BENITO PÉREZ GALDÓS EN EL CINE MEXICANO
EL CASO DE DOÑA PERFECTA
John H. Sinnigen
La obra de Benito Pérez Galdós ha tenido una fervorosa acogida en México desde el
momento de la publicación de Trafalgar en el folletín del periódico La Iberia en 1874. Entre
ese año y 1899 hubo 35 ediciones de obras galdosianas en México, el mayor número de
ediciones de la obra de un escritor extranjero en el país en el siglo XIX (Sinnigen). Según
Enrique Olavarría y Ferrari, entre 1892 y 1909 se estrenaron 8 obras teatrales de Galdós en
México, y hubo un total de 28 representaciones de dramas suyos. En cuanto al cine, hay 8
películas mexicanas basadas en obras galdosianas producidas entre 1943 y 1997. Las 8
películas mexicanas constituyen el mayor número de películas “galdosianas” fuera de España.
Todas ellas se han transmitido por la televisión mexicana y, con la excepción de Adulterio,
siguen estando vigentes en la programación de Televisa, el Canal 11 y De Película.1
Título Año Director Productor Estreno en México
Adulterio 1943 José Díaz Morales Francisco Hormaechea 1/3/45
Sobre El abuelo 1897, teatro 1904
La loca de la casa 1950 Juan Bustillo Oro J. Bustillo Oro y Gonzalo
Elvira
26/10/50
Sobre La loca de la casa 1892, teatro 1894
Doña Perfecta 1950 Alejandro Galindo Francisco de P. Cabrera 10/10/51
Sobre Doña Perfecta 1876, teatro 1906
Misericordia 1952 Zacarías Gómez Urquiza Manuel Altolaguirre 13/3/53
Sobre Misericordia 1897
La mujer ajena 1954 Juan Bustillo Oro Jesús Grovas 27/10/54
Sobre Realidad 1889, teatro 1892
Nazarín 1958 Luis Buñuel Manuel Barbachano Ponce 4/6/59
Sobre Nazarín 1895
Solicito marido para
engañar
1987 Ismael Rodríguez Ismael Rodríguez 22/12/88
Sobre Lo prohibido 1884
El evangelio de las
maravillas*
1997 Arturo Ripstein Co-producción 26/2/99
*Evangelio es una adaptación de segunda generación, puesto que está inspirada en el Nazarín de Buñuel.
Doña Perfecta. 1950. Alejandro Galindo. Introducción
El director, Alejandro Galindo, nació en Monterrey, Nuevo León en 1906. Por motivos
políticos su familia se trasladó a la ciudad de México, lugar donde, en 1912, se murió su padre,
obligando a la madre a trabajar para mantener a la familia mientras los chicos a hacían y
vendían tortas en los comedores escolares. Estudió en una escuela pública. Según el director:
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“Todo eso me había de servir, toda esta serie de impresiones, porque en el colegio de gobierno
fue donde sentí la diferencia de clases y sobre todo la diferencia de pigmentos” (Cuadernos 2,
93).
Como muchos cineastas, en su niñez Galindo hacía novillos para ir a los estudios
cinematográficos por curiosidad y luego comenzó a hacer trabajitos en el estudio México
Films. Su madre le exigió que terminara una carrera, pero, harto de sus estudios de
odontología, a los veinte años se fue a Hollywood. Durante este periplo de aprendizaje
coincidió con otros mexicanos, —Dolores del Río, Chano Urueta, Raúl de Anda— y comenzó
a criticar la hegemonía del cine americano y su complicidad con el gobierno de ese país y de la
imagen dorada del american way of life. Sin empleo después del crack de 1929, regresó a
México en 1930. Trabajó varios años en la radio y debutó como director con Almas rebeldes
en 1937. Su primer éxito fue con Campeón sin corona en 1945, película con la que se
consagró como director de ambientes urbanos. Luego de Campeón, vendrían ¡Esquina, bajan!
(1948), Hay lugar para dos (1948) y Una familia de tantas (1948), otros tantos éxitos
urbanos hechos con el lenguaje del pueblo (Ciuk 257-58). Ganador de numerosos premios
nacionales e internacionales, Galindo fue homenajeado por la Cineteca Nacional, la cual le
puso su nombre a la sala número 5. Murió en la ciudad de México en 1999. Su Capitán de
rurales es también de 1950.
El productor, Francisco Cabrera nació en 1900. En 1938 produjo, también con Galindo
como director, Refugiados en Madrid, el único destacado filme mexicano que simpatizaba con
los republicanos españoles. Entre otros éxitos suyos se encuentran María Candelaria (Emilio
Fernández 1944) donde reunió por primera vez a los componentes de la “escuela mexicana de
cine” (Emilio Fernández, Dolores del Río, Pedro Armendáriz y Gabriel Figueroa), la segunda
versión de Santa (Norman Foster, 1943) y la irónica Ni sangre ni arena con “Cantínflas”
(Alejandro Galindo 1941). Amigo de la vida nocturna de la ciudad de México, “se le reconoció
alta autoridad en la preparación del martini seco” (Trujillo). Falleció en México en 1965.
Según Galindo la idea de hacer Doña Perfecta fue de Cabrera (Los que 9).
La más prominente de los actores estelares fue Dolores del Río (Perfecta), hija de una
familia mexicana de alta alcurnia, nacida en Durango en 1904. Debutó en el cine
hollywoodiano con Joanna de Edwin Carewe en 1925. Después de una exitosa carrera en
Estados Unidos, regresó a México donde se destacaron su gran belleza y la fama internacional
asociadas con su figura. Ella y María Félix fueron las divas de la época de oro (Peredo Castro
Alma 209-10).
“Entre los mejor cotizados y más queridos del público cinematográfico”, Carlos Navarro
(Pepe) fue un “prototipo del galán romántico” de “silueta atractiva” y “porte definitivo”. Hizo
un “magnífico trabajo” al lado de Dolores del Río en Doña Perfecta. Para el actor, esta
película representó “la de mayor satisfacción artística, la más cuidada y mi consentida por
muchas razones más” (Cinema Reporter números 878 y 909).
Una de 13 niños de una familia de hacendados, Esther Fernández (Rosario) nació en Jalisco
en 1920, y su familia se trasladó a la ciudad de México cuando tenía cinco o seis años.
Terminó la escuela secundaria en Los Ángeles, California. Al lado de una tía actriz, fue
creciendo entre ambientes de cine, trabajó algunos años como extra y en papeles menores y,
como actriz inexperimentada, hizo su primer papel estelar en el gran éxito internacional Allá en
el Rancho Grande (Fernando de Fuentes 1936), frente al famoso cantante Tito Guízar.
Benito Pérez Galdós en el cine Mexicano…
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Después de ese éxito, le llegaron numerosos contratos, pasó varios años en Hollywood y
regresó a México para hacer la tercera versión de Santa en 1943 bajo la dirección de Norman
Foster. Sus papeles siguen el modelo de Crucita en Allá en el Rancho Grande, la noble, bella y
humilde joven que conquista el corazón del apuesto y joven protagonista. En los años
posteriores también trabajó en el teatro y en la televisión. Murió en 1999 en la ciudad de
México. (“Esther Fernández”)
Julio Villarreal (don Inocencio) nació en Lérida, España en 1888, hijo de una importante
familia del teatro español. Emigró a México en su adolescencia y se dedicó al teatro. Fue a
Hollywood para trabajar como actor y director en las películas hechas en español. Regresó a
México e hizo su primer estelar en Profanación (Chano Urueta 1933); luego se consolidó
como un actor de carácter, representando burgueses con ideales porfiristas, aristócratas o
gente de elevada clase. Fue el abuelo en Adulterio (José Díaz Morales 1943), basada en El
Abuelo de Galdós, la primera adaptación de una obra del autor al cine mexicano. Murió en
México en 1958 (Ortega Torres 00176).
La película
En su película, Alejandro Galindo traslada la lucha entre carlistas y unos liberales divididos
en la España de 1876, el año de la publicación de la novela, a las luchas entre conservadores y
otros liberales divididos en el México de la misma época, ya que el pronunciamiento de
Porfirio Díaz contra el gobierno de Lerdo de Tejada también es de 1876.
Sinopsis analítica
Después de los créditos iniciales aparecen estas palabras en la pantalla: “Esta historia ha
sido situada en el México del último tercio del siglo XIX” seguidas por:
en lo que condenas a otro, te condenas a ti mismo: haciendo, como haces tú, aquellas
mismas cosas que condenas. Vosotros sois la causa, como dice la escritura, de que
sea blasfemado el nombre de Dios. Epístola de San Pablo, ep. 11 vers. 1 y 24
y luego por:
Es cuanto por ahora podemos decir de las personas que parecen buenas y no lo son.
Benito Pérez Galdós.
Así que la película comienza anunciando unas relaciones intertextuales tanto bíblica como
galdosianas en esta representación de los inicios del porfiriato.
En las primeras secuencias de la película se enuncian los conflictos que son el eje de ella. Se
trata de dos llegadas. Después de una vista panorámica de un pueblo mexicano, la primera
secuencia tiene a Cayetano y al juez don Pedro en un primer plano hablando del proyecto de
aquél de escribir la historia de Santa Fe, el significativo nombre del pueblo. En ese momento se
oyen fuertes aldabonazos en la puerta, anunciando la llegada de doña Perfecta y su séquito.
Todos los ojos vuelven sobre la estatuaria y erótica figura de Perfecta/Dolores del Río,
anunciando tanto el atractivo físico como la autoridad de la protagonista. A Perfecta la sigue
su hija Rosario, la tímida, obediente heroína romántica. “Señora, carta de México”, anuncia un
criado, y esta carta de Juan Rey señala la próxima llegada de su hijo Pepe, el forastero que
VIII Congreso Galdosiano
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rompe la rutina de la vida pueblerina. Perfecta y Rosario se ponen contentas; Perfecta agradece
la oportunidad de corresponder a “todo lo que debemos” a su endiosado hermano Juan.
También ven las dos el matrimonio en puerta. Llega el archihipócrita don Inocencio, cura
fracasado convertido en abogado defensor de los derechos eclesiales contra las leyes de la
Reforma, y tras él el anuncio de la llegada de otras inquietantes noticias de la capital, las
reformas positivistas en la educación, en este caso concreto la prohibición de la enseñanza de
la religión en las escuelas, mientras al mismo tiempo se informa sobre la rebelión del general
Porfirio Díaz contra el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada.2 El juez declara su oposición al
levantamiento ya que se trata de otro liberal, pero Inocencio y Perfecta se frotan las manos: las
contiendas entre liberales pueden ayudar a los conservadores a restaurar su poder.
En estas secuencias se ponen de manifiesto el erotismo y la autoridad de Perfecta, el
carácter obediente de Rosario, el papel manipulador de Inocencio al guiar a la poderosa
Perfecta, la inutilidad del débil hermano historiador y de los poderes locales, la alianza entre los
poderes fácticos y el porfirismo, y el anunciado amor entre primos. Las dos noticias, la llegada
de Pepe y la contienda política, vienen de la capital y constituyen los ejes de esta historia del
poder y del amor.
Con la llegada de Pepe Rey se agudizan estos conflictos. Camino a Santa Fe, Rey y
Cristóbal Ramos, el bravucón brazo derecho de Perfecta, son detenidos por unos soldados y
llevados ante el capitán Pinzón, el cual tiene problemas con unas semillas. El ingeniero
agrónomo le da una solución a dicho problema, y así se establece una alianza entre Rey y
Pinzón, la ciencia y el ejército federal, una alianza que evidentemente disgusta a Ramos, el que
luego le cuenta el incidente a Perfecta. Llegados a la casa, Pepe declara que, gracias a la
descripción de su padre: “Nada de esto es nuevo para mí”. Rosario baja la escalera,
intercambia miradas embelesadas con su primo y le enseña su cuarto, debidamente preparada
por ella, y Pepe, encantado, observa que: “Ya me parece que he vivido aquí toda mi vida”.
Perfecta viene de la misa, y el primer encuentro entre ellos es una escena de reconocimiento
familiar, un fuerte abrazo seguido por preguntas sobre la salud del padre de Pepe, el que ha
sido “más que un hermano para mí”, según Perfecta, quien también afirma que Pepe se parece
claramente al padre del cual es un digno hijo. Van todos al comedor, donde Pepe reconoce:
“¡Qué bien se está aquí!”, otra afirmación de una especie de vuelta al hogar que declara el
joven varias veces. Son nostálgicas escenas de reconocimiento familiar en las que se
representan fuertes vínculos entre padre/tío y madre/tía y entre primos. La promesa del futuro
seguro y feliz reside en estos vínculos que ya existían antes de este encuentro.
En seguida se desmorona dicha promesa. Perfecta, como buena inquisidora, manda quemar
unos libros “heréticos” que Pepe le ha traído a Cayetano, entra don Inocencio, acompañado de
su hermana, ya no sobrina, como en la novela, Remedios, y su sobrino Jacinto, y comienzan los
recurrentes altercados entre el altanero e irónico ex-seminarista y abogado y el también
altanero pero ingenuo ingeniero. Pepe afirma que “La abogacía es una profesión que
aborrezco” mientras Inocencio mantiene que se vale de su profesión para ayudar a la Iglesia a
recuperar los bienes confiscados por las leyes de la Reforma y que en eso tiene un importante
apoyo en su sobrino, el también abogado Jacinto. Pepe lamenta toda la pobreza que ha visto en
el pueblo, y Perfecta replica que para eso está la caridad. En Inocencio y Pepe se representa
una oposición entre el fanatismo católico y la ciencia, entre los valores tradicionales y los
modernos, entre el hombre del mundo y el aldeano, y Pepe, irritado, se defiende con torpeza.
Los dados están echados. La atracción del amor entre primos se enfrenta a la repulsión de
Inocencio/Perfecta ante el peligro representado por el forastero.
Benito Pérez Galdós en el cine Mexicano…
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El conflicto político se articula con el familiar camino al enfrentamiento. Perfecta es la
presidenta de las damas de la Vela Perpetua y la jefa de los conspiradores. Figura andrógina,
funciona en el papel tradicionalmente femenino de directora de las caritativas señoras al mismo
tiempo que desempeña la función típicamente masculina de jefe militar; de hecho es la única
mujer en la reunión de los conspiradores donde, mediante amenazas económicas, logra el
apoyo de incluso los más renuentes. Es la reconocida autoridad política, económica y religiosa;
en efecto, el obispo apenas aparece, y tan sólo tienen efectiva presencia las manifestaciones de
su obediencia ante las órdenes de Perfecta. La corrupción de su mando se representa en unas
palabras de Inocencio: “Sería conveniente, señora, que usted promoviera un avalúo del predio
que tenían las Ursulinas, lo puede conseguir a buen precio, antes que lo requise el gobierno”.3
Es decir, detrás de la máscara de la caridad, Perfecta manipula las retóricamente destadas
reformas liberales para aumentar su propio patrimonio. Su autoridad y la impotencia de Pepe
ante ella, se representan en la brillante secuencia metafórica del jardín. Seguido por Ramos y su
criada Librada, Perfecta intercala órdenes militares con órdenes de horticultura. Las plantas
vitales que cuida son, irónicamente, también las armas letales y los hombres violentos que
maneja. Aparece Pepe y recibe una carta de México que anuncia su destitución. La próxima
muerte del sobrino la predice Perfecta al pronunciar ante Inocencio la salvación de unas flores
enfermas por medio de una insecticida: “Vea usted, para cada alimaña hay un veneno”. Las
plantas y las armas en orden, Perfecta e Inocencio se preparan para el levantamiento en favor
de Porfirio Díaz y para la eliminación del peligro familiar.
Por fin Pepe y Rosario logran verse en la capilla de la casa donde, bajo los pies de un
crucifijo y en medio de un maniqueo claro oscuro producido por el paso de la luz por las rejas,
él afirma que cree en Dios y ella que: “éste es mi esposo”. Perfecta los descubre, y se
intensifican los combates. Pepe dice que se va a llevar a Rosario que la ley está de su parte
mientras Perfecta jura que “Primero muerta que tuya”, y Pepe se marcha de la casa. Ante la
aquiescencia de su hermano, Remedios teje su complot para que Ramos dé “un susto” a Pepe.
Llegan los soldados, se reafirma la alianza entre Pepe y el capitán Pinzón, son detenidos
muchos participantes en el levantamiento, aunque a Ramos no lo encuentran, Pinzón se instala
en la habitación que fuera del ingeniero —la fuerza militar en el lugar de la ciencia— le entrega
a Pepe la llave de la puerta de la huerta, y todo está en su lugar para el enfrentamiento final.
Acompañado por una melodramática tormenta, Pepe llega a la huerta, seguido de cerca por
Remedios y Ramos. Perfecta descubre a Rosario con la intención de marcharse con su primo,
Remedios le informa que Pepe ya está dentro de la casa, éste se asoma, y Perfecta le ordena a
Ramos dos veces: “¡Mátalo Cristóbal!”. Ramos dispara, dejando muerto a Pepe. Entran Pinzón
y las tropas, Rosario se acerca al cadáver de su primo y se resiste ante las órdenes de su madre
de apartarse: “Yo no soy su hija… Usted es toda mentira… Retírese de mí; no se me acerque.
Que Dios me perdone, pero la aborrezco”. Rosario se va en compañía de los soldados, los
cuales parecen detener a Ramos. Perfecta huye a la capilla donde, arrodillada delante del
crucifijo, pide misericordia, pero la intensificación de la tormenta parece negársela.4
Finaliza la película con la repetición de las palabras galdosianas:
“Es cuanto por ahora podemos decir de las personas que parecen buenas y no lo son”.
Benito Pérez Galdós.
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Comentarios. Parecidos y diferencias entre la novela y la película
En su película, Alejandro Galindo traslada la lucha entre carlistas y unos liberales divididos
en la España de 1876, el año de la publicación de la novela, a las luchas entre conservadores y
otros liberales divididos en el México de la misma época, ya que el pronunciamiento de
Porfirio Díaz contra el gobierno de Lerdo de Tejada también es de 1876. Siguiendo este
parecido, Galindo hace una película fiel al argumento galdosiano con las debidas
condensaciones y los cambios necesarios para representar la vida rural del México de aquel
entonces. Inserta el argumento en el ambiente de la larga lucha entre conservadores y liberales
en México y mantiene las atracciones familiares y conflictos familiares y sociales. El intenso
amor entre primos se alía con la ciencia, el gobierno central y el ejército liberal contra unas
fuerzas reaccionarias y beatas.
El maniqueísmo de la novela se conserva en la película, y en los dos casos está atenuado por
la altanería del “bueno”, Pepe. La condena a la hipocresía de la novela se repite literalmente en
la película que se abre y se cierra con una cita textual: “Es cuanto por ahora podemos decir de
las personas que parecen buenas y no lo son”. Tanta insistencia parece subvertir el mensaje
mismo. Es cierto que Perfecta es asesina, que Inocencio es manipulador, que Remedios mata,
pero expresado así, como una crítica de la hipocresía del conservadorismo, el mensaje queda
inaceptablemente corto ante los dos textos en los que se representan unas complejas redes de
instituciones, valores y sentimientos, inmersos todos en unos análisis socio-psíco-históricos y
en la representación de sendas alegorías nacionales.
Los finales de las dos obras son problemáticos. Galdós sustituye por el final de la primera
edición otro final menos melodramático y más realista (Cardona). Por su parte, Galindo
introduce otra modificación destacada, ya que Rosario se enfrenta directamente a su madre en
vez de someterse al exilio de un manicomio. Los dos parecen ser insuficientes. En el final
galdosiano el aparente arrepentimiento de Perfecta e Inocencio no coinciden con la fuerza de
sus convicciones y de su deseo de deshacerse del peligroso forastero. Por otra parte, la
aseveración de Cayetano en cuanto al “arreglo” entre conservadores y liberales parece ser una
temprana y aguda evaluación galdosiana de la política pactada de la Restauración. En la
película Galindo sigue la línea galdosiana de representar las fuerzas vitales por medio de un
personaje femenino. En este sentido el optimismo manifiesto en la rebeldía de la que fuera
obediente hija, parece representar la esperanza del director en un México en que las fuerzas
vitales se rebelen contra unas reaccionarias instituciones y unos retrógrados valores sociales y
familiares. El cinismo ante el futuro de tales rebeliones en el actual contexto político, tanto el
de 1876 como el de 1950, se representa en la actitud titubeante de Pinzón y sus soldados,
quienes no están en la casa cuando su aliado los necesita, y que facilitan la huída de Rosario y
la acompañan a la salida, pero no se enfrentan a su madre asesina cuando se refugia dentro de
la casa para evadir las tormentas natural, familiar y política en la huerta. Típico del melodrama,
este fin es más esperanzador que el de la novela, pero tal sentido de esperanza, tanto en 1876
como en 1950, no parecería tener fundamento.
Anuncios y reseñas críticas
La campaña publicitaria del film comienza en El Universal el 7 de octubre de 1951. Ese día
aparece un gran anuncio que se centra en Dolores del Río. Además del retrato de ella en el
papel de Perfecta, hay pequeños retratos de Esther Fernández, Rosario, y de Carlos Navarro,
Pepe Rey. Se señala que la película es “de la novela de don Benito Pérez Galdós, que es “la
Benito Pérez Galdós en el cine Mexicano…
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historia de una gran mujer que se creyó instrumento divino y pagó su vanidad con inmensa
amargura…!!” y que es “una película que honra al cine de habla española” (11-3a sección). En
el anuncio del estreno (11/10/1951) se señala que:
El licenciado Jesús Castillo López, Director General de Cinematografía, escogió la
película Doña Perfecta como la más digna por su calidad artística, para representar a
México en el Festival Bienal de Venecia. La premura de tiempo impidió a esta
extraordinaria producción concursar en dicho festival. Esto pone de manifiesto la alta
calidad de Doña Perfecta que hoy exhibe el Teatro Metropolitano (21).
En otro anuncio del 15/10/1951 el filme es descrito como: “La tragedia de una novela de
Benito Pérez Galdós de una mujer que se creía buena... El dolor de una hija que se creía bien
amada... La historia de un pueblo que era regido por una mujer excepcional”. En el anuncio de
Excelsior del 21/10/1951 se señala que: “Jamás se expuso mejor el drama de las mujeres
soberbias. Nunca se vio una madre más amante y cruel”. Los anuncios siguen hasta el
23/10/1951, su último día en cartel.
El 13 de octubre de 1951 “El Duende Filmo” escribe en “Nuestro Cine” de El Universal
que con Doña Perfecta, Galindo:
ha realizado… su mejor trabajo como director de cine. Es una versión de la conocida
obra de don Benito Pérez Galdós a la que se le hicieron algunas modificaciones para
trasladar su acción a México, pero sin traerla a nuestros días, error que se ha
cometido con otras obras extranjeras llevadas a la pantalla y que han resultado
anacrónicas y falsas, porque los problemas ya no son los de ahora, o, por lo menos,
tienen otras modalidades. (17)
El artículo es elogioso, ya que “El Duende Filmo” considera que se trata de “una película
notable”, que “en general no hay un artista cuya actuación desentone en ese conjunto” y que
“Galindo cuidó todos los detalles de la cinta, logrando que Dolores del Río perdiera en gran
parte su manera monótona de decir los diálogos” (26).
Para el “Anotador” en “Últimos estrenos” en El cine gráfico el 21 de octubre de 1951,
“[g]ustará en lo general”, pero encuentra que la adaptación es inexacta, ya que pone: “la acción
en México en un sentimiento de anticatolicismo, falseando esa época del siglo XIX, pues ya los
bienes del clero habían sido decomisados por el gobierno de Juárez”. Sus calificaciones son:
Argumento 8. Dirección 10. Interpretación 8. Valor artístico 6. Valor taquilla 10 (8).
Para Fortunato Flores Márquez en el Cinema Reporter del 1 de mayo de 1952, Doña
Perfecta es la mejor película mexicana de 1951.
“Ariel” (Novedades 16/10/1951) considera que de las costumbres religiosas representadas
en la película “no queda ni el menor vestigio de ellas” en México. Sin embargo juzga que es
“una película de triunfo” (Citado en Peredo Castro Alma 354-55).
Fernando Sánchez Mayans (El Nacional 25/10/55) señala: “Cosas inexplicables de nuestro
cine: Doña Perfecta, la última cinta de la señorial Dolores del Río, que tanto éxito ha tenido en
su cine de estreno, hoy será retirada del cartel, para ser sustituida por un ‘culebrón’
americano” (citado en Peredo Castro Alma 355).
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Álvaro Custodio (Excelsior 10/55) considera que la novela galdosiana “es la síntesis de la
vida española, desde Fernando VII a nuestros días”, pero no le parece apropiada la actuación
de Dolores del Río. Sin embargo, considera que es la mejor película del año.
El film evoca el entusiasmo de Hortensia Elizondo el 20 de octubre en Hoy, tanto la
dirección como la adaptación como el trabajo de los actores. Sus únicos “peros” son el
excesivo melodramatismo de Esther Fernández al final y el anacrónicamente sugerente
vestuario de Dolores del Río.
Otra reacción entusiasta se encuentra en Rafael Solana (Hoy 27/10) quien encuentra que la
película es tan buena como aburrida, debido a la duración de dos horas y el ritmo “solemne”.
Doña Perfecta es de las pocas películas mexicanas de estos años elogiadas por Ayala
Blanco, el cual considera que la adaptación está bien hecha en su “elocuencia del odio”:
La novela ha sido reducida a sus líneas de fuerza; el pueblo español Orbajosa se ha
transformado en una pequeña ciudad del centro de la República mexicana, venero de
familias rancias con resabios coloniales, y el naturalismo galdosiano se hace pasar por
la criba de una estilización expurgadora de cualidades extrínsecas.
…
El personaje galdosiano acaba de arraigar por derecho propio en el oscuro transcurrir
de las pequeñas ciudades mexicanas para delatar la permanencia de un pasado
oprobioso. (255, 261)
A García Riera, en cambio, no le gustó:
Más objetable resulta a mi juicio que la crítica al espíritu conservador fuera hecha con
timidez, muchas precauciones y aparente temor a la reacción negativa de un público
no acostumbrado al exceso jacobino… El propio Galindo pareció afectado por un
ataque de circunspección bastante raro en él y se prohibió los desbordamientos, los
tumultos y el menor asomo de espontaneidad. Le salió en consecuencia una película...
correcta, rígida, fría y habitada por actores monótonos e inexpresivos. (312)
Cuando se pasa por la televisión el 8 de agosto de 1991, Excelsior considera que: “Esta es
una de las joyas cinematográficas de nuestro país... Una gran novela española de Benito Pérez
Galdós, que fue muy bien adaptada por Alejandro Galindo al México del último tercio del siglo
XIX, con la consiguiente lucha entre liberales y conservadores”.
En el número 9 de la serie en video Los que hicieron nuestro cine Julio Alejandro opina que
doña Perfecta es el mejor papel de la vida de Dolores del Río, Alberto Bojórquez considera
que es la mejor película de Galindo desde una perspectiva formal, y Mauricio de la Serna que
es sencillamente la mejor película del director.
En un reciente juicio académico, Peredo Castro considera que Doña Perfecta es la mejor
adaptación de una novela durante el alemanismo y que: “es una impresionante recreación
dramática del enfrentamiento entre ideas liberales y conservadoras, entre la falsa religiosidad y
la honestidad moral, entre progreso y reaccionarismo retardatario, entre la impiedad y la
Benito Pérez Galdós en el cine Mexicano…
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solidaridad” (“Cine e historia” 389). Peredo Castro hace, además, un sugerente análisis de la
crítica socio-política del filme tanto ante el alemanismo como ante la Reforma de 1857.
Según los casi unánimes criterios de los críticos mexicanos, y de los nuestros, Doña
Perfecta es una película excepcional. Sin embargo, su buena fama no ha alcanzado un nivel
internacional, tal vez debido a aquel desafortunado cálculo de los tiempos de los festivales
internacionales: “En virtud de su valor, Jesús Castillo López, a la sazón director general de
Cinematografía, eligió a Doña Perfecta para representar a México en el Festival de Venecia,
donde no pudo finalmente participar por no haberse enviado una copia de ella con
oportunidad” (Peredo Castro “Cine e historia” 389-90).
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APÉNDICE
Titulo: Doña Perfecta
Año: (1950)
Producción: Cabrera Films, Francisco de P. Cabrera;
Gerente de producción: Adolfo Torres Portillo;
Jefe de producción: Guillermo Alcayde;
Distribución: Columbia pictures.
Dirección: Héctor Alejandro Galindo Amescua
Asistente: Jesús Marín.
Argumento: sobre la novela de Benito Pérez Galdós:
Adaptacion: Iñigo de Martino, Francisco de P. Cabrera, Alejandro Galindo y Gunther Gerszo.
Fotografía: José Ortiz Ramos,
Operadores de cámara: Manuel González, Carlos Sorensen y Luis García
Música: Gustavo César Carrión: violín solista: Higinio Ruvalcaba
Sonido: Manuel Topete y Galdino Samperio
Escenografía: Gunther Gerszo;
Vestuario: Armando Valdez Peza;
Maquillaje: Noemi Wallace
Edición: Fernando Martínez
Interpretes: Dolores del Río (Perfecta), Esther Fernández (Rosario),
Carlos Navarro (Pepe Rey), Julio Villarreal (don Inocencio), José Elías
Moreno (Cristóbal Ramos), Natalia Ortiz (doña Remedios),
Ignacio Retes (Jacintito), Rafael Icardo (don Cayetano), Manuel Arvide
(capitán Pinzón), María Gentil Arcos (Librada, criada), Bruno Márquez
(José Juan Arciniegas o Juan Tafetán, farmacéutico), Salvador Quiroz
(don Pedro, juez), Héctor Mateos (jefe político), Hilda Vera.
Filmada a partir del 23 de octubre de 1950 en los estudios Churubusco,
Estrenada el 10 de octubre de 1951 en el cine Metropolitan.
Filmografía de Héctor Alejandro Galindo Amescua
1937 Almas Rebeldes
1938 Refugiados en Madrid
Mientras México duerme
1939 Corazón de niño/codir.
El muerto murió
1940 El monje loco
1941 Ni sangre ni arena
El rápido de las 9:15
Virgen de medianoche/El imperio del hampa
1943 Konga roja
Divorciadas
Tribunal de justicia
1944 La sombra de Chucho el Roto
1945 Tú eres la luz
Campeón sin corona
1946 Los que volvieron
1948 ¡Esquina bajan!
Hay lugar para dos
Una familia de tantas
1949 Confidencias de un ruletero
Cuatro contra el mundo
1950 Capitán de rurales
Doña Perfecta
1951 Dicen que soy comunista
1952 El último round
Benito Pérez Galdós en el cine Mexicano…
809
Los dineros del diablo
Por el mismo camino
Sucedió en Acapulco
1953 Espaldas mojadas
Los Fernández de Peralvillo
La duda
Las infieles
1954 Y mañana serán mujeres
Historia de un marido infiel
1956 Policías y ladrones
Hora y media de balazos
Tu hijo debe nacer
Esposa te doy
1957 Piernas de oro
Te vi en TV
Manos arriba
Echenme al gato
1958 Raffles
La edad de la tentación
El supermacho
México nunca duerme
La vida de Agustín Lara
1959 ¡Ni hablar del peluquín!
Ellas también son rebeldes
1960 Mañana serán hombres
1961 La muerte y el crimen
1967 Corona de lágrimas
1968 Remolino de pasiones
1969 Cristo 70
1970 Verano ardiente
Simplemente vivir/Aprendiendo a vivir
1971 Tacos al carbón
Triángulo
Pepito y la lámpara maravillosa
1972 San Simón de los magueyes
1973 El juicio de Martín Cortés
Ante el cadáver de un líder
1974 …Y la mujer hizo al hombre
1977 Las del talón
Que te vaya bonito
Mojados/Wetbacks
1978 Milagro en el circo
1979 Dimas de León
El giro, el pinto y el colorado
1981 Cruz de olvido
El sexo de los pobres
1982 El color de nuestra piel
1985 Lázaro Cárdenas
VIII Congreso Galdosiano
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OBRAS CITADAS
Adulterio. Dir. José Díaz Morales. México. 1943.
Allá en el rancho grande. Dir. Fernando de Fuentes. México. 1936.
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NOTAS
1 Datos generosamente aportados por el licenciado Luis Terán, coordinador fílmico de la dirección general
de programación de Televisa, por Manolo Reyes del Canal 11 y por Armando Escandón y Juan Bernardo
Reyes de DPEL.
2 En la novela D. Inocencio es cura. Según Galindo, Cabrera lo convirtió en laico porque él era católico y no
quería meterse con los curas (Los que hicieron nuestro cine 9).
3 Véase Peredo Castro “Alejandro” 169-71.
4 En el guión el final se prolonga en una secuencia en que Inocencio también abandona a Perfecta.