Caricatura de Francisco Villaespesa. 1921 MANUEL REYES BRITO Tinta sobre
cartón 30 × 35 cm Depósito de D. José de Armas Díaz 6 de julio de 1921 el
poeta Francisco Villaespesa era homenajeado en el Círculo Mercantil de Las
Palmas de Gran Canaria. Esta caricatura de Manuel Reyes, desconocida hasta la
fecha de su depósito en la Casa Museo Tomás Morales en el 2001, es por tanto
un documento de la presencia del famoso poeta modernista en Canarias. La
principal investigación sobre la vida y la obra artística de Manuel Reyes
Brito ha sido realizada por el Dr. Frank González1, y es a la cronología
trazada por él, aún esquemática y poco nutrida por la falta de datos
disponibles, que debemos remitirnos. Reyes nace en Santa Cruz de La Palma en
1892 y se traslada con su familia a Las Palmas en 1907, cuando cuenta quince
años. Es evidente que Reyes recibe alguna clase de formación artística antes
de estrenarse como ilustrador gráfico en la primera revista modernista de
Canarias, la grancanaria Florilegio, de cuyo equipo redactor formaba parte
Tomás Morales. Otras dos revistas de la década de 1910, Pitos y Flautas y
posteriormente El Diablo Cojuelo, le permitirán a Reyes desarrollar su talento
para la caricatura política y el retrato satírico de los personajes notables
de la vida social. En 1914 una de sus caricaturas de Néstor aparece en el
artículo que José Francés le dedica en La Esfera, una visión del mundano y
extrovertido modernista que no sufría un ápice al compararla con la
humorística imagen de Néstor que había realizado por aquel entonces Lluís
Bagaría. Reyes inaugura su primera individual en un salón del Gabinete
Literario de Las Palmas en este mismo año. Tendrá una segunda individual en
Santa Cruz de Tenerife dos años más tarde. No obstante la fama local
acumulada y el encomio sincero de José Francés, Reyes no parece haber
contribuido a la nómina de ilustradores de La Esfera, en la que se incluyó a
Pedro de Guezala, a Francisco Borges Salas y a Ramón Manchón. Estamos pues
ante un fenómeno de la ilustración modernista local. Será en la revista
Castalia donde Reyes evolucionará como dibujante e ilustrador, trascendiendo a
otros planos estéticos. Dará forma al chic y al glamour isleño, en sus
dibujos para cuentos como La Fela, su ilustración a doble página para el
poema Margarita de Rubén Darío o su sutil y sensual dibujo de línea
clásica y purista, Cupido y el Amor. El estilo de esta última obra, todas
ellas producidas a lo largo de 1917, nos hace pensar en que Reyes conocía los
prototipos de la ilustración inglesa, seguramente a través de revistas como
The Studio, y que quizás incluso pudo conocer algún ejemplar de The Yellow
Magazine. Es imposible por ahora de probar, aunque su amistad con Néstor lo
hace casi seguro. Tan imposible de probar como la influencia de Arthur Rackham
en las ilustraciones que José Hurtado de Mendoza hizo para la abortada
edición lujosa de la Oda al Atlántico de Tomás Morales. En la caricatura de
Villaespesa, dedicada por el autor a Francisco de Armas Medina, con el afecto
de una amistad sincera. Su muy amigo M. Reyes. Las Palmas, 1 de julio de
1921, elegancia y humor se unen en la celebración insular del poeta. Notamos
además que el trazo de Reyes es más contundente y ya muy seguro, que la
línea negra del perfil se ha ensanchado y que un modo expresivo más personal
se manifiesta a través de la estética modernista. Los aguileños rasgos de
Villaespesa se recortan contra el paisaje marino de una isla en el horizonte,
símbolo de su viaje a Gran Canaria. El uso del negro para imprimir ciertos
volúmenes como la cabellera del poeta o la isla en el horizonte equilibran los
blancos dominantes. Seis años más tarde Manuel Reyes Brito fallecía a los
treinta y seis años de edad. Junto con la caricatura de Mariano Utrera y
Cabezas, que se publicó en el periódico La Provincia en 1923, ésta es una de
las pocas obras suyas correspondientes a la última época de su vida que
conocemos en la actualidad.