LOS MANUSCRITOS DE LA CUARTA SERIE

DE EPISODIOS NACIONALES:

ESTUDIO CRÍTICO-LITERARIO

Pilar Esterán

El Proyecto de Investigación, ya en pleno desarrollo, que en esta sesión de trabajo presento

ante ustedes se centra en la recuperación y el estudio de los diez manuscritos autógrafos

correspondientes a las diez novelas que integran la cuarta serie de Episodios Nacionales,

escritos por Benito Pérez Galdós entre 1902 y 1907.1

Ocioso fuera tratar de ponderar la importancia institucional y académica que reviste la

recuperación de este patrimonio documental, felizmente conservado en la Biblioteca Nacional

de Madrid, y en el cual halló don Benito espacio para recrear la historia de España desde lo

que él llamó “las tormentas del 48”, es decir, los coletazos que alcanzaron a nuestro país por

efecto de la oleada revolucionaria que agitó Europa en 1848, hasta el destronamiento de la

reina Isabel II, ocurrido tras la Revolución de 1868. Estos diez Episodios recogen la vida

madrileña, planteada como microcosmos del panorama nacional, en un lapso de tiempo de 20

años decisivos para nuestra historia contemporánea.

Las intrigas de la camarilla palaciega, los gobiernos sucesivos de Narváez y O'Donnell, la

fracasada aventura de colonización africana llevada a cabo bajo los auspicios de éste último,

la ascensión en el panorama político de la figura del general Prim, el luctuoso desenlace de la

rebelión de los sargentos en el cuartel de San Gil y el enardecimiento de las masas populares

contra la figura de la reina son revividos por la pluma magistral del novelista a lo largo de

estas diez novelas que desgranan los avatares de la sociedad española y madrileña con una

penetración histórica extraordinaria.

Insisto en lo oportuno de desempolvar y estudiar este corpus de folios manuscritos, que en

su conjunto superará las 6.000 cuartillas, porque entiendo que su conocimiento y accesibilidad

reportará avances decisivos en los estudios de la filología hispánica y en concreto en el

análisis del taller narrativo de un novelista de la talla de Galdós.

Hoy es ya moneda común que cualquiera de los manuscritos de don Benito, la mayoría de

ellos felizmente conservados, no es una mera copia autógrafa del texto luego impreso. Muy al

contrario: cada uno de esos manuscritos se constituye en testimonio vivo del proceso

compositivo de ese relato en cuestión.

El escritor canario prefería trabajar sobre cuartillas sueltas que disponía en forma apaisada

y numeraba en el extremo superior izquierdo. Escribía sin dejar márgenes y empleando tan

sólo una de las carillas de la hoja. La particularidad del caso radica en que fue costumbre

inveterada del novelista no destruir materialmente aquellas cuartillas que habían sido

compuestas en una primera redacción y que posteriormente fueron tachadas porque prefirió

reescribir de otro modo su contenido o simplemente suprimirlo de manera radical. Para

nuestra sorpresa esas cuartillas tachadas van apareciendo desgranadas en los vueltos de las

cuartillas que integran el manuscrito en cuestión.

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De esta manera ha sido como los investigadores hemos podido constatar que los vueltos de

las cuartillas de los manuscritos galdosianos contienen información valiosísima sobre las

fases compositivas de cada obra en cuestión. Nos muestran qué escenas, qué personajes

plantearon dificultades creativas al novelista.

La tarea compositiva de don Benito no concluía con la redacción final del manuscrito. En

la Casa-Museo de Las Palmas se guardan pruebas corregidas de distintos relatos. Dichas

pruebas desvelan que las galeradas no eran mucho más que una puesta en limpio impresa de

la última redacción del manuscrito. Sobre esta puesta en limpio, y sirviéndose de los

amplísimos márgenes que este novelista obligaba a dejar a los impresores, el escritor volvía a

corregir y pulir una pieza que, si bien ya consideraba acabada en su planteamiento estructural,

todavía era susceptible de mejoras relativas al estilo y a cuestiones de matiz.

Todo lo expuesto ha desterrado definitivamente la imagen de escritor desaliñado y carente

de estilo que durante muchos años acompañó a don Benito. Al tiempo que nos asoma a una

figura con una capacidad de trabajo titánica, capaz de denodados esfuerzos con tal de atinar

con el “plan” de sus obras.

No han sido precisamente los manuscritos de los Episodios los más frecuentados por los

estudiosos galdosianos. Salvo escasas excepciones, las grandes novelas: Fortunata y Jacinta,

La desheredada, Doña Perfecta, Lo prohibido, Miau, El abuelo o Realidad han copado la

atención de los críticos.2

Particularmente he de confesar que ya en mi etapa de formación me sentí atraída por los

estudios de esta naturaleza. Y en mi Tesis Doctoral abordé la transcripción y estudio de los

diez manuscritos correspondientes a la primera serie de Episodios nacionales, redactados

entre 1873 y 1875, y cuyos textos dibujan el friso de la guerra de la Independencia, desde la

derrota de la armada española en Trafalgar (1805), hasta la expulsión definitiva de los

ejércitos napoleónicos en la batalla de los Arapiles (1812).

La revisión de estos diez manuscritos galdosianos hizo posible la identificación y

subsiguiente análisis de dos modelos compositivos diferentes en los procesos de redacción de

los textos galdosianos. Unas veces nos encontramos ante textos con una única redacción, eso

sí, revisada más o menos profusamente en distintos puntos de la corriente narrativa. Otras, en

cambio, se trata de relatos que han precisado de dos versiones sucesivas antes de cuajar

definitivamente. Dos versiones que la tradición crítica galdosiana ha sancionado con los

nombres de Alpha para la primera y Beta para la segunda.3

Partiendo de estos antecedentes, ahora se me plantea la necesidad de intentar elevar a

definitivas las conclusiones ya extraídas de lo que, en su conjunto, podemos considerar como

la primera etapa de un plan de trabajo más ambicioso, que pasa por revisar un corpus similar

de cuartillas galdosianas redactadas por el novelista en una etapa creativa posterior.

He juzgado acertado acotar esta segunda fase de trabajo con los diez manuscritos que

integran la cuarta serie de Episodios nacionales por diferentes motivos. Casualmente, tan sólo

esta cuarta serie y la primera, ya estudiada, conservan el total de sus diez manuscritos.

Además, los casi treinta años que median entre uno y otro ciclo creativo permiten

definitivamente abarcar la dilatada vida creadora de nuestro novelista. El estudio y análisis del

material desechado de la primera serie, trabajo ya concluido, y el estudio y análisis del

material desestimado en la elaboración de la cuarta serie, que es el proyecto de investigación

que hoy presento ante ustedes, se convertirían en dos mojones definitivos para el estudio de

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los procesos de redacción y de las estrategias narrativas llevados a cabo por Galdós a lo largo

de sus cincuenta años de actividad creadora.

Dejadas de lado las variantes meramente estilísticas, que ya tuvieren su momento de

profusa atención durante la elaboración de mi edición crítica de Zaragoza, he centrado la

investigación en lo que denomino variantes estructurales del relato, y que son aquellas

secuencias del texto que han sido reescritas y de las que se conserva una versión previa

desechada en los vueltos de las cuartillas válidas.

La primera etapa de trabajo de este proyecto de investigación será la lectura y transcripción

de las variantes estructurales más importantes localizadas en cada uno de los diez manuscritos

que integran la cuarta serie de Episodios. Juntamente con el cotejo de las galeradas

correspondientes de cada relato. A partir de este acopio de material crítico podremos pasar a

elaborar el estudio conclusivo posterior.

En dicho estudio me propongo presentar, episodio por episodio, una descripción y análisis

de cada una de las secuencias manuscritas desestimadas, estableciendo un cotejo entre la

versión desechada y la definitiva y tratando siempre de apuntar el motivo de la reescritura. Mi

afán se centraría en extraer conclusiones acerca de las dificultades de creación que cada uno

de los episodios planteó al novelista, fijando el núcleo temático y argumental de cada relato y

analizando los esfuerzos de Galdós para lograr el texto definitivo.

Un trabajo así planteado nos permitirá recuperar, mediante la transcripción de los

fragmentos manuscritos desechados, un porcentaje ingente de material narrativo salido de la

pluma de Galdós que hasta la fecha se ha mantenido velado al interés de los críticos, los

cuales no pueden acceder con facilidad a la lectura de los reversos tachados de las cuartillas.

El fin último de este proyecto de investigación se encamina a la fijación de unas variantes

estructurales que permitan derivar conclusiones sobre el proceso de redacción. Nuestro afán

por recuperar todo ese material desechado que ocultan las cuartillas válidas no responde a

intereses meramente documentalistas. La fase anecdótica de conocer cómo pudo haber

planteado inicialmente Galdós sus relatos queda superada en el momento en que el crítico

advierte que del estudio de esos estadios previos de redacción se derivan consecuencias que

inciden en temas de más profundo calado. La crítica textual no puede ni debe reducirse a un

repertorio de variantes. Exige ser planteada con amplitud de miras y un estudio de esta

naturaleza conduce, en última instancia, a cuestiones tan relevantes como la idea de la novela

que tenía don Benito y su particular concepción del oficio de novelista.

Como muy bien dijera el propio Galdós, elogiando la labor de su amigo Clarín en La

Regenta, rastrear las dificultades vencidas y los logros conseguidos con las sucesivas

redacciones de un texto es la manera más atinada de valorar el esfuerzo creador del novelista

y de fijar los aspectos fundamentales de cada uno de sus relatos. Son aquellas secuencias

sobre las cuales el escritor vuelve insatisfecho una y otra vez las que determinan los puntos de

interés de cada texto.

Lamentablemente en el panorama crítico español no se ha acometido una tarea similar para

ninguno de los novelistas del siglo XIX, y Galdós, cuyos manuscritos, en su mayor parte, se

hallan a buen recaudo custodiados en la Biblioteca Nacional, ofrece una oportunidad única

para alumbrar conclusiones sobre los procesos compositivos del género novelesco.

Hasta la fecha llevo transcritos los cuatro primeros manuscritos de la serie, a saber: Las

tormentas del 48, Narváez, Los duendes de la camarilla y La revolución de julio. De todos

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ellos, el de más compleja factura fue Narváez con casi 200 vueltos tachados que se agrupan

en un centenar de secuencias desechadas y luego reescritas. Los datos se hacen más

comprensibles si pensamos que es precisamente Narváez la novela con la que arrancan buena

parte de los hilos argumentales que se prolongarán a lo largo de toda la serie. El manuscrito

de Narváez sí presenta dos versiones sucesivas. No así los otros tres, que son manuscritos de

una única redacción básica revisada profusamente en diferentes puntos del discurso narrativo.

Es importante anotar que todos los manuscritos de esta cuarta serie están escritos con

lapicero, lo cual incrementa sensiblemente las dificultades del crítico, en la misma medida en

que facilitaba al autor borrar y sobrescribir.

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NOTAS

1 Los títulos son:

Las tormentas del 48, Ms. 21.770.

Narváez, Ms.21.771.

Los duendes de la camarilla, Ms.21.772.

La revolución de julio, Ms.21.773.

O´Donell, Ms. 21.774.

Aita Tettauen, Ms. 21.775.

Carlos IV en la Rápita, Ms. 21.776.

La vuelta al mundo en la “Numancia”, Ms. 21.777.

Prim, Ms. 21.778.

La de los tristes destinos, Ms. 21.779.

2 La relación bibliográfica de los estudios galdosianos está notada y comentada en mi edición de Zaragoza,

Institución “Fernando el Católico”, 2001.

3 A propósito de esta discriminación de dos modelos compositivos identificables véase: Pilar Esterán, “Los

mss. de la primera serie de Episodios Nacionales. Hipótesis interpretativa del proceso de redacción”,

Anales Galdosianos, XXXIV, 1999, pp. 13-30.

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