Domingo Rivero, en el tiempo omingo Rivero, en el tiempo Busto del poeta Tomás
Morales situado en el Parque de San Telmo, ca. 1925 Archivo fotográfico de la
Casa-Museo Tomás Morales MUSEO MUNICIPAL DE ARUCAS DEL 16 AL 30 DE JUNIO DE
2008. A TOMÁS MORALES Para Leonor En el Parque ciudadano que oyó tu risa en
la aurora de tu vida, se alza ahora tu busto, poeta hermano. De noche, en el
mar cercano, por ti parece que llora la ola que trajo, sonora, la lira de oro a
tu mano. Y en torno a tu pedestal, hacia ti sube un rosal que el dolor crió en
su huerto Y florece en tu memoria: ¡un puro amor, que no ha muerto pone su
aroma en tu gloria! 12 de junio 1925 DOMINGO RIVERO DENTRO DEL PROGRAMA DE
FIESTAS DE SAN JUAN 2008,la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Arucas
organizó un homenaje al poeta Domingo Rivero con la exposición Domingo
Rivero, en el tiempo, con la presentación de la edi 54 ción revisada y
ampliada por Eugenio Padorno de En el dolor humano poesía completa de Domingo
Rivero y con la conferencia Años peninsulares de Domingo Rivero a cargo de
Jorge Rodríguez Padrón, autor del libro Domingo Rivero: poeta del cuerpo.
Domingo Rivero González nace en Arucas el 2 de marzo de 1852 y muere en Las
Palmas de Gran Canaria el 8 de septiembre de 1929. Recogemos a continuación
las palabras de Eugenio Padorno de la edición de En el dolor humano, 2008:
Poco tiene que ver la escritura de Rivero con la de sus coetáneos; en cambio
sí guarda conexiones estéticas y sociales con la de líricos coterráneos
muchísimo más jóvenes: Tomás Morales (1884-1921), Saulo Torón (1885-1974)
y Alonso Quesada (1886-1925), protagonistas del Modernismo y Posmodernismo
grancanarios. Al tiempo que don Domingo se deja influir por ellos, para ellos
su poesía es más que un ejemplo de acendrada contención expresiva. Tiempo de
intensa convivencia entre don Domingo y aquellos jóvenes poetas es el que se
extiende desde 1908, año en que Tomás Morales publica Poemas de la Gloria,
del Amor y del Mar, y 1925, año en que muere Alonso Quesada. En ese contexto,
mientras la nueva hornada lírica asume progresivamente la poesía de Rubén
Darío, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez, el «viejo» poeta, perceptor
también de las innovaciones estéticas, busca lo que conviene a su palabra: se
sirve ciertamente de los recursos formales de los modernistas, pero rehúye los
estímulos indagatorios de la sensorialidad; don Domingo quiere tener noticia
de la realidad desde una aptitud eminentemente reflexiva, que es la que le
revela la dimensión humana del dolor, en estrechísima afinidad con Unamuno,
que fue su Virgilio durante un largo trecho del laberinto de la vida política
e intelectual españolas. Domingo Rivero, 1872 55 La exposición realizó
un recorrido por la vida y obra de Domingo Rivero, y dio a conocer imágenes
inéditas así como una amplia bibliografía sobre el poeta. Por un lado, desde
paneles que mostraban la cronología y biografía del poeta, paneles con poemas
dedicados a su entorno insular, a poetas del Modernismo canario, a
personalidades implicadas en la vida política y cultural y hechos históricos
de la Europa de finales del siglo pasado y principios del XX hasta iconografía
del poeta a través de distintas fotografías, caricaturas, dibujos y cuadros.
Por otro lado, se mostraron las reseñas críticas y sus colaboraciones en la
prensa de la época. También la muestra se complementó con un apartado donde
se mostraron distintas ediciones sobre la vida y obra del poeta, además de
vitrinas donde el visitante encontró ejemplares de su biblioteca personal y
algunos objetos personales. 56