TOSWALDO GUERRA SÁNCHEZ omás Morales en Mundial Magazine omás Morales en Mundial Magazine INTRODUCCIÓN MUCHO SE HA ESPECULADO SOBRE una eventual relación personal entre Rubén Darío y Tomás Morales. A menos que se halle algún tipo de documento epistolar que pruebe ese vínculo, aunque éste haya sido fugaz, entre ambos poetas sólo existe, de momento, una manera de relacionarlos, aparte de lo estrictamente estético: se trata de las colaboraciones, en forma de poemas, que el canario envió a la redacción en París de la revista que dirigiera por espacio de tres años el poeta nicaragüense, Mundial Magazine. Dos de esas colaboraciones aparecieron finalmente en la revista y una tercera no llegó siquiera a ver la luz, porque la publicación dejó de aparecer justo cuando se anunciaban nuevos textos de Morales. Si las colaboraciones del poeta canario en esa revista se hicieron por mediación de otra persona —como al parecer ocurrió con la primera de ellas, de la mano de Carmen de Burgos Colombine— o bien los poemas originales fueron enviados a la secretaría de redacción de la revista y no directamente a Darío, es ya otro asunto. Sin embargo, dada la admiración de Tomás Morales por Rubén Darío, lo más probable es que entre ellos se hubiera mantenido una mínima correspondencia, según dictan las normas de la cortesía —y por qué no, a la espera de algún tipo de acuse de recibo—, con el gran maestro modernista, asunto del que hasta el momento no hay constancia. LA REVISTA MUNDIAL MAGAZINE Mundial Magazine apareció entre mayo de 1911 y agosto de 1914. La idea de la publicación partió de Leo Mere- lo quien, a sugerencia de su amigo Alejandro Sux, colaborador inicial del proyecto, propone a Rubén Darío para el 12 puesto de director literario, en tanto que el propio Merelo asumiría la dirección artística y Sux la secretaría. La financiación de la empresa correría a cargo de dos empresarios uruguayos, los hermanos Alfredo y Armando Guido, quienes desde un principio vieron la viabilidad del proyecto tras la aceptación de Darío de dirigirlo. En realidad la idea consistía en lanzar desde París (lugar de trabajo de Merelo y de Darío) no una, sino dos revistas mensuales (la otra sería Elegancias) que dieran cuenta de los más variados aspectos de la cultura y la ciencia del mundo hispánico. A Mundial Magazine le estaban reservados contenidos principalmente relacionados con la literatura, el arte y la historia, aunque entre sus páginas tuvieron cabida artículos y reportajes de muy variada índole, incluidos los de carácter científico o geográfico. Se trataba, al fin y al cabo, de dar a conocer en todo el mundo los valores y los avances de la cultura hispánica del momento, en todos y cada uno de los países en que ésta se desarrollaba1. Lo cierto es que la revista, desde sus primeros números, fue un éxito absoluto de ventas, por varias razones. Primero por la eficaz infraestructura comercial que avalaba la publicación, con una excelente distribución en multitud de países, la posibilidad de realizar suscripciones a precios razonables y unas colaboraciones publicitarias destacadas, con agentes en Gran Bretaña, Suiza, Alemania e Italia, además de los países hispanohablantes. Hay que añadir, en este sentido, que en algunos números los anuncios comerciales llegan a abarcar hasta 25 páginas. Pero también tuvo éxito la publicación por su bella factura, dentro de los cánones estéticos del modernismo de la época, y por el nivel de prestigio de sus colaboradores, gracias a los privilegiados contactos que tenía el propio Darío2. Desde el punto de vista estético, cada número (que oscilaba entre las 92 y las 112 páginas, con una medida constante de 18 x 25,5 cm) se abre con una cubierta en cartulina provista de una ilustración pictórica sobrepuesta (generalmente el rostro de una mujer), realizada por un artista Cubierta de Mundial Magazine, nº 12 (1912) Casa-Museo Tomás Morales 1 Según reza el Editorial del primer número: «Las Repúblicas Hispanoamericanas serán objeto de nuestro particular cuidado, así como España; y será con elementos propios como llevaremos a cabo nuestras tareas» (nº.1, mayo de 1911). 2 En el Editorial del primer número se dice: «Mundial aparece lleno de buena voluntad y con elementos que hacen esperar el éxito, si el público hispanoamericano acoge con simpatía y estímulo a quienes quieren llevar a cabo una obra de cultura, haciendo los sacrificios que requiere una publicación que en lengua castellana no tendrá rival por su presentación tipográfica y artística y por lo nutrido y vario de su colaboración literaria» (nº.1, mayo de 1911). 13 3 Como se sabe, Tomás Morales tuvo una estrecha relación con Carmen de Burgos, quien lo introdujo en los ambientes literarios madrileños no sólo desde el punto de vista social, sino también en el literario, pues no en vano gestionó la publicación de algunos poemas suyos en prensa periódica y reseñó favorablemente su primer libro. 4 SEBASTIÁN DE LA NUEZ, Tomás Morales, su vida, su tiempo y su obra, tomo I, Universidad de La Laguna, p. 142. Se hacen eco de esta leyenda, entre otros, JENARO ARTILES, Rubén Darío y Tomás Morales, Las Palmas de Gran Canaria, El Museo Canario, 1976, pp. 24 y 25; FEDERICO UTRERA, Memorias de Colombine. La primera periodista, Madrid, HMR, 1998, p. 121; y CONCEPCIÓN NÚÑEZ REY, Carmen de Burgos Colombine en la Edad de Plata de la literatura española, Sevilla, Fundación José Manuel Lara, 2005, p. 197. reconocido del momento, entre los que destacan Vázquez Díaz, Gosé, Orazi, Castelluci, Jobbé Duval, Basté, Fabiano, etc. Los interiores, profusamente ilustrados con fotografías y dibujos de distinto género (a color o blanco y negro), aparecen adornados con los habituales ornamentos de la estética modernista: frisos y filetes, orlas, viñetas, letras capitales, etc. Sin duda alguna, el objetivo de los editores era hacer una revista de gran atractivo para los lectores. En cuanto a las colaboraciones, a lo largo de los cuarenta números publicados, encontramos nombres destacadísimos (en lo que respecta a la literatura) junto a otros noveles, que empezaban a darse a conocer en aquellos años, como es el caso de Tomás Morales. Entre los más notables están Ramón del Valle-Inclán, Francisco Villaespesa, Benito Pérez Galdós, Manuel Machado, Amado Nervo, José Enrique Rodó, Leopoldo Lugones, etc. RUBÉN DARÍO, COLOMBINE,TOMÁS MORALES La escritora Carmen de Burgos Colombine mantuvo, hacia 1908, una célebre tertulia de salón a la que asistía regularmente un nutrido grupo de intelectuales del momento, entre los que se encontraban Rafael Cansinos Assens, Emiliano Ramírez Ángel, José Francés, Felipe Sassone, Ramón Gómez de la Serna, Emilio Carrère, además de Tomás Morales3. En torno a esta tertulia se han ido tejiendo numerosas leyendas literarias, entre las que destaca, por lo que respecta a este trabajo, una que ha sido divulgada por el profesor Sebastián de la Nuez a propósito de un relato del pintor Tomás Gómez Bosch, amigo íntimo del poeta canario y contertulio ocasional. Al parecer, en una de las veladas en el Salón de Colombine, Tomás Morales recita la «Marcha triunfal» de Darío en presencia de éste, que queda gratamente sorprendido y felicita efusivamente al canario con un apretón de manos y el siguiente comentario: «No había comprendido bien la grandeza de mi poesía hasta que se la he oído recitar a usted». Continúa la leyenda con la afirmación de Tomás de que «nunca se volvería a lavar las manos que había estrechado Rubén Darío»4. 14 Sin embargo, si esta anécdota es cierta, o bien no tuvo lugar en la tertulia de Colombine, o bien no se produjo en presencia de la anfitriona, porque no consta que Darío y la periodista española se conocieran personalmente (sí epistolarmente) antes de 1911 (la tertulia se celebraba en torno a 1908, y ya Tomás Morales se encontraba definitivamente en Canarias hacia 1910), según se desprende de una carta que escribe la propia Colombine a Darío en agosto de 1911, y que no deja lugar a dudas de que hasta esa fecha ambos autores no se conocían: «Una de las mayores satisfacciones de este viaje (la mayor) ha sido el conocer personalmente al Poeta tan admirado: me permitirá V. el pequeño embuste de decir que lo he visto en Bélgica para que pueda dedicarle más líneas en mi libro sobre estos países»5. Lo que sí es cierto es que Colombine figuró como asesora literaria eventual de Rubén Darío, casi desde los comienzos de Mundial Magazine. En esa función debió sugerirle algunos nombres de autores relevantes del momento, según se desprende de una petición expresa del director de Mundial Magazine. En carta fechada el 20 de agosto de 1911 el propio Darío se hace eco de este asesoramiento de la literata española, que responde a una misiva anterior (de la que se reprodujo el fragmento anterior): París, agosto 20 de 1911 Señora Doña Carmen de Burgos Madrid Mi distinguida amiga: Hemos de encontrarnos pronto en Madrid, ya que no tuve el gusto de verla antes de mi partida. Espero su colaboración ofrecida para Mundial. Asimismo, le estimaré me consiga colaboración de las que usted crea «mejores firmas», no solamente de literatura, sino de grandes industrias, altas cuestiones comerciales, etc. Ha sido para mí un gran placer el conocerla, por su talento y gentileza, y encontrar en usted la menor cantidad de «literata posible». Nada de bas-bleu. Desde luego, como escritora, usted no usa medias, sino calcetines… Quedo muy atento y cordialmente S.S.S. y amigo, Rubén Darío. 5 Carta de Carmen de Burgos dirigida a Rubén Darío, 14/08/1911, Archivo Rubén Darío, Universidad Complutense de Madrid. 15 6 Op. cit., p. 212. 7 CONCEPCIÓN NÚÑEZ REY, Carmen de Burgos Colombine en la Edad de Plata de la literatura española, Sevilla, Fundación José Manuel Lara, 2005, p. 297. 8 FEDERICO UTRERA, op. cit. p. 122; antes Sebastián de la Nuez, op. cit., p. 142. 9 Mientras que de Tomás Morales no se conserva correspondencia en este sentido en el Archivo Rubén Darío de Madrid, que es donde se deposita el grueso de la correspondencia sobre Mundial Magazine,sí aparecen referencias con respecto a José Francés y Andrés González Blanco. Del primero se conserva una misiva (20 de septiembre de 1911) en la que afirma haber enviado un cuento para la revista, y de Andrés González Blanco constan documentos en los que incluso éste se lamenta por no haberle sido aceptada alguna colaboración concreta (16 de junio de 1911). De cualquier forma, la correspondencia entre Andrés González Blanco y Rubén Darío revela que se conocían años atrás de que empezara a publicarse Mundial Magazine, por lo que no parece probable que Colombine fuera quien lo recomendó al poeta nicaragüense. 10 SEBASTIÁN DE LA NUEZ, op. cit. p. 142, a partir de una nota publicada en el periódico Renovación,de Las Palmas de Gran Canaria (27 de febrero de 1920), en torno a un homenaje a Tomás Morales organizado por Fomento y Turismo de la capital grancanaria. En efecto, la tarea de Colombine consistió en proporcionar a Darío nombres de autores, más o menos relevantes, para posibles colaboraciones en la revista. En Memorias de Colombine, de Federico Utrera, se afirma que entre los autores recomendados por Carmen de Burgos se encontraban José Francés y Tomás Morales6 (a quienes se sumaría Andrés González Blanco, según Concepción Núñez Rey7). En dicha obra se confirma una intermediación concreta de Carmen de Burgos, la referida a la «Oda a Don Juan de Austria », pero no hay mención a otras colaboraciones8. Con respecto a Morales, además de estas referencias (y otras que siguen la misma pista) no hemos encontrado documento preciso sobre este asunto9. Otras dos anécdotas, ahora al margen de Colombine,y también recogidas por Sebastián de la Nuez, relacionan al poeta canario y al nicaragüense. La primera se refiere a una supuesta visita de Tomás Morales a Rubén Darío para conocer su opinión sobre los Poemas de la Gloria, del Amor y del Mar, libro en el que había un poema dedicado a Darío, «El mar es como un viejo camarada…». Éste lo recibe recitando los dos primeros versos del poema que empieza «Hoy es la botadura del barco nuevo: Luisa…». La segunda tiene que ver con «Britania Máxima», el primero de los poemas de Morales aparecidos en Mundial Magazine; tras ser leído por Darío, éste llegaría a afirmar que «en la literatura castellana, desde Gonzalo de Berceo hasta nuestros días, no ha habido una poesía de tanta grandeza como aquella»10. Lo cierto es que, a la vista de los datos, y al margen de la leyenda, el vínculo entre uno y otro poeta (si excluimos la parte estética) se debe a algo mucho más tangible y más trascendente desde el punto de vista filológico, como es la participación del poeta canario, nada menos que en dos ocasiones (la mayor parte de los poetas, en efecto, sólo colabora una vez, en tanto que si la revista hubiera continuado, Morales habría intervenido hasta tres veces), en una publicación dirigida por el gran maestro del Modernismo. 16 LOS POEMAS QUE VIERON LA LUZ: VIRTUOSISMO ESTÉTICO Y COMPROMISO IDEOLÓGICO Los poemas publicados por Tomás Morales en Mundial Magazine fueron dos: 1. «Britania Máxima», Mundial Magazine, nº 18, octubre de 1911, p. 561; y 2. «Oda a las glorias de don Juan de Austria», Mundial Magazine, nº 39, julio de 1914, pp. 227-230. A juzgar por las fechas, parece lógico pensar que la recomendación de Colombine, de existir, hubiera surtido efecto en todo caso con «Britania Máxima», por la proximidad temporal de las conversaciones entre Colombine y Darío, más que con la «Oda», aparecida casi tres años después. En realidad, la colaboración de Tomás Morales no se habría detenido ahí si no hubiera sido por la desaparición repentina de la revista. En efecto, en el número 40, correspondiente a agosto de 1914, se anuncian nuevos textos de Tomás Morales para un hipotético número 41 que nunca llegó a salir: En el próximo número, Publicaremos una hermosa comedia en un acto, escrita expresamente para «Mundial», por el gran dramaturgo español Jacinto Benavente, artículos de José Enrique Rodó, Vargas Vila, Rubén Darío, Andrés González Blanco, Cristóbal de Castro, Ramón Pérez de Ayala, Enrique Gómez-Carrillo, Tomás Borras y otros; poesías de Emilio Carrère y Tomás Morales, y notables composiciones fotográficas y de dibujo de los mejores artistas11. La razón de que esta noticia pasara desapercibida se debe a la dificultad de encontrar en bibliotecas públicas el número 40 de la revista12. De hecho, hasta hace bien poco se creía que Mundial Magazine había acabado con 39 números, al desconocerse la existencia del 40. Las pesquisas de Ana Mª Hernández de López dieron como resultado el descubrimiento de ese último número en el que se inserta el anuncio referido a Morales13. 11 Citado por ANA MARÍA HERNÁNDEZ DE LÓPEZ, El Mundial Magazine de Rubén Darío: Historia, estudio e índices, Madrid, Beramar, 1988, p. 77. 12 La colección completa de la revista no se encuentra prácticamente en ninguna biblioteca pública del mundo. Gracias a la gestión del equipo directivo de la Casa-Museo Tomás Morales (Moya, Gran Canaria), podemos consultar desde 2007 el conjunto casi completo (a falta de un par de números) de esta revista emblemática del Modernismo. 13 Op. cit. 17 «Britania Máxima» «Britania Máxima» había sido publicado tres años antes en prensa periódica, tanto en La Lectura (1 de mayo de 1909) como en La Mañana (15 de junio de 1909). Sin embargo, la aparición del poema en Mundial Magazine iba a darle una nueva dimensión, pues no en vano el rompecabezas político europeo se iba decantando, poco antes de la Primera Guerra Mundial, en dos bandos irreconciliables, y el poema de Morales exaltaba uno de los centros culturales de lo que inmediatamente después sería el «bando aliado» en la contienda: el Imperio Británico. Publicar el texto en París, además, daba a Morales la oportunidad de asegurar la divulgación de sus logros estéticos a todo el mundo, pero también de entregar sus credenciales ideológicas en favor de un ideal de civilización vigente entonces, pero que empezaría a hacer aguas tras la Segunda Guerra Mundial. Desde el punto de vista del contenido, Morales sostiene su anglofilia en este poema en dos grandes pilares: en la solidez cultural y política del Imperio Británico, y en su supremacía económica y militar. Ambos aspectos quedan sintetizados en uno de los últimos versos del poema: «¡Salve, oh vieja patria guerrera y artista, Britania preclara! » Para el primer aspecto (el cultural) nombra a destacados representantes de la cultura de aquel país, como William Shakespeare, John Milton o Lord Byron; para referirse a las glorias militares, hay en el texto profusión de elementos castrenses: divisas, cohortes, cetros, cruces escarlatas, pendones y estandartes, águilas, clarines, acorazados, etc. Para una correcta comprensión de la anglofilia de Morales hay que acudir al contexto cultural del que proviene el poeta. En efecto, la cultura británica, que tuvo una fuerte presencia en Canarias desde que estas islas fueron conquistadas por europeos, primero franco-normandos y luego castellanos, adquirió desde la segunda mitad del siglo XIX una gran relevancia en todo el archipiélago. 18 Tanto es así que no se entendería el desarrollo de las Islas Canarias en el periodo 1880-1920 sin el impulso dado por los británicos a todos los niveles, tanto cultural como económicamente hablando. Entre los múltiples aspectos destacables, con los que Morales conviviría desde pequeño en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, se encuentran las relaciones comerciales marítimas con Inglaterra, lo que se traducía en una continua y llamativa presencia de la flota británica (tanto civil como militar) en el puerto de la Luz y de Las Palmas, lugar predilecto para la ensoñación del poeta. Desde el punto de vista de la forma, el poema exhibe una perfección métrico-rítmica de primera magnitud y señala, dentro de la poética del autor, un punto de evolución en lo que respecta a sus indagaciones estéticas, muy en la línea de las innovaciones poéticas darianas y del intento de Rueda por adaptar al castellano literario el ritmo del hexámetro latino. El poema, estudiado desde el punto de vista métrico por José Juan Suárez Cabello14, consta, en efecto, de una serie de quince estrofas compuestas en versos octodecasílabos ternarios polirrítmicos, es decir, constituidos por tres hemistiquios hexasilábicos cada uno. Sin lugar a dudas, de acuerdo con la preceptiva del momento, el empleo de este ritmo versal y todos sus componentes redundaría en el tono épico de la composición. «Britania Máxima» se sitúa en los dos tercios inferiores de la página 561 de Mundial Magazine, justo a continuación del final de un artículo de E. Gómez Carrillo. Se reproduce en un cuerpo de letra notablemente menor que el del resto de los trabajos de este número (con letras versales al comienzo de cada línea) y a dos columnas, con la peculiaridad de que numerosos versos no caben en la línea y se sitúan, por tanto, debajo de ésta, separados por un corchete. Se trata de una ubicación que, al contrario de lo que es habitual en la revista, no favorece la lectura del poema. Entre la versión de Mundial Magazine y la definitiva de Las Rosas de Hércules hay algunas variantes léxico-semánticas de interés —aparte las de puntuación, que no citaremos—, a saber: 14 JOSÉ JUAN SUÁREZ CABELLO, Introducción al estudio de la lengua poética de Tomás Morales, Santa Cruz de Tenerife, Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, 1985, p. 49. 19 Estrofa 1. Sólo se detecta un cambio significativo. En la versión definitiva se sustituye el epíteto mágicos, que acompañaba a dardos, por simbólicos (v. 2). Estrofa 5. Para lograr un mejor efecto rítmico en el v. 17 se sustituye el artículo una en una hora solemne por la preposición en, lo que dio como resultado el más eufónico en hora solemne. Además, en el v. 20 hay una aclaración pertinente al sustituir el verso originario como si le hablase la trágica musa de «lady» al oído por el definitivo como si le hablara la musa de Lady Macbeth al oído. Estrofa 7. El v. 27 empieza con el sintagma y bajo el silencio sideral, mientras que en Las Rosas de Hércules se consigna y bajo el asombro zodiacal. Estrofa 8. Se evita la sinalefa entre los términos noble y archipiélago al sustituir el primero por gran, que es como aparece en la versión definitiva. Además, en Mundial Magazine se produce una evidente errata (no aparece en ninguna de las otras versiones publicadas del poema), en el sintagma manchadas las sangres en sangre caudilla, corregida posteriormente para quedar en manchadas las armas en sangre caudilla. Estrofa 9. El sintagma poblaban los aires del v. 33 será sustituido luego por llenaban los aires. La preposición y, que abre el v. 34, será suprimida. Estrofa 11. En Mundial Magazine el v. 41 comienza Hoy, bajo el silencio de la paz, pero en la versión definitiva quedará Hoy, en el transcurso de la paz. Estrofa 12. El originario los gestos de bronce será sustituido por los gestos de estatua (v. 47). Estrofa 15. El término mismo del v. 57 ha sido sustituido por propio en Las Rosas de Hércules. Por otra parte Reina del planeta, que abre el v. 58 en Mundial Magazine ha sido cambiado por Reina de los mundos en la versión final. 20 BRITANIA MÁXIMA Dieu et mon droit Un clamor que viene de las sempiternas nébulas del Norte, donde un sol de gloria vierte floreciente simbólicos dardos: tropel proceloso de una fascinante bárbara cohorte que lleva en su escudo la heroica divisa de los tres leopardos. Nuevo sol que alumbra con sus duros rayos cien generaciones, y ve en el misterio del tiempo, como una floración extraña, del antiguo culto surgir las modernas civilizaciones, al golpe rotundo del cetro glorioso de la Gran Bretaña. Los doctos varones de Oxford antaño prestáronte ayuda, y mientras tus hijos te daban por base sus hombros gigantes, fervorosamente, bajo las arcadas de Westminster muda, pedían el logro de tus altos fines los reyes orantes. Fue un día en que el viento tronaba los mares con sus bataholas, aquel en que viste quedar la tormenta de tu aliento esclava, cuando se encontraron sobre el lomo henchido de las verdes olas —odio contra odio— Felipe el Sombrío e Isabel la Brava. Shakespeare a tus plantas en hora solemne ciñera el coturno, Milton en la noche llora las nostalgias de un cielo perdido y, envuelto en las sombras, Oliverio Cromwell pasa taciturno, como si le hablara la musa de Lady Macbeth al oído. Y en un regio parque, sobre un fulgurante plafón de verdura, la noble silueta de Lord Byron fuerte; el divino bardo, digno cuatro veces de llevar sangrando sobre la armadura la cruz escarlata de los Capitanes del Primer Ricardo. Tus hombres de entonces sobre el mar trazaron las rutas primeras, hincharon sus lonas con el vasto orgullo de olímpicas aves, y bajo el asombro zodiacal, flotantes las rojas banderas, como una bandada de monstruos marinos pasaron tus naves. Y otra vez, dejando las ondas salobres del sonoro piélago, vibrantes los pechos donde el triunfo enciende sus sacros furores, al son de clarines, cruzaron las puertas del gran Archipiélago, manchadas las armas en sangre caudilla, pero vencedores. . 21 Sonoras las marchas llenaban los aires con su algarabía, el sol incendiaba los enguirnaldados pendones de guerra, 35 donde entre entusiasmos y entre aclamaciones la turba leía, bajo un resonante temblor de campanas, un ¡hurra Inglaterra!... ¡Son ellos, los bravos! Las fuertes columnas del sajón criterio, los que presenciaron, ardientes las almas en fuegos patriotas, el postrer flameo de los estandartes del vencido Imperio 40 y el ronco alarido que al caer lanzaron las águilas rotas. Hoy, en el transcurso de la paz, tus fastos descansan rendidos; plegadas, las alas reposan un punto las nobles victorias, mientras los caudillos en sus guanteletes sostienen ardidos los áureos hachones que alumbran perennes tus máximas glorias. 45 Y en tanto renuevas con épico alarde tu esfuerzo fecundo, para la gran Era se aprestan marciales tus fuertes soldados; los gestos de estatua de tus marineros recorren el mundo, e imponen silencio con fiero prestigio tus acorazados. Bajo ellos florecen y duermen tranquilas tus viejas ciudades; 50 bajo ellos al tiempo se impone imperioso tu orgullo civil; a su sombra, ¡oh libre! —que la fuerza es madre de las libertades—, en Londres los muelles de hierro desatan su ardor mercantil. ¡Britania! ¡Britania! Mientras tus ensueños de ambición perfilas, tus hijos laboran la nueva simiente de fruto inmortal, 55 y en la planetaria redondez clavadas las hoscas pupilas, miran ensancharse de Oriente a Occidente tu acción colonial. ¡Y bien! Es tu lema el propio que un día mi España ostentara: «Reina de los mundos, sobre cuyos pueblos no se oculta el sol...» ¡Salve, oh vieja patria guerrera y artista, Britania preclara! 60 ¡Salve, raza nueva, temible heredera del brazo español! ... 1909 «Britania Máxima» siguió divulgándose tras su aparición en Mundial Magazine, lo que venía a demostrar su creciente actualidad. Vale la pena recordar, por su significado, la versión aparecida en Ecos en Las Palmas de Gran Cana 22 ria (24 de julio de 1916), periódico que dirigiera el gran poeta Alonso Quesada, por el hecho de haber sido publicada en plena guerra mundial. Pero también es de destacar, por la importancia que la cultura británica tuvo en las Islas Canarias, además de por un valor puramente emotivo, la publicación póstuma del texto en Londres, concretamente en el suplemento español de The Times, en septiembre de 1921, de la mano de Luis Doreste Silva, el gran amigo de Morales, quien así rendía homenaje al poeta fallecido un mes antes. La «Oda a las glorias de don Juan de Austria» La publicación de la «Oda a las glorias de don Juan de Austria» adquiere un verdadero cariz premonitorio al haber aparecido en el número de julio de Mundial Magazine, es decir, justo cuando había dado comienzo la Primera Guerra Mundial. El desmoronamiento de los grandes imperios de principios del siglo XX, iniciado en dicha contienda (en especial el Imperio otomano), tiene un notable paralelismo con los hechos narrados en el poema de Morales, centrados sobre todo en la batalla de Lepanto (s. XVI). El poema tiene, no obstante, una doble vertiente: los hechos de Lepanto y la figura en sí de su protagonista, don Juan de Austria. Pues aunque el trasfondo histórico del poema le sirve a Morales para sintonizar con un momento de actualidad histórica crucial para Occidente, lo cierto es que la figura de don Juan de Austria se erige en verdadero protagonista del texto, personaje díscolo, popular, ambicioso y brillante que se opone vivamente a su hermano de sangre, el retraído y oscuro rey de España Felipe II. Formalmente el poema sigue en la línea de indagación métrico-rítmica lograda en «Britania Máxima». En esta ocasión Morales hace uso del verso pentadecasílabo ternario polirrítmico, es decir, constituido por tres hemistiquios pentasílabos de acento variable, pero que dota al poema de un ritmo de reminiscencias épicas. 23 15 Nacido en Vigo (Galicia) en 1892, tras triunfar en Buenos Aires como dibujante y decorador, en 1912 entra a colaborar en Mundial Magazine. A lo largo de su vida participó en importantes revistas del panorama cultural, como La Esfera, Blanco y Negro y Nuevo Mundo. Destacó también como humorista gráfico. Murió en 1952. A diferencia de «Britania Máxima», la «Oda a las glorias de don Juan de Austria» ocupa un espacio más privilegiado en Mundial Magazine por razones evidentes: 1. El cuerpo de letra es mayor, con interlineado de mayor holgura que en los textos en prosa del mismo número de la revista. 2. Las estrofas se disponen en una sola columna, y no en dos como en «Britania Máxima». 3. El texto entero va enmarcado por una orla. 4. Cada una de las páginas que abarca el poema está encabezada por una ilustración. 5. Además, el poema ocupa, en el contexto del número, la cuarta posición (primera de carácter poético), tras el habitual trabajo de Rubén Darío. «Britania Máxima», como se recordará, aparecía entre las últimas páginas. En consecuencia, a pesar de que este poema tiene más versos que «Britania Máxima», el espacio ocupado en la revista es considerablemente mayor, nada menos que cuatro páginas completas. Las ilustraciones fueron realizadas por Mirko, pseudónimo del artista gallego Federico Ribas Montenegro15, habitual colaborador de Mundial Magazine. Se trata de dos dibujos a plumilla. El primero (página 227) representa unos buques de guerra en plena batalla marítima. La misma ilustración se reproduce en espejo en la página 230. El segundo dibujo (página 228) representa un águila imperial en vuelo, cuya cabeza está ceñida por una corona regia, y que se dispone a dar caza a un ave blanca. Se reproduce en espejo en la página 229. Las variantes léxico semánticas más relevantes entre la edición de Mundial Magazine y la de Las Rosas de Hércules son: Cita. En Las Rosas de Hércules se suprime la autoría de la cita, que viene expresa en Mundial Magazine como Juan, I, 6. 24 Estrofa 3. El v. 11 se sustituye el originario cuando a su mando por cuando a su orden. Estrofa 5. En el v. 18 se sustituye el adjetivo victoriosos por orgullosos, para complementar a Fastos Papales. Estrofa 6. Como consecuencia del cambio anterior, en el v. 23 se suprime el término orgullosos, para evitar la repetición, y se consigna el definitivo estridente. A su vez, en el v. 24 el término originario oriflamas se cambiará por pabellones. Estrofa 8. En el v. 23 de la edición de Mundial Magazine aparece el sustantivo terror, que en Las Rosas de Hércules quedará como pavor. Estrofa 10. El poeta modifica en el v. 40 la concordancia del adjetivo prendada, para evitar tal vez una ambigüedad semántica: en singular podría referirse tanto a silueta como a muchedumbre del verso anterior (vio tu silueta la muchedumbre de las estrellas:). Finalmente decide pasar el término a plural, para que así concuerde con estrellas. (¡tal vez prendadas [no prendada] de la belleza del Almirante!). Estrofa 12. Se produce un cambio notable en el v. 51: donde decía como un enjambre de procelosas aves marinas, en la edición definitiva dirá como un pasmado volar de ingentes aves marinas. Estrofa 16. El v. 66 recibirá mayor énfasis al ser colocado entre signos de admiración. Estrofa 17. Esta estrofa se suprime entera de la versión final del poema, lo que constituye el cambio más significativo de todo el conjunto. El texto suprimido dice así: ¡Loa al Marino, que el vario triunfo domó a su antojo, Y dio a su Tiempo, como trofeos de gallardía, La Ínclita Fuerza, que hasta los astros llevó su arrojo, Y el Eminente Laurel, que informa su valentía!... 25 16 Recordemos que los dos volúmenes de Las Rosas de Hércules aparecieron después de muerto Rubén Darío, y que Poemas de la Gloria, del Amor y de Mar, aunque aparecido en 1908, tuvo una distribución realmente minoritaria. Sólo la constante presencia de su poesía en revistas y periódicos permitía seguir su evolución poética, fuera del estricto círculo amistoso. EL TRIBUTO DE MORALES Aunque Rubén Darío y Tomás Morales no se hubieran conocido personalmente, lo que sí resulta evidente es que, gracias a la presencia del canario en las páginas de Mundial Magazine, podemos afirmar que el nicaragüense tuvo entre sus manos claras muestras de la calidad estética del canario16. Los dos poemas que llegaron a ver la luz allí fueron seleccionados por Morales, probablemente, por varias razones. Primero, porque estéticamente participaban de esa variante del Modernismo atenta a las innovaciones rítmico- métricas, a las que Rubén Darío y otros modernistas habían estado tan inclinados. Podría decirse, en este sentido, que son poemas alejados del núcleo de su poética más original, es decir, aquella que se regía por la más estricta cosmovisión atlántica, pero quizás el poeta valoró más —lo que constituiría una segunda razón de peso— la temática de los textos, tan acordes para los momentos históricos que vivía Europa. En cualquier caso, se trataba de entregar composiciones llenas de virtusismo y de oportunidad histórica a sabiendas de la proyección internacional que la revista tenía, algo que no habría de escaparse a Morales, pues Mundial Magazine llegó a convertirse, en poco tiempo, en un magnífico escaparate de la sesibilidad modernista. En lo que respecta a la admiración profesada por Tomás Morales a Rubén Darío, su mayor tributo lo constituiría el poema «A Rubén Darío en su última peregrinación», escrito con motivo de su muerte en 1916, y que es sin duda una de las más bellas y emotivas composiciones jamás dedicadas al principal poeta modernista en lengua castellana. 30