Carpeta de Safo Carpeta de Safo Alto: 51 cm Largo: 37 cm Ilustraciones: ALBERTO DUCE Primera obra de la Colección Torculum de Gisa Ediciones Al cuidado de C. PERELLÓN yLUIS MONTAÑÉS Impreso sobre papel verjurado de hilo Aguafuertes estampados en el taller de Dimitri Papageorgius Madrid 14 de febrero de 1974 EDICIÓN BIBLIÓFILA DE LOS FRAGMENTOS poéticos de Safo en forma de carpeta ilustrada con un prólogo sin firmar. La introducción anónima presenta los versos lésbicos de la poetisa griega a la luz de la nueva antropología franco-americana y bajo perspectivas pos-freudianas. El autor, aunque perfila algunos hitos de la tradición literaria sáfica, citando a Balzac, Gautier, Baudelaire y Proust, como estudiosos del fenómeno lesbiano en sus respectivas obras, se centra sobretodo en la comparación antropológica de roles sexuales invertidos con respecto a Safo, la virago original. Cita ampliamente trabajos de campo realizados por Lévi-Strauss entre las tribus amerindias (en particular el mito de Látkakáwas recogido en el libro Homme nu), y también a Devereux, Simone de Beauvoir, Mary McCarthy y Martin West. En una parte del prólogo en que el autor explora los procesos e implicaciones de los grupos femeninos, nos refiere a las harimaguadas canarias, grupo que él mismo estudió in situ: “Y yo mismo recogí el dato de las harimaguadas, jóvenes de la Gran Canaria prehispánica que se encerraban juntas durante una temporada prematrimonial en grandes cuevas a modo de cenobios; y, por cierto, con el dato pintoresco de que las muchachas casaderas recibían allí un trato alimenticio peculiar; una especie de engorde con 16 miras a la mejor procreación. Porque, como en el caso de Safo, y a diferencia de las comunidades monásticas, donde la permanencia es teóricamente perpetua, en el ejemplo canario la preparación tenía un término fijo, el del matrimonio de las educandas” Más que ilustraciones a plena página, como tantas veces hizo el zaragozano Alberto Duce (1916-2003), en esta carpeta el dibujante crea una serie de viñetas que aparecen en las solapas, portada, contraportada, prólogo, en las páginas 17, 22, 32 y finalmente a pie de colofón. Sus dibujos sáficos resaltan la elegancia erótica, mostrando a la ideal pareja lésbica desnuda en toda clase de posturas relajadas y amistosas. Duce ha limado los aspectos pasionales más extremos de estos versos legendarios, no sabemos si consciente o inconscientemente, siguiendo o no un principio de autocensura que quizás le impusieran o sugiriesen. De gran delicadeza en los perfiles, y de modelado generoso, los desnudos conectan con la iconografía clasicista del desnudo femenino “mediterráneo” tal como la formularon Mayol, Torres García y Sunyer en la década de 1930. 17