JONATHAN ALLEN Ramón Manchón o el rescate de un artista polivalente HACE DÉCADA Y MEDIA LA FIGURA DE RAMÓN MANCHÓN HERRERA era un nombre, una firma más entre una abultada nómina de ilustradores brillantes que nutrieron la estética hispana del art nouveau y del déco. Javier Pérez Rojas lo mencionaba en su tesis centrada en ese universo gráfico, investigación que contribuyó a impulsar un proceso revisionista largamente soslayado y demorado en un país que había priorizado e ideologizado excesivamente las vanguardias a expensas del análisis histórico más sosegado y objetivo de la pluralidad artística. Pérez Rojas señalaba entonces el origen 31 Ilustración en La Esfera, nº 33 (1914) por Ramón Manchón Casa-Museo Pérez Galdós canario de Manchón, dato que pronto despertó el interés de expertos e investigadores locales. El público isleño ve una obra de Ramón Manchón por primera vez, al menos después de su muerte, en 1999, cuando Leandra Estévez, comisaria de la exposición, La Estampa en Canarias. 1750-1970 (Casa de Colón-Cabildo de Gran Canaria y CajaCanarias) muestra el déco más puro del autor en las ilustraciones que realizó para la novela de La Desertora, de Halma Angélico. El año siguiente, La Casa-Museo Tomás Morales de Moya y el Museo Néstor de Las Palmas de Gran Canaria y CajaCanarias, promovían la exposición regional Modos modernistas, en que se incluyeron obras impresas en La Esfera y Blanco y Negro de Manchón, provenientes de colecciones privadas y públicas. En 2001, se reseñaba la figura y obra del artista en Imágenes para un siglo, comentándose uno de sus lienzos naturalistas, sin que el autor supie- Estudio para retrato en La Esfera, nº 653 por Ramón Manchón Casa-Museo Tomás Morales 32 se entonces, que esa misma obra la comentó José Francés, a raíz de su participación en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1926. En el 18º Boletín de Noticias de El Museo Canario (2006), el genealogista y experto en la historia de la estampa, Carlos Gaviño de Franchy, aportaba la primera nota biográfica que daba cuenta de las circunstancias canarias de Ramón Manchón, nacido en Arrecife, Lanzarote, en 1883, ilustrando el artículo con distintas viñetas de su colección particular, y señalando parentescos, entre ellos el de su tío Antonio Manchón Quílez, que fue discípulo de Antonio Capuz en Madrid. Finalmente, como colofón de esta presencia en Canarias del famoso ilustrador, debemos mencionar la muestra Coleccionismo: ilustración gráfica y literatura a través de las colecciones de la biblioteca de la Casa Museo Tomás Morales, inaugurada en noviembre de 2007. En Coleccionismo se exponía obra impresa del autor, portadas de novela e ilustraciones de revista, seleccionada entre los fondos de la Casa Museo Tomás Morales, para quien Manchón se ha convertido en autor estratégico, coetáneo de Tomás Morales y personaje simbólico del modernismo español, junto a otros sobresalientes ilustradores, como Alexandre de Riquer, José Moya del Pino y José Hurtado de Mendoza. Esta lenta pero segura recuperación de Manchón en Canarias ha desencadenado el interés y el contacto con los descendientes del artista, quienes en las personas de Francisco y Juan de Ory Manchón, han aportado a la Casa Museo Tomás Morales la biografía y la bibliografía más completa del creador hasta la fecha, además de localizaciones en colecciones que facilitarán por fin el acceso a las fuentes originales. Del amplio perfil biográfico que Francisco y Juan de Ory aportan surgen elementos conocidos y otros insospechados que nos permiten armar un retrato artístico y vital de Manchón Herrera mucho más complejo. Uno de éstos, es la sincronía entre las esferas públicas y privadas, Manchón como ilustrador y diseñador prolífico, y Manchón como funcionario de la Administración del Estado, en la que alcanza Cubierta de La desertora, de Halma Angélico (1932) por Ramón Manchón Casa-Museo Tomás Morales 33 importantes alturas sin menoscabo de su creatividad, y sin solapamientos personalistas en el ejercicio de sus funciones oficiales, que le llevaron en varias ocasiones a la organización de certámenes y eventos nacionales. Empieza su andadura en la vida pública como Auxiliar interino de la Estadística del Instituto Geográfico y Estadístico, en 1906, jubilándose en 1953 con la categoría de Jefe Superior de Administración. Durante casi cinco décadas, Manchón fue delineante del Ministerio de Instrucción Pública, Jefe de la Sección de Fomento de Bellas Artes, Vocal de la Junta de Compras del Ministerio de Educación Nacional, Secretario de las Comisiones Organizadoras de las Exposiciones Nacionales, a la vez que desempeñó cargos técnicos muy diversos. Fue asimismo, en otro orden privado, Vocal de la Unión de Dibujantes Españoles. Su vida como ilustrador fue en gran medida un reflejo simétrico de la ilustración gráfica española durante su edad de oro contemporánea. Manchón inició su colaboración con Blanco y Negro en 1909, interrumpiéndose ésta en 1935, con Nuevo Mundo en 1908, prosiguiéndola hasta su desaparición en 1933 y con La Esfera en 1914, continuando ésta hasta el cierre de la mítica publicación en 1931. Al margen de estas referencias gráficas seminales, el artista ilustró toda clase de narrativa y lírica en publicaciones de duración más efímera, entre ellas España, Cosmópolis, La Lidia, Mundo Gráfico, Ahí va, Gran Bufón, Esto, entre muchas otras. A esta caudalosa participación en la ilustración de revistas, sumó su diseño de portadas para colecciones de gran tirada que popularizaron y difundieron la literatura hispana, como La Novela Semanal y La Novela de Bolsillo. Ilustró asimismo libros más selectos: en 1914 Lo que cantan los niños de Fernando Llorca (Prometeo, Valencia, 1914), La desertora de Halma Angélico (Librería Beltrán, Madrid, 1930), Arte Gallego de Enrique Estévez Ortega (Editorial Lux, Barcelona, 1930) y El mágico prodigioso de Calderón de la Barca, por el cual obtiene en 1931 el Premio Nacional de Grabado. Manchón es uno de los principales humoristas gráficos de la España moderna, que no sólo envía obra a esa crea 34 ción inspirada de José Francés que fue el Salón de Humoristas, sino que ayuda a organizarla, vertebrarla y difundirla. La ironía y la sátira despuntan en su imagen gráfica habitual, y su iconografía femenina y amorosa en particular, acusan su temperamento humorístico. Manchón piensa y escribe sobre lo que crea, y no tiene limitaciones a la hora de dar charlas y conferencias que abarcan la historia y la actualidad de la estampa en España, el humor gráfico y la situación de las Bellas Artes. El gran despliegue creativo y la energía vital tienen pues contrapeso intelectual, así como la ágil y rápida pluma ilustradora tiene el contraste de los lienzos naturalistas y realistas, en que emerge otra personalidad artística. La Casa Museo Tomás Morales y el Cabildo de Gran Canaria tienen la intención de dedicarle a Ramón Manchón una exposición monográfica, un proyecto de investigación y análisis que permitirá proyectar la obra y la vida del creador en todas sus facetas, haciendo así justicia a este fascinante artista funcionario que supo deslindar las cosas tan bien. Cubierta de Mimí Magdalena de Francisco Camba (1924) por RAMÓN MANCHÓN Casa-Museo Tomás Morales 35