. Hay cosas más dolorosas que la realidad, pero no me acuerdo de ellas.
Te quise tanto, niño de ojos azules, que te inventé mi padre para mirarme en
ti. El cielo cumple siempre sus promesas. Hoy tus cuencas sueñan con arcoiris
remotos. Yo, ausente del mundo, cierro fuerte mis párpados para besarte en
ellos. Aguardé muchos siglos, muchos siglos para encontrarte. ¡Qué estúpida
la vida! mi capitán sin barcos y sin puertos esperando el regreso de una hija
soñada. Ahora soy yo la protectora de tu muerte, la guardiana de tu apellido
que nunca daré a nadie. (Colección: A mi padre) 85 . Hay cosas más
dolorosas que la verdad, pero no me acuerdo de ellas. Quédate en el
portarretrato, no te muevas, como siempre, sin detenerte a imaginar que paso a
cada rato por delante, sin silbarme, sin invitarme a tomar un café, sin
estirar un brazo y asustarme un poquito. Como un paisaje de dunas extrañas,
domesticadas. Paraíso perdido de un álbum de estampitas. Espejismo del
pasillo de mi casa. Después, más tarde, cuando tu cuerpo inerte amaine las
tormentas, las sábanas de encajes te endulzarán el sueño largo. Mientras, no
respires, no oigas, no mires, no andes, quédate como el muerto que no sabe los
palmos que mide el propio nicho. (Colección: Crisantemo) 86 . Hay cosas
más dolorosas que la técnica, pero no me acuerdo de ellas. Después de
muchos siglos: iniciar un programa explorar el disco buscar archivo cambiar
ventanas utilizar ayuda mostrar palabras iniciar búsqueda opción de archivar
ayuda para seleccionar Con toda la complejidad del mundo, la relatividad de los
sentimientos, la imprevisibilidad de la vida, el alma que se te cae al suelo o
te la pisan y el corazón que se te rompe a pedazos... O sigues deseando que no
se apague la pantalla de tus sueños infinitos o habrá que salir/darle a
escape. (Colección: Pentium III) 87 . Hay cosas más dolorosas que el
engaño, pero no me acuerdo de ellas. Camino por la calle de la envidia de la
que nunca conocí sus plazas y vi siniestros seres pavoneándose frente a los
paredones de sus pobres orgullos. Contemplé los momentos suicidados, la tabla
rasa de algunos sentimientos tristes, cancelé algunas cuentas, las corrientes,
que paga ese interés tan alto y el embargo de todos los rencores viejos. No
pude hipotecar un solo llanto. El banco de mi vida está también lleno de
sangre. (Colección: Caja de Ahorros) 88 . Hay cosas más dolorosas que la
muerte, pero no me acuerdo de ellas. ¿De qué bolero estás hecho, vida
mía? Yo, que suplico al reloj que no marque las horas quando vuelva a tu lado.
Que recuerdo cada noche de luna que contigo aprendí sin que te dieras cuenta.
Yo, que pensaba que más allá de tus labios... el sol y las estrellas. ¿Es la
historia de un amor? ¿Puro teatro? ¿Alma, corazón y vida? Sombras nada
más... Tengo un bolero sentenciado a cadena perpetua en mi almohada,
diabético, hipertenso, cardiaco y que perdió su carné de identidad una noche
de ronda. Un bolero sin música, sin letra, sin nosotros. (Colección: Bolero)
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