La Poesía. 1912 JULIO ANTONIO Bronce 24 × 22,5 cm Adquisición de la Casa-Museo Tomás Morales n 1912 el escultor Julio Antonio había establecido su taller en la Calle Príncipe Vergara número 26. A la vez que seguía trabajando en su proyecto más elaborado, el Monumento a los Héroes de Tarragona, también le dedicaba tiempo a otro proyecto, un Monumento a los Poetas del cual se conserva en el Museo de Arte Moderno de Tarragona un estudio, fechado en 1912. Este conjunto monumental se asentaba sobre una acrópolis bordeada por una hilera de cipreses y al cual conducía una larga escalinata. La escultura en bronce La Poesía era probablemente parte de este proyecto. Al menos sabemos que se había concebido para formar parte de un monumento. A principios del siglo XX, en torno a los años de 1904 y 1905, Julio Antonio, el escultor de Mora del Ebro, Tarragona, (1889-1919), era asiduo de la tertulia del escritor José María del Valle-Inclán. A esta tertulia, concentrada en el domicilio del escritor en el número 15 de la calle Arenal de Madrid, también asistía con regularidad José Moya del Pino y probablemente Néstor, quien sería amigo del maestro1. Asimismo Julio Antonio era amigo de Carmen de Burgos, y en 1908 acudía al homenaje que la famosa Colombine organizaba en honor del poeta bohemio Emilio Carrere, homenaje donde tuvo que haber coincidido con el poeta grancanario Tomás Morales2. Julio Antonio conocía a Morales y prueba de ello es que lo nombra en una carta que dirige a sus padres, donde les habla de una futura publicación del crítico Rafael Cerrillo, Arte en España: “En poesía estarán la vida y estudio crítico de Salvador Rueda y de Tomás Morales”. Julio Antonio era un miembro relevante de la Sagrada Cripta del Pombo, y suya fue la invitación clásicamente modernista para el banquete en honor a Fígaro (1909). Así lo recuerda Francisco Gómez Hidalgo en una carta publicada después de su trágica muerte en 1919: “Por las noches iba a Pombo o a Fornos y después a Los Gabrieles, donde le sorprendía el amanecer escuchando cante, con una copa de manzanilla en la mano”. 1 Utrera, Federico. Memorias de Colombine. La primera periodista. Ed. Hijos de Muley-Rubio, 1998, Madrid. 2 Ibídem. La estética modernista y déco jalonó toda la producción de Julio Antonio, aunque se manifestó principalmente a finales de la década de 1900. Desempeñó un pequeño rol como ilustrador, ilustrando obras literarias de su amigo Ramón Gómez de la Serna, (una de estas ilustraciones, La Utopía, se publicó en La Sagrada Cripta de Pombo), en 1908, y en esas fechas también ilustró la novela de Antonio de Hoyos y Vinent, El Huerto del Pecado. Un dibujo de desnudo femenino que representa a una joven tendida sobre el vientre y con la cabeza suspendida sobre el vacío recuerda mucho a la pose de la muchacha desnuda en la Alegoría de Néstor, que data de 1903. El estilo modernista, esta vez con inflexiones monumentales, signaría sus Frisos Monumentales de 1918-19, de 39 × 204 cm, una compilación épica de grupos clásicos. La Poesía ha sido considerada recientemente como una de las más claras manifestaciones noucentistas de Julio Antonio, en la línea, (concordando conscientemente o no), de la “Venus mediterránea”, la idea neomitológica de la ben plantada de Eugenio d'Ors. Esta mujer de porte atlético y fuerte constitución correspondería a un tipo femenino campesino catalán. La obra nos muestra la maestría del escultor en la proyección de las tensiones corporales. La rigidez que la pose semi-incorporada imprime a la espalda y a los hombros es compensada por la forma sensual y abombada que describen las piernas sobre las que se apoya la mujer. Otra tensión, esta vez más sutil, es de orden moral, y deriva de la oposición entre sensualidad pagana del cuerpo y la gravedad y la contención del rostro. El aura simbólica del arte transforma el cuerpo desnudo en un signo sublime y en una metáfora de la poesía. De La Poesía el Museo de Arte Moderno de Tarragona conserva también una copia.