CONCEPTOS Y EXPANSIONES DE LA MÍMESIS
EN GALDÓS
Harriet Turner
Manuel de la Revilla, uno de los mejores críticos del siglo XIX, le dedicó a Galdós un
artículo, celebrándole como el regenerador de la novela española. Dijo que Galdós cultivaba
“la novela más adecuada a los gustos y necesidades de la época; la que pudiera llamarse
psicológico-social, por ser vivo retrato de la agitada y compleja conciencia contemporánea y
plantear los arduos problemas […] que perturban la vida pública y privada de nuestra
sociedad”. A este énfasis sobre el carácter socio-mimético de la novela de Galdós, añadió la
siguiente matización: “modelos de perfecto realismo son las novelas de Pérez Galdós; pero no
de ese realismo que está reñido con toda belleza y toda idea, sino de aquel otro que sin
traspasar los límites de la verdad, sabe idealizar secreta y delicadamente lo que la realidad nos
ofrece”.1
A base de los juicios de Revilla, en este proyecto queremos investigar cómo Galdós logró
integrar las exigencias de la mímesis realista con ese “otro realismo” –menos visible– que
“sin traspasar los límites de la verdad, sabe idealizar secreta y delicadamente lo que la
realidad ofrece”. ¿En qué consiste este “otro realismo?” ¿Cúales son las técnicas novelescas
que utiliza el autor para comunicarnos esas nuevas dimensiones de la realidad? ¿Qué
significación puede tener la noción de “idealizar” la realidad, cómo se reproduce este ideal
sensorialmente y cúales son los valores que tal “idealización” configura en la obra?
Estas preguntas nos llevan, en primer lugar, a considerar de nuevo las diversas teorías del
realismo. Las posturas definidas por Darío Villanueva realismo genético, realismo formal y lo
que él denomina realismo intencional; el análisis que hace Lilian Furst de la dinámica entre
referencialidad y textualidad; y las exposiciones práctico-teóricas que propone Stephen Miller
entorno a la evolución del pensamiento de Galdós proveen el punto de partida para indagar de
nuevo en el esquema básico de autor / emisor --- texto---lector / receptor.
Al mismo tiempo, en este proyecto el centro de atención no es tanto el realismo literario en
sí mismo cuanto el proceso mimético que nosotros, los lectores, experimentamos al leer una
novela de Galdós. Creo que una vertiente de ese “otro realismo” (Revilla) refleja, por parte de
Galdós, una evolución hacia un realismo que pone mayor énfasis en la imaginación y los
modos de representarla que en la observación de los datos y hechos. Respecto a lo que Galdós
denominó la “novela moderna de costumbres” (“Observaciones” 130) se puede discernir el
proceso de la mímesis conforme a tres perspectivas: 1) el autor (o narrador) pinta su mundo,
incidiendo en una especie de alto costumbrismo que reflejará, igual que una fotografía, el
mundo –supuestamente objetivo– de caras y gestos, muebles y vestidos, datos y hechos; la
imagen que simboliza este proceso es el espejo; 2) el personaje, según su modo de sentir y
pensar, se adelanta al primer plano. Ahora el narrador se enfoca sobre el personaje, cuya
realidad interior de percepción y de concienciación es lo que se pretende captar. La narración
–en primera o tercera persona o por una combinación de perspectivas– se enfoca sobre las
diversas operaciones mentales e imaginativas por las cuales el personaje reproduce, por vía de
la mímesis, su versión particular de la realidad; 3) el lector, al asimilar lo que el narrador y los
870
personajes comunican, pasa también por un proceso perceptual que es a la vez mimético y
creativo.
Es de notar que Revilla, crítico y lector de Galdós, se enfoca sobre perspectivas interiores;
así subraya el elemento “psicológico-social” al definir la novela como el “vivo retrato de la
agitada y compleja conciencia contemporánea”. Es decir, Revilla recalca sobre las
perspectivas de narrador y personaje y lo que éstos sienten y piensan, a la vez que registra
sutilmente el proceso mimético que forma parte de la reacción de cualquier lector frente al
texto. Desde su punto de vista y su experiencia como lector, Revilla indaga no tanto en la
existencia de las cosas cuanto el cómo y el porqué de los fenómenos secretos e invisibles
–conciencias esquivas, conductas cambiantes, relaciones inestables– todo manifestado por
diversos actos de habla, por los sueños y delirios y por esas “procesiones que andan por
dentro”, como dijo alguna vez Galdós.
Por otra parte, hay que reconocer que la realidad física y sustancial de una novela sólo
consiste en su conjunto de letras de molde impresas sobre papel; nos ofrece un medio
desprovisto de los atributos sensoriales propios de la pintura, la escultura, y la música (e.g.,
tacto, olfato, gusto, oído). De ahí la pregunta clave: ¿cómo se efectúa ese proceso interior de
reproducir a lo vivo en nuestra mente lo que materialmente apenas existe? Dicho de otro
modo, ¿cómo, mediante la lectura, se produce sensorialmente el fenómeno de la plena
concienciación de cosas y personas–la solidez de un muro o el sudor de la mano?
Entiendo, con Villanueva, que el realismo es una constante de toda arte representacional y
también es una dimensión de lo artístico que deriva de su engarce social. Veo, guiada por
Lilian Furst y Michel Riffaterre, que con el tema de la mímesis surge el problema del texto: el
texto mimético se refiere no sólo a las cosas sino a un sistema de signos ya pre-existentes;
estos signos conllevan –saturados ya– una mentalidad, una visión, una ideología, que colorea,
para decirlo así, la manera en que se percibe la realidad o, incluso, se llega a determinar cómo
sea esa realidad. Y recurriendo a la “llave maestra” (149) de la crítica literaria escrita por
Galdós, así identificada por Stephen Miller en su libro sobre la teoría y práctica sociomiméticas,
mantengo vigente la amplia gama estética manifestada por la obra galdosiana–
gama que se evidencia por el predominio –o no– de lo socio-mimético, lo simbólico, lo
humano, lo formal-narrativo.2
Ahora bien: por esa misma expansión y variedad de conceptos conviene orientarnos hacia
la vertiente de la estética galdosiana que Revilla asocia con la evocación de “otro realismo”;
es decir, queremos explorar la vertiente que alude al proceso mimético que surge a través de
la percepción del lector. Se trata de dilucidar ese mecanismo que desplaza el enfoque
narrativo desde los objetos en sí a los modos de ver y de sentirlos sensorialmente; así
podemos identificar los códigos autoriales que promueven y enmarcan las experiencias
sensoriales que la lectura produce en la imaginación del lector. Siguiendo el análisis que
Elaine Scarry hace en su libro Dreaming By the Book (1999) (‘Soñar por el libro’), en este
proyecto se propone investigar el proceso mimético que ocurre cuando, al leer una novela de
Galdós, reproducimos por la imaginación las cualidades sensoriales intrínsecas o inherentes a
las cosas y a las personas–la solidez de un muro, como el que se interpone entre Maxi y el
convento de las Micaelas, en Fortunata y Jacinta, o el sudor de la mano que Torquemada
–“Todo él craso, resbaladizo y repulsivo”– extiende hacia nosotros al saludar (Torquemada en
la hoguera, 15).
¿Cúales son los códigos –los secretos signos del texto– que recrean en nuestra imaginación
las cualidades de vista, tacto, sonido, gusto, y olfato que configuran respectivamente la
871
solidez de un muro y el sudor de una mano cuando, en realidad, ni solidez ni sudor existen
sensorialmente en el tiempo-espacio de la lectura? El objetivo es explicar este proceso de
traslación del sentido recto, que se refiere a la realidad física y limitada de unas letras de
molde, al sentido vivo y figurado, cuyo contenido sensorial es producto de la mímesis
perceptual; este contenido sensorial no existe sino por la imagen que el texto mismo produce,
imagen que vemos y tocamos y oímos aunque en realidad no experimentamos ninguna de esas
sensaciones.
Dijo Menéndez y Pelayo que Galdós, en Fortunata y Jacinta, logró crear “la ilusión de
vida” (101) y escribió Manuel de la Revilla que las novelas de Galdós son “modelos de
perfecto realismo […] pero no de ese realismo que está reñido con toda belleza y todo ideal,
sino de aquel otro que sin traspasar los límites de la verdad, sabe idealizar secreta y
delicadamente lo que la realidad nos ofrece”. Dar razón de esa “ilusión de vida” y de ese “otro
realismo” es el propósito de este proyecto en desarrollo sobre la estética mimética de Galdós.
872
BIBLIOGRAFÍA
FURST, L. R., All is True: The Claims and Strategies of Realist Fiction, Duke UP, Durham, 1995.
Historia de la literatura española, Siglo XIX (II), Editor general Víctor García de la Concha, Coordinador
Leonardo Romero Tobar, Espasa Calpe, Madrid, 1998.
MENÉNDEZ Y PELAYO, M., Don Benito Pérez Galdós, Estudios y discursos de crítica literaria, V.
Santander, 1942.
MILLER, S., El mundo de Galdós. Teoría, tradición y evolución creativa del pensamiento socio-literario
galdosiano, Sociedad Menéndez y Pelayo, Santander, 1983.
PÉREZ GALDÓS, B., Fortunata y Jacinta, Vols I, II, Ed. Francisco Caudet, Cátedra, Madrid, 1983, 1985.
_ Observaciones sobre la novela contemporánea (1870) y “La sociedad presente como materia
novelable” (1897), en Ensayos de crítica literaria, ed. L. Bonet., Península, Barcelona, 1999,
pp. 123-139, pp. 218-226.
_ Torquemada en la hoguera, Alianza, Madrid, 1996.
SCARRY, E., Dreaming by the Book, Ferrar, Straus, Giroux, New York,1999.
VILLANUEVA, D., Theories of Literary Realism, Suny Up, Albany,1997.
873
NOTAS
1 “Boceto literario” dedicado a Galdós y publicado en el volumen XIV (1878) de la Revista Contemporánea.
La referencia y la cita vienen de la sección titulada “La génesis del Realismo y la novela de tesis” por Juan
Oleza (pp. 410-436) en el Capítulo 4: Prosa narrativa. Entre literatura fantástica y relato realista,
Historia de la literatura española. Siglo XIX (II).
2 En la exposición de este proyecto en desarrollo, quiero hacer constar la consulta sobre el realismo literario
compartida con mi colega Oscar Pereira Zazo de la Universidad de Nebraska-Lincoln.
874