A propósito de un Exlibris de Juan Gris Dibujado para el poeta Tomás
Morales en Renacimiento Latino, 1905 (Una viñeta al gusto de la época). por
AITOR QUINEY URBIETA Biblioteca de Catalunya 1 Juan Manuel Bonet, Juan Gris,
en su alba, Diario 16, Madrid, 9 de enero de 1988. 2 Juan Manuel Bonet,
Juan Gris antes de Juan Gris, ABC Cultural, 10 de julio de 1999, p. 32-33.
3 Javier Serrano Alonso, Auto- semblanzas modernistas, el número lírico
de Renacimiento (1907), Príncipe de Viana. Anejo, Nº. 18, 2000, pp.
381-392. 4 Ricardo Gullón, Direcciones del Modernismo, Madrid, Alianza, 1990,
p. 287. Serrano, op. cit. p. 382. 5 Juan Manuel Bonet, «Para la prehistoria de
Tomás Morales (y de Juan Gris)», Syntaxis, núm. 12-13, 1986-87, pp. 105-107.
6 Raymond Bachollet, Juan Gris, il·lustrador 1904-1912. Col·lecció Emilio
Ferré, Fundació Caixa Girona, Centre Cultural Caixa de Girona, Girona, 2009.
[Catálogo de exposi- LA REVISTA RENACIMIENTO LATINO (1905), la descubre Juan
Manuel Bonet1 en una de sus continuas búsquedas por los libreros de viejo,
en un estante alto de una librería del barrio alto lisboeta2, revista que
hasta entonces, para la historiografía del momento, había estado sepultada
justo en ese estante. Esta revista estaba co-dirigida por el poeta Francisco
Villaespesa y el novelista portugués Abel Botelho (1854-1917). Francisco
Villaespesa Martín (Almería, 1877Madrid, 1936), fue uno de los grandes poetas
y dramaturgos del Modernismo español, quien después de sus primeros 20 años
de vida, en 1897, llega a Madrid, y llevando una vida bohemia, se integra y
conoce a los escritores del grupo de la revista Germinal, y comienza su
colaboración como periodista en numerosas revistas. Tras su primer libro de
poemas, Intimidades (1898), Villaespesa siente la necesidad de editar revistas
literarias que fueran la plataforma para poetas y escritores modernistas y
naturalistas ya conocidos, pero también para aquellos noveles, incipientes
forjadores de versos bajo la nueva estética fin de siglo. Así, fundó o
dirigió las revistas Electra (1901), Juventud (1901), La Revista Ibérica
(1902), Renacimiento Latino (1905) o Revista Latina (1907). Villaespesa,
siguiendo a su amigo Rubén Darío en la batalla del modernismo, era de la
opinión que la prensa y en especial las revistas, eran el medio más eficaz,
directo y legítimo, para la promoción y la difusión de la obra artística y
del pensamiento3 y casi la única para la difusión del modernismo literario,
tan denostado entonces y a cuyos autores les resultaba casi imposible ver su
obra editada en un libro. Estas revistas editadas por Villaespesa en el
período de 6 años demuestran la vida efímera que tenían, pero aún así,
como apenas extinguida una aparecía la otra, la continuidad en el espíritu
y el contacto con los lectores no se perdían.4 En Renacimiento Latino vieron
sus firmas publicadas los poetas y escritores (no coloco en la siguiente lista
los que fueron objeto de las viñetas de Gris, pues los nombro más abajo):
Felipe Trigo, Antonio de Albuquerque, Leopoldo Alas (Clarín), Eugenio dOrs,
Justino de Montalvao, José 128 Francés, G. Martínez Sierra, R. Cansinos
Assens, Marcellino Mesquita, Salvador Rueda, José Buylla, Miguel A. Ródenas,
Enrique Díez-Canedo, Diego Ruiz, Manuel Buenon y José Santos Chocano. Hemos
de reconocer, finalmente, que Francisco Villaespesa, con los dos números
publicados (abril y mayo), de su revista Renacimiento Latino, fue una suerte de
visionario de la obra de algunos poetas y artistas jóvenes si hacemos caso de
algunas coincidencias, que hasta los años 80, la historiografía no había
tenido en cuenta. La primera de ellas se refiere a Juan Gris y ya la hizo
pública, primero Juan Manuel Bonet5 y después Raymond Bachollet6, y es la
presencia de las ilustraciones de Juan Gris en esta revista, en 1905, cuando
hasta entonces se había pensado que las primeras ilustraciones del artista
habían sido en 1906 para el libro Alma América, de Santos Chocano. Lo mismo
ocurrió con Tomás Morales, a quien los historiadores, hasta entonces,
mantuvieron que las primeras publicaciones del poeta grancanario en el círculo
literario madrileño habían aparecido en la Revista Latina de 1907, también
de Villaespesa, sin tener en cuenta la aparición en Renacimiento Latino dos
años antes, de un texto en prosa (una reseña de Vida (1903), del escritor
Issac Muñoz) y su soneto Fantasia, bajo el cual aparece la firma del poeta en
una viñeta dibujada por Juan Gris, y que es la protagonista de este pequeño
artículo.7 Tomás Morales se traslada a Madrid, procedente de Cádiz, en 1904,
para seguir con sus estudios de medicina, lo que le permitirá entrar en
contacto directo con el ambiente literario del momento, ya desde entonces
contaminado por el rubendarismo.8 Allí, y siguiendo el estudio de Oswaldo
Guerra, inmediatamente traba amistad con dos de los máximos representantes
del modernismo español: Salvador Rueda y Francisco Villaespesa. El primero,
tras conocer el aliento poético de Morales, llegará a reconocerlo como
legítimo heredero de su obra en lo que respecta a los rigores formales de la
estética modernista en especial en sus intentos de adaptar al español la
estructura del verso Cubierta deRenacimiento Latino, año I, núm. 1, abril de
1905. Biblioteca de Catalunya. ción]. Bachollet añade, además, que la
primera aportación como ilustrador de Juan Gris fue en 1904 para la revista
literaria Papel de Estraza, con unas ilustraciones para textos de Camilo
Bargiela, Ramón Godoy, Enrique Ayuso y Ramon Asensio Mas, utilizando por vez
primera el nombre artístico de Juan Gris y las iniciales J.G. 7 Otro
de los noveles poetas afortunados de incluir su firma por primera vez en
Renacimiento Latino, será el amigo de Tomás Morales, Fernando Fortún
(1890-1914). Ver: Eugenio Padorno, Tres cartas de Fernando Fortún a Tomás
Morales, Philologica canariensia: Revista de filología de la Universidad de
Las Palmas de Gran Canaria, Nº. 6-7, 2000-2001, pp. 509-530. 8 Oswaldo Guerra
Sánchez, Introducción en: Tomás Morales, Las Rosas de Hércules,
edición de Oswaldo Guerra Sánchez, Cátedra, Letras Hispánicas, Madrid 2001,
p. 15. 129 Detalle de la cubierta de Renacimiento Latino, año I, núm. 1,
abril de 1905, en alto contraste. 9 Ibídem, p. 16. 10 Lamentablemente, sólo
he podido cotejar el número 1 del mes de abril, conservado en la Biblioteca de
Catalunya (top: 05-4º.C1/16), y no el segundo, justamente en el que aparece la
mencionada viñeta de la firma de Tomás Morales. Todas las referencias a este
segundo número están sacadas del libro de Bachollet. hexámetro latino.
Francisco Villaespesa le introdujo en las lides editoriales y le apoyó en sus
primeros pasos a la hora del reconocimiento público.9 LAS VIÑETAS DE JUAN
GRIS De Renacimiento Latino, ya lo hemos indicado, salieron dos números
abril y mayo, en 1905.10 La revista, de formato 27.5 x 19.5 cm., y con una
cantidad importante de anuncios en las primeras y últimas páginas sobre un
papel rosado de diferente calidad que el resto de la revista, lleva en la
cubierta de este primer número, en su parte central, estampado un relieve
que presumiblemente en los ejemplares de Bonet y los consultados por
Bachollet apenas se vislumbra, que presenta la figura de un héroe desnudo
intentando domar a un caballo alado (Pegaso), o bien, intentando cabalgarlo,
por lo que podría ser Belerofonte como alegoría del renacer en la ambición,
ambición de hacer llegar la poesía y el modernismo a lomos de Pegaso.
Incluso, en el extremo inferior derecho de la imagen, puede observarse el trazo
de una firma, aunque no es posible identificarla. Al comienzo de la revista y
al final de su primer texto en prosa Trilogía del Evangelio de la vida, de
Pompeyo Gener, aparece la primera viñeta de Juan Gris, es decir, el nombre del
autor del texto ornamentado con un dibujo, como firma. Esa viñeta, es pues,
quien nos da la autoría del texto, ya que al comienzo de éste, sólo va el
título, sin más mención. En el primer número, además de la viñeta para
Pompeyo Gener, aparecen las de Pedro de Répide, Eugenio Castro, Villaespesa,
Isaac Muñoz, Jacinto Grau, Affonso Lopes Vieira, Rubén Darío, Gabriel Miró,
Abel Botelho, Antonio Machado, la conjunta de Pérez de Ayala y Antonio de
Hoyos, Henrique de Mendonça y Silverio Lanza. La nómina de autores no para
aquí, pero el resto de los textos llevan una firma tipográfica. En el segundo
número la cubierta reproduce un dibujo de C. Simpson, las viñetas se
suceden con los nombres de más poetas y prosistas: Teixeira de Queiros,
Gabriel Alomar, Alfredo Blanco, Alejan 130 dro Sawa, Silvio Rebello, Vargas
Vila, Ángel Zárraga, Antonio Patricio, Carmen Nevado, José Durban, Juan
Pujol, Tomás Morales y León Coca. En total, 27 viñetas. Si nos atenemos,
como dije, al estudio hecho primero por Bonet11 y después por Bachollet por
vía doble12, estas viñetas fueron obra de Juan Gris, excepto la de Eugenio
Castro, firmada con el anagrama EM. El resto de ilustraciones que
acompañan a los textos, de forma tradicional, son obra de Monteserín, Ricardo
Marín, Parrilla, Octavi de Romeu (pseudónimo de Eugeni Dors), Robledano, C.
Simpson, Eugenio Hermoso, Vázquez Díaz y fuera de texto, y sobre papel blanco
satinado, reproducciones de obras de Ramón Casas, Eliseo Meifrén, F. A. de
Sotomayor y Zaragoza, Fernando de Villodas, Isidre Nonell y Zurbarán. Juan
Manuel Bonet y Raymond Bachollet otorgan la autoría de las viñetas a Juan
Gris (cuyo nombre aparece en el índice del segundo número de la revista),
basándose en el estudio del grafismo y de otros argumentos de tipo formales.
Para Bachollet,
cada ex libris supuso una oportunidad para que el joven
dibujante resolviera gráficamente el problema que plantea el conjunto al mismo
tiempo, la personalidad del autor, de su obra y la naturaleza de los caracteres
que componen su nombre, y añade que esas composiciones ponen de manifiesto
el vigor de su actividad intelectual en su evolución artística. De la
amplitud de su colaboración con esta revista modernista se deduce la relación
que mantuvo con autores representativos de la literatura española y portuguesa
de vanguardia.13 Y el mismo autor añade años después, que por modestia
y, sin duda por buen gusto estético, no firma ninguno de sus exlibris con el
fin de no crear confusión en torno a su trabajo. En esta actividad Gris parece
buscar la mejor combinación posible entre una imagen que simbolice a cada
autor y el dibujo de las letras de sus nombres y apellidos. Será un tipo
Renacimiento Latino, Año I, núm. 1, abril de 1905. Página con la viñeta de
Juan Gris para Francisco Villaespesa. Fondo de la Biblioteca de Catalunya. 11
Bonet, op. cit., nota 4. 12 Raymond Bachollet, Juan Gris, dibujante de prensa
de Madrid a Montmartre, catálogo razonado, 1904-1912, Madrid, 2003, Ediciones
El Viso. Y, Bachollet, op. cit. nota 5. 13 Ibídem, p. 80. 131 Cubierta de
Renacimiento Latino, mayo de 1905. Dibujo de C. Simpson. Reproducción
extraída del libro de Raymond Bachollet. Col. Juan Manuel Bonet. Juan Gris.
Viñeta para Tomás Morales en Renacimiento Latino, mayo de 1905. Reproducción
extraída del libro de Raymond Bachollet. Col. Juan Manuel Bonet. 14 Bachollet,
op. cit., nota 6. 15 Bonet, op. cit. de actividad que le gustará repetir en
otros trabajos gráficos e incluso en sus cuadros cubistas.14 La viñeta de
la firma de Tomás Morales representa un gato blanco con manchas negras sobre
el lomo y la cara, de grandes ojos abiertos y cuya negra cola configura el
marco con la firma Tomás/ Mora/ les. Es un dibujo sintético, a plumilla,
que se acerca al tratamiento de una xilografía primitiva, casi expresionista y
que resiste el mismo estilo del resto de las 26 viñetas. Si seguimos el
discurso de Juan Manuel Bonet sobre el hecho que estas viñetas nos permiten
valorar el trabajo de metaforización plástica realizado por el pintor sobre
la obra de algunos poetas y prosistas más importantes de su tiempo15,
tendremos que admitir que la representación del gato no es aleatoria. ¿Qué
quiso decir del poeta, el joven ilustrador, para colocar un gato bajo el soneto
Fantasía? El gato, el felino amaestrado y casero pero salvaje y primitivo al
mismo tiempo, ha tenido desde siempre, su lugar en la vida de los poetas y más
entre los parnasianos y simbolistas. La atracción por el gato desde Baudelaire
y Poe es recurrente. ¿Conoció Juan Gris a Tomás Morales y a todos los
artistas a los que dedicó sus firmas? De algunos se sabe que era amigo pero de
otros hay incertidumbres y por lo tanto su trabajo de metaforización
debió ser bastante más complejo del imaginado. Intentando buscar la relación
que Tomás Morales podía tener con los gatos, no hemos encontrado huella
alguna, y por tanto, cualquier afirmación en torno al porqué de esta
representación gatuna, es pura conjetura. Gris dibujó otros animales de una
fuerte carga simbólica, y muy propios del momento, como los dos cisnes para la
viñeta de Rubén Darío y el águila, para la de Alejandro Sawa, que anticipa,
con éste último, algunos animales dibujados para Alma América, de Santos
Chocano. ¿VIÑETA O EXLIBRIS? Y no es gratuito que mencione esta firma de
Tomás Morales dibujada por Juan Gris, como una viñeta, tal y 132 como lo
hizo en el artículo citado de Juan Manuel Bonet, al igual que al resto de las
26, dado que años más tarde, Bachollet, en sus dos libros también indicados,
la calificó, como las que hizo Gris para las obras de los otros poetas y
prosistas, de exlibris. Hay una cierta tendencia a cometer el error de
calificar cualquier marca de libro o revista que lleva nombre propio, de
exlibris. Marcas hay de diversos tipos y categorías, entre ellas marcas de
impresores, de encuadernadores, de imprentas, de editores, etc., que tienen una
gran similitud formal con los exlibris, pero que no lo son, pues no están
realizadas para el cometido de éste, es decir, señalar al propietario de un
libro. Este recurso de firmar artículos, poemas y otros escritos, con el
nombre del autor, dentro de una viñeta, o formando diseños jugando con el
nombre, fue común a algunas revistas de le época. Es obvio pues, señalar que
denominar estos dibujos de Juan Gris como exlibris, es un error. Además,
hemos de tener en cuenta que Gris conocía el significado y el propósito final
de un exlibris, ya que, sin duda, y tomando como hipótesis que no conociera lo
que se estaba llevando a cabo a este respecto, debió conocer el exlibris que
Picasso le hiciera a Camilo Bargiela en 1901, reproducido en la revista que el
joven malagueño dirigía en Madrid, Arte Joven. Gris conocía bien esta
revista ya que muchos de sus colaboradores, posteriormente lo fueron de la
revista Papel de Estraza, para quien Gris ilustró algunas obras, como una del
mismo Camilo Bargiela, de quien era amigo personal según Bonet. Y la última
consideración a este respecto, es que Gris dibujó, dos años más tarde, un
exquisito exlibris para Manuel Machado, reproducido en la contracubierta del
libro Alma. Museo. Los cantares, editado por la Librería Pueyo en 1907, y esta
vez con el lema ex-libris de Manuel Machado, así como otro para Felipe
Sassone, reproducido en la contraportada de su libro Almas de fuego, y con las
mismas característica que el anterior. Barcelona, 27 de septiembre de 2011 133