su nombre en estos trotes, y á la responsabilidad de mi culpa me
atengo. Algo provechoso, sin embargo, ha resultado de esta campaña.
Conjeturando bien, por ideas que he oído, casi puedo adelantar que en el
V CONGRESO GALDOSIANO _
primer sillón vacante irá á aposentarse en la Academia Española, llamado
usted á su seno por sus compañeros y amigos, y al honrar á usted, ellos
también serán honrados.
y pongo punto. Si culpa usted en mí la indiscreción, deje á salvo mis
devociones artísticas por el admirado maestro que engrandeciera la novela
española contemporánea. Aquí su nombre.
y es su siempre amigo, Angel Guerra.
Rebosante de cordialidad y honradez, el hombre que escribiera que
«el artista no debe abdicar jamás de su independencia y no se le debe
exigir más que sinceridad", muestra su emoción por este homenaje único,
por lo inesperado y por lo espontáneo.
Sr. D. José Betancourt.
Mi querido amigo: Razón tiene usted en suponer que me habrá lisonjeado
el favorable testimonio que han querido darme los mejores escritores
de nuestra patria, gracias á su generosa iniciativa. Me lisonjea y me
confunde. Los artistas son los que en definitiva otorgan la gloria a los artistas.
Mucho se habla de las pasiones que reinan en el mundo de la literatura.
En mi ya larga experiencia no he podido comprobar que sean más
tristes y censurables que las que surgen donde quiera que los hombres
se reúnen con cualquier propósito. Por el contrario, he llegado á persuadirme
de que son los literatos los que en nuestra sociedad conservan más
vivo el sentimiento de la justicia. Ha bastado que ilusoriamente me hayan
creído víctima de una injusticia, para que muchos grandes escritores, olvidando
en casa sus coronas, se hayan lanzado á la calle en mi defensa.
O será tal vez que aprovechando el pretexto de una vacante en la Academia,
se complazcan en resarcirme de un silencio que ha sido mi mejor
compañero y el más eficaz colaborador de mis humildes trabajos.
De todos modos, hay aquí una equivocación, hija de una excesiva generosidad.
Guardamos vivo, sí, en nuestros corazones el sentimiento de
la justicia; pero guardémoslo para ocasiones más altas. Quizá llegue un
día triste en que sea necesario. Entonces, cuando el egoísmo calle, cuando
los otros tiemblen que sea un literato como ha sido en Francia, como
es en Rusia, quien, despreciando su gloria, su tranquilidad y su vida se
arroje con celestial quijotismo, en defensa de la verdad ultrajada.
Reciba usted, amigo mío, y reciban esos insignes maestros y compañeros
que han querido honrar á este obscuro escritor, el testimonio de su
gratitud eterna.-A. Palacio Valdés.
D. Armando Palacio Valdés fue elegido, finalmente, Académico de la
Lengua en 1906 en la vacante producida por la muerte de José María de
Pereda.
_ BIBLIOTECA GALDOSIANA
15. D. Armando Palacio Valdés.
"Critica con arte y escribe novelas
que el público acoge con gran interés.
(temo que de feo le duelen las muelas
al buen D. Armando Palacio Valdés).»
V CONGRESO GALDOSIANO 1mB
INDICE DE AUTORES PARTICIPANTES EN LA CONVOCATORIA
ACEBAL, Francisco
ALTAMIRA, Rafael
ALVAREZ QUINTERO, Serafín y Joaquín
ARGENTE, Baldomero
AzA, Vital
BAROJA, Pío
BLANCO BELMONTE, M. E.
BLASCO IBÁÑEz, Vicente
BURGOS SEGUÍ, Carmen de
CANALS, Salvador
CARAMANCHEL
CASTELL, Angel María
CAVIA, Mariano de
DANVILA, Alfonso
DOCTOR FAUSTO, El
ESTÉVANEZ
ESTRAÑI, José
FERNÁNDEZ VILLEGAS, F.
GALVARRIATO, J. A.
GARRIDO, A.
GÓMEZ DE BAQUERO, F.
GONZÁLEZ BLANCO, Pedro
GUERRA, Angel
Hoyos y VINENT, Antonio de
HUERTA, José Félix
BIBLIOGRAFIA y FUENTES
Angel Guerra, Palacio Valdés.
IBÁÑEZ MARÍN, J.
LARRUBIERA, Alejandro
LINARES RIVAS, Manuel
LóPEZ BALLESTEROS, Luis
MAEZTU, Ramiro de
MATA, Pedro
MEDlNA, Vicente
MISS-TEruOSA
MOYA, Miguel
MURGA, Alfredo
NOGALES, José
PALACIO VALDÉS, Armando
PALOMERO, Antonio
PEREDA, José María
PÉREZ GALDÓS, Benito
REyES, Arturo
ROVIRA, Prudencio
RUEDA, Salvador
SÁNCHEZ PÉREZ, Antonio
SASTRE DEL CAMPILLO, El
SOLDEVILLA, Fernando
SORIANO, Rodrígo
TABOADA, Luis
UNAMUNO, Miguel de
VALERA, Juan
Antonio Cabrera Perera, Angel Guerra. Narrador canario.
Agustín de la Hoz, Lanzarote.
Pedro González Sosa, Bl Bco de Canarias.
Correa-Lázaro, Literatura española contemporánea.
Varíos, lfistoria del periodismo español.
Bl Globo. 1904.
La Bpoca.
ABe.
Bl Diario de Valladolid.
Bl Diario de la Marina.
La Ilustración Bspañola y Americana.
Caricatura.
Celebridades, etc.
Archivo del autor.