Nº 13

Marzo/Abril 2004

AQUÍ NO PAGA NADIE

Darío Fo no llega a fin de mes

LA CASA DE

LOS SIETE BALCONES

Un melodrama poético de

Casona sobre el amor perdido y

la avaricia

INFANTIL CUYÁS

Profetas de Mueble Bar

La Charlatana

Karromato

ENTREVISTAS

José Luis Gómez

Carla Matteini

María Fernanda D’Ocón

Esteve Ferrer

Ángel Fernández Montesinos

HISTORIAS DEL

TEATRO CUYÁS

La memoria de un cine

EL REY SE MUERE

José Luis Gómez aborda

la raíz moral del teatro

del absurdo

Editorial

La Luna del Cuyás

Edita Teatro Cuyás

Calle Viera y Clavijo s/n

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La Peluquería

Imprenta

San Nicolás

El Teatro Cuyás no se hace responsable de los contenidos ajenos a la programación, ni de la opinión de sus colaboradores. Publicación de distribución gratuita.

De generación en generación los niños hemos tenido la fortuna de asistir,

ilusionados y orgullosos de la mano de nuestros padres o hermanos

mayores, a representaciones de teatro infantil. ¿Quién no recuerda todavía

los cuenta cuentos, los títeres de cachiporra y las marionetas de hilo y de

palo, los sábados y domingos por la mañana? Unas veces en la ensoñación

mágica de un teatro. Las más, al aire libre donde se mezclaban la ilusión

y expectación por el espectáculo con la serenidad y dulzura de aquellos

fines de semana. Aún no acertamos a saber muy bien si el eco de la luz

de un domingo por la mañana influía más en la exaltación y el entusiasmo

del niño o eran los títeres y sus aventuras los que convertían todas las

mañanas de los domingos en especiales. Tanto da que sea de una u otra

manera, lo importante es que aquellos días han viajado con la niñez de

cada uno de nosotros y siempre los redibujamos con una sonrisa y una

sensación placentera.

Desde el Teatro Cuyás pretendemos que se continúe ese gesto del niño

dándole la mano a sus padres en la puerta de casa para que, desde que se

abra la puerta de la calle y el eco devuelva el sonido de los primeros pasos

camino del teatro, la magia y la ensoñación le impregnen para el resto de

sus días. Esperamos que cuando lleguen al teatro los niños absorban todos

y cada uno de los estímulos que acompañan al relato puesto en escena:

la algarabía común de otras voces, la inquietud y nerviosismo que del

escalofrío pasa a interés cuando apretamos la mano conocida que nos ha

acompañado, el sabor de las chocolatinas y, cómo no, el abandono y

olvido del mundo real cuando nos introducimos, no como espectadores,

sino como actores, en la búsqueda de ese final feliz. Y más tarde, y otro

día, y otro, y otro, la repetición contada y mejorada de lo que vimos y

compartimos. Y todo eso sólo lo puede hacer un niño y ojalá ese niño

crezca guardando celosamente esas aptitudes y dones y sintiendo amor

por el teatro.

Compartimos con las tres compañías que van a pasar por el Teatro Cuyás

la misma memoria y los mismos gozos que queremos transmitir a nuestros

niños. Profetas de Mueble Bar nos ofrecerá, en el escenario del Teatro

Cuyás, 3 Andersen 3. Después del éxito de esta pieza en las pasadas

Navidades en el patio del Teatro, se repone en programación concertada

para colegios los días 30 y 31 de marzo a 3€ la entrada. Y en el patio del

Cuyás en funciones gratuitas actuarán dos compañías: La Charlatana

Producciones con su espectáculo La luna de los cuentos-África, los días

3 y 4 de abril y los días 8, 9, 10 y 11 de abril Karromato con su espectáculo

El Circo.

De todo lo dicho en estas pocas líneas se deduce un deseo doble:

que los niños conozcan y exploren el mundo de los sueños y de la magia

desde su inagotable imaginación, y que los mayores revivan esa sonrisa

infantil tan necesaria para ser mejores.

Infantil Cuyás

Foto de portada: El Rey se muere

04 Aquí no paga nadie

Carcajadas liberadoras y reflexivas sobre el sistema capitalista

06 Entrevista con Carla Matteini

La colaboradora y traductora de Darío Fo en España habla de su obra

08 El Rey se muere

Relato del hombre como encarnación de todos los fracasos

10 Entrevista a José Luis Gómez

El director opina que volvemos la espalda a la muerte para ningunearla

12 La casa de los siete balcones

María Fernanda D’Ocón y Francisco Piquer, estupendos en este Casona

13 Entrevista a Ángel Fernández Montesinos

Casona fue un autor interesado e intrigado por la muerte

14 Entrevista a María Fernanda D’Ocón

La actriz habla de la vigencia de Alejandro Casona

16 Infantil Cuyás

20 El Teatro Cuyás: historias de un espacio centenario

Recuerdos del último jefe de cabina de proyección del cine

22 Avance Junio-Julio

Sumario

La esencia de Aquí no paga nadie, escrita

por el Nobel italiano Darío Fo hace treinta

años posee mil y un detalles que nos ubican

en la actualidad. Eso permite al espectador,

a juicio de su director, Esteve Ferrer, caer

en la cuenta de que esta sociedad, en vez

de evolucionar, se ha instalado en un sistema

que continúa manifestando por duplicado

los mismos problemas. Interpretada por

Silvia Marsó, Jordi Rebellón, Lluvia Rojo,

Fran Casariego y Pedro Casablanc, el

montaje del controvertido actor y

dramaturgo, como en la mayoría de sus

entregas, presenta desde la perspectiva

satírica y empleando como base principal

la indignación, una crítica provocadora

contra el sistema capitalista y sus

mecanismos de opresión.

En Aquí no paga nadie (estrenada en febrero

de este mismo año), Fo, que ha sido

perseguido por la ultraderecha italiana y su

teatro ha sido censurado y prohibido en

varios países, nos presenta una visión

cómica de la precariedad humana en la que

se desarrolla la vida cotidiana de los más

desfavorecidos de una sociedad en la que

los poderosos abusan de su autoridad. La

crítica que formula este símbolo europeo

de la cultura más incómoda y contestataria,

permite una profunda reflexión sobre las

instituciones de poder que gobiernan

nuestro mundo, que manipulan y controlan

sibilinamente a través de los bienes

económicos, las ideas y la información que

circula en nuestra sociedad, buena parte

de los diferentes ámbitos en los que se

desarrolla nuestra vida como sujetos.

Esteve Ferrer, que había dirigido con

anterioridad de Darío Fo, Pareja abierta,

opina que esta obra incluso tiene más

vigencia ahora que en 1974. Somos muy

atrevidos cuando creemos que nuestra

sociedad evoluciona, cuando en realidad lo

que hace es involucionar, explica Ferrer,

quien define a Darío Fo como el bufón por

excelencia de Europa y un clown provocador

del siglo XXI, cuya misión y obligación es

criticar con mucho sentido del humor, pero

sobre todo remover las entrañas del

administrado con el objeto de generar opinión,

diálogo, reflexión y conflicto. El teatro, aparte

de espectáculo, también tiene la misión de

provocar a la sociedad y hacer reflexionar al

público.

El director de montajes como Se quieren,

Dakota, No se os puede dejar solos, Se busca

impotente para convivir, Atraco a las tres o

Te quiero, eres perfecto, ya te cambiaré, entre

otros, ha planteado esta producción como

un homenaje a la figura del clown. Le he

otorgado más valor a los aspectos que están

más vigentes en este cuento que explica

personajes que viven en la miseria y la

injusticia social. Me he atrevido con una

relectura del formato en el que se cuenta la

historia, sin alejarme de su contenido. Por

tanto he modernizado por aproximación al

espectador de hoy el contenido tan actual que

tiene este clásico de hace treinta años. Hace

mucho tiempo que no se representa Aquí no

paga nadie, y las últimas entregas se han

realizado sin perder de vista la realidad de

hace tres décadas.

Esta función es muy endemoniada. Hay una

gran crítica en el contenido de esta gran

comedia, sustentada por unos personajes

tridimensionales cuyos diálogos veloces y

frenéticos demuestran el acierto de la

carpintería teatral que sustenta la mayoría

de las producciones de Darío Fo, avanza

Ferrer, que en estos momentos firma la

dirección de cinco producciones teatrales

que simultáneamente se exhiben en España.

El reparto de Aquí no paga nadie le ofrece

mucha confianza a Ferrer. No me hubiera

planteado la dirección si no hubiera sido así.

Es un reparto solvente y con mucha

experiencia, con dos actores como Silvia

Marsó y Fran Sariego, con los que ya había

trabajado. Pedro Casablanc, al que siempre

le ha tocado hacer papeles dramáticos, tiene

en su interior un clown excepcional que

afronta el papel que hizo Darío Fo en este

mismo título. También conocía ya a Jordi

Rebellón, y Lluvia Rojo es una actriz joven

que ya apunta buenas maneras. Todos han

cambiado sus códigos de representación para

convertirse en bufones gamberros y absurdos,

aunque lo que dicen lo hacen con una carga

de verdad absoluta.

Esteve Ferrer está de acuerdo con la opinión

de los que aseguran que en nuestro país se

hace muy poco teatro crítico. Sólo Albert

Boadella parece atreverse con los iconos

políticos de la sociedad. Es cierto. Es un

teatro complicado porque debe contemplar

la dualidad humor provocador y

comercialidad. Hay pocos creadores que

puedan y pretendan hacer esto en España.

Hay mucha provocación gratuita, que no

aporta al espectador claves para la reflexión.

El teatro tiene que distraer, crear espectáculo

y promover ideas.

AQUÍ NO PAGA NADIE

de Darío Fo

Dirección: Esteve Ferrer

Con Silvia Marsó y Jordi Rebellón

Días 26, 27 y 28 de marzo

(20.30 h.)

AQUÍ NO PAGA NADIE

04 ARRIBA TELÓN / TEATRO

Silvia Marsó y Jordi Rebellón encabezan el reparto del montaje cuya dirección firma Esteve

Ferrer, quien asegura que su revisión se plantea como un homenaje a la figura del clown

Una comedia provocadora y divertida de Darío Fo que formula una

crítica despiadada al sistema capitalista y sus mecanismos de opresión

Precios en euros Inicial T. Verde T. Azul T. Blanca

Patio de butacas 17 14 12 8.50

1er Anfiteatro bajo 14 11 10 7

1er Anfiteatro alto 12 10 8 6

2do Anfiteatro 10 8 7 5

ES IMPRESCINDIBLE REÍR

CARLA MATTEINI

Traductora en España de la obra de Darío Fo

Cada vez que una compañía decide montar un espectáculo de Darío

Fo ya estrenado hace algunos años, no puedo evitar preguntarme si

la obra sigue vigente; si su discurso satírico, social y político sigue

siendo fresco, vivo y dinámico. Es una pregunta que me hago sobre

todo con las grandes farsas políticas de los 80, entre las cuales Muerte

accidental de un anarquista y Aquí no paga nadie son sin duda las

mejores, las más articuladas dramatúrgicamente, las más punzantes

y eficaces. Por supuesto, al igual que Darío revisita continuamente sus

obras para acercarlas a la realidad inmediata de cada década, suelo

revisar también mis traducciones, que suelen envejecer más que los

originales.

Pero hay algo evidente: las obras de Fo se siguen representando en

todo el mundo, incluso cada vez más, lo que da fe de su lozanía y

oportunidad. En un mundo occidental cada vez más desideologizado,

acostumbrado a la digestión rápida y fácil del fast-food televisivo, poco

dado a la escucha crítica y cuestionadora de la realidad, las farsas de

Darío Fo conducen hábilmente al poso posterior de una reflexión

sobre las injusticias y desigualdades de nuestros estados del bienestar.

Ahora los términos económicos son más escuetos y sofisticados: PIB,

NASDAQ, IBEX, etcétera, y nos cuentan que nuestra economía no

sólo va bien, sino cada vez mejor. Pero en realidad las Antonias y

Margaritas siguen sin llegar a fin de mes en su cesta de la compra, y

su hilarante rebeldía en el supermercado sigue siendo una analogía

pertinente sobre la desobediencia civil ante los abusos económicos.

Entonces se asaltaron supermercados en protesta por la subida de los

precios; ahora somos más civilizados y muy, muy europeos, y es

impensable que ocurra. Pero acompañemos a Fo en su burlona

propuesta de vodevil social, que la estupenda compañía de Silvia Marsó

–al frente de un elenco extraordinario y un director del pulso de Esteve

Ferrer- nos propone con su nueva mirada, su nueva lectura y sus

nuevas energías: bienvenidos sean al mundo de Darío Fo.

EL CONTROVERTIDO DARÍO FO

El actor y dramaturgo italiano, famoso por sus controvertidas obras políticas, nació en San Giano (Italia) en

1926. Tras estudiar en la Academia de Bellas Artes de Milán actuó con un grupo de teatro desde 1950 y escribió

obras satíricas para la radio y la televisión desde 1951, antes de trasladarse a Roma para trabajar como guionista

de 1955 a 1958. Él y su esposa, la actriz Franca Rame, crearon entonces su propio grupo de teatro, la Compagnia

Darío Fo-Franca Rame (1959-1968). Sus sátiras breves para el programa de variedades de televisión Canzonissima

eran a menudo censuradas, y por eso en 1963 volvieron al trabajo teatral, formando Nuova Scena en 1968, una

cooperativa teatral asociada al Partido Comunista que actuaba en fábricas y clubes de trabajadores. Desacuerdos

políticos con el partido los llevaron en 1970 a establecer un nuevo grupo, Il Collettivo Teatrale La Comune, en

Milán. Entre las controvertidas obras de Fo, muchas de las cuales han sido escritas con Rame y otros colaboradores,

se incluyen Los arcángeles no juegan a las máquinas de petaco (1959), Muerte accidental de un anarquista (1970) y Aquí no paga nadie

(1974). Su objetivo es presentar problemas políticos contemporáneos en obras animadas escritas desde el punto de vista de la izquierda

política. En 1997 recibió el Premio Nobel de Literatura. Recientemente el dramaturgo presentó su última obra, El anómalo bicéfalo, una

sátira sobre el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y sus próximos colaboradores, como el senador Marcello Dell’Utri, que ha

presentado una denuncia por difamación contra Fo por alusiones que se hacen en el texto sobre sus presuntas conexiones con la mafia.

En Anómalo bicéfalo, Berlusconi, encarnado por Fo, sufre un accidente que obliga a practicarle una intervención quirúrgica durante la

que le transplantan una parte del cerebro del presidente ruso, Vladimir Putin, y cuando despierta no sabe quién es.

No creo en un teatro catártico, ni redentor, ni sanador

CARLA MATTEINI:

¿En dónde radica la vigencia y

modernidad de Darío Fo?

Creo que la contemporaneidad y vigencia de

los textos de Darío Fo y su mujer, Franca Rame,

se deben a su sólida conexión con la realidad.

Desde los años 70, cuando abordaban en sus

textos los escándalos políticos y describían la

situación de falta de libertades y los

movimientos de protesta que surgieron en toda

Europa, a los 80 y 90, cuando dedicaron casi

todos sus textos a la condición de la mujer en

todas sus vertientes y situaciones, la pareja ha

buceado sin descanso en los temas de actualidad

– incluso dolorosa – que más afectaban a

nuestras sociedades. Todo ello, por supuesto, a

través del arma de la sátira, de la farsa,

convencidos de que la risa libera, pero hace

pensar y deja su poso a la salida de los teatros.

Que los temas que han tratado y tratan están

vigentes lo demuestra el hecho de que sus obras

se siguen representando en todo el mundo, han

sido traducidas a prácticamente todos los

idiomas y también siguen despertando polémica

allá donde se representan.

¿Y sobre las claves de la obra Aquí no

paga nadie?

Aquí no paga nadie fue un revulsivo social

importante. La estrenaron en un local

abandonado que habían ocupado, la Palazzina

Liberty, en el centro de Milán, en 1974. La

obra entraba a saco en el problema de la carestía

de la vida y la dificultad de la clase obrera o

media para llegar a fin de mes. Era una

llamada, muy de esa época de contestación y

enfrentamiento con la autoridad y el cierre de

fábricas con el subsiguiente paro, a la

desobediencia civil. De hecho, tras su estreno,

varios supermercados de Milán fueron

saqueados por amas de casa, que se

encontraban cada día con unas tremendas

subidas de precios. Por supuesto, esto molestó

a las autoridades y a sus entonces aliados, y

Franca Rame fue secuestrada y golpeada

duramente pocos días más tarde por una banda

fascista. Un brazo roto, que aún le crea grandes

problemas de movilidad, fue el resultado del

ataque. Hoy en día, sin una situación de crisis

tan extrema, pero con análogos problemas de

tantas y tantas familias para llegar a fin de

mes, la obra sigue teniendo la misma frescura

e ironía, más allá de la indudable intención

política. Estoy convencida de que este nuevo

montaje, protagonizado por Silvia Marsó y

dirigido por Esteve Ferrer, con un excelente

reparto, propone una mirada lógicamente más

contemporánea, más cercana y ágil pero no

por eso menos incisiva y satírica. Actualizar,

rejuvenecer y agilizar un texto es indispensable,

como enseña en la práctica Dario Fo, quien es

capaz de modificar cada noche sus textos según

la respuesta del público. De su último texto

sobre Berlusconi, El anómalo bicéfalo, me ha

enviado en un mes... tres versiones diferentes.

Y es que la realidad ofrece continuamente

nuevos motivos de inspiración.

¿Considera que el de Fo es un teatro de

redención?

No sé muy bien lo que significa teatro de

redención. Si se quiere aludir a un teatro que

haga pensar, analizar, cuestionar y cuestionarse

la realidad propia y colectiva, sin duda lo es,

como lo fue el de Brecht en su tiempo.Pero no

creo en un teatro catártico, ni redentor, ni

sanador.

¿Cree que el teatro crítico con las

estructuras de la sociedad y los

mecanismos perversos del Estado está

en retroceso hoy en día en Europa?

En absoluto. Sí lo estuvo en las décadas de los

80 y 90, cuando la fuerte dictadura de los

grandes directores – Strehler, Ronconi, Stein,

etc. – impuso un teatro más basado en la belleza

de la imagen, en un cierto formalismo, sobre

la textualidad dramática. En los últimos 15

años, más o menos, hemos asistido a un

enérgico resurgir de una dramaturgia

comprometida con su tiempo. Muchos son los

dramaturgos que en varios países escriben un

teatro no obviamente político, tal vez más

metafórico y poético, más esencial, pero que

araña la superficie para mostrarnos las

pulsiones y los problemas de esta época tan

convulsa. Pensemos en Enzo Corman en

Francia, por ejemplo, Sarah Kane en Inglaterra,

muchos autores irlandeses, y, sobre todo,

muchos jóvenes dramaturgos italianos y

españoles que esc r iben un teatro

profundamente político, pero ni panfletero ni

didáctico. Así que un teatro crítico, analítico

y ligado a la realidad no sólo no está en

retroceso, sino creo que en indudable avance

en Europa.

¿Y la función del público? ¿Cree que el

espectador está por labor de convertirse

en destinatario de esas reflexiones

críticas sobre la realidad circundante?

¿No es dejarlo con sus vergüenzas al

aire?

No hay duda de que el público actual está

menos dispuesto, menos inclinado a escuchar

y pensar. La televisión fast-food, por ejemplo,

ha acostumbrado a un lenguaje pobre y

ramplón, a comedias de situación con enredos

bobos y personajes arquetípicos. Es un mal de

nuestro tiempo, con el que difícilmente puede

luchar el teatro. Pero creo que cuando una obra

es buena, produce momentos de emoción, o de

reflexión, o de diversión, el público no le vuelve

la espalda. Y en cuanto a las vergüenzas al

aire, a parte de ser muy sano, es difícil que el

público se reconozca en ellas.

Carla Matteini lleva más de treinta años colaborando con Darío Fo, desde que en 1970, esta relación que ella define

como intensamente amistosa, diera comienzo con la traducción de Muerte accidental de un anarquista. Eran entonces

tiempos difíciles en Italia y España. La traductora al castellano del dramaturgo italiano y Nobel en 1997, acaba de

concluir la traducción de su autobiografía que ha titulado El país de los cuentacuentos. Matteini, considerada como

una autoridad en la obra de Darío Fo, aborda en esta entrevista algunas claves del montaje Aquí no paga nadie.

06 ARRIBA TELÓN / TEATRO

ENTREVISTA

NO GANO PARA ANSIOLÍTICOS

Voy a ser sincero con ustedes y les pediría

que ustedes lo fueran conmigo: ¿Cuántas

veces en los últimos dos años, ante la subida

espectacular de los precios por el famoso

redondeo del euro, han entrado en un

comercio y al recibir la cuenta han sentido

la necesidad de rebelarse y marcharse sin

pagar? ¡Qué bonito el euro!, nos decíamos

todos. Esta anhelada moneda que, según

muchos, tenía, o tiene que llevar a todos

los países que la adoptaron a convertirse en

el nuevo Dorado de occidente. De momento

lo que sabemos es que el 56% de las familias

españolas tiene problemas para llegar a fin

de mes. Yo mismo, que soy un común y

vulgar ciudadano de a pie, confieso

públicamente que cada vez que voy al súper

a por fruta, pollo, o lo que sea, me cago en

el euro. Y me entran ganas de empezar a

gritar ¡aquí no paga nadie, aquí no paga

nadie! y salir corriendo sin pasar por caja...

Miles de ciudadanos me seguirían

arrebatados y juntos pisotearíamos el

redondeo, la burbuja inmobiliaria y la

globalización hasta dejarlos tan planos

como la subida de nuestros sueldos y el

bienestar social... No gano para ansiolíticos.

Fue después de una de estas crisis visionarias

cuando me acordé del clásico contemporáneo

Aquí no paga nadie de nuestro premio Nobel

Darío Fo. Y digo nuestro porque es el premio

Nobel de los cómicos, de los clowns, de los

actores, en definitiva, del teatro. Al releer el

texto que hoy les presentamos, descubrí

que aunque retrata la sociedad italiana de

los años 70 en plena crisis social y

económica, está lleno de paralelismos, que

por desgracia para todos, siguen igual, o

incluso algunos, mucho más vigentes y

actuales en nuestra sociedad que en la

original. El grito Aquí no paga nadie se

podría oír hoy, todavía, en la práctica

totalidad de los barrios de nuestros pueblos

y ciudades.

Pero las cualidades de esta función no

acaban sólo en la posible vigencia de su

contenido. Darío Fo, escribió, además, una

función tremendamente divertida,

imaginativa y trepidante. Con una

carpintería teatral que sólo un maestro

como él es capaz de crear. Con unos

personajes llenos de vida, coherentes e

incoherentes a la vez, o sea: llenos de verdad.

Una función trufada de alicientes para

cualquier director que pretenda contar

historias al público al mismo tiempo que

les ofrece espectáculo. Y si encima viene un

productor que pone el dinero necesario

para hacerlo, unos actores espléndidos

dispuestos a jugar y un equipo artístico y

técnico de primer nivel y todos piensan lo

mismo que tú, no tenía más remedio que

montarla.

Ahora espero que puedan sisar un poquito

de lo que les sobre de la compra semanal y

compren una entrada para venir a verla.

Nosotros haremos todo lo posible para que

no se arrepientan.

ESTEVE FERRER

Director de Aquí no paga nadie

Cartel del estreno de Aquí no paga nadie,

diseñado por Darío Fo.

Una pesadilla apocalíptica que podría ser la de cualquiera de nosotros

EL REY SE MUERE

El Rey se muere de Eugène Ionesco es,

seguramente, una de las metáforas

dramáticas más profundas e implacables

sobre la vida y la muerte del ser humano

que ha producido el teatro universal. Desde

su estreno en 1962, cada generación ha

reinterpretado este texto a través de

innumerables y diferentes puestas en escena,

indagando en este ensayo sobre el aprendizaje

y la aceptación de la muerte. Una obra y un

personaje con los que se han batido, en

obligado duelo, los mejores directores y

actores del teatro mundial. Una de las

compañías más atrayentes y renovadoras de

la escena nacional, Teatro de La Abadía, de

la mano de José Luis Gómez, presenta en

esta ocasión un texto dramático esencial,

que continúa el ejemplar proceso de

indagación iniciado la pasada temporada

con El Rey Lear, sobre la edad y el trono, el

tiempo y el poder.

El montaje que dirige Gómez, en cuya

producción ha participado el Teatro Cuyás,

parte del juego de identificación que propone

Ionesco (uno los creadores vinculados al

teatro del absurdo) con Berenguer como la

figura prototípica que representa al hombre

común: Berenguer es López, García, Smith,

en definitiva, cada uno de nosotros. A partir

de esta idea se propone la pesadilla

apocalíptica que sufre Berenguer al soñar su

propia muerte, en la que sus seres más

cercanos de la vida cotidiana se transforman

como agentes del sueño en una onírica corte,

de la que él, sujeto de ese sueño, es el Rey al

que le ha llegado su hora final.

Interpretada por Francesc Orella, en el papel

del Rey Berenguer I; Susi Sánchez, que

encarna a su primera esposa, la Reina

Margarita; Elisabet Gelabert, que protagoniza

a su segunda esposa, la Reina María; José

Luis Alcobendas como el médico, cirujano,

verdugo, bacteriólogo y astrólogo; Inma

Nieto, que encarna a Julieta, y Jesús Barranco,

en el papel del alabardero, El Rey se muere

nos propone una profunda e inmisericorde

reflexión sobre todos los apegos y

materialismos que nos amordazan en la vida

cotidiana y nos impiden vivir con la

conciencia de nuestra propia insignificancia

y grandeza. Y ello, a través de la

dramatización poética de la muerte

anunciada del Rey Berenguer I que podría

ser la de cualquiera de nosotros, en una

peripecia llena de suspense, de angustia,

rebeldía, impotencia y resignación, en la

búsqueda ontológica de superiores niveles

de conciencia y percepción, que se debería

alcanzar tras el despojamiento de lo inútil.

Eugène Ionesco se sirve de su personaje

arquetípico, Berenguer, y lo convierte en el

Rey de una imaginaria y atemporal corte

gótica, donde una mañana aparecen su

primera mujer, su médico, su actual esposa,

su criada y su alabardero, para comunicarle

la noticia de su muerte inminente. A partir

de ahí, asistimos a una ceremonia, a un

tortuoso camino hacia la muerte, a la que

Berenguer se resiste con todas sus fuerzas.

La obra no representa otra cosa que la

ceremonia de la muerte de un Rey en la

esperanza de recuperar la vida del Hombre.

José Luis Gómez y el Teatro

de La Abadía nos presentan

esta metáfora dramática

implacable escrita por

Eugène Ionesco sobre la vida

y la muerte del ser humano.

08 ARRIBA TELÓN / TEATRO

Una coproducción de:

Teatro Cuyás

Teatro de La Abadía

Teatro Arriaga de Bilbao

Teatro Calderón de Valladolid

EL REY SE MUERE

de Eugène Ionesco

Teatro de La Abadía

Dirección: José Luis Gómez

Días 2, 3 y 4 de abril

(20.30 h.)

Precios en euros Inicial T. Verde T. Azul T. Blanca

Patio de butacas 17 14 12 8.50

1er Anfiteatro bajo 14 11 10 7

1er Anfiteatro alto 12 10 8 6

2do Anfiteatro 10 8 7 5

Francesc Orella en el papel

del Rey Berenguer I

El Rey se muere, escrita por Eugène Ionesco

entre el 15 de Octubre y el 15 de Noviembre

de 1962, nos narra la historia de Berenguer

I. El Rey, casado en segundas nupcias con

la joven María, ha de morir (...) à la fin du

spectacle (...). Así nos lo hace saber su

primera esposa, la Reina Margarita, en

connivencia con el médico, cirujano,

bacteriólogo, verdugo y astrólogo de la corte.

Ante el rechazo de esta idea por parte del

monarca, su séquito se divide en dos grupos:

María, Julieta –asistenta y enfermera real–

y el guardia, que intentan suavizar la agonía

real por medio de referencias a un glorioso

pasado, a la vida cotidiana e incluso a la

muerte como nacimiento de un nuevo

estadio; y un segundo grupo, conformado

por el médico y la primera mujer, que asume

las funciones de pragmática guía de

Berenguer en el camino hacia el final de sus

días.

Sin embargo, esta muerte no es calificada

como tal, sino como condición

imprescindible para la urgente renovación

espiritual y física de Berenguer y su reino,

sumido en la decadencia. Tal y como

anuncia Margarita a modo de profecía al

comienzo del texto, su protagonista se

muere en la última página.

Así pues, a través de este discurso

catastrofista -defendido en general por los

dramaturgos adscritos a la corriente del

teatro del absurdo-, Ionesco trata de

argumentar el desmontaje de nuestra

realidad por medio de la deconstrucción

del lenguaje y la lógica cotidianas, tendiendo

simultáneamente, en sus ejemplos más

extremos, a la reducción de la realidad en

el escenario, que se traducirá en una

reducción de la realidad fuera del mismo,

y la cual llama la atención sobre la falta de

sentido existencial (véase Samuel Beckett,

especialmente obras como Los Días Felices

o Esperando a Godot).

De esta manera, la innovación en este texto

no se encuentra en su temática, sino en la

forma que la contiene y en el tratamiento

que se le da. Se trata de una estética de la

ensoñación apocalíptica, en la que tiempo,

espacio y personajes se desdibujan

progresivamente, cumpliendo un designio

fatalista que se introduce en el texto por

medio de las palabras de los protagonistas.

Nos encontramos ante figuras que son

conocedoras de su porvenir, y lo asumen o

no, según los caracteres que representan.

Además de reafirmarse en su pertenencia

al absurdo, el autor incluye en esta obra dos

aspectos fundamentales para su

interpretación: una marcada línea

surrealista y un alto contenido simbólico.

La lectura de El Rey se muere nos recuerda

las imágenes, ya pertenecientes al

subconsciente colectivo, generadas por

pintores como Magritte, Dalí o Miró, entre

otros. Pero Ionesco no se limita a la forma

para establecer vínculos con el surrealismo,

sino que retoma los principales motivos

que lo caracterizaron, dándoles un enfoque

muy similar al que le concedieron sus

antecesores en la materia. Conceptos como

el sueño, la eternidad, la simbología

astrológica y la realidad sensorial tienen una

presencia recurrente en este texto, llegando

a ser tematizados como unidades con

entidad propia.

Finalmente, los brillantes paralelismos entre

todos los elementos que entran en juego en

esta obra y su simbología, le confieren una

cohesión indisoluble. Se trata de un

laberinto en el que, siguiendo cada uno de

sus caminos, llegaremos inevitablemente al

anunciado final: El Rey se muere.

El Rey se muere, puesta en escena de la obra homónima escrita por Eugène Ionesco en 1962, nos narra la historia del hombre medio

contemporáneo: Berenguer. Casado en segundas nupcias con la joven María, y con una vida de excesos a sus espaldas, éstos vuelven

para rendirle cuentas, y lo hacen en el ámbito de lo onírico. Berenguer sueña que es un rey, el monarca Berenguer I, que ha de morir,

aunque se ríe de la pretendida proximidad de su muerte, duda de la veracidad de la misma, rechaza abiertamente este final, sufre bajo

la angustia de la inminencia, anhela que todo sea una pesadilla, se rinde y vuelve a rebelarse, hasta que sus sentidos le abandonan, hasta

que la realidad de la vigilia se aleja. Es el Hombre que sueña ser Rey, que nos priva de sus pensamientos en esos últimos instantes, que

nos deja con la incertidumbre de la asunción de su final. El Rey y el Hombre se mueren, su corazón ya no tiene necesidad de latir,

respirar ya no vale la pena. Como las notas definitivas de una partitura escrita hace tiempo, suenan las últimas palabras de su primera

esposa, la Reina Margarita: Ya puedes ocupar tu lugar.

LA ENSOÑACIÓN APOCALÍPTICA

Mª Xosé Noia

Sinopsis de una obra onírica

Francesc Orella , Susi Sánchez y Elisabet Gelabert

Asistente de dirección de El Rey se muere

JOSÉ LUIS GÓMEZ

¿Podría avanzar las razones que

determinaron la elección de este texto

de Ionesco? ¿En dónde residen las

claves o el nervio vital de esta pieza

que aborda uno de los paradigmas

contemporáneos como es la muerte?

Desde hace mucho tiempo me ha fascinado

El Rey se muere. Al hilo de la edad, trabajar

escénicamente sobre el morir con el más

grande texto teatral escrito nunca acerca de

ello, era algo que tenía pendiente. Por si

fuera poco, teníamos que seguir el trabajoindagación

iniciado la pasada temporada

en El Rey Lear sobre el trono, el poder, la

decadencia y la muerte. El Rey se muere

era el texto idóneo. Y es que la clave de este

texto es la angustia y la resistencia del ego

ante la desaparición física, la muerte del

cuerpo, su soporte. Pero éste es un aspecto

-fundamental- que descubrimos durante el

proceso de montaje.

La muerte parece ser el único dato

ineludible de la existencia humana.

¿A su juicio la cultura occidental sigue

menospreciándola? ¿Mitificándola?

¿Desnaturalizándola?

La cultura occidental ignora la muerte, le

vuelve la espalda, la ningunea; se confina

al moribundo en hospitales donde el morir

es más difícil que en casa, y eso porque no

queremos enfrentarnos a ello. Pero

para el muriente, morir en compañía de los

suyos hace mucho más fácil ese paso

definitivo y tremendo. Para los que asisten

al moribundo es, sin duda, un dolor difícil

de soportar, pero también un

enriquecimiento de valor incalculable.

Berenguer vive un mundo hipotético,

irreal, que habita en la oscuridad y

que parece ser el reverso oculto que

complementa el mundo de la luz en

el que habitan los otros. Hábleme de

la ensoñación apocalíptica que se

esconde tras El rey se muere.

En nuestro montaje, la acción de El Rey se

muere es la pesadilla de un burgués que en

el momento de su muerte sueña que es un

rey que se muere. Como digo en el programa

de mano, monarca de un reino de pacotilla

roído por la desidia, el desastre ecológico

y humano, el más elemental olvido de los

demás, acompañado por melodías

triviales, voces de grandes almacenes y

recuerdos de consumo ilimitado. La

alusión de Ionesco a un mundo

políticamente inestable o descompuesto,

una naturaleza devastada y una sociedad

en decadencia, es una alusión al mundo

contemporáneo, tal y como lo percibía

Ionesco. No hay apocalipsis o revelación al

final de El Rey se muere, sino la fragilidad,

el poder obstaculizador de esa construcción

que llamamos ego.

La Abadía ha venido trabajando desde

hace unos años en la indagación

sobre los argumentos de la edad, el

trono, el tiempo y el poder. ¿Cuáles

han sido las principales conclusiones

a las que ha podido llegar como

director tras ese proceso de trabajo?

Como director, la conclusión, valiosísima

para mí y que siempre he sentido, es que el

proceso de vivir es un proceso de hacerse,

de concretarse como persona, que casi no

t iene acabamiento, que sólo se

puede especificar en la relación generosa

con los demás y que es lo único que

hace preciada la existencia.

¿Sigue siendo el teatro hoy en día un

acto heroico o una tarea titánica en

un país vampirizado por la estética

del simulacro y la banalización?

El teatro en este país es, sin duda, un acto

esforzado y difícil, pero lleno de sutiles

compensaciones, de enriquecimientos

continuos. Más allá de la representación, el

trabajo del teatro tiene que ver con lo más

valioso del ser humano.

Usted está considerado como uno de

los directores nacionales y europeos

más respetados. Desde esa posición,

¿puede formular una radiografía

apresurada de la situación de la

escena nacional hoy?

Como siempre, es difícil formular juicios

categóricos que, salvo en contadas

excepciones, son siempre inexactos. Hay

una gran banalización en la escena

española, sin duda. La influencia de la

televisión nos remite a una concepción del

entretenimiento de la más baja calidad.

Pero aquí y allá hay personalidades que

revisten, que trabajan para conservar o

transformar lo más precioso que hemos

heredado, para crear cosas para el futuro,

para conservar el valor de palabras

fundamentales. Hay una generación joven

de actores y directores magníficos que se

han esforzado en buscar las fuentes de

aprendizaje donde quiera que estuvieran,

que enfocan su actividad desde la

responsabilidad hacia sí mismos y hacia sus

conciudadanos. Pero esta generación tiene

pocas ocasiones de manifestarse. Las

plataformas que les pueden servir de soporte

son escasísimas. Este país, ya de primer

mundo y con 40 millones de habitantes, no

tiene las plataformas suficientes que sirven

de soporte para esos talentos generosos y

apasionados.

¿Es de la opinión de que la cultura

puede tener también una función

crítica y desafiante al poder

establecido y sus perversiones?

Sí. ¿Es necesario decirlo una vez más?

10 ARRIBA TELÓN / TEATRO

ENTREVISTA

El director de El Rey se muere opina que más allá de la

representación, el trabajo del teatro tiene que ver con lo

más valioso del ser humano.

La relación generosa con los demás

es lo único que hace preciada la existencia

Ionesco es uno de los autores del denominado teatro del absurdo, que abrió el mundo de los sueños, las fantasías y las pesadillas, para

representarlo sobre el escenario. El dramaturgo, que trasladó a Francia para escribir su tesis sobre Baudelaire, en donde le sorprendió

la II Guerra Mundial, escribió en 1948 su primera obra, La cantante calva, a partir de sus frustrados intentos por aprender inglés con

un método de cintas grabadas. Esta grotesca imagen de la sociedad burguesa que lleva ininterrumpidamente 47 años representándose

en los teatros de todo el mundo, se ha convertido en una de sus obras más aclamadas.

En sus primeras obras de un solo acto, La lección y Las sillas, muestra el aislamiento del individuo, su subordinación a la tiranía de los

conceptos que le impone el lenguaje, y la dificultad de conseguir una verdadera comunicación. Eugène Ionesco alcanzó su mayor éxito

con El rinoceronte (1959), en la que ofrece una dimensión política a las ideas anteriormente mencionadas. Denominó a su trabajo

antiteatro, pero, irónicamente, acabó convirtiéndose en miembro de la Academia Francesa. Su influencia en el moderno teatro es

intensa, ya que ha obligado al público a aceptar fantasías que, aunque aparentemente no son teatrales, operan como metáforas de

verdades más profundas. Sus varias hospitalizaciones marcan su concepción vital, y le abren el camino hacia la reflexión sobre el término

existencial, un concepto que impregna su diario íntimo. El Rey se muere da forma teatral al contenido de dicha reflexión. Ionesco declara

la necesidad sentida de trabajar sobre la asunción de la propia muerte, dejando la puerta abierta a la interpretación de su protagonista,

Berenguer, como alter ego de su autor. Pesimista nato que sabía, sin embargo, conjugar su angustia vital con un brillante sentido del

humor, Eugène Ionesco, además, era un reivindicativo militante para la observancia de los derechos humanos y la libertad científica,

colaborando, además, en programas de apoyo a artistas. Falleció en 1994 en su residencia de París.

Todas mis obras tienen su origen en dos

estados fundamentales de conciencia; a

veces predomina uno, a veces el otro, y

alguna vez se combinan. Estos estados

básicos de conciencia son como una

representación del desvanecimiento y la

solidez, del vacío y de la presencia excesiva,

de la irreal transparencia del mundo y de

su opacidad de la luz y de la más profunda

oscuridad.

Seguramente todos hemos sentido en algún

momento que la sustancia del mundo es

como un sueño, que las paredes ya no son

sólidas, que somos capaces de ver a través

de todo dentro de un inmenso universo

hecho de pura luz y color; en tales

momentos toda la historia del mundo se

hace inútil, sin sentido, imposible. Cuando

se fracasa en el intento de ir más allá de este

estado de dépaysement —porque realmente

se tiene la impresión de estar despertando

a un mundo desconocido—, la sensación

de desvanecimiento nos produce un

sentimiento de angustia, una especie de

vértigo. Pero todo esto puede muy bien

conducir a la euforia: la angustia

repentinamente se convierte en relajación;

nada cuenta ahora excepto la maravilla de

ser, esa nueva y excitante conciencia de la

vida en el esplendor de un fresco amanecer,

cuando volvemos a encontrar nuestra

libertad; el hecho de ser nos acostumbra,

en un mundo que ahora parece toda ilusión,

en el que todas las creencias humanas nos

parecen absurdas y toda la historia

completamente fútil; toda la realidad y todo

el lenguaje han perdido su articulación, se

han desintegrado, y así, cuando todo ha

dejado de importar, ¿cuál es la posible

reacción? Yo en tales momentos me siento

tan completamente libre, tan tranquilo, que

tengo la impresión de poder hacer todo lo

que deseo con el lenguaje y las personas de

un mundo que ya sólo me parece una farsa

ridícula y sin fundamento.

Naturalmente, este estado de conciencia es

muy raro; esta alegría y esta maravilla de

estar vivo en un universo que ya no me

turba no es frecuente; es mucho más común

que prevalezca el sentimiento opuesto: la

luz se hace pesada, la transparencia se hace

densidad, el mundo me oprime, me aplasta.

Un telón, un muro infranqueable se alza

entre el mundo y yo, entre mi ser y yo

mismo; la materia llena todos los rincones,

ocupa todos los espacios y su pesadez

aniquila toda libertad; el horizonte se cierra

y el mundo se convierte en un silencioso

calabozo; el lenguaje suena diferente y las

palabras caen como piedras o cuerpos

muertos; siento que me invade algo ante lo

cual sólo puedo librar una batalla perdida

de antemano.

Éste es, en definitiva, el momento

culminante de muchas de mis obras.

ESTADOS BÁSICOS

DE CONCIENCIA

Eugène Ionesco

IONESCO, ENTRE EL SURREALISMO Y LA ANGUSTIA

La evocación por parte del autor Alejandro

Casona de su querida y añorada Asturias,

es el eje de la puesta en escena de la comedia

dramática La casa de los siete balcones, obra

que llega al Teatro Cuyás dirigida por Ángel

Fernández Montesinos y con amplio reparto

actoral que incluye los nombres de María

Fernanda D’Ocón, Amparo Pamplona,

Francisco Piquer, Carlos Manuel Díaz,

María Felices, Vicente Camacho, Isidro

García, Marisa Segovia, Luis Miguel Espino

y Begoña Tenés. El evocador montaje gira

alrededor de varios personajes: Genoveva,

la heredera de una fortuna familiar, su

cuñado Ramón y Uriel, el hijo de Ramón

y de la hermana fallecida de Genoveva.

Este texto de Casona, estrenado en Buenos

Aires en 1957, refleja la vida cotidiana de

la España de finales del siglo XIX contando

la historia de una acomodada familia de la

época, que está a punto de perder su

fortuna. Esta circunstancia permite al

dramaturgo abordar el tema de la ambición

humana, las estrategias establecidas

alrededor del poder y de la codicia como

instrumento de destrucción. Casona fue

capaz de suscitar con maestría en este

melodrama una reflexión sobre la sensatez

oculta tras el velo de la locura de Genoveva,

así como sobre los irracionales caminos a

los que conduce la ambición.

Las relaciones entre los integrantes de la

familia estarán mediatizadas por la

presencia de Amanda, la codiciosa ama de

llaves, y Ramón, que es su amante, porque

entre ambos han tejido en la sombra una

red diabólica. A juicio del director de La

casa de los siete balcones, en torno a estos

personajes, Casona escribió una hermosa

comedia dramática llena de ambiciones,

egoísmo, incomprensión, pero al mismo

tiempo plena de ternura, nostalgia y

desesperada búsqueda del amor. En esta

versión escénica he intentado potenciar los

sentimientos, las pasiones de los personajes

y el clima y misterio que envuelve esta historia.

Genoveva vive inmersa en su mundo de

sueños, esperando el retorno del novio que

emigró a América con la pretensión de hacer

fortuna, pero que nunca volvió. Ella

solamente se comunica con el médico de

la familia, con la joven sirvienta de la casa,

Rosina, y con su sobrino Uriel, quien

sabiéndose diferente de los demás, se niega

a hablar con nadie y su método de

comunicación con el mundo exterior no es

a través de la palabra. En esta casa, que por

sí sola tiene personalidad propia, conviven

otras fuerzas que ya no pertenecen al

mundo de los vivos, pero que ayudan y

auxilian a sus seres queridos cuando estos

los necesitan.

LA CASA DE LOS SIETE BALCONES

12 ARRIBA TELÓN / TEATRO

Una historia de amor y misterio en la que se mezclan los vivos y los muertos

María Fernanda D’Ocón protagoniza este hermoso melodrama de Alejandro Casona lleno de ambición

y avaricia, pero al mismo tiempo, pleno de ternura y desesperada búsqueda del amor

LA CASA DE LOS SIETE BALCONES

de Alejandro Casona

Dirección: Ángel Fdez. Montesinos

Con María Fernanda D’Ocón

Días 9, 10 y 11 de abril

(20.30 h.)

Precios en euros Inicial T. Verde T. Azul T. Blanca

Patio de butacas 17 14 12 8.50

1er Anfiteatro bajo 14 11 10 7

1er Anfiteatro alto 12 10 8 6

2do Anfiteatro 10 8 7 5

María Fernanda D’ Ocón

y Vicente Camacho

Amparo Pamplona

y Carlos Manuel Díaz

María Fernanda D’ Ocón

ANGEL FERNÁNDEZ MONTESINOS

ENTREVISTA

El director de La casa de los siete balcones asegura que ésta es una obra

esotérica presidida por el amor y la muerte

Con 160 montajes a sus espaldas –de todos

los géneros, desde el recital poético a la

zarzuela, pasando por la comedia y el

musical– y dos veces Premio Nacional de

Teatro, el director de La casa de los siete

balcones, Ángel Fernández Montesinos,

asegura que el público que acuda a

contemplar esta obra de Casona verá teatro

de verdad, bien construido y escrito, donde

se aborda un tema intemporal y que no es

moderno ni antiguo. Me refiero al amor

abandonado. De la nostalgia, del tiempo

pasado, de los intereses, de la avaricia y de la

codicia, de todo aquello que forma el mundo

de los personajes que viven y habitan en una

casa donde están muy justificados los amores

imposibles y truncados.

El director opina que La casa de los siete

balcones es una obra esotérica que está

presidida por el amor y la muerte; donde

existen unos personajes que identifico con los

protagonistas de la película de Alejandro

Amenábar, Los otros, que han desaparecido,

que están muertos, pero que viven con el resto

de los habitantes de esta casona en la que se

desarrolla toda la acción. El director advierte

que ha limpiado algunos giros del texto que

en su opinión restaban emoción al pulso

dramático, que estaban muy bien para su

tiempo (1956) pero que suponían un lastre.

Me interesaba abundar en el drama, resaltar

la historia que Casona situó en una cocina

rural de Cantabria, resituándola en el gran

salón de esta casa que opera como laboratorio

en el que se suceden las historias apasionantes

y las emociones que viven cada uno de sus

personajes. Para el director, Casona fue un

autor interesado e intrigado por la muerte,

por el más allá y por el suicidio, y eso es una

inquietud muy española realmente.

Sobre el reparto coral de La casa de los siete

balcones, Montesinos sólo tiene elogios para

los actores que integran el elenco con el que

ha trabajado esta producción de Juanjo

Seoane: La protagonista, María Fernanda

D’Ocón, con la que nunca había coincidido

en un escenario, está maravillosa. He

trabajado con las grandes actrices españolas,

desde Mary Carrillo a la Gutiérrez Caba,

pasando por Cocha Velasco o María

Asquerino, pero nunca antes había disfrutado

de tal cantidad de registros en una sola actriz

de su misma generación. Otro de los elementos

estupendos de esta obra es Vicente Camacho,

que interpreta al sobrino autista, que se

expresa más por los ojos que por las palabras

y que a buen seguro estará entre los premios

revelación de este año. También está excelente

Paco Piquer, que es un actor de una veteranía

y un saber estar ejemplares. Así podría hablar

de todo el resto, que ha garantizado nuevos

matices en ese concierto plural que es La casa

de los siete balcones.

Montesinos, que conoció a Alejandro

Casona precisamente cuando estrena en

1965 en Canarias el montaje del citado

dramaturgo, La barca sin pescador, admite

que me interesa el teatro de Casona como

me interesa el teatro de Tenesse Williams, o

todo el teatro de repertorio y las comedias

modernas que escribe Ira Levin o el de Neil

Simon. No comprendo cómo en España no

existen más compañías que se dediquen al

teatro de repertorio, como existen otras que

impulsan teatro experimental y nuevo. Es

importante para el público que se conozcan

los textos teatrales que forman parte de la

historia del teatro.

Sobre la situación del teatro en España,

Montesinos asegura que cada vez existen

menos productores grandes; que las giras

se plantean de manera equivocada y que

las programaciones de los teatros nacionales

cada vez son más deficientes. Pero el público

sabe lo que quiere, porque cuando surge una

obra como La casa de los siete balcones o

Las bicicletas son para el verano, se llenan

los teatros. La crisis del teatro siempre ha

existido; a la que se suma una nueva, que es

la de falta de organización y distribución.

Francisco Piquer y Carlos Manuel Díaz

MARÍA FERNANDA D’OCÓN:

Amelia de la Torre y Mary Carrillo

asumieron con anterioridad el papel de

Genoveva que ahora le ha tocado

interpretar a María Fernanda D’Ocón en

esta versión de La casa de los siete balcones

que dirige Ángel Fernández Montesinos.

La actriz valenciana afirma que esa mujer

que perdió en la obra de Casona la razón

desde que su prometido la abandonó, está

llena de ternura, vitalidad y juventud.

Los premios y distinciones que posee son

innumerables, desde la Medalla al Mérito

en las Bellas Artes, al Miguel Mihura de

Teatro o el Margarita Xirgu. Se considera

una actriz de largo recorrido porque ha

interpretado los papeles más heterogéneos,

y una persona expresiva y extrovertida.

Sobre el escenario me entrego mucho, porque

los personajes tienen que aflorar tamizados

y convincentes, pero no me desdoblo nunca;

soy yo, y cuando oigo los aplausos me gustaría

bajar al patio de butacas a besar a todo el

mundo, explica.

D’Ocón que confiesa que ha sido una gran

amiga de Alejandro Casona, cree que la

producción del citado dramaturgo

asturiano está vigente porque habla de

cuestiones eternas, de amor, egoísmo

humano, avaricia, ambición, maldad o

bondad. El fallecimiento de Casona la

sorprendió interpretando precisamente en

el Teatro Carrión de Valladolid un montaje

suyo, La sirena varada. Para la protagonista,

Montesinos ha peinado el texto que Casona

escribió en Buenos Aires en 1957

suprimiendo textos retóricos, y resituando

el misterio que encierra la acción que

transcurre en los años veinte y en un

ambiente rural, a la segunda mitad del siglo

XIX en un tiempo recreado al que ayuda

mucho unos estupendos decorados y un

vestuario notable. Sobre su personaje,

Genoveva, una solterona y heredera de una

fortuna familiar que vive anclada en el

pasado esperando la llegada de su novio

que viajó a las Américas para hacer fortuna,

la actriz asegura que es una maravilla

porque cabalga entre la juventud y la

madurez y entre distintos estados de ánimo

logrando crear en ella una eterna dama

joven que vive creyendo con verdadera fe en

su futura felicidad. Esta esperanza en el

futuro es, según D'Ocón, el mensaje

principal que quiso trasmitir Alejandro

Casona.

En su carrera profesional jalonada de

autores clásicos y modernos no se cansa

de repetir que le falta un Shakespeare, y

reconoce que le entusiasma que le ofrezcan

papeles con trama, nudo y desenlace,

porque yo soy muy visceral y me entrego

totalmente a lo que estoy haciendo. Fui la

Antígona, de Anouilh, en Mérida, que es un

escenario en el que te sientes muy cerca de

Dios. No estoy para hacer Ofelia, pero si me

gustaría encarnar a Lady Macbeth. Tampoco

he hecho nunca teatro de vanguardia, excepto

un Esperando a Godot, de Samuel Beckett,

y eso que como espectadora me seduce

mucho, pero no como actriz, ya que no me

entusiasman esos textos inconexos.

María Fernanda D’Ocón confiesa que lo

que más le gusta hacer es vivir y viajar. El

teatro es mi profesión, pero sólo supone el

40 por ciento de mi vida. El resto, lo dedico

íntegramente a mi existencia particular, lo

que más me ha importado siempre. Cuando

me dicen que por qué no imparto clases de

interpretación siempre contesto que yo lo

que debiera darlas es de saber vivir. Si no

pensara en los problemas del mundo, en lo

que sucede a mi alrededor, sería

completamente feliz, en mi entorno, con mi

familia, con mis amigos y con mi trabajo.

14 ARRIBA TELÓN / TEATRO

ENTREVISTA

Casona está vigente porque habla de cuestiones eternas, de amor y

egoísmo, ambición, soledad, bondad y maldad

ALEJANDRO CASONA,

del exilio americano a la España franquista

El dramaturgo asturiano Alejandro Casona

triunfó con su teatro durante la República, el

exilio y el franquismo. Su verdadero nombre

fue Alejandro Rodríguez Álvarez, aunque con

el apellido artístico de Casona alcanzaría la

fama que hoy lo señala como uno de los

autores más importantes de la escena española

de los años 50 y 60. Cerca de cuatro décadas

separan la primera obra de Casona, La empresa

de Ave María (1920), de la última, El caballero

de las espuelas de oro (1964). Durante esos más

de 40 años, el escritor que dirigió durante la

República las Misiones Pedagógicas,

recorriendo pequeñas poblaciones de la España

más rural y profunda, donde el teatro era una

novedad, afrontó muchas y variadas obras

cuyas constantes –como señala el prologuista

de algunas de ellas, Mauro Armiño- fueron

morales, éticas y con tramas en las que mezcló

realidad y fantasía, en un mensaje que se orienta

hacia una bondad natural del ser humano.

Los valores de su producción sin embargo han

sido abordados de desigual manera por

estudiosos y entendidos. Algunos de ellos

hablan de un autor innovador y audaz en el

contexto de una escena anquilosada, mientras

que otros le acusan de propiciar un teatro de

evasión y aburguesado que perpetuaba las

pautas del período más duro del régimen

franquista. En la década de los 60 es cuando

el teatro de Casona disfruta de su máximo

apogeo, convirtiéndose, tras Alfonso Paso, en

el autor más representado de los escenarios

madrileños.

Cuando estalla la Guerra Civil se exilia a

Francia, y desde allí, como director artístico

de la compañía Díaz de Artigas-Collado,

emprende un recorrido por México y

Argentina, para regresar en 1962 a España.

Como maestro, su obra refleja una

preocupación por la injusticia de los

reformatorios dirigidos por órdenes religiosas.

Otra vez el diablo y La sirena varada, piezas

poéticas, culminaron su consagración antes

de la contienda civil que le lleva a América, en

donde produce la mayor parte de sus trabajos

dramáticos: Sinfonía inacabada (1940), Los

árboles mueren de pie (1949), La casa de los

siete balcones (1957) y Carta de una desconocida

(1957), entre otras muchas. Más de una

veintena de las obras de Casona han sido

trasladadas al cine en América

3 ANDERSEN 3

Profetas de Mueble Bar recupera la vigencia

de la obra de Hans Christian Andersen,

considerado como el creador del cuento

contemporáneo, en la primera de las

propuestas escénicas incluidas en la actividad

Infantil Cuyás, destinada a los más pequeños,

coincidiendo con las vacaciones de Semana

Santa. 3 Andersen 3 regresa nuevamente,

como espectáculo concertado para escolares

de Educación Infantil y Primaria, tras el éxito

obtenido no sólo entre los más pequeños,

sino entre los papás durante las pasadas

Navidades. Su montaje de pequeño formato

recoge la representación, entre otros, de los

cuentos El ruiseñor, El patito feo y El duende

y el abacero.

En el taller de Claudio y Expósito, dos

personajes populares que han servido a esta

compañía canaria para articular buena parte

de sus propuestas infantiles, se producirá el

encuentro mágico de la fantasía y el teatro.

Son personajes que rompen continuamente la

cuarta pared y nos permiten crear ilusión

teatral a la vista del público, explica Juan

Ramón Pérez, miembro de Profetas. Buena

parte de la dinámica del trabajo de este

grupo, que integran también Carmelo

El éxito de la

compañía canaria

entre chicos y

grandes durante las

navidades pasadas

obliga al Cuyás a

programar

nuevamente su

montaje con Claudio y

Expósito como

personajes centrales

16 INFANTIL CUYÁS

PROFETAS DE MUEBLE BAR REGRESA AL TALLER DEL CREADOR

DEL CUENTO CONTEMPORÁNEO, HANS CHRISTIAN ANDERSEN

3 ANDERSEN 3

Cuentos de Hans Christian Andersen

Profetas de Mueble Bar

30 y 31 de marzo

(09.45 h.)

Funciones Escolares Concertadas

(Infantil y Primaria)

Precio único: 3 euros

Alcántara y Fernando Navas, es acercar a los

más pequeños las historias universales a

través del teatro y sus claves.

En el desordenado taller de Claudio y

Expósito, además de surgir las historias de

Andersen, los niños conocerán cómo se

construyen los personajes, las escenografías

y se diseñan los vestuarios en los montajes

teatrales; cómo un cuento y sus palabras

se convierte en representación. Magia

y fantasía estarán al servicio de

historias poderosas en

contenidos. Apostamos por el

alto nivel literario de los textos

escogidos y la claridad

expositiva, entre otras cosas

porque creemos el teatro

para niños no debe nunca

estar reñido con la

calidad, señala Carmelo

Alcántara.

Según Juan Ramón

Pérez, Profetas de

Mueble Bar tiene con

Andersen una

especie de pasión

confesable. Dentro de la literatura universal

se le considera el creador del cuento

contemporáneo. Con él se libera al autor de

toda la tradición precedente y se inicia la

conquista de los nuevos lenguajes, más

poderosos y mágicos.

El grupo, que representó en octubre de 2003

sobre el escenario del Cuyás su montaje

didáctico para escolares, Historia de las tablas,

prepara la segunda entrega de dicho

espectáculo que se estrenará próximamente,

y que analiza el recorrido del teatro desde el

Siglo de Oro hasta las corrientes de

vanguardia de nuestros días.

LA LUNA DE LOS CUENTOS

La multiculturalidad es un término que

hemos acuñado recientemente y que viene

a definir el carácter cambiante y multirracial

de un mundo cada vez más globalizado. Las

mercancías se mueven, la gente se mueve,

las ideas se mueven y las culturas cambian.

Actualmente estamos inmersos en una

reforma mundial de las culturas, un

movimiento tectónico de los hábitos y los

sueños llamado, en la jerga sociológica,

globalización. A ese mundo incesante de

transformaciones sociales, políticas,

económicas y culturales, no son ajenos los

ciudadanos más menudos y pequeños.

Para el grupo canario de títeres La

Charlatana esta realidad no sólo debería

tener su reflejo en las aulas educativas, sino

que desde las artes escénicas se deben platear

propuestas a los niños que den a conocer y

posibiliten un marco de reflexión sobre las

diferentes culturas, fomentando el desarrollo

de la capacidad de descubrirlas e

interpretarlas desde los códigos de la

tolerancia y el respeto a la diferencia. La

Charlatana presenta en el patio del teatro,

el segundo de los montajes que el Cuyás

destina a los niños durante el mes de abril,

dentro del ciclo Infantil Cuyás. La luna de

los cuentos-África, un espectáculo que consta

de tres historias enlazadas entre sí, y guiadas

por un personaje central que no es otro que

la luna, se representará en el Patio del Cuyás

con entrada libre.

Dichas historias, recogidas de la tradición

oral del cercano continente africano,

pretenden aproximarnos a la visión del

universo de los sentimientos humanos desde

la perspectiva africana. En ellas, los animales,

los elementos y los dioses hablan y actúan

como los hombres. Según La Charlatana,

han indagado en distintas historias cuyo

origen, sea oral o escrito, tienen en común

a los niños como destinatarios. Estas historias

sirven al grupo para descubrir otros lenguajes

que revelan no sólo a través del texto, sino

respetando en lo posible los propios códigos

estéticos de dichas culturas, tanto en lo visual

como en lo musical. Todas ellas tienen como

elemento común y simbólico a la luna, bajo

la cual se cuentan dichas historias

subrayándose el hecho de dicho astro luce

con la misma intensidad para todos, pero es

visto de forma diferente desde los distintos

parajes de la tierra.

El montaje de La Charlatana está basado en

la manipulación de singulares y vistosas

marionetas de guante.

18 INFANTIL CUYÁS

Los dos guelas o la creación

Es el primero de los cuentos y proviene de Costa de Marfil. Se refiere a dos criaturas muy poderosas que existían antes de que todas las

cosas estuviesen en la tierra y en el cielo: el guela de arriba y el guela de abajo. Ambos se enfrentan por la utilización de una figurillas de

arcilla sin vida y una promesa incumplida que ha conllevado la sucesión de guerras y tempestades.

El pájaro inquieto (cuento bonzo)

Una vez creado el mundo el guela de arriba olvidó colorear las aves. Estas, cansadas de ser todas iguales, reclamaron ser diferentes y de

colores vivos y brillantes, como las flores y el resto de los seres creados. Las exigencias y la impaciencia de Manda, el pájaro más inquieto,

obligó al dios a pintarlo con descuido con la única intención de que lo dejara en paz. Manda ha quedado embadurnado con feos y grises

colores, aunque no por ello cesaron sus impacientes demandas.

El árbol de los ricos frutos

Finalmente, La Charlatana escenificará en su montaje una versión libre de un cuento de los duala, una tribu del sur de Camerún, que

cuenta la historia de un león cruel que poseía un árbol extraordinariamente grande, cuyos frutos eran exquisitos. Para que nadie osara

acercarse al árbol, el león contaba con la ayuda de un taimado cocodrilo de dientes afilados.

El grupo La Charlatana recrea tres historias africanas que persiguen educar

al niño en los valores de la tolerancia y el respeto a la diferencia cultural

Tres cuentos míticos

LA CHARLATANA

La luna de los cuentos (África)

3 de abril (12.00 h. y 18.00 h.)

y 4 de abril (12.00 h.)

Patio del Cuyás

Entrada libre

Nadie debería perderse el tercer y último

de los espectáculos infantiles propuestos en

abril en el patio del Teatro Cuyás. La

Compañía hispano-checa Karromato

entusiasmará a buen seguro a grandes y

pequeños con su Circo de madera.

Para la creación de su espectáculo El circo

de madera, la compañía Karromato se

inspiró en los números de variedades que,

en el siglo XIX, servían para entretener al

público en los intermedios de las

representaciones teatrales de marionetas.

Han elegido entre ellos los que tenían

relación con el mundo del circo, y los han

unido tomando como hilo conductor la

música que, compuesta para la ocasión,

acentúa el humorismo casi grotesco de las

acciones de este delicado y maravilloso

espectáculo en el que se convierte su circo

de madera. El teatro, ricamente decorado

al estilo de la época, y el detalle en el acabado

de las marionetas, ayudan a despertar en el

espectador la sensación de reencontrarse

con un viejo amigo.

Un desfile de acróbatas, fieras, forzudos,

equilibristas, monos, caballos, payasos y

otros personajes se suceden en este circo

de marionetas cuyo principal deseo es ser

dignas herederas de sus abuelos. La fiabilidad

de los modelos, la vestimenta y muchos de

los detalles que se suceden en la función de

Karromato son fruto de un profundo

estudio elaborado por la compañía con la

ayuda del doctor Jaroslav Blecha, del Museo

Etnográfico de Brno.

Los actores-manipuladores de Karromato

mueven con la difícil técnica del hilo un

sinfín y variopinto grupo de personajes, en

donde se funde lo onírico y lo real. La

música en este montaje opera como un

factor fundamental que obliga a los seres

articulados de este circo a bailar al ritmo

de melodías cercanas y evocadoras.

Karromato es una compañía profesional de marionetas fundada en Praga en 1997. Los

miembros fundadores provienen de la República Checa, Hungría y España, y aportan

cada uno de ellos una rica experiencia de trabajo en otras compañías teatrales. Todos

ellos participan en el trabajo de diseño, construcción y manipulación de la marionetas.

La compañía cree en la capacidad natural que las marionetas poseen para emocionar al

espectador a través del movimiento, la música y el ritmo, creando así espectaculos que

no dependen de la palabra.

Karromato continúa la tradición del teatro tradicional de marionetas centroeuropeo,

preservando su valor, no como una pieza de museo, sino como una forma válida de

expresión teatral que cautiva y entretiene a un público adulto. Actualmente la compañía

trabaja realizando espectáculos en cooproducción con otros teatros de Alemania, Italia,

Francia y Méjico.

La universalidad de los espectáculos de Karromato queda demostrada con la participación

de la compañía en numerosos festivales en catorce países europeos, además de diversas

giras por Canadá, Japón, Israel, Méjico, Ecuador y Costa Rica.

Señoras y señores, niñas y niños...

con ustedes los equilibristas y acróbatas del circo

Marionetas que emocionan

EL CIRCO DE MADERA

La Compañía Karromato presenta bajo la carpa de su delicado y genial

espectáculo circense, una propuesta con la que chicos y grandes se verán

sorprendidos por la graciosa ductilidad de las marionetas de hilo

KARROMATO

El circo de madera

8, 9, 10 y 11 de abril (12.00h.)

Patio del Cuyás

Entrada libre

El 31 de agosto de 1965 un breve anuncio

inserto en la prensa comunicaba a los

cinéfilos el cierre temporal del Cine Cuyás

con el objeto de reformarlo. El arquitecto

encargado de redactar el proyecto fue

Fermín Suárez Valido. Al margen de la

intervención arquitectónica, a través de la

que fue alterada la idea primigenia debida

a Miguel Martín Fernández de la Torre,

merece ser destacada la contribución llevada

a cabo por uno de los pintores más

importantes del panorama contemporáneo

insular. Al mismo tiempo que se ultimaba

la reforma interna del local, Rafael Monzón

Grau-Bassas -director de la Escuela Luján

Pérez y miembro del grupo Espacio-, recibió

el encargo de decorar las dependencias de

la antesala y cantina del nuevo Cine Cuyás.

La labor desarrollada por este pintor

consistió en la confección de un mural de

grandes dimensiones que vinculó el Cuyás

con la nueva realidad plástica imperante en

Gran Canaria. La composición está

dominada por las líneas geométricas que

definen distintos planos sobre los que

emergen las siluetas de tres campesinas que

dirigen su mirada hacia el espectador. Por

tanto, aunque el espacio en que iba a estar

ubicado podría haber invitado al artista a

componer una obra con connotaciones

cinematográficas, Felo Monzón optó por

la habitual canariedad que domina buena

parte de su producción.

Con esta nueva fisonomía, a la que hay que

sumar la colocación de nuevas butacas

polarizadas así como la instalación a finales

del mes de febrero de 1966 de un equipo

de proyección y sonido TODD-AD 70 m/m

-nuevo sistema que había sido introducido

en la capital grancanaria por la empresa del

Cine Capitol-, abrió nuevamente sus puertas

el Cine Cuyás proyectándose la película

Mary Poppins.

La empresa del cine nunca abandonó su

línea de modernización. De esta manera, a

lo largo de la década de 1970 la

incorporación de mejoras, en tres ocasiones,

contribuyó a la supervivencia de la sala en

unos años críticos para el Séptimo Arte. En

el mes de octubre de 1972 fueron sustituidas

las butacas que se habían instalado en 1966.

Tres años más tarde, la sala sirvió de

escenario para dar a conocer el sistema

DUO-VISIÓN con la proyección de la

película Perversidad. Finalmente, en 1978,

su sistema de proyección fue mejorado con

la incorporación de una lámpara Xenon,

eliminándose las oscilaciones luminosas

producidas por los sistemas tradicionales.

Del mismo modo, en las postrimerías de la

década de 1970, se procedió a la

redecoración del local incorporando papeles

pintados sobre las paredes interiores, razón

por la cual el precitado mural salido del

pincel de Felo Monzón quedaría cubierto

y en el olvido hasta su reciente recuperación

en 1993.

La crisis experimentada por el modelo

tradicional de exhibición cinematográfica

en la década de 1980, así como el

surgimiento del nuevo fenómeno multisala,

afectó de manera directa al emblemático

Cuyás. De este modo, en 1987 cerró sus

puertas definitivamente, dos años después

de la inauguración de los Multicines

Galaxy´s y Royal. A pesar de todo, el hechizo

escénico que había habitado aquel histórico

local no murió tras su clausura. Por el

contrario, la rehabilitación emprendida por

el Cabildo de Gran Canaria lo ha hecho

resurgir en el umbral del siglo XXI, aunque

ahora el celuloide ha dado paso a un sinfín

de propuestas escénicas bajo cuyo

magnetismo se cobijan desde hace ya cinco

temporadas, la danza y la música en todas

sus vertientes, así como el teatro de

producción local, nacional e internacional.

Desaparece un cine y nace un espléndido teatro

EL TEATRO CUYÁS (III)

FERNANDO BETANCOR

Interior del Cine Cuyás

(Archivo de la FEDAC)

20 REPORTAJE

Un retorno natural a los orígenes

El último jefe de cabina del antiguo Cine Cuyás, Rafael Hernández Marrero,

se ha convertido en un valedor de la memoria cinematográfica de dicha sala

Alan Ladd, Rita Hayworth, Henry Fonda,

Cantinflas, Edward G. Robinson, Maureen

O’Hara, Cary Grant o Errol Flynn, fueron

algunas de las numerosísimas estrellas de

Hollywood que llenaron con su luz la

pantalla de 17 metros del cine Cuyás. Rafael

Hernández Marrero tiene ahora 82 años y

fue el último en cerrar la puerta de metal de

la habitación en la que se encontraban los

aparatos de proyección del famoso cine de

la capital grancanaria, reconvertido en 1999

por el Cabildo de Gran Canaria en un

moderno teatro. Hernández Marrero se ha

convertido en el último valedor de la

relativamente corta historia de los locales

cinematográficos que coexistieron a la vez

en una ciudad y que no pudieron resistir el

empuje tiránico de las multisalas. En su

estudio de la calle Pío Coronado guarda

celosamente una cantidad ingente de

material y archivos de aquella época dorada

del ocio, que se extiende al control

documental incluso de todas las salas que

existieron en el resto de los municipios de

Gran Canaria, Lanzarote, Fuerteventura y

África Occidental.

Fue operador cinematográfico de muchos

de los cines de la ciudad, del Goya, local en

el que se inició con 17 años durante la Guerra

Civil española junto a su venerado tío

Manuel Marrero Barrera; del cine al aire

libre del antiguo solar del Campo España,

del cine Rex, Carvajal, Quilmes de Tafira,

Pabellón Victoria de Teror, Colón, Sol

Cinema y, cómo no, del Cuyás, en cuya

pantalla proyectó como última película A

cara descubierta. En ese cine y en sus veinte

años de servicio acometió la exhibición de

1.813 filmes y reparó muchos televisores en

dos pequeños locales ubicados en el solar de

acceso. Aún recuerda con su memoria

prodigiosa que su afición por el cine dio

comienzo con cinco años en el Colón, de la

calle Matías Padrón. El cine es una gran

escuela para entender lo bueno y lo malo del

mundo. En muchos lugares creó una cultura

especial, porque la gente que adoraba el cine

era gente buena que deseaba saber más, explica

con añoranza Hernández Marrero. El Cuyás

fue teatro en sus inicios y parecía que en su

destino estaba escrito que tarde o temprano

debería volver a ser teatro. Ha sido un retorno

a sus orígenes. Sin embargo, el octogenario

operador confiesa que desde su reconversión

como equipamiento escénico, no ha pisado

el nuevo Cuyás. Cuando acometieron su

reforma para rehabilitarlo me causó gran

tristeza y dolor emocional. Para reponerme

estuve unas cuantas semanas hasta que he

podido irlo olvidando. El cine Cuyás me dio

mucha vida, recuerda ahora.

El revuelo que se originó en 1947 con el

estreno de Gilda, de King Vidor, con Rita

Hayworth como protagonista, fue

descomunal. Aquel filme se presentó como la

película que arrebataba a las muchedumbres,

como una grandiosa superproducción no apta

que anunciaba a una Rita Hayworth como

una mujer fascinante que causaba sensación

en el mundo entero. Ante la fachada del Cuyás

se apostaron seminaristas, clérigos, monjas y

curas, así como detractores de Gilda que

increpaban a los espectadores que decidían

entrar a verla. Aquello fue un acontecimiento

en la ciudad ¡Nunca hubo una mujer como

Gilda!, rezaba el anuncio que publicaba el

Cuyás en la prensa local. Todavía recuerda

otros éxitos como Marcelino pan y vino, de

Ladislao Vadja, o El padrecito, de Cantinflas,

que permaneció en la cartelera del local un

mes, o sonados fracasos como ¡Socorro!, de

Richard Lester, con los Beatles, que sólo

permaneció seis días.

Pero su relación con el Cuyás también está

vinculada al teatro, porque en su escenario

y con la Sociedad Pro-Arte Atenas, formó

parte del elenco de actores de varias obras

como Qué solo me dejas, La americana para

dos, ¡Qué hombre tan simpático!, El divino

impaciente y Ven acá vino tintillo, entre otras.

Escudos de solapa que debían portar los espectadores

durante las proyecciones de la posguerra.

JUNIO-JULIO

22 AVANCE

Wit

WIT

de Margaret Edson

18, 19 y 20 de junio

La obra, alabada por la crítica y ganadora del Pulitzer de Teatro, gira alrededor del drama de una renombrada profesora, Vivian Bearing,

que ha dedicado su vida a estudiar los sonetos metafísicos de John Donne, y a quien se le ha diagnosticado un cáncer terminal. El

personaje aborda sin melancolía ni patetismo la enfermedad y el ambiente que la rodea desde la habitación del hospital, y hace balance

de su vida y su trabajo con humor, lucidez y profundidad. Dicen que el sentido del humor es lo que diferencia al hombre de los animales

y que poder reírse de uno mismo es, probablemente, la expresión del grado más elevado de inteligencia. Wit sería la demostración más

clara de esta idea, uno de aquellos raros textos contemporáneos en los que la ironía está al servicio de la inteligencia, la inteligencia, al

servicio de los sentimientos, y todo ello a través de la interpretación, es decir, del teatro, al servicio de una comunidad.

SIT

Tricicle

22 al 27 de junio

La silla es y ha sido un objeto en el recorrido vital del ser humano. Desde su descubrimiento, suponemos en una época pre-histórica

plagada de fenómenos naturales y animales hoy en extinción, ha acompañado al hombre en la mayoría de actividades que realiza. Tricicle

también ha tenido a la silla como co-protagonista en muchísimas situaciones, gags y sketchs de sus anteriores espectáculos como Slastic,

Exit o Entretrés. Sit o los increíbles hombres-silla es una ficción sobre la historia de la silla, de sus usos y de las situaciones cotidianas en

las que esté presente, desde su invento hasta nuestros días, contada por unos personajes inventados llamados los Chairwood, que a la

vez pertenecen a la saga de los primeros homínidos que utilizaron la silla no sólo para sentarse y descansar sino también para sus

primeras relaciones sociales como por ejemplo el teatro. A la vez pretende ser un trabajo teatral donde la estética y la funcionalidad

de la silla la convierten en un actor más. Tricicle crea un espectáculo en el que el humor es tratado desde el juego escenográfico y estético,

incorporándolo a su habitual trabajo teatral de situaciones cotidianas, donde el público se ve reflejado una y otra vez.

EL RETRATO DE DORIAN GRAY

de Oscar Wilde

2, 3 y 4 de julio

Superados los temas que en su tiempo pudieron escandalizar (la inmoralidad en el arte, la ambivalencia sentimental de los personajes,

su amoralidad o su cinismo), El retrato de Dorian Gray (1891) constituye una obra fundamental del decadentismo.A partir de la

impresionante relación del retrato con su modelo, Oscar Wilde (1854-1900) enlaza sus ideas sobre la dependencia del arte y la vida,

de lo existente y su representación, de la belleza y la juventud. En la única novela larga de su autor, todo confluye para defender la

libertad del artista, la independencia del arte y la fuerte realidad de la palabra literaria. No desprovista de un fino humor, El retrato de

Dorian Gray sintetiza las virtudes de Wilde y constituye una obra fundamental de la literatura moderna.

BALLET DE LA ÓPERA ESTATAL DE VIENA

Dirección: Renato Zanella

9, 10 y 11 de julio

Esta importante formación austriaca, una de las más prestigiosas y reconocidas del ámbito dancístico europeo, cerrará la temporada

2003-2004 del Teatro Cuyás con un programa que incluye, los días 9 y 10, Theme and variations, de Tchaikovsky y coreografía de George

Balanchine; El lago de los cisnes, también de Tchaikovsky y coreografía de Marius Petipa; El corsario, de Ricardo Drigo, con coreografías

de Alexander Chekrygin y Vachatang Chabukiani, y Alles Walzer, con música de Johann Strauss, Joseph Strauss y Gustav Mahler, con

coreografía de Renato Zanella, director del Ballet Estatal de la Ópera de Viena. El día 11, la formación ofrecerá un programa en el que

se incluye como novedad, el Grand Pas Classique del 3º acto de la obra Raimonda, de Alexander Glazunov, con coreografía de Marius

Petipa; y la repetición de las piezas El Corsario, de Ricardo Drigo y, finalmente, Alles Walzer.

Sit El retrato de Dorian Gray Ballet de la

Ópera Estatal

de Viena

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