UNO DE LOS FENÓMENOS MÁS COMPLEJOS del gusto estético del siglo XIX fue la acomodación burguesa del arte realista social. La aceptación general de la pintura y la escultura realista con un grado de sensibilidad social se produjo primero en Francia, en plena belle époque, y después se trasladó a Inglaterra y a España. El realismo social determina un nuevo mercado en las exposiciones de la Academia madrileña en 1890, y realistas son las primeras obras públicamente reconocidas de artistas que después derivarían hacia estéticas muy diversas. Las relaciones marítimas intensas con Francia y Bélgica favorecieron la importación de estatuaria artística en Canarias, y este Estudiante pobre refleja esta circunstancia. Descamisado y semi-desnudo, con un cinto toscamente ciñendo su pantalón, el niño camina hacia la escuela silbando. La pieza al ser parte de una serie estándar no lleva firma, solo número de registro. Los cabellos y el pantalón del muchacho están pintados en óxido de plata sobre el estaño. Esta pieza se une a las numerosas obras del belga Constantin Meunier en las islas, sobretodo el Minero con candil y pico que ornó interiores modernistas de Las Palmas, sintetizando el credo esteticista del art nouveau con la pintura realista del XIX. 18 Estudiante pobre Estudiante pobre, ca. 1890-1900 Francia Estaño pintado al frío 43 x 16 x 15 cm