DE LO REAL A LO INVEROSÍMIL O LO INVEROSÍMIL

DE LA REALIDAD.

EL CABALLERO ENCANTADO. CUENTO

REAL...INVEROSÍMIL (1909) Y

LA RAZÓN DE LA SINRAZÓN. FÁBULA TEATRAL

ABSOLUTAMENTE INVEROSÍMIL (1915)

Emilia Fierro Sánchez

Benito Pérez Galdós, ese canario universal nacido el 10.5.1843 benjamín de los diez hijos

de un canario y una vasca de ambiente militar e inquisitorio, educado en San Agustín, en una

isla española geográficamente africana, puente Europa-América, y por tanto más liberal y

cosmopolita por su tráfico, tras examinarse en Tenerife de bachiller (la provincia canaria no se

dividiría hasta 1927) mareó hasta la península para estudiar Derecho en Madrid (donde

moriría el 4.1.1920) y sustituyó el aula-jaula por la calle, un peripatético paseante más que

aristotélico, ni liceo académico platónico, ni “el gabinete de Emilio es el Universo” como dijo

Rousseau al delegar los padres en el ayo y aya la alimentación espiritual-educación y físicalactancia.

Según Galdós la “sabiduría popular” supera la “erudición krausista”: La carnicera

viuda Dª Javiera enseña a Máximo Manso que su hijo se reiría (¿cómo Galdós?) de un

profesorazo seco y quiere “un amigo que a la chita callando le enseñe”; él repetirá: “la

amistad es la base de la educación”; ella dice “hay que labrarlo” y él que los filósofos “tallan

en el bloque (M. Peña) de la bestia humana la hermosa figura del hombre divino”. Tras

deshacer el “conjuro” del dolor de hacer hombre al ente de ficción, se reirá desde el limbo del

afán de figurar de las figurillas de barro del plantón terrenal. El preceptor de Emilio lo guía

aún casado; el de Peña le hace descubrir la Norma Interna en el capítulo “Mi venganza” que

según R. Kirsner será casarlo con la maestra Irene que no volvió a leer un libro y ascendió al

esposo en la política que es la gimnasia volitiva; voluntad de acción será el lema del 98, y el

del regeneracionista Costa “despensa y escuela”; el lema mansista del indiano José Mª era

“moralidad y economía”, como el cesante de “miau” pasa de las siglas “Moralidad, Income

tax, Aduanas, Unificación de la renta” a “Muerte Infamante Al Universo”.

Galdós, fervoroso del quijote, su libro de cabecera, supera su maniquea etapa de tesis sobre

la intolerancia social de Dª Perfecta (en 1886 que termina la 3ª guerra carlista y se funda la

Institución Libre de la Enseñanza) y religiosa de Gloria, para comprender la ironía cervantina

(“Gemelos sois, Bien y Mal, y no habrá fuerza que os separe” es el título tachado de un

capítulo del borrador manuscrito de El amigo Manso). Este silencioso observador busca en el

pasado con sus Episodios Nacionales la causa del presente, y esto explica su evolución

política. En 1873 abdica Amadeo y se proclama la 1ª República, Galdós inicia la 1ª serie de

sus Episodios Nacionales. Tres veces diputado, en 1886 (año de “Fortunata y Jacinta”) por

Guayana Puerto Rico con Sagasta; (en 1907 gobierno conservador de Maura “revolución

desde arriba” y en 1909 Semana trágica de Barcelona por reclutar casados para Marruecos) en

1910 Galdós diputado republicano por Madrid (Canalejas, se funda la “Residencia de

Estudiantes”) y en 1914 diputado reformista por Las Palmas.

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Ya dijimos en el anterior congreso que Unamuno considera que hay más historia en las

novelas contemporáneas que en los Episodios pues éstas las sitúa en su contexto diario

“intrahistórico” con personajes ficticios que se repiten protagonistas de unas, secundarios de

otras y referencias a los sucesos cotidianos. Por eso cuando desde Trafalgar primer episodio

de la 1ª serie, hasta Cánovas último de la 5ª, 46 total, y la musa de la Historia, Clío, se

convierte en Mariclío, de coturno en los años heroicos y zapatillas en los años bobos, y en

Tito Liviano ¿ligero?, Tito Livio (de Patavium, hoy Padua, 59 aC-17 dC) de convicciones

republicanas aunque en Roma tuvo amistad con Augusto, que lo vio partidista pompeyano, y

Claudio, (como Galdós visitó a Isabel II exiliada) pero regresa a Padua al reinar Tiberio y su

Hª de la fundación en 142 libros “Ab urbe condita” acaba en la muerte de Druso el 9 aC;

quiso demostrar al pueblo romano que la pérdida de sus virtudes cívicas era la causa de su

deformación moral. Su célebre estilo entre Cicerón y Virgilio, sólo fue criticado “patavinitas”

por Asinio Polión, como Valle tildó de “garbancero” el de Galdós mientras su devoto Clarín

ejemplifica el diálogo de El amigo Manso. El conciliador Don Benito no quiere lastimar con

bisturí los años demasiado recientes, pero “sueña” y no senil, como dice Víctor Fuentes en

“Galdós en la encrucijada noventayochista” de la revista “Realidad e imaginación en la obra

de Pérez Galdós”, Rumbos 13-14 Nov. 1995, Neuchâtel Suisse, p11 que advierte antes que

Ortega y Gasset que nos adentramos en la “sociedad de masas”, pero ante éstas no adopta una

actitud negativa ni solución evasista de las “minorías selectas” y “deshumanización del arte”

(recordemos que Unamuno decía a los del 27: “Deshumanad, buen provecho, yo me quedo

con la boda de lo humano y lo divino que es gloria, sangre creadora”), aunque dudoso de

eternidad, aspira a inmortalidad:

“Aquí quedáis, mis momentos, con el ritmo que os fijé; Dios mío, este yo, ay de mí, se me

está yendo en cantares” “Sed mis valederos”; o que Bécquer hace constar en conjunto los

miles de seres que claman les dé vida en su bullente fantasía sino que se adelanta a W.

Benjamín que en 1930 dice la masa es matriz de la que el tradicional acontecer (o

conductismo, behavior) procede hoy el nuevo arte (form). También Galdós ve en la

muchedumbre esas nuevas formas inicia lo que Gramsci llama “marcha hacia el pueblo” que

culmina en la literatura social de los 40-50; recordemos Otero que de su existencia “Ángel

fieramente humano”, le retumba el silencio de Dios, pasa “A la inmensa mayoría”, o

Aleixandre “En la plaza” co-razón del hombre, “desnúdate y fúndete y re-conócete”, o

Dámaso “si yo no soy no existes” (Dios) a rechazar “La injusticia”. Nunca en mi corazón, /

reina del mundo; u Octavio Paz en “Piedra de sol”:.. para que pueda ser he de ser otro,/ salir

de mí, buscarme entre los otros,/ los otros que no son si yo no existo,/ los otros que me dan

plena existencia,/ no soy, no hay yo, siempre somos los otros...) que nos recuerda lo uno y lo

múltiple de Salinas ¿El pájaro, los pájaros?” o “arquetipo” y “sombra” platónica; o Lorca que

grita a Roma desde Nueva York: “la Tierra/ que da sus frutos para todos”. Se habla de

egoísmo en Juan Ramón, “A la minoría, siempre” que dedicó su vida a su “Obra” para

alcanzar pureza en “Eternidades” 1918 “Corazón, da lo mismo: muere o canta”; desasido, es

“Lo todo que es el colmo de la nada” en “La estación total” 1923-36; para comprender el

Logos del génesis, Verbo, la Palabra: “la trasparencia,/ el uno al fin, dios ahora sólito en lo

uno mío,/ en el mundo que yo por ti y para ti he creado” “Dios deseado y deseante” 1948-9.

Aunque ya esta unidad la vio Antonio Machado “¿Qué es esta gota que dice al mar: Soy el

mar?”. Existencialismo que precedió Darío en “Lo fatal”: Ser y no saber..dónde vamos ni de

dónde venimos.

Galdós, que había visto el ascenso de la mesocracia desbancando a la arruinada

aristocracia, (Francisco de Torquemada, marqués de San Eloy, es ente ficticio de Fco. De las

Rivas, marqués de Tudela, muerto el 7.5.1882, ambos repentinamente enfermos corren a su

palacio) dijo a Luis Morote que viaja en 3ª: “Oigo, observo y apunto en la mente, alguna vez

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en el papel” y premoniza el proletariado: “Se levantará el pueblo, y ya camina, aunque sus

pasos no se oigan; tan alejados estamos de él” clama solidaridad, que es la soledad de García

Márquez, no la sabia de Fray Luis retirado del mundanal ‘ruido’ y atento a la ‘música’

celestial, armonía pitagórica “del plectro sabiamente meneado”.

V. Fuentes también ve a Galdós precursor de la ética de alteridad de Levinas; a Fortunata,

pueblo, le ahoga la careta antifaz. La oligarquía de Restauración muere como Torquemada

confundiendo la ‘conversión’ espiritual con la de deuda monetaria. Nazarín, como los

morosjudíos expulsados, sigue el evangelio, Teología de Liberación.

Hoy los “massmedia” trastocan fines y medios; los periodistas son ministros de la palabra

y pueden crear la opinión pública; el público ha delegado su derecho a saber qué pasa en los

profesionales que sirven la verdad informativa (no formativa o troqueladora de conductas) o

veracidad de los hechos, pero la gente no debe delegar su interpretación existencial a la

‘objetividad’ de los medios pues ya es subjetivo elegir en el acontecer diario qué es un

‘hecho’ o no; sería ideal seguir la norma ética interna, pero se necesita un código

deontológico que combine la libertad de información y el autocontrol. El control de la

información, político o económico, ejercido por el poder autoritario, totalitario, liberal o de

responsabilidad social, no debe venderse a los sondeos de audiencia; se corta la palabra a

científicos o artistas en exiguos programas culturales y sin embargo se adocena al público que

se habitúa al amarillismo que le hirió en un principio. Los Medios son un maravilloso

‘instrumento’ para elevar el nivel cultural, humano, del público. Afinemos y afinémoslo, pues.

Periodista e historiador van en el mismo barco: uno ve el remolino y otro la estela. La

reducción de calidad por cantidad de la LOGSE y eso hacen manejable al individuo, que no se

percata de la ‘auctoritas versus potestas’ que debe unir Europa: el poder antes y hoy, militar

Roma-USA, económico fenicios-japoneses, y cultural grecocristiano, no el Mercado. En

“Cuatro razones para dejar de ver la televisión” Mander dice que inventada por Baird en 1925

saneó la depresión del 30 revirtiendo el empleo del hombre-soldado mujer-fábrica en “el

sueño americano” del economista Keynes, sistema antiecológico que produce y no reparte, de

consumismo que se extiende precedido de la propaganda no vende productos sino compra

clientes creando necesidades ficticias; hoy los ejecutivos frenan su stress volviendo a ‘vivir’ la

familia. Los Medios son servicio al bien común; si son negocio convierten a la audiencia o

público en mercado. La honesta valentía no pasa de moda la ética, aunque la moral (mos-ris =

costumbre) sea circunstancial, el bien es trascendente; “el pathos suscita el nomos ético” dijo

A. Reyes.

Y por eso en El caballero encantado, cuento real... Inverosímil la Madre (patria) encanta al

derrochador don Carlos de Tarsis y Suárez de Almondar, Marqués de Mudarra, Conde de

Zorita de los Canes, transformándolo en el labriego y picapedrero Gil, para que el que vive de

la infelicidad de los demás, se vea en la realidad de rudos peones y aprenda en la práctica el

inicuo proceder del rico. Cintia, colombiana dueña de minas de plata, rescoldo de explotación

colonial, se convierte en la maestra Pascuala y después de capítulos de cervantinos títulos

quijotescos y de anagnórisis bizantinas como el “Persiles y Sigismunda o Periandro y

Auristela”, deciden educar a la nueva generación donde la tierra sea del que trabaja.

Ya el conde León Tolstoy había escrito a su hija que educara a sus nietos en igualdad

cristiana, porque un ingeniero o médico o carpintero que sirve a la sociedad puede delegar

servicios domésticos, pero no un niño que no se ha revelado útil; debe lavar su orinal, su

vajilla y ropa etc.

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“El Caballero...” de julio-dic. 1909 es la última novela de creación real=imaginación;

Galdós volvió a la política en 1907, conjunción republicano-socialista comprometido en el

problema y la verdad de España; J.A. Gómez Marín, en el prólogo “Sobre el realismo mágico

de Galdós” del editor M. Castellote Madrid 1972 dice que se toma un respiro entre dos fuegos

(el otro es el teatro “Mariucha” 16-7-1903), y seguirá los Episodios desde “Amadeo I” ag-oct

10 y ya ciego (como Tito pierde la condición de la realidad) dicta a Pablo Nougués hasta

“Canovas” mar-ag-12 y “Santa Juana de Castilla” en 1918; a mí me recuerda los

‘intermezzos’ “Marianela” y “El amigo Manso” de la que comentó a Clarín era un juego y sin

querer volvía a la realidad) El problema africano y la cuestión social escapan a la concordia

del liberal Maura (Casalduero lo llamó mitológico); pero su evolución ideológica va pareja a

la estética, el aplomo del estilo es el fondo, el plan: el final feliz es la esperanza en la

redención de España por el trabajo; pero hace falta el milagro de imponerlo expiando al

degenerado Mudarra con la magia. En el capítulo XXVII terminan por hoy estas locas

aventuras hispánicas; la Madre impone su corrección a los hijos bien dotados de inteligencia y

que sufren de pereza mental o de relajación de la voluntad. En la naturaleza corregida de estos

elementos útiles espera cimentar la paz y el bienestar de sus reinos futuros”. El hijo de Cintia,

Héspero, es símbolo de utópica salvación. La conciencia del deber hoy se olvida, reclamando

derechos. Galdós no juzga, comprende costumbres.

Carlos-Gil reconoce a Cintia-Pascuala y la busca ayudado por Bartolomé Cívico o Chico y

le da cédula de Florencio Cipión (Cadalso en sus “Cartas Marruecas” recuerda que Escipión

sitia la indómita Numancia y luego Sagunto defendió la Hispania romana contra Cartago); en

el capítulo 17 retirada de Calatañazor después de Becerro=león de Numancia, “Despegaba sus

pestañas el mediodía” Bartolo el “paniquesero” va tras la saltimbanquesa y dice “¿Para qué

hiciste de una ardilla un alma?” Un pastor cuenta que sanó del cólera de África por Nuestra

Señora de los Ángeles y a Gil la Madre del Amor Hermoso no dejó raptar a la maestra

requerida por los niños, futuro de España y él quiere ser maestro de obra santa; a la Madre le

parece guerra civil la ibero-árabe (recordemos que Ganivet en “Idearium español” ve nuestro

espíritu oriental); en el c18 la Madre va a Boñices y les da pan, cebollas, chorizos y dos

perdices (como los cuentos felices) y el automaestro (500 pesetas al año) don

Alquiborontifosio de las Quintanas Rubias no enseña sino cuentos que adormecen el hambre

o jugar al ‘chitoí en el atrio de la iglesia, refranea “Aquí es Villagorda un garbanzo en cada

olla” y parafrasea a Calderón y Quevedo: “¿Qué es la vida? Una muerte que come ¿Qué es la

muerte? Una vida que ayuna”. Un trovero ciego, Crispulín de Lienda, pregunta si la Madre

vive en castillo de Clavijo y Santiago la visita y da a todos sopas de pan que se multiplica y

vino duerme y sueña. En el capítulo XIX “Donde se cuenta el terrible encuentro del caballero

con un desaforado gigante y cómo luchó con él y le dio muerte con otros sucesos

interesantes”, la Madre lo lleva a Calatañazor con ropa nueva y albedrío ¿raptar a Cintia? A

Gil se le aparece Galo Zurdo Gaitín como cerdo gigante pretendiente de Pascuala-Cintia.

Bartolo-mé Cívico tras su ardilla llega al Prior carmelita Almazán (peste clerical olfatea

doncellas ricas para novicias), faltan tres hojas del códice de Osma, mano bárbara o gazmoña

(como el Quijote y vizcaínoespadas en alto hasta ‘traducirí a Cide Hamete Benengeli) En el

capítulo 21 Gil huido por matar al pretendiente del Ayuntamiento da pan y queso a cambio de

manta a don Quibo y el discurso por patatas asadas de agricultores nos recuerda el de don

Quijote a los cabreros por sus bellotas. En el capítulo 22 se encuentran el maestro y Gil con su

compañero de cárcel en Sigüenza, Tiburcio de Santa Inés, víctima de la justicia de Gaitones

que le despojan sus bienes. Don Alquiborontifosio le contesta en qué pelaje acaban los que

enseñando a la infancia, allanan el suelo para cimentar y construir la paz ilustración y

justicia. Encuentran a José Augusto Becerro: “De sus ojos manaban las lágrimas rojas y en

sus mejillas lívidas manchas e hinchazones revelaban la mano y cinceles duros de algún

escultor de ecce-homos”, martirizado por coger cebollas, otros por leña (recordemos

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“Poderoso caballero es don Dinero; con cien delitos el rico se pasea y por una manzana el

pobre ahorcado pendonea”) “No hay Historia de lo presente” (Pero Manuel Criado de Val en

“La imagen del tiempo: Verbo y relatividad” Istmo Madrid 1992 habla de la temporalidad de

Heidegger, es fundamento del ser así y del habla: ser ahí; y San Agustín dice que en el alma

existen presente del pasado-memoria, presente-visión y futuro esperanza; yo disiento de que

el presente sea indicador en la carretera o para Aristóteles frontera entre pasado-futuro; creo

que va con nosotros, no lo dejamos atrás o delante, es tiempo vivo. La comunicación es

tensión informativa, dialéctica y afectiva; el verbo incluye y proyecta el sistema del lenguaje y

reproduce la imagen, a escala humana, del Universo. Recordemos los tres logos de

Aristóteles: apofánico (Lógica) dice verdad-falsedad; poético (Poética) crea un mundo con

necesidad interna; pragmático (Retórica) para fines prácticos cotidianos. Y su saber: Teórico o

episteme-verdad; productivo o tecne-.arte; práctico o frónesis-ético que busca la verdad con

razón y acción para lo bueno y malo para el ser humano. También James Allen en “Cómo un

hombre piensa, así es su vida” Obelisco, Barcelona 1997 habla de visiones e ideales: “Los

soñadores son los salvadores del mundo”. Y Mircea Eliade en “Mito y realidad” dice que los

mitos cosmogónicos relatan lo ya pasado; la perfección de los comienzos se proyecta en

porvenir fabuloso atemporal, como eterno retorno de estoicos y neopitagóricos; la escatología

cosmogonía del futuro en Mesopotamia y grecosemita; Hesiodo: Cronos paraíso vida larga:

Heráclito teoría cíclica arios/judíos, proletarios/burgueses. En “El árbol de la ciencia” Baroja

propone cambiar la Compañía de Jesús por la del Hombre, dice que grecosemitas inventaron

paraíso: Olimpo y Edén y que Schopenhauer y Nietzsche apartan la rama de la Esperanza).

Continuando con el capítulo 22 traen a la Madre-abuela maniatada y el guarda Regino aparta

a Gil. Pepe Azlor, duque de Ribagorza, sale de la pecera vestidos de caballeros se sienten

celtíbero y visigodo. La Madre se siente no redentora sino mártir. En el capítulo 24 Gil,

atravesado cabeza y corazón prefiere justicia a libertad, y la Madre nos recuerda el

senequismo estoico del ánimo frente a la diversidad, desde el Cid: “alzó los hombros y

engrameó la tiesta/ ¡Albricia, Alvar Fáñez, ca echados somos de tierra/ mas a grand honra

tornaremos a Castiella!” cuando dice: “Caemos y nos levantamos tan arrogantes como

estuvimos antes de caer, y conlimpiar los ojos de algunas lágrimas y sacudir los miembos, y

abrir plenamente nuestros ojos a la luz del sol, ya estamos de nuevo con todo el esplendor y

frescura de nuestro optimismo...” (Yo felicité a la fallecida Ana Mariscal cuando proyectó en

el teatro Leal de La Laguna una película en que dos muertos de hambre de posguerra sacan

fuerza de flaqueza para ayudar alegremente a una joven menesterosa, en contraste con la

visión mezquina de “La Colmena” de Cela. La infopolución de la aldea global nos

insensibiliza ante el contraste orondo/famélico Norte/Sur).

En cuanto a La razón de la sinrazón, fábula teatral absolutamente inverosímil de 1915

según F. Carlos Sainz de Robles “es un sueño como Homero ciego y Horacio le disculpa

dormite tras tantas obras” Atenaida= Palas o Minerva ya no la coetánea hipócrita Irene sino

Teodosia Gandarias, el último gran amor de Galdós según las cartas desde Santander que

publicó Sebastián de la Nuez, donde Benito admira a la sabia maestra y colaboradora y

Alejandro=‘verdadero varóní huyen de Ursaria (ursus= oso y madroño madrileño) al Campo

de la Vera =verdad y (Como el protagonista madrileño de Pereda en “Peñas arriba”) tras

ambientarse al sano pueblo y paisaje cántabro a su regreso a la Villa le parecerá el cielo

encarcelado en las calles; o como el alegato ecológico pacifista del cuento “Adiós Cordera”

de Clarín, donde el “progreso” roba la paz del parao Somonte: el poste telegráfico y la vía del

tren que se llevará a la Cordera “carne de golosos” y más tarde a Pinín “carne de caños” para

una guerra ajena a su patria chica. Hay afinidad en los temas de Galdós y su devoto Clarín, de

quien cumplimos centenario: En “Zurita” se burla del célibe krasuista desfasado por los

“hechos” del positivismo de Comte, que en su instituto contempla el mar “sabiendo” (de

‘sabor’ y ‘saber’) a los misterios del océano, símbolo del eternoinfinito, del yo armonía

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universal, y será famoso por sus ‘calderetas enseñadas por su patrona; la analogía con el

krasuista Manso difiere en que éste se enamora de Irene, y a Zurita le impide amar el

“imperativo categórico” de Kant).

La libertad creadora del ‘poiein’ burla el deslinde los géneros épico-lírico-dramático; en

sus novelas hay diálogos sin deixis, como el teatro. Y ahora esta fábula ¿didáctica como

Esopo o Iriarte? ¿cuento imposible? ¿teatro escena-escuela de personajes ejemplares ‘instruir

deleitando’ como el paternal absolutismo moratiniano de gobernar para el pueblo sin él,

aunque el público prefería divertirse con los raptos y duelos lopescos? En que la pareja

Alejandro-Atenea lucha con diablo Ariman en maniquea persa el mal, opuesto al bien

Ormuz). Nadir y Zafranio y brujas Celeste y Rebeca que “resucitan” a Helena, esposa de

Alejandro para que éste no pueda casar con Atenaida tras rechazar a Protasia, hermana de

Calixta y Teófila, hijas de Dióscoro, político ‘camándulas’= gazmoño, beato. Atenea educa en

Ursaria, de Farsalia Nova=España, país de cucaña, a las tres hermanas: “Ética, doctrina de las

costumbres encaminada a que la voluntad produzca el bien” El final de las cuatro jornadas es

la escena 2 del cuadro octavo: El cura felicita a al pareja: Alejandro.- Yo cultivo la tierra y

Atenaida los cerebros de esas tiernas criaturas Atenaida.- (Avanzando con solemne

arrogancia como personificación de una idea sublime) Ved en esta mujer humilde el símbolo

de la Razón triunfante. (Alejandro y el cura la contemplan extáticos; y ella, soberanamente

hermosa, pronuncia las últimas palabras). Somos los creadores del bienestar humano. El

raudal de la vida nace en nuestras manos fresco y cristalino; no estamos subordinados a los

que, lejos de aquí, lo enturbian. Somos el manantial que salta bullicioso; ellos, la laguna

dormida. (El rostro de Atenaida parece coronado de estrellas.) Madrid, primavera de 1915.

Fin de La razón de la sinrazón

Como vemos, el título es cervantino, al hidalgo manchego le parecían de perlas las

intrincadas razones de Feliciano de Silva, “La razón de la sin razón que a mi razón se hace, de

tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura” (Amor

causa su locura) Y también cuando leía: “los altos cielos (...)” Con estas razones pedía el

pobre caballero el juicio (...)” que ni Aristóteles las entendiera; y de tanto leer al hidalgo se le

secó el cerebro y dio en la locura de hacerse caballero andante y socorrer viudas y desfacer

entuertos, arreglar el mundo. Es bello el soneto de Domingo Rivero “a don quijote”

Nunca afán más generoso/alentó en humano pecho,/luchaste por el derecho/

de lo feo a ser hermoso./ De tu caballo la huella/aún blanquea en la llanura,/

que el fulgor de tu locura/puso en tu lanza una estrella.../Su luz al poeta guía/

Jamás de la poesía/llegará a la cumbre suma/quien no lleve algo, potente,/

de tu locura en la mente/ y de tu lanza en la pluma.

Pero en esta fábula, enamorado de la maestra Teodosia Gandarias, (como muestran De la

Nuez en El último gran amor de Galdós. Cartas a T.G. desde Santander 1907-15 Pronillo

1993, y Alfonso Armas Ayala en Galdós, lectura de una vida 1989 y 1995 CajaCanarias de

Santa Cruz de Tenerife) sueña que lo que salva a España es la educación y el trabajo.

Tito-Galdós contempla a la maestra Floriana-Teodosia de La primera República Amadeo I

De Cartago a Sagunto y Teodosia es la Cintia-Pascuala y la Atenaida de las dos obras que

nos ocupan. Galdós, Presidente del Tribunal de Oposiciones a la Cátedra de Literatura,

escribe el 28.8.1908: “Hay que evitar el paso a la caterva de neos que quieren entrar en la

enseñanza” no se muestra equitativo; ni me gusta la ligereza del comentario 4.8.09: “La

grande ansiedad que en los días pasados sufrimos por lo de Melilla y Barcelona. Total varios

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tumultos y 40 conventos quemados. En buena hora sea. Ya les reedificarán las casas de las

monjitas y frailecitos, (sobra el despectivo diminutivo) y todo volverá a lo que fue. Pero ha

sido una lección, un primer aviso” (Murieron 80, medio millar de heridos, 112 edificios

incendiados, de ellos 80 conventos, no 40).

Carmen Bravo Villasante en Galdós Mondadori 1998 distingue el lenguaje chulesco y la

majeza castiza; con San Daniel interpreta el pasado y presagia el futuro; del cuadro de

costumbre viene el cuento y de ahí la novela. El estilo es el plan proyectado. ¿Solución

religiosa, moral pura o reforma civil? Su función es mostrar, que reflexionen y resuelvan.

En Galdós. El escritor y la crítica Taurus Pereda, por Gloria dice: el liberalismo no es

causa del actual rebajamiento de virtudes morales y políticas sino efecto de nuestra

idiosincrasia nacional. Los filántropos matan una creencia que consuela con una duda que

atormenta. Menéndez Pelayo “merece corona cívica más que lauro poético”. A. Del Río:

Galdós y Unamuno en La loca de la casa y Nada menos que todo un hombre pasan de ideal

de comunión con otros hombres a sentido ultrapersonal a su vida, la desesperación del rebelde

intelectual sediento de absoluto.

En Anales Galdosianos años 31-32 1996-7 Ricardo Krauel La razón de la sinrazón:

revisión de la cordura en Fortunata y Jacinta cita a Platón Fedro: “El delirio, que viene de

los dioses, es más noble que la sabiduría que viene de los hombres”.

Manuel Tuñón de Lara en La España del siglo XIX v2 Laia, Barcelona 1975, p106 “Ayer y

mañana entre dos siglos: Costa y Galdós” El aragonés 1846-1911 fue criado, albañil y

bachiller de noche a los 19 años, “Colectivo agrario en España” “despensa y escuela”

“Oligarquía y caciquismo” veía ejército como instrumento político y no de defensa nacional;

en la conquista visigoda hubo reparto de tierras, pero en la reconquista cristiana contra

musulmanes, sólo para clase privilegiada. Galdós llega a Madrid y ve la noche de San Daniel

y los sargentos de San Gil; de la Universidad sólo Giner de los Ríos; al final de Canovas dirá

que los políticos sólo a su provecho, no harán nada fecundo, no crearán una Nación, no

suavizarán el malestar de las clases proletarias. Aquí no reina Alfonso XII sino el bendito San

Ignacio a la izquierda de Dios Padre. Gurmensindo Trujillo en El federalismo español

M.1967 p 132 dice que el socialismo de Pi y Margall es un benévolo reformismo.

En las Actas del III Congreso Galdosiano, v2, Antonio F. Cao “La razón de la sinrazón:

visión última de Galdós” ve lo inverosímil absurdo en las tres primeras jornadas, lo verosímil

de lo tópico preside sobre lo utópico (Helena muerta); el realismo espiritual es utopía real:

San Manuel Bueno, mártir de Unamuno o Peñas arriba de Pereda. Atenaida es santa para

Alejandro. Pero recordemos a León Roch: Te quiero mujer, no santa. Y amigo Manso le gusta

más Irene imperfecta que “Minerva coetánea”.

En el mismo volumen, R. Kirsner: “Sobre el Bien y el Mal en la novela de Galdós” La

Ética es absoluta, la moral, temporal, de valor social. Bien y Mal carecen de guerra vital

inmanente; pero en los personajes Guillermina o Torquemada hay tensión irónica (Ya citamos

el borrador “Gemelos sois, Bien y mal, y no hay fuerza que os separe”.

Y también Marta G. Krow “El estilo es la mentira: el valor de la palabra escrita en Galdós”

1881-6. La verdad mira y calla. Dª Javiera sabe qué es educación: instrucción y crianza; a la

maestra Irene la instrucción escrita no mella su ánimo; el Dr. Centeno dice “la letra mata, el

espíritu da vida”.

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En A.G. año VII 1972, Julio R. Puértolas en “Galdós y El caballero encantado” nos dice,

como Rodolfo Cardona en las Actas III C, v1 “Galdós y los Santos Padres”: “La revolución

social es justificada por la Madre, el maestro y cura de Boñices con textos patrísticos:

“Cuando damos con qué subsistir a los que están en necesidad, no le damos lo que es nuestro;

les damos lo que es suyo” San Basilio; “Cualquiera que posea la tierra es infiel a la ley de

Jesucristo”; “La tierra ha sido dada en común a todos los hombres. Nadie puede llamarse

propietario de lo que queda después de haber satisfecho sus necesidades materiales” (San

Ambrosio). Cuatro años después Galdós dirá en Cánovas: “Alarmante es la palabra

revolución (..) Declaráos díscolos, contumaces en la rebeldía(..) la actitud indómita ..el único

síntoma de vida (..) llamando paz a lo que en realidad es consunción y acabamiento...Sed

constantes en la protesta, sed viriles...”

Yo disiento: Si en Trafalgar él abogaba por el ciudadano universal, aboliendo la execrable

guerra, negación del diálogo, por las madres que quieren vivos a sus hijos, ahora ¿por qué

frente a esa evolución que dará la educación insta, arenga a ‘virilí matar? Recordemos el

hipócrita lema mansista (R. Cardona en “Mendizábal, grandes esperanzas” dice Hilo a

Calpena: los amigos, el agua mansa, son más de temer que los enemigos. En Bly “Galdós y la

Historia”) del indiano J.Mª “moralidad y economía” cuando intenta engañar a su esposa Lica

con Irene, se despreocupa de su ineducado familión y despide a la nodriza que, en página

naturalista, trajo Máximo Manso; otro Máximo, Rubín, irá a Leganés: “No encerrarán entre

murallas mi pensamiento. Resido en las estrellas” Ambos desairados en amor. El ente ficticio

desconjurado desde el limbo desdeñará el afán de figurar en el plantón terrenal, al que iremos

vacíos, sólo tengo lo que dí, olvidan los políticos que medran en vez de servir.

Francisco Caudet en El mundo novelístico de Galdós Anaya 1992 dice: Marianela, heroína

pobre, es transición entre novelas de tesis y héroes de clase media; Galdós preconiza armonía

de burguesía y proletariado, sueña lo “real inverosímil”.

S. de la Nuez en “La demonología en Galdós” Actas III C, v1, cita al nigromante de La

Sombra, el conjuro del autor que con su tinta crea al amigo Manso, la Teodosia –Cintia-

Pascuala de El caballero encantado y la lucha del Bien (Atenaida es Razón y amor) y el Mal

(Arimán, que perderá ante el hombre Alejandro) En la Fontana de Oro opone tradición a

libertad y Progreso; en Dª Perfecta a justicia y Razón que triunfará en Teodosia- Atenaida en

bienestar humano. (¿Y el amor a Teodosia en las cartas que busca una ‘ocasioncistaí para

verse, despotricando del Congreso y lata de política que los aleja? Yo observo que mezcla

mitologías persa dual Ormuz-Ariman y griega Palas Atenea= Minerva romana, la coetánea

con quien critica en el borrador de El amigo Manso una procesión, crítica que suple en el

manuscrito definitivo por la de una representación teatral de los Santos Inocentes, pues para

Galdós curas y actores eran semejantes, histriones. (A Irene le dice que Dios es más que pedir

carretelas y novios ¡También santurrona! Se decepciona al verla persignarse) Pero se queda en

el aquí y ahora, inmortal en su obra, sin la trascendencia del que nació para mejorar el mundo

y murió para vivir la eternidad. Yo sustituiría el partitivo ‘Paz a los hombres de buena

voluntad’ por el genérico ‘Buena voluntad a todos los hombres’.

Y no quisiera acabar sin dos anécdotas. Primera: en la redacción-test “si fueras autor ¿qué

escribirías?” que pedía al comenzar el curso se reflejaban los problemas del momento:

pobreza, droga, emigración, desigualdad, algún verso de amor...; el año pasado todos eran

violencia, terror, magianegra, y si alguno de placer no Eros, porno...

Segunda: A mi tía Nieves Fierro le contó Fernando Clavijo y Ponce de León que frente a la

Casa Galdós vivía un hermano de mi bisabuelo diputado Juan, Santiado Fierro Vandewalle:

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matrimonio sin hijos ella acogió un hijo ilegítimo que al ser mayor quiso marchar y a mi

bisabuelo le había dado León Y Castillo una concesión en Guinea, se la cedió y regresó con la

fortuna de los Fierro de Madrid. ¿Inspiró a Galdós el Juanin?

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