REALIDAD BAJO LA ÓPTICA DE SUS

SIGNOS ESCÉNICOS.

SENTIDO DE UNA PUESTA EN ESCENA

Rafael Rodríguez y Nieves Mateo

Razones por las que llegamos al Galdós dramaturgo.

A. Desde nuestra experiencia práctica y docente en la profesión teatral,

hemos de destacar el hecho de que Pérez Galdós sea un autor teatral

prácticamente desconocido. Su obra dramática no se estudia en las

asignaturas de Historia del Teatro o Literatura Dramática de los planes de

estudio de las escuelas de Arte Dramático. Este hecho se fundamenta en

dos motivos: porque el Galdós novelista (que sí entra en los planes de

estudio de ESO, bachillerato y universidad) eclipsa al resto de su obra y

porque el auge de autores estrictamente teatrales como Ibsen, Strindberg

o Chéjov, llenan las páginas del teatro escrito y representado de finales del

s. XIX y principios del XX. Estos autores, convertidos en clásicos, no solo

se trabajan en los laboratorios y escuelas de Arte Dramático, sino que se

representaron y continúan representándose en todos los teatros del mundo.

Los autores a los que hacemos referencia, crearon escuelas y formaron

parte de repertorios de Teatros Estables, llenando temporadas enteras:

Ibsen en Noruega, Chéjov en Rusia y Strindberg en Suecia, para luego

formar parte de una tradición generacional que va a abrir las puertas al

llamado “Realismo” teatral. Las siguientes características, extraídas del

estudio de sus obras dramáticas (contenido y estilo) coinciden plenamente

con el Galdós dramaturgo y demuestran lo que ya algunos críticos de la

época adelantaban: “La innegable novedad de la forma teatral, está en el

vigor de la naturalidad, en el sistemático abandono de ciertos recursos y

efectos tradicionales”, son palabras de Clarín. O incluso el entusiasmo de

Menéndez Pelayo al decir: “¡Este es nuestro Ibsen, así le queremos!”. Las

enunciamos con brevedad:

1. Rescate del individuo y su interioridad.

2. Búsqueda de las motivaciones últimas de la conducta humana, las

cuales se hallan con frecuencia encubiertas bajo la costra aparencial de

los sucesos externos que ocultan la verdad de los hechos, -tema

fundamental en Realidad-.

3. Preocupación por la mujer, aunque con distintos matices en los

diferentes autores. El parentesco más directo se establece entre el personaje

de Augusta, en Realidad, nuestro drama elegido, y Nora, en Casa de muñecas

4.2-9

823

de Ibsen; dos mujeres que rompen con las normas éticas y sociales de su

época.

B. Nos interesa el cambio de enfoque tanto formal como de contenido

que se produce en el Galdós dramaturgo, a partir de Realidad, cambio que

también se dio en los autores señalados con anterioridad, consistente en

la ruptura con los presupuestos del teatro romántico. En 1870, Manuel

Catalina, director del teatro Príncipe, tenía en su armario, donde guardaba

los textos de jóvenes aspirantes a dramaturgos, dos obras de Galdós: La

expulsión de los moriscos y Un joven de provecho, las dos de estilo

romántico, una de ellas en verso. Es a partir de la sugerencia de Emilio

Mario, actor y director, que Galdós retoma su labor dramática, adaptando

a la escena su novela dialogada Realidad basada en otra novela escrita

con anterioridad, La incógnita. Años antes ya Galdós había ”matado

metafóricamente” sus ansias románticas escribiendo El doctor Centeno,

en palabras de Rodolfo Cardona.

C. Una tercera razón de carácter general está relacionada con las razones

que nos han llevado a la elección de Realidad: profundizar en las intenciones

del dramaturgo por regenerar el teatro de su época. A finales del s. XIX en

España, el teatro de gusto dominante era el que hacía Echegaray. La

controversia que genera Galdós con el estreno de Realidad, es precisamente

por lo alejado que se encuentra del gusto dominante. Según Gonzalo

Sobejano, la dramática galdosiana “surge en oposición al ilusionismo y a

la trivialidad”, que dominaba la escena española.

D. Algunas críticas de la época y actuales, señalan en perjuicio del teatro

de nuestro autor, excesivo realismo (lógica, análisis, frialdad, semejanza

con la novela) y excesivo, trascendentalismo (simbolismo, tendenciosidad

o ideación simplificada). En palabras de otros, aburrimiento, densidad y

excesiva extensión. Esta cuarta razón ha de conducirnos a transformar

esta visión, desde la redefinición de su densidad dramática, desde los

parámetros dramatúrgicos que ofrecemos en este estudio, bajo la óptica

actual de los signos escénicos. Cómo abordar hoy en día al Galdós

dramaturgo para ahuyentar los prejuicios señalados.

E. Por último tenemos que señalar la razón de tipo afectivo. Siendo

Galdós un autor canario, como nosotros, identificados con su traslado a

Madrid para continuar su formación -y habría de quedarse toda la vida-, el

abordaje a su nave teatral se convierte en algo tan necesario como cercano.

¿Por qué Realidad?

La época en la que Galdós sitúa la acción dramática de Realidad, su

Madrid contemporáneo, corresponde a una España de transiciones

importantes, tal y como sucede en nuestros días, un siglo después. En el

primer acto, Galdós hace una exposición minuciosa de la situación de

824

corrupción y decadencia en que vive el país. La Restauración se nos revela

como un sistema político de “maquillaje democrático”, pero de claro

trasfondo dictatorial burgués, conocido como turno de partidos. Galdós

decide situar su historia, en la alta burguesía, ostentadora del poder político

y económico del país. Es por ello, que no sitúa su drama en una familia de

clase baja, obrera o rural, ya que no son éstos los encargados de posibilitar

el cambio ideológico y moral sino las capas sociales elevadas, que desde

sus posiciones en el poder, serán capaces de dar un avance al país. El

camino que elige nuestro dramaturgo, va desde la exposición del elemento

social a la solución moral individual. Es un camino de fuera a dentro y en

esto reside su interés y contemporaneidad. Esta exploración de una realidad

interior no impide, tratar los aspectos sociales citados, es más, el tema

fundamental de Realidad, el adulterio, se resuelve como un acto de elección,

de libertad, aún en oposición a las formas sociales impuestas desde afuera,

que oprimen la conciencia de sus protagonistas. Tanto Orozco, Augusta,

su esposa, como Federico, amigo de Orozco y amante de Augusta, son

afectados por sendos conflictos de índole social: la tensión entre lo que

aparentan ser ante la gente y lo que son en sí mismos. Y hoy por hoy ha

superado esta tensión. También nos ha llevado a la elección de Realidad,

el que la acción se sitúe en el medio urbano y no rural ya que es de los

pocos textos galdosianos que escapan a su atracción, compartida por otros

miembros de su generación, por el paisaje rural, símbolo de la España tipo

del momento Histórico (interesante por otros temas, como religiosidad,

caciquismo, etc...).

Concepto de dramaturgia, aplicado a Realidad.

La dramaturgia examina la articulación de la forma teatral y de un

contenido ideológico. Siempre busca explicar un criterio formal por una

exigencia del contenido y recíprocamente muestra cómo cierto contenido

encuentra su forma de expresión específica. El trabajo del dramaturgo

consiste en ubicar los materiales textuales y escénicos, extraer las

significaciones complejas del texto escogiendo una interpretación particular

y orientar el espectáculo en el sentido elegido. En su sentido más reciente

(y es el que nosotros maduraremos) tiende a superar el marco de un estudio

del texto dramático únicamente, para situarse en el plano de la puesta en

escena de forma de que ésta “hable”; que tanto el decorado, como los

movimientos espaciales de actores, como la luz, lejos de ser un mero

adorno, sean cómplices de lo que se quiere contar y cómo se quiere contar.

Así, la forma es un sistema de impresión sensorial, el vehículo para la

transacción entre la impresión inmediata y memoria (sea ésta individual o

cultural). Todo estilo, es un medio para insistir sobre algo; las desiciones

estilísticas de una obra deberán potenciar la intensidad y el dominio de la

atención puesta en ese algo. Nuestro objetivo es iluminar el paso de la

escritura dramática a la escritura escénica, partiendo de las siguientes

cuestiones sobre la realidad de la obra: ¿Qué temporalidad? ¿Qué espacio?

¿Qué tipo de personaje? ¿Cuál es el vínculo entre la obra y la época de su

creación, el vínculo con la época representada y nuestra actualidad?

825

Elementos significativos de la temática de la obra.

Verdad, libertad, voluntad y caridad son los temas fundamentales del

drama Realidad, en palabras del maestro Sobejano. Desentrañar y descubrir

la verdad de los deseos y los motivos que mueven a los personajes,

constituye la exploración de un nuevo concepto de la realidad, basado en

el interior de la conciencia. En torno a la verdad, la defensa de la libertad

personal constituye el conflicto del drama puesto en marcha por Augusta

principalmente que frente a las normas sociales de su tiempo, opta por

una decisión propia que le lleva a la separación. Si leemos la última escena

de la función, Augusta se debate entre contar o no contar a su marido la

verdad: “Si fuera posible decir toda la verdad, toda... Y toda la verdad,

toda, toda, es imposible decir...” Su conciencia en el ejercicio de la libertad,

le dicta soledad. Orozco cree que Augusta es incapaz de contarle la verdad,

la que él cree, es decir, que le ha sido infiel con Federico y sin embargo, la

verdad que conoce el espectador, por los apartes de Augusta, es más

compleja: además lo que Augusta se reserva, es contar a su marido, la

ausencia ya de todo amor que siente en su relación. Viene a decir, que

aunque Orozco perdonase la infidelidad, ella no podría seguir con él, puesto

que no le quiere y esto sí que Orozco no lo va a perdonar. No

profundizaremos en el tema de la caridad, que representan la Peri y Orozco,

por falta de espacio.

Elementos significativos de la forma.

Tal y como piensa Susan Sontag, “el estilo es el principio de decisión en

una obra de arte, la firma de voluntad del artista, y desde un punto de vista

técnico, el idioma particular en que despliega las formas de su arte”. Son

tres los elementos que merecen especial atención a la hora de abordar los

aspectos referidos a la forma de Realidad.

A. Una gran participación aspecto expositivo.

B. El desenlace anticlimático.

C. La utilización del diálogo y el monólogo. Y estos aspectos en

íntima relación con la intención de contar desde la verdad, de dentro

a afuera, dotaron a la obra de un estilo propio, calificado como

novedad innovadora.

Lectura contemporánea del texto.

Abordamos a continuación la definición de las propuestas ideológicas

que a partir del texto Realidad, van a ser contempladas en la puesta en

escena.

La primera consideración a tener en cuenta, dentro de las diferentes

posibilidades del texto, es la situación de España en estos momentos:

crisis económica, terrorismo de estado, escándalos, corrupciones, final de

siglo,... situaciones que de una manera u otra, están reflejadas en la obra.

826

Por tanto, la analogía de las dos épocas no sería difícil de percibir por el

espectador contemporáneo. Realidad es una propuesta que va analizando

al ser humano desde sus relaciones sociales hasta sus relaciones personales

y de conciencia y hemos de preocuparnos sobre este aspecto de tal forma,

que podamos ir llevando al espectador en el mismo recorrido, es decir,

hemos de intentar producir en el espectador contemporáneo la reflexión

que atañe a su mundo social actual y a su mundo íntimo, personal y de

conciencia.

Los principios éticos, ideológicos y políticos que se han apartado de

esta sociedad para dejar paso a un mundo individualizado, un mundo sin

respeto hacia el otro, un mundo sin capacidad de asombro, son los que

vamos a intentar clarificar de cara a nuestro espectador contemporáneo.

Pensamos que nos hace falta cierto ideal krausiano, donde la educación,

la ciencia positiva y la voluntad personal, vuelvan a ser temas de reflexión

y entrega.

Destaquemos que de los temas encerrados en Realidad, son los de

libertad y voluntad los que revisten mayor importancia como elementos

temáticos sobre los que ha de girar la obra, porque es a través de ellos,

como podemos hoy en día influir en un desarrollo social que mire de verdad

hacia el próximo siglo sin caer en los radicalismos que han dado origen a

los conflictos de carácter dogmático que se han producido en este siglo.

Es importante no caer en el engaño superficial del drama que supone el

adulterio de Augusta; hemos de tener claro que ésta es simplemente la

excusa de la que se aprovecha Galdós, y nosotros también, para desarrollar

sus ideas sobre el ser humano y su inmersión en un sociedad que tiene

que progresar. Es más definitorio insistir en que la verdad no suele ser sólo

una, dogmática e incuestionable sino que al contrario, ésta depende del

cristal con que se mire y que a su vez, está determinada por las

circunstancias. Hoy en día, donde los medios de comunicación multimedia

nos tratan de vender incluso lo que tenemos que pensar y sentir, es

necesario hacer una defensa de la conciencia individual que analiza y

decide, con capacidad de acción sobre su propio destino, como Augusta

decide su ruptura con Tomás.

Es necesario que intentemos apartar al espectador de una visión realista

de la época, como si lo único interesante en el autor fuera el retrato de

una determinada sociedad. Para ello, hemos de agilizar el drama evitando

las escenas que no aporten elementos nuevos al desarrollo del mismo,

nos estamos refiriendo a toda la historia de Clotilde, hermana de Federico

Viera. Aunque es interesante la actitud que mantiene Clotilde, -es la persona

de clase aristocrática, capaz de unirse a la nueva clase trabajadora, con

voluntad y decisión- no nos conviene ya que realmente no infiere en el

desarrollo dramático de la obra, alarga innecesariamente su duración y

pierde tensión el conflicto que se está desarrollando.

827

Augusta ha de mostrarse como una mujer menos superficial como en

algunos pasajes nos deja entrever (las descripciones de la casa de Federico

son innecesarias), aunque en defensa de Galdós, podríamos decir que se

muestra humana y sencilla en esos momentos. Creemos que la mujer

actual tiene un carácter menos romanticoide. Las expresiones de

diminutivos, muy abundantes en los nombres, hoy día nos harían gracia

porque han caído en desuso y suenan anticuados, por lo que deberán ser

modificados.

Estética y estilística.

Aunque el ámbito estilístico en el que se inscribe Realidad es el

naturalismo, éste en nuestra propuesta escénica se mantendrá en los

siguientes campos expresivos: interpretación, mobiliario y atrezzo, el resto

de los instrumentos de expresión se utilizarán con un carácter más

simbólico.

La sencillez y limpieza de las líneas expresivas va a presidir todas nuestras

consideraciones. Es importante destacar que vamos a darle gran valor al

texto, a su utilización como medio de expresión de las ideas, ha de estar

íntimamente relacionado con la interpretación, por lo que el actor será el

eje principal sobre el que se fundamentará toda la propuesta estética. Para

conseguir que la atención del espectador se centre en los conflictos de los

personajes y que éstos sean a su vez un medio que genere reflexión, hemos

decidido realizar la puesta en escena con los mínimos elementos de

escenografía y atrezzo. Serán los personajes los que se conviertan en los

puntos de interés en el drama; en este sentido el texto apoya la propuesta

ya que no se trata de una obra donde la acción sea el eje principal ya que

en muchos casos la acción transcurre en el interior de los personajes, son

abundantes los apartes y los monólogos por lo que esa línea interior debe

ser el eje estructurador de todos los elementos estéticos.

Existe en el texto de Galdós un juego referido a las ilusiones que se

producen cuando no se puede distinguir la vigilia del sueño, hemos de

intentar generar en la propuesta, una dinámica en el mismo sentido, una

dinámica que irá en aumento a medida que el conflicto se va desarrollando

hacia su inevitable final de ruptura. Para ello la utilización de la luz es

importante, generando una dinámica de claridad y sombras en una estética

que en determinados momentos puede llegar a ser casi expresionista.

Evidentemente este aporte expresionista irá en aumento reflejando su

mayor presencia en la escena final entre Augusta y Orozco. Los momentos

más naturalistas de la obra, han de ser reflejados a través de una iluminación

de ambiente tanto sea de noche, como de día. Por ejemplo, en el primer

acto, cuando se desarrolla la reunión social en casa de Orozco, el ambiente

que se genere ha de ser realista.

Hemos indicado en la lectura contemporánea del texto, que hemos de

intentar apartar al espectador de una visión realista de la época, ya que la

problemática de la función ha de trascender una época determinada, pero

828

es necesario darle un soporte a la historia que se desarrolla, es decir,

inscribirla en un determinado espacio-tiempo. Para ello, vamos a mantener

el vestuario y el mobiliario de la época de la Restauración, época en la que

Galdós inscribe su relato. Y será a través del color y las texturas como

marcaremos los elementos significativos de los personajes y el espacio. El

color lo utilizaremos de manera simbólica para marcar sobre todo el carácter

íntimo de los personajes, su yo interno y oculto, en casos concretos como

puede ser el de Orozco, éste coincide con su bondad y caridad, en el caso

de Augusta, su pasión.

Elementos de significación.

Espacio escénico-escenográfico.

El espacio escénico a utilizar será la cámara negra. Ésta nos va a permitir

poder utilizar todo el espacio para las entradas y salidas de los personajes.

Por otro lado nos va a permitir jugar con un mundo de sombras y otro

mundo de luz donde se desarrollen las escenas. También nos permitirá

generar los elementos expresionistas en las escenas que lo requieran.

Para comprender mejor el sentido que ha de tener la cámara negra,

podemos decir que debe crear un gran vacío oscuro que circunda los

espacios donde se desarrolla la acción y en definitiva, una gran oscuridad

que circunda a los personajes. El poder utilizar el espacio con los personajes

entrando desde las sombras, creará una sensación de irrealidad que está

en consonancia con el concepto de verdad por oposición a ésta.

En general, el espacio escénico ha de ser de absoluta limpieza de líneas

y elementos de mobiliario de tal forma que éstos sean los que por su

utilidad escénica aparezcan en escena. Reitero que nuestra principal

preocupación es centrar la atención del espectador en los personajes y

que sean éstos con sus movimientos escénicos, los que construyan una

arquitectura del espacio a través de movimientos de líneas geométricas

definidas. Este concepto de limpieza de líneas y síntesis de elementos

escenográficos está más cerca del expresionismo que del naturalismo.

Una vez definidas las líneas generales que sustentarán la construcción

del espacio escénico, es decir: cámara negra, limpieza de elementos

arquitectónicos y de mobiliario reduciendo éstos a su mínima expresión,

utilización de la iluminación para la creación de los ambientes y de los

contrastes entre Naturalismo y Expresionismo, vamos a definir

concretamente los 4 espacios diferenciados que se plantean en Realidad y

los condicionantes de transición que se plantean entre ellos.

El primer espacio es la casa de Orozco (Actos I, III y V). Un segundo

espacio es la casa de la “Peri” (Acto II). El tercero lo constituye el lugar de

los encuentros de Augusta y Federico (Acto II) y por último, la casa de

Federico (Acto IV).

829

Son cuatro espacios diferentes donde se desarrolla toda la trama. De

todos ellos, la casa de Orozco es la más utilizada por Galdós y que se

transformará de social a íntimo, de luminoso a oscuro.

El espacio como generador de ambientes.

Cada espacio donde han de desarrollarse las acciones de la obra, supone

un mundo concreto y una serie de condicionantes ambientales que hemos

de generar a través de la iluminación. Es aquí donde las referencias al

brillo, conflicto emocional, hora del día, tipo de luz, etc... van a ser

importantes para desarrollar las propuestas estilísticas que hemos indicado.

Las claves que utilizaremos para desentrañar cada ambiente son las que

siguen: Brillo general; uso del escenario; luz dominante; luz abierta o

cerrada; contraste con la luz; conflicto que se desarrolla; tempo de las

escenas; atmósfera emocional que preside las escenas; color dominante;

enfoque, puntuación de lo que queremos resaltar; hora del día; exterior o

interior.

Vamos a poner un ejemplo de la utilización de la luz en referencia al

espacio como generador de ambientes, más en concreto, como elemento

de interiorización de los personajes.

A medida que la obra avanza, en la luz ambiental general se van a

introducir momentos de luz puntual muy cerrada (a la manera expresionista)

y muy concentrada. Estos momentos coincidirán con apartes en los cuales

se desarrollan los conflictos internos de los personajes. En realidad, más

que de apartes se trata de monólogos de gran densidad y tensión interna,

que mediante un buen trabajo de dramaturgia, se pueden condensar.

Fundamentalmente se utilizará en los actos IV y V, aunque esta clave se irá

introduciendo poco a poco contrastando cada vez en mayor medida con la

iluminación de ambiente naturalista del primer, segundo y tercer acto, más

general y de ambiente. A través de esta clave rompemos la línea naturalista

para generar mayor interés por lo que los personajes piensan y sienten,

sobre todo se utilizará con los tres personajes que sostienen la trama:

Orozco, Augusta y Federico.

Vestuario.

Es en el vestuario donde podemos incidir claramente en la época en la

que se desarrolla la obra y será el elemento más realista, junto con el

atrezzo. Para configurar el vestuario, contaremos con grabados y otros

documentos de la época. Es a través del color del vestuario, como vamos

a indicar los aspectos de la personalidad de los personajes.

Orozco: en su vestuario abundará el color blanco hueso. Su caridad y

bondad nos llevará a esta gama de colores. También es el personaje que

más cerca está del ideal de voluntad y esfuerzo creador de un nuevo mundo.

830

Augusta: La pasión y las ansias de libertad son las características

principales de esta mujer. La gama de rojos dominará su vestuario.

Federico: En esta personalidad abundan los remordimientos, la locura,

es un personaje indeciso cuya falta de voluntad le llevará al suicidio. El

gris será su color predominante.

Leonor: Es el personaje más vivo, su profesión y espíritu decidido nos

dará la clave para su vestuario donde han de abundar los colores vivos

(amarillos, verdes, rosas, lilas) como las flores.

Malibran: Es la persona más oscura de toda la obra; es éste el que

intriga por descubrir las relaciones prohibidas de Augusta, por todo ello, y

además por su condición de diplomático, su color será el negro.

Joaquín Viera: Es el estafador, el personaje que introduce un punto de

humor en nuestro drama. Se convierte en el cazador casado, está

acostumbrado a andar por el mundo. Sus colores han de ser vivos, casi

estrafalarias sus combinaciones.

Infante, Villalonga y Aguado: Son los jóvenes de la historia, sus maneras

son elegantes al igual que sus vestuarios, forman parte del coro que rodea

a la familia Orozco. Sus colores girarán alrededor de los marrones.

Claves para la intervención sobre el texto.

- Vamos a mantener la estructura del texto original. La historia tiene una

secuenciación completamente lógica y veraz que no tenemos porqué

modificar.

- Trataremos de suprimir todos aquellos pasajes o escenas que no aporten

nada significativo al desarrollo del drama, tendiendo con ello, a agilizar el

desarrollo de la acción. Hay que aligerar la densidad dramática del texto,

su carácter expositivo.

- Tendremos especial interés en modificar todas aquellas expresiones y

palabras que hoy en día no sean comprendidas.

- Cuidaremos de estar atentos a todos aquellos giros lingüísticos que no

sean de uso actual.

- Hay que quitarle todo carácter romántico al texto.

- Eliminaremos todas las expresiones religiosas que denoten un estado

católico y no secular como es la España actual.

831

- El personaje de Augusta hay que tratar de hacerlo más fuerte, más

preocupada por sus deseos que por cómo está la habitación de Federico.

Potenciar aquellos rasgos de su carácter y decisiones que conecten con la

mujer de hoy en día.

832

-ANEXOMOVIMIENTOS

ESCÉNICOS

Proponemos un ejemplo de intenciones y movimientos escénicos

correspondientes a la escena IV del acto V. Se han mantenido aquellas

acotaciones del autor que consideramos, apoyan nuestra visión de la puesta

en escena.

FIGURA 1

AUGUSTA está absorta en sus pensamientos, su única acción es arroparse

en su bata. Orozco, frío, la observa sin apartar su mirada, están sentados

según figura 1. Augusta en una butaca, Orozco en la mesa escritorio.

OROZCO- ¿Qué? ¿Tienes frío?

AUGUSTA- Un poco... pero ya voy entrando... en calor. (Aparte) Su mirada

me desconcierta.

Orozco desvía su mirada sobre unos papeles que tiene sobre el escritorio,

disimula con ellos.

OROZCO- No es tarde. Si te encuentras bien, hablaremos un poco de

asuntos que a entreambos nos interesan. (Pausa)

AUGUSTA- (Aparte) Llegó el momento de las explicaciones. Estoy perdida.

¿Lo sabe o quiere saberlo? (Mirándole fijamente; hasta este momento no

se había atrevido a mirar a Orozco) ¿Quién podrá descifrar el jeroglífico de

ese rostro de mármol?

Nota: la descripción que hace Augusta del rostro de Orozco, es la que

debiera percibir el espectador.

OROZCO- (Aparte, aún disimulando) ¿Será capaz de confesar? Me temo

que no.

833

Mira a Augusta, desvía la mirada, siente su peso, pero no se atreve a

enfrentarse a Tomás.

AUGUSTA- (Tomando la decisión) (Aparte) No nos acobardemos. (Alto)

¿Por qué me miras así? ¿Es que quieres decirme algo y no te atreves?

OROZCO- (Tranquilamente, fríamente) Te observo temerosa y esperaré

a que te tranquilices.

AUGUSTA- (Alzándose ligeramente de su butaca) ¡Temerosa yo!

OROZCO- (Volviéndose tranquilamente sobre sus papeles) Ya sé que

eres valiente. No necesitas demostrármelo. Yo también lo soy, más que tú,

mucho más, pues tengo ánimo suficiente para poner la verdad sobre todas

las cosas, para reducir a la insignificancia los afectos más hondos cuando

contradicen el sentimiento puro de la humanidad y de la vida.

AUGUSTA- Ya sé que eres un hombre... (se levanta) único. (Caminando

hacia Orozco, lentamente y sin demasiada alteración, dándose cuenta cabal

de las palabras que pronuncia. Trata de arañar la coraza de Tomás). Has

cultivado la vida interior; has conseguido lo que imposible parece en la

flaqueza humana: esclavizar las pasiones, subirte a las alturas de tu

conciencia eminente y mirar desde allí los actos de tus semejantes como

ir y venir de las hormigas; aislarte y no permitir que te afecte ninguna

maldad, por muy cerca que la tengas... (Para, una pausa, lo mira fijamente)

¿Es esto así? (Orozco no responde, está con su mirada fija, más allá de sus

papeles) ¿Te he comprendido? ¿Y quieres que yo te acompañe en esa

purificación? (Se dirige tranquilamente al fondo de la escena) bien quisiera,

pero no sé si podré. Soy muy terrestre, peso mucho y cuando quiero

remontarme, caigo y me estrello.

FIGURA 2

OROZCO - (Desde su distancia, casi sin moverse, sin mirarla) La verdad

del espíritu se disminuye limpiando el corazón de malos deseos. Mi ilusión,

mi sueño, eran iniciarte en un sistema de vida que empieza siendo espiritual

y difícil y acaba por ser fácil y práctico. (Pausa, lentamente recalcando sus

palabras) Confíate a mí por entero... Revélame todo lo que sientes, y

después que yo lo sepa hablaremos.

Augusta comienza a andar por el foro de izquierda a derecha, según la

figura 3.

834

FIGURA 3

AUGUSTA- (Aparte) ¡Confesar! Si me hablara un lenguaje humano, que

moviera mi corazón y mi conciencia, me conquistaría... Están de espaldas

uno a otro, no se miran, se presienten, se vigilan.

OROZCO-¿No contestas a lo que te digo? Descúbreme tu interior. Augusta

se vira efusivamente, encarando a Tomás que en la segunda pregunta se

ha decidido a mirarla.

OROZCO- (Con determinación, lentamente) ¡Inútiles y ridículos

circunloquios! Desde que apareció muerto Federico Viera, tu nombre anda

en lengua de la gente. No necesito añadir nada más. Lo que haya de verdad

en esto, tú me lo has de decir. Si es algo falso, desmiéntelo; si no lo es,

sépalo yo por tí misma. En esta ocasión he de saber lo que eres y lo que

vales...

AUGUSTA- (Intentado no derrumbarse) (Turbada) Pero ¿tú... crees?

OROZCO- Yo no creo ni dejo de creer nada. (Se sienta) Espero a que tú

hables.

AUGUSTA- (Acercándose a Orozco) Pues te diré: extraño mucho que des

asentimiento a esas infamias.

OROZCO- (Flemático) Luego es falso lo que se dice.

AUGUSTA- (Poniéndo una mano sobre su hombro) ¿Y lo dudas?

OROZCO- No afirmo ni niego... (Percatándose de la mano en su hombro)

¿Por qué tiemblas? (Augusta retira su mano como si la pregunta le hubiera

quemado, Orozco la mira) Tu cara es como la de un muerto.

FIGURA 4

AUGUSTA (Dando un pequeño paso atrás) Estoy enferma.

OROZCO- Enferma de susto; tranquilízate; toma el tiempo que quieras

para pensarlo. Mira, yo me dedico a leer un poco, y en tanto, tú recoges tu

conciencia y decides delante de ella lo que debes responderme. Orozco

recoge sus papeles y lee. Augusta calla. Silencio. Vuelve a su asiento.

835

FIGURA 5

OROZCO- (Gravemente, apartando la vista de lo que lee) ¿Piensas,

Augusta o es que te has quedado dormida?

AUGUSTA (Distante) No duermo.

OROZCO- ¿Tienes frío?

AUGUSTA- Un poco... (Tranquilamente) Pensaba en esa tontería... en tu

sospecha. ¿Quién te lo sugirió?

OROZCO- (Dejando sus papeles, esperanzado) Curiosidad por curiosidad,

creo que la mía debe llevar la preferencia. Habla tú primero.

AUGUSTA- ¿Cómo, por qué medio han nacido en tí esas ideas?

OROZCO- (Levantándose) Por adivinación.

En estos momentos el ambiente general cambia. La luz se centra

puntualmente sobre los rostros de Augusta y Tomás, es lo único que se ve

en la escena. Se desarrollan dos monólogos independientes.

AUGUSTA- ¡Mis temores se confirman!... Anoche en aquel delirio

estúpido. ¡Miserable de mí, vendida neciamente! Adivinación ha dicho.

No puede ser. Alguien me acusó.

OROZCO- Quizá.

AUGUSTA- Dios mío, sácame de esta incertidumbre y separa en mi mente

las acciones reales de las fingidas por el cerebro enfermo. No, no es posible

que yo hablara... no puede ser... Me estoy atormentando con un recelo

pueril. Nada de confesión.

OROZCO- Esto sí que es difícil de extirpar. El desgarrón de este

sentimiento, que me arranco para echarlo al pozo de las miserias humanas.

¡Cómo me duele! Al tirar, me llevo la mitad del alma y temo que mi serenidad

flaquee... Si salgo triunfante de esta prueba, ya no temeré nada; dominaré

el mundo y nada terrestre me dominará.

AUGUSTA- No sé qué siento en mí... un deseo irresistible de referir la

verdad... entera... sin omitir nada..., absolutamente nada.

OROZCO- Pero, ¡cómo me duele esta amputación! Era el encanto de mi

vida. Su amor me daba horas felices. La pierdo. Quizá un bien esta viudez

que me espera; quizá este lazo me ataba demasiado a las bajezas

materiales... Me convendrá seguramente perder el único afecto que al

mundo me ligaba... ¿Y si no la perdiera?

Poco a poco el espacio se ilumina. Orozco comienza a acercarse a

Augusta.

836

FIGURA 6

OROZCO- ¿Has pensado, Augusta?

AUGUSTA- No pienso... Todo está pensado ya.

Orozco comienza a rodear con su andar la figura de Augusta.

FIGURA 7

OROZCO- ¿Has examinado tu conciencia, Augusta?

AUGUSTA- Sí..., sí... Mi conciencia no tiene nada que examinar.

OROZCO ¿Está serena y callada? ¿No se acusa de ninguna acción contraria

a las leyes humanas? Silencio.

OROZCO- ¿Qué dices?

AUGUSTA- No he dicho nada.

OROZCO- ¿Insistes en llamar absurdos los rumores...? (Pausa. Orozco

se dirige al centro del escenario, en figura 8) ¿Callas?

FIGURA 8

AUGUSTA- (Levantándose, decidida a llegar al final) ¿Rumores? A mis

oídos no han llegado. (Se dirige al proscenio durante el siguiente parlamento,

según figura 9) No sé... Su perfección, si lo es, no hace vibrar en mí un

sentimiento. Si viera en él la expresión humana del dolor, de los celos...!

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FIGURA 9

OROZCO- ¿Qué piensas?

AUGUSTA- No pienso... es que me asombro de que creas semejante

desatino.

OROZCO- ¿De modo que lo niegas?

AUGUSTA (Después de una pausa) Lo niego.

OROZCO- ¿Y lo juras?

AUGUSTA- ¿Y a qué viene eso de jurar? (Augusta se acerca a Orozco, le

coge de la cara con las dos manos, haciendo que Tomás le mire a los

ojos.) ¿Me crees? ¿Crees lo que digo?

OROZCO- Sí...

Nuevamente cambia el desarrollo naturalista de la escena. La iluminación

se centra sobre los dos a modo de cenital. Se viran, espalda contra espalda.

OROZCO- Me he quedado solo, solo, solo, como el que vive en un

desierto...

AUGUSTA- No me ha creído... Y yo siento un vacío en mi alma... Me

siento divorciada, sola, como si en un ramo viviera.

OROZCO- Mi mujer ha muerto. Soy libre. Ningún cuidado me inquieta

ya, si no el de mi propia disciplina interior.

AUGUSTA- Si en él viera yo el noble egoísmo del león que se enfurece y

lucha por defender a su hembra...

OROZCO- Pero, ¡Qué solo estoy! Murió el encanto de mi vida... ¿Flaqueará

mi ánimo en esta crisis? ¿Me dejaré arrastrar de este impulso maligno que

en mí nace, o más bien resucita, porque es resabido de mis dominadas

pasiones de hombre? (Apretando los puños) ¿Por qué no te impongo un

cruel y ejemplar castigo? ¿Por qué no te...?

AUGUSTA- (Sintiendo detrás de sí una fuerza, su tensión) ¿Qué hace? No

me atrevo a moverme, ni a mirar ni siquiera para atrás.

OROZCO- ¡No te iguales a lo más bajo, a lo más grosero de la

humanidad!... Déjala.

Se ilumina toda la escena, Orozco se aparta de ella. Augusta se vuelve a

sentir que se aleja.

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FIGURA 10

AUGUSTA- ¿Qué... qué hay?

OROZCO- (Con el acento grave y frío de siempre que sólo ha perdido en

los momentos de soledad de la escena) Nada..., pero es muy tarde... ¿No

te acuestas?

AUGUSTA- (Turbada) Sí, me acostaré.

Se dirige, Augusta, lentamente al foro de la escena, hacia la oscuridad.

Orozco hacia su mesa. A partir de estos momentos los parlamentos que se

desarrollan, son apartes.

FIGURA 11

AUGUSTA- (Deteniéndose y volviéndose para mirar a Tomás) Divorciados

para siempre!... Aún podría... (Avanza unos pasos) No sé qué siento. El

alma se me desgaja. Si fuera posible decir toda la verdad, toda...

OROZCO- Su alma no está serena. La mentira la embravece como el

viento a la mar.

AUGUSTA- Toda la verdad, toda, toda, es imposible decir... Diría que me

siento menos arrepentida que culpable y que ningún afecto, ninguno,

borrará de mi corazón la imagen del pobre muerto. Diría que entre su

santidad, que admiro, y mis debilidades, de que me acuso a Dios, hay un

abismo que humanamente no puedo salvar... ¡Contradicción, pena horrible,

sin el recurso de poder aliviarla confesándola! ¿Cómo decirte que me

infundes veneración, ternura fraternal, pero que el amor, la flor de la

confianza humana, no puede nacer de esta unión árida y glacial? No sé ver

juntamente en tí al esposo y al sacerdote... Sepáralos, y quizá nos

entenderemos. (Pausa) ¡Y si esto digo, no habrá perdón, no puede haberlo!

¡Y si miento, tampoco! (Con resolución) ¡Imposible! (Dirígese hacia la

oscuridad del foro) Dios me perdonará... cuando lo merezca.

Augusta sale decidida. Orozco queda solo con sus pensamientos. La

iluminación se va centrando en su espacio para dar lugar a la última escena.