Nº35
Diciembre 2008 - Enero 2009
ARTE
La amistad frente al genio artístico
MISTERIOSO ASESINATO EN MANHATTAN
Quique San Francisco en la piel de Woody Allen
YO ME SUBÍ A UN PIANO VERDE
Millán Salcedo en estado puro
NAVIDAD EN LOS TEATROS DEL CABILDO
Teatro, danza, música y títeres para toda la familia
GATAS
Un grupo de mujeres inmortales
DON JUAN, EL BURLADOR DE SEVILLA
Fran Perea se enfrenta a Tirso de Molina
Fotografía: Luis Malibrán
LA CENA
DE LOS
GENERALES
El comienzo de la
reconciliación de las dos Españas
Presidente del Cabildo de Gran Canaria
José Miguel Pérez García
Consejera de Cultura y Patrimonio
Histórico y Cultural
Luz Caballero Rodríguez
Presidente de la Fundación Canaria
Orquesta Filarmónica de Gran Canaria
Roberto Moreno García
Coordinadora de Artes Escénicas
Rosa Férez
Gerente
José Ramón Risueño
Director Artístico
Gonzalo Ubani
Jefe de Redacción
José Jiménez Almeida
Coordinadora de La Luna
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y Archivo del Teatro
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Dirección de Arte y Maquetación
Maldito Rodríguez
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San Nicolás
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04
ARTE
Un cuadro sobre la fragilidad de la
amistad.
08
MISTERIOSO ASESINATO
EN MANHATTAN
La genialidad de Allen trasladada a
los escenarios.
12
YO ME SUBÍ A UN
PIANO VERDE
Millán Salcedo regresa a la senda del
humor tras su éxito en el Drama y la
Zarzuela.
16
NAVIDAD EN LOS
TEATROS DEL CABILDO
El Cuyás y la Sala Insular de Teatro
llenan las fiestas más entrañables del
año con música, teatro, danza y títeres
para toda la familia.
20
ROMEO Y JULIETA
PENSADO PARA NIÑOS Y NIÑAS
Un clásico revisado de Shakespeare
donde los personajes tejen una nueva
trama con final feliz.
SUMARIO
TEMPORADA
2008/2009
22
EL CASCANUECES
Un clásico de tiempos navideños con
la genialidad del
Ballet Imperial Ruso.
24
DON QUIJOTE
El talento de Gediminas Tarandá nos
trae un Quijote más ágil.
26
GATAS
Seis mujeres desgranan las grandes
tragedias del siglo XX español.
30
LA CENA DE
LOS GENERALES
Sancho Gracia hace repaso a su
propia vida en una metáfora de la
reconciliación nacional.
34
DON JUAN EL
BURLADOR DE SEVILLA
Fran Perea nos presenta un Don Juan
musical en clave femenina.
38
PRECIOS
39
BONOS Y DESCUENTOS
Fran Perea en una escena de Don Juan, el Burlador de Sevilla
ARTE
UN MILAGRO
DE LA DRAMATURGIA
ACTUAL
Iñaki Miramón, Álex O´Dogherty y Luis
Merlo analizan la fragilidad de la amistad
y la relatividad del arte contemporáneo en
una adaptación del texto de la genial
Yasmina Reza
Un cuadro tiene la culpa de todo. Un objeto precioso, caro, que atesora
el talento infinito de un artista o es una auténtica tomadura de
pelo. Demasiado valioso. Incluso más que una amistad forjada durante
más de quince años.
Ésta es la trama que se esconde tras Arte. Y algo tiene que tener este
texto de Yasmina Reza para ser la obra más representada del mundo
de un autor vivo. Una marca impresionante que aún es más increíble
si tenemos en cuenta que el texto se escribió en 1994. Esto es, prácticamente
antes de ayer. Reza (París, 1 de mayo de 1959) cursó estudios
en la Universidad de París y en la Escuela de Arte Dramático
Jacques Lecoq y empezó su carrera como actriz. De ascendencia judía
aunque con una mezcla de sangre rusa, húngara e iraní, la que iba
a convertirse en una de las damas del texto teatral empezó a curtirse
sobre las tablas como intérprete de clásicos de Moliére o modernos
de la talla de Marivaux. Pero en 1987 decidió pasarse al lado de los
que deciden sobre la suerte de los personajes y escribió su primer
texto: Conversaciones tras un entierro.
Su carrera como escritora también se vinculó al cine cuando tradujo
La metamorfosis de Kafka para la adaptación de Roman Polanski.
Gracias a ella ganó el premio Moliére a la mejor traducción, galardón
que volvió a ganar un año después con una obra original: La
travesía del invierno. A partir de ahí, más éxitos hasta desembocar en
esta Arte que, cómo no, ganó el correspondiente premio de las tablas
francesas y se convirtió en la obra representada en más ocasiones
de un autor que tiene la suerte de andar entre los vivos. El texto ha
sido traducido a 35 idiomas y ha sido un éxito de público y crítica en
todos los lugares en los que se ha interpretado. Un privilegio que no
tuvieron en vida el propio Moliére o gigantes del escenario de la talla
de Shakespeare o Lope de Vega. Casi nada.
Pero hablemos de Arte. Ya hemos explicado del tronco del que se
desprende el argumento de la obra. Esta versión española ha sido
adaptada por Fernando Masllorens y Fernando González del Pino
y cuenta con la dirección del experimentado Eduardo Recabarren.
El trabajo interpretativo recae en tres rostros conocidos de la escena
española. Luis Merlo, Álex O’Dogherty y el veterano Iñaki Miramón
son los encargados de dar vida a estos tres personajes que ven
sus vidas tambalearse por culpa de ese cuadro objeto de deseos incontrolables
y causa de la más terrible de las tormentas que pueden
desencadenarse entre amigos.
Sólo una semana basta para que la compra de ese cuadro, una tontería
sin aparente importancia, acabe con las relaciones de tres compañeros
inseparables. Un condescendiente y resabiado Sergio; el colérico
Marcos y un Iván que siempre ha servido de país neutral entre
los dos primeros, se ven sometidos a una presión que les obliga a declararse
la guerra. Estamos, pues, según explica el director de la obra,
ante un texto que explota la fragilidad de las relaciones humanas. Un
texto sobre la incapacidad para entender y para amar por encima de
nuestros propios prejuicios.
Arte es, destaca Recabarren, una obra excelente que se ha convertido
en el más sabio y divertido tratado mundial sobre la amistad. Se trata
de un montaje soberbio, admirablemente construido, con personajes
que se revelan poco a poco hasta adquirir una complejidad insospechada
y que, entre risas, muchas risas, sabe decirnos unas cuantas cosas
Todo esto lo cocina la autora con mucho sentido del humor, a través
de diálogos breves e incisivos, cargados de suspensiones, donde los
silencios, las pausas, los matices de las palabras, la ironía sutil, cobran
gran importancia (hay que ver cómo se miran y se escrutan los
personajes), y a ello se debe gran parte del éxito de esta obra.
nada banales sobre nosotros mismos: no se me ocurre una mejor definición
de lo que ha de ser una comedia. Yasmina Reza dijo que Arte
era una tragedia que se ignora y no le falta razón. La tragedia esencial
de la amistad: no soportar que el otro se salga de su papel, del patrón
que le hemos marcado, destaca.
Y, con todo, ¿qué pasa con la trama? Quizás sea lo de menos, pero
para los indecisos y los que quieren ir sobre seguro, decir que un médico
llamado Sergio compra un cuadro pintado de blanco por 50.000
euros, hecho que desestabiliza a su amigo Marcos y que provoca un
debate entre ambos y su amigo Iván sobre las diferentes concepciones
artísticas que tienen. Lo cierto es que parece fácil ponerse del
lado de Marcos y pensar que en no pocas ocasiones el arte vanguardista,
en todas sus facetas, no es más que una tomadura de pelo. Sin
embargo, Yasmina Reza no se queda en la discusión intelectual sobre
el arte, sino que aborda también la naturaleza de la relación de amistad
entre los tres personajes. De pronto, salen a la superficie, resentimientos,
mentiras, diferencias insalvables que ponen de manifiesto
la complejidad y la fragilidad de las relaciones humanas y la diferente
concepción de la amistad que tienen los personajes.
EL
SECRETO
DEL ÉXITO
Alta comedia con trazas de tragedia desgarrada. Quizás sea ése el
secreto que ha convertido a Arte en una de las sensaciones de las
artes escénicas de los últimos años. Muchos califican a Yasmina Reza
como un animal teatral brillante, astuto y original que huye de los tópicos
del teatro que intenta ser grandilocuente. Para esta dramaturga
francesa, la pomposidad y la profundidad que apenas llega a rascar la
superficie de las relaciones humanas no tienen cabida. Ella sabe llegar
al fondo. Sabe ir más allá y firmar textos rotundos que conectan
con el público. Su éxito arrollador a lo largo y ancho del orbe así lo
atestigua. El crítico teatral Marcos Ordóñez dijo con mucho acierto
que la escritora gala logra con Arte lo que Mihura, con ese ingenio
que lo convirtió en uno de los más grandes de las letras del siglo XX
español, calificó como saber dar gato por liebre.
Como Nathalie Sarraute, quizás su mayor influencia, destaca Ordóñez,
Reza escribe sobre tropismos, esos movimientos imperceptibles,
subterráneos y apenas voluntarios que modifican el comportamiento
humano, y que suelen enviar al garete las relaciones más duraderas
por un sí o por un no.
Una comedia sobre la tragedia de la amistad. Con un texto ágil donde
el diálogo es una partitura que sólo pueden interpretar a la perfección
virtuosos del teatro, Reza construye un tratado sobre los vericuetos
oscuros del más puro de los sentimientos humanos, la amistad. Uno
puede intentar perderse en las neuras urbanas de los protagonistas o
dejarse estorbar por el esnobismo, pero tras las fachadas se esconde
un tratado ácido y punzante sobre lo que significa que dos personas
sean amigas. El éxito de su teatro radica en el fulgor de los diálogos
y la agudeza psicológica de los perfiles. Cada pieza es una partitura
que sólo puede ser ejecutada por virtuosos: una réplica a destiempo,
un matiz inadvertido, y el castillo de naipes se viene abajo. No deja de
ser singular que pese al éxito de Arte la mayor parte de sus comedias
sigan ausentes de nuestros escenarios, desde su debut, Conversations
après un enterrement (1987), tal vez por lo nutrido de su reparto, casi
una docena de personajes, pasando por L’Homme du hasard (1995),
destaca Ordoñez.
GENIOS
DE LA PEQUEÑA
PANTALLA
Uno de los atractivos de Arte es poder ver en directo las evoluciones
de tres de los talentos más prolíficos de la ficción española de
los últimos años. Las series televisivas españolas han dado un salto
de calidad indudable de un tiempo a esta parte, con una feliz combinación
de guiones sólidos y talento interpretativo que ha podido
plantar cara a la industria del entretenimiento que nos llega desde
Estados Unidos. Sobre las tablas del Cuyás se podrá disfrutar de tres
actores que, a la par de un currículo envidiable en los escenarios,
combinan una buena hoja de servicios en el cine e impresionantes
éxitos en la televisión.
El que menos se ha prodigado en la pequeña pantalla es Iñaki Miramón,
aunque ha participado en exitazos de la talla de Siete Vidas
o la ya mítica Media Naranja. La lista de series de Álex O´Dogherty
es mucho más amplia, con trabajos en títulos clave para entender la
reciente historia de la televisión en España. O´Dogherty ha participado
en productos televisivos de la talla de Aída, Aquí no hay quien
viva, Un paso adelante, Policías o El Comisario, aunque su papel más
celebrado, que se mantiene al pie del cañón desde 2005, es el de ese
chófer chulesco y prepotente que tiene aterrorizada a la oficina más
peculiar de España. Cámera Café ha convertido el rostro de este actor
en uno de los más reconocidos del mundillo de la televisión española.
El tercero en disputa también puede presumir de haber encarnado
uno de los personajes más queridos por las audiencias millonarias.
En la actualidad, Luis Merlo nos tiene pegados al sillón encandilados
por el misterio de El internado, donde da rienda a su gran capacidad
como intérprete dramático. También aparecía en otros títulos de
culto como Siete vidas o el celebrado Turno de oficio, pero su mayor
éxito en la pequeña pantalla llegó de la mano de José Luis Moreno
y Aquí no hay quien viva. Mauri, un homosexual culto, periodista y
obsesionado por su vida en pareja se convirtió en uno de los iconos
del éxito arrollador del número 20 de la calle Desengaño.
También ha trabajado esta terna de actorazos en el cine. Títulos como
Alatriste, Por fin solos, El disputado voto del señor Cayo o You are the
one, de José Luis Garci, se cuelan en la hoja de servicios de tres actores
de raza que traen su Arte al mejor teatro de Canarias.
MISTERIOSO
ASESINATO
EN MANHATTAN
LAS AVENTURAS DE UN
NEURÓTICO COBARDE
El histriónico Quique San Francisco se
mete en la piel de Woody Allen en una
comedia de detectives con el sello del
genio de Brooklyn
Carol, una aburrida ama de casa, sospecha que su vecino ha asesinado
a su mujer, que ha aparecido muerta, al parecer, a causa de un
infarto. Larry, su marido, la toma por paranoica y trata de quitarle
la idea de la cabeza, pero Carol sigue en su empeño y comienza sus
pesquisas con la ayuda de Ted, un amigo de la pareja que se siente
atraído por ella. Larry, espoleado por los celos y por una seductora
escritora, Marcia, se une de mala gana a la investigación. Éste es el
punto de partida de Misterioso Asesinato en Manhattan, una obra
inspirada en la película del mismo nombre de uno de los grandes del
cine mundial.
El director teatral Francisco Vidal se lanza al ruedo adaptando una
de las mejores comedias de Woody Allen acompañado por un elenco
de actores encabezado por el histriónico y polivalente Enrique
San Francisco, que encarna al poco aventurero Larry. Beatriz Santana,
Cristina Sola, Alfredo Alba, María Jesús Hoyos y Mauro Muñiz
completan un reparto que ha logrado trasladar al escenario el ritmo
trepidante de la acción del filme original. Todo un lujo para el mejor
recinto escénico de Canarias.
Enrique San Francisco, en una entrevista concedida a una radio nacional,
describió el personaje de Larry como el tío feo que al final logra
llevarse a la chica a la cama, un hombre aburrido y pedante que logra
dar un giro de emoción a un matrimonio agotado gracias a un hecho
inesperado. Ese supuesto asesinato, que sólo su mujer ve, provoca
una aceleración incontrolada de los acontecimientos que convierte
una relación matrimonial agotada en algo emocionante que vale la
pena vivir y salvar. La trama se apoya en una adaptación impecable
por parte de Vidal que ha sido muy fiel al texto original de Allen, lo
que da como resultado una obra de poco más de hora y diez minutos
de duración que se identifica a la perfección con el original.
Pero, ¿qué pasa con Allen? Si atendemos a las críticas que se han
sucedido a lo largo de estos últimos meses de gira por alguno de los
escenarios más importantes de España, San Francisco logra meterse
en la piel de Larry, o sea, el mismísimo Woody, y borda el personaje.
No sabemos si Beatriz Santana, álter ego de Diane Keaton en el
montaje teatral, exagera cuando habla de las bondades de Enrique
San Francisco y asegura sin ningún tipo de dudas que: Prefiero que
me llamen para hacer otra obra con Enrique San Francisco que para
trabajar con Woody Allen.
Disfrazada de ácida comedia de suspense y parodia del género detectivesco
(hay quien, incluso, la emparenta con la genial La ventana
indiscreta de Alfred Hitchcock), Misterioso Asesinato en Manhattan
explora de manera magistral las relaciones de pareja, el hastío de
los matrimonios que se empeñan en hacer de la rutina una forma
de vida, el sabor picante del riesgo o la infidelidad… Y todo esto
aderezado con carcajadas. Porque los críticos coinciden en asegurar
que esta adaptación respeta de tal manera el original que uno, rápidamente,
se olvida de que está ante una adaptación de una de las
mejores películas de Allen.
EL PÚBLICO HA DICHO
Internet ha democratizado, también, el selecto mundo de la crítica
teatral. No hay que dejar de leer las agudas crónicas que los chicos
de la prensa hacen de las obras que se representan en el Cuyás, pero
también podemos aprovechar que esta herramienta global nos permite
conocer desde casa lo que otros piensan de este montaje con
sabor a Allen. ¿Le apetece? Pues ahí va una pequeña muestra de lo
que, espectadores como usted, escribieron tras dejarse embrollar por
este montaje de Misterioso Asesinato en Manhattan.
Merece la pena tan sólo por ver a Enrique San Francisco, parece que
está hecho a su medida. Obra breve (sólo dura hora y media) pero
muy entretenida y animada. El ritmo de la obra lo mejor junto con el
protagonista, auténtico genio.
Francisco Javier
La obra muy buena, divertidísima. Quique San Francisco se sale.
Cristina
La obra está muy bien. Es divertida y amena, muy recomendable.
Isabel
¡Genial! La única pega es que era la última función. Beatriz Santana
sobresaliente y Quique sorprendiendo como siempre.
Susana
Una gran obra, y una buena puesta en escena, la recomiendo.
Carlos
Un espectáculo entretenido y divertido. No es del otro mundo, pero es
un rato agradable. Risas aseguradas, al menos al final de la obra, y
algún que otro susto.
Teatrero
El espectáculo merece la pena, entretenido y muy bien sustentado por
todo el reparto. Suspense y golpes muy graciosos.
Santos
¡Genial! La obra es divertidísima, Quique San Francisco se sale.
Olga
Obra muy divertida, nos lo pasamos genial. Enrique San Francisco
está sublime, con su gracia natural nos hizo reír muchísimo. Increíble
parecido con Woody Allen. Genial.
Virginia
La obra genial, nos encantó, se hace cortísima y aunque ya habíamos
visto la película, no nos decepcionó en absoluto. Enrique San Francisco
el alma de la obra.
Elena
LAS
DIFICULTADES
DE ADAPTAR
A UN GENIO
Es probable que la legión de amantes del cine de Woody Allen no
vea la adaptación teatral de uno de sus mejores trabajos para la gran
pantalla con buenos ojos. Enseguida llegarán a la memoria hilarantes
escenas como la del ascensor (un sitio cerrado y un muerto, el colmo
de un neurótico) o el brillante tras la pantalla de un cine de esa gran
actriz de las películas del genio judío que es la ciudad de Nueva York.
El director de este montaje teatral, pues, tiene una difícil papeleta.
Parte con una gran ventaja, que es basarse en la obra de un auténtico
maestro de la comedia, pero de ahí también surge el gran handicap:
¿podrá quedar a la altura de Allen?
De lo que no se puede dudar es de la valentía de Francisco Vidal. Le
echa arrestos a la cosa aunque reconozca que la apuesta es sumamente
arriesgada. Difícil prueba. ¿Cómo le voy a enmendar la plana
a Woody Allen? ¿Le copio? ... No … Lo que he tratado de hacer es
centrarme en su texto, en su libreto, en intentar traducirlo al teatro
con el diferente lenguaje que le corresponde. Con un placer enorme por
su mundo, sus personajes y su sentido del humor. Y tratar de pasarlo
muy bien en el trabajo y que el público lo pase aún mejor, destaca el
responsable escénico del montaje.
Y no empieza nada mal. Un buen órdago, en clave de mus o envido,
más propio del público canario que va a disfrutar de esta adaptación
que se pone en marcha sobre las tablas del Cuyás. Para intentar
descifrar las claves de este trabajo titánico seguimos las palabras de
Vidal: También me he centrado en el magnífico equipo que tengo y,
sobre todo, en la personalidad de los actores. Enrique San Francisco
que tiene una gracia propia, especial, y al que admiro mucho: es la
segunda obra en la que colaboramos. Beatriz Santana, que juega muy
bien el papel de la loca, divertida y curiosa Carol. Cristina Solá, la
egocéntrica, solidaria e inteligentísima devoradora de hombres Marcia.
Alfredo Alba, como el mejor amigo de Carol y el peor de Larry, y
Mauro Muñiz y María Jesús Hoyos, como los vecinos sorprendentes.
Ana Garay ha hecho una escenografía muy ingeniosa para darle a la
obra la continuidad que necesita; David Pérez Arnedo ha diseñado
unas luces nada fáciles y muy sugerentes, del mismo modo que Isabel
Montero el espacio sonoro, destaca.
Pues habrá que ver si Enrique San Francisco logra meterse en la piel
del neurótico y cobarde Larry y si, como si fuera una Diane Keaton
aburrida pero aventurera, Beatriz Santana logra convencernos de
que la vecina ha muerto a causa de la perfidia de un marido infiel
en vez de un soso y falto de interés infarto. Ya lo adelanta el propio
director. La prueba es muy dura de superar, pero a tenor de lo que
cuenta la crítica y como ha respondido el público, parece que el resultado
no se aleja demasiado de los engranajes medidos y desternillantes
de uno de los grandes cineastas de todos los tiempos.
UN HOMBRE
INSUSTITUIBLE EN
LA HISTORIA DEL
CINE CON ÉXITOS
EN EL TEATRO
Hablar de Woody Allen es hablar de un trozo importante de la historia
del cine. Encarna al séptimo arte más profundo e intelectual, algo
que no debía pasárseles por la cabeza a los padres de Allen Stewart
Konigsberg cuando su vástago, más dado a los deportes que a los
estudios, traía a casa notas que no se correspondían a su ingenio. El
joven Allen, mucho antes de anteponer el Woody, prefería gastar el
tiempo en el cine donde, desde pequeño, empezó a diferenciar entre
el producto comercial de su país y de profundidad que llegaba desde
tierras europeas. Así que no es de extrañar que el chaval, cuando
pasó con más pena que gloria por el instituto, se decidiera a estudiar
cine en la Universidad de Nueva York. Sus padres debieron alegrarse.
Por fin algo que le gusta - debieron consolarse más de una vez. Pues
ni con ésas. Allen abandonó sus estudios superiores a los seis meses.
En más de una vez ha confesado que las clases le aburrían profundamente
y que lo único que de verdad merece la pena de la universidad
son las chicas.
La falta de competencia académica no iba a mermar sus capacidades
artísticas. Inició su carrera escribiendo gags para algunos cómicos,
pero el éxito de su trabajo con el mítico David Albert le animó a
iniciar una carrera en solitario que acabó con la participación como
guionista y actor en la célebre ¿Qué tal Pussycat? Luego vendrían algunos
fracasos y su estreno con éxito rotundo en el teatro con Don´t
drink the water que arrasó en Broadway. Otras obras suyas que causaron
furor fueron Sueños de un seductor, que luego se convertiría en
una de sus películas clásicas, Dios o La Bombilla que flota.
El teatro también ha estado presente en su filmografía con la genial
Balas sobre Broadway todo un homenaje al mundo de las tablas con
una historia de gánsters de por medio. Las incursiones de Allen en
el teatro, pues, han sido fructíferas y variadas, aunque, sin duda alguna,
su gran contribución al mundo del arte ha sido a través del
cine. Entre su más de medio centenar de películas hay títulos clave
para entender la historia del séptimo arte. Entre ellas, cabe destacar
Misterioso Asesinato en Manhattan, rodada en 1993.
Un divertimento humorístico-musical-cantable para caricato y piano.
De esta manera define el mismísimo Millán Salcedo su Yo me subí a
un piano verde, un monólogo sui géneris que explora todo el universo
de este humorista inigualable y que ha contado con la ayuda del
Tricicle (Joan Gracia y Paco Mir) en la construcción de los textos,
la puesta en escena y la co-dirección del espectáculo. La intención
del ex Martes y 13 es tan clara como contundente: Os invitamos a
este piano verde-bar, donde me sentiré de nuevo rebelde sin causa, sin
pausa y sin motivo justificado. Promete una ronda de carcajadas y de
nostalgia a cargo de la empanadilla, la Encanna y un homenaje a sí
mismo donde el propio Millán ejerce de caricato seguido, o guiado,
por el piano de Marcos Cruz que, acudiendo otra vez al humorista,
tiene la habilidad de seguirme musicalmente allá donde se me ocurra,
que son entre varios y muchos sitios.
El resultado de esta mezcla de talentos, aptitudes y actitudes es un
espectáculo ácrata, divertido, mordaz, disparatado y hasta entrañable.
Y en medio de todo ese torbellino se encuentra Millán Salcedo,
heredero de una concepción clásica del humorismo capaz de alternar
el absurdo con la imitación, la inteligencia con el chiste de doble o
triple sentido y de provocar la carcajada con una mueca, un gesto o
una réplica acerada. Muchos lo han intentado imitar, pero pocos han
logrado una identificación tan total con el público. Yo me subí a un
piano verde, que parafrasea la primera estrofa de una conocida canción
de la Guerra Civil Española recupera todo ese universo Millán
que, como dice el propio actor, da al público lo que precisamente
viene a buscar aunque siempre desde la óptica y los deseos del propio
Millán.
Yo me subí a un piano verde es risa, biografía, humor, nostalgia, sonrisa,
homenajes, complicidad, canciones, recuerdos, un nuevo juego
de palabras que, sin ser espectacular, se convierte en un espectáculo
gracias a la tenacidad y el sentido del humor, de ese clásico gracioso
que represento; un gracioso contento en su cuerda de equilibrista, un
gracioso que se juega el hipo demostrando, sin nostalgia, que aún se
mantiene en sus trece y que, pese a quien le pese, sigue teniendo el valor
de subirse donde le apetece, confiesa Salcedo.
Porque el humorista asegura tajante que una de las mejores virtudes
de este espectáculo escrito y protagonizado por él mismo es que nace
de su propia voluntad. He hecho lo que me ha dado la gana, dice. Millán
Salcedo logra en Yo me subí a un piano verde, implicar al público
en un derroche de muecas, de imitaciones, de pequeños homenajes
–a Serrat, a Tip y Coll...– y un sinfín de disparatadas historias con las
que pretende que todos los públicos rían a mandíbula batiente. Y sin
renunciar a un pasado que lo encumbró como uno de los rostros más
célebres de España, porque tampoco faltan los homenajes a Martes
y 13.
Salcedo asegura que este espectáculo de título surrealista es un monólogo
terapéutico, que está sazonado con una buena dosis de audiovisuales,
entre los que se muestran fotomontajes y collages que he creado
durante mi tiempo libre. Y es que él es un hombre polifacético que,
además, pretende precisamente con este nuevo trabajo animar a todo
el mundo a atreverse a hacer esas cosas que normalmente se desean
pero no se acometen.
YO ME
SUBÍ A UN
PIANO VERDE
MILLÁN O LA
SANTÍSIMA
EMPANADILLA
Tricicle y Millán Salcedo hacen una sociedad
disparatada para presentar la biografía en clave de
risa de uno de los ases del humor español de las
últimas décadas
Confiesa Millán Salcedo que necesitaba volver a tener contacto directo
con el público después de su exitosa incursión en la tragedia.
La risa es el cordón umbilical de la interacción del público y actor en
obras en las que la carcajada es el fin del argumento. Ya lo comentó
hace unas semanas la mismísima Nuria Espert en el Cuyás cuando
presentó la escatológica Hay que purgar a Totó: En la tragedia o el
drama, el público se sobrecoge y el silencio es un buen indicativo de que
están dentro de la obra. En la comedia, la risa es el cordón umbilical
que une al público con el escenario. El humorista busca, en este monólogo
sui géneris, reencontrar la risa después de subirse a las tablas
enfundándose la piel de uno de los personajes más odiados de la
cultura occidental: Herodes.
Salcedo dio vida a un Herodes loco e histriónico en la obra de Óscar
Wilde; un montaje, por cierto, que respetó de manera escrupulosa
el texto del genial dramaturgo y que enfrentó a la televisiva María
Adánez al reto de encarnar a una lasciva y casi adolescente bailarina
sensual. Salomé muestra como hasta el más poderoso de los hombres
puede ser liado por la astucia femenina. Salcedo en el papel de
Herodes se vio implicado en el macabro juego de dos mujeres: María
Adánez y Elisa Matilla, que interpreta a Herodías, madre de Salomé.
También probó con éxito en la Zarzuela con la disparatada Los Sobrinos
del Capitán Grant, papel por el que logró el premio al mejor actor
lírico de 2007, La Eterna Canción que, pese a no lograr galardones,
fue un completo éxito de crítica y público y El dúo de la africana, en
la que compartió escenario con la ex vedette Esperanza Roy.
Y con estas credenciales se presenta Millán Salcedo en el Teatro Cuyás.
UNA VUELTA
A LA
CARCAJADA
TRAS
SALOMÉ Y
LA ZARZUELA
Muchos vendrán al Teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria
eclipsados por la estela televisiva de uno de los integrantes del mítico
dúo (que antes trío) Martes y 13. Pero detrás de la cara de Millán
Salcedo, Yo me subí a un piano verde supone la combinación
explosiva del talento humorístico del propio ex Martes y 13 (vamos
a no repetirlo demasiado por si acaso) y una de las asociaciones cómicas
más importantes de la España contemporánea. El Tricicle ha
firmado alguno de los momentos más desternillantes del teatro español
de los últimos decenios y este monólogo para piano y caricato
debe gran parte de su chispa al talento de este trío catalán, Joan
Gracia, Paco Mir y Carles Sans viven, desde 1979, un particular
idilio con la risa que se ha traducido en éxitos notables de la talla
de Manicomic, Terrific, SIT o Garrik, montajes que suelen colgar el
cartel de No hay billetes a las pocas horas de ponerse a la venta.
Una de las claves del humor de Tricicle es la capacidad de construir
argumentos sólidos e hilarantes sin necesidad de utilizar la palabra.
Según indican, maestros de la talla de Keaton o Lubich, fueron
fuente de inspiración de este grupo de cómicos en el sentido más
estricto y literal de la palabra. Pero saben hablar. El guión firmado
por Millán Salcedo, Joan Gracia y Paco Mir tiene en la palabra uno
de sus ejes fundamentales. Así que será algo así como poder disfrutar
de la magia del Tricicle y la chispa de Millán en un medio poco
conocido para los primeros pero propio para el segundo. Porque
sería algo impensable tapar la boca a uno de los genios de la palabra
y el humor español.
Pero no es esta una relación de ahora. La colaboración entre el ex
Martes y 13 y el grupo catalán no es nueva. Paco Mir ya ha dirigido
a Salcedo en Los sobrinos del capitán Grant, una zarzuela disparatada
que era todo un clásico de los programas navideños españoles
en la década de los 40.
EL GENIO
DEL TRICICLE
AL SERVICIO DE UN
HUMORISTA DE RAZA
Me llamo Millán Salcedo Salcedo. Salce-dos, no como Miguel de la
Cuadra Salcedo, que es uno. ¡Se joda!
El Mundo, agosto 1997
El actor o la actriz de carácter era aquél que hacía tipos. Como yo soy
un caricato, siempre me ha dedicado a la imitación, parodia, hacer
personajes.
Murcia Región 2007
La gente que no tiene luz propia tiene mala sombra.
La Noria 2008
Nos vemos, nos seguimos, pero nada de volver. Sólo nos unimos por los
DVDs, que no veas lo bien que venden.
Sobre Josema Yuste en El Correo 2008
Miedo ninguno, aunque sí me da un poco de respeto porque afortunadamente
sigo siendo de carne y huevos.
Sobre el contacto con el público en Vaniatis 2008
La gente que no lo tiene puede vivir perfectamente sin sentido del humor.
Pero no saben lo que se pierden.
2001
No soy un troglodita, está muy bien que las ciencias adelanten una
barbaridad, pero ésta es mi forma de protestar por el uso indiscriminado
de esas cosas, defiendo lo artesano, lo manual, de hecho lo mejor
que hago, me lo sigo haciendo con la mano.
El País 2008
OCURRENCIAS
DE UN
MAESTRO
NAVIDAD EN
LOS TEATROS
DEL CABILDO
Como cada año, la Navidad se presenta como una oportunidad para
disfrutar a tope en los recintos escénicos que gestiona la Consejería
de Cultura del Cabildo de Gran Canaria. Tanto el Teatro Cuyás,
como la Sala Insular de Teatro, han diseñado un completo programa
de Navidad que hará las delicias de todos los niños de 0 a 90 años.
La calidad del Ballet Imperial Ruso, un Musical en clave shakespeariana,
marionetas, teatro, cuentos, canciones…
El Teatro tendrá una de sus citas más importantes con la puesta en
escena de Romeo y Julieta pensado para niños y niñas. La dramaturga
Olga Margallo ha adaptado el clásico de Shakespeare para que
los más pequeños de la casa puedan disfrutar de la inmortal historia
de amor entre los jóvenes de Verona con un final feliz. La cita con
este musical aclamado por la crítica se producirá los días 26, 27 y 28
de diciembre. En total, se ofrecerán cinco funciones que harán las
delicias de toda la familia.
Otro de los platos fuertes de la campaña navideña llega de la mano
del prestigioso Ballet Imperial Ruso que trae programa doble. Se
estrena la compañía del genial Gedimias Tarandá con un clásico de
la Noche Buena: El Cascanueces. Esta coreografía, que ha variado
poco desde su creación a finales del siglo XIX, es un cuento de
Navidad sobre la fantasía y el valor basado en un cuento de Ernst
Theodor y que contó con la partitura del genial Tchaikovsky. El Ballet
Ruso traerá la magia del Cascanueces los días previos a la Fiesta
de Reyes (6 actuaciones entre el 2 y el 5 de enero) y prolongará su
estancia en la isla con Don Quijote (viernes 9, sábado 10 y domingo
11 de enero).
Los títeres también tendrán una activa presencia en la Navidad del
Teatro Cuyás. Jilorio y Gasuso toman la carpa del Cuyás para hacer
de las suyas de la mano de la compañía Hooka Marionetas. Entre el
29 de diciembre y el 6 de enero, los niños de la isla tienen una cita
en el patio del Teatro Cuyás en que serán partícipes de las alocadas
aventuras de esta pareja atípica de coyote y lobo que andan por el
mundo con la carpántica preocupación de llenar el estómago. En
efecto, la habilidad del coyote para apoderarse de quesos, jamones,
salchichones y otras vituallas, es igualada por su agilidad para escapar
de situaciones comprometidas; es un engatusador y, sobre todo,
un fino gourmet. Pero el bastón vengador y fatal cae sobre el lomo
del menos listo y rápido… Sobre el pobre Jilorio, compañero mal
aventurado de travesuras del coyote.
PROGRAMA
DE FIESTAS
EN LA SIT
La Sala Insular de Teatro también se suma a la fiesta con un calendario
repleto de propuestas para todas las edades. El recinto de la
Avenida Primero de Mayo se pone el traje de las grandes ocasiones
a disposición del público familiar. Los títeres ocupan la primera semana
del Año Nuevo (del sábado 3 al martes 6 de enero) con Karromato,
una compañía de la República Checa que ha triunfado por
los escenarios de Europa gracias a montajes de delicadeza exquisita.
Esta compañía centroeuropea, que dirige un canario, trae hasta Las
Palmas de Gran Canaria su espectáculo El circo de madera.
El teatro también ocupará las jornadas de Navidad de la Sala Insular
de Teatro con los polifacéticos Profetas del Mueble Bar, que pondrán
en escena el montaje familiar Hadas, un recorrido por el universo de
las fábulas a través de cuentos dramatizados como El amor de las
tres naranjas, La leyenda del jorobado hierbabuena y El hada fría.
Entre el 29 de diciembre y el 4 de enero, la compañía canaria ofrece
un total de ocho funciones de un montaje especialmente escrito para
los más pequeños de la casa.
Este año, la temporada navideña se extiende más allá del día de
Reyes con la programación de un nuevo espectáculo infantil para
la Sala Insular de Teatro que se pondrá en escena el sábado 24 y el
domingo 25 de enero (con doble función de mañana y tarde). Teatro
Gorakada nos trae su fantasía de títeres La ciudad inventada, un
compendio espléndido de cuentos tradicionales de las cuatro esquinas
del mundo que ha cosechado un éxito sin precedentes en La
Península. Este será el punto final a una programación familiar que
no deja un resquicio para el aburrimiento durante estas fiestas.
ROMEO Y
JULIETA
PARA NIÑOS
Y NIÑAS
LA REBELIÓN DE LOS
AMANTES DE VERONA
Esta adaptación del clásico de William Shakespeare escrita por Olga
Margallo y Muñoz de Mesa parte de una idea a la par estimulante e
inquietante. Después de siglos resignados a su funesto destino, Romeo
y Julieta deciden rebelarse ante el trágico destino que les aguarda.
Ni cortos ni perezosos, los dos personajes optan por no hacer
caso al genio creativo de su autor y buscan un final alternativo que
evite la despiadada escena de la cripta. Pero es que aún hay más. Verona
puede ser una ciudad que se libre de la endémica guerra provocada
por la enemistad histórica entre Capuletos y Montescos. Sólo
basta con que los personajes de una de las obras más famosas de todos
los tiempos decidan firmar un acuerdo y que los versos del siglo
XVI se conviertan en canciones, bailes. Ésta es la base argumental
de este montaje para niños entre 5 y 90 años que el Teatro Español
trae al Cuyás. Una adaptación muy libre del texto original que dirige
la propia Margallo y que cuenta con un reparto de nueve actores y
actrices encabezados por Víctor Ullate Roche como Romeo y Marina
Raggio en el papel de Julieta.
El porqué de esta vuelta de tuerca parte de los deseos de una niña de
seis años. La propia Olga Margallo nos lo cuenta: Hace tiempo leí a
mi hija de seis años un cuento que adaptaba la historia de Romeo y
Julieta para niños. Al terminar de leérselo lloraba tanto que le dije que
La escritora y directora Olga Margallo nos
propone una adaptación del clásico de
William Shakespeare con final feliz y
muchas sorpresas
Fotografía: Chicho
no se preocupara, que era sólo una historia, un cuento. Me dijo que
quién podía haber escrito una historia de amor tan bonita con un final
tan triste. Le dije que William Shakespeare, me preguntó que si vivía,
le dije que no y se puso a llorar otra vez acordándose de la muerte de
los dos protagonistas. Me pidió entonces que por favor me inventara un
final menos triste, que si no ella no iba a poder dormirse tranquila. Le
hice caso… se durmió. Y esa misma noche empezamos a escribir esta
obra, comenta la autora.
La ganadora del premio MAX 2004 al mejor espectáculo infantil
(logró el premio gracias a Qué es la vida) convierte, de esta guisa,
el dramón amoroso por antonomasia en un divertido musical con
una pareja de enamorados combativa y un Shakespeare alocado y
tremendamente divertido. Según Margallo, estamos ante la obra que
William Shakespeare jamás se atrevió a escribir.
Una magnífica oportunidad, pues, para disfrutar del teatro en familia
y acercar a los niños y niñas de la casa a un clásico teatral de
todos los tiempos sin los rigores de la tragedia. Además, a quién no
le apetece disfrutar de un Romeo y Julieta con final feliz. Hasta esto,
un imposible, puede pasar sobre las tablas del Teatro Cuyás de Las
Palmas de Gran Canaria.
LA
INTRAHISTORIA
DEL TEATRO
Teatro sobre teatro. De esta manera podría resumirse la arriesgada
apuesta del Teatro Español con este Romeo y Julieta para niños y niñas.
Mucho más allá de la historia, del divertimento o las canciones,
los autores de este texto audaz son capaces de crear una obra que, a
la par de acercar a William Shakespeare a los pequeñines de la casa,
les introduce en la magia de este universo de fantasía llamado teatro.
Y todo en una clave actual que coloca al genio literario del siglo XVI
frente a la pantalla de un ordenador. Imaginen un teatro tal como lo
conocemos en la actualidad. En uno de los palcos del teatro, el más
famoso dramaturgo de todos los tiempos, comienza a escribir una de
sus más famosas piezas teatrales.
Sobre una gran pantalla situada en el escenario se ven proyectadas
las palabras que Shakespeare está tecleando en su ordenador portátil.
Es el comienzo de su nueva obra: Romeo y Julieta. Durante el
desarrollo de la trama que el autor va escribiendo e inventando en el
acto, en esta misma pantalla, van apareciendo en diversos momentos
las figuras de un anciano y una anciana que a modo de narrador,
ayudan al espectador a comprender la historia entre la familia de
los Capuleto y la de los Montesco. La idea toma cuerpo y la trama
empieza a definirse.
Todos los personajes que van apareciendo en el escenario, actúan,
se mueven y hablan siempre guiados y casi manipulados por el dramaturgo,
que sube y baja del escenario, mueve la escenografía, pide
cambios de iluminación, músicas determinadas para cada momento…
Pero es Julieta el primer personaje que pide explicaciones a su
propio autor y acaba discutiendo con él por no estar de acuerdo con
lo que Shakespeare le ha escrito. Poco a poco y en clave de comedia,
todos los personajes van dándose cuenta de que tampoco ellos están
de acuerdo con su papel, con sus palabras, con sus propias vidas…
Finalmente, Romeo y Julieta consiguen enfrentarse a su creador y
escapar del trágico final que éste les tiene preparado.
Y surge la nueva historia. Una trama con una Julieta segura de sí
misma que huye del tópico de muchacha frágil y enamoradiza a merced
de los acontecimientos. Y un Romeo más accesible a lo que un
niño puede entender. Y también se introducen nuevos personajes
como Marina, un personaje que se mete en la trama como la mejor
amiga de Julieta y a quien la autora y directora del montaje compara
con la Susanita de Mafalda, una niña conservadora que no se plantea
la necesidad del cambio frente a una Julieta contestataria, luchadora
y que casi roza el feminismo.
Fotografía: Chicho
LO ÑOÑO
NO MOLA
A LOS NIÑOS
Los autores desean que su versión vaya mucho más allá del recuerdo
de un buen rato en el teatro. Quieren hacer reflexionar a su público,
niños de 5 a 11 años, sobre la importancia de tomar sus propias
decisiones. Nos gustaría que los pequeños comprendan que hay que
luchar con fuerza por lo que uno cree. Queremos plantear a los niños la
necesidad de saber quién se es, de estar de acuerdo con uno mismo y de
luchar por lo que es justo, destacaron en una entrevista reciente.
Mario Gas, director del Teatro Español, califica este espectáculo de
trabajo serio y competente. En el concepto de teatro para niños caben
tantas cosas que puede quedarse en nada, opina. Se corre el riesgo de
que la compañía o el teatro primen sobre el niño. En este caso, es el
público infantil el protagonista indiscutible.
Y ése es el secreto para que esta adaptación genial haya recogido
aplausos y parabienes en los grandes escenarios de España. Es una
obra pensada para satisfacer las necesidades del público infantil, pero
acaba siendo un divertimento ágil y solvente para toda la familia.
Uno de los retos más importantes a los que se enfrentaron Olga Margallo
y Antonio Muñoz de Mesa a la hora de hacer esta adaptación
musical de Romeo y Julieta fue hacerla accesible a los niños pero sin
caer en estereotipos excesivamente infantiles. Es una obra pensada
para y por los niños y la estética así nos lo recuerda desde que vemos
ese enorme corazón que recuerda a los que los pequeñines pintan en
el colegio para ensalzar el nombre de sus amadas o amados. Pero había
que superar la tentación de caer en una excesiva ñoñería que podía
perjudicar la percepción del público infantil hacia la obra. A los
niños les gusta que se les cante y que se les baile, pero, sobre todo, que
se les cuente una historia, destaca la autora. Las partituras, obra de
Mariano Marín, se han cuidado muchísimo para evitar que los niños
sintieran rechazo y se acercaran al texto desde una perspectiva que
los equipara a adultos. Hemos huido de las cancioncitas con soniquete
típicas de las obras para niños, explica la directora. Hemos tratado de
hacer una música elegante, que recuerda al soul y al jazz en algunos
momentos. Por su parte, Marín añade que han tenido buena suerte,
porque, aunque el elenco de Romeo y Julieta no está compuesto por
cantantes, nos tranquiliza asegurando que todos los actores cantan
muy bien.
Fotografía: Chicho
El Ballet Imperial ruso hace doble parada en el Teatro Cuyás de Las
Palmas de Gran Canaria. El nuevo año nos regala danza clásica de
altura de la mano de una de las compañías de referencia en esta disciplina
escénica. Durante dos semanas, el mejor teatro de Canarias se
convierte en una réplica del afamado recinto moscovita para ofrecer
al público grancanario El Cascanueces con música de Piotr Chaikovsky
y coreografía y libreto de Gediminas Tarandá y Don Quijote,
una adaptación del clásico de Miguel de Cervantes que cuenta con el
trabajo en la partitura de Ludwig Minkus, el libreto de Marius Petipa
y el montaje coreográgico de Marius Petipa, Aexander Gorsky y Gedimis
Tarandá, director artístico de la compañía.
Hablar del Ballet Imperial Ruso es hablar de danza con mayúsculas.
Después de disfrutar de la pausa taiwanesa de Legend Lin y la energía
contemporánea de Teresa Nieto, el Cuyás echa la vista al palo más
clásico de la disciplina con una de las compañías clave del panorama
internacional. El Ballet Imperial Ruso fue creado en 1994 por iniciativa
de Maya Plisetskaya, que ejerció como presidenta de honor
y asesora general durante los primeros diez años de existencia de la
prestigiosa agrupación. El director artístico del ballet es Gediminas
Tarandá, quien, antes de crear la compañía, fue solista principal del
Teatro Bolshoi de Moscú y estudió la carrera de coreógrafo bajo la
dirección de uno de los mitos de la danza clásica de la antigua Unión
Soviética: Yury Grigorovich.
En la actualidad, el ballet Imperial Ruso actúa como compañía residente
del Novaya Ópera donde realiza sus representaciones compaginándolas
con las giras internacionales y nacionales. La fama de la
compañía es bien conocida en países como Japón, Finlandia, EE.UU.,
Francia, España, Austria, Alemania, Israel, Líbano, Grecia, Túnez,
Portugal, Argentina, Brasil, Canadá, Croacia o Nueva Zelanda, entre
otros, donde han cosechado continuos éxitos de crítica y público.
El repertorio de la compañía incluye todos los ballets clásicos, como
El Lago de los Cisnes, La Bella Durmiente, Cascanueces, Romeo y Julieta,
Giselle, Carmen, Don Quijote, Silfida, Chopiniana, Sherezade,
Danzas Polovtsianas, La Siesta de un Fauno, Petrushka, Consagración
de la Primavera, Bolero, Baile espectral y varias coreografías cortas.
El elenco del Ballet Imperial Ruso está compuesto por 45 bailarines
del máximo nivel artístico, muchos de ellos han sido ganadores de
prestigiosos concursos.
BALLET
IMPERIAL
RUSO
LA MAGIA DEL TEATRO NOVAYA
EN EL CUYÁS
El mito del Bolshoi, Gediminas Tarandá,
trae hasta Gran Canaria un programa doble
de danza clásica de altura con El Cascanueces
y Don Quijote
Uno de los atractivos de ver en directo los montajes del Ballet Imperial
Ruso es poder disfrutar de las coreografías de uno de los grandes
de la danza clásica de los últimos tiempos. Deslumbró al público durante
décadas conquistando los escenarios de medio mundo y cautivando
el afecto y la admiración de miles de fieles seguidores en casi
todos los rincones del planeta. Los periódicos de Londres, Nueva
York o Tokio se rindieron a sus pies y aún se recuerdan actuaciones
memorables de todos los grandes títulos de una disciplina que exige
justamente eso: disciplina y dedicación. Sobre las tablas del Cuyás
no podremos ver danzar como los dioses a Gemidias Tarandá, pero
las dos obras que la compañía moscovita representará en la capital
grancanaria llevan el sello inconfundible de este genio que ha sabido
continuar su carrera fulgurante como coreógrafo.
Una fama que se gestó como uno de los solistas más aclamados del
mítico Bolshoi moscovita, teatro al que llegó en 1978 después de ganar
el primer premio del Concurso Nacional de Ballet de Moscú.
Cuatro años antes, había empezado a despuntar en esta complicada
pero delicada disciplina artística como estudiante de la Escuela de
Ballet de Voronezh. Su ingreso en las bases de formación del Bolshoi
lo catapultó a la fama y lo convirtió en uno de los iconos del ballet
clásico, aunque también supo destacar como uno de los más aventajados
intérpretes de danza contemporánea. Pero el Olimpo le llegó
de la mano de clásicos como Don Quijote, Coppelia, El Corsario o
Giselle, entre otros.
Sólo tardó dos años en ganar el Premio Nacional de Ballet e ingresar
como solista en el Bolshoi, gracias a un perfecto dominio de la danza
clásica. Su técnica encandiló al mismísimo Yuri Grigorovich, coreógrafo
principal del teatro de la capital rusa, quien creó para él dos
piezas con las que ganó el Premio al Mejor Intérprete de Coreografía
Moderna. Tras un breve paso por el cine y catorce años como solista
del mejor ballet del mundo (1980-1994), aprovechó el cambio de
rumbo político en su país para crear las primeras agencias privadas
de artistas y de representación y organización de espectáculos, un
trabajo que desembocó en la fundación, en 1994, del Ballet Imperial
Ruso. Su trayectoria profesional fue reconocida por el Estado con el
título Artista de Honor de Rusia.
GEDIMINAS
TARANDÁ:
EL GENIO
DE BOLSHOI
Fotografía: Alejandro Quevedo
UN CASCANUECES
PARA EL MEJOR
TEATRO DEL MUNDO
La compañía lo deja bien claro. Este Cascanueces es el mismo que se
creó para su representación en el famoso Bolshoi de Moscú, que ha
sido adaptado para la ocasión con especial cuidado de la escenografía
y vestuario. Ambientado en la Alemania de finales del siglo XIX,
el ballet en dos actos basado en el cuento de Ernst Theodor Amadeus
Hoffman El Cascanueces, se ha convertido ya en toda una tradición
de las fiestas navideñas. Esta obra consolidó a Chaikovsky como el
más importante compositor de música para ballet y elevó al juguete
roto, el Cascanueces, a categoría de mito de las artes escénicas en
todo el mundo. La historia es todo un canto a la fantasía infantil y a
la valentía. Una historia que refuerza su lado más épico gracias a una
coreografía trepidante y genial de Piotr Ilich Chaikovsky.
En una antigua ciudad alemana de principios del siglo XIX en la
Nochebuena la gente se prepara para la fiesta. Entre los invitados a
casa de la familia Stalbaum está el viejo Drosselmeyer un inventor
de juguetes y amigo que adora a los niños. El salón de la casa está
decorado para la fiesta y van llegando los invitados, entre ellos Drosselmeyer
con los regalos, lo que provoca la algarabía entre los niños
que empiezan a jugar con el anciano juguetero.
Después del juego empiezan las danzas. Drosselmeyer, disfrazado de
mago hace un pequeño espectáculo teatral en el que el rey de los ratones
quiere secuestrar a la princesa, pero el valiente Cascanueces le
derrota y salva a la Princesa. Drosselmeyer tiene preparadas muchas
sorpresas para los niños, les enseña un payaso con motor de cuerda,
una muñeca... Pero a Masha lo que más le ha gustado es el Cascanueces.
Uno de los niños intenta quitárselo y, sin querer, lo rompe.
Drosselmeyer lo arregla. Masha acaricia su juguete favorito. El reloj
marca las 10, ya es tarde. El baile se acaba, se apagan las luces; hay
que ir a dormir.
La habitación del árbol de Navidad está iluminada con la luz de la
luna, parece misteriosa, llena de secretos mágicos. Superando el miedo,
Masha ha venido a ver al enfermo Cascanueces, le abraza y se
duerme. Masha ve en su sueño como los ratones llenan la habitación,
guiados por su Rey. El valiente Cascanueces llama a los soldaditos de
plomo a la guerra con los ratones. Pero las fuerzas de los ratones son
superiores y al final el Cascanueces tiene que enfrentarse solo contra
el Rey de los ratones y su ejército. Cuando todo parece perdido,
Masha, superando el miedo, golpea con su zapato al Rey y así salva al
Cascanueces, quien termina derrotando al Rey de los Ratones; éstos
huyen y Drosselmeyer convierte al Cascanueces en un bello Príncipe.
Desaparecen las paredes de la casa y nos encontramos en el extenso
territorio de la nieve, en el mágico corro se mueven los ligeros
copos de nieve. El Cascanueces-Príncipe invita a Masha al mágico
palacio de sus sueños…
Fotografía: Alejandro Quevedo
La segunda comparecencia del Ballet Imperial Ruso sobre el escenario
del Teatro Cuyás vendrá de la mano de una nueva versión de
Don Quijote que, según uno de sus coreógrafos, Gediminas Tarandá,
pretende ser más ágil que el original creado por el coreógrafo francés
Marius Petipa en 1869. El maestro ruso, Ludwing Minkus, por
aquel entonces profesor del Conservatorio de Moscú, creó la música
de una historia que se basa en la obra del inmortal Cervantes para
recrear los amores de la bella Kitri con el barbero Basil y la oposición
del rico Gamash, enamorado de la muchacha y que intenta por todos
los medios que ésta se case con él. Estamos, pues, ante una coreografía
que cumplirá pronto el siglo y medio de existencia, pero que
sigue vigente. Los secretos de tan longevo éxito, explica el genio de la
danza rusa, es la combinación perfecta de una música brillante, una
coreografía que no le va a la zaga, dinamismo, expresividad y humor.
Mucho humor.
Pero hasta una obra maestra del ballet de todos los tiempos puede
ser sometida a un trabajo de mejora. Y para remozar este clásico inmortal,
nada mejor que el trabajo del propio Tarandá: Este espectáculo
es mi tercera versión de Don Quijote, dice Gediminas Tarandá.
Mi objetivo principal era cambiar los actos 2º y 3º, para hacerlos más
ágiles, vivos, e introducir los elementos del flamenco como castañuelas
y otros recursos que yo había observado en España, destaca el que
fuera solista del Teatro Bolshoi de Moscú.
Para mí era importante renovar las escenas de Don Quijote y Sancho
Panza. En mi espectáculo el protagonista no se presenta, como es de
costumbre en muchas versiones, como la persona con la imaginación
tocada, el que ve la personalidad en los molinos, por ejemplo... Yo quería
destacar sus rasgos románticos, como la persona que sabe valorar el
amor, lo busca, está lleno de calor y bondad hacia las personas. También
yo quería aumentar el papel mímico del padre de Kitri. Hemos
inventado muchas escenas cómicas entre Sancho Panza y Gamash. Ha
salido un espectáculo donde la gente disfruta de la danza y se ríe un
poco. Hemos introducido en las segundas y terceras líneas de artistas
algunos momentos, que a la primera vista posiblemente no llaman
atención, pero son muy interesantes.
He introducido dos nuevas danzas gitanas al principio del 2º acto. Y un
fragmento totalmente nuevo. Junto con el director de orquesta Valery
Kritskov hemos introducido una canción gitana cantada por la solista
de ópera. Su voz suena detrás del molino acompañando la danza de
Kitri y Basio. Esto ha dado un aire más fresco a la coreografía.
MÁS
AGILIDAD PARA
DON QUIJOTE
GATAS
(ALGO EN COMÚN)
EL SIGLO XX
CON OJOS DE MUJER
Seis mujeres dirigidas por Manuel González
Gil analizan el siglo XX español en la
adaptación española de la obra del propio
González Porteñas
Esta producción y montaje de la obra de teatro Gatas es una adaptación
de otra, Porteñas, argentina e igualmente dirigida por el director
de esta nacionalidad Manuel González Gil, cuya puesta en escena en
aquel país alcanzó un enorme éxito y cosechó un aluvión de magníficas
críticas. Con actrices de primera línea del panorama teatral
español (María Pujalte, Cuca Escribano, Blanca Oteyza, Myriam
Montilla, Paloma Sánchez, Paloma Montero...), la adaptación ha
sido llevada a cabo por el mismo Manuel González Gil y por el actor
- escritor Miguel Ángel Solá, bajo el asesoramiento del historiador
Ángel León, que aporta las notas historiográficas de un montaje que
aborda, con ojos de mujer, los momentos cruciales del siglo XX.
La obra transcurre a lo largo del siglo pasado de la historia española
de la mano de seis personajes femeninos por los que no pasa el tiempo,
y que se reúnen periódicamente en la casa de una de ellas. Distintos
acontecimientos históricos del siglo sirven, a modo de flash, de
telón de fondo sobre el que se dibuja la evolución de unos personajes
que, igualados por su feminidad, se distinguen precisamente por la
distinta forma de entender ésta a lo largo de un período socialmente
tan dinámico como el que les toca vivir.
Concebida como una femenina reconstrucción del siglo, Gatas permite
volver a descubrir y revivir parte de los hechos que las mujeres
protagonizaron en una época que las recibió dependientes, dominadas
y subestimadas y las despidió en pleno vuelo hacia la conquista de la
igualdad y la libertad. Seis mujeres de distinto origen social, alejadas
por su visión de la vida pero unidas por la amistad, se reúnen en casa
de una de ellas en diversos momentos clave de la historia de España
entre 1909 y 2004, para hablar de sus inquietudes e intercambiar
puntos de vista. Lo extraordinario es que, en las distintas épocas, las
seis mujeres siguen teniendo la misma edad a lo largo de más de un
siglo.
La aristocrática casa de Cayetana abre sus puertas a comienzos del
siglo XX a un grupo de mujeres que, pese a pertenecer a diferentes
clases sociales, logrará mantener un estrecho vínculo que se irá fortaleciendo
año tras año. Estas Gatas, inmortales, atraviesan el siglo y
se detienen en sus momentos políticos, sociales y económicos más
relevantes. En sus reuniones, de forma coloquial y en tono de comedia,
atravesarán algunos de los momentos más trágicos de la última
centuria. Constituyen un espacio mágico en el que se puede hablar y
confrontar todo, que preserva al grupo de las batallas que se desarrollan
fuera, gracias a su capacidad de mantener el diálogo y los afectos.
TODAS LAS
MUJERES EN GATAS
El escenario de esta tertulia de 104 años es la casa de una de las gatas.
Cayetana, interpretada por María Pujalte, es la aristócrata del grupo,
pero lejos de la intolerancia y la intransigencia que podría atribuirse
a una mujer de su condición social, opta por la tolerancia creando
en su casa, escenario de las disertaciones de estas seis madrileñas (o
gatas), un verdadero campo neutral donde se discuten los grandes
temas que han dado forma al siglo XX y que han provocado un cambio
de estatus importante de la mujer.
Alicia (Blanca Oteyza) es la progresista del grupo. Una progre de
manual que enarbola la bandera del feminismo y que ve el futuro en
clave de izquierdas y en femenino. Su contrapunto es Fátima (Cuca
Escribano) una mujer de fuertes convicciones de carácter ultraconservador
que, para colmo, es mujer de militar de carrera y sufre
la lacra de los malos tratos. Clara, por su parte, es una anarquista
apasionada metida en la piel de la actriz Miriam Montilla. Cree en
la emancipación de la clase trabajadora y milita con entusiasmo, lo
que la convierte en una de las víctimas de la azarosa vida política
de la España del XX. En contraposición a esta mujer concienciada
está María (Blanca Oteyza) que, aunque de clase obrera y esposa de
un tendero, pasa la práctica totalidad del siglo embarazada. Paloma
Montero, que interpreta a la criada de Cayetana, Ramona, completa
el plantel femenino de un montaje que tiene presencia masculina en
las esporádicas apariciones de Enrique Quintanilla. Estamos pues,
ante la caracterización de estereotipos femeninos de la sociedad española
de los últimos 100 años. Encarnándolos, las actrices realizan
un buen trabajo de humanización de esos perfiles de manual sociológico.
Y en ellas, en su interpretación, en la humanidad que desprenden
y en algunos destellos de humor, reside lo mejor de esta pieza, previsible
en algunos momentos y aseadamente dirigida por Manuel
González Gil, que mueve con oficio a los personajes en el amplio
espacio que representa un salón burgués que es la propia España que
evoluciona.
REALISMO
MÁGICO
TRAUMAS
PATRIOS
Más de un siglo de amistad femenina que se representa en el salón
de una casa acomodada de Madrid. Lo primero que podría venir a la
cabeza es la historia de longevas mujeres que nacen juntas, pasan la
infancia juntas, crecen, envejecen, mueren… Pues no. La argentina
Porteñas lanza un guiño al realismo mágico de la literatura iberoamericana
del XX para crear personajes que no envejecen. Estas seis
mujeres, gatas en la versión española, permanecen jóvenes durante
todo el siglo para desgranar, con sus complicidades y contradicciones,
los hechos más relevantes de un siglo especialmente convulso y
traumático para la historia de España. Y aunque nuestras heroínas
se mantienen hermosas y lozanas pese al paso de las décadas, había
que introducir cambios que hicieran notar al espectador que la cosa
está evolucionando. Que más allá de las cortinas del salón de Cayetana,
hay una historia que transcurre, una España que progresa o da
marcha atrás.
El vestuario y los pequeño detalles dan ese marco cronológico necesario
para hacer la trama creíble. La casa no es una burbuja en
el tiempo, y a través de ligeros cambios en la decoración y en los
elementos comunes de cualquier sala de estar (un teléfono, unas
cortinas, la aparición de una televisión…) el siglo XX sigue su paso
inexorable. Las Gatas escapan a la crueldad del calendario, pero el
escenario no.
La acción de Gatas se enmarca entre dos fechas que, según el autor
del texto, Manuel González Gil, han sido claves para entender la historia
de España en el último siglo. La primera reunión de estas felinas
inmortales se produce en 1909, cuando llegan a Madrid los ecos de
las revueltas populares de Barcelona que pasarían a la historia con el
nombre de La semana trágica. El punto de llegada de este siglo convulso
se sitúa el 11 de marzo de 2004. Entre ambos momentos, Gatas
analiza episodios que forjaron el destino de una nación que sufrió
una guerra civil, dos dictaduras, millones de muertos, represaliados
de todos los colores políticos, una transición hacia la Democracia,
un milagro económico y, por último, un atentado islamista brutal
que traumatizó al país.
UN SIGLO DE MODA EN
EL ESCENARIO DEL CUYÁS
Uno de los retos más importantes de Gatas es hacer creíble la ilusión
del paso del tiempo a través de esos pequeños detalles que nos
indican que las cosas avanzan que es una barbaridad. Un siglo de
amistad que pasa por mujeres que no envejecen recargan la responsabilidad
de la acción sobre los detalles que conforman el escenario
o el vestuario: mujeres de todas las condiciones sociales y todas las
tendencias ideológicas que viven entre 1909 y el 2004 son maniquíes
exigentes para cualquiera responsable de vestuario.
Lala Huete es una de las diseñadoras de vestuario más reconocidas
de nuestro país. Empieza a trabajar como ayudante de vestuario en la
película Lulú de noche de Emilio Martínez Lázaro, El año de las luces
de Fernando Trueba y De tripas corazón de Julio Sánchez Valdés. La
primera película en la que trabaja como figurinista es La reina del
Mate dirigida por Fermín Cabal. Le siguen La vida alegre de Fernando
Colomo, Amo tu cama rica de Emilio Martínez Lázaro, etc.
Logró una nominación al Goya al mejor vestuario por Belle Èpoque
que resulta ganadora del Óscar a la mejor película de lengua no inglesa
del año 1993. A este éxito le siguen series de televisión y varias
películas entre las que podemos destacar Los peores años de nuestra
vida de Emilio Martínez Lázaro, Two Much de Fernando Trueba, Mi
nombre es sombra de Gonzalo Suárez, La Buena Vida de David Trueba
o La Buena Estrella de Ricardo Franco. Con La Niña de tus Ojos
de Fernando Trueba obtiene su primer Goya al mejor vestuario. El
segundo llegará también con otra película de Trueba, El Embrujo de
Shangai.
Es en El Laberinto del Fauno dirigida por Guillermo del Toro donde
recibe el reconocimiento internacional y en el 2007 por primera vez
una figurinista española es ganadora del mejor Costume Design of
The British Academy of Film and Television Arts (BAFTA), el Best
Costume Designer Fantasy Film, Costume Designer Guiad (L. A.) y
Premio Ariel al mejor diseño de vestuario (México).
Al teniente Medina le han encomendado una misión, en apariencia,
sencilla. El General Franco quiere dar un homenaje a sus jefes de
Estado Mayor el día en el que finaliza la Guerra Civil y nada mejor
que una cena de postín en uno de los mejores hoteles de la España
liberada, el Palace. Pero hay un problema: todos los profesionales
de la cocina están en la cárcel por rojos. La primera idea del oficial
es reclutar para esa tarea a personal del hotel que no tiene nada que
ver con la cocina, pero ante la magnitud del desastre que se avecina,
y aterrorizado por las posibles represalias del Generalísimo por
lo que se presume una velada nefasta, tiene la feliz idea de sacar a
los cocineros del Palace de la prisión para que atiendan la fastuosa
cena de los generales.
El maitre del Palace es el señor Genaro (interpretado de manera
magistral por Sancho Gracia), que mediará entre el militar y el resto
de personas que, por unas horas, salen de la cárcel para satisfacer
los deseos de los que los han encarcelado. Éste es el punto de
partida de una nueva propuesta del prestigioso director de escena
Miguel Narros. Una comedia que pone a Sancho Gracia al frente de
un grupo de republicanos que harán la vida imposible al Teniente
Medina hasta ponerlo en un serio compromiso ante el mismísimo
Franco.
Miguel Narros afronta con éxito su vigesimoséptima aventura en
los escenarios, un medio en el que se siente a gusto y que lo ha
encumbrado como uno de los directores más importantes de España.
Un teatro que, según el propio Narros supone un grito frente al
muro, una reflexión sobre la existencia y un jardín para el espíritu.
Esta obra es el resultado del estilo, lenguaje y temas de mis obras
anteriores, porque en mi teatro hay un intento de continuidad que se
trasluce en toda mi producción teatral, dice.
Y esta culminación, destaca, tiene como base argumental un hecho
que es una asignatura pendiente en el imaginario de nuestra
comunidad que da vida a muchas de nuestros fantasmas. He intentado
mezclar la tragedia del vivir de sus personajes con el humor y
la emoción del teatro, ese lugar mágico que hace posible que tomen
vida y forma nuestros sueños y nuestras pesadillas. En un país absolutamente
derrumbado, el teniente y el maitre echan mano de toda
su fantasía y sin darse cuenta, empiezan a reconstruir España y a
convivir las izquierdas y las derechas, ha explicado Narros.
El resultado de esta incursión en la Guerra Civil Española es una
comedia que se fundamenta en una sucesión de situaciones tragicómicas
que rozan el surrealismo. El público del primer recinto
escénico de Canarias tiene, pues, la oportunidad de disfrutar de un
espectáculo de altura que combina la maestría de Miguel Narros
como responsable técnico y artístico del montaje y la presencia en
el escenario de un Sancho Gracia que clava el personaje. Vienen
rodados y lo que han dicho los que ya han tenido la oportunidad de
ver esta obra augura una noche de teatro de esas que no se olvidan
en el patio de butacas del Cuyás.
LA CENA
DE LOS
GENERALES
LA GUERRA CIVIL
EN LA COCINA
Una reflexión sobre la reconciliación de
las dos Españas con la maestría de Sancho
Gracia y la dirección de Miguel Narros
Fotografía: Luis Malibrán
El curriculum de Miguel Narros como director de escena es de los
más completos de la escena española. Sus primeros contactos con
los escenarios se producen en sus tiempos como estudiante del Real
Conservatorio de Música y Declamación de Madrid. Continúa su
formación en Francia y se convierte en uno de los profesionales
más sólidos de las artes escénicas españolas logrando una cátedra
en la Real Escuela Superior de Arte Dramático. Como director
de Escena se inició en el Teatro Español Universitario y continuó
creando el Pequeño Teatro de Barcelona, el Teatro Estudio de Madrid
y el Teatro Castellano. Ha sido director del Teatro Español en
dos ocasiones. En su mochila caben casi cien obras de los grandes
teatreros del mundo. Ha tocado todos los palos de las tablas. De
Shakespeare a Federico García Lorca, de las tragedias más aterradoras
a comedias como la que llega al Teatro Cuyás de Las Palmas
de Gran Canaria.
Esta vida dedicada al teatro le ha valido un buen puñado de premios
de entre los que destacan un MAX a la dirección por Panorama
desde el puente, dos Premios Nacionales de Teatro, tres Medallas
de Oro de la ciudad de Valloadolid, el Premio el Espectador y
la Crítica, en dos ocasiones, el Chevalier de L’Orde des Arts el des
Lettres, en Francia, o el Premio de las Artes 2004 de Castilla La
Mancha en la que se premió su destacada trayectoria profesional.
Es uno de los grandes del teatro en España; uno de los nombres
clave para entender la historia de este arte en los últimos tiempos.
UNO DE LOS
GRANDES
DUELO DE
PRIMEROS ESPADAS
La cena de los generales es una obra eminentemente coral. Sobre el
escenario del Teatro Cuyás se moverá un reparto de 18 actores que
dan vida a la cocina del Palace. Pero uno de los atractivos de esta
obra dirigida por Miguel Narros es disfrutar del duelo interpretativo
entre el maitre del hotel, el Señor Genaro, y el eficiente, hasta toparse
con esta panda de rojos saboteadores, teniente Medina. Poco se puede
decir de Sancho Gracia. Es uno de los mejores actores del país y
su curriculum como intérprete impresiona a cualquiera que tenga
los diez minutos que se tardan en leer sus participaciones en películas,
obras de teatro y series de televisión. 40; 20; 26. Estos números
resumen, en pocos caracteres una vida dedicada a la interpretación
que se inició en 1957 cuando debutó en Uruguay en el Sueño de una
noche de verano dirigido por otro mito, Margarita Xirgú. 40 películas;
20 obras de teatro y participación en 26 series de televisión
entre las que destacan algunos títulos míticos de la pequeña pantalla
española.
Decir Sancho Gracia es decir Curro Jiménez, pero el idilio del madrileño
con la pequeña pantalla ha dejado huellas tan profundas como
el Goya atormentado de Los desastres de la Guerra o sus participaciones
en series de la calidad de La huella del crimen o Siete vidas.
En lo que respecta al cine, ha trabajado con todos los grandes, desde
Charlton Heston, en una poco convencional Cleopatra y Marco Antonio,
a Bardem pasando por Aristarain, Vicente Aranda o Álex de la
Iglesia, entre otros muchos. Su experiencia en el teatro no le va a la
zaga sumando títulos y reconocimientos en todos los registros.
En frente un joven que casi empieza, pero con muchas tablas. Juanjo
Cucalón se ha curtido como una de las caras más populares de la
ficción televisiva española. Títulos como El Comisario, Aída, Siete
Vidas, Periodistas o Los Serrano se unen a apariciones cinematográficas
en la oscarizada El laberinto del Fauno de Guillermo del Toro,
o la gamberra Año Mariano de Karra Elejalde y Fernando Guillén
Cuervo.
También tiene una carrera dilatada en el teatro y repite con Narros
después de su papel en Así es, si así os parece. El teniente Medina tendrá
que enfrentarse al ejército enemigo parapetado tras los fogones y
cacharros de la cocina del Palace. Toda una elegía a la reconciliación
nacional que, paradógicamente, se sitúa el primer día que se inauguraba
la paz del régimen franquista. Risas para poner un toque de
alegría a la antesala de cuarenta años de oscuridad.
DE LA
GUERRA CIVIL
A UN ESTANCO
DE VALLECAS
UN DATO A
TENER EN CUENTA
José Luis Alonso de Santos coloca la acción de La cena de los generales
el mismo día que el ejército franquista emite el celebérrimo
último parte de guerra. Pero a la par del inicio de la celebración de
la victoria de una España sobre la otra, Alonso de Santos coloca en
ese preciso momento, el comienzo de la larga y difícil meta de la reconciliación
nacional. El mensaje de La cena de los generales, según
Alonso de Santos, es que con trabajo, dignidad e indulgencia se pueden
reconstruir las cosas y que hay que mirar atrás con la piedad que
da la distancia y el arte, además de estar alegres y no regodearnos en el
barro y la miseria. La cena de los generales, destaca, es el conflicto de
las dos Españas y mucho más, pues después de las nubes viene la vida y
la obra es como las muñecas chinas, que cada una encierra otra dentro
hasta llegar a las viejas y eternas historias del corazón.
José Luis Alonso de Santos inició su carrera teatral en 1964 en grupos
de teatro independiente de Madrid, donde trabajó como actor,
director y dramaturgo (1971-81). Ha sido director de la Real Escuela
Superior de Arte Dramático de Madrid, (como Catedrático de Escritura
Dramática) y, en los últimos años, director de la Compañía
Nacional de Teatro Clásico. También es autor de unas treinta obras
estrenadas con gran éxito de crítica y público, entre las que destacan
Bajarse al moro, La estanquera de Vallecas y Salvajes, que fueron llevadas
al cine.
También ha realizado la versión de medio centenar de obras de
autores como Plauto, Moreto, Aristófanes, Molière, Shakespeare o
Calderón y ha escrito guiones de cine, series de televisión, narrativa
infantil, novelas y las versiones libres para teatro de novelas como El
Buscón, de Quevedo, y Yo, Claudio de Robert Graves. Como director
de escena ha trabajado en más de una treintena de montajes de los
grandes autores del mundo y ha recibido premios tan prestigiosos
como el MAX, el Premio Nacional de Teatro o el Premio Tirso de
Molina.
Sancho Gracia ha manifestado en varias ocasiones que esta obra es
un regalo que le devuelve a su más tierna infancia. Por una parte, el
actor revive momentos duros de la historia de su familia, ya que su
padre, periodista durante la Segunda República y la Guerra Civil Española,
murió durante el conflicto bélico por sus ideas progresistas.
Pero las coincidencias no terminan ahí. Ni mucho menos. Después
de quedar huérfano de padre, su madre, que trabajó en el Hotel Palace
de Madrid se volvió a casar con un compañero de trabajo que,
aunque parezca increíble, era maitre de la instalación hotelera. ¿Casualidades?
Quizás Miguel Narros, una de las garantías que hizo que
Gracia se lanzara de cabeza al proyecto, sabía estos detalles de la vida
personal del actor y decidió utilizarlos para que encabezara un reparto
de lujo.
Cuando me leí el texto dije: ¡Coño!, que suerte tengo de poder hacer
esta obra. Mi padre murió durante la Guerra Civil, en julio, y yo nací
en septiembre, así que no lo conocí. Cuando yo tenía cuatro años mi
madre encontró a otro hombre, quien fue un padre para mí. Él era
maître del Hotel Palace y mi madre, camarera. También tuve a los dos
abuelos y a seis tíos en el talego, así que sé de qué estamos hablando,
reveló Sancho Gracia ante la sorpresa de sus propios compañeros de
reparto en la presentación de la obra en Sevilla.
Con esta cena -que el autor se niega a corroborar si realmente se celebró
o no- comienza la reconstrucción de España, que, a partir del
20 de noviembre de 1975, se ha convertido en la democracia que hoy
tenemos, y eso es lo que ha escrito Alonso de Santos, afirma Gracia.
Aunque, según el dramaturgo, todo eso son las nubes del paisaje y el
tema central no es otro que las viejas y eternas verdades del corazón.
Este Don Juan de Emilio Hernández supone toda una lectura crítica
del mito de donjuanesco, de forma que las cuatro mujeres pueden
llevar a cabo una merecida vendetta histórica contra aquél que se
burla de la libertad de la mujer. Este montaje propone una reflexión
totalmente distinta del que es uno de los grandes mitos que la literatura
española ha dado al mundo junto al Quijote, aunque en el caso
de Don Juan es el antihéroe que representa la exaltación del individualista
y del amoral. Y esta condición se refleja de manera clara en
un texto que, más allá de las andanzas amorosas de Tenorio, abunda
en el papel de la mujer como víctima de la sociedad machista e injusta
de la España de la época.
Es la otra cara de la moneda. España y el español han tenido siempre
dos caras y era importante abordar esa otra parte y desmitificar el mito
de Don Juan que han hecho positivo los hombres que lo han ensalzado,
señaló Emilio Hernández, quien agregó que este personaje emana de
una organización ya de por sí injusta como es la monárquica, una
institución caduca que conlleva una corte que tiene todos los privilegios
por haber nacido de cuna, y más aún si es hombre.
Para el director del montaje, además de estar protagonizada por un
mito muy representativo de la sociedad machista, se trata de una
obra tremendamente rica, probablemente una de las comedias mejor
construidas del teatro español y más ágiles, hasta el punto de que
constituye una de las primeras road movie, en el sentido de que es
una historia que arranca en Nápoles, sigue en Tarragona, va a Sevilla,
pasa a Dos Hermanas y vuelve a Sevilla. Es una obra que está constantemente
en acción, saltando de escenario, cosa que no ocurría en el
teatro clásico, apuntó.
DON JUAN,
EL BURLADOR
DE SEVILLA
PODER, Y RESPONSABILIDAD
E INMORALIDAD
El televisivo Fran Perea se pasa al teatro
clásico con una nueva versión del
clásico de Tirso de Molina con música y
clave femenina.
De mito de jovencitas a actor de teatro clásico español. Sin duda alguna,
uno de los grandes atractivos de este Don Juan, el burlador de
Sevilla, que llega al Teatro Cuyás es ver como se las ve el televisivo
Fran Perea frente a uno de los grandes personajes del teatro a nivel
mundial. El reto es grande. Marcos, el de Los Serrano, cara a cara con
el mismísimo Tirso de Molina. Las críticas aseguran que el también
cantautor sabe bien el envite y que muy pronto, en escasos minutos,
uno se olvida del pasado y se identifica con este Don Juan que dirige
Emilio Hernández y producen el Ayuntamiento de Sevilla, la Sociedad
Estatal de Conmemoraciones y Pentación Espectáculos.
En este sentido, el director del montaje recuerda que Perea es un
hombre de teatro que ha triunfado en la televisión, por lo que es
capaz de solventar con suficiencia el reto de interpretar a uno de los
personajes clave de la dramaturgia en español de todos los tiempos.
El montaje se presentó en sociedad el pasado 21 de junio en Nápoles,
ciudad que en el siglo XVII era la meca de los amoríos de pendencieros
soldados españoles, y pisó suelo español en un escenario de lujo:
el Corral de Comedias de la ciudad de Almagro.
Perea resaltó su emoción por encarnar a uno de los donjuanes más
jóvenes de la historia, un personaje al que definió como víctima de
su tiempo y su clase, que grita al aire sus burlas al poder, a la amistad,
o al matrimonio, para terminar enfrentándose a lo más sagrado, que
es la muerte, a la que no puede vencer. El actor quiso destacar también
la austeridad de la escenografía, lo que ha supuesto, tanto para
el director como para los actores, un reto muy bonito, puesto que
durante su actuación no hay nada a lo que sujetarse más que la propia
interpretación. Junto al protagonista conforman el plantel de actores
y actrices Isabel Pintor, Lluvia Rojo, Marina San José, Ana Salazar,
Manuel Tejada, Juan Fernández, Enrique Arce y Jorge Roelas.
ROAD MOVIE DE
VENGANZAS
FEMENINAS
GUIÑO
AL MUSICAL
La composición musical, de David San José, jugará, igualmente, un
papel fundamental, destacando las docena de canciones interpretadas
en directo por los actores y que se basan tanto en el texto de Tirso
como en tres arias del libreto que Lorenzo da Ponte compuso para
la ópera Don Giovanni de Mozart. El director ha afirmado que en
esta comedia ejemplar habrá aires de flamenco y mazurca napolitana,
de Mozart y música urbana que envuelven un espacio de arena, de
fango, donde el lujo de una corte se reboza entre el sexo y el juego con
la muerte.
ENSAYO SOBRE LA
DEGENERACIÓN DE
ESPAÑA
En una nación de profundas raíces católicas, un confesionario es el
mejor lugar desde donde escribir la crónica de lo que se cuece en la
calle. Aún más si el que tiene la obligación de expiar las culpas de los
creyentes tiene la posibilidad de codearse con lo más granado del poder
político, eclesiástico y económico de la época. Si a esto añadimos
la maestría de un alumno aventajado del mismísimo Lope de Vega,
el resultado es una crónica ácida y muy crítica de los mentideros de
la corte. Nada mejor que el contacto con la podredumbre para poder
criticarla. Tirso de Molina fue confesor real durante el reinado de los
malos felipes. Estamos en la España de Alatriste. Siglo XVII y el país,
después de siglos de esplendor, se derrumba. Al mismo tiempo que
la miseria se adueña de ciudades y campos, un grupo nutrido de intelectuales
disconformes está protagonizando uno de los momentos
cumbre de la cultura española. Es el Siglo de Oro, un periodo fecundo
que pone en escena a figuras clave de las letras.
Tirso de Molina es fruto de esa España pero, al igual que otros inconformistas
como el pionero Cervantes o el genial Lope de Vega, no se
limita a escribir obras maestras de la literatura, sino que se empeñan
en sacar a relucir las miserias de aquella España encarnada por una
clase política canalla y falta de escrúpulos que derrama su impunidad
en forma de injusticia y despotismo. Don Juan no es un tratado sobre
el amor o la seducción; es una radiografía fiel de la degeneración de
la monarquía española del XVII. Don Juan, destaca Emilio Hernández,
director del montaje, como el rey es tolerado y envidiado por el
público masculino. Hernández destaca que este personaje mitificado
una y mil veces es la encarnación de lo que un español de aquellos
años podía envidiar. Era un hombre libre, con capacidad para huir de
cualquier tipo de responsabilidad y con el poder económico suficiente
para llevar una vida regalada.
Don Juan ejerce de manera inmoral ese poder casi ilimitado. Es un
reflejo, destaca el director de la obra de una monarquía que tiene en
el ocio su único trabajo y que protege a los suyos para garantizar su
supervivencia como sistema político y social. Una España que ejerce
el abuso que, aquí se disfraza de maltrato en toda regla a la mujer.
Según Hernández, Tirso de Molina convierte a España en mujer y a
la monarquía de embaucador y mujeriego. Un sistema que dicta unas
leyes al servicio del hombre que toleran con benevolencia los abusos del
mismo hacia la mujer.
Don Juan es el poder. Es el afán de dominio, la sublimación del ego:
nada ni nadie está por encima de él. Es producto de una monarquía
corrompida, una nobleza ociosa, viajera y cosmopolita, destaca el director
de la obra. Por aquel entonces, eran de sobra conocidas las
aventuras y correrías amorosas del rey que eran celebradas por la
población como si fueran victorias militares. Tirso situó la acción de
la trama en la corte de Alfonso IX, pero El Burlador de Sevilla es una
crítica feroz a la corte del siglo XVII.
Asegura el director que a Don Juan no le interesa el amor, no le interesan
las mujeres ni la sexualidad, sino probarse a sí mismo lo que
es capaz de vencer. Don Juan es un exponente de la impunidad y la
corrupción de la España monárquica, añade.
Otro de los ejes sobre los que pivota esta obra es la ausencia del concepto
de Justicia. La muerte es el castigo que espera a Don Juan, pero
no es un castigo que llegue de manera externa. No es Justicia lo que
se produce. Es el desenlace del propio juego que Tenorio juega como
si fuera una Ruleta Rusa creada en la irrealidad, ya que la realidad no
le basta. Tenorio cae víctima de su propio estilo de vida. Es eso, y no
la justicia, lo que provoca su muerte. Es una metáfora sobre el fin de
una manera de entender España. ¿Un adelanto de la previsible caída
de la dinastía de los Austrias?
¿Un guiño a Lope?
Lope de Vega tuvo una vida azarosa más allá de su genio como literato
y una de las cumbres del teatro mundial. El cojo más ingenioso
del Siglo de Oro sirvió como soldado en Nápoles y sus estancias en
Sevilla son recordadas por sus continuos escarceos amorosos. Lope
se arrepintió una y mil veces de esas andanzas extramatrimoniales,
pero nunca abandonó este estilo de vida cayendo en la tentación una
y mil veces. Para colmo de paralelismos, una de las hijas de Lope de
Vega fue secuestrada por un tal Tenorio.
CONVENCEME
Donde empieza el espectáculo
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MISTERIOSO
ASESINATO EN MANHATTAN
YO ME SUBÍ
A UN PIANO VERDE
JUEVES 4 DE DICIEMBRE, 20.00 h.
TEMPORADA 2008/2009
JUEVES 11 DE DICIEMBRE, 20.00 h.
MIÉRCOLES 17 DE DICIEMBRE, 20.00 h.
ARTE
WWW.TEATROCUYAS.COM FEBRERO / MARZO 2009
De Alfonso Sastre
Dirección: Gerardo Malla
CENTRO DRAMÁTICO NACIONAL
J5, V6 Y S7, 20.30 h.
Duración: 2 horas y 15 minutos aproximadamente
sin pausa.
De Ariel Dorfman
Dirección: Eusebio Lázaro
Con Charo López, Eusebio Lázaro y
José Luis Torrijo
V13 Y S14, 20.30 h.
D15, 19.00 h.
Duración: 1 hora y 30 minutos sin pausa.
Dirección: Gelu Barbu
Coreografía: Gelu Barbu y Miguel
Montañez
Escenografía: Pepe Dámaso
V20 Y S21, 20.30 h.
D22, 19.00 h.
Duración: 1 hora y 30 minutos con pausa.
IMPREBIS-YLLANA
Dirección Artística: Michel López
J26 Y V27, 20.30 h.
S28, 20.30 Y 23.00 h.
D29, 19.00 h.
Duración: 1 hora y 30 minutos aproximadamente
sin pausa.
De Samuel Benchetrit
Dirección: Óscar Martínez
Con José Sacristán y Héctor
Alterio
V6 Y S7, 20.30 h.
D8, 19.00 h.
Duración: 1 hora y 20 minutos sin pausa.
De Javier Daulte
Dirección: Javier Daulte
Con Paco León y Clara Segura
V20 Y S21, 20.30 h.
D22, 19.00 h.
Duración: 1 hora y 30 minutos sin pausa.
De Philippe Decouflé
Música: Brian Eno
COMPAGNIE DCA – PHILIPPE
DECOUFLÉ
V13 Y S14, 20.30 h.
Duración: 1 hora y 30 minutos sin pausa.
LA TABERNA FANTÁSTICA
MUSICALL
ESTÁS AHÍ
DOS MENOS SOMBRERO
EL OTRO LADO DORAMAS
Teatro Drama
FEBRERO MARZO MARZO
MARZO
FEBRERO FEBRERO
Teatro Musical Improvisado
Teatro Comedia
Teatro Drama Danza
Tragicomedia Danza Contemporánea
FEBRERO
TEMPORADA 08/09
PROGRAMACIÓN DIC 08/ENERO 09
Sala Insular de Teatro
Avda. Primero de Mayo, s/n
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
Tel.: 928 432 180
DICIEMBRE
DICIEMBRE DICIEMBRE / ENERO
DICIEMBRE DICIEMBRE
BRASIL
PRESENTACIÓN DE SU DISCO “TUDO NOVO DE
NOVO
D14, 20.30 h.
DE SLAWOMIR MROZEK
ESPACIO 21
DIRECCIÓN: TONY SUÁREZ
J11, V12 & S13, 20.30 h.
TEREKITETAP
V5 & S6, 20.30 h.
D7, 19.00 h.
UN PASEO
POR LAS ISLAS
FELIZ
ACONTECIMIENTO
PAULINHO
MOSKA
GEMA 4 HADAS
CUBA
CONJUNTO VOCAL A CAPELLA
V26 & S27, 20.30 h.
PROFETAS DE MUEBLE BAR
L29 & M30, 12.00 Y 18.00 h.
X31, 12.00 h. DICIEMBRE
V2, S3 & D4, 12.00 h. ENERO
para todas las
edades
TEATRO INFANTIL
ENERO
ENERO ENERO
EL HUECO
ESPACIO INEXISTENTE EN CREACIÓN
TERCERA
LLAMADA
EL CIRCO
DE MADERA
KARROMATO
S3, D4, L5 & M6, 18.00 h.
MARÍA JUNCAL
V9 & S10, 20.30 h.
D11, 19.00 h.
ENERO
ENERO
4:48
PSICOSIS
LA CIUDAD
INVENTADA
TEATRO GORAKADA
S24 & D25, 12.00 Y 18.00 h.
DE SARAH KANE
CON LEONOR MANSO
V30 & S31, 20.30 h.
D1 DE FEBRERO, 19.00 h.
V16 & S17, 20.30 h.
D18, 19.00 h.
ESPECTÁCULO DE TÍTERES
FLAMENCO DANZA CONTEMPORÁNEA ESPECTÁCULO DE TÍTERES
para todas las
edades
para todas las
edades