SYOLANDA ARENCIBIA Universidad de Las Palmas de Gran Canaria iempre: borrador
autógrafo de Alonso Quesada iempre: borrador autógrafo de Alonso Quesada
SOBRE NUESTRA MESA DE TRABAJO, la donación más reciente recibida por el museo
que el Cabildo de Gran Canaria ha consagrado a la poesía canaria, la
Casa-Museo Tomás Morales de Moya. Se trata de un texto autógrafo que ocupa el
verso y el vuelto de la hoja rayada y amarillenta de un antiguo dietario: un
poema manuscrito por Alonso Quesada con su caligrafía, tan peculiar y tan
familiar para el estudioso, menuda y firme, de trazos rápidos y nerviosos que
se dejan curvar, suavemente, en los principios y los finales de las palabras.
Es un borrador del poema Siempre, aquel que dedicara Alonso a la muerte de su
amigo Tomás Morales y que, reelaborado, formaría parte del poemario Los
caminos dispersos. EL DOCUMENTO Encabeza el documento el título del poema,
centrado en la línea y destacado en grandes caracteres mayúsculos no exentos
de cierta pretensión artística en sus remates. Tras una raya de separación,
se suceden, línea a línea, los cincuenta y tres versos que constituyen el
texto. Un blanco entre los versos treinta y dos y treinta y tres, con escueta
marca horizontal centrada, corta en dos la sucesión del poema. Tras el último
verso, un nuevo blanco, ahora generoso, da paso a la firma del poeta: aquel
Alonso Quesada tan característico, contrastadas las dos mayúsculas iniciales
mediante la cuadratura inicial de la A y la redondez decidida de la Q. Bajo esa
firma y la breve línea horizontal que la cierra, se añaden cinco versos al
poema. En la mancha de la página, la alineación del margen izquierdo se
altera espaciadamente para señalar con breve 12 sangrado la modulación de
una nueva frase. En el margen derecho, el discreto versolibrismo de una
métrica rota en medida y rima, compone sinuosidades airosas: gran mayoría de
versos largos para sostener el desarrollo argumental del poema (endecasílabos;
pero también decasílabos, dodecasílabos o alejandrinos), algún octosílabo
para apuntalar hitos de contenido (versos 1, 23, 28), varios heptasílabos
puntualizadores (versos 5, 15, 20, 40), y la presencia eficaz de metros más
cortos, cuya brevedad condensa, define, concluye (versos 25, 27, 32, 33, 51 y
52)1. Un borrador, sin duda, nuestro manuscrito, en el que pueden detectarse,
con la necesaria cautela, momentos distintos en el proceso de la creación: un
primero inicial redactado en tinta negra y sin vacilaciones, nacido tal vez al
calor del alumbramiento primero; y un segundo posterior y en tinta azul que,
revisando, añade tachaduras decididas y enérgicas y nuevos textos: unos, con
caracteres firmes y seguros; otros más desvaídos, como apuntes dubitativos
abiertos a una nueva versión. En total, registra el documento cuatro
tachaduras horizontales sobre palabras concretas con registro inmediato de lo
enmendado a continuación o sobre la línea; dos añadidos con diversa fortuna:
se deshecha uno, se aprovecha otro; y dos amplias aspas sucesivas que suprimen
con distinta energía, los versos 34-40 y 41-45 y cuya sustitución motiva los
cinco versos añadidos tras la firma del poema. La transcripción paleográfica
del documento sería así las tachaduras se marcan como tales, y los
añadidos en línea, o sobre ella, o bajo ella, se señalan entre barras
oblicuas): SIEMPRE Siempre es la palabra última. La honda palabra de la raíz
eterna A ti se te metió el Siempre en el alma como un arpón agudo que la
fijó en la tierra. 1 La revista Fablas (nº 62-64, enero- marzo 1975, p. 6-7),
reprodujo gráficamente este documento. 13 14 15 * No ha sido posible
señalar gráficamente las tachaduras con aspas que aparecen en el manuscrito
de la página 15. Tu pequeña sonrisa aquella sombra de sonrisa de niño
infantil de niño que tiene huertos dilatados y una amplia casa gris en el
solar antiguo de la heredad austera niño que abre los ojos, a los frutales
ebrios y alza a ellos las manos vivamente con la novelería de las sorpresas;
tu sonrisa tranquila era /ya/ un hueco terroso donde el Siempre arañaba
/llenaba/ ha llenado su lividez perpetua Ya tu amor campesino por la humedad
nocturna se hizo humedad nocturna ¡la salud de la tierra sobre tu frente
yerta! y va cubriendo de siempre el camino de tu pensamiento. [Camino claro
como el bienestar de tu vida, recta. Tu corazón se esparce ahora, lentamente,
bajo la tierra... Quienela /fue de/ la graciosa dejadez de tu anima que hizo
del tiempo divino una alba bolsa sin fondo donde el oro vertió tu mano joven y
entera. /que tu sientes/ En el arca hermética donde encerramos tu cuerpo de
marinero rudo y pensativo penetró, cauteloso, el silencio. El silencio es:
Siempre, con un velo negro
- ¿Y después? /una enorme losa/ Después, el
escenario terrenal corrió su cortina de colores brillantes más quedó el vaho
retórico de los salmistas vanos, un rumor iriente de economía anímica entre
un saldo turbulento de ambiciosa amistad póstuma Sobre la cal sobre la tierra,
sobre las flores cayó la enorme losa de los amigos literarios de la Muerte
¡oh, quien hubiera podido darte el secreto de mi gran vulgaridad cristiana y
extender tu sonrisa por el mundo 16 como un mudo horizonte de hielo. Pero
Dios no puede librarnos de nada. Dios es una estrella lejana y pequeña. Yo
miro la estrella y sonrío porque acaso pudiera apuñarla en mi mano. Solo te
quedó /solo/ verdadero el Siempre. Tus ojos cerrados aprietan el Siempre como
un sollozo de hombres los labios Alonso Quesada - Y después? Vanidad.
Imposibilidad. Tristeza Sobre la cal, sobre la tierra y las flores cayó la
enorme losa de los amigos literarios de la Muerte APUNTES DE CRÍTICA TEXTUAL
No muchas enmiendas en nuestro borrador; pero las suficientes para añadirle
interés científico al literario que ya posee, y considerarle como objeto de
análisis en el dominio científico de la Crítica textual, aquella que halla
en la ecdótica su disciplina específica. Ya en ese campo, ha de interesar de
modo especial el texto a los seguidores de la renovada crítica genética,
aquella que indaga en las versiones diferentes y sucesivas de los textos
considerando a los desechados no como simples pre-textos de una versión
definitiva, sino como materiales significativos en sí mismos; tanto como
aquéllos que, en un momento determinado, la imprenta consagró como
definitivos. Indagando en la génesis de las variantes que el documento ofrece
es posible extraer algunas conclusiones. Empezando por los elementos tachados,
anotaríamos que la tachadura del verso 6 nace al calor de una duda que se
resuelve volviendo a la idea primera; cuestiones de armonía rítmica en el
propio verso y de eufonía respecto al siguiente, debieron llevar al poeta a
preferir para el cierre de su complicado decasílabo un adjetivo analítico y
grave 17 (de niño) en lugar de su sinónimo sintético y agudo (infantil).
En el verso 50, el cambio del acento inicial de la primera sílaba a la cuarta
consigue convertir en correcto sáfico (y acentuar su eufonía) un dudoso
endecasílabo propio con énfasis en la sílaba primera:
Te-que-dó-só-loy-ver-da-de-roelSiém- pre/ frente a
(Só-lo-te-que-dó-ver-da-dé-roel-Siém-pre/). Paralelas en tiempos y en
significaciones, las correcciones de los versos 12 y 13 consiguen acercar la
acción al presente, desnudarla, perfectirla (tu sonrisa tranquila era un hueco
terroso/ tu sonrisa tranquila es ya un hueco terroso/ tu sonrisa tranquila es
un hueco terroso/ -donde el Siempre arañaba su lividez perpetua/ donde el
Siempre llenaba su lividez perpetua/ donde el Siempre ha llenado su lividez
perpetuas. Junto al verso 26 se cuela una propuesta tímida y finalmente
fallida; y entre el 33 y el 34 se asoma un apunte feliz, fónica y
conceptualmente (una enorme losa), que, pospuesto por el momento, hallará su
espacio poco más adelante, en la versión añadida que cierra el documento.
Consideración aparte merecen la supresión de los versos 34-41 y 42-45 marcada
por sendas aspas de color azul. Porque ese grupo de doce versos se resuelve en
los cinco que se añaden tras la firma, repitiendo el enlace del significativo
v. 33 (¿Y después?), ictus temporal a la vez que temático en la
estructuración del poema. Se recuperan para la nueva versión, levemente
alterados, los versos 3941; mientras que la complejidad formal del mensaje duro
de los versos 34 a 38 (metros largos, ritmos densos, rimas complicadas: agudas,
esdrújulas; sustantivos positivos distorsionados por adjetivos punzantes) y el
expresivo pathos de los versos 42 a 45 (la autenticidad del dolor volcada en un
diálogo explícito tal vez en demasía), se concentran en el latigazo
clarificador de sustantivos directos, iluminadores, plenos de calor y de
sustancia: Vanidad, en el primer caso; Imposibilidad. Tristeza, en el segundo:
un ejercicio de adensamiento mental, de economía lingüística, de desnudez
poética. Puestos a indagar en textos previos, a las dos versiones que el
borrador donado nos ofrece (la primera y la enmen 18 dada) podemos añadir
otra posterior: la que el propio Alonso transcribió con cuidadosa pulcritud en
uno de los dos dietarios que constituyen el original de Los caminos dispersos
que conserva en su Fondo el Cabildo de Gran Canaria. Allí este poema, Siempre,
aparece precedido de breve y sentido apunte situacional (Camposanto. Frente
al sepulcro del poeta) y coloca en su lugar los versos añadidos en el
borrador primero. Y no carece de enmiendas, ahora sin variaciones de color; con
la claridad de soluciones directas, sobre la marcha de la escritura. El nuevo
texto aparece así: SIEMPRE Intermedio elegíaco - + Tomás Morales
(Camposanto. Frente al sepulcro del poeta) Siempre es la palabra última: La
honda palabra de la raíz eterna. A ti se te metió el Siempre en el alma como
un arpón agudo que la fijó en la tierra. Tu pequeña sonrisa tu sonrisa de
niño que tiene huertos dilatados y una amplia casa gris en el solar antiguo de
la heredad austera niño que abre los ojos a los frutales ebrios y alza hacia
ellos las manos vivamente con la novelería de las sorpresas tu sonrisa
tranquila es ya un hueco terroso que ya el Siempre ha llenado su lividez
perpetua. ¡oh tu amor campesino por la humedad nocturna se hizo humedad
nocturna, ¡la salud de la tierra sobre tu frente yerta! y/a va cubriendo/ se
cubrió de siempre 19 el camino de tu pensamiento. Camino claro como el
bienestar de tu vida, recta. Tu corazón se esparce ahora, lentamente, bajo la
tierra...! ¿Que fue de la graciosa dejadez de tu alma que hizo del tiempo
divino una alba bolsa sin fondo donde el oro vertió tu mano joven y entera? En
el arca hermética donde encerramos tu cuerpo de marinero rudo y pensativo
penetró cauteloso, el silencio. El silencio es: Siempre con un velo negro. ¿Y
después? Vanidad. Imposibilidad. Tristeza Sobre la tierra y las flores cayó
la enorme losa de los amigos literarios de la Muerte
Pero Dios no puede
librarnos de nada Dios es una estrella lejana y pequeña Yo miro la estrella y
sonrío porque acaso pudiera apuñarla en mi mano. Ya quedó sólo y verdadero
el Siempre. Tus ojos cerrados apretaban el Siempre como un sollozo de hombre
unos labios. Se registran dos arrepentimientos en esta nueva versión. El verso
14 opta por recuperar definitivamente la temporalidad nítida del ya desechado
en el borrador que se tacha a hora del verso 13 en que aparecía (tu sonrisa
tranquila es ya un hueco terroso/ que ya el Siempre ha llenado
); y el 18,
al determinar el tiempo de la acción verbal, prefiere el aspecto de una
puntualidad irreversible (Ya va cubriendo de se cubrió de siempre). * 20
En Los caminos dispersos, el poema Siempre aparecerá ocupando espacio central
del poemario y con los apuntes situacionales ya indicados. Lo preceden dos
unidades de trece poemas cada una (Caminos de paz del recuerdo y
Dolorosos caminos) y lo siguen otras cuatro partes (Caminos
silenciosos, Caminos del mar, Caminos de ayer y Alivio del alma) de
diecisiete poemas en total. Así se muestra en el original que conservamos y
tal como se reprodujo en la edición primera (Las Palmas de Gran Canaria,
Ediciones Gabinete Literario, 1944), nacida al cuidado de amigos
entrañables del poeta como Saulo Torón o Luis Doreste Silva, que pudieron
contar con el original que conservaba la que fuera esposa del poeta doña Rita
Suárez Morales. Entre el original manuscrito y esta primera edición de 1944
hay variaciones leves que afectan a signos de puntuación y a la disposición
de los versos (sangrías añadidas o suprimidas) o de las estrofas (blancos de
texto que reciben el mismo tratamiento). EL POEMA Y SU PREÁMBULO Como sabemos,
Alonso Quesada fue dando forma a lo que llegará a ser su poemario Los caminos
dispersos en etapas bastante distanciadas: tal vez desde aquella primera de
poemas dispersos en 1915 o 17 (La ciudad de piedra, Los retornos: títulos
abandonados), hasta la segunda ya concebida como libro, en 1922 o 1923 (Los
salmos del hombre ardiente, Salmos oscuros, Las lámparas de fuego: nuevos
títulos fallidos). Los originales conservados demuestran que el homenaje a su
amigo Tomás Morales que es el poema Siempre no se redactó en el momento
inmediato a la muerte de aquel, que sucedió cuando redactaba la versión
previa que tituló Las Lámparas de fuego. En ese original, el alma del amigo
conmovido ante la muerte abre una página nueva en el dietario que va llenando
hoja a hoja, la que sigue al poema XIV, para redactar como Intermedio un
personal y sentido epitafio redactado en forma de triángulo invertido. Es el
siguiente: 21 22 INTERMEDIO En este momento la historia del Hombre oscuro
ha de cortarse como una elegía per sonal del poeta coleccionador de este
dietario. Hay otra laguna en la vida. Mientras las otras hojas dispersas se
anotan y encaminan muere el afamado poeta insulario Tomás Morales, El recopi
lador de estos salmos con el ánimo dolorido. escribe este canto doloroso a la
muerte de un bien amado ami go CIERRE Los caminos dispersos es un poemario más
que interesante de Alonso Quesada que aguarda aún la atención de un estudio
específico que lo valore adecuadamente. El borrador de su poema Siempre que
ahora reseñamos anuncia en sí mismo lo que va a significar en el cuerpo
general de este magnífico poemario. Su contextualización ha permitido a la
que esto escribe la oportunidad de reencuentros gratificantes desde la
evocación: el espíritu eterno de Tomás Morales; el de sus hermanos en arte,
Saulo Torón y Luis Doreste Silva; el de Rita Suárez
Sobre todo ello, su
ensayo de análisis crítico le ha supuesto un nuevo acercamiento al grande y
admirado Alonso Quesada, siempre un foco deslumbrador en su horizonte
literario. 23