REPRESENTANDO LA HISTORIA.
EN LA BATALLA DB LOS ARAPILBS
Diane F. Urey
Los diez volúmenes de la Primera
Serie de los Episodios nacionales ilustran las relaciones complejas entre
el mundo y la perspectiva del lector. A primera vista las novelas consisten
de la llamada autobiografía de Gabriel Araceli, que escribe de su vida
y de España entre 1805 y 1813. Al fondo revelan la historia de un lector
aprendiendo a leer, o interpretar, a sí mismo y su mundo. Además de
pintar el amor y la guerra, la clase y la sociedad, el pasado y el presente,
estos episodios demuestran la interacción de lo memorable con lo olvidado,
y la formación y la destrucción de ideales y leyendas históricos.
El último episodio, La batalla de los Arapiles, recapitula muchos de
estos aspectos claves de la Serie: los argumentos históricos y ficcionales,
los temas y símbolos, y el tejido complicado de la figura "Gabriel .. en
las dos funciones de narrador y protagonista. En muchas escenas Gabriel
pone de manifiesto el proceso lingüístico de su autocreación, y que su
"historia .. de España es una fabricación del lenguaje narrativo. El texto
ofrece una desmitificación vigorosa de la autobiografía y de la historia
como géneros más referenciales, más próximos a la verdad, que la no-
1 Uno de los primeros criticas modernos de Galdós que detalló desde el punto de
vista artístico y lingüístico los numerosos aspectos complicadísimos de la narrativa de
la Primera Serie era Ricardo Gullón. Escribió de Trafalga~ por ejemplo, en su artículo de
1972: "La transformación de las circunstancias en historia y la novelización del todo
componen la invención, y lo inventado tiene el carácter mítico que podía esperarse. Al
decir que el narrador inventa la ocurrencia, pensaba en cómo el resultado de sus manipulaciones
fue la creación del mito. Trafalgar, batalla perdida, es el símbolo de la derrota
que la leyenda convierte en victoria (moral, claro está), el gran mito del heroísmo
vencido por la fatalidad ..... (393). Más de veinte años después de ese artículo tan innovador
y provocativo, la más parte de los estudios existentes sobre la Primera (y otras)
Serie todavía se preocupan fundamentalmente con la "veracidad .. de su "historia, o de la
supuesta ideología de Galdós. Pocos parecen querer reconocer la profunda originalidad
de su hilo "subversivo .. , aunque hay excepciones, como se ve en estudios de Bly, Germán
Gullón, OIalla Real, Triviños, Tsuchiya, o Urey, por ejemplo. Van publicándose ahora
también unos libros sobre otras series de los Episodios que incorporan una critica
moderna en su examinación de los textos, como los de Dendle, Ribbans, y Urey. Muchos
galdosianos todavía consíderan las "novelas históricas .. de menos interés y valor
ml BIBLIOTECA GALDOSIANA
vela l. Esta desmitificación distingue a todos los volúmenes de la Serie,
incluso se puede decir a cada uno de los 46 episodios. Esto, sin duda
es uno de los resultados principales de los Episodios nacionales de Galdós.
El proceso desmitificador se ve claramente hacia el final de La batalla
de los ArapiJes, cuando Wellington y las tropas inglesas y españolas se
han acampado cerca de Salamanca, esperando hacer batalla con los franceses
que ocupan la ciudad. Wellington necesita un croquis de las fortificaciones
francesas para calcular su fuerza y tácticas probables (1079) 2.
Gabriel quiere ser el encargado de la comisión, pero el General no le
considera capaz por su falta de educación formal. Sin embargo sería
para Gabriel su última oportunidad de encontrar a su amada Inés, cautiva
en Salamanca, según cree, de su padre traidor, Luis de Santorcaz.
Por eso, a pesar de su vergüenza, valientemente persiste en conseguir
la misión. Cuando Wellington le pregunta dónde empezó su vida militar,
Gabriel responde: «En Trafalgar». El próximo párrafo comienza así:
"Cuando esta histórica y grandiosa palabra resonó en la sala, en medio
del general silencio, todas las cabezas de las personas allí presentes se
movieron como si perteneciesen a un solo cuerpo, y todos los ojos fijáronse
en mí con vivísimo interés» (l080). Los oyentes están admirados
e interesados, reaccionando a su historia con una «lectura» al parecer unívoca.
Gabriel controla su auditorio, sus lectores, y lo que piensan de él.
Proyecta sutilmente una imagen heroica de si en la mirada colectiva;
ahora WeIlington y los oficiales le ven por medio de sus propias ideas de
la Batalla de Trafalgar, un episodio convencionalmente valorizado, lo
mismo para los españoles que para los ingleses, como una batalla sumamente
heroica. Porque de esa idealización tradicionaL la palabra gloriosa
y grandiosa -«Trafalgar»- también reluce sobre GabrieL y le
engrandece.
Con sumo interés ahora, Wellington le hace más preguntas, y Gabriel
responde con los nombres de las batallas en que ha participado. Habla
del «2 de mayo de 1808», donde le fusilaron; explica que, aunque fue
salvado milagrosamente de la muerte, el suceso forma parte «indelible»
de su identidad, según dice: «en mi cuerpo han quedado escritos los horrores
del aquel tremendo día». Con estas frases Gabriel «personifica»,
literal e irónicamente, la historia misma. Cita la Batalla de Bailén, los sitios
de Zaragoza y Cádiz, su experiencia guerrillera con "el Empecinado»,
y otros episodios famosos de la Guerra de Independencia (1081). Gabriel
gana su objetivo, la misión a Salamanca, después de narrar esta historia
artístico que las Novelas contemporáneas. Testimonios de esto era la discusión abierta
en la Convención de la Modern Language Association en 1990 sobre "El canon galdosiano
», donde gran parte del tiempo se pasó debatiendo los méritos de los Episodios nacionales.
Los discursos formales de esta discusión son impresos en el volumen 25 de
Anales galdosianos.
2 Todas las referencias de Galdós vienen de Br:NITO PÉREZ GALDÓS, Episodios nacionales,
vol. L y se indican en el texto entre paréntesis.
V CONGRESO GALDOSIANO _
de sí mismo dentro de su historia de las batallas consideradas tan heroicas
y gloriosas. Convierte su memoria de sucesos pasados y su propio
parecer en un discurso que hace creer a sus oyentes que presencian la
historia. Pero no son las batallas históricas y grandiosas que resuenan en
los oídos, sino palabras como «Trafalgar».
Durante toda la Serie, la capacidad de Gabriel de seguir su carrera, de
ser un héroe en los ojos de otros, y de obtener a Inés depende de su
habilidad de representar su vida, de narrarse a sí mismo. Aun así, su
éxito o fracaso, igual que su mérito social o moraL se determina finalmente
por la interpretación del observador/lector de sus palabras, tanto
como su propia habilidad de narrador. Esto se ve en numerosos pasajes
textuales; en el caso citado arriba los «lectores» de Gabriel interpretan sus
palabras, y por lo tanto él mismo, como representaciones verdaderas de
una realidad de gran mérito y significación. Ahora Gabriel gana lo que
quiere, pero no es siempre así. Cuando entra en Salamanca, por ejemplo,
vestido de labrador, unos soldados franceses sospechan que es espía
y le encierran en una torre arruinada. En esta situación Gabriel no les
convence de que él es lo que dice. Pero a pesar del obstáculo momentáneo,
puede ver las fortificaciones desde la torre, hacer su croquis, e incluso
consigue mandar un mensaje a Inés. Paradójicamente, su encarcelamiento
sirve sus dos propósitos principales en Salamanca, el amoroso
y el militar. Este episodio también saca a relucir la identidad aparentemente
doble de Gabriel como narrador y protagonista, y del discurso
narrativo como ficción e historia.
Una vez escapado de la torre, y cumplido su encargo militar, Gabriel
trata de encontrar la casa de Santorcaz. Describe como se perdió en la
vieja ciudad laberíntica, y su memoria de los sucesos extraordinarios es
tan confusa como su sentido de dirección:
... a pesar de la fidelidad y veracidad de mi memoria, que tan puntualmente
conserva los hechos más remotos, dudo si fui yo mismo quien
acometió la temeridad en cuestión ... , o si, habiéndolo yo soñado, creí
que lo hice, ... por no ser fácil deslindar lo soñado de lo real; o si en
vez de ser mi propia persona la que a tales empeños se lanzara, fue
otro yo. ... ello es que teniéndome por cuerdo hoy como entonces, me
cuesta trabajo determinarme a afirmar que fui yo propio el autor de tal
locura (1113).
Gabriel parece interrumpir la historia principal para dirigir sus comentarios
al lector, como si hubiera alguna diferencia entre esas palabras y
éstas, alguna diferencia «real» entre historias. Su «interrupción» llama
nuestra atención al hecho de que lo que tenemos delante es un discurso
lingüístico, parecido o diferente de una novela de caballerias, de una
«historia», de una novela realista, o del mundo materiaL según la perspectiva,
que incluye la del «autor» mismo. El pasaje también recuerda la
descripción ambigua que hizo el viejo Gabriel de su memoria en el primer
capítulo de Trafa/gar. Presume ahora acordarse de todo con claridad
_ BIBLIOTECA GALDOSIANA
absoluta, menos este momento en Salamanca. Pero la Serie comenzó
cuestionando la fidelidad de la memoria en cualquiera circunstancia. Esta
duda reaparece en momentos cruciales, como éste, durante toda la
Serie 3.
Las afirmaciones de Gabriel de que es "cuerdo» evocan Don Quijote,
como hace la frase "propio autor ... de tal locura». La identidad indeterminada
del autor se relaciona con una de las principales problemáticas
cervantinas: Gabriel representa los papeles de Don Quijote, Cide Hamete,
y el "segundo autor»: es actor, narrador, protagonista, y autor de su
propia vida. La confusión entre estos papeles, combinada con la lectura
incierta que Gabriel tiene de su ser textuaL y su inhabilidad de distinguir
sus experiencias reales de las soñadas e imaginadas, rompe la ilusión de
una voz unívoca, y fiel, en el texto. Es el lector, solo, que tiene que interpretar
la autoridad, objetividad, romanticismo, o realismo histórico del
actor, narrador, o texto narrado. La equivocación entre los distintos y a
veces contradictorios papeles de Gabriel, y entre las interpretaciones que
ofrece, amenaza y últimamente le quita la voz de la verdad. Estas referencias
autoreflexivas y metaficcionales a la incapacidad de Gabriel de
"deslindar» los múltiples aspectos de su propia narración, su negación de
aceptar la responsabilidad de lo que ha escrito (como real o imaginado),
imposibilitan la determinación de una voz de autoridad en esta "autobiografia
histórica-ficcional», un texto que redobla su propia autoreflexividad
paradójica.
Cuando Gabriel encuentra por fin la casa de Santorcaz, los franceses
están al punto de capturarle. No obstante su antigua enemistad, Santorcaz
le permite entrar. Luego cuando parece seguro, gabriel, Inés, Miss Fly
-la joven aristócrata inglesa que le había seguido a Gabriel, y Santorcaz
con sus compañeros masónicos, se escapan de Salamanca. Una vez fuera
de la ciudad, Gabriel tiene que dejar al grupo, dejar a Inés. Aunque
intentó "rescatarla», Inés insiste en quedarse con su padre, ahora enfermo
y débil. Gabriel se ve obligado a seguir su carrera militar, como dicta
su honor y su deber. Pero esta jornada obligatoria le hace perder su razón
de ser:
Me era forzoso correr hacia el Cuartel general. abandonando aquel extraño
convoy, donde iban los amores de toda mi vida, el alma de mi existencia,
el tesoro perdido, encontrado y vuelto a perder, sin esperanza de
nueva recuperación ... el deber me obligaba a separarme en medio del
camino. La desesperación se apoderó de mí. ... (1124-25)
Esta encrucijada es emblema de todas las tramas que son, simultáneamente,
entretejidas y contradictorias. Gabriel casi siempre se ve como
dos seres en pelea constante. Casi no puede resistir el conflicto esta vez,
3 En cuanto a la importancia de la memoria en Trafalgar y la Serie, ver: UREY, "A Prologue
to a Prologue in Galdós's Trafalgaf\>.
V CONGRESO GALDOSIANO g
y sufre una pérdida violenta y bestial de su personalidad que anticipa sus
experiencias durante y después de la Batalla de los Arapiles. Dice:
En mi desesperada impotencia me arrojaba al suelo, mordí la tierra y clamaba
al Cielo con alaridos que habrían aterrado a los transeúntes .... Registré
el horizonte en derredor, y todo lo vi negro; pero las imágenes de
los dos ejércitos ... (de) ... las dos naciones más poderosas del mundo
se presentaron a mi agitada imaginación ...
-¡Oh Dios de las batallas, guerra y exterminio es lo que deseo! ... Araceli,
al Cuartel real. ... Wellington te espera. (1125)
Sin ilusión de alcanzar a Inés, ansía destruir (¿ .. devorar .. ?) todo lo que ha
bloqueado la realización de su deseo. Sin embargo, continúa viéndose
como buen soldado con su misión cumplida; obedece su palabra de honor
en vez del anhelo de su corazón. Mas cuando echan abajo su honor,
no le queda ninguna imagen aceptable. El ser que Gabriel ve reflejado en
los ojos de otros no sólo es incompleto sin Inés, sino deshonrado.
Con el croquis de las fortificaciones vuelve al ejército, donde Wellington
le recibe con frío. Todos piensan que Gabriel es responsable de la
ausencia de Miss Fly, y sospechan algún acto deshonrado (1128). Nadie
cree lo que dice, incluso cuando llega Miss fly; ella no rectifica el error
porque espera forzarle a casarse con ella. Cuando Gabriel narró su historia
a Wellington por primera vez, se vio que su imagen -de hombre
capaz, honrado, y hasta heroico en ese caso- dependía no sólo de
sus propias palabras, sino también de las interpretaciones de otros. Luego
ahora, si nadie añade ninguna palabra de apoyo a la de Gabriel, él no
tiene honor.
Abandonado por todos, perdidos ambos su amor y su honor, según
cree, Gabriel, entre rabia y resignación, escoge tomar el papel y la posición
más peligrosos en la batalla (1150). Sus acciones parecen destinadas
más a traerle la muerte que devolverle el honor y, de hecho, no recupera
su honor, a pesar de sus acciones heroicas, y casi pierde su vida.
La descripción de la batalla misma evoca sucesos, figuras, y escenas
anteriores de este episodio y de la Serie. ..Re-escribe» simbólicamente
muchos elementos centrales del discurso histórico-ficcional de estos diez
Episodios nacionales. Gabriel exclama, por ejemplo:
¡El Arapil Grande! Era la mayor de aquellas dos esfinges de tierra, levantadas
la una frente a la otra, mirándose y mirándonos. Entre las dos
debía desarrollarse ... uno de los más sangrientos dramas del siglo, el
verdadero prefacio de Waterloo ... A un lado y otro del lugar llamado
de Arapiles se elevaban los dos célebres cerros, pequeño el uno,
grande el otro. El primero nos pertenecia; el segundo no pertenecía a
nadie ... No pertenecía a nadie por lo mismo que era la presa más codicíada
... (1151)
Las dos colinas que se reflejan son imágenes de las relaciones narcisistas
que se ven por todas partes en la Primera Serie, y la metáfora .. esfin_
BIBLIOTECA GALDOSIANA
ges» recuerda sus numerosos secretos y enigmas. El Arapil es para Gabriel
como son Inés y el honor -los premios más codiciados. Y claro, la
posesión del Arapil Grande significa para España la independencia recuperada.
Gabriel observa que: « ... ni Wellington ni Marmont querían aparentar
... deseo de ocupar el Arapil Grande, por lo mismo que uno y otro consideraban
aquella posición como la clave de la batalla» (1154). Con todo,
la «clave» es sumamente inestable y contradictoria, como dice Gabriel:
«En la guerra, como en la Naturaleza, la altura domina y triunfa; es ... una
forma simbólica de la victoria, porque la victoria es realmente algo que,
con flamígera velocidad, baja rodando y atropellando ... » (1156-57). Estas
palabras prefiguran la subida sangrienta de Gabriel por el cerro y su
descender rápido, casi mortal. La victoria puede cambiarse en derrota
tan fácilmente como Gabriel cambió de héroe a deshonrado, según las
interpretaciones cambiables de otros.
La narrativa detalla el combate brutal de Gabriel, y otros soldados, por
subir el Arapil, y su última pérdida de conciencia. Cuando llega finalmente
a la cumbre, no es Inés ni el honor el objeto de su deseo, sino a bandera
imperial, «el Aquila»:
... vi un águila dorada puesta en la punta de un palo, donde se enrollaba
inmundo trapo, una arpillera sin color, cual si con ella se hubiera fregado
todos los platos de la mesa de todos los reyes. Devoré con los ojos
aquel harapo ... todo el ejército de Bonaparte se había limpiado el sudor
de mil combates con aquel pañuelo agujereado que ya no tenía forma ni
color.
Yo vi aquel glorioso signo de guerra a una distancia como de cinco
varas ... yo no sé si la bandera vino hasta mL o si yo corrí hacia la bandera
... (1161)
La bandera simboliza la victoria, no por su realidad material -«inmundo
trapo, ... pañuelo agujereado ... (sin) ... forma ni color», mas por su interpretación:
«aquel glorioso signo de la guerra».
Al momento en que Gabriel coge la bandera, le ataca un soldado francés,
tan ávido de poseerla como él:
Yo no vi más; sólo sentí que en aquel rodar veloz llevaba el águila fuertemente
cogida ... La boca terrible del monstruo apretaba cada vez más mi
brazo, y me llevaba consigo, los dos envueltos, confundidos, el uno sobre
el otro y contra el otro ... ; entre una obscuridad tenebrosa ... sin conciencia
de lo que era arriba y abajo ...
Yo no sé cuánto tiempo estuve rodando; debió de ser poco; pero a
mí me pareció algo al modo de siglos ... Este se acabó cuando perdí
toda noción de existencia. La batalla de los Arapiles concluyó, al menos
para mí. (1162)
En el acto mismo de captar el símbolo del ascenso victorioso y la batalla
ganada, Gabriel se baja rodando en una lucha salvaje donde él que ataca
y él que se defiende se confunden y se enredan. Esta confusión del
V CONGRESO GALDOSIANO _
yo y el otro hace que Gabriel pierda todo concepto de su propia identidad
y de su diferencia del otro. Ahora para él no hay imágenes visuales,
sonidos, direcciones, ni tiempos distintos. Experimenta la ausencia absoluta
de una conciencia de sí mismo, que es su última muerte metafórica
en la Primera Serie.
La batalla física y nacional presagia y es un espejo de la batalla intelectual
y personal de Gabriel para recobrar ascendencia consciente sobre
sí mismo, una memoria, y el uso del lenguaje. La detenida descripción
de ésta, su última resurrección, ilustra más explícitamente que nunca en
la Serie como la «construcción» del personaje Gabriel Araceli es análoga
al proceso significativo de la narrativa, o como construcción de la historia
o de la novela. Es una relación recíproca que repite la estructura reflectiva
de los dos Arapiles, el significado de Gabriel depende de las palabras
de otros.
El fue recogido del campo de batalla después de haber sido dejado
por muerto. Su renacimiento lento a la conciencia recuerda el primer
capítulo de Trafalgar y su «resurrección» de un viejo a un joven, su resurrección
en Bailén después de su fusilamiento en Bl 19 de marzo y el 2
de mayo, y otros episodios parecidos 4:
- oo. fui entrando poco a poco en la misteriosa claridad" del conocer; fui
renaciendo ... , y había dentro de mí una especie de aurora, pero ... sumamente
lenta y penosa ... Veía algunos objetos, y no sabía lo que eran. Oía
voces, y tampoco sabía lo que eran. Parecía haber perdido completamente
la memoria oo. mi espíritu hizo un esfuerzo para aprecíar la forma visible,
pero no pudo. (1162)
Más tarde Gabriel ve una figura esqueleta (Juan de Dios, un personaje de
El 19 de marzo y el 2 de mayo) que se asocia oscuramente con Inés en
su memoria latente. Y cuando Juan le llama por su nombre -«¡Pobre
señor don Gabriel Araceli!» (1164), puede comenzar a reconocerse.
Piensa:
Al oír esto, mi espíritu experimentó un gran alborozo. Se oo. conmovlO
todo, como debió de conmoverse ... Colón al descubrir el Nuevo Mundo
oo. pensó mi espíritu así: «¿Conque yo me llamo Gabriel Araceli? Luego yo
soy uno que se halló en la batalla de Trafalgar y en el Dos de Mayo oo.
Luego yo soy aquel que ... " Este esfuerzo ... me postró de nuevo. (1164)
Empieza a reconstruir su ser cuando se oye nombrado por otro, un proceso
que es una reinscripción irónica de la burlesca escena metaficcional
en Napoleón en Chamartín cuando recibió su «bautismo» del apellido
AracelL Se ve una vez más en estas páginas fínales de la Serie, de una
manera clarísima y paródica simultáneamente, que su identidad es
una función de su memoria sola, así como los diez volúmenes se fabri-
4 Una discusión detallada de las «resurrecciones" de Gabriel aparece en UREY, "Resurrection
and Relnscription».
_ BIBLIOTECA GALDOSIANA
can de la memoria que Gabriel nos dice que tiene de sucesos históricos
y de su vida personal. La "autorreconstrucción» de Gabriel también hace
eco a su esfuerzo por establecerse como hombre capaz en los ojos de
Wellington. Gabriel se rehace en estos momentos narrativos, representa
la representación de su propia historia. La repetida y enfática actitud convencional
que adopta aquí, de la historia como una serie de sucesos monumentales,
desmitifica esa "historia» misma, y por extensión, cualquiera
narrativa que finge, de alguna manera, abarcar dentro de sus fronteras
y límites un pasado, una vida, una realidad.
Cuando llega a decir sus primeras palabras GabrieL su memoria se
hace algo más especifica, aunque todavía se basa generalmente en
lo que considera dramáticos sucesos históricos: ,,-Soy Araceli, el mismo
que se halló en Trafalgar, y naufragó en el Rayo y vivió en Cádiz ... En
Cádiz hay una taberna, de que es amo el señor Poenco» (1165). Gabriel
se reescribe como el eje de su narración; recrea una imagen de sí capaz
de recordar, y por lo tanto mantener, su "vida» ya escrita y representada.
Su nombre es lo mismo en una serie de símbolos suplementarios por la
consciencia que sigue haciéndole falta. Además, los nombres de sucesos
y lugares "históricos» son seguidos por nombres "ficcionales», como la
taberna de Poenco, del episodio Cádiz. Ambos grupos de nombres o "categorias
referenciales» son tan esenciales a la memoria de Gabriel como
al texto de la Primera Serie. Gabriel ni siquiera distingue entre ellas; tampoco
sostiene el tejido narrativo esta distinción, ni intenta mantener
hierarquías entre ficción e historia. Ningún nombre o categoría tiene sentido
sin el otro, porque el discurso narrativo necesita y sólo funciona dentro
de la urdimbre de todos.
La mente de Gabriel se compara frecuentemente aquí con una madeja
de hilos, subrayando la analogía entre su persona y el proceso textual:
"La madeja de mi cerebro apretó sus hilos; tal esfuerzo hacía para desenredarlos,
que estuvo a punto de romperlos» (1164). Desenredar los
hilos confundidos de su existencia, el tejido de su memoria y esta narración,
es un proceso delicado y peligroso, quizás imposible: "La madeja
entonces tiró tan fuertemente de sus hilos, que se iba a romper, se rompía
sin remedio» (1164). La mente enredada es una imagen del texto de
los Episodios, cogido y tirado entre conceptos convencionales de las divisiones
entre géneros, imágenes y definiciones. La rotura de sentido en
la conciencia de Gabriel refleja la que pudiera ocurrir en la interpretación
del episodio, si se insistiera en categorizarlo en términos genéricos bien
determinados, como la historia y la novela, o en imágenes rigidamente
divididas, como yo y otro, o en definiciones indefinibles, como la verdad
y la ilusión.
Es la memoria de Inés, y la amenaza a su posesión (le dicen que ella
se fue a Francia con su padre), que últimamente le empuja a Gabriel a
recuperar su uso de la lengua:
Al oír esto, razón, memoria, sentimientos, palabra, todo volvió súbito a mí
con violencia, ... como una catarata despeñándose de las alturas del cíeV
CONGRESO GALDOSIANO mi
lo. Di un grito, me incorporé en el lecho, agité los brazos, ... con instintiva
brutalidad, ... y prorrumpí en exclamaciones de ira. (1166)
Gabriel se reconoce porque se acuerda de su amada otra, Inés. Y con
una violencia cuyos términos recuerdan su batalla en el Arapil Grande,
sus palabras hacen guerra a subir y salir mientras simultáneamente parecen
bajarse atropelladamente. La imagen de la catarata, evocadora del
descenso precipitado de Gabriel del ArapiL también rememora escenas
de El 19 de marzo y el 2 de mayo y de Cádiz s. Las palabras de Gabriel
aquí repiten figurativamente sus movimientos físicos durante la Batalla
de los Arapiles, tanto como sus numerosas luchas por toda la Serie. Las
batallas para hablar, para poseer la bandera francesa, para subir el Arapil
Grande, para merecer a Inés, para ganar el honor, y para recuperar
una España independiente pueden verse como elementos que simbolizan,
aun incardinan, el tejido del lenguaje escrito y de las interpretaciones
del lector de los Episodios nacionales. Los Episodios, estas creaciones
narrativas, siquiera cuando gloriosos, son ilusiones, imágenes, palabras,
como la "palabra Trafalgar».
5 Por ejemplo, al principio de El 19 de marzo y el 2 de mayo hay una descripción
del amor idílico entre Inés y Gabriel en Aranjuez. En un pasaje completamente narcisista,
Gabriel dice que su amor es un reflejo exacto de la cascada donde se unen los rios
Tajo y Jarama (359). En Cádiz, la violencia del birónico Lord Gray se compara con las
fuerzas violentas del agua, por ejemplo, las grandes cataratas o la mar oscura, tronadora
y peligrosa.
lilE BIBLIOTECA GALDOSIANA
OBRAS CITADAS
BLY, Peter A., "For Self or Country?: Conflicting Lessons in the First Series of Episodios
Nacionales?«, Kentucky Romance Quarterly, 31.2 (1984): 117·24.
DENDLE, Brian, The Early ffistorical Novels, Columbia: University of Missouri Press, 1986.
GULLóN, Germán, "Narrativizando la historia: La corte de Carlos IV«, Anales Galdosianos,
19 (1984): 45·52.
GULLóN, Ricardo, ,,'Los Episodios': la primera serie». Benito Pérez Galdós: el escritor y la
critica, Ed. Douglass M. Rodgers, segunda edición, Madrid, Taurus, 1979, 379-402.
Reimpreso de PhíloJogical Quarterly, 51.1 (1972): 292·312.
OLALLA REAL, Angela, "Los Episodios nacionales de Galdós y la novela histórica: La Prime·
ra Serie», Actas del IV Congreso Internacional de Estudios Galdosianos (1990), vol. L
Las Palmas de Gran Canaria, Cabildo Insular de Gran Canaria, 1993, 757·71.
PÉREZ GALDÓS, Benito, Episodios nacionales, vol. L ed. Federico Carlos Sainz de Robles.
Primera edición, cuarta reimpresión, Madrid, Aguilar, 1979.
RIBBANS, Geoffrey, History and Fiction in Galdós's NaITatives, Oxford, Clarendon Press,
1993.
TruVIÑOS, Gilberto, Benito Pérez Galdós en la jaula de la epopeya, Barcelona, Ediciones
del Mall, 1987.
TSUCHIYA, Akiko, "History as Language in the First Series of Episodios nacionales«, lmages
oi the Sign: Semiotic Consciousness in the Nove/s oi Benito Pérez Galdós, Columbia,
University of Missouri Press, 1990, 106·28.
UREY, Diane F., The Novel ffistories oi Galdós, Princeton, Princeton University Press, 1989.
- "A Prologue to a Prologue in Galdós's Trafalgar«, Homenaje a Alberto Porqueras Mayo,
Ediciones Reichenberger, 1989, 339·51.
- "Resurrection and Reinscription in the Episodios Nacionales«, A Sesquicentennial Tri·
bute to Galdós 184.3/199.3, Ed. Linda Willem, Newark, Juan de la Cuesta Press, 1993,
204·21.